Novenas

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TIEMPO DE CELEBRAR

AÑOS

DEL PESEBRE GRECCIO 1223 - 2023

NOVENA DE

NAVIDAD 2023


Apreciada comunidad franciscana y bonaventuriana En esta Navidad, recordemos el mágico instante en el que San Francisco de Asís, hace 800 años, en el pequeño pueblo de Greccio, creó el primer pesebre vivo. Entre las estrellas brillantes y la calidez de la comunidad, nació la representación viva del amor y la humildad. Que la paz y la alegría nos acerque unos a otros, recordándonos que, al igual que en Greccio, la verdadera magia de la Navidad reside en el regalo del amor compartido. Con un saludo de Paz y Bien Fray Benjamín Soto Forero Rector Fray William Arley Patiño Vicerrector Académico

Fray Sergio Iván Rojas Díaz Vicerrector Administrativo y Financiero

Fray Jorge Luis Valdés Barragán Vicerrector para la Evangelización de las Culturas y secretario

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INTRODUCCIÓN La NAVIDAD 2023 cierra para nosotros, comunidad bonaventuriana, un año de gozo y alegría de ser impregnados de la espiritualidad de san Francisco de Asís; espiritualidad de los sencillos que se van despojando de sí mismos para revestirse de Cristo y así gozarse en las alegrías sobrenaturales que están envueltas en la pobreza del pesebre del Hijo de Dios; el Santísimo Niño Amado que por su encarnación desplegó en nuestra carne y en el mundo un kairós, en el cual la Trinidad acontece en la simplicidad de los ojos que se abren para la contemplación de la gloria que nuestras manos tocan en la gruta de Belén, que se actualiza en Greccio y en cada corazón inflamado del amor que ardió en el corazón del juglar de Dios. Celebraremos el memorial de aquella Nochebuena propiciada por Francisco y los hermanos de aquel entonces, en un pequeño pueblo italiano, que pudo ver significada la espiritualidad del pobre de Asís en la contemplación simultánea del misterio de la encarnación y el misterio de la eucaristía; en esencia, un solo misterio junto al de la pasión y muerte del Señor: el de la kénosis de la segunda persona de la Trinidad que, por amor al Padre y a los hombres, se entregó hasta el extremo.

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ORDEN DE LA NOVENA DE NAVIDAD USB CALI 2023

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1. SALUDO E INVOCACIÓN INICIAL 2. VILLANCICO 3. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS 4. CONSIDERACIÓN 5. VILLANCICO 6. ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA 7. ORACIÓN A SAN JOSÉ 8. EVANGELIO Y PREDICACIÓN 9. GOZOS 10. ORACIÓN AL NIÑO JESÚS 11. VILLANCICO

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ORACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS

Benignísimo Dios de infinita caridad que tanto amasteis

a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo la mejor prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio: Yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio, en retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro Hijo humanado, suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús, recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. (Gloria al Padre…)

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ORACIÓN

A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

Soberana María que por vuestras grandes virtudes y es-

pecialmente por vuestra humildad merecisteis que todo un Dios os escogiese por Madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo. ¡Oh, dulcísima Madre! comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le aguardasteis vos para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. (Dios te salve María…)

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ORACIÓN A SAN JOSÉ

Oh, santísimo José, esposo de María y padre putativo de

Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan altos ministerios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén. (Padre nuestro… Dios te salve María… Gloria al Padre...)

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ORACIÓN AL NIÑO JESÚS

Acordaos,

¡oh, dulcísimo Niño Jesús! que dijisteis a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: —Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado (ofrece en silencio tus súplicas personales). Llenos de confianza en Vos, oh, Jesús, que sois la misma Verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria, ayudadnos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concedednos, por los méritos infinitos de vuestra encarnación y de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a Vos, oh, Niño omnipotente, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.

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CONSIDERACIÓN DÍA PRIMERO

EL PESEBRE EVANGELIO VIVO NUMERAL 1

Con esta carta quisiera alentar la hermosa tradición de nuestras familias que en los días previos a la Navidad preparan el Belén, como también la costumbre de ponerlo en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las plazas... Es realmente un ejercicio de fantasía creativa, que utiliza los materiales más dispares para crear pequeñas obras maestras llenas de belleza. Se aprende desde niños: cuando papá y mamá, junto a los abuelos, transmiten esta alegre tradición, que contiene en sí una rica espiritualidad popular. Espero que esta práctica nunca se debilite; es más, confío en que, allí donde hubiera caído en desuso, sea descubierta de nuevo y revitalizada.

El hermoso signo del pesebre, tan estimado por el pueblo cristiano, causa siempre asombro y admiración. La representación del acontecimiento del nacimiento de Jesús equivale a anunciar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios con sencillez y alegría. El Belén, en efecto, es como un Evangelio vivo, que surge de las páginas de la Sagrada Escritura. La contemplación de la escena de la Navidad, nos invita a ponernos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre. Y descubrimos que Él nos ama hasta el punto de unirse a nosotros, para que también nosotros podamos unirnos a Él.

De la Carta Apostólica del papa Francisco, “Admirabile Signum”, sobre el significado y el valor del Belén

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CONSIDERACIÓN DÍA SEGUNDO

EL PESEBRE, CATEQUESIS AUTÉNTICA NUMERAL 3

San Francisco realizó una gran obra de evangelización con la simplicidad de aquel signo. Su enseñanza ha penetrado en los corazones de los cristianos y permanece hasta nuestros días como un modo genuino de representar con sencillez la belleza de nuestra fe. Por otro lado, el mismo lugar donde se realizó el primer Belén expresa y evoca estos sentimientos. Greccio se ha convertido en un refugio para el alma que se esconde en la roca para dejarse envolver en el silencio. ¿Por qué el Belén suscita tanto asombro y nos conmueve? En primer lugar,

porque manifiesta la ternura de Dios. Él, el Creador del universo, se abaja a nuestra pequeñez. El don de la vida, siempre misterioso para nosotros, nos cautiva aún más viendo que Aquel que nació de María es la fuente y protección de cada vida. En Jesús, el Padre nos ha dado un hermano que viene a buscarnos cuando estamos desorientados y perdemos el rumbo; un amigo fiel que siempre está cerca de nosotros; nos ha dado a su Hijo que nos perdona y nos levanta del pecado.

De la Carta Apostólica del papa Francisco, “Admirabile Signum”, sobre el significado y el valor del Belén

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CONSIDERACIÓN DÍA TERCERO

EL SIGNIFICADO DE CADA ELEMENTO DEL BELÉN NUMERAL 4

cuantos atraviesan las tinieblas del sufrimiento (cf. Lc 1,79).

Me gustaría ahora repasar los diversos signos del Belén para comprender el significado que llevan consigo.

Merecen también alguna mención los paisajes que forman parte del Belén y que a menudo representan las ruinas de casas y palacios antiguos, que en algunos casos sustituyen a la gruta de Belén y se convierten en la estancia de la Sagrada Familia. Estas ruinas parecen estar inspiradas en la Leyenda Áurea del dominico Jacopo da Varazze (siglo XIII), donde se narra una creencia pagana según la cual el templo de la Paz en Roma se derrumbaría cuando una Virgen diera a luz. Esas ruinas son sobre todo el signo visible de la humanidad caída, de todo lo que está en ruinas, que está corrompido y deprimido. Este escenario dice que Jesús es la novedad en medio de un mundo viejo, y que ha venido a sanar y reconstruir, a devolverle a nuestra vida y al mundo su esplendor original.

En primer lugar, representamos el contexto del cielo estrellado en la oscuridad y el silencio de la noche. Lo hacemos así, no sólo por fidelidad a los relatos evangélicos, sino también por el significado que tiene. Pensemos en cuántas veces la noche envuelve nuestras vidas. Pues bien, incluso en esos instantes, Dios no nos deja solos, sino que se hace presente para responder a las preguntas decisivas sobre el sentido de nuestra existencia: ¿quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Por qué nací en este momento? ¿Por qué amo? ¿Por qué sufro? ¿Por qué moriré? Para responder a estas preguntas, Dios se hizo hombre. Su cercanía trae luz donde hay oscuridad e ilumina a

De la Carta Apostólica del papa Francisco, “Admirabile Signum”, sobre el significado y el valor del Belén

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CONSIDERACIÓN DÍA CUARTO

LA ALEGRÍA DE HACER EL PESEBRE NUMERAL 5

¡Cuánta emoción debería acompañarnos mientras colocamos en el Belén las montañas, los riachuelos, las ovejas y los pastores! De esta manera recordamos, como lo habían anunciado los profetas, que toda la creación participa en la fiesta de la venida del Mesías. Los ángeles y la estrella son la señal de que también nosotros estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Señor. “Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado” (Lc. 2,15), así dicen los pastores después del anuncio hecho por los ángeles. Es una enseñanza muy hermosa que se muestra en

la sencillez de la descripción. A diferencia de tanta gente que pretende hacer otras mil cosas, los pastores se convierten en los primeros testigos de lo esencial, es decir, de la salvación que se les ofrece. Son los más humildes y los más pobres quienes saben acoger el acontecimiento de la encarnación. A Dios que viene a nuestro encuentro en el Niño Jesús, los pastores responden poniéndose en camino hacia Él, para un encuentro de amor y de agradable asombro. Este encuentro entre Dios y sus hijos, gracias a Jesús, es el que da vida precisamente a nuestra religión y constituye su singular belleza, y resplandece de una manera particular en el pesebre.

De la Carta Apostólica del papa Francisco, “Admirabile Signum”, sobre el significado y el valor del Belén

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CONSIDERACIÓN DÍA QUINTO

EN EL PESEBRE HAY UN LUGAR PARA TODOS NUMERALES 6 Y 9

su cercanía. Jesús, “manso y humilde de corazón” (Mt 11,29), nació pobre, llevó una vida sencilla para enseñarnos a comprender lo esencial y a vivir de ello. Desde el Belén emerge claramente el mensaje de que no podemos dejarnos engañar por la riqueza y por tantas propuestas efímeras de felicidad.

Tenemos la costumbre de poner en nuestros belenes muchas figuras simbólicas, sobre todo, las de mendigos y de gente que no conoce otra abundancia que la del corazón. Ellos también están cerca del Niño Jesús por derecho propio, sin que nadie pueda echarlos o alejarlos de una cuna tan improvisada que los pobres a su alrededor no desentonan en absoluto. De hecho, los pobres son los privilegiados de este misterio y, a menudo, aquellos que son más capaces de reconocer la presencia de Dios en medio de nosotros.

El palacio de Herodes está al fondo, cerrado, sordo al anuncio de alegría. Al nacer en el pesebre, Dios mismo inicia la única revolución verdadera que da esperanza y dignidad a los desheredados, a los marginados: la revolución del amor, la revolución de la ternura. Desde el Belén, Jesús proclama, con manso poder, la llamada a compartir con los últimos el camino

Los pobres y los sencillos en el Nacimiento recuerdan que Dios se hace hombre para aquellos que más sienten la necesidad de su amor y piden

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hacia un mundo más humano y fraterno, donde nadie sea excluido ni marginado. Con frecuencia a los niños –pero también a los adultos– les encanta añadir otras figuras al Belén que parecen no tener relación alguna con los relatos evangélicos. Y, sin embargo, esta imaginación pretende expresar que en este nuevo mundo inaugurado por Jesús hay espacio para todo lo que es humano y para toda criatura. Del pastor al herrero, del panadero a los músicos, de las mujeres que llevan jarras de agua a los niños que juegan..., todo esto representa la santidad cotidiana, la alegría de hacer de manera extraordinaria las cosas de todos los días, cuando Jesús comparte con nosotros su vida divina. Cuando se acerca la fiesta de la Epifanía, se colocan en el Nacimiento las tres figuras de los Reyes Magos. Observando la estrella, aquellos sabios y ricos señores de Oriente se habían puesto en camino hacia Belén para conocer a Jesús y ofrecerle dones: oro, incienso y mirra. También estos regalos tienen un significado alegórico: el oro honra la realeza de Jesús; el incienso su divinidad; la mirra su santa

humanidad que conocerá la muerte y la sepultura. Contemplando esta escena en el Belén, estamos llamados a reflexionar sobre la responsabilidad que cada cristiano tiene de ser evangelizador. Cada uno de nosotros se hace portador de la Buena Noticia con los que encuentra, testimoniando con acciones concretas de misericordia la alegría de haber encontrado a Jesús y su amor. Los Magos enseñan que se puede comenzar desde muy lejos para llegar a Cristo. Son hombres ricos, sabios extranjeros, sedientos de lo infinito, que parten para un largo y peligroso viaje que los lleva hasta Belén (cf. Mt. 2,112). Una gran alegría los invade ante el Niño Rey. No se dejan escandalizar por la pobreza del ambiente; no dudan en ponerse de rodillas y adorarlo. Ante Él comprenden que Dios, igual que regula con soberana sabiduría el curso de las estrellas, guía el curso de la historia, abajando a los poderosos y exaltando a los humildes. Y ciertamente, llegados a su país, habrán contado este encuentro sorprendente con el Mesías, inaugurando el viaje del Evangelio entre las gentes.

De la Carta Apostólica del papa Francisco, “Admirabile Signum”, sobre el significado y el valor del Belén

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CONSIDERACIÓN DÍA SEXTO

MARÍA Y JOSÉ NUMERAL 7

a su palabra y la pongan en práctica (cf. Jn. 2,5).

Poco a poco, el Belén nos lleva a la gruta, donde encontramos las figuras de María y de José. María es una madre que contempla a su hijo y lo muestra a cuantos vienen a visitarlo. Su imagen hace pensar en el gran misterio que ha envuelto a esta joven cuando Dios ha llamado a la puerta de su corazón inmaculado. Ante el anuncio del ángel, que le pedía que fuera la madre de Dios, María respondió con obediencia plena y total. Sus palabras: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc. 1,38), son para todos nosotros el testimonio del abandono en la fe a la voluntad de Dios. Con aquel “sí”, María se convertía en la madre del Hijo de Dios sin perder su virginidad, antes bien consagrándola gracias a Él. Vemos en ella a la Madre de Dios que no tiene a su Hijo sólo para sí misma, sino que pide a todos que obedezcan

Junto a María, en una actitud de protección del Niño y de su Madre, está san José. Por lo general, se representa con el bastón en la mano y, a veces, también sosteniendo una lámpara. San José juega un papel muy importante en la vida de Jesús y de María. Él es el custodio que nunca se cansa de proteger a su familia. Cuando Dios le advirtió de la amenaza de Herodes, no dudó en ponerse en camino y emigrar a Egipto (cf. Mt. 2,13-15). Y una vez pasado el peligro, trajo a la familia de vuelta a Nazaret, donde fue el primer educador de Jesús niño y adolescente. José llevaba en su corazón el gran misterio que envolvía a Jesús y a María su esposa, y como hombre justo confió siempre en la voluntad de Dios y la puso en práctica.

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CONSIDERACIÓN DÍA SÉPTIMO

EL CORAZÓN DEL PESEBRE NUMERAL 8

El corazón del pesebre comienza a palpitar cuando, en Navidad, colocamos la imagen del Niño Jesús. Dios se presenta así, en un niño, para ser recibido en nuestros brazos. En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma. Parece imposible, pero es así: en Jesús, Dios ha sido un niño y en esta condición ha querido revelar la grandeza de su amor, que se manifiesta en la sonrisa y en el tender sus manos hacia todos. El nacimiento de un niño suscita alegría y asombro, porque nos pone ante el gran misterio de la vida. Viendo brillar los ojos de los jóvenes esposos ante su hijo recién nacido, entendemos los sentimientos de María y José que, mirando al niño Jesús, percibían la presencia de Dios en sus vidas. “La Vida se hizo visible” (1Jn 1,2); así el apóstol Juan resume el misterio de

la encarnación. El Belén nos hace ver, nos hace tocar este acontecimiento único y extraordinario que ha cambiado el curso de la historia, y a partir del cual también se ordena la numeración de los años, antes y después del nacimiento de Cristo. El modo de actuar de Dios casi aturde, porque parece imposible que Él renuncie a su gloria para hacerse hombre como nosotros. Qué sorpresa ver a Dios que asume nuestros propios comportamientos: duerme, toma la leche de su madre, llora y juega como todos los niños. Como siempre, Dios desconcierta, es impredecible, continuamente va más allá de nuestros esquemas. Así, pues, el pesebre, mientras nos muestra a Dios tal y como ha venido al mundo, nos invita a pensar en nuestra vida injertada en la de Dios; nos invita a ser discípulos suyos si queremos alcanzar el sentido último de la vida.

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CONSIDERACIÓN DÍA OCTAVO

EN TORNO AL PESEBRE VOLVEMOS A SER NIÑOS NUMERAL 10

Queridos hermanos y hermanas: el belén forma parte del dulce y exigente proceso de transmisión de la fe. Comenzando desde la infancia y luego en cada etapa de la vida, nos educa a contemplar a Jesús, a sentir el amor de Dios por nosotros, a sentir y creer que Dios está con nosotros y que nosotros estamos con Él, todos hijos y hermanos gracias a aquel Niño Hijo de Dios y de la Virgen María. Y a sentir que en esto está la felicidad. Que en la escuela de san Francisco abramos el corazón a esta gracia sencilla, dejemos que del asombro nazca una oración humilde: nuestro “gracias” a Dios, que ha querido compartir todo con nosotros para no dejarnos nunca solos.

Ante el Belén, la mente va espontáneamente a cuando uno era niño y se esperaba con impaciencia el tiempo para empezar a construirlo. Estos recuerdos nos llevan a tomar nuevamente conciencia del gran don que se nos ha dado al transmitirnos la fe; y al mismo tiempo nos hacen sentir el deber y la alegría de transmitir a los hijos y a los nietos la misma experiencia. No es importante cómo se prepara el pesebre, puede ser siempre igual o modificarse cada año; lo que cuenta es que este hable a nuestra vida. En cualquier lugar y de cualquier manera, el Belén habla del amor de Dios, el Dios que se ha hecho niño para decirnos lo cerca que está de todo ser humano, cualquiera que sea su condición.

De la Carta Apostólica del papa Francisco, “Admirabile Signum”, sobre el significado y el valor del Belén

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CONSIDERACIÓN DÍA NOVENO

UNA NOCHEBUENA EN GRECCIO NUMERAL 2

El origen del pesebre encuentra confirmación ante todo en algunos detalles evangélicos del nacimiento de Jesús en Belén. El evangelista Lucas dice sencillamente que María “dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada” (Lc.2,7). Jesús fue colocado en un pesebre; palabra que procede del latín: praesepium. El Hijo de Dios, viniendo a este mundo, encuentra sitio donde los animales van a comer. El heno se convierte en el primer lecho para Aquel que se revelará como “el pan bajado del cielo” (Jn. 6,41). Un simbolismo que ya san Agustín, junto con otros Padres, había

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captado cuando escribía: “Puesto en el pesebre, se convirtió en alimento para nosotros” (Serm. 189,4). En realidad, el belén contiene diversos misterios de la vida de Jesús y nos los hace sentir cercanos a nuestra vida cotidiana. Pero volvamos de nuevo al origen del belén tal como nosotros lo entendemos. Nos trasladamos con la mente a Greccio, en el valle Reatino; allí san Francisco se detuvo viniendo probablemente de Roma, donde el 29 de noviembre de 1223 había recibido del papa Honorio III la confirmación de su Regla. Después de su viaje a Tierra Santa, aquellas grutas le recordaban de manera especial el paisaje de Belén. Y es posible que el Poverello


quedase impresionado en Roma, por los mosaicos de la Basílica de Santa María la Mayor que representan el nacimiento de Jesús, justo al lado del lugar donde se conservaban, según una antigua tradición, las tablas del pesebre. Las fuentes franciscanas narran en detalle lo que sucedió en Greccio: Quince días antes de la Navidad, Francisco llamó a un hombre del lugar, de nombre Juan, y le pidió que lo ayudara a cumplir un deseo: —Deseo celebrar la memoria del Niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno. Tan pronto como lo escuchó, ese hombre bueno y fiel fue rápidamente y preparó en el lugar señalado lo que el santo le había indicado. El 25 de diciembre, llegaron a Greccio muchos frailes de distintos lugares, como también hombres y mujeres de las granjas de la comarca, trayendo flores y antorchas para iluminar aquella noche santa. Cuando llegó Francisco, en-

contró el pesebre con el heno, el buey y el asno. Las personas que llegaron mostraron frente a la escena de la Navidad una alegría indescriptible, como nunca antes habían experimentado. Después, el sacerdote, ante el Nacimiento, celebró solemnemente la Eucaristía, mostrando el vínculo entre la encarnación del Hijo de Dios y la Eucaristía. En aquella ocasión, en Greccio, no había figuras: el belén fue realizado y vivido por todos los presentes. Así nace nuestra tradición: todos alrededor de la gruta y llenos de alegría, sin distancia alguna entre el acontecimiento que se cumple y cuantos participan en el misterio. El primer biógrafo de san Francisco, Tomás de Celano, recuerda que esa noche, se añadió a la escena simple y conmovedora el don de una visión maravillosa: uno de los presentes vio acostado en el pesebre al mismo Niño Jesús. De aquel belén de la Navidad de 1223, “todos regresaron a sus casas colmados de alegría”. (Apartes tomados de Tomás de Celano, Vida Primera, pp. 84-86; Fuentes Franciscanas, pp. 468-470).

De la Carta Apostólica del papa Francisco, “Admirabile Signum”, sobre el significado y el valor del Belén

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GOZOS NAVIDEÑOS

v Oh, Sapiencia Suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro. Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios. R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto! v Oh, Adonaí Potente que a Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos. Ah, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte brazo. v R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto! v Oh, Raíz Sagrada de Jesé que en lo alto presentas al orbe tu fragante nardo. Dulcísimo Niño que has sido llamado: lirio de los valles, bella flor del campo. R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto! v Llave de David que abre al desterrado las cerradas puertas del regio palacio. Sácanos, oh, Niño, con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado. R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto! v Oh, Lumbre de Oriente, Sol de Eternos Rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos. Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios. R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto!

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GOZOS NAVIDEÑOS

v Espejo sin mancha, santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano. Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño, da, al mísero, amparo. R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto! v Rey de las naciones, Emmanuel Preclaro, de Israel anhelo, Pastor del Rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso. R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto! v Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío como riego santo. Ven, hermoso Niño; ven, Dios humanado; luce, hermosa estrella, brota, flor del campo. R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto! v Ven, que ya María previene sus brazos, do su niño vean, en tiempo cercano. Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario. R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto! v Del débil: auxilio, del doliente: amparo, consuelo del triste, luz del desterrado. Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano. R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto! v Véante mis ojos, de Ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos; prosternado en tierra te tiendo los brazos, y aún más que mis frases, te dice mi llanto. R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto!

v Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos; ven a nuestras almas, ¡ven, no tardes tanto! R/ ¡Ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto!

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EVANGELIO DÍA PRIMERO

LECTURA DEL EVANGELIO, SEGÚN SAN LUCAS 1, 26-38

En aquel tiempo el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: —Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: —No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

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Y María dijo al ángel: —¿Cómo será eso, pues no conozco varón? El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible. María contestó: —Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel. Palabra del Señor.


EVANGELIO DÍA SEGUNDO

LECTURA DEL EVANGELIO, SEGÚN SAN MATEO 1, 18-25

El origen de Jesucristo fue de esta manera Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de vivir ellos juntos, se encontró que estaba encinta por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo, no quería difamarla y resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: —José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre

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Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta: —Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa: Dios con nosotros. Despertándose José del sueño hizo como el ángel le había mandado y tomó consigo a su mujer. Y sin haberla conocido dio a luz un hijo y le puso por nombre Jesús. Palabra del Señor.


EVANGELIO DÍA TERCERO

LECTURA DEL EVANGELIO, SEGÚN SAN LUCAS 1, 39-45

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: —¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Palabra del Señor.

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EVANGELIO DÍA CUARTO

LECTURA DEL EVANGELIO, SEGÚN SAN LUCAS 1, 46-56

María dijo: —Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. —Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. —Él hace proezas con su brazo: dispersa a

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los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. —Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa. Palabra del Señor.


EVANGELIO DÍA QUINTO

LECTURA DEL EVANGELIO, SEGÚN SAN LUCAS 2, 1-20 En aquel tiempo, salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño, y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: —No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: —Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se

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decían unos a otros: —Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado. Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Palabra del Señor.


EVANGELIO DÍA SEXTO

LECTURA DEL EVANGELIO, SEGÚN SAN MATEO 2, 1-12

Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: —¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle. Al oírlos el rey Herodes se turbó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Mesías, ellos le dijeron: —En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: —Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel. Entonces, Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la

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aparición de la estrella, después, enviándolos a Belén, les dijo: —Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino. Palabra del Señor.


EVANGELIO DÍA SÉPTIMO

LECTURA DEL EVANGELIO, SEGÚN SAN MATEO 2, 13-23

Después que los magos se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: —Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarle. Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: —De Egipto llamé a mi hijo. Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías:

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—Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento, es Raquel que llora a sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no existen. Muerto Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: —Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño. Él se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: —Será llamado Nazareno. Palabra del Señor.


EVANGELIO DÍA OCTAVO

LECTURA DEL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1, 1-8

En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios, Ella estaba en el principio con Dios, todo se hizo por Ella y sin Ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan, este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él, no era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. Palabra del Señor.

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EVANGELIO DÍA NOVENO

LECTURA DEL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1, 9-18

La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre, viniendo a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino que nacieron de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su

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gloria, gloria que recibe del Padre como Unigénito, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y clama: “este era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo”. Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo Unigénito, que está en el seno del Padre, él lo ha contado. Palabra del Señor.


VILLANCICOS NAVIDEÑOS

VAMOS PASTORES VAMOS

por nuestro amor está. Allí duerme el niñito junto a un mulo y un buey, y bien cobijadito, con un blanco pañal. Con un blanco pañal. (CORO) Es tan lindo el niñito, que nunca podrá ser que su belleza copie el lápiz y el pincel; pues el Eterno Padre con inmenso poder hizo que el Hijo fuera inmenso como Él. Inmenso como Él. (CORO)

(CORO) Vamos pastores, vamos, vamos a Belén a ver en ese niño la gloria del Edén, a ver en ese niño la gloria del Edén. ¡Ese precioso niño! Yo me muero por Él sus ojitos me encantan, su boquita también, el padre lo acaricia. La madre mira en Él y los dos extasiados contemplan aquel ser. Contemplan aquel ser. (CORO) Un establo es una cuna, su casa es un portal y sobre duras pajas

ANTÓN TIRU RIRU RIRU

Antón tiru riru riru Antón tiru riru ra Antón tiru riru riru Antón tiru riru ra. Jesús al pesebre vamos a adorar Jesús al pesebre vamos a adorar. Duérmete niño chiquito que la noche viene ya cierra pronto tus ojitos Que el cielo te arrullara….

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LOS PECES EN EL RÍO

La Virgen está lavando y tendiendo en el romero, los pajarillos cantando, y el romero floreciendo. Pero mira cómo beben los peces en el río, pero mira cómo beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver a Dios nacer. La Virgen se está peinando entre cortina y cortina, sus cabellos son de oro, el peine de plata fina. Pero mira cómo beben los peces en el río, pero mira cómo beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver a Dios nacer. La Virgen va caminando por entre aquellas palmeras, el Niño mira en sus ojos, el color de la vereda. Pero mira cómo beben los peces en el río, pero mira cómo beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver a Dios nacer.

NOCHE DE PAZ

Noche de paz, noche de amor, Todo duerme en derredor. Entre sus astros que esparcen su luz Bella anunciando al niñito Jesús Brilla la estrella de paz. Brilla la estrella de paz. Noche de paz, noche de amor, Todo duerme en derredor, sólo velan en la oscuridad los pastores que en el campo están; Y la estrella de Belén Y la estrella de Belén. Noche de paz, noche de amor, Todo duerme en derredor; sobre el santo niño Jesús una estrella esparce su luz, brilla sobre el Rey Brilla sobre el Rey. Noche de paz, noche de amor, Todo duerme en derredor, fieles velando allí en Belén, los pastores, la madre también. Y la estrella de paz Y la estrella de paz.

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CAMPANA SOBRE CAMPANA Campana sobre campana y sobre campana una asómate a la ventana verás a un niño en la cuna. Belén, campanas de Belén que los ángeles tocan que nuevas me traéis. (Estrofa con diferente entonación a las demás). Recogido tu rebaño ¿a dónde vas pastorcillo? Voy a llevar el portal requesón, manteca y vino. Campana sobre campana y sobre campana dos asómate a la ventana porque está naciendo Dios. Caminando a media noche ¿dónde caminas pastor? le llevo al niño que nace como a Dios mi corazón. Campana sobre campana y sobre campana tres en una cruz a esta hora del niño va a padecer.

BURRITO SABANERO

Con mi burrito sabanero voy camino de Belén. Con mi burrito sabanero voy camino de Belén. Si me ven, si me ven voy camino de Belén. Si me ven, si me ven voy camino de Belén. Con mi cuatrico voy cantando y mi burrito va trotando Con mi cuatrico voy cantando y mi burrito va trotando. Si me ven, si me ven voy camino de Belén. Si me ven, si me ven voy camino de Belén. El lucerito mañanero, ilumina mi sendero. El lucerito mañanero, ilumina mi sendero. Si me ven, si me ven voy camino de Belén. Si me ven, si me ven voy camino de Belén. Tuqui tuqui tuquituqui tuquituqui tu qui ta apúrate mi burrito que ya vamos a llegar. Tuqui tuqui tuquituqui tuquituqui tu qui ta apúrate mi burrito vamos a ver a Jesús.

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NOVENA DE

NAVIDAD 2023


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