Hoy, en medio de la crítica situación política y so‐cial que vive nuestro país, es difícil llegar a imagi‐nar cómo sería la vida en un país de rentas bajas - a causa de varios años de corrupción —; y con todo el potencial del mundo para ser una gran potencia, viviendo en una guerra sistemática de manera ge‐neracional, donde hoy nuestra sociedad es reflejo de lo que hemos sido y el culto que se ha rendido a la manera fácil de hacer dinero. El fácil que poda‐mos identificar ese parásito que desde hace varios lustros nos gobierna. No han sido pocos los huérfa‐nos y huérfanas, viudas y viudos, madres y padres despidiendo un hijo rompiendo una ley natural de la vida, que son los hijos quieren deben despedir a sus padres, que esta guerra de la que hemos sido presos, esclavizados y domesticados sin importar la clase social y económica, todos de alguna mane‐ra nos hemos visto afectados por esta situación.
Suena fácil pensar en cambiar la sociedad utilizan‐do un artilugio de palabras que se convierte en un clamor de lo que la gente quiere oír, y utilizar ese sentimiento de dolor y frustración, para valerse y alcanzar un objetivo metódicamente calculado.
Es doloroso y difícil de entender, vivir en la posición de una madre que debe sostener a sus hijos y mu‐chas veces dejarlos a merced de la vida porque no hay otra manera de equilibrar, o va y busca el pan o cuida de sus hijos, esos hijos que muchas veces padres sin importar nada no son capaces de ayu‐dar con la manutención, ya que sobra decir que no tienen ningún interés en la parte emocional. Pero esta es solo un ejemplo de los miles que podría‐mos encontrar y relatar y alimentar de historias ba‐sadas en el dolor de otros o nuestro.
Siempre hay una manera de romper esas cadenas sociales y económicas, todo se basa en el deseo, la disciplina, la entrega y la repetición, como dice un dicho la práctica hace al maestro. Tal vez muchos preguntaran, pero que tiene que ver esto con lo que hay líneas arriba y es sencillo, de manera breve narraré mi historia y espero sirva como ejemplo para romper esos paradigmas que llenan muchas veces de veneno nuestro ser y se refleja en nuestra sociedad. Cuando era niño deseé siempre ser ar‐quitecto, nunca supe por qué, puesto que no había nadie en mi familia que tuviese esa profesión, al llegar al último año de secundaria di un giro de ciento ochenta grados a ese deseo y a ese gusto. Mi cambio radicó en un trabajo que hice en el cole‐gio para la asignatura de química y se trataba so‐bre el petróleo, y en aquel entonces no había inter‐net y la fuente de información eran las bibliotecas o las enciclopedias; fue así como debí acudir a la biblioteca de Ecopetrol para investigar y hacer mi trabajo, cuando fui allí el señor de que atendía la
biblioteca me paso un montón de información, pero hubo dos cosas que a mí me llamaron espe‐cialmente la atención, la primera una cartilla que tenía como título El petróleo y su mundo, y básica‐mente era un resumen de la historia del petróleo y explicaba de forma gráfica y didáctica su origen y como era el proceso de exploración, producción y distribución y usos, lo segundo que llamo mi aten‐ción fue que sobre la pared de la biblioteca en una gran repisa había un montón de frascos que co‐rrespondían a los derivados del petróleo en aquella época solo pensaba que era la gasolina y algunos otros combustibles.
Con la información y parte de mi imaginación hice mi trabajo para el colegio, el tema posterior fue cuando les manifesté a mis padres que ya no que‐ría ser arquitecto, sino ingeniero de petróleos, ellos preocupados por ese cambio tan drástico me de‐cían una y otra vez que si estaba seguro, dado que las condiciones de mi hogar no eran como para es‐tar cambiando de carrera ni de universidad cada vez que así yo lo quisiera.
Estudie mi carrera con el esfuerzo que hicieron mis padres para que no me faltara lo básico, lo que re‐quería para ir a estudiar y demás, finalice y pues que mejor mérito que mi padre quien hizo su es‐fuerzo por sacarme adelante recibiera mi diploma, ya que yo me encontraba laborando, fui afortuna‐do de conseguir trabajo antes de recibir mi título como profesional en ingenieria de petróleos.
Hoy ya ajustando casi dieciséis años en esta in‐dus-tria tengo que agradecer demasiado, he teni‐do la oportunidad de conocer muchas personas, muchas culturas, diferentes variedades de alimen‐tos de cada una de las regiones del país donde he laborado, desde un ají de maní en el Putumayo, pasando por el asado Huilense y la lechona Toli‐mense, hasta carne de búfalo y un frito sudado en el Magdalena medio, o una mamona de nuestros llanos orientales y describir los miles de historias que se cuentan en cada una de esas paradas a de‐gustar una comida y porque no como muchas ve‐ces hice, tomar un trago con mis compañeros y hasta con desconocidos, ir tejiendo poco a poco la gran red de personas que conozco de cerca, más aquella de la que alguna manera de forma indirec‐ta hemos hecho parte quienes somos trabajadores del sector petrolero, que muy seguramente el mi‐nero también desde su visión lo ha hecho. El tiem‐po te muestra de todo, historias lindas, historias de superación como por ejemplo ver una persona que inicio en el cargo mas bajo que se puede tener en un equipo bien sea de perforación o de servicio a pozos, como lo es un obrero de patio y ver que esas ganas de superación poco a poco lo han lleva‐do a ser un supervisor y en algunos caso que he es‐cuchado porque no he tenido la fortuna de palpar‐los de cerca, ser jefes de equipo, son casos donde el deseo por salir adelante supera cualquier cosa, lo que te digan, las burlas, la mala vibra todos aquellos que pensaron que no ibas a poder, pero que al final lo hiciste y has conseguido éxito, poco o mucho, pero por lo menos no te quedaste ahí sin
hacer nada, hiciste y eso es lo rescatable.
Para muchos hoy en día con la actual posición de algunos gobiernos es fácil decir vamos a acabar con la exploración y explotación de los recursos no renovables, vamos a buscar otras fuentes de ener‐gía, pero será esa realmente la solución, habrán creído por un instante en todos esos seres depen‐dientes de la industria, no solo los directos sino los indirectos, imaginen ustedes lo siguiente, yo como ingeniero de petróleos devengo un dinero por mi salario, con ese dinero sustento a mi familia, y mi núcleo familiar es de 4 personas, esposa, hijo y ma‐dre, de ahí se desprenden varias ramas, empece‐mos por una básica, la educación de mi hijo, porque con lo que devengo pago el colegio de mi hijo, y con ese dinero la institución paga a el salario de sus docentes, que a su vez paga el colegio de sus hijos o mantiene o ayuda en su hogar bien sea su pareja o sus padres o simplemente para su sus‐tento personal; bien, salgamos por otra rama, hay una persona que nos colabora en los quehaceres de mi casa, con lo que ella devenga cancela el cole‐gio de su hija y aporta en una casa para un mejor sustento es decir, que tenemos otro docente mas, en resumen a simples luces con un salario se pue‐den estar beneficiando minino cuatro familias, va‐mos mas allá, al hacer la compra de canasta fami‐liar, aquí la cosa la se multiplica por tres o cuatro personas mas.
Pero sigamos ahondando, el dinero que usamos para comer en las zonas de directa influencia de
nuestra profesión y en otros casos de los oficios que hacen que devenguen dinero por esta industrtria que varios han querido satanizar, entonces nuestra cuenta crecer, y así podremos sacar cuen‐tas y cuentas y mas cuentas y al final el balance será el mismo, un saldo en rojo si se cercena estas fuentes de ingreso, no me quisiera meter en temas mas allá, como lo sería la economía del país por los ingresos del petróleo y los miles de programas que se quedarán sin financiación, porque hay que en‐tender algo, muchos gobiernos que disfrutaron de las mieles mientras el boom del petróleo estuvo y no hicieron nada son responsables directos del fla‐gelo social que hoy afecta esos municipios y sus habitantes porque solo pensaron en ellos y no es sus coterráneos, saquearon y abusaron de po‐derpara llenar sus bolsillos y de los de sus mas cer‐canos chupa media, pero como dije la intención de mi escrito es diferente al tema político es ir a lado humano, porque es el que me interesa mostrar. Sa‐bían ustedes que si no todas casi todas las compa‐ñías operadoras que hay en el país incluyendo nuestra compañía Ecopetrol tienen programas de educación donde hacen que niños y jovenes que tienen y demuestran deseo de superación le pa‐gan carreras universitarias a cero costo, así como programas de educación para madres cabezas de familia, y que siempre las labores de mano de obra no calificada se escoge personal de la región y de la zona, municipio o vereda de mayor influencia, ellos también dependen de este negocio y tam‐bién pueden ser multiplicadores de éxito y de ha‐cer crecer una sociedad porque una persona que
recibe en cualquier momento da, y regresa aquello para que otro no carezca y se pueda superar, es que todo es una cadena que está milimétricamen‐te alineada y que con un solo eslabón que falle se derrumba esa sincronía.
Entonces será que antes de todas esas decisiones un poco absurdas a mi gusto, se han tomado el tiempo de verificar este impacto socioeconómico, ¿Será que una ideología fracasada puede hacernos bien?, ¿Será que es necesario golpear más al ciu‐dadano de pie?.
Yo por mi lado como muchos de mis amigos y co‐legas no sé hacer nada mas, los ingenieros de pe‐tróleos tenemos esa desventaja generalizada, en ninguna otra industria nos reciben, a diferencia de los ingenieros mecánicos, industriales, químicos, electrónicos y demás, que han o están vinculados a esta industria que lo has acogido porque es tan grande que es para todos, y en cualquier caso que se acabe como muchos pretenden puedes ejercer sus carreras en otras industrias, nosotros no, a no‐sotros un torno no nos recibe, una empresa de pro‐cesos no nos recibe, una empresa de componen‐tes electrónicos no nos recibe, porque así es la dinámica de este negocio, somos unos seres naci‐mos para esto, y vivimos por esto.
Por eso hago una pequeña invitación a aquellos que creen que acabando un negocio que genera millones de ingresos y beneficia a muchas perso‐nas y sí, por el contrario, el problema social que
desencadenaría sería de magnitudes catastróficas, sean un poco más empáticos con el tema y documéntense sobre lo que realmente está detrás de esta industria y los miles de familias que depende‐mos de ella, o creen ustedes que el presidente, sus familiares, senadores y demás que usan los siste‐mas de seguridad del Estado se van a transportar en bicicletas o vehículos que generan bajas emisio‐nes, ustedes piensan que los impuestos que recau‐den de los vehículos que no tengan emisiones se‐rán suficientes para mantener entidades del esta‐do, si no hay contribuyentes quienes serán los que financien las obras.
Finalmente, yo seguiré amando esto que hago por‐que lo hago por vocación y por convicción y si en algún momento debo buscar diferentes alternati‐vas lo haré, aunque no considero que sea justo cuando hablamos de igualdad. Con afecto, una re‐flexión de un luchador, amigo, colega y compatrio‐ta.
Alberto M. Salazar Reslen.