Así es Armenia

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ALCALDIA DE ARMENIA SECRETARIA DE EDUCACIÓN MUNICIPAL

Así es Armenia ALCALDIA DE ARMENIA / CONSUELO MENDOZA EDICIONES

CONSUELO MENDOZA EDICIONES

Así es Armenia


DIRECTORA

Consuelo Mendoza de Riaño DISEÑO

Soledad Mendoza COORDINACIÓN DE PRODUCCIÓN

Rosalba Cano Ayala REVISIÓN ESTILO Cristóbal Ospina ARMADA ELECTRÓNICA

Ladislao Sereny Gómez Nidian Fabiola Molano Gómez CORRECCIÓN DE PRUEBAS

César Tulio Puerta PREPRENSA

Zetta Comunicadores IMPRESIÓN

Printer Colombiana S.A.




PRESENTACIÓN Mario Londoño Arcila

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PRÓLOGO Luis Carlos Restrepo

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LOS QUIMBAYAS Jesús Arango Cano

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LAS SOMBRAS DEL PASADO John Jaramillo Ramírez

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TERRITORIO DE SUEÑOS COMPARTIDOS Ricardo García Duarte

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LA ECOLOGÍA: UN VALIOSO PATRIMONIO NATURAL Alberto Gómez Mejía

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EDUCACIÓN Y CULTURA 130 Gustavo Hernández Castaño ISBN 95926-6-X


IDENTIDAD PREHISPÁNICA

Los quimbayas

N

o se sabe a ciencia cierta quiénes fueron los habitantes que antecedieron a los quimbayas en la amplia región conocida con ese nombre. Se habla de los quindos como sus predecesores, pero ésta es una apreciación no muy valedera. El cronista Pedro Cieza de León, refiriéndose a unos nativos que poblaban aquella zona sólo decía, por el año de 1547, que éstos eran muchos y que habían

sido masacrados por los intrusos españoles: los llamaba quimbayas. Como hay una coincidencia entre los rasgos de la orfebrería quimbaya y la sinú, ello hace suponer que aquellos vinieron del norte. Los sinú eran de la parcialidad caribe y practicaban la antropofagia, como los pijaos, pero no los quimbayas. A éstos se 24


JESÚS ARANGO CANO

les da una vida histórica que va desde 400 años de hasta la montaña nevada de los Andes, todo ello la era cristiana y finaliza después de la invasión muy poblado y no es tierra tan áspera como la de los españoles en 1492. pasada”. Según esta versión, el Quindío fue el centro vital de esta cultura. La región que ocupaban estos aborígenes, según el mismo Cieza de León, “la constituía la Hay mucha versiones sobre cuál era el tipo étnico provincia de quimbaya (que) tendrá quince leguas de los quimbayas. Se los describe como sociales, de longitud y diez de latitud desde el río Grande generosos, bien dispuestos y de buenos rostros. La 25


Páginas anteriores: objetos de oro de la cultura quimbaya: figura antropomorfa con influencia de la cultura darién; pequeñísimo poporo; nariguera sin núcleo; y figura zoomorfa –ave–. A la izquierda: cántaro o jarrón decorado. Abajo: figura en posición sedente.

piel girando hacia cobriza y de huesos blancos y canelos. Las osamentas descubiertas en las guacas permiten adivinar los rasgos físicos de estos indios precolombinos. En la región quimbaya, que estaba densamente poblada, los aborígenes se dedicaban a la agricultura, a la caza y a la pesca. Los terrenos muy inclinados los cultivaban en forma de terrazas y cuando la pendiente no era muy pronunciada utilizaban las curvas de nivel para sus siembras. Es decir, protegían el suelo contra la erosión. Sembraban maíz, fríjoles, cacao, yuca, tabaco, papas, aguacates y tomate, entre otros artículos de consumo alimentario. Se alimentaban mucho de frutas: aguacates, papayas, guanábanas, piñas, guayabas y chontaduros. El maíz lo utilizaban para hacer chicha, pero también contaban con muchas clases de animales como saínos, guatines, lanchos, tatabras, ardillas y de vez en cuando pescado. Los arpones para pescarlos eran de madera de palmas como el chontaduro y el corozo. A los quimbayas les complacían los adornos personales. El varón era el que más arreos decorativos llevaba en el cuerpo, lo cual se acentuaba de acuerdo con su posición en la tribu. Un gran cacique podía llevar ornamentos como una corona de oro, una bocera, una nariguera grabada, collares con amuletos o ricas patenas con figuras repujadas. El adorno de las mujeres era más sobrio pero no les faltaba una nariguera, como también pulseras y collares de conchas o chaquiras. En las piezas de cerámica y de oro halladas se aprecian figuras


Artefactos de cerámica precolombina. Presentan tres colores característicos de la cultura quimbaya: marrón, negro y beige.

humanas con este tipo de aderezos. Por lo regular se que si no enterraban todas las partes del cuerpo, veían pinturas en el pecho y en los brazos con dibujos no habría reencarnación. A los enemigos los diferentes. descuartizaban y los enterraban aparte para que sus pedazos no se encontraran y salieran a vengarse. Una de las características de la apariencia física de los quimbayas era la costumbre de deformarse el Para la reencarnación era mejor que se hallara cráneo como muestra de embellecimiento. También intacto el cuerpo del desaparecido al retornar a la se deformaban la nariz para hacerla pronunciada y vida terrena. Las momias se envolvían en telas aguileña, asemejando el pico del cóndor o del águila, de algodón, casi siempre en posición fetal, esto animales muy reverenciados por esas tribus. Utilizaban es, acurrucadas y con la cabeza entre las piernas. la mutilación dentaria, limando o desgastando las A veces forraban los cuerpos en barro y en cera partes laterales de los dientes, para darles una de abejas para conservarlos como un solo bloque. apariencia fiera casi triangular. En el Quindío se han hallado tumbas indígenas Su religiosidad llegaba al fanatismo. Creían en la hasta de 25 metros de profundidad y hasta 40 inmortalidad del alma, así como en la reencarnación. cadáveres en una sola tumba: se sepultaban en Eso se supone por la manera como arreglaban sus tandas de cinco cadáveres, separados por un piso tumbas como preparando a los difuntos para volver de barro con todos sus haberes. Los caciques a reincorporarse a la tierra. Se encontraron cuerpos tenían otra forma: en una guaca llamada mutilados en las fosas funerarias puesto que temían matecañera, con una bóveda alta, se extrajo oro

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Centro de la cultura quimbaya


Y

a prácticamente no existen dudas respecto de que el Quindío fue el centro de la gran cultura quimbaya. Desde luego esta cultura se extendía hacia lo que hoy son los departamentos de Risaralda y Caldas, con muchos puntos de contacto, en especial por la orfebrería y la alfarería, pero los quimbayas de la región quindiana diferían en cuanto a la organización social tribal. En ese centro de la gran cultura de los quimbayas se destacaban Filandia, Quimbaya, Montenegro, La Tebaida, Calarcá y Armenia. Cuando se hacían las primeras explanaciones en los terrenos en que más tarde se construyó el aeropuerto El Edén, de Armenia, se encontraron numerosas guacas o sepulturas aborígenes. Según los guaqueros, esas tumbas eran de gentes muy pobres, porque prácticamente no se encontraba en ellas nada de valor –en referencia al oro–. En cuanto a la historia de esos pueblos, sí eran verdaderos tesoros de información. Ante aquella opinión generalizada entre los guaqueros y confirmada una y otra vez, se optó por terminar la exploración, y muchas de las sepulturas se salvaron de los ávidos buscadores de tesoros aborígenes. De inmediato se continuaron los trabajos del aeropuerto. 31

Arriba: poporo quimbaya suspendido de un collar; lleva una varilla para chupar cal. En la página opuesta, collar de figuras antropomorfas. Cada una mide entre 0,7 y 0,9 centímetros de ancho por 3,5 centímetros de alto.


A

l término de la lucha por la Independencia, y durante todo el resto del siglo XIX, Colombia vivió una sucesión de guerras civiles. En Antioquia las imposiciones de los vencedores sobre los vencidos (representadas en altísimos “compartos”); el empobrecimiento de sus abruptas tierras y el ansia viajera que ha caracterizado a su raza, fueron determinantes para que se iniciara la epopeya de la colonización antioqueña. En el sur del estado de Antioquia y en el norte del estado del Cauca fueron apareciendo un rosario de poblaciones: Pácora, Salamina, Manizales, Salento, Pereira, Filandia, Circasia, Calarcá, Armenia, Montenegro, Pijao, Sevilla, Caicedonia, que con su fundación marcaron los hitos del avance, el cual sólo culminó muy entrado el siglo XX cuando los colonizadores llegaron al norte del Valle del Cauca y, como tan graciosamente han dicho, se produjo el encuentro de la arepa con el manjar blanco. Atraído por la leyenda de los tesoros indígenas, por la fama de las guacas y la feracidad de las tierras de la hoya del Quindío, el antioqueño ensilló sus bestias, recogió sus escasos bártulos y con la compañía de su mujer y sus hijos se lanzó a esta aventura. Muchos de ellos comenzaron a tumbar monte, a plantar sus mejoras y a levantar pequeños cultivos de pan coger que les permitieran subsistir mientras “guaquiaban”. Pero el embrujo de esta tierra ubérrima se hizo sentir y los colonizadores fueron echando raíces.

En 1889 surgió la idea de fundar una población donde pudieran abastecerse sin tener que desplazarse hasta Salento o Calarcá ni cruzar el río Quindío, que por ser supremamente caudaloso, y sobre todo cuando “echaba borrasca”, resultaba imposible de vadear. El lunes 14 de octubre de ese año un grupo de treinta colonos encabezado por Jesús María Ocampo Toro (“El Tigrero”) y con la asesoría de don Pedro Vicente Henao –el viejo “Pevete”, alma 34


Armenia fue de las primeras ciudades de Colombia donde se instituyó un cuerpo de bomberos.

y nervio de tantas luchas cívicas regionales– se reunieron en un rancho de platanilla, muy cercano a la actual Plaza de Bolívar, para proceder a la fundación del poblado. Al instalarse la Junta Pobladora se hizo la elección de la mesa directiva; y aunque la presidencia le debía corresponder a “El Tigrero”, éste no pudo posesionarse por no saber leer ni escribir. El cargo lo asumió don Jesús María Suárez. 35

Don Pedro Vicente Henao sugirió que se le diera a la naciente fundación el nombre de Villa Holguín, en homenaje al entonces presidente de Colombia, don Carlos Holguín Mallarino, para que el gobierno central se interesara y coadyuvara en su crecimiento. Pero Holguín era conservador, y de los treinta fundadores, veintisiete eran liberales, por lo cual la idea no prosperó y en sesión posterior se adoptó el nombre de Armenia, pues ya existía una mejora con ese nombre como un homenaje a los


cristianos de la Armenia europea sacrificados por los ejércitos turcos. Tras los primeros fundadores llegaron de Antioquia, Tolima, Cundinamarca, Boyacá y Santander nuevas oleadas de gentes laboriosas y honestas que alzaron el estandarte del civismo y del futuro de la ciudad. Al arribar el tren en 1927, el comercio de Armenia tomó auge y atrajo a comerciantes y hombres de empresa de otras latitudes. Llegaron los fundadores de Maizena, Vigig, los ingenieros de las trilladoras, el creador de Leonisa, los franceses de Regivit, y más tarde los que levantaron a Bavaria.

Postal de la ciudad de Armenia emitida con motivo del Reinado de Belleza Su Majestad Sofía I, en 1927.

Llegaron emigrantes de Europa, alemanes como Carlos Held, de quien se dice inventó las “heldas” para el secado del café; Wolf Konietzo, Erich Rekittke y Guillermo Lehder; sirio-libaneses, a los que nuestros abuelos llamaban “turcos”, como Abdal Aljure, Nicolás y Alberto Haddad, Alejandro y Benjamín Motlak, José Asmar, Antonio Haddad, César Kihuan y Chaya y Rafúa Salame; judíos de diferentes lugares de Europa Oriental como León Corkidi, David Fishman, Moisés Wagenberg, Samuel Kauffrnan, Saut Zighelboim, Adolfo e Isail Mowermann; italianos como Mauricio Ramelli, Antonio Bernardi y Enrico Turatti; españoles como Juan Ferrer y Gerardo Fuentes; yugoeslavos como Alejandro Farkas; húngaros como Ladislao Schweiger y Luis Blach; rumanos como David Bersh; austriacos como Walter Petersilka; búlgaros como Francisco Shapira y franceses como Luis Riviere.

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Grupo familiar de Armenia en los aĂąos cuarenta: tan numeroso y agraciado como todos los de estirpe antioqueĂąa que habitaron la ciudad.

Comparsa de carnavales en 1927. Eran tradicionales estas comparsas en las que se hacĂ­a derroche de atuendos especiales.

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ARMENIA

Territorio de sueños compartidos …Y la ciudad brota a la vista como una extraña flor, cuyas formas se extienden en suaves y alargadas ondulaciones. RICARDO GARCÍA DUARTE

E

n el día es azalea que se desparrama bajo un sol que cuelga de la ladera vecina. En la noche se convierte en tulipán criollo, lleno de fosforescencias que titilan en medio de una oscuridad fresca, cuyos aires se saturan con fragancias, unas delicadas y otras ásperas.

entrega los vientos atemperados y las lluvias generosas. En cambio, ella misma decidió prolongarse por el valle ondulado, como si persiguiera con fascinación, allá en el poniente, los crepúsculos de inagotables violetas. La ciudad abrió espacios que se convirtieron en viviendas, limpió explanaciones que llegaron a ser parques o plazas; y despejó rutas que pasaron a ser avenidas. Descendió por cañadas umbrosas, volvió a remontar laderas y taludes. Se explayó. La flor multiplicó sus pétalos como si buscara la luz. ¡Y todo tan pronto! En mucho menos que un siglo. Casi nada en el tiempo de las urbes… como si se tratara de un bullicioso prodigio, surgido al paso de las

Armenia es una flor clara y discreta; rodeada de verdes agrestes y de azules distantes. Nació al abrigo de una imponente montaña, pero se propuso reinar a lo largo de un valle quebradizo y exuberante. Como la montaña es dura e inhóspita, aunque hermosa y nimbada de nubes, la ciudad la escogió como la barrera natural que le 43


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de una batalla, porque consolida un lugar social de encuentro; múltiple, diverso y duradero.

últimas oleadas migratorias que en la segunda mitad del siglo XIX se propusieron implantar mojones de vida y de cultivo, en las cercanías del escabroso “paso del Quindío”. Colonización, entonces, al ritmo de un flujo migratorio, que alcanzaba sus últimas extensiones en las zonas aún deshabitadas de la franja central en el occidente colombiano. Colonización interna que se apropia el territorio y lo modela; que pone en marcha el poblamiento aluvional: unos se asientan y hacen mejoras; otros llegan y se congregan con un principio de unidad social.

La ciudad es el universo en movimiento del encuentro. La presencia de los demás individuos, aparte de uno mismo, es una realidad que se repite a diario. Con muchos de ellos establecemos nexos permanentes. Con otros, nos tropezamos con una fugacidad que, sin embargo, regresará con prontitud. Siempre nos imaginamos al desconocido, pero la ciudad nos proporciona la anatomía cierta de su existencia. Apreciamos esta existencia en el vecino o en el transeúnte ocasional al que apenas saludamos, o en el ser anónimo cuyo rostro, no obstante, nos es tan familiar; o incluso en la autoridad, a la que sentimos cercana, sea para elogiar o criticar. La ciudad atrapa la distancia en un mundo circulante de acercamientos.

El territorio y la población se hacen inseparables. Forman un todo, como la cordillera y el valle, prolongación el uno de la otra. El universo nuevo es la comunidad, que construye su propia identidad. En esta búsqueda crea una ciudad, forjada a golpes de sueños y de esperanzas. Forjándola, talla el perfil de su identidad.

Armenia es la promesa del encuentro hecho ciudad. Allí confluyen la sociedad rural y la urbana. No se sabe, en ese ir y venir fluido, si el campo penetra en la ciudad o es ésta la que avanza sobre aquél. Mientras aquella conserva un toque de ruralidad, el campo se ha urbanizado en no pocos aspectos de consideración.

La identidad de los armenios surge del hecho de construir su ciudad; no de otras historias. Por ello es fresca, aunque vulnerable por la misma razón, y necesitada siempre de nuevos esfuerzos colectivos. Que se tracen el destino de refundarse como comunidad; de re-colonizarse como ciudad, introduciendo “mejoras” en su territorio, pero sobre todo en la ecología intangible de sus relaciones humanas.

Históricamente fue, además, punto de encuentro, como una estrella de caminos, entre distintas corrientes migratorias provenientes del occidente, del centro y del oriente del país. Especie de mestizaje interno que se ha traducido en un cierto tono moderado, tanto en el habla con ese dejo

Proceso vibrante, epopeya silenciosa y desarmada, la formación de una ciudad como Armenia es un fruto magnífico, mejor que el

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musical y lento que la caracteriza, como en las actitudes de vida y en la identidad local.

de mediación para que también ella nos forme es el sentimiento íntimo y amoroso de pertenencia. Sintiéndonos de ella, nos le ofrecemos. Al hacerlo, nos transformamos en sus educandos. Ella nos enseña a ser ciudadanos, en la doble dimensión de pertenencia a la ciudad y de convertirnos en sujetos públicos. Que entienden que sin los deberes propios y los derechos ajenos no hay convivencia posible. En esta convivencia tienen origen las posibilidades de lo público, como esfera que organiza las relaciones entre los individuos y las coloca sobre una base común: la de ser libres, sin dejar de respetarse como iguales.

Pero, por sobre todo, esta ciudad ha sido la Armenia de todos; el espacio rumoroso y tibio para el encuentro con esos múltiples otros, tan distintos a mí y, sin embargo, tan próximos. Que depositan sus ansias en el mismo lugar imaginado porque allí también se ha quedado enredada la memoria de cada uno, como los jirones de una nube entre los mismos bosques. Al convertir en proximidad, lo que es ajeno y lejano, la ciudad nos enseña a re-conocer al otro. Ese otro que tiene su propio yo, desde el que nos mira.

Todo este tejido delicado pudo venirse abajo, con el terremoto devastador de 1999. En medio de las ruinas también pudieron deshacerse los sueños que indicaban el norte para la vida en común. Tal es la naturaleza de la sociedad del riesgo.

En la comunicación que nos enlaza, aprendemos a darles orden y sentido a las cosas, mientras las fabricamos. Fabricamos la casa y la calle, la avenida y la plaza. Así levantamos la ciudad. Al impregnar de sentido cada uno de sus lugares, permitimos también que ella nos oriente; que nos transmita el sentido depositado en cada una de sus esquinas de barrio, en la parroquia o en el café de tertulia.

La energía puesta en rehacer la ciudad ha obrado, sin embargo, con el efecto de un mito refundador. Enderezó desesperanzas y dejó en ciernes el proyecto de una ciudad de futuro. Aquel horizonte evocado, con sus atardeceres de arrebol, regalo de dioses ignotos, seguirá definiendo, como una metáfora colectiva, la línea en la que la mirada se mantiene atenta a la acción colectiva y a los sueños compartidos.

Cada generación deja su huella. Cada habitante acopla después sus actitudes a las marcas territoriales que, invisibles o manifiestas, se hacen reconocibles en cada sitio. De esa manera la Armenia que todos construimos termina por construirnos a cada uno. El punto

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Armenia, capital del departamento del Quindío, tiene una topografía quebrada y surcada de riachuelos, y con una arteria principal, el río Quindío. Limita al oriente con Calarcá; al noroeste con Salento y Circasia; al occidente con Montenegro, y al suroeste con La Tebaida. El clima va de tropical húmedo a tropical semi-húmedo. Temperatura promedio de 20 grados centígrados en el sur de la ciudad y 18 en el norte. Fue fundada el 14 de octubre de 1889 por Jesús María Ocampo y otros 29 colonizadores antioqueños. Inicialmente fue corregimiento de Salento, y se erigió a municipio en 1903.

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Armenia hoy


y




Esta moderna construcción sismorresistente reemplazó a la del Departamento de Policía Quindío destruida por el terremoto del 25 de enero de 1999. Allí funcionan el bloque administrativo, el subcomando operativo, las seccionales de la Policía Judicial y de Inteligencia, los almacenes de intendencia, armamento y comunicaciones, y los casinos y talleres. En la página anterior panorámica del norte de la ciudad.

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En el pasado, este sitio fue escenario de carreras de caballos y de la feria ganadera. En 1939 se inauguró la galería o plaza de mercado cubierta, declarada monumento nacional en 1989. El terremoto de 1999 la averió seriamente y se hizo necesario demolerla. Hoy en su lugar se levanta la Plazoleta de la Quindianidad, con zonas verdes, espejo de agua y bancos para el descanso de los transeúntes. La rodean el Centro Administrativo Municipal –CAM– y la iglesia de San Francisco de Asís, de estilo románico, que en 1949 fue construida con base en los planos de la iglesia de Cáqueza (Cundinamarca).




Centro Administrativo de la Gobernación del Quindío, inaugurado en 1982. Los lotes para la construcción fueron comprados por el primer gobernador del Quindío, Ancízar López López. El proyecto estuvo a cargo de la firma Lago y Sáenz, de Cali. La edificación la inició la firma Gutiérrez y Bejarano y la concluyó el consorcio Conobras. Con el terremoto se desplomó un sector, donde funcionaba la Asamblea Departamental. El edificio fue reinaugurado en junio de 2003 y es sede de todas las entidades de carácter departamental. En 14.800 metros cuadrados de construcción tiene 19 pisos, un nivel bajo y dos sótanos. En la primera planta está el mural La epopeya del Quindío, del maestro Antonio Valencia. Frente a la Gobernación se halla la estatua de bronce de Simón Bolívar, del artista Roberto Henao Buriticá (autor de la escultura La Rebeca, de Bogotá).

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En la Plaza de Bolívar se encuentra la catedral de la Inmaculada Concepción, de estilo moderno, que representa las tiendas de campaña de los israelitas y que remplazó a la de principio del siglo XX. La actual tiene un mural de tipo bizantino titulado Cristo Vive, realizado por el maestro Antonio Valencia. También en la plaza está el Monumento al Esfuerzo, del escultor Rodrigo Arenas Betancur. Los cálculos estructurales para el anclaje del monumento fueron hechos por el ingeniero civil Ariel Gutiérrez Jaramillo, los que sirvieron para sostener intacta la obra, a pesar del insuceso del 25 de enero de 1999.



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Página opuesta: Centro de Servicios Diocesano, Carrera 13 con Calle 23, edificación sismorresistente de 3.000 metros cuadrados, construida después del terremoto. Foto superior: Santuario del Sagrado Corazón de Jesús. Originalmente hecho de piedra, ladrillo y concreto en 1969, y por daños del terremoto sometido a restauración y repotenciación de la estructura, con pantallas de concreto y acero recubiertas con dray wall. En la cripta, que se halla en el costado sur del santuario, permanecieron los restos mortales de Jesús María Ocampo, uno de los fundadores de Armenia, también llamada “Villa del Tigrero”. Hacia el occidente están el Parque Guillermo Valencia y el colegio San José de los HH maristas.

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Estación del ferrocarril, de estilo neoclásico republicano, inaugurada en 1927 y declarada Patrimonio de la Nación en 1997. Hoy es sede del Centro Cultural Metropolitano La Estación, la biblioteca pública y la ludoteca infantil. Abajo y a la derecha: Centro Cultural y Museo Quimbaya, del Banco de la República, Premio de la Bienal de Arquitectura 1986 - 1987, diseñado por el arquitecto Rogelio Salmona. La sala de oro y cerámica expone el trabajo de orfebrería y alfarería de la zona arqueológica quimbaya. Es también centro de documentación de la memoria impresa y bibliográfica del Quindío.

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Edificios residenciales que combinan la arquitectura contemporánea y la naturaleza. Página opuesta: el Hotel Armenia Estelar, uno de los más modernos de la ciudad, inaugurado el 28 de junio de 2001. Situado frente al Parque de la Vida, tiene nueve pisos con127 habitaciones regulares y suites presidencial, junior y familiar, restaurante internacional. El mobiliario del hotel, en su gran mayoría, fue elaborado y diseñado en guadua por Luis Enrique Arango A., de la firma Arango A.


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Centro Comercial Bolívar, en la Calle 2 cerca del puente Simón Bolívar. A la derecha se aprecia la sede de la Cámara de Comercio de Armenia, en la Carrera 14 con calles 23 y 24. Tiene once pisos y dos sótanos de estacionamiento. En la pared de la segunda planta el artista Gustavo Muñoz Matiz elaboró el mural Renacer. En el contorno del edificio de la Cámara están el Polideportivo, el Parque Cafetero y el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús de las hermanas betlehemitas. Abajo: aspecto del barrio La Campiña.




Página opuesta, interior de la Clínica Central del Quindío, fundada en la década de los cincuenta. Hoy cuenta con una nueva edificación, ubicada en la Carrera 13 con la primera norte, que fue construida en 1995. Posee cinco salas de cirugía, unidad de cuidados intensivos, servicio de urgencias 24 horas y apoyo diagnóstico. Tiene 106 camas y 120 consultorios médicos de diferentes especialidades. Arriba, Centro de Salud del barrio El Paraiso inaugurado el 5 de mayo de 2001, que presta servicios de consulta externa. Abajo, el Hospital Departamental San Juan de Dios, Avenida Bolívar con Calle 17 Norte. Tiene siete pisos y 304 camas. Cuenta con modernos recursos clínicos, como las unidades de cuidados intensivos, oncología, diálisis renal, sección de prematuros y todos los servicios de especialistas.

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En Armenia se desarrolla un concepto moderno y pr谩ctico de la construcci贸n reflejado en las viviendas o chalets, que sin seguir los lineamientos tradicionales, contribuyen a darle una imagen nueva y cosmopolita, como las modernas urbanizaciones campestres. Para ello se tienen en cuenta la conservaci贸n del paisaje rural integrado a lo urbano y un manejo adecuado del espacio p煤blico.

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Las urbanizaciones de Armenia, en diferentes sectores, tienen un sello especial por los jardines, el bello paisaje y la amplitud de las avenidas.

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Parque de la Vida, situado en la Avenida Bolívar. Cuenta con cuatro grandes patios, concha acústica, quioscos, lagos, puentes, patinódromo y parque infantil. Tiene como marco varios de los edificios que se levantan en las urbanizaciones de los alrededores. Página opuesta: Parque El Bosque, de 3.864 m2, uno de los principales y más bellos de Armenia. Divide prácticamente el centro y el suroccidente de la capital y es considerado como uno de los pulmones de la ciudad. La frondosidad de las especies nativas centenarias mitiga el calor a los paseantes. En el entorno están los barrios El Recreo y San José. La plaza de toros El Bosque forma parte del mismo esquema del parque.



En el Parque Cafetero está la escultura de bronce Monumento al Arriero, del escultor Orlando Londoño Hidalgo. Enfrente del parque se halla el Polideportivo Cafetero, donde se realizan competencias en canchas múltiples. Efrén Fernández es el creador de la modalidad del 'barranquismo', (Izquierda) que consiste en esculpir al aire libre los taludes con figuras que muestran episodios o aspectos culturales de las tradiciones e historia de Armenia y el Quindío. La Corporación de Cultura de Armenia, restauró el mural que está a la salida de Armenia a Calarcá. A la izquierda, abajo, parque de la Constitución, entre las carreras 11 y 12 y calles 19 y 20, bautizado en homenaje a la Carta de 1886. Es escenario de obras de teatro, de exposiciones de artesanías y libros.

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VĂ­as de com


municaci贸n


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La Avenida de los Camellos es una arteria vial de 8.500 metros, construida durante la administraci贸n del alcalde Mario Londo帽o Arcila. Tiene dos calzadas de 7,5 metros de ancho y un separador tipo New Jersey. Se aprecia la magnitud de la obra en diferentes sectores de la ciudad. A la izquierda, foto inferior, un aspecto de la Calle 2 norte.

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Nuevas instalaciones del aeropuerto El Edén, que había sido destruido por el terremoto de 1999. Está situado a 1.360 metros sobre el nivel del mar. Tiene una pista de aterrizaje de 2.200 metros y permite operación de aviones jet-100 y jet-200, Douglas MD 83.

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Las obras del nuevo aer贸dromo, de dos niveles, cuenta con zona aeroportuaria, plantas de emergencia y secci贸n de bomberos. A diario se realizan operaciones de pasajeros y carga.

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El puente Simón Bolívar de la Calle 2 con Avenida Bolívar, inaugurado en abril de 2003, marca un hito en el desarrollo urbano de Armenia. Tiene 290 metros de longitud y 90 de luz. Páginas siguientes (102-103), el complejo vial de La Cejita se convirtió en un sitio estratégico para el ordenamiento del tránsito vehicular. Este enlace occidental facilita el desplazamiento de carros que transportan pasajeros y carga entre Armenia, Montenegro, Quimbaya y la Tebaida.

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El puente La Florida sobre la quebrada del mismo nombre, punto de acceso de los vehículos que proceden del centro del país, es una estructura metálica que tiene una longitud de 104 metros. Arriba: Monumento al jeep Willys –o yipao– glorieta La Alhambra, en el sector de la Avenida de Los Camellos. Monumento a los primeros vehículos utilizados por el Cuerpo de Bomberos de Armenia, en la glorieta del Sinaí.


El


l eje ambiental




El Mirador de la Secreta, en la Carrera 18, fue dotado de amoblamiento urbano que incluye un restaurante, bancas y escaños y parqueaderos de vehículos. Desde El Mirador se aprecian la cordillera Central y el cerro El Campanario, el río Quindío y las fincas del sector con plantaciones de café y guadua. Al fondo, se divisa Peñas Blancas, en cuyas cavernas, según la leyenda, el cacique Calarcá escondió su tesoro para evitar que se lo apropiaran los conquistadores españoles.



Por la variedad de climas, valles y montañas, el Quindío es muy rico en mariposas, con 15 de las 70 familias clasificadas en el mundo. Entre las más numerosas figuran las Morphos de colores azules brillantes, a las que les cantaron Pablo Neruda y Gabriela Mistral. En la región fue capturado un ejemplar de Trysannia agripina, nocturna, de 36 cm de envergadura.


Aparte de las 4.810 hectáreas de café tecnificado y de variedad típica, Armenia tiene 2.736 en plantaciones independientes de plátano; 2.000 intercaladas, y 358 en plantaciones tradicionales.


Armenia posee numerosas especies arbóreas como guayacán, yarumo, tulipán africano, caracolí, ceiba, písamo, roble, cedro rosado y negro, guamo, matarratón, quiebrabarrigo y carbonero. Igualmente existen los frondosos guadales característicos de la región.


Según el Anuario Estadístico del Departamento, Armenia tiene 7.500 cabezas de ganado vacuno en las dehesas que se han adecuado en terrenos de café. Las ganaderías de razas cebú y criollas se han incrementado con búfalos cuya carne es muy apreciada junto con los derivados de la leche de las hembras. En el entorno de las ganaderías y fincas de café abundan aves exóticas como los loros y el pájaro barranquero, característico del Quindío. En la rica biodiversidad de Armenia es frecuente encontrar todavía animales de monte.



Educación y cultura JOSÉ GUSTAVO HERNÁNDEZ CASTAÑO

U

n recorrido por la historia de la educación y de los establecimientos educativos del municipio de Armenia, nos permite visualizar sus desarrollos en concordancia con los de la nación y de la región. Así mismo, los retos de la ciudad y del mundo de hoy. La presencia de las instituciones educativas marcaron una existencia tardía y bastante precaria a comienzos del siglo XX, cuando Armenia apenas nacía a la vida administrativa municipal. Se podrían registrar tres momentos de ese desarrollo: un primer momento, o los albores a comienzos del siglo XX; un segundo momento, o las reformas educativas de las décadas de los cincuenta a los ochenta; un tercer momento, la década de los Sede del Instituto de Bellas Artes de la Universidad del Quindío, de arquitectura republicana, terminada en 1932 y considerada una de las edificaciones más grandes de la época. En los programas de educación no formal del instituto, un promedio de 450 estudiantes se preparan en música, teatro y artes plásticas.

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La nueva sede de la institución educativa Escuela Normal Superior, en el barrio Las Américas, participó en la Bienal de Arquitectura. En sus alrededores está la urbanización La Patria, una de las más densamente pobladas de Armenia. Arriba, aspecto del colegio San José. Otro de los establecimientos educativos importantes de la ciudad es el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, de la Carrera 13 entre calles 23 y 24, inaugurado el 4 de septiembre de 1910, reconstruido después del terremoto de 1999.


La Universidad La Gran Colombia se abrió en Armenia en 1971 con la Facultad de Derecho. Sus 1.964 estudiantes cursan carreras de economía, arquitectura, ingeniería agroindustrial y administración de empresas. El edificio fue sede de la Diócesis de Armenia y del Seminario Mayor. Está situada en la Avenida Bolívar con Calle 9, frente a la antigua fábrica de Bavaria. Página opuesta: Universidad del Quindío.

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El Estadio Centenario, ubicado en el sur de Armenia, tiene capacidad para 30.000 espectadores. Se terminó de construir en 1987 durante la primera administración del alcalde Mario Londoño Arcila y se inauguró con el Campeonato Suramericano Juvenil de Fútbol, del cual fue Colombia campeón. Reconstruído después del terremoto, en el 2001, para la Copa América, evento más antiguo del fútbol y en el que Colombia quedó campeón.

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Armenia realiza todos los años una variedad de eventos que permiten la integración de sus habitantes y la presencia de forasteros. Entre los más destacados figuran la temporada taurina, el Abierto Cafetero de Golf, el Concurso Infantil de Música Andina, la Exposición Nacional Equina, la Exposición Internacional de Artesanías y el Festival Internacional del Aire. Con motivo de la celebración de los cien años del Municipio de Armenia se realizaron durante la primera semana de julio de 2003, diferentes actos entre ellos desfiles de las candidatas al XI Reinado de la Chapolera, el concurso al mejor 'yipao', y una serie de espectáculos públicos que tuvieron lugar en la Plaza Bolívar y en barrios de la capital del Quindío.


Resurgir


Hoy el QuindĂ­o con todo su color, su gente amable y hospitalaria, estĂĄ en el ojo del turismo nacional y extranjero. Hermosas fincas del municipio de Armenia dedicadas al agroturismo cuentan con todas las comodidades para sus huĂŠspedes.





Los armenios y visitantes pueden recorrer senderos y caminos seguros, para disfrutar el aire puro y conocer algunos parajes rurales encantadores. La topografĂ­a suavemente ondulada de Armenia facilita que los recorridos se hagan a caballo, en bicicleta, a pie o en automotores. Es frecuente, los fines de semana y festivos, encontrar caminantes que se dirigen por el sector de la vereda San Juan hasta La Nubia. Las personas que recorren el territorio rural de Armenia no podrĂĄn menos que sentirse a plenitud por la biodiversidad que encuentran en cada recodo del camino.


La cuyabra, planta típica del Quindío, es una calabaza de la familia de las cucurbitáceas y de origen asiático. Son plantas rastreras, a las cuales se les quita la semilla y se secan para convertirlas en recipientes. Con el tiempo, la palabra cubraya se adaptó como topónimo para los nacidos o habitantes de Armenia.


El sector rural de Armenia tiene una señalada vocación agrícola. En su territorio además de los cultivos de café y plátano existen otras plantaciones tradicionales como la yuca (anualmente se siembran unas 50 hectáreas).



LA ECOLOGÍA

Un valioso patrimonio natural POR ALBERTO GÓMEZ MEJÍA

P

ara comprender la dinámica ecológica de una región como ésta donde está asentada Armenia es necesario tener en cuenta el pasado geológico local, las poblaciones de fauna y flora, las sucesiones vegetales, el régimen climático y por supuesto las acciones que los humanos que han habitado el territorio han realizado y las transformaciones que han producido en el medio. La historia de Armenia no es tan sólo la que nace con los colonizadores antioqueños que la fundaron, sino que es también su historia natural.

llamamos Pleistoceno. Se inicia una glaciación en el planeta: el mar retrocede y las montañas se cubren de nieve. En nuestro territorio, ya la cordillera tiene para ese entonces una configuración similar a la actual. Pero la diferencia es que la mayoría de sus cumbres están nevadas. Ubicados donde hoy está Armenia, presenciaríamos un espectáculo maravilloso: veríamos nieve a todo lo largo de la cordillera, casi hasta los 3.000 metros. Este paisaje permanecerá así, con pocas variaciones, durante ochenta y cinco mil años más.

Vivimos en la montaña; estamos enclavados en ella, a casi 1.500 metros de altura. Esta portentosa geografía nos hace únicos. La orogenia, la formación de las montañas, de un territorio emergido del mar, proviene del choque de la placa de Suramérica con la placa de Nazca, en el océano Pacífico.

Y se presenta un deshielo, producido por la deglaciación. Durante los siguientes quince mil años se derretirá la nieve, debido al cambio climático y a una intensa actividad volcánica. Las aguas arrastrarán lodos que enmascararán todo el Quindío, en promedios de cincuenta metros. Los materiales arrastrados y depositados formarán, con las cenizas volcánicas, los suelos de la región. La topografía es ya casi igual a la actual. Flora y fauna de enorme diversidad. No hay seres humanos en esta parte del planeta.

LAS MONTAÑAS SE CUBREN DE NIEVE

Retrocedamos imaginariamente cien mil años en el tiempo. Es el final del período que 113


los autores JESÚS ARANGO CANO (La Tebaida, Quindío) Historiador, escritor, diplomático e investigador sobre precolombinos, graduado en letras y ciencias de Columbia University, Nueva York. Fue secretario Económico del Ministerio de Relaciones Exteriores y ha sido miembro de la Academia Colombiana de Historia, de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, de la Sociedad Geográfica de Colombia y de la Sociedad Bolivariana de Curazao, Antillas. Ha recibido ocho importantes condecoraciones y ha escrito 38 libros sobre diferentes temas. Varios de ellos relativos a la mitología precolombina y a la cultura quimbaya.

LUIS CARLOS RESTREPO (Filandia, Quindío) Escritor y humanista Médico especialista en psiquiatría de la Universidad Javeriana. Reconocido en el medio literario por sus temas de reflexión y planteamientos sobre reconciliación. En su práctica como psiquiatra se ha orientado hacia la atención de problemas comunitarios relacionados con la drogadicción y violencia. Fue designado como Alto Comisionado para la Paz por el presidente Alvaro Uribe (agosto de 2002). Tiene más de 10 obras a su haber, entre ellas Libertad y Locura, editada en 1991 por la Universidad Nacional y reeditada en 1995 por Arango Editores y El Derecho a la Ternura –Arango Editores– quizá la más conocida.

JOHN JARAMILLO RAMÍREZ (Armenia, Quindío). Publicista, administrador turístico e historiador Ha sido catedrático y decano de la Facultad de Administración Turística y director de la Corporación de Fomento y Turismo. Creador del Reinado Nacional de la Chapolera (1985), del Desfile del Yipao, compilador de todos los datos del Libro de Oro del Centenario y organizador desde hace treinta años de la más tradicional demostración religiosa de Armenia: la procesión de la Soledad. Fue condecorado en 1998 con la medalla “Ciudadano Emérito”. Orden Cartago 450 años 1991; Emblema Amor a Armenia durante las fiestas Armenia Municipio Cien años 2003.

RICARDO GARCÍA DUARTE (Armenia, Quindío) Doctor en derecho de la Universidad Nacional de Colombia (1973). Magíster en análisis de problemas

políticos, económicos e internacionales contemporáneos del Instituto de Altos Estudios para el Desarrollo (1980). D.E.A. en Estudios Políticos del Instituto de Estudios Políticos de París (1987). Se ha desempeñado como docente de varias universidades de Bogotá y del Quindío. Ha sido coordinador académico de la Maestría en Altos Estudios para el Desarrollo de la Universidad Externado de Colombia, asesor del Ministerio del Interior y del Consejo Nacional Electoral, autor de ocho obras y de varios ensayos políticos.

JOSÉ GUSTAVO HERNANDEZ CASTAÑO (Armenia, Quindío) Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad del Quindío; magíster en Estudios Políticos de la Universidad Javeriana; profesor de Historia y Filosofía en el departamento del Quindío y catedrático en las Universidad del Quindío, Universidad Pedagógica Nacional y Universidad Antonio Nariño. Ha ocupado cargos en el sector público como secretario ejecutivo del Centro de Estudios e Investigaciones Docentes; consultor externo en Políticas Educativas y Políticas Públicas del Congreso de la República y de Gobiernos Locales; delegado del Ministerio de Educación Nacional y actualmente secretario de Educación del municipio de Armenia.

ALBERTO GOMEZ MEJÍA (Armenia, Quindío) Abogado de la Universidad Javeriana con especialización en ciencias socioeconómicas. Profesor desde 1989 de Legislación Ambiental, en la Facultad de Ciencias de la Universidad Javeriana. Presidente en tres oportunidades de la Comisión de Revisión de la Legislación Ambiental. Ha sido presidente de la Sociedad Colombiana de Ecología y presidente de la Federación Colombiana de Entidades para la Conservación de la Naturaleza. Fue autor de la Ley 299 de 1996 por medio de la cual se protege la flora nativa y se reglamentan los jardines botánicos. Representa al Presidente de la República en la junta directiva del Instituto Alexander von Humboldt, y al Alcalde de Bogotá en la junta directiva del Jardín Botánico de esa ciudad. Fue alcalde de Armenia en dos períodos y actualmente es el presidente del Jardín Botánico del Quindío, presidente de la Red Nacional de Jardines Botánicos de Colombia y presidente de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Jardines Botánicos para el período 2002-2003.

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