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Entrevista

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Baja Visión

Baja Visión

José Manuel Martínez

Óptico-optometrista ocularista, especializado en la realización de prótesis oculares

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"No se descarta que en un futuro, con las tecnologías existentes, puedan diseñarse y fabricarse prótesis oculares con impresoras 3D"

¿Cómo le gusta definirse?

Como óptico-optometrista y ocularista.

¿Cómo surgió la decisión de dedicarse a esta especialidad nada convencional?

Todo empezó al conocer a un compañero de universidad que su padre llevaba muchos años dedicado a esta especialidad. Tras unas primeras tomas de contacto en su consulta, despertó mi inquietud e interés en este campo y me dio la oportunidad de asistir durante varios meses a su consulta, lo que me aportó muchísimos conocimientos y, posteriormente, empecé con cursos de formación.

¿Cree que esta especialidad debería ser especificada en los estudios de óptica y optometría?

Sería una especialidad bastante importante. Con los conocimientos que hoy en día tiene un óptico-optometrista sería un paso importante para la formación de esta rama, si se pudiera llevar a cabo.

¿Qué recomienda a l@s jóvenes ópticos-optometristas para iniciarse en esta disciplina?

Todo lo que pueda ampliar los conocimientos de un estudiante es positivo, siempre y más aún cuando ello podría beneficiarle en un futuro en el ámbito laboral. Lo complicado, bajo mi punto de vista y experiencia, sería encontrar a un profesional docente que impartiera dicha asignatura, ya que no existe ningún centro, ni siquiera a nivel privado, que se dedique a ello. Es un camino difícil y muy costoso. En concreto, yo me puse en contacto con algunos profesionales a nivel nacional e internacional, que me dieron cursos para poder adquirir la formación que tengo.

¿Cuándo elaboró la primera prótesis? ¿Qué recuerdo especial tiene de ese momento?

Mi primera prótesis la elaboré hace ya aproximadamente 20 años. Son muchos momentos especiales vividos a lo largo de tanto tiempo, pero sí guardo esa primera vez que me enfrenté a ello. Era un chico joven, universitario, que a consecuencia de un accidente perdió su ojo derecho. En esa conversación inicial me encontré a una persona muy baja de ánimos y bastante acomplejada. Después de todas las pruebas y varios días de contacto directo con él llegó el momento de la adaptación definitiva. Cuando le mostré el espejo, Javier sonrió y solo hizo falta una mirada para mostrarme su satisfacción. Una mirada

que mostraba gratitud y agradecimiento. El muchacho se giró hacia su madre que en todo momento le acompañó, se levantó y me abrazó.

El trabajo multidisciplinar del oftalmólogo con el ocularista es muy importante

¿Y el caso que más le ha llamado la atención o que más le haya marcado emocionalmente?

Uno de los que más me marcó profesionalmente fue cuando hice la adaptación a una niña anoftálmica bilateral con solo una semana de vida. Fue un proceso duro y lento, un trabajo a largo plazo, ya que tuvimos que empezar con moldes de expansión hasta conseguir equilibrar el volumen y la máxima simetría entre un ojo y otro para posteriormente adaptarle sus primeras prótesis. A partir de ahí y por el crecimiento y desarrollo de la niña fuimos readaptándolas a sus cambios de cavidad hasta que a los dos años de vida fue intervenida por el cirujano de órbita y oculoplastia para hacerle un injerto dermograso con el fin de aligerar el peso de dicha prótesis. El trabajo multidisciplinar del oftalmólogo con el ocularista es muy importante.

¿Cuál es el procedimiento desde que el paciente acude a su clínica hasta que se le entrega la prótesis?

Cuando el paciente llega a la consulta se le hace una anamnesis y se le pide informes médicos. A continuación se le hace un estudio donde observamos in situ la profundidad, cavidad, tejidos... Yo siempre digo que tenemos que analizarlo como si estuviéramos explorando los músculos extraoculares. Es decir, en todas las posiciones de mirada, para ver la profundidad de saco, la apertura, la cavidad y los estiramientos de los tejidos. Pasamos a fabricar una cubeta individual para la posterior toma de medida. A continuación le sacamos un primer molde sobre el que trabajaremos la estabilidad, movilidad y centrado. Al mismo tiempo le haremos fotos de su ojo para sacar color de iris, contenido de venas, color de esclera... con el fin de fabricarle una prótesis lo más parecida posible. Con toda esta información pasaremos a laboratorio para concluir la fabricación, siempre con materiales biocompatibles de grado médico. Por último, y por supuesto con una esterilización minuciosa, la adaptaremos al paciente. Le explicaremos el mantenimiento que requiere y se le citará para revisiones.

¿Cómo es el mantenimiento que debe realizar periódicamente el usuario?

El mantenimiento depende del tipo de prótesis adaptada. La esclerocorneal cascarilla se la deben quitar durante la noche, al igual que hacemos con las lentes de contacto, y mantenerlas en un desinfectante mientras que las adaptadas en casos de enucleación o evisceración se recomiendan que no se las quiten hasta pasado un mes.

¿Hasta dónde cree que pueden llegar las prótesis en el futuro?

A lo largo de los años han ido evolucionando tanto en tomas de medida como en materiales y no se descarta que en un futuro, con las tecnologías existentes, puedan diseñarse prótesis oculares con impresoras 3D.

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