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EDITORIAL

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A CHAMBEAR

A CHAMBEAR

Fotografía: Ringo Chiu / Shutterstock.com

¡NO ES MOMENTO DE VENIR!

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Pase la voz

El drama de la frontera sur de los Estados Unidos es de nunca acabar. No es un problema de ahora. Ha sido de siempre. Lo que pasa es que ahora se ha desbordado y se convierte en un auténtico polvorín. Las recientes imágenes de miles de migrantes haciendo fila para entregarse a la patrulla fronteriza en Texas y buscar un caso de asilo son realmente perturbadoras. Porque en ellas se refleja la cruel realidad que están viviendo los pobres en muchas partes del mundo. La inmensa mayoría son latinoamericanos que no se quieren dejar morir de hambre. Pero también llegan migrantes de otras partes que huyen de la falta de oportunidades o simplemente buscan un mundo mejor.

Todos tienen una causa lógica para hacer lo que hacen. Motivos les sobran. Pero pueden estar llegando a un punto de no solución. Pueden estar llegando a la puerta del infierno y no del cielo que tanto han buscado.

Y es que las opciones para llegar y poder emprender una nueva vida que les brinde tranquilidad y seguridad cada día se complican más. Es tal la cantidad de personas que los albergues están a reventar, no hay cama para tanta gente. Los sistemas de atención de las autoridades fronterizas están a punto de colapsar porque no tienen ni el personal, ni los equipos, ni la logística para atender a tantas personas. Según cálculos del Departamento de Seguridad Interior (DHS) para noviembre se esperaban unos 14 mil casos de asilo cada día pero los hechos indican que estas cifras están siendo rebasadas por la realidad.

Y ahora ante el inminente fin del título 42 (la norma que permitía deportar personas rápidamente invocando la pandemia del coronavirus) el panorama se complica. ¡Es sencillo! La gente cree que será más fácil cruzar. La crisis se va a acentuar y entonces vendrán las acciones extremas del gobierno federal. Ya el secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorcas, dijo que “seguirá “deportando aceleradamente” a extranjeros indocumentados que llegan a la frontera o que “carezcan de una base legal para permanecer en Estados Unidos”

Esto parece ser tan solo el comienzo de lo que vendrá en las próximas semanas para los que quieran cruzar la frontera desde México. Al “infierno” de cruzar el desierto con temperaturas congelantes y todos los peligros ya conocidos se suma ahora las acciones del gobierno para evitar una crisis mayor.

El mejor consejo, pase la voz: ¡no es momento de venir!

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