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EDITORIAL
ARMAS EN MANOS EQUIVOCADAS
¡ESTO ES UNA LOCURA!
¿DE QUIÉN ES LA CULPA?
No hay que perder la capacidad de asombro. No podemos ver, escuchar y dejar pasar las cosas como si nada. Y al día siguiente seguir la vida como si estuviera bien. Esta vida no es normal. ¡Esto no es normal!
Me refiero a tres incidentes con armas ocurridos en el Valle del sol de Arizona. En uno de ellos, una maestra de escuela elemental (niños menores de 8 años) descubre, con asombro, en la “mochila” de uno de sus pequeños estudiantes, un arma de fuego. Si, arma de fuego cargada, en poder de un niño que aunque parece no tener responsabilidad alguna en el caso si pudo ser víctima o victimario. Su padre dijo que por “error” puso el arma en la maleta escolar de su hijo. ¡Qué irresponsable! Su descuido, si fue cierto, no tiene ninguna justificación.
El segundo incidente es de un adolescente que, sin medir consecuencias, llevó un arma de fuego a su escuela. ¿Por qué lo hizo? ¿Cuál era su intención? Las autoridades dicen que están investigando. No es el primero, pero asombra con la facilidad que lo hacen y con la seguridad que se mueven. Una arma de fuego en las manos equivocadas puede causar una tragedia. ¡Seguro que está destinada a una tragedia! Y el tercer caso es una muestra de ello. Esto ocurrió en un hogar de la ciudad de Mesa, Arizona, y tiene como protagonista a un padre de familia y su pequeño hijo de solo tres años.
El reporte policial habla que el hijo de tres años le disparó con un arma de fuego a su padre. ¡Así como lo está leyendo! Nadie sabe cómo ocurrió, la policía también está investigando y lo único claro es que el adulto recibió un impacto con arma de fuego en su espalda.
¿Qué carajos está pasando? Por descuido, por ingenuidad, por lo que sea, esto no puede volver a ocurrir. Esto no puede seguir pasando. ¿Hasta dónde vamos a llegar?
Las armas en las manos equivocadas son una tragedia. No lo olvide. Necesitamos verdaderas acciones de los gobernantes y políticos que sí pueden hacer algo para cambiar las leyes y restringir el porte de armas.
No es un juego de niños. No es un problema menor. Es una verdadera catástrofe la que presenciamos día a día por la falta de acción.
¡Después no digan que nadie dijo nada!