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EDITORIAL
Fotografía: Maverick Pictures/Shutterstock.com
¡KAMALA!
¡KAMALA!
¡KAMALA PARA PRESIDENTE!
La decisión del presidente Joe Biden de dar un paso al costado y renunciar a la lucha por su reelección no sorprendió a nadie, pero sí ha traído una bocanada de aire fresco a la lucha por la Casa Blanca y a las opciones del partido demócrata por mantener el primer cargo del país.
Biden estaba desgastado y no propiamente por su avanzada edad. Más que eso, lo que lo traía de capa caída era la insistente campaña republicana por hacerlo ver mal, enfermo, con problemas cognitivos y todo tipo de “peros”.
Era el tema de todos los días, aquí y allá, entre amigos, entre compañeros de trabajo, a la hora del lunch o de la cena. No se hablaba de otra cosa, solo de sí Biden estaba apto para seguir adelante o no. Y así imposible seguir adelante. Solo verle los defectos al presidente candidato lo colocó en una posición frágil y por debajo de su contrincante (Donald Trump) que aunque también tiene problemas cognitivos, de incoherencia, de edad y un amplio historial criminal, lucía más fuerte y sólido ante el electorado.
La gente le agradeció a Biden su decisión pero más se reconfortó con el “empujoncito” que le dio a su vicepresidenta Kamala Harris para que tomara su lugar en la tarjeta presidencial y enfrentara a Trump. Harris parece la casi segura candidata demócrata (falta su nominación oficial) porque inmediatamente recibió la “bendición” de su jefe aceptó el reto y activó una cadena de apoyo que parece no terminar. Ha recibido cientos de millones de dólares en donaciones, suma alrededor de 30 mil nuevos voluntarios, consiguió el respaldo de prominentes figuras de su partido y lo más importante: ya tiene los delegados suficientes para ganar la nominación demócrata. Ahora solo se habla de Harris para presidenta.
Lo que le da tranquilidad a sus seguidores y pone muy nervioso a Trump y a su gente que, de un momento para otro, tuvieron que cambiar su estrategia y todo su plan para los meses claves de la campaña.
Kamala tiene muchas cualidades para ser la abanderada demócrata. Fue fiscal en el área de San Francisco, Fiscal general de California, Senadora federal, es mujer y representa a la minoría afrodescendiente. Y lo más importante, ya demostró que no le tiene miedo a Trump. En su primer discurso hablando como candidata, le dio muy duro a su contrincante. Le señaló su pasado como ofensor sexual, su condena por fraude y su condena por 34 cargos criminales. Dijo saber como tratar a tipos como Trump y aseguró que esta campaña será entre la fiscal general y el criminal convicto. ¿Usted por quién votaría?