Documento de Convocatoria al
Juventudes Comunistas de Chile
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Compañeros y compañeras Estamos iniciando nuestro XIV Congreso Nacional, el evento más importante que convoca a nuestra juventud cada cuatro años a discutir los desafíos políticos para el periodo que viene y sin duda analizar con perspectiva de futuro nuestros errores y aciertos; sin perder de vista que para fortalecer nuestra organización y construir la jota que nuestro pueblo necesita, debemos hacer de la permanente crítica y autocrítica un elemento fundamental tanto en el desarrollo y crecimiento de la jota como de nuestras conquistas. Este congreso lo vivimos en un interesante contexto político nacional e internacional marcado por una aguda confrontación de ideas y una visible disputa de clases, en que la clase dominante desde su desesperación por resguardar sus intereses, no han dudado un solo minuto en utilizar todas sus herramientas para la contraposición de fuerzas que se ha expresado con resultados de avance, mantención, como también retrocesos de las fuerzas democráticas en distintas partes del mundo. Expresión de aquello es el cómo los sectores conservadores y derechistas han demostrado no escatimar esfuerzo alguno con tal de resguardar el avance del sistema capitalista y su expresión neoliberal. Lo anterior es síntoma de que el modelo que han buscado mostrar como definitivo y exitoso no es tal, sino que muy por el contrario, se encuentra en constante disputa con proyectos alternativos que se le oponen. En esto se enmarca la lucha que las y los comunistas chilenos damos diariamente para terminar con la herencia neoliberal de la dictadura y construir en nuestro país una alternativa democrática que derrote al neoliberalismo en sus diversas expresiones y siente las bases para la construcción del socialismo. Es con ese horizonte y ardua tarea por delante que este nuevo Congreso Nacional debe ayudarnos a fortalecer nuestra organización y afinar la política de la juventud del partido de la clase trabajadora. En definitiva, le damos la bienvenida a nuestro debate congresal convencidos que saldremos de éste mucho mejor preparados y preparadas para las batallas que se avecinan.
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I. Situación Internacional: el orden mundial en disputa y la crisis del modelo Desarrollamos el debate de nuestro Congreso en un escenario planetario en que la crisis estructural se mantiene; sigue sin remontar la economía mundial de hegemonía capitalista. Como señalase la convocatoria del XXV Congreso de nuestro partido, este fenómeno se debe a la severa crisis del modelo de acumulación especulativo-financiero en su expresión monetaria y productiva. Las grandes potencias imperialistas, en primer lugar Estados Unidos de América (EUA) como actor dominante del sistema capitalista mundial, y Alemania como el núcleo rector y principal beneficiario del férreo sistema de dominación imperante en la Unión Europea, siguen haciendo caer los efectos del agravamiento de la crisis capitalista sistémica sobre el resto de mundo y, específicamente, sobre los sectores populares que le pueblan. El cuadro internacional y las correlaciones de fuerza que lo configuran, particularmente en América Latina y el Caribe, han adquirido una dinámica que debemos analizar, no solo por el permanente incentivo a desarrollar el internacionalismo proletario, sino porque además tienen una repercusión directa en la situación interna de nuestro país. El imperialismo estadounidense mantiene su objetivo de reconquistar su posición como potencia hegemónica y única en el planeta, y para ello trazó una línea estratégica que tiene dos grandes corrientes: la intervención militar directa en las naciones de África del Norte y Oriente Medio, por una parte, y la desestabilización y derrota política de los gobiernos populares de América Latina, por la otra. Un elemento de suma importancia dentro de la estrategia imperialista orientada a descargar sobre otros los efectos de la crisis sistémica del capitalismo, es el debilitamiento del BRICS, dentro de lo que destacan el cerco geopolítico y la imposición de sanciones económicas contra Rusia, la manipulación especulativa de información sobre el comportamiento de la economía de China y la desestabilización política de Brasil, país en el cual fuerzas derechistas, pro imperialistas y oligárquicas han ejecutado un golpe de Estado legislativo y judicial, medio por el cual la presidenta Dilma Rousseff ha sido desplazada de su cargo. Esto último es, al mismo tiempo, un componente esencial de la ofensiva contra los gobiernos y las fuerzas de izquierda y progresistas de la región. 5
En el contexto del capitalismo global, el orden mundial que empezó a gestarse hace casi 50 años ha comenzado a agrietarse. El neoliberalismo está en crisis, lo cual no significa necesariamente una descomposición de éste. Significa una crisis, es decir, el momento histórico en el cual lo viejo todavía no se va pero lo nuevo no termina de llegar e irradiarse. Lo viejo se ha agrietado, pero lo nuevo que ha surgido (en el caso de América Latina hace 18 años) o está surgiendo (hace 3 o 4 años en el caso de Europa y América del Norte) no termina todavía, en modo general, de construir e irradiar un nuevo sentido común de época y de vencer a las fuerzas conservadoras y reaccionarias, las que vienen creciendo de manera preocupante. Contraofensiva Imperialista y el papel de la Juventud Latinoamericana: Luchar por la Paz, la defensa de la Democracia y la Justicia Social El imperialismo estadounidense desarrolla una fuerte contraofensiva en América Latina y el Caribe para deponer a los gobiernos de izquierda y progresistas, controlar los mercados y las materias primas. Si la región no entrega los recursos naturales y la energía, el imperialismo estadounidense no tendrá salida. Su economía y su política enfrentarían mayores problemas en los próximos años, por más agresivo que sea su gobierno. En el mapa político de América Latina y el Caribe no podemos dejar de mencionar la ruptura del aislamiento impuesto por el imperialismo estadounidense contra la Revolución Cubana así como los avances en el proceso negociador entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, que ya apuntan a la firma definitiva de un acuerdo de Paz con justicia social. Sumando los resultados de las recientes elecciones en Venezuela y Argentina, con las crisis políticas que están enfrentando los gobiernos de Brasil, Chile, y en menor medida Ecuador, tenemos por delante una ofensiva generalizada de la derecha en la región, por lo que nuestra juventud, al calor de este Congreso, debe reflexionar sobre los esfuerzos y acciones que emprenderemos en conjunto con juventudes hermanas y las fuerzas juveniles Latinoamericanas que apuesten en sus respectivos países a vías de desarrollo alternativas al neoliberalismo; lo anterior es criterio indispensable para enfrentar esta realidad. Sin embargo, no es posible aceptar que los resultados de las eleccio6
nes argentinas y venezolanas signifique el final del “ciclo progresista”, como si históricamente hubiera alternancia normal de poder político en nuestra región. Es importante recordar que, hasta que América Latina empezara a sufrir los efectos de la crisis económica global, todos estos gobiernos lograban índices de popularidad que pocos gobiernos de derecha pudieron mostrar. Lo que estamos viendo, en lo que respecta a la pérdida de apoyo de los sectores desfavorecidos de la población a estos gobiernos, no es una reacción contra las políticas progresistas, sino contra su reducción y la inestabilidad económica, cuestión que la derecha y el empresariado junto a sus poderes fácticos han utilizado para retomar la conducción del poder político. A pesar de los factores externos antes mencionados, las fuerzas de izquierda de América Latina tenemos la obligación de analizar con autocrítica y conciencia los procesos democratizadores de nuestro continente en los que hemos sido protagonistas, para así aprender de sus aciertos y sus fracasos considerando que en las nuevas conquistas seamos capaces de defender de mejor manera las victorias del pueblo para sostenerlas en el tiempo y profundizarlas hasta llegar a la plenitud de una sociedad justa como la que soñamos. Este XIV Congreso de las Juventudes Comunistas de Chile debe promover un debate profundo, en conjunto con la juventud chilena, sobre lo que está pasando en la región y las respuestas que nos tocan, particularmente desde el plano juvenil, promoviendo valores de solidaridad e integración regional no injerencistas. Concretamente, tal como reportan las vigentes resoluciones en el plano internacional de nuestro XIII Congreso Nacional, es indispensable en estos tiempos el apoyo mutuo entre los pueblos; para ello, es importante que fortalezcamos los vínculos y activa participación con organizaciones juveniles internacionales anti-imperialistas y anti neoliberales que luchen por la paz y la justicia social, como la Federación Mundial de Juventudes Democráticas (FMJD) y la Organización Caribeña y Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE). Así también, fomentando la realización de encuentros de las distintas fuerzas de izquierda, democráticas, progresistas y transformadoras del continente. II. Situación Nacional: consolidar los cambios para seguir avanzando. En nuestro país, durante los últimos años hemos sido protagonistas de un claro avance democratizador que ha permitido fracturar la hegemo7
nía cultural del modelo neoliberal y poner en tela de juicio sus aspectos sociales, económicos y políticos. Los comunistas decidimos asumir la responsabilidad de construir una correlación de fuerzas capaz de consolidar cambios que nos acerquen a la superación del neoliberalismo y al desarrollo de una democracia real en Chile. Dicho camino no ha sido fácil ni tampoco rápido; salvo el tiempo que va del actual gobierno, los últimos 25 años de historia en nuestro país han estado marcados por una paulatina y sostenida profundización del modelo impuesto en dictadura, tiempo durante el cual las y los comunistas junto a otras fuerzas de izquierda y progresistas trabajamos arduamente por nuevas bases sociales y políticas que permitieran construir un Chile distinto, con una fuerza creciente aunque insuficiente para derrotar por sí misma la política de los consensos que, liderada por la Concertación y la derecha, impedía el avance de transformaciones necesarias. Fue en el marco de estas batallas que derrotamos la exclusión política impuesta por el sistema electoral heredado por la dictadura y logramos fortalecer la organización del pueblo, cuestión que se expresó en contundentes movilizaciones que desafiaron la hegemonía de un modelo que se pretendió definitivo. La firme irrupción de la movilización social permitió poner en cuestión pilares fundantes y estratégicos del modelo neoliberal y logró generar un cambio de paradigma en la sociedad en su conjunto. Fue el movimiento de los trabajadores, de los estudiantes secundarios y universitarios, de los pobladores y del medioambiente, los que logran después de años de letargo instalar las bases políticas para un proceso de transformación. Así, la masividad y persistencia de las movilizaciones que tuvieron su momento más álgido el año 2011, de las cuales fuimos claros protagonistas como juventud, permitieron configurar un cuadro político favorable para instalar con fuerza, después de 20 años, una agenda democratizadora compuesta por transformaciones significativas en distintos ámbitos como la educación, la política tributaria, los derechos de los trabajadores, la institucionalidad política y nada menos que la necesidad de una nueva constitución política para Chile, entre otras. De esta forma, y ante la necesidad de consolidar cambios que permitieran mejores condiciones de disputa en miras a la superación del modelo neoliberal, establecimos como imprescindible la generación de un acuerdo de mayorías capaz de desplazar a la derecha del gobierno y llevar adelante un programa de reformas que por décadas habían sido postergadas. De esta forma, distintas fuerzas políticas decidimos conformar una 8
Nueva Mayoría, estableciendo un acuerdo político a través de un programa de gobierno con transformaciones estructurales para Chile y logramos triunfar ampliamente en las elecciones presidenciales del año 2013. La contundencia de los avances iniciados por este gobierno están a la vista; solo en educación se logró terminar con el lucro, el copago y la selección en el sistema escolar; se conquistó una carrera docente que fortalece el rol del profesorado en los colegios y mejora sus condiciones laborales; se aprobó la conformación de 15 Centros de Formación Técnica y 2 Universidades estatales, las primeras en todo el país y las segundas en las regiones de O’higgins y Aysén; se comenzó por establecer la gratuidad universitaria para miles de los estudiantes más pobres del sistema, a la vez que avanza a paso firme un proyecto de ley que desmunicipalizará los colegios públicos y los retornará al Estado. Sumado a lo anterior, se encuentra avanzando un proyecto de ley que despenalizará la interrupción del embarazo en tres causales, esto en momentos en que se crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Se aprobó el Acuerdo de Vida en Pareja, el que permite abrir el debate sobre el matrimonio igualitario y el reconocimiento de diversos proyectos de vida en materia de género, diversidad y sexualidad. Asimismo, logramos aprobar una Reforma Tributaria que permite una mayor recaudación fiscal desde los sectores más acomodados del país, para su gasto social en beneficio de los más postergados por el modelo. En cuanto a la institucionalidad política, se logra poner fin al sistema electoral binominal, uno de los principales cerrojos de la dictadura; se regula y limita la relación espuria entre la política y los negocios; se avanza en una agenda histórica mediante un Proceso Constituyente que nos abre un escenario favorable para conformar una Nueva Constitución Política resuelta en democracia que, estamos convencidos, debe ser definida mediante una Asamblea Constituyente y un plebiscito vinculante donde sea el pueblo quien la ratifique. Por otra parte, trascendental ha sido la posibilidad de incorporar en el programa de gobierno la Reforma Laboral, esto a fin de otorgarle a los trabajadores y trabajadoras mayores herramientas de negociación a partir del fortalecimiento de sus sindicatos con derecho a huelga real, cuestión sobre la cual se ha avanzado no con la contundencia que esperábamos, sobre todo por la articulación que los sectores conservadores han ejercido mediante el Tribunal Constitucional, que, convocado por la derecha, mutiló una parte importante de una de las reformas más importantes para los comunistas. No obstante aquello, el avance provocado es fundamental para profundizar nuestra lucha, por lo que la consolidación de esta reforma es una tarea de primer orden. 9
Las anteriormente mencionadas son algunas de las iniciativas levantadas por el Gobierno de la Nueva Mayoría del cual somos parte y representan avances significativos que, sin lugar a dudas, son relevantes en nuestra apuesta estratégica de superación del neoliberalismo en Chile mediante la profundización y radicalización democrática. Ahora bien, este proceso está aún lejos de agotarse, dado que su tarea en el país se encuentra inconclusa, más aún cuando damos cuenta de un Chile que sigue requiriendo cambios de manera urgente a consecuencia de décadas de profundización y administración del modelo neoliberal, lo que tiene su principal impacto en el bienestar y calidad de vida de nuestro pueblo: su mejor expresión es la desigualdad en la distribución de los recursos y la baja responsabilidad del Estado en derechos básicos como la salud, la educación y la vivienda que hoy no están garantizados. A razón de lo anterior, para las y los comunistas, la Nueva Mayoría sigue representando una articulación político-programática necesaria de sostener y fortalecer, ya que a pesar de su diversidad y composición pluriclasista que nos mantiene en una permanente disputa interna de ideas e intereses, es el conglomerado de mayorías políticas y sociales que en este momento histórico puede seguir transformando Chile. Nuestros propósitos tienen una profundidad revolucionaria y así lo ratificó el XXV Congreso de nuestro partido al avizorar que la superación del modelo neoliberal será de la mano de un “nuevo modelo de desarrollo para Chile” donde el Estado planifique el crecimiento del país poniendo en el centro el bienestar del pueblo. El proceso de reformas que vive nuestro país, entonces, debe ser entendido como un esfuerzo en la dirección de abrirle paso a esta alternativa. Debemos consolidar el mencionado proceso de Reformas y generar condiciones políticas para que éste se profundice. Lo anterior debe ser concebido como un camino certero hacia una revolución democrática que propine la derrota de la derecha y los grandes capitalistas en nuestro país, lo cual no puede sino ser acompañado dialéctica y conjuntamente con nuestra inserción e incidencia desde las masas y el mundo social organizado, a fin de generar las condiciones necesarias que propicien dichas transformaciones mediante la movilización social como herramienta clave en la conquista de más derechos y poder popular. Nuestra intención es que las demandas del pueblo en el mundo social se expresen en el poder político, cuestión distinta a quienes han buscado instalar una falsa contradicción entre contribuir activamente desde el movimiento social y ser parte del gobierno, pero que sin embargo, no han aportado en la incidencia política del primero. 10
La juventud como actor dinamizador de los cambios; desde la construcción de un sujeto popular consciente y activo en la reconstrucción del tejido social Los hechos nos dan la razón. Como Juventud debemos profundizar nuestra incidencia en el mundo social, fundamentalmente en el estudiantil, dado que la conquista de una reforma educacional profunda y estructural no será posible sin la incidencia de los estudiantes, y esto se encuentra en riesgo a consecuencia de una conducción errática y carente de iniciativa política en el último tiempo, particularmente en el mundo universitario, ya que los estudiantes secundarios han logrado marcar la diferencia positivamente. Con su principal organización, la CONES, han dado una decidida y permanente lucha por la disputa de los contenidos de la reforma. Asimismo, nuestra juventud debe promover y fortalecer la presencia juvenil en el mundo sindical, ya que son miles los jóvenes trabajadores que viven una doble precarización laboral por el hecho de ser jóvenes; el último congreso de nuestro partido ha reafirmado a los trabajadores y su clase como el sujeto principal y motor de las transformaciones de nuestro país, por lo que resulta evidente la necesidad de un mayor esfuerzo de la Jota, como fuerza política entre los jóvenes, para convocarlos desde los distintos ámbitos del trabajo, incluso a los profesionales precarizados, a organizarse para hacer frente a esta dolorosa e injusta realidad que nos golpea cotidianamente, generando una propuesta convocante y realista que permita incentivar la lucha colectiva por un cambio profundo en las leyes laborales vinculadas a esta realidad. Y por último, y no por eso menos importante, no cabe duda de la necesidad de fortalecer nuestra presencia e inserción en el frente territorial, lo que nos obliga a buscar mayor vinculación con los intereses de los jóvenes del mundo popular, de aquellos jóvenes que no se sienten convocados a participar porque no se sienten integrados en una sociedad que más bien los margina y los excluye, que no les da oportunidades para formarse, que los obliga a vivir de allegados cuando forman una familia, que no les da alternativas laborales dignas y bien recompensadas, razones por las que muchos jóvenes caen en depresión -el aumento de la tasa de suicidio juvenil en Chile es una muestra de ello- y son empujados al vínculo con aquellas trampas de enajenación funcionales al modelo que buscan someterlos a través de las adicciones a ciertas drogas o al dinero fácil, con uno de sus principales aliados que es el narcotráfico. Este último es conocido por su repetido modus operandi, que consiste en instalarse en las poblaciones más populares y con mayores índices 11
Si bien nos constituimos como una de las fuerzas políticas juveniles más grandes de nuestro país, requerimos engrosar nuestra musculatura orgánica, para seguir avanzando en esta fuerte disputa por las transformaciones. Es por eso, que es tan importante abrir la militancia hacia la juventud, compartir con ellos nuestras tesis políticas y lecturas de la actual coyuntura, para que abracen nuestra política, y se sumen a las necesarias transformaciones. Nos encontramos en un cuadro político que requiere del máximo 12
despliegue de nuestra estructura para el cumplimiento de las tareas. Este momento nos abre posibilidades reales de avanzar en la construcción de más democracia y justicia social en nuestro país, como el verdadero cimiento para el Gobierno de Nuevo Tipo que hemos definido. Aprovechar este contexto histórico es una posibilidad concreta de darle mejores condiciones a nuestro pueblo, y de ver retroceder de una vez por todas el neoliberalismo en nuestro país. 13
de pobreza para así aprovecharse de la necesidad y muchas veces del abandono, y con ello ejercer control de los niños y la juventud. Esto debe ser una preocupación y un desafío de transformación para la juventud del partido de la clase trabajadora, ya que mantener este círculo vicioso es alimento permanente para los objetivos de aquellos que resguardan el modelo y mantienen sus privilegios a costa del bienestar de nuestro pueblo. Para combatir esta situación, debemos tomar diversas medidas a todo nivel, desde construir una nueva política de drogas en lo legislativo, como utilizar las herramientas que están a nuestro alcance para abrir los ojos de aquellos jóvenes que hoy están capturados en estas dinámicas. Si bien no son todos y no podemos estigmatizar la pobreza, debemos tener en cuenta que el modelo ha logrado calar profundamente en la cultura de nuestro pueblo con sus perversas herramientas como la despolitización, la ruptura de su tejido social, el incentivo al consumismo, el clientelismo, el asistencialismo, el individualismo, entre otros fenómenos, lo que ha generado un escenario propicio para la expresión de estas nefastas consecuencias en una parte importante de las nuevas generaciones de nuestra clase. Es por esto que la organización social de base es un bien preciado para cambiar esta realidad y lograr la emancipación de nuestro pueblo, ganando la conciencia de los hijos e hijas de los y las trabajadores y trabajadoras chilenos que se encuentran permeados por el modelo; para cumplir con este objetivo, resulta clave el desarrollo de centros y organizaciones culturales, deportivas, científicas, de voluntariado, sindicatos, comités de vivienda de familias jóvenes que viven de allegados y otras instancias de interés juvenil que nos permitan reconstruir el tejido social que hoy está debilitado en algunos lugares y que en otros simplemente no existe. Todo esto alimenta en la juventud proletaria el desinterés por la política, como consecuencia de su desprestigio, y también por la falta de oportunidades de concebirla como herramienta útil en la transformación de su realidad; claramente, los jóvenes comunistas debemos hacer de nuestro trabajo en el territorio un espacio de contradicción profunda con el modelo y trabajar, por tanto, mucho más duro por su democratización. Nuestra Juventud tiene un papel fundamental en el proceso que estamos viviendo, ya que en el duro desafío de derrotar al neoliberalismo, todos los frentes deben esforzarse por impulsar procesos democratizadores que golpeen su hegemonía. En esto, las nuevas generaciones nacidas en democracia y permeadas por el modelo heredado, deben ser cada vez más conscientes y activas en querer transformarlo. En un 14
país como el nuestro esto no es tarea fácil, considerando que parte de la influencia cultural la han logrado desde el clientelismo político y a partir de construir falsas realidades de clase con la ayuda del capital especulativo, el cual ha permitido que hasta las familias más pobres puedan acceder a pequeños lujos a través del endeudamiento que propician las casas comerciales y que los mantienen buscando vivir realidades que no pueden sostener. En un contexto adverso como éste, nuestra juventud comunista debe ser capaz de contribuir al esfuerzo que hace el partido por transformar este país, entregando mayor poder a los trabajadores y su clase; para ello, la principal responsabilidad debe estar puesta en lograr aglutinar a los jóvenes en ideas transformadoras desde los distintos espacios en los que haya jóvenes que sean potenciales luchadores para estos objetivos. III. A seguir construyendo un movimiento juvenil que impulse un Nuevo Modelo Nacional de Desarrollo Avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo para Chile es una tesis planteada en la síntesis del último congreso de nuestro partido, lo que debe también ser particularizado por nuestra Juventud. La mínima intervención del Estado en la economía que promueve la doctrina neoliberal ha hecho que el valor agregado de nuestra producción nacional sea muy bajo en comparación al de las economías industrializadas, lo cual coarta las posibilidades de mayor desarrollo y bienestar para nuestro pueblo y nos mantiene en una situación de dependencia importante respecto de los vaivenes del mercado internacional. El rentismo presente en la explotación privada de nuestros recursos naturales, la mera expansión hacia los servicios y una matriz productiva dominada por la exportación de materias primas o productos escasamente industrializados, junto a una economía que impide el desarrollo de cualquier industria nacional, está exponiendo una clara contradicción con las necesidades del pueblo chileno, sobre todo por la incapacidad en la cual deja al Estado para garantizar y proveer derechos sociales fundamentales. Es clave discutir respecto de qué modelo de desarrollo debemos construir y cuál será el papel de la juventud en ello. Una economía que dé un salto hacia delante en cuanto al valor de sus productos, basada en relaciones laborales justas, intensiva en conocimiento y que sea capaz 15
de emplear y aprovechar la creciente cantidad de jóvenes que cuentan con formación técnica y universitaria es una tarea de primer orden. Esta discusión debemos promoverla con mucha fuerza y profundidad, sobre todo en el seno de las instituciones de educación escolar y superior, en el territorio y en las organizaciones sindicales. Lo anterior va de la mano con dignificar las condiciones de trabajo de la fuerza laboral del país, sobre todo de la juvenil que constituye el segmento más explotado, y contribuir a redistribuir el ingreso, hoy concentrado de manera aberrante en una ínfima porción de la población (actualmente, el 1% de la población se lleva el 33% del PIB del país). Lo anterior implica romper con la lógica del Estado subsidiario, y promover una participación protagónica del sector público en la economía, implementación de una política industrial, creación de mercados, promoción de ciertos sectores estratégicos, impulso a la innovación, junto con un adecuado marco normativo que proteja las relaciones laborales con enfoque de derechos y fortalezca la organización sindical, entendida como un actor clave en el logro de mayores niveles de igualdad social. Nuestra tarea, además de problematizar esta situación y particularizar nuestro análisis sobre cómo la contradicción neoliberalismo v/s democracia se expresa en los distintos mundos juveniles, es fundamentalmente incidir en que la juventud sobre la cual actuamos se organice para provocar transformaciones concretas que impulsen y den forma a un nuevo modelo nacional de desarrollo, como lo planteamos más arriba con respecto a nuestro desafío de recomponer el tejido social y preparar a un sujeto popular consciente y activo en el objetivo de transformar la realidad. Construyendo un Movimiento Juvenil para las transformaciones; porque somos la izquierda que está cambiando Chile La discusión que diéramos en nuestra I Conferencia Nacional y en el XIII Congreso se centró principalmente en la construcción de Movimiento Juvenil amplio, diverso, democrático y que fuera un aporte en la lucha por un Gobierno de Nuevo Tipo. Esta centralidad la otorgábamos a propósito del análisis que hacíamos de la juventud chilena: 16
una juventud con intereses y formas de organización diversas, que vive día a día las contradicciones del sistema, pero con poca capacidad de politizar su realidad y su espacio de acción. En el XIII Congreso planteábamos que“en el desarrollo actual de nuestra política, se transforma en una necesidad ampliar nuestro abanico de acción hacia los mundos y movimientos juveniles, propiciando espacios efectivos para su desarrollo”. Lo anterior implicaba redoblar nuestro esfuerzo de masas para insertarnos en espacios no tradicionales, como también profundizar nuestro trabajo programático en ellos para la vinculación de cada demanda específica, apuntando hacia la construcción de un Movimiento Juvenil más amplio que la mera suma de cada realidad particular. La tesis de la construcción de movimiento juvenil se encuentra más vigente que nunca, ya que seguimos en el proceso de acumulación de conciencias para sumar a las transformaciones, y también porque para ello requerimos fortalecer la organización juvenil en todos sus niveles y expresiones. Ahora bien, la realidad de la juventud chilena nos llama a profundizar esta tesis y sus alcances, en función de disponer a los jóvenes de la clase trabajadora a impulsar transformaciones antineoliberales y promotoras de un nuevo modelo de desarrollo, donde el Estado planifique y resguarde la soberanía económica de Chile a la vez que garantice derechos sociales para el pueblo y su juventud. La historia nos muestra claramente que para la realización de cambios sociales efectivos e importantes, es fundamental la participación articulada del sujeto principal: las y los trabajadores. A lo largo de la historia de nuestro país hemos visto cómo la clase trabajadora ha sufrido una serie de despojos, desde el desmantelamiento y persecución de la organización de los trabajadores durante la dictadura, perpetuado mediante la formulación de leyes, un Código del Trabajo y un Estatuto Administrativo que velan por los intereses de la clase dominante, hasta la profundización de la precariedad laboral y constantes intentos por dividir e invisibilizar a los trabajadores por parte de los “gobiernos de transición” (Concertación). La segregación de las y los trabajadores públicos y privados, profesionales y no profesionales, de planta, contrata, subcontratados y honorarios, tiempo completo y parcial, no es otra cosa que el reflejo de la precarización laboral y la exponencial extracción de plusvalía a los trabajadores. En la 17
base de esta precarización laboral del país existen más de 220.000 niños y niñas que se encuentran realizando trabajo infantil, a la vez que los trabajadores jóvenes, con alta desempleabilidad, están compuestos en un 50% por trabajadores públicos que perciben remuneración como honorarios y, por lo tanto, no tienen protección ni estabilidad laboral alguna, vacaciones o derecho a maternidad. Las formas de subcontratación no son más que una pantalla de adquisición de fondos en perjuicio de la calidad de vida de las y los trabajadores. A esto se suman nuevas formas de dominación y explotación: el bombardeo de ofertas crediticias, endeudamiento, consumismo y enajenación. Estos elementos, sumado a las malas prácticas o dirigentes destructivos, han generado una apatía por los espacios de organización política, contribuyendo a la generación de una imagen que va en desmedro del sindicato como base fundamental de la organización de las y los trabajadores, lo cual se ve acentuado en el mundo juvenil, teniendo como consecuencia sindicatos con socios y líderes de edad avanzada que llevan varios ciclos conduciendo estos espacios. El 45% de los jóvenes a nivel nacional que han participado en alguna organización, lo hacen principalmente en clubes deportivos, campañas por internet y comunidades y grupos virtuales, mientras el 5,2% dice haber participado en el movimiento por la Educación y solo el 2,7% en algún sindicato. En el XXV congreso nuestro partido definió la necesidad de fortalecer la base social en todos los ámbitos y niveles y acelerar con urgencia el ritmo de construcción y crecimiento cualitativo del sujeto principal. Este fortalecimiento del sujeto principal no apunta solo al trabajador como individuo y su formación, sino que principalmente se enfoca al fortalecimiento de su organización más relevante (el sindicato); esto, para que en el más breve tiempo aumente la incidencia de los trabajadores en el proceso político nacional en curso. En este aspecto, se destaca el rol que ha tenido la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) al ser la principal organización de los trabajadores que vela y lucha por la recuperación de sus derechos, y que constantemente avanza y fortalece una agenda democratizadora en nuestro país mediante la movilización social. Ha sido este actor, sumado a la incidencia de nuestro partido en el Gobierno, el que ha logrado impulsar una reforma laboral que, aunque con una cruda oposición empresarial y conservadora que se expresó en el Tribunal Constitucional, presenta avances que dotan de mayor poder a la organización sindical. 18
Sin lugar a dudas, nos falta mucho por avanzar. Siendo el partido de la clase trabajadora, es fundamental recalcar la importancia, en cada militante, el fortalecimiento de nuestra acción política en este aspecto. Cada militante trabajador debe, al menos, participar en su sindicato, jugar un rol en sus directivas y los militantes que no sean trabajadores aún, deben entrar sin temor a las faenas y lugares de trabajo a formar e incentivar la formación de sindicatos donde no los hay, ayudar a organizarlos y promoverlos como órganos efectivos para la lucha de los trabajadores y con ello aportar en el crecimiento y fortalecimiento de la CUT, que por lo demás ha sido objeto de críticas debido al intento de algunos sectores de dañarla y deslegitimarla en función de sus mezquinos intereses. Solo el aumento de nuestra fuerza propia al interior de la CUT es garantía de la mantención de una conducción que logre avances reales para la clase trabajadora y aleje la posibilidad de que la retomen sectores que hoy levantan un discurso crítico, pero que en la práctica jugaron al inmovilismo en el mundo sindical durante largos años y que hoy están dispuestos a hipotecar la legitimidad social e institucional de la Central con tal de conseguir sus objetivos. V. La reforma educacional debe recuperar y fortalecer la Educación Pública para un Nuevo Modelo Nacional de Desarrollo al servicio de las grandes mayorías El último Congreso Nacional de nuestra juventud lo desarrollamos al calor de las grandes movilizaciones del año 2011, donde nuestro debate se centró en la disputa por expresar políticamente los cambios que el movimiento por la educación generó en el sentido común del pueblo chileno. Luego, dos años más tarde, nuestro partido fue actor decisivo en la conformación de una coalición política con un programa transformador que triunfó electoralmente y nuestra juventud, por su parte, logró una notoria expresión parlamentaria. Desde ese entonces, por tanto, el principal desafío político de los comunistas ha sido el cumplimiento del programa de reformas a fin de consolidar los cambios que en la sociedad chilena se hicieron mayoritarios gracias a la lucha de masas. Es de esta forma que, con un programa de gobierno que establece a la reforma educacional como uno de sus más importantes pilares, los comunistas nos encontramos disputando la profundidad de los cambios 19
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La Jota debe ser parte e incidir en el movimiento de mujeres y feminista, y para ello debemos hacer un esfuerzo por constituir un frente de estas características que, además, sea activo en las luchas por los derechos sexuales y reproductivos, por mayor participación política de las mujeres, la lucha por la emancipación del género y la diversidad sexual. Lo anterior resulva fundamental, dado que no podemos concebir una sociedad plenamente democrática si no nos reconocemos como sociedad diversa, que deja atrás lo heteronormativo para avanzar en comprender múltiples identidades de género. 21
a fin de garantizar un nuevo paradigma que permita, en un mediano plazo, contar con un sistema educativo público que contribuya a un nuevo modelo de desarrollo nacional mediante la producción de conocimientos y valores alternativos a los promovidos por el neoliberalismo. Esta es la centralidad de la lucha que estamos dando y sobre la cual debemos seguir construyendo nuestras definiciones. Hoy, los jóvenes comunistas nos encontramos disputando esta reforma educacional, tanto desde la enseñanza media como desde la superior, mas debemos ser lo suficientemente perspicaces en nuestro debate a fin de establecer y proyectar cuáles serán las próximas batallas que nos puedan seguir acercando a nuestro objetivo más estratégico. Los estudiantes secundarios: actores estratégicos en el futuro de nuestro país, en la disputa de la Reforma Educacional y en la proyección de nuestra juventud; de aquí saldrán los futuros trabajadores: obreros, profesionales y técnicos para un nuevo Chile. Durante la década de los 80 se impuso, a propósito de un conjunto de medidas de mercado introducidas de forma autoritaria y antidemocrática por la dictadura cívico-militar, una profunda contrarreforma a la educación escolar. Se desarrolló el proceso de municipalización de la educación pública, la cual consistió en el traspaso de la administración de las escuelas desde el Ministerio de Educación –con aproximadamente el 82% del total de la matrícula– a los Municipios, con escasas capacidades para administrar y apoyar técnico-pedagógicamente a las escuelas. Adicionalmente, se implementó un nuevo modelo de financiamiento para la educación escolar, introduciendo un sistema de “voucher” que condiciona el financiamiento de las escuelas a la asistencia de las y los estudiantes, no haciendo distinción entre la educación escolar pública y privada. Fueron este conjunto de medidas las que despojaron al Estado de su rol preferente por la educación, transformándolo en un mero Estado subsidiario. El resultado ha sido una profunda crisis de la educación pública, la cual hoy sólo asciende al 36% del total de la matrícula y alberga en sus aulas a la mayor cantidad de estudiantes pobres del país. En ese contexto, los estudiantes secundarios han jugado un rol esencial en la demanda por la recuperación de la educación pública. Desde el mochi22
lazo del 2001, la revolución pingüina de 2006 y las movilizaciones del año 2011, el movimiento por la educación ha instalado la necesidad urgente de profundas transformaciones: desmunicipalización de la educación pública municipal y nuevo sistema de financiamiento como demandas centrales. El movimiento estudiantil ha demostrado ser un actor de gran relevancia dinamizadora para los cambios en Chile. Sin ir más lejos, ha sido este movimiento el que durante décadas ha condicionado la política educativa de los distintos gobiernos, aunque todas estas veces desde la oposición a políticas establecidas o agendas privatizadoras. Sin embargo hoy, a propósito de un Gobierno que propone políticas positivas -aunque no del todo suficientes para la magnitud del problema- en relación a las demandas del movimiento, se ha intensificado el debate sobre el comportamiento que debiese tener la organización estudiantil -y el mundo social en general- con la institucionalidad política (Ejecutivo y Parlamento), exponiéndose nítidamente las diferencias entre quienes queremos consolidar y profundizar los cambios, versus quienes privilegian el auto-reafirmar sus tesis políticas mediante el fracaso de procesos de cambio que no les contribuyen a su relato. En dicho contexto es que desde la CONES, organización que logramos liderar desde principios del 2014, hemos conducido una posición que ha demostrado ser la correcta: trabajar por viabilizar los elementos positivos de la reforma, frenar las alteraciones negativas e incidir en la profundización de los cambios relevantes para el fortalecimiento de la educación pública, todo esto de la mano de la movilización y de una astuta disputa en la institucionalidad política. Así fue como la CONES aportó de manera relevante en el término del lucro, la selección y el copago, fortaleció la idea de desmunicipalizar la educación pública, logró profundizar en medidas como los consejos escolares resolutivos y ha intencionado debates de relevancia estratégica, como lo es la necesidad de contar con un nuevo sistema de financiamiento para la educación escolar pública. Todo este proceso ha sido empujado de manera significativa por federaciones de estudiantes secundarios, muchas de ellas lideradas por jóvenes comunistas, que se han expresado en gran parte del país y que han fortalecido la organización estudiantil, se han conformado como 23
un actor relevante en sus territorios y han viabilizado el mantenimiento de los comunistas en la vocería de la CONES. Pese a aquello, aún se requieren más esfuerzos para dinamizar, consolidar y dar amplitud a esta organización desde otras fuerzas políticas que la validen y la fortalezcan a partir de la diversidad de opiniones, entendiendo que sin ello, los reflujos del movimiento estudiantil seguirán poniendo en riesgo la existencia de federaciones ya organizadas, que ha costado mucho levantar y mantener en el tiempo, debido a la dinámica propia de los estudiantes y su estadía pasajera por la escuela.
nda es
Ahora bien, dado el relevante avance que han tenido nuestras principales tesis políticas desde el último Congreso Nacional hasta ahora, sobre todo por los niveles de influencia alcanzados en el movimiento estudiantil secundario y el cumplimiento de una parte significativa de nuestra política mediante la reforma educacional, que continúa en disputa, es que el XIV Congreso Nacional de las y los jóvenes comunistas chilenos debe trazar nuevos desafíos que nos acerquen aún más a terminar con la educación de mercado, asignar al Estado un trato preferente hacia la educación pública, arrancar los principios del neoliberalismo de nuestro sistema educativo y configurar un estado de cosas en que la educación pública sea promotora de un nuevo modelo de desarrollo para Chile y su pueblo. Bajo este último objetivo es que un elemento irrenunciable, y por sobre todo estratégico, continuará siendo nuestra lucha por un nuevo sistema de financiamiento para la educación escolar pública que permita el desarrollo pleno de los proyectos educativos de cada escuela y liceo, finalizando de esta manera con una competencia desigual por los recursos, que sólo ha traído como consecuencia el constante debilitamiento de la educación pública. No obstante, en nuestros desafíos más cercanos se debe profundizar también en una nueva política de acceso a la educación superior que logre configurar una composición de clase distinta en muchas universidades, favoreciendo a las y los estudiantes más pobres, en nuevas medidas que hagan que la educación pública sea mayoritaria y articuladora de todo el sistema de enseñanza escolar y, por sobre todo, en la disputa por la producción y reproducción de conocimientos y valores que se entregan en las escuelas y liceos, los que deben expresarse en profundos cambios de paradigmas pedagógicos y curriculares.
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El pueblo de chileno recupera el derecho a la educación superior pública, gratuita y de calidad desde las calles; la educación como un bien social y no un bien transable en el mercado En nuestro último Congreso Nacional nos colocamos el objetivo de trabajar en el desarrollo de “una reforma universitaria que se vincule a las tres crisis de las universidades: orgánica, de financiamiento y del sentido de la universidad” en el marco del fortalecimiento de la organización y de la movilización estudiantil. Habiendo transcurrido 5 años desde las más masivas movilizaciones del último tiempo y 5 años también de que nos pusiéramos como objetivo la conquista de una reforma con las características anteriormente descritas, podemos decir que aun faltando mucho, nos hemos acercado de forma significativa a este objetivo. Las movilizaciones del 2011, y el arco de fuerzas que éstas compusieron, posibilitaron el avance institucional de transformaciones sobre un sistema educacional profundamente cuestionado y deslegitimado. La Reforma Educacional, con todas sus tensiones y dificultades, es la materialización de las diferentes demandas del movimiento estudiantil y de su acumulación histórica. En relación al movimiento estudiantil, desde las movilizaciones del 2005 contra la instalación del CAE (Crédito con Aval del Estado) en adelante, la agenda ha estado centrada en el financiamiento universitario, siendo la reforma que actualmente está en discusión la oportunidad más importante en las últimas décadas para materializar dicha agenda. Lo que está en juego en esta reforma es el comienzo del desmonte de la educación de mercado y la posibilidad de sentar las bases de un nuevo sistema de educación superior público, democrático y al servicio de las grandes mayorías. En ese marco, si bien nuestra lucha no concluirá en esta reforma, de triunfar un proyecto de ley que fortalezca la educación pública mediante un trato preferente del Estado con sus instituciones, cuestión que descanse en que éstas sean mayoritarias en matrícula y cumplan un rol rector sobre el resto del sistema, potencie a universidades no estatales con rol público, se democratice el acceso a la educación superior, se respete y garantice la participación real de las comunidades universitarias en el gobierno de estas instituciones y se regule al conjunto del sistema finalizando de manera real con el lucro tanto en Universidades como Centros de Formación Técnica, se producirá un sal25
to cualitativo hacia una nueva educación que permita transitar hacia posiciones más avanzadas en la lucha por una educación al servicio de un nuevo modelo de desarrollo nacional. En lo anterior radica la importancia de conquistar avances profundos en la coyuntura actual; bajo las actuales condiciones de institucionalidad, financiamiento y regulación, es imposible concebir un sistema que construya conocimiento democrático para un nuevo modelo de desarrollo nacional. En el próximo período las perspectivas de lucha en la educación superior, y particularmente en la universidad, se determinarán por los avances que se conquisten en el marco de la actual reforma. Mientras más avances se consigan, mayores van a ser las oportunidades para disputar el sentido y el conocimiento que se produce en las instituciones de educación superior; por otro lado, en la medida que no se resuelvan los problemas estructurales del sistema, no habrá condiciones mínimas para que en éste dejen de proyectarse objetivos distintos a los de la competencia y el mercado. Una apuesta relevante de proyectar es nuestra inserción en los Centros de Formación Técnica (CFT´s) actualmente existentes, así como también en los 15 CFT´s estatales que desde el gobierno se están construyendo. En este mundo conviven poco más de la mitad de los estudiantes de la educación superior del país, la mayoría de ellos de extracción popular, cuestión que nos llama a redoblar esfuerzos por mejorar nuestra presencia en él a fin de problematizar y llevar adelante una política que ponga a estas instituciones al servicio de la sociedad. Los esfuerzos requeridos para conquistar una reforma estructural a la educación superior son contundentes. De allí que se requiere un movimiento estudiantil activo, capaz de articular una mayoría social y política que dispute los cambios, donde la movilización sea una herramienta convocante y cercana al pueblo de Chile y en cuya táctica no se deseche ningún esfuerzo ni ningún espacio de incidencia que pueda ir en beneficio de avances más profundos para el pueblo. Es esta conducción, con una clara disposición de contribuir real y materialmente a los intereses de la clase trabajadora, la que debe ser recuperada para un movimiento estudiantil mucho más determinante y poderoso; sin duda, la gratuidad de la educación será un elemento muy importante de considerar en la perspectiva de lucha y composición del movimiento estudiantil, ya que, aunque sea gradual la implementación de ésta, marca un hito histórico al darle la oportunidad de acceder a la educa26
ción superior a jóvenes cuyas familias no hubiesen podido costear sus estudios en el contexto que Chile venía viviendo por años, caracterizado por tener la educación superior más mercantilizada y costosa del continente. Estos jóvenes deben transformarse en los defensores de una reforma que debe ser estructural y que no tiene vuelta, ya que ni siquiera un gobierno de derecha podría retroceder en este derecho adquirido. VI. Los jóvenes comunistas, desde el Frente Territorial, luchamos por mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo, conquistar derechos y generar conciencia: el sujeto popular está en disputa. Los jóvenes comunistas, en el 1er Encuentro Nacional del Frente Territorial que realizamos el año 2012, desarrollamos algunas definiciones que deben ser retomadas para el debate de este congreso. En primer lugar, es necesario superar la concepción del territorio entendido sólo desde el punto de vista físico o domiciliario. Nuestro enfoque debe estar ligado al desarrollo de los frentes de masas capaces de construir propuestas para la conformación de movimientos juveniles en el territorio. Es prioritario instalar el concepto de comunidad, entendida como un conjunto de personas que comparten intereses y demandas colectivas, todas en función de las condiciones materiales en las que se desenvuelven; y también es necesario analizar en profundidad las consecuencias que ha dejado el neoliberalismo en este frente, que se confronta directamente con la realidad del sujeto popular al que aspiramos sumar a nuestras luchas, que son las luchas del pueblo. Hablamos de un sujeto complejo, que hoy pertenece a la clase trabajadora pero que no se reconoce como parte de ella, un sujeto inmensamente permeado social y culturalmente por el modelo y que ha sido víctima del clientelismo y asistencialismo que instaló la derecha en las poblaciones. Dicho esto, nuestras estructuras territoriales deben ser capaces de aportar a los procesos de reformas que se están llevando a cabo mediante la articulación de estas comunidades. Necesitamos a la Jota desplegada en generar movimiento juvenil con perspectiva de transformación. Cada base, comunal y regional debe ser capaz de insertarse o vincularse en las comunidades de su territorio, en sus diversos frentes de masa: juntas de vecinos, comités de adelanto, clubes deportivos, coros juveniles, conjuntos folclóricos, comités de vivienda, etc. y des27
de ahí levantar movimiento social activo en torno a sus demandas. Debemos hacer de nuestras poblaciones espacios donde se exprese una juventud movilizada y consciente de sus problemas y las causas de éstos. Lograr que la comunidad vuelva a hablar de política y que la reconozca como una herramienta, lo que no es tarea fácil, ya que la desconfianza se ha instalado con mucha fuerza y en algunos casos de manera muy justificada; sin embargo, se tiende a generalizar cuando los medios de comunicación instalan en la opinión pública una dura crítica hacia la política y los “políticos” sin hacer la diferencia entre los corruptos y los honestos, y hacen parecer que todos fueran corruptos y que todo lo que huela a política está cuestionado; lamentablemente, esto ha permitido que los verdaderos ladrones y corruptos puedan camuflarse bajo las premisas de que “todos son iguales” y que “la política en general está sucia”. La despolitización y el desprestigio de la política ha sido un gran acierto del modelo neoliberal y ha sido potenciado por sus medios de prensa que han llegado a construir inclusos falsas realidades con el fin de meter a todos en un mismo saco; esto resulta muy conveniente y funcional a los sectores conservadores que han querido mantener al pueblo sometido en la ignorancia para poder gobernar a su antojo durante muchos años. Ello genera apatía y desinterés en la ciudadanía, especialmente en los jóvenes, que tienden a restarse de los procesos, sobretodo de la participación electoral. La desconfianza es un mal de estos tiempos que debemos superar, demostrando con acciones y con hechos concretos, que no todos son corruptos y que la política puede ser una gran herramienta para las transformaciones cuando es bien utilizada, con honestidad y transparencia. Las demandas o ejes de movilización desde lo local, además de contribuir a la superación del modelo, deben representar esfuerzos coordinados que permitan configurar un escenario de disputa nacional. En definitiva, debemos ser capaces de construir un relato respecto al desarrollo de la política territorial de la Jota, con perspectiva de clase, que nos permita actuar e incidir ordenadamente sobre la realidad. Por una Nueva Constitución democrática, escrita y refrendada por nuestro pueblo La etapa participativa del Proceso Constituyente ha convocado a todas y todos a congregarnos para hablar sobre el Chile que queremos, siendo ésta la única instancia que han tenido generaciones completas 28
de chilenas y chilenos para discutir semejante temática. En ello, la labor de las y los comunistas ha sido y seguirá siendo decisiva; nuestra acción política puede potenciar el salto cualitativo que requiere Chile para avanzar a paso seguro en un proceso de transformación del modelo. Es por lo anterior que debemos volcar esfuerzos prioritarios en el proceso constituyente y asumir esta lucha como una batalla central para la democratización de Chile. En definitiva, sobre la base de ésta como una de las batallas más fundamentales, se deberán sentar las bases de un nuevo modelo de desarrollo nacional como alternativa al neoliberalismo. Hemos de asumir el debate y disponernos en la acción a construir un movimiento juvenil dinámico, diverso, agudo e incidente en este proceso constituyente, porque nos importa el contenido de una nueva constitución y también el mecanismo a través del cual será confeccionada. Sin duda, reafirmamos que el verdadero poder constituyente radica en el pueblo, por lo que hemos planteado con mucha fuerza que la Asamblea Constituyente debe ser el mecanismo del que emane una nueva carta magna, y para que esta nueva constitución esté validada desde su origen, debe ser ratificada en un plebiscito nacional abierto y vinculante. Para aquello, proponemos fortalecer, proyectar y ampliar la plataforma “Constituyamos”, la que debe tomar acciones determinantes y amplias expresadas en el territorio, en nuestros colegios, universidades y sindicatos, siempre de la mano y buscando el liderazgo y contribución de las organizaciones vivas del territorio. En definitiva, la Nueva Constitución debe transformarse en una demanda general, transversal y ordenadora de las distintas luchas que la juventud debe disponerse a dar en cada frente. Los Jóvenes Pobladores en la Lucha por la vivienda como un derecho social Los jóvenes, y en particular aquellos que han formado familias, han sido por años tremendamente castigados al no comprenderse la vivienda como un derecho social. Esta demanda debe ser desarrollada como un eje central en nuestra política territorial, por el carácter eminentemente de clase que posee. Quienes sufren la segregación y el hacinamiento, a propósito de una política pública basada en el subsidio, son los mismos a los cuales el modelo ha castigado por décadas. 29
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Debemos ser capaces de construir una propuesta política clara que nos permita enfrentar la política subsidiaria en esta materia instalada en dictadura, que antepuso el derecho a la propiedad por sobre el derecho social. Esto se ha transformado en un problema de proporciones, ya que la especulación de los privados en relación a la plusvalía de los terrenos se ha transformado en una verdadera traba para construir vivienda social, por los altos precios imposibles de pagar por parte del Estado, pero que sin embargo, son comprados por las inmobiliarias para construir departamentos y condominios privados. Las estructuras territoriales deben organizarse al calor de los Comités de Vivienda de sus propias poblaciones y construir desde ahí un movimiento amplio por la vivienda que nos permita instalar transversalmente esta demanda. Un importante avance en ello es la conformación de la Coordinadora Metropolitana de Pobladores por la Vivienda, en la que nuestra comisión nacional de pobladores ha jugado un rol activo. Hay que determinar un crecimiento dirigido y sostenido de nuestra inserción de masas en este espacio. Esto nos va a permitir también poder ligar el trabajo que desarrollemos en este ámbito al ejercicio legislativo que han llevado adelante nuestros parlamentarios y parlamentarias, en particular nuestra diputada y Secretaria General Karol Cariola, a propósito de representarnos como autora del proyecto de ley que declara inembargables las viviendas sociales. Ya nos pusimos a la cabeza de este tema desde la perspectiva legislativa, debemos dar pasos en esa misma dirección desde los movimientos sociales. Los Jóvenes por una Salud Digna y de calidad para todos y todas Ésta es una demanda tremendamente sentida en nuestras poblaciones, en primer lugar por la creciente privatización que ha sufrido este sector, que afecta de manera directa a los más carenciados de nuestro país. Es fundamental que nuestra juventud se involucre en estas disputas y, en ese sentido, se haga parte de los espacios organizados de la población en torno a este eje temático. Los Centros de Desarrollo Local (CDL) asociados a los Centros de Salud Familiar (CESFAM) y consultorios en cada una de las comunas de nuestro país parecen ser el espacio idóneo para levantar dicha demanda. La crisis de la salud pública no puede serle indiferente a los jóvenes chilenos y menos a los jóvenes comunistas, ya que los efectos de ésta 32
la viven directamente sus usuarios, quienes representan el 80% de la población. Somos un país que sigue invirtiendo pocos recursos en salud (por debajo del promedio de los países de la OCDE) y la distribución de los recursos es completamente desigual en relación a un sistema privado cada vez más privatizado que se ha fortalecido a costa de la salud pública y los recursos de todos los chilenos. Como juventud hemos sido parte de luchas muy importantes por la defensa de la salud, como fue la demanda junto a los trabajadores y usuarios por terminar con las concesiones hospitalarias acompañada de una iniciativa de ley, o la importante lucha por la recuperación del rol público en la red del Hospital J.J. Aguirre como el único hospital clínico universitario que es propiedad del Estado, pero que hasta hoy funciona como un privado, pues debe autofinanciarse; ésta es una lucha de larga data en la que hemos logrado vincular al frente estudiantil, desde el senado universitario, con el frente territorial y laboral, y que comienza a mostrar favorables resultados. Sin duda, la salud es un derecho fundamental que debe ser garantizado constitucionalmente, y nuestro objetivo debe ser trabajar para recuperar la vocación profesional en aquellos médicos generales y especialistas que estudian y se forman en campos clínicos de hospitales públicos, pero que terminan trabajando para las clínicas privadas por millonarios sueldos que el Estado no puede igualar. El negocio es cada vez más rentable, ya que se han conformado verdaderos “carteles” de ciertas especialidades que son demandadas y necesarias, por lo que se dan el gusto de poner sus condiciones para ejercer con tiempos limitados y tratos abusivos en la red pública. Otro objetivo importante debe ser terminar con las sociedades médicas, que lucran dentro de los hospitales utilizando la infraestructura y los insumos del hospital, pero que cobran el doble del costo de cualquier prestación quirúrgica; esto, sumado a la compra de servicios al extra-sistema, son las razones por las cuales crece y crece la deuda hospitalaria, y la forma en que el sistema privado completamente desregulado parasita permanentemente al sistema público. Para frenar esta situación, debemos proponernos con urgencia levantar un movimiento social amplio, que deje en evidencia el abuso que se ha generado, y lograr que una Reforma a la Salud sea una prioridad del próximo programa de gobierno, que esperamos sea de la NM.
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La Defensa de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente: un desafío estratégico para el desarrollo sustentable de nuestro país En Chile tenemos un modelo de crecimiento económico basado en la industria extractiva de recursos naturales. Por un lado, esto implica un modelo depredador del medioambiente, que no es sustentable en el tiempo. Por otro, es un modelo rentista, de extracción y exportación sin generación de valor agregado, en su gran mayoría en manos de privados, lo que da origen a inescrupulosos rentistas que dependen únicamente de la propiedad privada sobre trozos del planeta y sus recursos. Según Marx, en una sociedad más avanzada del futuro, la clase rentista “será considerada algo tan monstruoso como la propiedad de un ser humano sobre sus semejantes”, pues simplemente se apropian del trabajo humano generado en otras industrias, dados sus derechos de propiedad. De esta forma, involucran un porcentaje ínfimo de la fuerza de trabajo, obteniendo gran parte del Producto Interno Bruto de nuestro país. Dado lo anterior, enfrentamos este debate desde distintas dimensiones. Desde la dimensión ecológica, luchamos porque las futuras generaciones puedan disfrutar de los mismos recursos con los que contamos hoy, con un aprovechamiento responsable de ellos que permita su renovación. Asimismo, debemos poner en el centro la soberanía del pueblo sobre nuestros propios recursos, que implica que sus beneficios, a propósito de ser bienes escasos cuyo precio no tiene que ver con el trabajo involucrado, sino que con su escasez y la demanda asociada a ellos, sea para todas y todos los habitantes de nuestro país. Hay recursos que son estratégicos para el desarrollo de Chile y la satisfacción de sus necesidades. Entre ellos, claramente se encuentra el cobre, conocido históricamente como el sueldo de Chile, pero no es el único. El agua es un recurso fundamental para la vida humana y hoy hablamos de una crisis al respecto, frente a lo cual debemos tener conciencia de que el agua para consumo es sólo el 7% de toda la que se usa en Chile, no obstante, ciudades y pueblos enteros no cuentan con ella. Entonces, estamos hablando de algo que se puede y urge resolver. Sin embargo, dada la estructura de propiedad que tiene hoy el uso del agua, este modelo está impedido de hacerlo. En el caso de los peces se requiere urgentemente una mirada como Estado para recomponer la masa pesquera del país, que está muy reducida por la sobreexplotación. 34
El litio tiene un enorme potencial y es cada vez más estratégico para el desarrollo de Chile y del mundo, y se encuentra hoy en manos de la empresa símbolo de la corrupción, Soquimich. Cuando miramos hacia un nuevo modelo de desarrollo, la única alternativa consistente con la apuesta por la democracia, la calidad de vida, el trabajo digno y un medioambiente sustentable, es la economía basada en el valor agregado por el trabajo humano. Por tanto, la industrialización relacionada a los recursos naturales, vinculada a la investigación para lograr el procesamiento de nuestros recursos y dejar de exportar para luego comprarlos de forma elaborada, es fundamental en nuestra mirada de futuro. En todo este camino la juventud debe jugar un rol fundamental, instalando la necesidad de la nacionalización de los recursos naturales, con una perspectiva de masas y construcción de movimiento social. Esto debe vincularse con la lucha por el fortalecimiento de la educación pública y la conquista de nuestros derechos sociales, pues contaremos con los recursos para dar solución a estas importantes demandas si es nuestro pueblo quien obtiene los beneficios por los recursos que existen en el país. Una Juventud que Lucha por la Igualdad de Género, por una Sociedad Diversa y Democrática. Las y los comunistas históricamente hemos estado presentes en la lucha por terminar con la condición de subordinación de la mujer. Más aún, nos constituimos como una organización política que busca relevar el papel de la mujer en la sociedad, con igualdad en la diferencia, respeto, reconocimiento y capaz de superar la opresión y discriminación que impone el capitalismo. Somos una organización que, a lo largo de su historia y los diversos momentos políticos, ha abrazado las luchas del movimiento feminista y de mujeres, librando una serie de batallas que han logrado poco a poco mayor reconocimiento de los derechos de la mujer y de la diversidad. Reconocemos que el origen de la desigualdad de género radica en el modelo capitalista, por tanto, abrazar la lucha por la emancipación de la mujer es aportar con el retroceso del modelo económico imperante.
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Es necesario, hoy más que nunca, construir y fortalecer un movimiento de mujeres con perspectiva de clase, que permita superar enclaves patriarcales que afectan directamente la condición de las mismas. Necesitamos reivindicar aspectos esenciales de la lucha contra la desigualdad que radica en demandas laborales, mejorar el salario y las condiciones laborales de las trabajadoras para avanzar hacia una necesaria emancipación económica, como también superar aspectos tan crudos y recurrentes como la violencia contra la mujer. La Jota debe ser parte e incidir en el movimiento de mujeres y feminista, y para ello debemos hacer un esfuerzo por constituir un frente de estas características que, además, sea activo en las luchas por los derechos sexuales y reproductivos, por mayor participación política de las mujeres, la lucha por la emancipación del género y la diversidad sexual. Lo anterior resulva fundamental, dado que no podemos concebir una sociedad plenamente democrática si no nos reconocemos como sociedad diversa, que deja atrás lo heteronormativo para avanzar en comprender múltiples identidades de género. Debemos ser activos, de igual forma, con las luchas de la comunidad LTGB y sus demandas, reconociéndolas como batallas que nos permiten ir cercando al modelo. Las Artes y la Cultura como formas de Expresión para la Transformación Social Las artes y la cultura están en el centro de la lucha ideológica. Han acompañado a las y los comunistas a lo largo de la historia, así como a cada proceso de cambios profundos en nuestro país. El momento político que vivimos debe acompañarse en mucha mayor medida por las expresiones artísticas, recogiendo su profundo valor revolucionario. De esta forma, deben aportar a una épica de la transformación y a la posibilidad de llegar de distintas formas al sentir de nuestro pueblo, con una profunda vinculación con las masas. Lo anterior requiere de una acción decidida de nuestra juventud, estrechando mucho más nuestro trabajo con las artes y la cultura y valorizando el rol que juegan para la transformación social. Nos proponemos acompañar este momento político con bandas sonoras, muralismo, baile, teatro, poesía, entre otros, generando condiciones para que florezca la alegre rebeldía en la juventud chilena y en nuestro pueblo. Proponemos trabajar la cultura en frentes de desarrollo, como la Brigada Ramona Parra, la Bandita de Recabarren, y otros espacios que po36
damos generar o de los cuales seamos parte, impulsando expresiones territoriales contrahegemónicas. Esto nos debe permitir, por un lado, un mayor impacto de nuestra política, y por otro, una flexibilidad para quienes se hacen parte de la lucha comunista a través de distintas formas y expresiones, ampliando el concepto de lo político y de las maneras en que aportamos a su desarrollo. Debemos implementar en nuestra práctica política lo que ya ha dicho de muy bella forma nuestro compañero Víctor Jara, quien fuera encargado de Cultura de la Jota y miembro de su Comité Central: “Yo no canto por cantar, ni por tener buena voz. Canto porque la guitarra tiene sentido y razón”. Qué cosa más linda es ser voluntario Durante el periodo en que Gladys Marín encabezaba las Juventudes Comunistas, se desarrolló un fuerte movimiento en que la juventud chilena se convirtió en protagonista del proceso político democratizador que estaban viviendo con Salvador Allende a la cabeza del gobierno popular, con Brigadas de Trabajo Voluntario comprometidas en tareas como la construcción de canales de regadío, de balnearios populares, la participación en la distribución de productos de primera necesidad, convirtiéndose en una de las bases del desarrollo político de las JJ.CC. Fidel Castro, por su parte, puso en relieve la importancia política de los trabajos voluntarios por cuanto permitían, además, oportunidades de alianza entre la clase obrera y los estudiantes en el proceso revolucionario. Más aún, facilitaba la alianza entre el proletariado y los sectores medios e incluso altos, pues los estudiantes –sobre todo antes- solían provenir de estos últimos dos grupos sociales. Ahora bien, en la actualidad este desafío no solo nos puede ayudar a profundizar nuestro trabajo en el territorio, sino que además puede ayudarnos a crecer en el frente universitario, ya que, como se ha expresado en varios momentos durante los últimos años, una gran cantidad de jóvenes está en disposición de colaborar voluntariamente con pobladores de manera permanente o ante situaciones de catástrofe. De esta forma, y fundamentalmente en un país como éste, donde constantemente ocurren fenómenos naturales que nos desafían, resultará de gran relevancia la organización permanente del voluntariado juvenil, en especial en el frente estudiantil, pues tiene mayores condiciones objetivas para realizarlo. Esto, además, entrega una oportunidad de levantar frentes de masas que trascienden a la militancia de nuestra 37
Nuestra juventud y partido se han constituido históricamente como el instrumento más efectivo de la clase Çtrabajadora para enfrentar políticamente al enemigo de clase y ser activos en las luchas de nuestro pueblo. Este momento político requiere mirar nuestra orgánica con toda la profundidad necesaria para fortalecernos, dinamizarnos y, por sobretodo, crecer estrechamente vinculados con las masas juveniles. En este sentido, proponemos dos ejes 38
centrales para la discusión en nuestro congreso: uno de ellos es el fortalecimiento de la estructura, como necesidad política. Esto quiere decir, buscar todos los mecanismos necesarios para que ésta funcione con rapidez, con dinámica, y aumentando su capacidad de movilidad táctica. Cuando se habla de dinamismo, significa lograr desrigidizar nuestra estructura, con una relación permanente y activa entre todas las direcciones que componen nuestra organización. 39
juventud y nos da la posibilidad de construir junto a otros jóvenes que comparten nuestro espíritu de solidaridad y que muchas veces terminan identificándose también con nuestras ideas, lo que nos permite cumplir con el objetivo permanente del desarrollo y crecimiento de nuestra organización. Despenalización del autocultivo de cannabis medicinal y recreativo en el marco de una nueva política de drogas para Chile; terminar con el negocio del narcotráfico es acabar con su poder en nuestras Poblaciones El actual modelo que se ha dispuesto para enfrentar el narcotráfico se ha basado en el prohibicionismo y la criminalización de los usuarios, lo que ha dejado en una situación de desamparo a estos últimos, en un marco de violencia y peligro hacia su integridad. En cuanto a los resultados de dicha estrategia, uno de los ejemplos más gráficos que demuestra su ineficiencia es que la marihuana en sus diversos estados, ya sea natural o alterada con aditivos, sigue siendo la sustancia ilícita más consumida en Chile, liderando las estadísticas del continente en los segmentos poblacionales más jóvenes (13 y 17 años), mientras que, desde un punto de vista general, sigue ocupando un porcentaje significativo. Ello nos lleva a deducir, a partir de la información que las propias instituciones manejan, que la estrategia actual que se mantiene en torno a la lucha contra el narcotráfico, particularmente vinculado a la cannabis, ha fracasado en los dos objetivos que se propuso y que han caracterizado la actual ley 20.000: reducir el consumo y el tráfico. Necesitamos, en consecuencia, cambiar el actual paradigma en el que reposa nuestra legislación, dotando al Estado de los instrumentos necesarios para actuar de forma más eficiente, y pasar de la prohibición fracasada a una regulación que permita disminuir el mercado del narcotráfico a través del autocultivo regulado. Para lograr un cambio integral y eficaz, resulta entonces necesario e inevitable el cuestionamiento a la matriz que ha ordenado la actual estrategia en la lucha contra el narcotráfico -que a la vez ha sido sostén para la actual ley y las defensas que ésta ha tenido frente a los intentos de modificación- toda vez que: i) ha sido ineficaz en el control del narcotráfico; ii) ha generado limitaciones y distorsiones sobre el fenómeno y que se han traducido, entre otros efectos, en una oferta sanitaria insuficiente para consumidores problemáticos y; iii) ha derivado la 40
acción del Estado hacia la criminalización de usuarios no comerciales de cannabis, desviando recursos que bien podrían emplearse en otras materias más urgentes y necesarias para la salud pública, la seguridad y la educación; iv) deja a merced de los narcotraficantes la opción de conseguir dicha sustancia, dando posibilidades a estos mismos de ofrecer otras drogas altamente adictivas y dañinas como la pasta base y otras, generando con ello un problema social aún mayor. La Jota, en su Xll Congreso Nacional, tomó la decidida posición de luchar contra el narcotráfico y proponer una discusión seria para construir una nueva política de drogas eficiente que haga control de daño en los adictos y que busque políticas efectivas para evitar el consumo en menores de edad y tener mayor regulación del consumo en personas adultas; nuestra perspectiva para el debate no pasa por el activismo que defiende solo la “libertad individual”, sino que, muy por el contrario, nuestra propuesta tiene una mirada de clase, pues el narcotráfico se apodera principalmente de nuestras poblaciones y somete a los jóvenes y niños más vulnerables a través de la adicción a drogas duras como también al dinero fácil. La prohibición valoriza el negocio espurio de los narcos, ya que aumenta el costo del riesgo y, por ende, mejora la rentabilidad de su negocio ilegal. Es por esto que nos parece importante dar inicio a la construcción de una nueva política de drogas con la despenalización del autocultivo medicinal y recreativo de cannabis, para resolver un problema crítico que es la criminalización de los consumidores, mientras los narcotraficantes se encuentran libres, desincentivando la participación y la vida comunitaria en los barrios de los que se apropian. Esto debiera ser un tema de discusión en cada una de nuestras estructuras, ya que son mayoritariamente jóvenes quienes día a día son detenidos, perseguidos y arrestados por cultivar, portar y/o consumir cannabis incluso en los espacios privados; en este periodo legislativo se discute, por primera vez con alta aprobación parlamentaria, una ley que avanza en estos objetivos y que ha sido impulsada por varios sectores políticos de forma transversal. La Juventud debe Abrirse Espacios en la Institucionalidad Entendemos la política electoral como un medio para la influencia de nuestra política en la sociedad chilena, pues a través de la conquista del poder local y nacional podemos representar y defender los intereses de la clase trabajadora. Todo indica que las elecciones seguirán siendo contiendas decisivas para la dirección del proceso político, por eso damos la lucha en todos los frentes. 41
Del resultado de las elecciones municipales depende en medida importante el ordenamiento de fuerzas de cada partido y sus alianzas. Inciden directamente en las parlamentarias, para obtener un triunfo como bloque en las presidenciales y en el peso relativo de cada partido en un futuro gobierno. Con el sistema proporcional moderado que reemplaza al binominal se abren posibilidades de crecer a nivel parlamentario y de reducir la sobre representación de la derecha. Es una oportunidad también de triunfos especialmente para nuestra juventud política y para las y los jóvenes que cada vez más nos abrimos paso en los espacios de poder y representación popular. Fuimos los primeros en jugarnos porque la juventud tiene capacidad de jugar roles relevantes a nivel institucional, en contra de los prejuicios y las tradiciones en torno a quiénes deben representarnos. Después de las movilizaciones del 2011, llevamos adelante la disputa por la alcaldía en Estación Central, junto con nuestras candidaturas a las concejalías y al año siguiente en las diputaciones con dos compañeras de nuestras filas. Hoy confirmamos la apuesta que iniciamos, convencidos y convencidas de que nuestra juventud se ha fortalecido y tiene mucho que aportar en un momento de enorme descrédito de la política, convocando a nuestro pueblo y a la juventud chilena a copar los espacios para poner la política al servicio de quienes más sufren los abusos del sistema capitalista y su expresión neoliberal. VII. A democratizar la información y comunicar nuestras ideas El monopolio que el gran empresariado y la derecha mantienen sobre los medios masivos de comunicación (sobre todo Diarios, Radios y TV), con su consiguiente influencia en la opinión pública, es algo que los sectores que estamos por realizar cambios en el país deberemos enfrentar duramente. Sin ir más lejos, en la actualidad los grandes medios controlados por estos grupos se han encargado de hacer frente a un proceso de reformas abierto por el mundo social e impulsado desde el gobierno, encubriendo como “objetivo y real” discursos que poseen una clara intencionalidad política. Se hace evidente que la virulencia comunicacional de los sectores conservadores crece al mismo paso que avanzan las conquistas populares, aumentando con ello los riesgos para éstas últimas. Es éste, por tanto, un debate que deberemos estimular en nuestro país, tomando desde nuestra Juventud un rol activo en el cuestionamiento de la influencia 42
del mercado como limitante del derecho social a la información, requisito mínimo de cualquier construcción democrática, y que ubique al Estado y a la sociedad como principales productores de información, considerándola como bien público y no de mercado. Por otra parte, las y los jóvenes comunistas debemos mantener la disputa de las ideas en todos los espacios, utilizando diversos medios de comunicación masiva que estén a nuestro alcance para transmitir nuestra ideas y ser parte de la resistencia contrahegemónica a aquellos medios de comunicación funcionales al neoliberalismo y a los sectores conservadores que buscan la dominación desde la desinformación o la confusión de los hechos. Es nuestra actividad en redes sociales un factor relevante, ya sea informando de nuestra política, convocando a más jóvenes a participar en ella, como también defendiendo los avances que el pueblo de Chile seguirá conquistado. Pero no podemos perder de vista que las redes sociales son una herramienta más, y no la única, dentro de todas las alternativas que debemos tener en consideración para dar a conocer nuestras ideas. La propaganda y la disputa por el Espacio Público en la transmisión de nuestras ideas En los últimos dos años, como Juventudes Comunistas, hemos afrontado el desafío de abordar con mayor fuerza las tareas de propaganda y, en particular, la recuperación de nuestras Brigadas Ramona Parra. Sabemos que las labores de propaganda y agitación son claves en la disputa y construcción del Chile que queremos, por tanto es necesario discutir los esfuerzos a realizar hacia a la formación de militancia en su desarrollo tanto político como técnico. La conformación de Brigadas Ramona Parra Regionales ha sido una orientación que ha tenido muy buenos resultados, ya que apuntan a una localización del desarrollo propagandístico al alero de las áreas de Comunicaciones y Propaganda de cada Dirección Regional, permitiendo un despliegue nacional mucho más visible de nuestras ideas. Resultado de aquello, también, es que las BRP Regionales están siendo espacios de desarrollo propagandístico de masas, convocando muchas veces a independientes a acercarse y participar de manera activa con nuestra organización. Por otro lado, el relacionarnos con organizaciones de arte urbana, grafiteros, danza, teatro, centros culturales, y otras expresiones culturales 43
de la juventud, como una labor constante, abre camino para la gestación de una nueva cultura contra-hegemónica. Por tanto, una sintonía de masas acorde a la diversidad de identidad e intereses de los jóvenes más allá de nuestros espacios de militancia, enriquece los alcances y proyecciones de nuestro accionar. VIII. La Jota que necesitamos para seguir cambiando Chile y luchar hasta la victoria Nuestra juventud y partido se han constituido históricamente como el instrumento más efectivo de la clase trabajadora para enfrentar políticamente al enemigo de clase y ser activos en las luchas de nuestro pueblo. Este momento político requiere mirar nuestra orgánica con toda la profundidad necesaria para fortalecernos, dinamizarnos y, por sobretodo, crecer estrechamente vinculados con las masas juveniles. En este sentido, proponemos dos ejes centrales para la discusión en nuestro congreso: uno de ellos es el fortalecimiento de la estructura, como necesidad política. Esto quiere decir, buscar todos los mecanismos necesarios para que ésta funcione con rapidez, con dinámica, y aumentando su capacidad de movilidad táctica. Cuando se habla de dinamismo, significa lograr desrigidizar nuestra estructura, con una relación permanente y activa entre todas las direcciones que componen nuestra organización. También significa abrir nuestra estructura hacia la juventud chilena, que puedan participar de nuestras actividades, generar reuniones de bases abierta, con tal de vincular más aún a la Jota con la realidad de la juventud chilena actual. Debemos hacernos cargo de la situación que enfrentamos, al contar con un modelo de dominación que se expresa en todo sentido, inclusive cambiando aspectos de la vida cotidiana, de relaciones sociales, en las que hemos visto cómo, en los últimos 20 años, la realidad del joven chileno es aquella en que su condición se expresa desde múltiples dimensiones: son jóvenes estudiantes, pero además trabajan para pagar sus estudios, algunos trabajan en jornadas muy extensas, otros además son madres o padres; por lo tanto, es fundamental reconocer el escenario en el cual estamos transitando para lograr que la militancia tenga sentido en esas realidades, y generar las condiciones necesarias para que todo aporte pueda contribuir al fortalecimiento de nuestra estructura. Por otro lado, resulta necesario pensar en el crecimiento como un pilar clave en este momento político. Si bien nos constituimos como una de las fuerzas políticas juveniles más grandes de nuestro país, requerimos 44
engrosar nuestra musculatura orgánica para seguir avanzando en esta fuerte disputa por las transformaciones. Por eso resulta tan importante abrir la militancia hacia la juventud, compartir con ellos nuestras tesis políticas y lecturas de la actual coyuntura, para que abracen nuestra política y se sumen a nuestros nobles y justos objetivos. Nos encontramos en un cuadro político que requiere del máximo despliegue de nuestra estructura para el cumplimiento de las tareas, junto a nuestro partido, con el que tenemos ahora aún más responsabilidad formal, ya que cada militante de la juventud que sea mayor de edad sigue siendo militante en la orgánica interna de la Jota, pero debido al cambio del la ley de partidos políticos, éstos se transforman en militantes formales de nuestro partido en sus padrones oficiales, con derecho a voto en el proceso de ratificación del Comité Central del partido, posterior a cada congreso nacional; esto nos entrega una gran responsabilidad en la formación y autoformación política de nuestros cuadros, para mantener elementos fundamentales de nuestra convicción ideológica fundada en el marxismo y las normas leninistas de organización, en que la disciplina consciente y el centralismo democrático adquieren un gran valor para mantener nuestra características de partido revolucionario y de masas. Este momento nos abre posibilidades reales de avanzar en la construcción de más democracia y justicia social en nuestro país, el verdadero cimiento para el Gobierno de Nuevo Tipo que hemos definido y seguiremos buscando. Aprovechar este contexto histórico es una posibilidad concreta de darle mejores condiciones a nuestro pueblo y de ver retroceder hasta ser derrotado, de una vez por todas, el neoliberalismo en nuestro país. La urgencia, ritmo y dinamismo que seamos capaces de dar a estas condiciones históricas, las que debemos seguir generando, dependerá de nosotros. Para seguir cambiando Chile ¡Luchamos para vencer!
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-A mi Partido - Pablo Neruda
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Congreso Nacional Juventudes Comunistas de Chile