Un lugar mío y solo para mí Naymi Rodriguez
Este libro va dedicado a aquellos lectores que se sienten solos, abrumados y sin ninguna compañía y espero que este libro les ayude a darse cuenta que jamas estamos solos.
Gracias a Supérate fundación Raíces y ConTextos
Este definitivamente no era mi día. Todo me había ido muy pero muy mal, me sentía triste y sola, con angustias, penas, tristezas y demás.
Al principio no sabía que hacer para olvidarme de todo eso. Traté de caminar pero no olvidaba nada. Traté de ahogar mis penas, pero no daba frutos. No resistía más así que decidí subir a mi lugar favorito.
¿Y si veo T.V? ... No mejor juego ... ¿Y si mejor como un helado?
Era un día muy húmedo y nublado, estaba lloviendo y estaba muy aburrida por la lluvia debido a que no podía salir a jugar ni hacer nada más que estar sentada en el rincón del sofá que continuamente me aislaba del frío.
Poco tiempo despu茅s, pas贸 la lluvia y sali贸 el Sol. Ese sol tan hermoso, tan c谩lido y resplandeciente que llenaba de vida a todos con su inigualable luz.
El ĂĄrbol de mango se miraba hermoso, gracias a la lluvia, se podĂa observar como si lloraran estrellas de sus hojas, pasĂŠ admirando el ĂĄrbol por un largo rato.
Pero seguía aburrida y decidí subir al lugar especial, ese lugar solo mío, el tejado de mi casa. Ahí nadie interrumpía mis pensamientos, esos pensamientos que solo yo sabía y no quería que nadie más los supiera salvo yo.
Era un tejado frĂo como un cubo de hielo, callado como en un vacĂo en el que nadie querĂa estar pero con una vista hermosa que no se compara con ninguna otra.
Podía ver a los demás niños como jugaban, saltando de un charco a otro y mojándose con el agua que escurría por las hojas de los árboles, como si nunca hubiesen conocido la lluvia. Todo iba de maravilla, caminando hacia el sitio en el que estaba la escalera, de pronto vi que la escalera ya no estaba, se había esfumado.
Al principio no tenia ni idea de que hacer porque enserio quería subir al tejado para meditar acerca de todo lo que me había sucedido ese día, así que pensé y pensé...
Hasta que al fin, tuve la brillante idea de trepar al árbol de aguacates para poder subir al tejado, al principio nunca supuse que seria fácil subir, puesto que, llovió tanto y el tronco del árbol estaba muy resbaladizo. Pero como pude logré trepar.
¡Por poco y me caigo!
Poco tiempo después logré estar en el lado del tejado al que normalmente iba, pero ese día quería ver a los niños desde otro ángulo, no obstante casi llegaba al lugar donde quería estar. De pronto me llevé una sorpresa inesperada....
Puse el pie en un traga luz y debido al peso de mi cuerpo, el traga luz se rompió. Al principio temí caer, pero a como pude logré tomar una rama de un árbol de mango que estaba cerca del tejado y esto impidió que cayera al vacío. Estuve allí por un gran lapso de tiempo.
¡Ayúdenme...!
El tiempo se fue volando y se hizo muy tarde, estuve hasta que la luna saliera, las estrellas brillaran y las criaturas de la noche se asomaran por el horizonte y pude darme cuenta de lo hermoso que era estar ahĂ.
ÂĄYa son las 9:00 de la noche!
Al fin pude olvidarme de todo lo que tenĂa, esas penas, esas angustias y todo lo que me deprimĂa gracias a las hermosas estrellas que siempre se que estarĂĄn para transportarme a mundos desconocidos, para charlar acerca de cuando iremos a explorarlos.
La luna que me arrullaba con sus canciones de cuna me hacĂan sentir una paz en mi interior. Las deslumbrantes luces del volcĂĄn que alumbraban mi camino me ayudaban a no perderme en espesa niebla tan innata que no me dejaba ver mas allĂĄ de las luces del gran coloso que tenia enfrente.
Naymi Rodriguez nació y creció en El Salvador el 21 de julio de 1999, se inspiró en el tiempo que pasaba sola cuando era pequeña y el deseo de querer recordar el lugar donde pasaba más tiempo. Uno de sus mayores logros fue participar en "ConTextos" y pertenecer al programa empresarial ¡Supérate!