Juventud Solidaria

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ÍNDICE JÓVENES, OCIO Y EDUCACIÓN Aurora Bernal Martínez de Soria

¿CÓMO SON NUESTROS JÓVENES? Felipe José de Vicente Algueró

JÓVENES, DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA Carolina Ugarte y Concepción Naval

LA ACCIÓN SOCIAL CON EMPLEADOS: UN PROYECTO EMPRESARIAL NECESITADO DE UN ORDEN Iciar Lumbreras y Alfonso Sánchez-Romero

MIGRACIONES, DESARROLLO Y CODESARROLLO: GESTIÓN POLÍTICA DEL VÍNCULO Luis Abad

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15 AÑOS DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL 15 AÑOS POR UNA JUVENTUD SOLIDARIA

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n octubre de 2003 la ONG Cooperación Internacional –a la que cariñosamente llamamos “CI”- cumplió 10 años. Un décimo aniversario siempre es una cifra redonda, que llama a una celebración especial y significativa. Por eso, con ocasión de este aniversario se editó un libro llamado “Imagen Solidaria” que recogía una selección de imágenes y relatos de voluntarios. En “Imagen Solidaria” se pretendía expresar la esencia de la misión que ha movido a Cooperación Internacional desde su constitución en 1993: situar a los jóvenes frente a su especial responsabilidad como ciudadanos, hacerles ver las situaciones de necesidad que se dan en la sociedad y facilitarles una forma de participar en la resolución de esos problemas. A esta misión, que se concreta en un sinfín de acciones muy variadas lo hemos llamado “trabajar por una juventud solidaria”. Como muestra un botón: en “Imagen Solidaria” se recogen unas palabras de una voluntaria, María Eugenia, que dice “He aprendido a mirar dentro de las personas; sé que todos nosotros ocupamos un lugar y tenemos mucho que decir y que aportar. Es mi responsabilidad hacer la vida más agradable a los demás, sobre todo a los que tienen más dificultades. Vas con esa idea y…¡resulta que eres tú quién más recibe!”. En el momento en que cooperación internacional ONG juventud solidaria


se escriben estas líneas no sabemos nada de María Eugenia, qué hace, a qué se dedica, incluso desconocemos si sigue dedicando tiempo a acciones de voluntariado. Sin embargo, sí sabemos una cosa: en un momento de su vida descubrió que ayudar a los demás no era un favor que concedía graciosamente, sino que era parte de su responsabilidad hacia la sociedad. Poner a los jóvenes ante este descubrimiento, el de su propia responsabilidad ante los problemas de su sociedad, es el objetivo principal que tiene Cooperación Internacional y lo que ha guiado el trabajo en sus 15 años de existencia.

una alta complejidad. Alfonso Sánchez Romero e Iciar Lumbreras, aportan desde su gran experiencia en este campo, una guía de implantación de una acción de voluntariado corporativo para las empresas.

Como ONG de juventud Cooperación Internacional aspira a cambiar la sociedad a través de los jóvenes. Desde nuestra organización se entiende la juventud no como un problema que hay que arreglar, sino como la oportunidad de cada sociedad en cada momento histórico para invertir en sí misma, para cambiar y mejorar sobre los logros realizados.

A lo largo de estos 15 años muchas personas han formado parte de Cooperación Internacional. Sería muy difícil enumerar los proyectos, las campañas de voluntariado, los programas de sensibilización o los materiales educativos que han salido gracias a CI. Nuestro trabajo ha sido intenso y variado: desde la organización de ayuda de emergencia para Kosovo o Sri Lanka al trabajo cotidiano, oscuro y sacrificado de un grupo de voluntarios que acuden semanalmente a dar clases a unos niños inmigrantes en el Centro de participación e integración Hispanoecuatoriano. Miles de voluntarios han gastado horas de su tiempo y esfuerzo y, sobre todo, un equipo de profesionales comprometidos con la organización han hecho posible que Cooperación Internacional sea, actualmente, la mayor organización no gubernamental de juventud de España.

Cooperación Internacional en estos 15 años ha propuesto a la sociedad un modelo positivo de juventud. Creemos en la juventud de la misma manera que creemos que la sociedad, y el hombre en definitiva, es capaz de mejorar. Tan sólo cinco años después de la edición de “Imagen Solidaria” queremos celebrar nuestro quince cumpleaños con este número especial de la Revista. El conjunto de artículos que recoge este número aborda diversos temas de juventud. De siempre la juventud ha estado sometida al análisis, al estudio y a la sospecha, o al menos a una consideración inicialmente negativa. La sociedad se encuentra en permanente cambio. Cambian los modelos de ocio, cambian los sistemas educativos, cambian los contextos económicos y los entornos socioculturales pero siempre se ha mantenido la preocupación por una juventud a la que se observa con recelo. Pero también ilusiona por el enorme potencial que encierra y por las grandes posibilidades que ofrece contar con una juventud sana, comprometida y competente. En su artículo “¿Cómo son nuestros jóvenes?” Felipe José de Vicente destaca la aparición de un nuevo modelo de cultura juvenil que debemos tener en cuenta en la tarea educadora. El ámbito educativo debe acometer el problema de la patente incapacidad de compromiso de los jóvenes. El compromiso sigue siendo una de las asignaturas pendientes en el ámbito del voluntariado.

Estos, y otros artículos conforman una publicación que manifiesta el afán de Cooperación Internacional por profundizar y mejorar en su trabajo e innovar parar cumplir cada vez mejor con nuestra misión.

Una antigua inscripción babilónica del s. XI a. C rezaba de la siguiente manera: “La juventud de hoy está corrompida hasta el corazón. Es mala atea y perezosa. Jamás será lo que la juventud ha de ser” Por el contrario en 2005, un personaje de relevancia mundial decía ante más de un millón de jóvenes: “Los jóvenes son el futuro de la Humanidad y la esperanza de las naciones. Ellos son la primicia de una alba nueva para la Humanidad” . Estamos ante dos visiones diferentes de una misma situación. La historia de Cooperación Internacional cree firmemente en los jóvenes como esperanza, cree en un futuro mejor gracias a una juventud más comprometida y solidaria. Vivimos tiempo de crisis. Pero las crisis no son necesariamente situaciones negativas; suponen un proceso de cambio, necesario y conveniente en muchos casos. Afrontamos 2009 en mejor situación que en 2003 y estamos seguros de que cuando celebremos los 20 años en 2013 miraremos a los jóvenes con la misma ilusión, el mismo optimismo y, seguro, mayor esperanza.

Esta falta de compromiso se hace patente al analizar cómo es la participación política de nuestros jóvenes que aborda en su artículo Concepción Naval. El desencanto ante lo político, entiende la profesora Naval, es un problema de origen social y educativo. Otro de los temas tratados es el ocio juvenil. Estamos ante un asunto apasionante y en el que CI se ha embarcado en los últimos tres años con varias propuestas de educación en el ocio. Desde hace años nos preocupa no sólo la peligrosidad de las conductas de ocio de los jóvenes sino la cortedad de miras de una juventud que –dicen- vive para “pasarlo bien”. Como explica Aurora Bernal en su artículo sobre el ocio de los jóvenes estamos ante el tiempo libre “vivido en compañía pero de un modo individualista”; y propone una educación en el ocio “de máximos” basada, entre otras cosas, en la educación en el esfuerzo. De especial interés es el análisis de las acciones de ocio alternativo que por parte de las autoridades públicas se han puesto en marcha en los últimos años. Otro de los temas de gran importancia que aborda este número de la Revista es el interés que empieza a despertarse en las empresas por realizar acciones de voluntariado con sus empleados. El “voluntariado corporativo” es un fenómeno relativamente reciente en nuestro país y que tiene cooperación internacional ONG juventud solidaria

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JÓVENES, OCIO Y EDUCACIÓN Aurora Bernal Martínez de Soria Departamento de Educación Universidad de Navarra

RESUMEN

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n el amplio sector de la opinión pública el ocio de los jóvenes es noticia frecuentemente por los episodios de violencia o por sucesos en los que el consumo de drogas y alcohol atenta contra la salud y altera el orden social. El ocio de los jóvenes ocupa un lugar destacado en el sector mercantil porque muchos negocios ofrecen productos de consumo para ocupar el tiempo libre. Y también, el ocio interesa a las personas e instituciones que saben que si el tiempo libre está bien aprovechado, los jóvenes además de divertirse pueden mejorar y participar en actividades que repercuten positivamente en el desarrollo social. En estas páginas repasamos en líneas generales el estado de la cuestión sobre el ocio que practican los jóvenes en la actualidad y los programas que diversas instituciones proponen, y concluimos esbozando unos criterios orientativos sobre cómo planificar el tiempo libre para que cumpla el sentido auténtico del ocio. cooperación internacional ONG juventud solidaria


1. OCIO: DIVERSIÓN PARA UNOS, PREOCUPACIÓN PARA OTROS

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a abundancia de reflexiones sobre cómo los jóvenes emplean el ocio ha llegado a saturar la atención de la ciudadanía; un juicio negativo y preocupante prevalece ante algunos sucedidos negativos en los que la integridad de las personas ha sido quebrantada. Ocio se equipara a diversión que es buscada por caminos, rentables para algunos y nocivos para otros; el afán de esparcimiento, desligado de otros objetivos vitales, distorsiona la realidad hasta el punto de que encontramos jóvenes que disfrutan con actividades que consisten en hacer sufrir a otros más débiles. Estos comportamientos no se deben únicamente a “estar” bajo los efectos de las drogas o del alcohol, lo que resulta sorprendente es que muchos de los sujetos protagonistas de estos indignos ejercicios lúdicos están en sus cabales. La alarma social se ha disparado ante estos hechos en los que hay personas –entre las que algunas son jóvenes e incluso niños– que se entretienen a pesar de que se hacen daño o a costa de infligirlo a otros. En este contexto se presentan experiencias de ocio alternativo para evitar situaciones conflictivas. Aunque es sabido que los problemas de los jóvenes con las drogas, el alcohol, la violencia, los juegos perjudiciales, las actividades peligrosas, no son motivadas sólo por la necesidad de salir del aburrimiento, sí que éste crea el estado afectivo perfecto para que los individuos sean captados por los factores que invitan a superarlo a cualquier precio11. Los jóvenes que por variadas razones no conectan con su familia, con actividades valiosas, con proyectos de provecho propio y compartido, se desligan de los posibles puntos de referencia, válidos a la hora de hacer uso de su tiempo libre –bajo no control de la autoridad– y se enganchan a actividades que les producen satisfacción sin más valor2. Así vista esta realidad parece necesario vislumbrar más horizonte que el permite la impresión inmediata de estos acontecimientos. Para ello repasar qué es el ocio y no restringirlo a la diversión, examinar los diferentes niveles de la satisfacción más allá de los planteamientos hedonistas, relacionar los valores, con la felicidad y con el modo de ser de cada individuo, puede facilitar a los responsables directos o indirectos del ocio de los jóvenes pensar cómo presentarles el atractivo de numerosas y variadas actividades que además de entretenerles les hacen crecer como personas. En síntesis, la pretensión de estás páginas es comprender lo esencial del ocio, advertir su dimensión educativa y contrastar ambas consideraciones con las vivencias de los jóvenes en la actualidad para terminar proponiendo algunos principios que orienten las propuestas de ocio que necesita la juventud.

2. OCIO Y TIEMPO LIBRE

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n la historia de nuestra cultura rescatamos la noción de ocio. La Grecia clásica incluía en su perfil de la excelencia humana que los sujetos dedicaran tiempo a actividades que les perfeccionaran. El ocio es el conjunto de actividades que mejoran a la persona. Por contraposición se concebía el negocio, la negación del ocio, como aquellas actividades

necesarias para subsistir, para vivir. Vivir bien, supone el ejercicio de las potencias más elevadas del ser humano que actualiza fundamentalmente la capacidad de conocer la realidad, de contemplarla, de explorarla sin más afán, ya es de suyo suficientemente sustancioso, que hacer crecer la propia personalidad y desplegar el carácter. Bajo una concepción antropológica unitaria como la que trabajó la cultura griega se estima que esas actividades que integran el ocio despliegan todas las dimensiones humanas, de forma quepor ejemplo, dedicar tiempo a contemplar la verdad es la actividad más placentera, disfrute tan intenso y profundo que su logro hace olvidar el dolor del esfuerzo por conquistarla. Los griegos acuden a espectáculos entretenidos y educativos al mismo tiempo, en los que remueven emociones que acompañan a la comprensión profunda de la vida humana; las pasiones que suscitan se tiñen de calificación sensible respecto a lo bueno y a lo malo, en todos sus grados. El ocio es el tiempo de crecimiento humano, el tiempo libre. Es libre por dos razones. La primera es que este tiempo no está supeditado a tener que ganarse la vida, a las actividades productivas cuyo razón de ser es conquistar un resultado que está fuera de cada individuo, del que depende y está atado a él. La segunda razón para calificarlo de libre es que la persona dispone de este tiempo para hacer lo que elija, elección que consiste en actividades práxicas y teóricas, inmanentes, cuyo resultado se queda en el sujeto para mejorar. Este crecimiento revierte en la libertad, tal y como la entendían los griegos: dominio propio, interno, para hacer grandes obras en servicio de la comunidad. En ese espacio de ocio los griegos disfrutaban de las artes, hacían política, conversaban con sus amigos, buscaban la verdad y el bien. Este es al menos el valor de ocio propio de los ciudadanos de mayor categoría y posición social. No en vano Aristóteles muestra sus reflexiones acerca del ocio en dos obras cuyo centro de atención es la praxis humana –la actividad intrínsecamente libre–: Ética a Nicómaco y la Política. El Estagirita delinea en estas indagaciones que lo central de la ocupación humana es buscar la felicidad que consiste en la realización de actividades en las que se eleva –crece– el espíritu y conducen a la perfección humana –en todas las dimensiones, corporal, afectiva, moral, estética, intelectual, social–3. El ideal es que esas actividades hacen crecer en todos los sentidos. Por ejemplo, un deporte proporciona: disfrutar del ejercicio físico pero además un aprendizaje, sobre el propio cuerpo, sobre unas reglas sociales, sobre la amistad, sobre el servicio de hacer disfrutar a los demás. El ocio es el tiempo exento de la necesidad de labor que se “usa” para crecer. Se trabaja porque no hay otro remedio y para lograr ocio, tiempo repleto de actividades satisfactorias en las que no se excluye el esfuerzo. El problema radica en que ese ocio está reservado a unos pocos. Esos pocos eran los mismos que “disfrutaban” de la educación. Gran parte de la labor educativa giraba en torno a facilitar a los alumnos que se esforzaran en actividades de toda índole: físicas, artísticas, intelectuales, de modo que una vez aprendidas pudieran realizarlas con facilidad y con el refuerzo del placer una vez alcanzaran la edad madura. Por ejemplo, los niños aprendían música para disfrutar de ella a la vez que comprendían una dimensión de la realidad; la cuestión fundamental no se planteaba: ¿para que les sirve aprender a tocar la flauta? Sino: ¿qué aprenden con tal y cual melodía y cómo se sienten ante la constatación de esa realidad?. La educación es en sí un tiempo de ocio, en cierta manera, y claramente una preparación para el ocio.

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RODRÍGUEZ VILLAFÁNEZ, A. (2008): “Juventud, violencia, ocio, diversión”. En MINGOTE ADÁN, J. C.-REQUENA Y DÍEZ DE REVENGA, M. (Coord.): El malestar de los jóvenes: contextos, raíces y experiencias. Ed. E. DIAZ DE SANTOS, S. A., Madrid. Págs. 307-324. 2 Esta situación explica los numerosos estudios sobre el consumo de drogas y de alcohol entre los jóvenes desde una perspectiva axiológica. Por ejemplo: MEGÍAS, E. (Dir.) (2000): Los valores de la sociedad española y su relación con las drogas. Ed. Fundación «la Caixa», Barcelona; ELZO J.(Dir.) (2003): Más allá del botellón: análisis socio-antropológico del consumo de alcohol en los adolescentes y jóvenes. Ed. Agencia Antidroga, Comunidad de Madrid, Consejería de Sanidad, Madrid.

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Algunos autores destacan que la cultura romana, más pragmática invierte la relación tiempo libre y trabajo. Además se da más valor al trabajo, a algunos trabajos y negocios. Si en el ideal griego el negocio es para el ocio, en la antigua Roma se va imponiendo otro paradigma, el ocio es para el negocio en dos sentidos: se descansa en el tiempo de ocio para luego poder trabajar mejor; y 3

Para Aristóteles el ocio es usar bien el tiempo y dirigirlo a la contemplación y a la actividad práctica. Cfr. Política VI (VIII) 3, 1337b.

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se hace del ocio un negocio. El descanso se concibe como un suspender la actividad física en muchos casos recreando el espíritu. En esta concepción es fácil la inclinación por las actividades que producen un placer inmediato más superficial, en las que hay un mínimo de actividad para conseguir un máximo de pasividad emocionante. En este sentido se comprende el éxito de los espectáculos circenses que acapararon la atención de los ciudadanos romanos y cuyo contenido se va inclinando a presentar lo que remueve pasiones vehementes y no tanto reflexiones acerca de la realidad. Se impone lo divertido, lo recreativo sin más añadidos. Si bien se da cabida a considerar algunos trabajos como medios de realización humana, se desdibuja que el ocio sea el tiempo para lograr la excelencia. Por otra parte, algunos espectáculos se convierten en un negocio lucrativo. En la actualidad la concepción del ocio es deudora tanto de la versión griega como de la romana aunque el paso de los siglos ha dejado su impronta propia. Si buscamos el contraste entre épocas nos encontramos con que: en Grecia se trabaja para tener ocio concediendo escaso valor al trabajo y encuadrando dentro del ocio actividades que son “trabajo” bajo la perspectiva moderna; en Roma se descansa para trabajar mejor, reconociendo a la labor más importancia para la realización humana y dejando para el ocio “un no hacer nada”; y en nuestra época se trabaja para descansar pudiendo dar mucho valor a ambas cosas aunque también se puede optar por la versión griega o romana del ocio. Por este pluralismo cultural, tropezamos con diferentes versiones en la concepción del tiempo libre y del ocio. Algunos los identifican mientras que otros los distinguen4. La diferencia apunta a concebir el ocio como el “buen uso” del tiempo libre, el tiempo del que el sujeto puede disponer una vez cumplidas sus obligaciones ineludibles. Si para discernir el buen uso, la referencia es únicamente que el sujeto haya elegido, la razón de elegir algo no es otra que elegirlo, los significados de tiempo libre y ocio aparecen fundidos. Luego para diferenciarlos es necesario dar contenido a lo de “buen” uso, al bien en la actividad. Hablar con precisión de ocio supone considerar su relación con realidades humanas profundas como la felicidad, la perfección, la sociabilidad, los valores. Este discurso es el que predomina por parte de las personas afanadas por un uso provechoso del tiempo libre en nuestra sociedad.

3. CONSIDERACIÓN DEL OCIO EN LA ACTUALIDAD

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uizás uno de las novedades más llamativas respecto a otros tiempos es el hecho de considerar que el ocio es para todos, una necesidad y un derecho5. Esta concepción del ocio se integra dentro de la cultura de los derechos humanos en la que promover el desarrollo humano y el bienestar es uno de los principales objetivos de la vida social. El ocio es un elemento fundamental de la calidad de vida6. La relevancia de esta realidad humana se muestra en que es objeto de interés de diversas ciencias: filosofía, sociología, psicología, pedagogía7. Los diferentes enfoques subrayan unas u otras características del ocio coincidiendo en lo esencial. 4

Para una comprensión actual del ocio cfr. CUENCA, M. (2006): “Pedagogía del ocio: una aproximación global”. En CUENCA CABEZA, M. (Coord.)(2006): Aproximación multidisciplinar a los estudios de ocio. Ed. Universidad de Deusto, Bilbao. Pág. 84. 5 Cfr. “Carta Internacional del ocio” (1998). Apéndice. En CUENCA CABEZA, M. (2004): Pedagogía del ocio: Modelos y propuestas. Ed. Universidad de Deusto, Bilbao. Págs. 325-327 6 Cfr. GOYTIA PRAT, A. (2008): “Ocio y calidad de vida” En Agathos: Atención sociosanitaria y bienestar, 8, nº. 2, Págs. 4-13. 7 A modo de ejemplo, cfr.: PIEPER, J. (1964): El ocio y la vida intelectual. Ed. Rialp, Madrid; WEBER, E. (1969): El problema del tiempo libre. Estudio antropológico y pedagógico. Ed. Editora Nacional, Madrid; ISO-AHOLA, S. (1980): The social psychology of leisure and recreation. Ed. Wm C. Drown Company Publishers, Dubuque, Iowa; CSIKSZENTMIHALYI, M.- CSIKSZENTMIHALYI, Y. (1988): Optimal Experience. Ed. Cambridge University Press, Cambridge.

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Una formulación que sintetice las aportaciones de todos los autores indica que el ocio es el conjunto de actividades que una persona realiza en su tiempo libre, esto es, fuera de las obligaciones, sin presión externa, por divertirse, por entretenerse, por mejorar8. Desde la psicología se concede mucha importancia a la libertad percibida –que se traduce en actividades de iniciativa propia– y a la motivación intrínseca –no existe compensación externa para hacer esta actividad–. Sociológicamente se insiste en que poder disponer de ocio y encontrar satisfacción en él representa un indicador de calidad de vida. Si añadimos la sensibilidad de filósofos y pedagogos, éstos precisan dos significados del ocio. La más simple y quizás la más generalizada consiste en percibirlo equivalente a la disponibilidad de tiempo posible por estar desligado de obligaciones y que se emplea en actividades diferentes que tienen en común un descansar pasivo o de relajación. Las actividades de ocio se convierten en un instrumento para la satisfacción, se trata de un ocio instrumental para el que los individuos se orientan con una motivación extrínseca. También hay otra ideación del ocio como tiempo libre ocupado en actividades en sí mismas valiosas porque suponen desarrollo personal. A este segundo ocio se le denomina ocio serio9. El bien que conllevan estas actividades es el resultado pretendido que produce a su vez placer; la orientación hacia este tipo de ocio es finalista. En los sujetos que lo practican prevalece una motivación intrínseca. Así visto, el ocio es educativo y cuenta con tres características fundamentales, autonomía, autotelismo y vivencia placentera. Esta consideración actualiza la concepción de Aristóteles10. Ocio serio no es sinónimo de aburrido sino que expresa una actividad grave, digna de consideración, en la que se han asumido unas finalidades más allá del sentirse bien. Sin acudir a ningún estudio específico sobre las costumbres sociales, advertimos que tendemos por lo general a mezclar en el ocio actividades pasivas y activas, ocio desenfadado (actividades ociosas) y ocio serio (actividades con una entraña educativa). Ambas actividades de ocio son necesarias en la vida humana. La cuestión es poder y saberlas elegir en el modo que mejor nos ayude. Tenemos evidencia que en nuestra sociedad el ocio es estimado pero ¿a qué actividades de ocio se debería prestar valor? Hay un acuerdo que parte del valor del ocio es que contribuya a la salud, física y psíquica. Enlazado con lo anterior se observa su importancia para la salud social. El ocio contiene actividades de interacción social, por un lado beneficiosas para el bienestar de los individuos en cuanto que necesitan de la relación y comunicación con los demás, y por otro, precisas para contribuir a la participación, la responsabilidad y la cohesión, sociales, características imprescindibles para mantener y acrecentar la buena salud de una sociedad. Si las actividades de ocio promueven valores que facilitan: las relaciones sociales, compartir bienes, tener metas en común, desarrollan competencias humanas valiosas para los individuos y la sociedad La posibilidad de lograr este proceso sirve de cierto criterio para discernir qué actividades de ocio potenciar y cuales penalizar u obstaculizar. Si nos adentramos algo más en el contenido del ocio observamos que se persigue la salud personal y social mediante actividades de diferente índole a las que se accede por oportunidad, por estilo de vida y por condiciones personales (edad, sexo, aptitudes, etc.). El deporte, el medio ambiente, la riqueza cultural de propio territorio o de otros, las actividades artísticas, la solidaridad, constituyen el contenido común de las actividades de ocio. Pensando desde el plano de la salud social nos encontramos con criterios de valoración del ocio y tiempo libre contradictorios, opuestos e incompatibles. El modo más fácil de advertir 8

ARGYLE, M. (1996): The social psychology of leisure. Ed. Penguin Books, New York. El término es acuñado en los estudios sobre el ocio y proviene del trabajo de: STEBBINS, R. (1992): Amateurs, professionals, and serious leisure. Ed. McGrill-Queen´s University Press, Montreal. 10 CUENCA, M. (2004): Pedagogía del ocio: modelos y propuestas. Ed. Universidad de Deusto, BilbaoPágs. 36-40. 9

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esta contradicción es recoger esta queja-denuncia repetida sobre cómo se mantienen algunas prácticas de ocio que recrean a unos y perjudican a otros, y a la larga, también insalubres para los que se divierten así. Numerosas personas trabajan para ofertar actividades de ocio. Una de las razones para prestar este servicio no es tanto el servicio a la humanidad como un interés lucrativo, objetivo válido a no ser que el afán económico sea el criterio primero aún a costa de derivar algún perjuicio. Como se recoge en frecuentes estudios sobre el ocio lesivo, uno de los grandes problemas para hacer frente a este aspecto nocivo de las actividades realizadas en el tiempo libre es su indudable peso en el mercado. Las actividades de ocio se han convertido en un sector dinámico de la economía española, e incluso la Unión Europea lo considera el sector más importante y con más futuro para la creación de empleo juvenil en el ámbito de la Unión11. El mercado vende mejor lo que se consume más rápido, lo que produce un efecto inmediato que en términos de ocio es el ocio clasificado como ocio simple, de diversión. ¿Volvemos a la época poco gloriosa de los romanos? Algunas actividades de ocio con un traje de sofisticación técnica alcanzada en los últimos años, rememoran el circo y otros espectáculos romanos. Se produce un aumento de medios para un tipo de ocio: divertido únicamente con la promesa de que su consumo nos hará felices aunque no logra esta meta sino únicamente mantenernos entretenidos.

4. EL VALOR DEL OCIO PARA LOS JÓVENES

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i pensamos sobre el valor/beneficio que el ocio puede tener para los jóvenes no discernimos grandes diferencias con lo que supone para las personas de otras edades. Únicamente se reconocen algunas peculiaridades específicas de la juventud. Los jóvenes gozan de más tiempo libre porque no tienen tantas obligaciones. Por su gran capacidad de aprender y su amplia franja horaria libre, un ocio serio es el más acorde a sus características. Los jóvenes necesitan descansar pero requieren más actividad que pasividad. Las actividades ociosas, sobre todo si agotan el tiempo libre de los jóvenes, les introducen en vías perjudiciales. Al mismo tiempo que lo propio de los adolescentes y los jóvenes es gozar de gran fuerza y vitalidad, les cuesta gastarla en actividades que exigen esfuerzo. La falta de experiencia impide que puedan motivarse por el refuerzo de la actividad conquistada cuando todavía no lo han conseguido. Para los jóvenes, el ocio es tiempo para buscar experiencias más “libres” no organizadas por quienes les van a controlar como es el caso de los centros educativos y de las familias. Añoran tiempo y espacio para explorar por sí mismos la realidad y las relaciones con los demás. El uso del tiempo libre puede ser un modo en que los jóvenes cultiven su personalidad y en el que ensayen la socialización con todo lo que está comporta de valores vividos, asunción de normas, aportar iniciativas y secundar las ocurrencias de otros.

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La literatura que atisba sobre cómo los jóvenes viven el ocio llega a una conclusión: siguen el uso generalizado en nuestra sociedad y practican un ocio marcado por el consumismo concentrado en los fines de semana. El acceso a algunos estudios sociológicos sobre el tema que nos ocupa permite extraer datos interesantes del estado de las experiencias cotidianas de ocio de los jóvenes. Se trata de una perspectiva descriptiva que nos sirve de aproximación. El ocio y tiempo libre no es el valor deseado en primer lugar por los jóvenes españoles, las relaciones familiares y la salud les resultan más estimables. El valor prestado al ocio empata con tener amigos y con el afán de 11

MARTÍN GONZÁLEZ, E. y MONCADA BUENO, S. (2003): “Programas de prevención de ocio alternativo”.En Adicciones , Vol. 15, Supl. 2, Pág. 330.

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superación. Si a la máxima importancia se concede 10 puntos nos encontramos con las siguientes puntuaciones: Buenas relaciones familiares (8,5 puntos); Búsqueda de bienestar: salud, vida sexual, laboral (7,7 a 8,2 puntos); Vida cotidiana gratificante (7,0 a 7,7 puntos) que consta de tener muchos amigos y conocidos, superarse día a día, y disponer de mucho tiempo libre y de ocio; Orden social (7,3 a 7,5 puntos); Altruismo, preocupación por los otros (6,1 a 6,5 puntos); Autonomía, presentismo –vivir al día– (4,9 a 6,8 puntos); Religión y política (4,0 a 4,4 puntos)12. Si comparamos estos resultados con otras fuentes, como la European Values Survey13, el panorama coincide. En una población comprendida entre los 15 y 29 años, la familia es muy importante (75,8 %) o bastante importante (22, 2%) –un total del 98 %–. El trabajo ocupa un segundo lugar, muy importante (59,8 %) y bastante importante (35,6 %) –un total de 95,4 %–. Los amigos ocupan un tercer lugar, muy importante (50,6%) y bastante importante (42,9 %) –un total de 93, 5 %–. El tiempo libre es muy importante (44,3%) y bastante importante (46,3 %) –un total de 90,6 %–. Se valora el servicio a los demás, y en este cuestionario este valor aparece más alto que en lo enunciado antes, muy importante, lo declaran el 25,02% y bastante importante es para un 55,02 % –un total de 80,4 %–. Religión y política están valorados por detrás también, la religión es muy importante para un 9,5 % y bastante importante 22, 7 %; la política es muy importante para 5,4 % y bastante importante para un 14, 3 %. En estas valoraciones se observa que los jóvenes priorizan los bienes más inmediatos y que repercuten en sus vidas. Los valores más universales que guardan relación con los planteamientos ideales sobre la sociedad y el mundo están relegados a un último lugar. Las causas de este desinterés quizás guarden relación tanto con una actitud concreta ante la vida como a la desconfianza que los movimientos ideales y las instituciones que los representan han generado. El análisis de esta cuestión nos apartaría del empeño en estas líneas. Sí cabe destacar que estos extremos de valoración casan con otros datos sobre el ocio de los jóvenes, en especial sobre el contenido principal que es elegido por ellos para el uso del tiempo libre. Como comenta Elzo, que recurre para su interpretación a otras fuentes que coinciden en los resultados con las que acabamos de consultar, sobresale un ocio desligado de actividades de desarrollo personal y de actividades sociales coincidente con la valoración que los jóvenes hacen de sí mismos como consumistas, pensando sólo en el presente, egoístas, con poco sentido del deber y del sacrificio. De alguna manera se refleja un estilo de vida en el que se ha concedido un puesto central al bienestar que no pertenece únicamente a los jóvenes14. Salir con los amigos es la actividad genérica que hacen todos los jóvenes cotidianamente, pero lo que más les gusta a los jóvenes es escuchar música (98%), a lo que sigue ver televisión, películas y series sobre todo –más frecuente entre los más jóvenes de los jóvenes– e ir al cine (94%), salir a bares, cafeterías o pubs (93%) escuchar la radio, leer la prensa –costumbre más frecuente a medida que se asciende de edad– (90 %). Las tres primeras actividades lúdicas han aumentado respecto a años anteriores. Son actividades en las que se usan recursos diferentes pero con un contenido similar: entretenimiento audiovisual y compañía de los amigos. Los jóvenes declaran que otras actividades de ocio como deseables pero de hecho no las practican, así sucede con 12

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MEGÍAS, E. (dir.) (2001): Valores sociales y drogas. Ed. FAD, Madrid, Pág. 55. EUROPEAN VALUES SURVEY, http://www.jdsurvey.net/jds/jdsurveyAnalisis.jsp [Disponible: Noviembre, 2008]. Se han consultado los datos relativos a España teniendo en cuenta que el último sondeo es del año 2000. Datos más recientes confirman esta valoración. Cfr. FUNES, M. J. (2008): “Cultura política y sociedad”, En LÓPEZ BLASCO y otros, Informe Juventud en España 2008. Instituto de la Juventud (INJUVE) Madrid. Tomo IV, Págs. 18-30. 14 ELZO, J. (2006): “Valores e identidades de los jóvenes”, En GONZÁLEZ BLASCO, P. (Dir.): Jóvenes Españoles, 2005. Ed. Grupo S. M., Madrid. Págs. 13-110. 13

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actividades artísticas y deportivas. Se constata que la ocupación artística y deportiva es incluso menor que en otros años15. Las informaciones que nos llegan sobre el uso de los medios de comunicación por parte de los jóvenes encajan con los resultados que acabamos de repasar. La televisión ocupa abundante tiempo libre con programas dedicados a los deportes, a las series y películas, coincidiendo con la materia consumida en vídeos y dvd. La radio interesa por la música y por programas que reiteran los asuntos más tratados en la “tele”. Las publicaciones, revistas y prensa atraen la atención por los mismos contenidos y por la publicidad16. El tiempo de ocio se concentra en el fin de semana, lo que es normal y general de toda la población, quizás lo más significativo y novedoso es la calidad y cantidad del ocio nocturno: El cincuenta por ciento sale todos o casi todos los fines de semana, aproximadamente una cuarta parte sale con cierta frecuencia, mientras que una quinta parte (19,3%) lo hace con poca frecuencia. Salen menos jóvenes en 2004 con respecto a 1999, los que salen todos los fines de semana son más jóvenes (18 a 20 años) y el horario de las salidas nocturnas es más amplio, más del 40% regresa después de las cuatro de la mañana17. Las razones más importantes para salir son las relaciones con los amigos y divertirse. La otra novedad es el ocio compuesto de actividades en las que se recurre a las TICs con una tendencia al incremento18. Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación ofrecen muchas oportunidades de ocio creativo pero al mismo tiempo propician un consumo que no aporta a los jóvenes beneficios diferentes a las relaciones sociales más bien superficiales y al entretenimiento. Se produce el fenómeno llamado “ocio de las pantallas” que guarda una continuidad con el uso de la televisión. Las TICs dan la apariencia de una participación más activa, menos controlada, más creativa, más abierta a la elección entre multitud de ofertas de diversión, de comunicación, de relación con otras personas. Se comprueba que siendo medios de comunicación, información, discusión, diálogo e intercambio cultural, el uso dominante es el lúdico. La nueva tecnología provee de canales para acceder a la realidad y sin embargo, los jóvenes transitan frecuentemente por el mundo virtual por las vías, que también las hay, que alejan de lo real, impresionan con valores negativos y les invitan a quedarse aislados en un mundo ficticio19. El ocio de nuestros jóvenes parece cruzado por dos movimientos contrarios: socialización e individualización. Desde los años 90 en España aumenta la disponibilidad de adolescentes y jóvenes de aparatos propios: televisión, reproductores de video y dvd, de música, móviles, videoconsolas, ordenadores, que encierran a los individuos en sus habitaciones y mundos. Sorprende ver a amigos y amigas por la calle caminado juntos pero conversando largos rato cada cual con su móvil. A la vez, estos jóvenes entablan conversaciones virtuales con personas de todas las partes del mundo. El ocio se convierte en tiempo libre vivido en compañía pero de un modo individualista. De nuevo, los datos de otras costumbres de nuestros jóvenes complementan este individualismo vital. 15

LÓPEZ RUIZ, J. A. (2006): “Ocio y tiempo libre”, En GONZÁLEZ BLASCO, P. (Dir.) Jóvenes Españoles, 2005. Ed. Grupo S. M., Madrid. Págs. 345-402. Por los datos de a encuesta más reciente del INJUVE llegamos a la misma conclusión. Cfr. FUNES, M. J. (2008): “Cultura política y sociedad”… o. c. , Págs. 111-156. 16 Las encuestas generales de Medios revelan estos datos. Asociación para la investigación de medios de comunicación (AIMC) http://www.aimc.es/. 17 LÓPEZ RUIZ, J. A. (2006): “Ocio y tiempo libre”, En GONZÁLEZ BLASCO, P. (Dir.) Jóvenes Españoles, 2005. Ed. Grupo S. M., Madrid. Págs. 345-402. 18 Cfr. FUNES, M. J. (2008): “Cultura política y sociedad”…, o. c., Págs. 157-191. 19 Elena Rodríguez (coord.) (2002), Jóvenes y videojuegos: espacio, significación y conflictos. FAD, INJUVE, Madrid.

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La participación juvenil en asociaciones es baja, el 81% de los jóvenes no pertenece a ninguna. Entre los que participan, lo más frecuente es que lo realicen en asociaciones o grupos deportivos (5,6%), grupos artísticos o culturales (4%), organizaciones juveniles (2,6%), asociaciones locales o regionales del tipo peñas y cofradías (2,7%). La participación en asociaciones y entidades de carácter benéfico y social se observa tan sólo entre el 2%. Aunque los jóvenes presentan confianza en asociaciones, su participación es muy poca. La mayor pérdida de porcentaje de asociados o participantes la experimentan las asociaciones deportivas (6,4% menos que en 1999) y, aunque en menor grado, las asociaciones juveniles (3,4%), educativas, artísticas o culturales (1,5%) y religiosas (1%).20

5. EDUCACIÓN Y OCIO

L

a relación de ambos conceptos no es novedosa en la historia de la humanidad como advertimos en el brevísimo recorrido al comienzo de estas reflexiones21. En el siglo XXI seguimos preguntándonos: ¿cómo compaginar tiempo libre y educación? Básicamente encontramos dos planteamientos. Uno de ellos, desde la perspectiva educativa, podríamos calificarlo de mínimos y consiste en educar para el ocio como un enseñar a entretenerse sin hacerse ni hacer daño, algo así como poner un tope a algunas actividades que producen un placer inmediato, vehemente y efusivo, enérgico pero que da lugar a comportamientos autodestructivos y destructivos socialmente. El otro posible proyecto, de máximos, al menos como aspiración va en la línea de enseñar a usar bien el tiempo libre con dos vías de trabajo: enseñar a disfrutar con modos de placer alternativos a los habituales y, paradójicamente, mostrar que es digno de la persona valorar actividades que comportan bienes más importantes que el placer. Habría que enseñar que se pueden realizar actividades por otros bienes que no se reduzcan a “sentirse bien”. La paradoja es que esas actividades a la larga producen una satisfacción mayor y una armonía con la otra parcela de la vida, la de las obligaciones. Los proyectos de educación para el ocio del primer tipo son necesarios porque a veces hay que actuar de una manera inmediata contra: el botellón, los garitos repletos de droga, las peleas en las calles y discotecas, las patologías de los críos enganchados en redes peligrosas de móviles, chats, portales de la web confusos en sus propuestas lúdicas. Desde la década de los 90 en España y desde diversas Administraciones públicas, en colaboración con otras instituciones y organizaciones sociales se llevan a cabo diversas estrategias que consisten en programas de actividades alternativas al ocio típico de la noche y fines de semana, en el que el abuso de drogas y alcohol como instrumentos recreativos es una constante22. Se trata de programas de base comunitaria que hacen frente a las costumbres de ocio vigentes en las que las relaciones sociales, el tiempo libre y la diversión se anexionan en una continuidad 20

15

GONZÁLEZ-ANLEO, J. M. (2006): “Relaciones e integración” En GONZÁLEZ BLASCO, P. (Dir.) Jóvenes Españoles, 2005. Ed. Grupo S. M., Madrid. Págs. 111-183. 21 Cfr. por ejemplo: TORRES MARTÍN, C. Y OTROS (2007): “Dimensiones y capacidades del tiempo libre y ocio como ámbitos e instrumentos de educación”. En TORRES MARTÍN, C. Y PAREJA FERNÁNDEZ DE LA REGUERA, J. A. (Coord.): La educación no formal y diferenciada: fundamentos didácticos y organizativos. Ed. CCS, Madrid. Págs. 67-104. 22 En España, el Plan Nacional sobre Drogas ha establecido como meta fundamental de sus políticas la prevención de los consumos recreativos de drogas en su Estrategia Nacional sobre Drogas 2000-2008 y está promoviendo medidas muy específicas en este sentido. Esta planificación también se ha llevado a cabo en EEUU y en otros lugares de Europa, cfr. MARTÍN GONZÁLEZ; E. y MONCADA BUENO, S. (2003): “Programas de prevención de ocio alternativo”, o. c., Pág. 328-332.

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ambigua. Ese consumo nocivo ya no es un problema propio de poblaciones marginales sino que se ha hecho habitual en jóvenes que tienen al menos las condiciones básicas para poseer una buena integración familiar, laboral o escolar y no acaban de creerse el daño que producen las droga y el alcohol sino que los adoptan como medio que les facilite divertirse y las relaciones sociales. Ante esta situación se plantea involucrar a las instituciones responsables de los jóvenes para promover entre todos un ocio saludable, reduciendo el “otro ocio” lesivo23. Sin embargo, esta programación de mínimos en el ocio se asemeja a algo así como una ambulancia que llega en la situación de emergencia, y menos mal que llega, aunque lo más eficaz hubiera sido prevenir la situación. De hecho numerosos programas no plantean sólo actividades lúdicas sanas sino que procuran que las prácticas alternativas favorezcan el desarrollo de habilidades personales y sociales, autoestima, autoconfianza, autocontrol, refuerzo de vínculos con la comunidad, e interiorización de normas. Su objetivo es de prevención y la dimensión lúdica se convierte en medio para desarrollar otras finalidades. En algunos programas se persigue la sensibilización sobre el daño de algunas formas de consumo para divertirse intentando enseñar a consumir mejor y se promocionan actividades que impliquen el asociacionismo, la participación, la información y la sensibilización social. Educar para el ocio con unas metas ambiciosas es más costoso pero indudablemente más eficaz a largo plazo. Educar para el ocio en este segundo sentido se mezcla con los objetivos de la educación social, moral, estética, física, cívica aunque se plantea como educación fundamentalmente no formal o informal. La educación formal puede influir mucho en el uso del ocio pero no es su objetivo central aunque los centros educativos ofrezcan actividades extraescolares que bien pueden entusiasmar a los más jóvenes en aficiones y ocupaciones del tiempo muy adecuadas para la finalidad educativa que estamos planteando. Un enfoque humanista de la educación es el que mejor puede ayudar a entender las razones para plantearnos la educación del ocio que convierte al tiempo libre en un ámbito en la que las personas aprenden para la vida disfrutando. Así se logra mediante la práctica de actividades valiosas en sí mismas que suponen esfuerzo pero también la satisfacción de lo que colma en profundidad la capacidad humana de relación, creatividad, y admiración. Si educamos en el esfuerzo, también en algunas actividades del tiempo libre, los individuos se habitúan de tal manera que sienten menos ese coste doloroso y disfrutan con la actividad. No es suficiente para actuar y sentir bien, el ejercicio de una acción aislada, más bien se requiere un refuerzo específico alcanzado por la habituación que posibilita la adecuación entre lo bueno, lo noble y lo placentero. Clásicamente a esta habituación se le ha denominado templanza, hábito que permite a la persona disponer de su energía para actuar como se proponga sin precisar de las energías aportadas por las drogas y el alcohol. Aristóteles lo explicó hace siglos. Es difícil que el que no haya practicado lo noble y haya experimentado cierto placer lo comprenda posteriormente como algo valioso o esté en condiciones anímicas de empeñarse por alcanzarlo. Otras cosas buenas, más fáciles y próximas, seguramente acapararán su atención y sus fuerzas, su interés. El mejor medio del que dispone el ser humano para estimar lo valioso es entrenarse en el placer y dolor que acompañan al esfuerzo al adquirirlo y poseerlo. Crece la capacidad de disfrutar con lo excelente, con lo bueno, con lo noble. Es ir preparándose a hacer las cosas por sí mismas, se hacen por el placer que conllevan. Ese deleite nos conduce a encontrar su valor y a disfrutarlo24. Con un lenguaje más moderno se expresa la misma idea en la recomendación que algunas 23

Cfr. ARBEX, C. (2001): Catálogo de programas de ocio saludable. ADES, Madrid; INSTITUTO DE LA JUVENTUD (2002): Redes para el tiempo libre. Guía metodológica para la puesta en marcha de programas de ocio alternativo de fin de semana. Ed. Instituto de la Juventud, Madrid. 24 Ética a Nicómaco, II, 1, 1103b; primero practicamos las buenas acciones y después las valoramos.

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instituciones realizan a la hora de planificar el ocio de la juventud: “hay que restringir la conducta impulsiva de búsqueda de sensaciones y sustituirla por prácticas con otros valores”.25 Excepto en el mercado del ocio juvenil, la mayoría de los expertos sobre el tema están de acuerdo en procurar una alternativa educativa además de entretenida a las actividades del tiempo libre de los jóvenes en la actualidad. Para ello hay que presentar otros valores a los jóvenes: “Ésta es la corta lista que propugno: la racionalidad, la competencia personal, la tolerancia activa, la solidaridad, la espiritualidad y, como colofón, la utopía por una sociedad mejor”26. En el fondo de estas declaraciones asoma la idea de la necesidad de que los jóvenes unan su estima afectiva y racional por una serie de valores, con una vida en la que el hedonismo no sea el principio rector de sus actuaciones porque tal actitud impide aplicarse con constancia a aquellas tareas con las que se consiguen los valores mencionados. Se necesita una educación del carácter pero no sólo para cumplir con la tarea escolar o laboral sino también para el desempeño ordinario en los espacios de vida privada, familiar y social. La educación del carácter tiene como fin esa maduración de todas las dimensiones del ser humano: cuerpo, deseo, razón, percepción, para actuar armónicamente. Los jóvenes declaran que sus fuentes para decidir sobre los valores las encuentran en la familia, los amigos, y los medios de comunicación27. La evaluación sobre algunos programas de ocio alternativo muestran que los más efectivos : buscan mejorar las relaciones familiares, se apoyan en las relaciones de amistad, combinan proporcionar información y mover el afecto incluyendo el desarrollo de habilidades y competencias personales28.

6. PRINCIPIOS ORIENTATIVOS DE UN AUTÉNTICO OCIO PARA LOS JÓVENES

A

la hora de planificar actividades de ocio auténtico –tiempo libre que desarrolle realmente la libertad de las personas– para contribuir a la calidad de vida podríamos tener como punto de referencia los siguientes principios:

1. Promover actividades en las que se alterne la soledad –se necesita también de esos espacios vitales para aprender y disfrutar– con estar con otros, permitiendo una comunicación y colaboración reales, directas. 2. Buscar aliados en el mundo de la publicidad y empresarial para logra vender actividades con contenidos más valiosos que los habituales pero que de entrada y por el esfuerzo que entrañan atraen menos que las actividades únicamente lúdicas. 3. El refuerzo de satisfacción que produce el ejercicio en actividades valiosas sólo se se constituye

25

MINISTERIO DE EDUCACIÓN, POLÍTICA SOCIAL Y DEPORTE Instituto Superior de Formación y Recursos en Red para el Profesorado, Ocio y tiempo libre. La web del estudiante.http://www.isftic.mepsyd.es/w3/recursos2/estudiantes/ ocio/op_05.htm#01 [29 de Noviembre de 2008] 26 ELZO, Javier (2004): “La educación del futuro y los valores”. En: Debates de educación (2004: Barcelona) [artículo en línea].Fundación Jaume Bofill; UOC. [29 de Noviembre de 2008]. http://www.uoc.edu/dt/esp/elzo0704.pdf, Pág.7. 27 Los jóvenes se encuentran las cosas más importantes en cuanto a ideas e interpretaciones del mundo, en porcentajes descendentes comenzando por el agente más mencionado: En casa, en la familia 53,0; Entre los amigos 47,0; En los medios de comunicación: prensa (periódicos, revistas), televisión 33,6; En los libros 21,9; En los centros de enseñanza (profesores) 18,7; (Fuente: para los datos españoles, ELZO, J. (dir.) [et al.] (1999). Jóvenes españoles 99; ED. Fundación Santa María, Madrid. (Pág. 125). 28 MARTÍN GONZÁLEZ; E. y MONCADA BUENO, S. (2003): “Programas de prevención de ocio alternativo”, o. c.,Pág.. 341. Cfr. FERNÁNDEZ HERMIDA, J.R. Y SECADES, R. (2002). Guía de referencia para la evaluación de programas de prevención de ocio alternativo. Ed. Colegio Oficial de Psicólogos, Madrid.

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en fuente de motivación, una vez que se ha experimentado la actividad y se ha superado el dolor que supone ese esfuerzo. Por esta razón hay que impulsar a la realización de estas actividades desde edades tempranas; al observar cómo los niños se ejercitan en diferentes actividades podemos vislumbrar para qué tienen más aptitudes y cultivar aficiones enriquecedoras. 4. Fomentar el ocio en familia. De este modo se afronta la educación temprana que requieren los niños como acabamos de mencionar que debe prolongarse en el tiempo y las relaciones familiares se fortalecen compartiendo el tiempo libre en actividades en las que gozan y aprenden todos los miembros de la familia. Es importante saber disfrutar también con lo que se divierten otros además de cultivar aficiones personales. 5. Buscar espacios y tiempos en que los jóvenes puedan emplear su tiempo libre en buena compañía. Aunque sea un sacrificio añadido a los padres, tienen que intentar introducir en sus hogares a los amigos de sus hijos y compartir con otras familias la tarea de velar por el uso del tiempo libre compartiendo criterios, experiencias, ideas, tiempos y espacios. 6. Involucrar a los jóvenes en la planificación, desarrollo y gestión del ocio. Para los organizadores adultos este modo de funcionar es más penoso pero para los jóvenes resulta a la par educativo y atractivo. 7. Concienciar socialmente de la necesidad de la coordinación y unidad de criterios y valores sobre el ocio que consideramos saludable y positivo para los jóvenes y para la sociedad en general. Por ejemplo, habría que erradicar las contradicciones entre las medidas de una Administración pública que fomenta ocio alternativo para los jóvenes y que a la vez permite o controla con poca fuerza licencias para establecimientos que facilitan el ocio destructivo o que subvenciona actividades de poca enjundia axiológica. 8. Por último, facilitar a los jóvenes el asociacionismo para actividades de servicio, en el sentido amplio del término. Fomentar el arte, el deporte, el cuidado del medio ambiente, puede ser también considerado un servicio social. Además podría crearse un contexto sociocultural en el que se considere habitual pasar por la experiencia de prácticas de ayuda social –voluntariado social– atendiendo las necesidades básicas de las personas. Este es otro de los retos que habría que generalizar en la sociedad. Es un sueño pero se trata de lograr que un joven se sienta y permitan la expresión: “un colgado”, no por no haberse drogado alguna vez, no por no haber ingerido alcohol hasta casi perder el conocimiento, no por no haber mantenido relaciones sexuales con la pareja más atractiva del mundo sino por no haber participado apenas o nunca en una actividad de ayuda a los demás.

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¿CÓMO SON NUESTROS JÓVENES? Felipe J. de Vicente Algueró Presidente de la Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto (ANCABA) Presidente de la Asociación de Catedráticos de Enseñanza Secundaria de Cataluña (ACESC)

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a educación de nuestros adolescentes y jóvenes, sobre todo en la franja de edad entre los 14 y 18 años, es noticia. Y cada vez más. Los profesores se quejan, con razón, de las dificultades que encuentran en las clases, los crecientes problemas de disciplina, el poco interés y escaso esfuerzo que muestran bastantes... El sistema educativo, fruto de la nefasta LOGSE, no contribuye a mejorar ni el nivel de conocimientos ni el clima escolar apropiado para estudiar. Eso suponiendo que la LOGSE se hubiera propuesto que nuestros chicos y chicas estudien... En las aulas de nuestros institutos y colegios afloran muchos problemas. No pocos se pueden achacar al sistema educativo, pero otros son también producto de la «cultura» juvenil imperante, del sistema de valores, creencias y actitudes de nuestros jóvenes. La tarea educativa de los padres y profesores es cada vez más difícil y, en muchos casos, ha de ir a contracorriente. Por eso, para educar habrá que conocer previamente cómo son nuestros jóvenes. Según el Instituto de la Juventud, se consideran jóvenes los ciudadanos entre 15 y 29 años. Esta franja de edad comprende, en España, casi 9.150.000 personas, es decir, el 22,4% de la población. La inmensa mayoría vive con su familia, en un espacio de convivencia que se hace cada vez más complejo e incluso difícil. En este ámbito se produce la transición a la vida adulta, proceso que, según muchos psicólogos, se ha prolongado en el tiempo. O, dicho con otras palabras, el proceso de madurez es más largo o el grado de «infantilización» de nuestros adolescentes, mayor. cooperación internacional ONG juventud solidaria


1. NIVEL DE CONOCIMIENTOS

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l nivel de conocimientos en cuatro áreas básicas (matemáticas, ciencias, comprensión lectora y resolución de problemas) es muy bajo. Los resultados del informe internacional PISA 2003, que tanto revuelo provocó al publicarse, muestran que los estudiantes españoles de 15 años están por debajo de la media en estas cuatro áreas. No existe ninguna otra prueba internacional que mida conocimientos comparados en edades posteriores (por ejemplo, antes del ingreso en la universidad) pero el hecho de tener el bachillerato más corto de Europa (dos cursos, cuando la mayoría es de tres), puede dar idea de que en dos años difícilmente se podrán paliar los enormes déficits de conocimientos que se acumulan al terminar una ESO caracterizada por un bajo nivel de exigencia académica. A estos datos habrá que añadir el alto porcentaje del llamado «fracaso escolar»: casi un tercio de nuestros adolescentes no consigue ni tan siquiera obtener el título de graduado en enseñanza secundaria obligatoria, a pesar de los ímprobos esfuerzo de las administraciones educativas para ponérselo fácil. También son preocupantes los datos sobre escolarización posterior a los 16 años. En España, el porcentaje de jóvenes que siguen estudios después de la ESO está entre los más bajos de la OCDE. A la temprana edad de 17 años, uno de cada cuatro jóvenes abandona los estudios, la mayoría sin ningún título ni calificación profesional elemental. A los 24 años, sólo el 65% de la población de esta edad ha obtenido alguna acreditación de estudios posobligatorios (bachillerato, formación profesional o garantía social), cuando la media de la Unión Europea (25 miembros) está en el 76%. El abandono educativo temprano es uno de los problemas graves de nuestro sistema.

2. EL TIEMPO LIBRE

L

a tabla 1 muestra, según el sociólogo Javier Elzo, cuáles son los intereses más aceptados por la juventud española. El conjunto se puede resumir en dos palabras: pasarlo bien. Nuestros jóvenes quieren una familia que los acoja (evidentemente como a ellos y ellas les gusta, sin muchas exigencias) y el bienestar físico. Es decir, un horizonte vital dominado por el hedonismo desenfadado. Este medio ambiental en el que se desarrolla la vida de la gran mayoría de jóvenes, se concreta después en otras actitudes vitales, como el consumismo puro y duro, una sexualidad desinhibida, escasos compromisos y nada de pensar en ideales exigentes. Y, para pasarlo bien, el tiempo libre de nuestros jóvenes oscila entre las 25 y las 40 horas semanales. Algo impensable en sus abuelos. TABLA 1. IMPORTANCIA CONCEDIDA A DIFERENTES SISTEMAS DE VALORES FINALISTAS BUENAS RELACIONES FAMILIARES BÚSQUEDA DE BIENESTAR: SALUD, VIDA SEXUAL, LABORAL

8,5 7,7 - 8,2

VIDA COTIDIANA GRATIFICANTE

7 - 7,7

ORDEN SOCIAL

7 - 7,5

ALTRUISMO, PREOCUPACIÓN POR LOS OTROS

6,1 - 6,5

AUTONOMÍA, PRESENTISMO

4,9 - 6,8

RELIGIÓN Y POLÍTICA FUENTE: Javier Elzo, La educación del futuro y los valores. Fundación Jaume Bofill y FUOC, 2004

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4 - 4,4

Lo que más preocupa a los adolescentes entre 15 y 17 años que viven con sus padres es comprarse una moto y a los más mayores, comprarse una casa para emanciparse. A parte de estas «preocupaciones», cómo llenar el abundante tiempo libre es la máxima ocupación. Pensar el presente más inmediato (por ejemplo, a qué van a dedicar el fin de semana) es la preocupación más acuciante para la mayoría, ya que el futuro no les quita el sueño. Según el Instituto de la Juventud, la principal actividad de nuestros jóvenes es salir con los amigos, seguido de practicar deporte e ir de copas, aunque la primera y tercera sean, en la práctica, la misma cosa. La edad en que toman la primera copa se sitúa en los 16,2 años. Casi todos (92,4% ) lo hacen los fines de semana y en bares y discotecas (96,7%). La principal razón por la que se inician en el alcohol es «por integrarse en un grupo, por los amigos» (33,3%) y la segunda, «por probar» (24,4%). El consumo de alcohol ha ido creciendo significativamente entre nuestra juventud. El crecimiento más espectacular se da entre las chicas, ya que casi la mitad ya consume alcohol antes de los 20 años. La franja de edad con mayor consumo de alcohol se sitúa entre los 25 y los 29 años. Ligado al consumo de alcohol está el de tabaco. También la iniciación al tabaco es muy temprana. Con datos de 2002, el 4% de los chicos y el 8% de las chicas empiezan a fumar a los 14 años. A los 16, lo hacen el 18% de los varones y el 28% de las mujeres. A diferencia del alcohol, las chicas se inician antes y con más intensidad en el tabaco. De todas maneras, las campañas contra el tabaquismo han conseguido éxitos parciales, ya que los porcentajes eran superiores en años anteriores. Los motivos para fumar son exactamente los mismos que el alcohol: integrarse en el grupo de amigos y probar una nueva experiencia. Alcohol y tabaco suelen ser, muchas veces, antesala del consumo de drogas. En torno al 19% de los jóvenes entre 19 y 24 años son consumidores habituales de drogas, pero un 44% afirma probar drogas «alguna vez», según la encuesta de consumo de drogas año 2002 de la Fundación de Ayuda a la Drogadicción. La droga más consumida es el cannabis (el 90% de los consumidores habituales). El consumo de estupefacientes crece entre la juventud y se introduce en edades tempranas. Casi el 35% de los jóvenes entre los 15 y 19 años han probado alguna droga y en torno al 14% en esta franja de edad ya consumen con cierta regularidad. La precocidad en el consumo de drogas es un dato muy alarmante. Según la Unidad de Adolescencia de la Clínica Dexeus de Barcelona, el número de menores de 16 años que pide ayuda para desintoxicarse en las unidades de atención al drogodependiente se ha doblado en tan sólo un año. Si en el 2002, del total de drogodependientes en tratamiento, un 1,9% eran adolescentes que no superaban los 16 años, en el año 2003 ese porcentaje se situaba en el 3,8%. Si el salir los fines de semana con el trío alcohol, drogas y tabaco como formas de llenar las horas es la principal actividad fuera del hogar de nuestros jóvenes, ¿cuáles son las que realizan dentro de casa? La mayor dedicación es consumir televisión, seguida de escuchar música y usar el ordenador. Estas son las tres mayores ocupaciones en la franja 15-19 años. Entre los 20 y 24 años, la tercera ocupación pasa a ser la lectura, cuyo peso como actividad dentro del hogar aumenta con los años. El consumo de televisión está entre los más altos de Europa, así como la afición desmesurada por el teléfono móvil (nueve de cada diez jóvenes lo usan habitualmente). La media de horas semanales frente al ordenador es de nueve. Respecto a la sexualidad, otra actividad de ocio, ya que la inmensa mayoría no la ligan a una relación estable basada en el amor y el compromiso mutuos, los datos son también significativos. La edad promedio de la primera experiencia sexual se sitúa en los 18 años para las chicas y los 17 para los chicos. En la franja 21-24 años, más del 90% de jóvenes afirma haber tenido relaciones sexuales completas. cooperación internacional ONG juventud solidaria


Por último, un dato que llama la atención es el crecimiento de los delitos penales entre adolescentes y jóvenes. En 1998 se contabilizaron 3.514 delitos entre jóvenes (90% varones). Sólo cuatro años después esta cifra subía a 12.941; es decir, se ha cuadruplicado. La mayoría de delitos son robos (casi la mitad), pero alarma el número de homicidios: en 1998 fueron ocho y en 2002, cuarenta y ocho. Este delito se ha multiplicado por seis en sólo cuatro años.

3. VALORES Y CREENCIAS

L

as actitudes vitales antes descritas conectan con un universo de preferencias intelectuales, códigos de conducta y criterios morales muy determinado que no puede sorprender, vistos los datos anteriores. La mayoría de jóvenes (algo más de la mitad) encuentran en la familia el primer ámbito de socialización y adquisición de ideas, valores y creencias. El segundo ámbito de socialización es el grupo de amigos, a poca distancia de la familia. Los centros de enseñanza sólo son lugar de adquisición de ideas y creencias para el 18% de los jóvenes y las iglesias ocupan el último lugar (sólo para el 2,7%). Aunque la familia pierde importancia en cuanto a lugar de transmisión de ideas, sigue siendo un lugar privilegiado. Si el grupo de amigos y el centro de enseñanza ofrecen un universo mental coherente con la familia, los chicos y chicas pueden recibir una visión del mundo estable y sin contradicciones. La importancia del colegio (a pesar de que no ocupa un lugar destacado) cobra su significado si entendemos que es allí donde los adolescentes traban sus amistades.

4. ACTITUDES ANTE ALGUNOS TEMAS

L

a tabla 2 muestra algunas de las ideas más extendidas entre la juventud española y que diseñan un espectro ideológico que se podría calificar de «progre», pues la mayoría de posicionamientos que defiende la progresía intelectual se reflejan en estas preferencias. La mayoría está a favor de las uniones homosexuales, la transexualidad (en consonancia con su actitud totalmente permisiva con el sexo), el aborto libre y voluntario, la eutanasia y tener hijos sin casarse previamente. Aunque en este panorama sorprende que la mayoría esté a favor de la enseñanza religiosa en las escuelas y en contra del consumo de drogas. Todo un conjunto ideológico marcado por las preferencias hedonistas propias de las conductas mayoritarias y por el relativismo moral imperante en la sociedad occidental. Las modas intelectuales, asumidas acríticamente y con contradicciones, configuran también un modelo de compromiso político especial, alejado de los programas y debates políticos más convencionales. La mayoría muestran simpatía por movimientos ecologistas, de defensa de derechos humanos, pacifistas, feministas y de protección a los animales (más de 6 puntos en una escala de 0 a 10), mientras que poca simpatía para los partidos políticos (3,51 puntos), por cierto menos valorados que las organizaciones religiosas (3,65 puntos). En cambio, este panorama hay que matizarlo cuando se pasa al compromiso activo. La gran mayoría de jóvenes (más del 80%) no militan activamente en organizaciones que defiendan algunos de las ideas en las que dicen creer. Sólo un 12,6% dice formar parte de alguna asociación deportiva. Y, sorprendentemente, el segundo lugar entre el asociacionismo lo ocupan las asociaciones religiosas: un 3,3 participan activamente en alguna y casi un 4% lo han hecho alguna vez en su vida. En cambio, militan en organizaciones pacifistas un 0,4%, en movimientos antiglobalización un 0,5 y en ecologistas un 1%. No parece que el compromiso activo sea una característica de la juventud y, en todo caso, parece que el único compromiso aceptado sea el religioso, aunque muy minoritario.

TABLA 2

A FAVOR

CONSUMO DE DROGAS BLANDAS

37,5

57,7

MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO

68,1

22,0

DEFENSA POR LA FUERZA DE IDEAS POLÍTICAS O RELIGIOSAS

18,7

72,8

SUICIDIO

10,4

82,0

OCUPACIÓN DE VIVIENDAS VACIAS

36,9

54,2

CAMBIO LEGAL DE SEXO (TRANSEXUALIDAD)

65,6

23,2

SECTAS

2,2

93,6

IGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES

95,8

2,4

LIMITACIÓN DE ENTRADA DE INMIGRANTES

47,2

43,6

ABORTO LIBRE Y VOLUNTARIO

67,6

25,7

SUPERIORIDAD DE UNAS RAZAS SOBRE OTRAS

4,1

93,6

PENA DE MUERTE

17,2

77,3

AYUDAR A MORIR A UN ENFERMO INCURABLE QUE LO SOLICITA

72,2

17,8

CLONACIÓN O COPIA DE SERES HUMANOS

13,0

78,0

SER PADRE O MADRE SIN TENER PAREJA ESTABLE

79,5

14,9

EDAD CATÓLICO

SELECCIÓN GENÉTICA DE LAS PERSONAS

13,5

77,0

15-17

ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LAS ESCUELAS

54,8

32,7

DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN

50,8

28,9

FUENTE: Javier Elzo, La educación del futuro y los valores. Fundación Jaume Bofill y FUOC, 2004

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EN CONTRA

En cuanto a instituciones o actividades sociales, la inmensa mayoría (78%) considera la familia como la institución más importante (otra cosa es la definición de familia, que pasa por una reformulación bastante amplia). La salud y la amistad son otros de los elementos más valorados, mientras que la religión sólo es muy importante para el 8% y bastante importante para el 21%. La política convencional está a la cola de interés: el 4% la considera muy importante y el 18% bastante. En contraste con el escaso interés por la religión, destaca la preocupación por el «bienestar espiritual», muy importante para el 24% y bastante para el 47%. La tabla 3 muestra las creencias religiosas de los jóvenes españoles respecto al catolicismo. Aunque la mayoría se declaran católicos (más del 60%), los practicantes son minoría, aunque más comprometida y libre que hace años. La edad con mayor nivel de práctica se sitúa entre los 13-14 años (37%), bajando al 15% entre los 15-17 años y al 11% entre los 18 años, coincidiendo con la crisis de la adolescencia. A partir de los 21 años se observa un pequeña recuperación en la conciencia religiosa católica de los jóvenes. TABLA 3. SITUACIÓN RELIGIOSA SEGÚN LA EDAD MUY PRACTICANTE

CATÓLICO NO

CATÓLICO NO PRACTICANTE

INDIFERENTE

AGNÓSTICO

ATEO

15

34

20

16

5

9

18-20

11

20

31

17

7

13

21-24

12

21

31

17

8

8

FUENTE: Fundación Santa María

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En el universo religioso de los jóvenes predomina —quizás por la formación católica recibida en la enseñanza primaria y media— una religiosidad de fondo: una gran mayoría (64%) cree en Dios y más de la mitad (55%) en Jesucristo. Algunos de los principios básicos del cristianismo siguen suscitando una cierta adhesión entre la juventud: el 45% cree en el alma, el 42% en la Virgen María, el 36% en el cielo, el 26% en los milagros y el 29% en la Iglesia católica. Pero respecto a la Iglesia, la actitud de los jóvenes es más bien crítica: sólo el 11% considera que ha de ser fiel a su doctrina (cifra que coincide con la de católicos practicantes), mientras que el 64% piensa que ha de adaptarse a los tiempos modernos (se supone que al código de conducta vivido por los jóvenes). Incluso casi el 10% opina que ha de desaparecer, lo que muestra un anticlericalismo radical en una sector —de momento minoritario— de nuestra juventud. Pero aunque la confianza en la Iglesia y en sus dogmas es baja y la gran mayoría de jóvenes se alejan de la doctrina cristiana, surgen opciones alternativas religiosas entre la juventud. La tabla 4 es significativa. Aunque los jóvenes no son muy dados a creer en la Iglesia y sus dogmas, son capaces de aceptar cualquier otra creencia. Nada menos que el 30% cree en los espíritus, el 21% en curanderos y el 14% en los horóscopos. Todo ello dibuja un panorama preocupante: el alejamiento de la Iglesia se desliza hacia formas de religiosidad intelectualmente poco sólidas, pero que no comprometen la conducta moral, son compatibles con sus actitudes vitales y llenan esa de ansia de «bienestar espiritual» que dicen buscar.

Estamos, por tanto, ante un modelo de cultura juvenil muy nuevo, en algunos aspectos extraordinariamente nuevo, que es necesario tener muy en cuenta en la tarea educadora, sobre todo cuando esta tarea se efectúa desde una determinada escala de valores. Nuestros jóvenes se mueven por necesidades primarias, sólo les preocupa el presente más inmediato, son muy sensibles a determinados clichés mediáticos (por ejemplo, sobre la religión y el catolicismo en particular), bastante ajenos a la realidad que tienden a idealizar o a eludir en sus aspectos más concretos. Se sitúan en una ambigüedad moral calculada, fruto por un lado del relativismo postmoderno y de la incapacidad de compromiso. TABLA 5 VALORES DE LA MODERNIDAD

VALORES DE LA POSTMODERNIDAD

Lo holístico

Lo fragmentado

Lo absoluto

Lo relativo

La unidad

La diversidad

El gran relato

El pequeño relato

Lo universal

Lo particular

El estado

La ciudad, la región, el país

18-24 AÑOS

Lo objetivo

Lo subjetivo

30,5

El esfuerzo

El placer

Videntes

12,9

El pasado / El futuro

El presente

Curanderos

20,9

La razón

La emoción

Brujas

10,8

La certeza

La duda

Horóscopos

14,2

La autoresponsabilidad

La responsabilidad diferida

Securalización frente a religión

Espiritualidad frente a religión

El día

La noche

El escaso valor que nuestra juventud da a la religión y en concreto, al catolicismo, contrasta con el peso importante que tiene la enseñanza religiosa entre los niños y adolescentes. Según datos de la Conferencia Episcopal, durante el curso 2004-2005, el 79,3% de los alumnos de enseñanzas no universitarias cursaban la asignatura de Religión católica.

El trabajo

La fiesta

La utopía

La quimera

La familia frente a la comuna

La familia frente a la pareja

Lo masculino

Lo femenino

Además, uno de cada cuatro alumnos de enseñanzas no universitarias lo hace en un centro católico y más de cien mil lo hacen en universidades católicas o de inspiración cristiana. La pregunta que pueden hacerse los responsables de la educación cristiana de nuestra juventud es cómo es posible que disponiendo de tan amplios medios (en gran medida sufragados por el Estado, que paga los sueldos del profesorado de Religión y los conciertos educativos) no haya calado más profundamente en estos jóvenes un sentido cristiano de la vida y del mundo. En cierta medida cabría hablar de un fracaso del papel de los centros católicos en la transmisión de unos valores más acordes con el cristianismo.

Lo leído / hablado

Lo visto

El papel

La pantalla

El clan

La red (red de guetos, a veces)

TABLA 4 TIPO DE CREENCIA Espíritus

FUENTE: CIS, << La situación de la religión en España a principios del siglo XXI >>

5. UN «RETRATO ROBOT»

L

os jóvenes españoles se insertan en la ideología dominante, o sea en los parámetros intelectuales de la llamada «postmodernidad», inspirados en una concepción materialista de la vida. Javier Elzo ha resumido en la tabla 5 el contraste de valores entre la modernidad y la postmodernidad, entre la generación joven y las anteriores:

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FUENTE: CIS, << La situación de la religión en España a principios del siglo XXI >>

En gran parte, este retrato —necesariamente simplificador— tiene bastante que ver con la educación recibida, basada muchas veces en un escepticismo metodológico, en fomentar muy poco el esfuerzo personal y, en el caso de los centros católicos, en una escasa o nula preocupación por transmitir una cultura católica sólida, intelectualmente atractiva y enseñada por un profesorado competente y consciente de su misión. La educación —y las reformas educativas españolas son una muestra— ha tendido a la infantilización, a retrasar el proceso de maduración afectiva e intelectual de nuestros adolescentes. Los profesores han denunciado constantemente la «primarización» de la enseñanza secundaria, convertida en una mera prolongación de la enseñanza primaria, la falta de una cultura del esfuerzo cooperación internacional ONG juventud solidaria


(baste recordar la promoción automática de curso promovida por la LOGSE), o las concesiones demagógicas consecuencia de un paternalismo mal entendido (por ejemplo, la eliminación de la reválida al término del bachillerato). El paleoprogresismo pedagógico imperante se ha cargado la autoridad del profesor —dificultando su tarea educadora—, del director (España sigue aferrado a un modelo de dirección escolar no profesional, en contra de la casi unanimidad de los sistemas europeos) y concibe la educación como una tarea más lúdica que académica. Así, difícilmente se forman personas maduras. El resultado es una adolescencia prolongada, que sume al joven en una situación psicológica de inmadurez promovida y fomentada. Si en las generaciones anteriores la adolescencia y la juventud se entendían como una preparación para la vida adulta, ahora es todo lo contrario. La adolescencia se convierte en una etapa autónoma, a la que se mima con mensajes publicitarios y pautas de consumo y conducta fomentadas por seriales televisivos y prototipos en que mirarse poco fiables. La prolongada inmadurez afecta a la educación afectiva y al desarrollo psíquico. Cuantos trabajan con adolescentes y jóvenes saben muy bien los problemas que derivan de esta inmadurez y falta de una educación afectiva coherente. La educación afectiva que reciben muchos adolescentes se reduce a una concepción materialista del sexo, a recomendarles preservativos, con el mensaje implícito de que pueden hacer lo que les venga en gana sin más precaución que el condón. Todo ello trae consigo que las relaciones sexuales sean más precoces, desligadas de una relación personal seria y que terminan por generar frustraciones cuando no desequilibrios: el número de depresiones y de visitas al psicólogo no paran de crecer entre los adolescentes. Otra muestra de la adolescencia prolongada es la incapacidad de compromiso y, en consecuencia, el rechazo a cuanto les pueda recordar ligámenes más o menos estables. La crisis ideológica postmoderna traducida en individualismo puro y duro afecta al comportamiento de los jóvenes que se encuentran indiferentes ante opciones políticas, morales y, no digamos, religiosas. El mercantilismo explícito en las relaciones sociales, el capitalismo elevado casi a pensamiento único, favorecen el individualismo de nuestros jóvenes, a quienes se les inculca la necesidad de competir más que la de amar. Costo y beneficio son criterios más aceptados que los de bien común. La publicidad que inunda sus mentes a través de la televisión es un medio poderoso para favorecer el individualismo consumista.

padres transfieren sus responsabilidades a la escuela, que se ve desbordada por el rol que ha de desempeñar. El resultado es que muchos adolescentes buscan modelos de socialización (muchas veces negativos) en los grupos de amigos o en héroes de ficción transmitidos por el cine o la televisión. La situación más patológica de la falta de un ambiente socializador positivo es la caída de bastantes adolescentes en sectas o en tribus urbanas. Este es el perfil genérico de muchos jóvenes. Pero no de todos. En el panorama sociológico de la juventud se observa —más en otros países que en España— una revolución silenciosa que hace a muchos preguntarse seriamente por su vida, profundizar en su ser y realizar una serena autocrítica de las pautas de conducta que no llevan ninguna parte. Existe una minoría de jóvenes que buscan el compromiso con los demás: los vemos en ONG o en grupos religiosos. En estos grupos se produce un proceso de socialización paralelo y alternativo al que ofrece la sociedad postmoderna, en torno a modelos de vida que en sí mismos ya son una tremenda crítica al individualismo y materialismo de la mayoría.

BIBLIOGRAFÍA - Centro de Investigaciones Sociológicas,Valores y creencias de los jóvenes, 2001 - Francisco J. Llera y Alfredo Retortillo, La situación de la religión en España a principios del siglo XXI, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 2005 - Fundación Santa María, Jóvenes 2000 y religión - Instituto de la Juventud, Informe Juventud en España 2004 Sentido, valores y creencias en los jóvenes (2002) Sondeo de opinión y situación de la gente joven 2001 - Instituto de la Mujer, Estadísticas, Familia - Javier Elzo, La educación del futuro y los valores, Fundación Jaume Bofill y FUOC, 2004 - OCDE, Informe PISA, 2003 - Plan Nacional sobre Drogas, Encuesta escolar sobre drogas

¿Y las familias? El entorno familiar es fundamental en la madurez de los adolescentes. Pero este entorno se ha resquebrajado en gran medida. Los chicos y chicas que viven en unidades familiares «desestructuradas» es muy elevado. Según el Instituto Nacional de Estadística, hubo en España 211.492 matrimonios y 115.188 separaciones y divorcios en el año 2002. El porcentaje de divorcios por cada cien matrimonios es de 18, y es una cifra que aumenta anualmente y aún es mayor si se le suman las separaciones. La facilidad en el trámite de divorcio aprobada por el Gobierno socialista disparará en el futuro estas cifras. Muchos adolescentes sufren las consecuencias de los problemas previos y posteriores a una ruptura familiar, lo que en mucho casos incide negativamente en su vida. Además, la autoridad de los padres ha sido cuestionada y criticada. Cuesta mucho que los adolescentes se integren en un modelo relacional positivo de familia. Según el sociólogo Javier Elzo, un 15% de las familias españolas pueden ser calificadas de «conflictivas», en la que sus miembros se llevan muy mal entre sí, y nada menos que un 43% (la gran mayoría) son descritas como «nominales», en las que las relaciones internas entre padres e hijos casi no se dan. El citado sociólogo las califica como de «coexistencia pacífica más que de convivencia participativa ». El resultado es que el papel socializador de la familia se ha diluido considerablemente. Muchos cooperación internacional ONG juventud solidaria

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JÓVENES, DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA Carolina Ugarte y Concepción Naval Departamento de EducaciónPresidente de la Asociación de Catedráticos de Enseñanza Secundaria de Cataluña (ACESC)

U

no de los temas de especial relevancia en las democracias occidentales es el nivel de compromiso cívico que los ciudadanos, especialmente los jóvenes, manifiestan. Ese compromiso cívico o su ausencia se manifiesta directamente en la participación en las elecciones de los representantes políticos que a distintos niveles se llevan a cabo: nacional, europeo, etc. Desde hace unos años es palpable una preocupación en diversos sentidos por el declinar de ese compromiso cívico (Saha, Print and Edwards, 2007; Forbrig et al, 2005; Franklin, 2004 y Macedo, 2005), dado que lo que está en juego es la misma viabilidad de las democracias. En este contexto, en el próximo mes de junio de 2009, serán 375 millones de ciudadanos europeos de 27 países los que tendrán ocasión de ejercer este derecho-deber. Se presentan más de 9000 candidatos y más de 200 partidos. Las elecciones europeas de 2009 se celebrarán poco después de aprobarse el Tratado de Lisboa que, a pesar de la incertidumbre creada por el rechazo del electorado irlandés, se espera que –en el mejor de los casos- haya sido ratificado por todos los Estados miembros para finales de 2008 y que entre en vigor a comienzo de 2009. El Tratado de Lisboa conlleva un significativo incremento de los poderes legislativos, presupuestarios y políticos del Parlamento Europeo (PE). Por ello las elecciones de 2009, que conllevan la composición del PE, revisten importancia, ya que marcarán, en cierto modo, el futuro de la Unión Europea (UE) como unidad.

31 cooperación internacional ONG juventud solidaria


Sin embargo, la implicación de los ciudadanos en las elecciones europeas en general, y al PE en particular, es baja. Concretamente, en las anteriores elecciones al PE celebradas en 2004, la participación se redujo al 45,6% de los ciudadanos de los Estados miembros de la Unión. Además, el porcentaje de participación ha ido disminuyendo significativamente desde 1979, momento en el que la participación fue del 63% (European Commission, 2004, 6). En España en 2004, la participación fue del 45,1%, inferior al 68,9% que hubo en el año 1987 (European Commission, 2004, 9). Resulta significativo comprobar que de los jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 24 años el 67% no acudió a votar en las pasadas elecciones al PE. De este porcentaje, el 30% tenía decidido no votar desde el principio y, entre los que votaron, el 21% lo decidió el mismo día de las elecciones (European Commission, 2004, 12).

Algunas de las causas que se atribuyen al abstencionismo, son las siguientes (cfr. European Commission, 2004, 21): 1. Falta de confianza e insatisfacción con los políticos: 22% 2. Falta de interés en la política: 14% 3. Estar ocupado o tener que trabajar: 13% 4. Estar de vacaciones o encontrarse fuera de casa: 10% 5. Creer que votar no tiene consecuencias, no cambia nada: 9% 6. No saber mucho sobre la Unión Europea, el Parlamento Europeo o las Elecciones Europeas: 6% 7. No saber que había elecciones: 1% A la luz de estos datos, si se comparan solamente las razones ideológicas, la percepción de Europa y las actitudes hacia la política en la Europa de los 25, el peso de la actitud crítica de los ciudadanos ante la política (49%) es una causa más importante de abstención, que el rechazo o ignorancia sobre los asuntos europeos (20%) (European Commission, 22). No obstante, cuando se pregunta si se tuvo suficiente información para elegir a quién votar, en el caso de España, el 66% afirma que sí tuvo la información suficiente, frente al 33% que afirmó lo contrario. Sin embargo, cuando esta pregunta se analiza según la edad de los votantes, en el caso de los jóvenes de 18 a 24 años, los datos son diferentes. El 47% opina que sí tuvo suficiente información, frente al 50% que afirma lo contrario. Sin embargo, las personas mayores de 55 años que fueron las que más votaron en las pasadas elecciones (el 59% sí votó, frente al 13% de jóvenes de 18 a 24 años), el 65% comenta que sí tuvo información suficiente (European Commission, 29). Los principales medios por los que se recibió dicha información son los siguientes: (European Commission, 2004, 32 y 37)

- Televisión o radio: 89% - Correo electrónico: 88% - Periódicos: 86% - Discusión sobre las elecciones con amigos y familia: 58% - Búsqueda de información en Internet: 7% Con estos datos, se podría decir que la información recibida condiciona la participación en las elecciones. En este sentido, Maier y Tenscher (2006) afirman que cuanto más intensa es la información ofrecida en una campaña electoral y más visible se hace por la difusión de los medios, se condiciona, de algún modo, la participación de los ciudadanos en las elecciones ejerciendo el derecho a voto. Los medios de comunicación son el puente entre el mundo de la política y los ciudadanos, especialmente en un entorno en el que lo político está distante de los ciudadanos, como es el caso de las elecciones al Parlamento Europeo (Cfr. Maier y Tenscher, 2006). Estos autores concluyen considerando que existen unos vínculos frágiles entre los partidos políticos, los medios de comunicación y los votantes durante las campañas del PE. Además, las campañas del PE cooperación internacional ONG juventud solidaria

quedan en un segundo plano en las noticias nacionales, lo cual conlleva un escaso compromiso cívico29. Así, estos autores proponen establecer un triángulo para la comunicación política que englobe los siguientes actores: 1. Actores políticos (partidos políticos, parlamentarios e instituciones europeas y nacionales). Son los encargados de diseñar las campañas políticas y desempeñan una función de movilización y “activación” ciudadana. 2. Medios de comunicación (televisión, radio, Internet, prensa escrita, etc.). Cubren la campaña ofreciendo el soporte que necesitan los actores políticos para difundir sus propuestas. 3. Ciudadanos-votantes. Ejercen su derecho a voto y ayudan a la continuidad de los actores políticos. En este marco, los actores políticos –apoyados por los medios de comunicación- desempeñan un papel central en la provisión de información sobre las elecciones, los partidos y sus candidatos. En este sentido, el PE –plenamente consciente de esta necesidad- sirviéndose de la Dirección General (DG) de comunicación de la Comisión Europea (CE) ha elaborado una estrategia de información y comunicación para las elecciones europeas de 2009 que incluye las siguientes fases: Primera fase: 2008 Los objetivos de esta fase son: 1. Incrementar la conciencia de los ciudadanos y de los medios de comunicación sobre el impacto que el Parlamento tiene sobre sus vidas. 2. Dar a conocer las decisiones del Parlamento en el periodo 2004-2009. Concretamente, se quiere transmitir la siguiente información: - El PE ha desempeñado un papel clave en la UE y será más importante cuando el Tratado de Lisboa entre en vigor. - Las decisiones acometidas tienen impacto en la sociedad europea y aportan valor a los ciudadanos. - El Parlamento es una institución en la que los diferentes grupos políticos presentan su visión para alcanzar sus objetivos. Estas decisiones afectan a los ciudadanos, por tanto, con su participación en las elecciones aseguran que sus opiniones estén representadas. Segunda fase: Enero-Mayo 2009. Esta fase se centrará más en las elecciones y en sus implicaciones. Los objetivos de esta fase son: 1. Dar información sobre las elecciones y sus implicaciones. 2. Dar a conocer las líneas de acción de la UE y del PE en los próximos cinco años. El mensaje que se quiere transmitir en esta fase es que en Europa hay cosas que decidir y los ciudadanos, participando en las elecciones, pueden influir. Tercera fase: Mayo-Junio 2009. El objetivo será asegurar que se conozca la fecha en que se celebrarán las elecciones. Cuarta fase: La noche de las elecciones. El objetivo de este día será propiciar que la nueva composición del PE sea conocida por los ciudadanos lo más rápidamente posible y transmitir el mensaje de que han sido los ciudadanos quienes han decidido. Tal y como se ha dicho, la campaña política para las elecciones europeas de 2009 es responsabilidad de los partidos y de los candidatos. Sin embargo –y así lo afirma la DG de comunicación (European Commission, 2008, 1)- existe la necesidad de que, al mismo tiempo, exista una información 29

Para la DG de comunicación de la Comisión Europea, las principales causas del bajo éxito de las campañas de información acometidas en las elecciones europeas son políticas, legales, geográficas y económicas. Más información en: http://www.bpb.de/files/G3DVG5.pdf (accedido septiembre 2008).

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institucional neutral, es decir, una estrategia de comunicación que informe a los votantes de la importancia de las elecciones para incentivar su participación. En este sentido, volviendo al triángulo de la comunicación política propuesto por Maier y Tenscher, se podría decir que –bajo el impulso de los medios de comunicación- los partidos políticos y sus candidatos ofrecen información subjetiva condicionada por su orientación política y por su interés de ser votados. El PE, como institución europea, tiene la responsabilidad de dar una información neutral y objetiva que guíe el voto de los ciudadanos. No obstante, en este triángulo se podría incluir otro actor que puede influir positivamente en la comunicación política y estimular la participación y el compromiso político-cívico de los ciudadanos: la institución universitaria. La universidad, de acuerdo con sus fines, además de proporcionar una preparación técnica y profesional adecuada, puede contribuir a la formación de personas maduras, reflexivas y críticas, y despertar en los alumnos universitarios el interés por cuestiones cívicas. Es decir, la universidad tiene la responsabilidad de colaborar para que los universitarios, lleguen a ser personas preparadas profesionalmente a la vez que críticas y participativas, capaces de dar una respuesta reflexiva y comprometida a los problemas políticos y sociales (cfr. Llano, 2003). En este sentido, se podría concluir diciendo que el desencanto ante lo político es un problema de origen social y educativo. Desde el punto de vista educativo, el conocimiento reflexivo y crítico de la realidad socio-política europea propiciaría la participación política y, concretamente, el ejercicio del derecho a voto de un modo responsable.

participativas )30 y la conquista de actitudes o disposiciones estables para participar, y que tienen su manifestación en la implicación real de las personas en asuntos cívicos y sociales, como pueden ser las acciones de voluntariado. En este sentido, en el proyecto europeo JuniorVoting, 2009 se explicita el contenido que la educación política de los estudiantes y de los ciudadanos ha de comprender. En él, en primer lugar, para adquirir e incrementar el conocimiento político y para propiciar la discusión sobre temas políticos es necesaria una formación teórica que puede promoverse mediante clases o cursos. Por otra parte, para ser capaz de formarse opiniones políticas y participar de un modo efectivo en la sociedad mediante el ejercicio de habilidades y actitudes, se plantea necesariamente una formación práctica que se propicia ejerciendo de modo activo las propias responsabilidades sociales como son: el ejercicio del derecho a voto, el seguimiento de las noticias en los medios, al participación en discusiones políticas en diversos foros, el dar la propia opinión en diferentes medios de comunicación, el implicarse en asociaciones o en acciones de voluntariado, entre otros. Sin una tarea educativa previa no se logrará el compromiso cívico-político, sino el desencanto y el desinterés por las cuestiones políticas y cívicas (European Commission, 2004, 21). Gracias a ella se estimula la participación electoral de los ciudadanos.

REFLEXIONES FINALES 1. El objetivo de la estrategia de comunicación acometida por la Comisión Europea es incentivar la participación en las elecciones europeas y proporcionar información objetiva sobre la Unión Europea y sus instituciones, decisiones y políticas. En este contexto, la universidad desempeña un papel central. No sólo informa sobre estos aspectos, sino que también ayuda a desarrollar el juicio crítico sobre la información recibida en los medios y en la propia universidad; intenta concienciar de la importancia de participar políticamente como manifestación práctica del compromiso cívico y como responsabilidad democrática; y ayuda a descubrir el fin último de ejercer el derecho a voto, por difícil que sea su consecución: contribuir al bien común de Europa y sus ciudadanos. La universidad puede contribuir al descubrimiento de que tras una decisión o una acción de ejercicio cívico-político -como es votar- existe un trasfondo ético –que emana de la dignidad de la persona- que conviene descubrir y respetar. Considerar ese trasfondo ético de las decisiones, supone decidir implicando todas las variantes que inciden en el voto responsable: los aspectos económicos, sociales, culturales y éticos. Sin embargo, los ciudadanos eligen a sus representantes, en ocasiones, con escasa información sobre Europa y sus funciones y, a veces, el criterio último es ver qué partido político es el que ofrece más garantías de bienestar económico. El liderazgo económico de una nación o de un conjunto de naciones es dudoso que se consiga, al menos a largo plazo, sin un liderazgo moral. 2. Para fomentar la participación ciudadana en unas elecciones es necesario, entre otras cosas, una formación cívico-política que no se reduzca a los momentos previos a unas elecciones. Dicha formación abarca la transmisión de conocimientos (el sistema de elecciones en Europa, el sistema electoral en los distintos estados miembros, el funcionamiento del PE, la estructura del PE y de sus partidos parlamentarios, los diferentes partidos políticos europeos, sus candidatos, sus ocupaciones, etc.), la adquisición de ciertas habilidades (sobre todo, intelectuales y cooperación internacional ONG juventud solidaria

30

Las competencias intelectuales facilitan la conquista del pensamiento crítico por parte de los alumnos, ayudándoles a ser ciudadanos reflexivos capaces de plantear una crítica abierta y constructiva ante las realidades sobre las que reflexionan. Las competencias intelectuales ayudan, entre otras cosas, a discernir de un modo racional la conveniencia de implicarse en la mejora social. Las competencias participativas ayudan a incrementar el compromiso cívico y a ejercer la ciudadanía activa de un modo responsable (Veldhuis, 1997 y Naval, 2000, 57).

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BIBLIOGRAFÍA - European Commission (2004). Flash Eurobarometer 162. Post European elections 2004 survey http:// ec.europa.eu/public_opinion/flash/FL162en.pdf (accedido septiembre 2008). - European Commission. DG Communication. http://ec.europa.eu/dgs/communication/index_en.htm (accedido septiembre 2008). - European Commission. (2008). Information and Communication strategy of DG Communication for the 2009 European Elections. Paper presented in the Networking European Citizenship Education Networking for the European Parliament Elections 09. Projects-Partners–Perspectives www.bpb.de/nece. Strasbourg, 11-13 June 2008. http://www.bpb.de/files/G3DVG5.pdf (accedido septiembre 2008). - Forbrig, J. (Ed.) (2005). Revisiting Youth Political Participation: Challenges for Research and Democracy Practice in Europe. Strasbourg: Council of Europe. - Franklin, M. (2004). Voter Turnout and the Dynamics of Elector Competition in Established Democracies since 1945. Cambridge: Cambridge University Press. JuniorVoting 2009: http://www.juniorvoting.eu (accedido septiembre 2008). - Llano, A. (2003). Repensar la Universidad. La universidad ante lo nuevo. Madrid: Ediciones Internacionales Universitarias. - Macedo, S. et al. (2005). Democracy at Risk. Washington D.C: Brookimgs Institute. - Maier, M. and Tenscher, J. (Eds.). (2006). Campaigning in Europe-Campaigning for Europe. Political Parties; Campaigns; Mass Media and the European Parliament Elections 2004. Berlin: Lit. - Naval, C. (2000). Educación y derechos humanos. Humana Iura, 10, pp. 43-59. - Naval, C. (2006). Enfoques emergentes en la educación para la vida ciudadana en una sociedad democrática. En Naval, C. y Herrero, M. (Eds.). Educación y ciudadanía en una sociedad democrática (pp. 137-153). Madrid: Encuentro. - Saha, L. J., Print, M. and Edwards, K. (Eds.) (2007). Youth and Political Participation. Rotterdam: Sense Publishers. - Veldhuis, R. (1997). Educación para la ciudadanía democrática: dimensiones de la ciudadanía, competencias esenciales, variables y actividades internacionales. Consejo de Europa: Consejo para la Cooperación Cultural (DECS/CIT (97) 23).

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LA ACCIÓN SOCIAL CON EMPLEADOS: UN PROYECTO EMPRESARIAL NECESITADO DE UN ORDEN (MÉTODO DE IMPLANTACIÓN DE LA ACCIÓN SOCIAL CON EMPLEADOS DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL ONG) Iciar Lumbreras González-Serrano Alfonso Sánchez-Romero Roca Departamento de Marketing de Cooperación Internacional ONG

ÍNDICE: 1. Introducción a la acción social con empleados 2. La moda del voluntariado corporativo 3. Necesidad de utilización de una metodología 4. Qué es una metodología de voluntariado corporativo 5. Cómo aplicar una metodología 6. Metodología de voluntariado corporativo de CI ONG 6.1. Estudio de objetivos 6.2. Análisis previo 6.3. Diseño de un plan de acción 6.4. Implantación del plan de acción 6.5. Evaluación, control y rediseño cooperación internacional ONG juventud solidaria


1. INTRODUCCIÓN A LA ACCIÓN SOCIAL CON EMPLEADOS

E

s una realidad que la Responsabilidad Social Corporativa está tomando una importancia mayor en las grandes empresas del país. El sector empresarial (ese conjunto de recursos y de procesos que bien organizados permiten la consecución de un beneficio económico) es cada vez más consciente de que puede aprovechar su estructura para la generación de beneficios sociales y medioambientales. En el campo de la responsabilidad social corporativa (un concepto amplio al que no entraremos en este artículo) crecen cada vez más los proyectos que involucran al personal de la empresa. En particular desde hace unos años existe una fuerte demanda por parte de las empresas de los proyectos de voluntariado corporativo. Otro de los indicadores de RRHH muy asociados al tamaño de la empresa son los planes de voluntariado corporativo. A través de estos planes de voluntariado, la empresa cede tiempo y recursos de sus trabajadores para el desarrollo de proyectos de carácter filantrópico o con un componente ambiental. Se trata de un fenómeno que en los últimos tiempos está cobrando gran importancia, y que tiene previsto un gran crecimiento en los próximos años, en los que casi una de cada cuatro empresas tiene previsto desarrollarlos. Es ésta una estrategia que combina elementos de acción social con la gestión de recursos humanos, que responde en ocasiones a una estrategia de alineamiento de los recursos humanos con la cultura y los valores de la organización, potenciando el orgullo de pertenencia (Informe Forética 2008). En la ONG Cooperación Internacional se trabaja desde 1993 para conseguir que la gente joven sea solidaria. Este ideal se concreta de formas distintas, pero fundamentalmente mediante tres herramientas: SENSIBILIZACIÓN (comunicación a los jóvenes un problema social existente), FORMACIÓN (enseñar a los jóvenes los medios para que puedan ayudar en los problemas anteriormente anunciados) y VOLUNTARIADO (como ejecución de la ayuda para la que se han preparado). Desde hace unos años son numerosísimas las empresas que ven en esta forma de trabajar con la juventud una oportunidad para fomentar estos valores entre sus empleados de la empresa. Sin embargo la experiencia nos dice que esto no siempre es fácil. La organización de actividades de voluntariado corporativo tiene una complejidad elevada y esto es debido a una serie de factores que, aunque no se den siempre, en muchas ocasiones están presentes: - La empresa cree que con la sola buena intención de ayudar basta para que la ayuda se materialice de forma efectiva. - Se generan a los empleados unas expectativas que el voluntariado no cumple. - Se trata como un evento de la empresa. - Se busca la inmediata rentabilidad de la acción desarrollada.

2. LA MODA DEL VOLUNTARIADO CORPORATIVO

E

l voluntariado corporativo es una realidad que se pone de moda por varios motivos, pero básicamente porque es muy rentable para la empresa: - Las empresas se dan cuenta de que pueden mejorar la sociedad mejorando a sus empleados: Hay sinergias.

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- Tiene un impacto excelente en comunicación interna. - Genera orgullo de pertenencia. - Desarrolla habilidades de liderazgo y trabajo en equipo - Incrementa el compromiso del empleado en la empresa. - Desarrolla competencias entre los empleados. - Mejora la imagen corporativa. - Fomenta una visión integral de la empresa por parte de los empleados. - Posibilidad de difusión en medios de comunicación. Por lo tanto, para la empresa es una vía muy eficaz para desarrollar una estrategia de Responsabilidad Social Corporativa, ya que, consigue ayudar a la sociedad al mismo tiempo que consigue una serie de beneficios para sus empleados. Además, el coste para la empresa de este tipo de políticas es notoriamente inferior al de otras actividades de recursos humanos como: viajes de incentivos, team building, eventos corporativos, etc. Como la ayuda que puede prestarse es tanta y tan variada puede diseñarse un proyecto de RRHH muy ambicioso a la vez que se cubren las necesidades de un proyecto social interesante. Estamos de acuerdo en que el voluntariado corporativo es una moda. Sin embargo es una moda que si se trabaja bien puede dar muchos resultados tanto para las empresas y sus empleados como para la gente más necesitada. Si las ongs y las empresas trabajan con profesionalidad el voluntariado corporativo dejará de ser una moda para ser una herramienta social y una herramienta de empresa.

3. NECESIDAD DE UTILIZACIÓN DE UNA METODOLOGÍA

L

a gran mayoría de empresas españolas no tienen un área definida de Responsabilidad Social Corporativa. Y dentro de las que la tienen son pocas aquellas que una política formal de RSC.

Un 27% de las empresas manifiestan que, pese a no contar con un documento formal en el que se haga explícita esta política, desarrollan una serie de iniciativas con una orientación común que cumpla las funciones de política informal de Responsabilidad Social. Finalmente, sólo un 7’8% de las empresas tienen su política de Responsabilidad Social formalizada, mientras que un 8% adicional se encuentra en proceso de formalización. Juntas conforman el grupo de empresas que realizan una apuesta estratégica de integración de la gestión de la RS como modelo formalizado (Informe Forética 2008). Una estrategia de Responsabilidad Social Corporativa para ser eficaz necesita una formulación: unos objetivos, unos recursos y unos resultados. En el ámbito del voluntariado corporativo la necesidad de una metodología es incluso superior, ya que existen grandes riesgos de fracaso por alguno o varios de los siguientes motivos: - La empresa no ve la utilidad de la acción para sus empleados. - Los empleados no perciben los resultados de la ayuda que efectivamente están realizando. - El trabajo que supone para la ONG la gestión del voluntariado, en ocasiones, es superior al resultado obtenido por la acción voluntaria. - Los empleados tienden a idealizar el voluntariado y no siempre se realiza en situaciones ideales. - Para hacer voluntariado es siempre necesaria una sensibilización y una formación previas. cooperación internacional ONG juventud solidaria


- Los proyectos de voluntariado no se tratan a largo plazo por lo que el empleado tiene la sensación de que basta con una ayuda puntual en la que no necesita preparación. Estos riesgos se minimizan con la utilización de un método que nos permita conseguir los objetivos que buscamos minimizando los problemas y los recursos invertidos a la vez que se maximiza el resultado.

4. QUÉ ES UNA METODOLOGÍA DE VOLUNTARIADO CORPORATIVO

L

a metodología es un conjunto de métodos, técnicas y pasos a seguir para abordar el desarrollo de un plan de voluntariado corporativo a largo plazo, que debe obtenerse como resultado de cada paso hasta conseguir el resultado final (un grupo de voluntariado en la empresa que consiga los fines de la misma a la vez que cubre unas necesidades sociales).

La implantación de un programa de voluntariado a través de una metodología tiene las siguientes ventajas: - Permite la orientación de todo el plan hacia los objetivos definidos. - Permite tratar la acción voluntaria como un proyecto empresarial más dentro de la firma. - Facilita la ejecución del programa. - Permite repetir el proceso tantas veces como se quiera (repetibilidad) - Permite la flexibilidad. - Mejora la calidad del servicio prestado a los beneficiarios (métodos y técnicas probadas). - Permite la disminución de costes. - Facilita la consecución de los resultados

5. CÓMO APLICAR UNA METODOLOGÍA

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ara la aplicación de una metodología deben tenerse en cuenta los siguientes puntos: a) Selección de una metodología: para la realización de un proyecto, se debe seleccionar una metodología que se ajuste a las grandes líneas del mismo. b) Respetar las principales fases de la metodología. c) La metodología proporciona un orden en el que realizar las distintas tareas de las fases de un proyecto. Dicho orden debe respetarse para poder obtener los objetivos perseguidos. d) Una vez clara la metodología a seguir y explicadas cada una de las fases, debemos revisar las tareas a realizar en todas ellas para poder completarlas. e) Comunicar la metodología, sus fases, sus tareas y sus herramientas al resto de personas del equipo de trabajo del proyecto.

6. METODOLOGÍA DE VOLUNTARIADO CORPORATIVO DE CI ONG

E

l presente informe resume los aspectos fundamentales de la metodología para la acción social corporativa, que Cooperación Internacional ONG pretende difundir en el ámbito empresarial.

El equipo de trabajo de Cooperación Internacional ha analizado la situación actual y las perspectivas futuras de la acción social corporativa. Se ha tenido presente en todo momento que la gran variedad de tipos de empresas, de perfiles del empleado, y de posibilidades de voluntariado, requiere que cada caso tenga un tratamiento específico.

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FIGURA 1

ASOCIACIONES Y ONG´S

CUMPLIMIENTO DE SU MISIÓN

EMPRESAS

CREACIÓN DE VALOR

EMPLEADOS

MEJORA DE LA SOCIEDAD

CONTINUIDAD DEL PROYECTO

SATISFACCIÓN Este método pretende la satisfacción de los intereses de los tres agentes implicados en el proyecto: las ongs y asociaciones, las empresas y sus empleados (cfr. Fig. 1). En primer lugar la SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES DE LAS ASOCIACIONES U ONGs con las que se colabore: este es el principal objetivo de la acción voluntaria. La primera condición que debe cumplir toda acción de voluntariado es que efectivamente ayude. El voluntariado corporativo por tanto debe ayudar a las asociaciones a cumplir su misión. En segundo lugar proponemos que otro objetivo de la acción voluntaria sea la CONSECUCIÓN DE LOS OBJETIVOS QUE LA EMPRESA se marque en el ámbito de los Recursos Humanos: desarrollo de la cultura interna, mejora del orgullo de pertenencia, mejorar la interrelación de los departamentos, etc. Por último debe cumplir los OBJETIVOS QUE LOS VOLUNTARIOS PERSIGAN con la acción. En este caso, se trataría de la mejora de las condiciones de vida del colectivo beneficiario de la acción. Este método, al facilitar el cumplimiento de los objetivos de todos los agentes involucrados en el proyecto aporta garantías de para su continuidad y por lo tanto la SOSTENIBILIDAD DE LA AYUDA. La búsqueda en un plan de voluntariado corporativo de la satisfacción de la empresa y de sus empleados a la vez que se busca que la ayuda sea eficaz consigue que la empresa repita y que por tanto la ayuda sea sostenible. Lo novedoso de esta forma de trabajar es que diseñaremos una actividad solidaria en la que la ONG salga beneficiada pero también la empresa participante. El método que proponemos se divide en 5 fases: FIGURA 2

OBJETIVOS

ANÁLISIS

DISEÑO

IMPLANTACIÓN

CONTROL

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Fase I: Análisis de Objetivos. En esta fase se definen los objetivos de la empresa en cuatro ámbitos: estratégicos, de comunicación, de Recursos Humanos y de Responsabilidad Social Corporativa.

FIGURA 4

ESTRATÉGICOS

Fase II: Análisis Previo. De cara a la realización de un diseño correcto tendremos se estudian distintos aspectos de la empresa y de los empleados que condicionarán el trabajo posterior.

Mejora de la imagen corporativa. Difusión en medios de comunicación. Promover que nuevos talentos entren en la empresa llamados por la imagen corporativa.

Fase III: Diseño del Proyecto. Una vez conocidos los objetivos de la empresa y su situación se elabora un plan en el que se definen las acciones de voluntariado en la que la empresa puede ayudar de la mejor manera. (Para llevar a cabo este diseño es necesario un conocimiento por parte de Cooperación Internacional ONG del tejido social de la zona en la que la empresa quiere realizar su voluntariado) Fase IV: Implantación del Proyecto. Después del diseño se implanta el proyecto. Para ellos se elabora un ‘Plan Anual de Voluntariado’ compuesto por distintas actividades sociales que a la vez se subdividen en sensibilización, formación y acción. Fase V: Evaluación y Control. Por último en la fase de control se mide la consecución de objetivos marcados en la FASE I y se estudian los puntos de mejora para futuros desarrollos.

RR.HH.

RESP. SOCIAL CORP. Desarrollar la Responsabilidad Social Corporativa de la empresa. Colaboración en proyectos sociales. Contextualizar la importancia de la participación ciudadana dentro de la sociedad.

6.1. FASE I: ANÁLISIS DE OBJETIVOS FIGURA 3

1 Análisis de los objetivos específicos de la empresa Para crear un programa de acción social corporativa adecuado a las necesidades específicas de empresa, ésta deberá realizar un análisis detallado de sus propios objetivos para cada ámbito. Objetivos de Responsabilidad Social corporativa Desarrollo, proyectos, sensibilización... Objetivos de Comunicación Marketing, imagen interna y externa, información... Objetivos de Recursos Humanos Compromiso, potenciación del talento, optimización... La fase de Análisis de Objetivos es la primera de la metodología. Pretende estudiar cuáles son los objetivos de la empresa en varios ámbitos: objetivos generales u estratégicos, objetivos de RSC, objetivos de Recursos Humanos y de comunicación. Esta fase es de gran importancia ya que, en función de los fines en cada una de las áreas, determinaremos en qué actividad social, la empresa puede ayudar mejor. La empresa podrá colaborar con una continuidad y un esfuerzo mayor, en aquellas actividades sociales que mejor le permitan cumplir sus objetivos como empresa. En la Fig. 4 detallamos algunos de los posibles objetivos de la empresa en los campos que hemos descrito. cooperación internacional ONG juventud solidaria

Fomento de una visión integral de la empresa por parte de los empleados. Desarrollo de la Responsabilidad Social Interna. Promoción de habilidades de liderazgo y competencias, como trabajo en equipo, y comunicación. Incremento del compromiso del empleado con su empresa.

Esta fase termina con la elaboración de un documento de objetivos dividido por áreas. Esta fase ayuda la empresa a conocer porqué inicia un programa de voluntariado corporativo: qué busca con ello. Al mismo tiempo se ponen las bases para el diseño de un programa que responda a sus expectativas. Por ejemplo, si una empresa busca con su plan de voluntariado corporativo incrementar el orgullo de pertenencia de los empleados de la compañía hay que hacer un diseño completamente distinto del de la empresa que sólo busca maximizar la ayuda que dé a los necesitados. Si la empresa lo que busca es impacto mediático el diseño también será diferente. Lo que pretendemos explicar con este método es que las necesidades son tantas y tan variadas que caben todo tipo de voluntariados, tanto el de la empresa que busca de forma prioritaria el impacto mediático (pero que también ayuda), como el de aquella otra que busca solucionar un problema social. Nuestra experiencia en Cooperación Internacional ONG nos dice que hay muy pocas empresas que busquen estos objetivos (tanto el impacto mediático como la ayuda social) de una forma ‘químicamente pura’. La mayoría de las empresas, y no es malo que sea así, buscan objetivos en varias direcciones mediante un mismo proyecto. 6.2. FASE II: ANÁLISIS PREVIO DE LA EMPRESA FIGURA 5

2

Una vez que se conocen los objetivos de la empresa pasaremos a investigar las características de la misma. Este análisis nos dará mucha información necesaria para la fase de diseño. El análisis deberá hacerse en dos líneas: - Características de la empresa - Características del personal cooperación internacional ONG juventud solidaria


Mediante los estudios de la FASE II sabremos qué tipo acción con empleados es más adecuada para la empresa. CARACTERÍSTICAS DE LA EMPRESA (cfr. Fig. 6) Debemos saber: - La especificación de objetivos de la FASE I. - La experiencia corporativa: si existen procedimientos, órganos de gobierno o formas de hacer internas para desarrollar un plan de voluntariado o de acción social. - Los ámbitos de desarrollo del programa: a cuantas personas se quiere llegar, de qué departamentos, si debe haber o no relación entre los distintos departamentos que colaboren, etc. - El grado de implicación de la empresa: aquí se ha de detallar si participará la alta dirección de la compañía, el presupuesto con el que se cuenta para ejecutar el plan y si el tiempo dedicado por los voluntarios se va a realizar en horario laboral o en su tiempo libre. CARATERÍSTICAS DE LOS EMPLEADOS Respecto a los empleados debemos saber (cfr. Fig 6): - Si ya han realizado voluntariado alguna vez. En caso de que la respuesta sea afirmativa deberíamos preguntarles dónde (lugar y colectivos) y con qué frecuencia lo hacen. - Si participarían en una iniciativa de este estilo promovida por la empresa y el porqué de su respuesta (sea afirmativa o negativa). - El grado de implicación de los empleados: Si estarían dispuestos a organizar las actividades de voluntariado o se apuntarían a una propuesta de la empresa Si prefieren realizar el voluntariado en su tiempo libre, implicando a sus familias o si prefieren hacerlo en horario laboral con sus compañeros de trabajo.

La tarea de análisis se puede realizar utilizando distintas herramientas de comunicación internas (cfr. Fig. 7). - En el caso de las CARACTERÍSTICAS DE LA EMPRESA, bastará con que las personas encargadas de llevar a cabo el proyecto por parte de la empresa, estén en contacto con la alta dirección de forma que puedan resolver estas cuestiones de una manera rápida y eficaz. - En el caso de las CARACTERÍSTICAS DE LOS EMPLEADOS, el trabajo es más costoso en función del tamaño de la plantilla existente y se suele hacer mediante reuniones y encuestas. Al igual que en la FASE I, este parte del método termina con la elaboración de dos documentos en los que se detallan las características de la empresa en uno y las de los empleados en otros. Ya estamos más cerca de la definición del proyecto. FIGURA 7. ANÁLISIS: MÉTODOS Y PERFILES - Para encajar el trabajo de la empresa con las distintas asociaciones y ONG’s, un análisis detallado a través de varias herramientas nos proporcionará la información necesaria para crear los perfiles, tanto de la empresa como del empleado. - De esta manera seremos capaces de diseñar la organización adecuada para llevar a cabo un proyecto estable de acción social corporativa.

ANÁLISIS EMPRESA

EMPLEADOS ENCUESTAS

FIGURA 6. ANÁLISIS: MÉTODOS Y PERFILES

DECISIÓN PERFIL

Encuestas

Empresas

Obtención de información

1. Especificación de objetivos 2. Experiencia corporativa 3. Ámbitos de desarrollo del programa 4. Grado de implicación de la empresa

· Directivos · Presupuesto · Horario laboral / tiempo libre

Empleados

Entrevistas

1. Experiencia personal 2. Motivaciones y aptitudes personales 3. Grado de implicación de los empleados

· Elaboración / participación · Horario laboral / tiempo libre

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- Puesta en común de ideas - Fijación del ámbito del voluntariado - Fijación de los recursos a utilizar - Establecer compromisos y obligaciones

PERFIL

DISEÑO

REUNIONES

6.3. DISEÑO DEL PROYECTO

3 A) TIPOS DE PROYECTOS Una vez finalizados la determinación de objetivos y el análisis de la empresa y sus empleados, se pasa a la fase de diseño del proyecto. Para ello la empresa habrá de determinar qué tipo de proyecto social va a realizar con sus empleados. Los ordenaremos desde los más sencillos de llevar a cabo a los más complejos: Proyectos de sensibilización - Comunicación a los empleados de un problema social en el que la empresa va a dedicar recursos. Ej. Concienciar a los empleados respecto a la tala de árboles en el Amazonas e iniciar una política de consumo responsable de papel. - Los proyectos de sensibilización son varadísimos en cuanto a contenido y forma puede sensibilizarse sobre problemática social o medioambiental. - Estas campañas pueden realizarse como un proyecto en sí mismo o pueden ser el punto de arranque para proyectos de financiación o de voluntariado corporativo. cooperación internacional ONG juventud solidaria


Proyectos de financiación - El empleado junto con la empresa realizan aportaciones a proyectos sociales. Ej. Redondeo de nóminas. Proyectos de participación - Eventos benéficos. Son proyectos de sensibilización en los que el empleado recibe algo a cambio. Ej. Torneo de golf benéfico. - Voluntariado corporativo: son proyectos de acción social en los que el empleado dedica su tiempo a algún colectivo necesitado o a acciones medioambientales. Particularidad de los proyectos de voluntariado corporativo: Con el objetivo de que el empleado sea consciente de su dimensión y tenga capacidad para llevarlos a cabo se ejecutan en 3 pasos (cfr. Fig. 8): - Sensibilización: comunicación del problema social que se pretende paliar. - Formación: capacitación de los empleados para la realización de una actividad social. - Participación: realización de una actividad de voluntariado. FIGURA 8. DISEÑO ORGANIZATIVO DE LA METODOLOGÍA A)

TIPOS DE PROYECTOS

3 tipos Siempre relacionados

SENSIBILIZACIÓN

FORMACIÓN

PARTICIPACIÓN

Realidades sociales y medioambientales, dirigidas a pasar a proyectos de formación y participación relacionados

COMUNICACIÓN INTERNA

Base de datos Espacio en intranet Revista interna

Formación · ¿Por qué es necesario el voluntariado? · ¿Cómo funciona el voluntariado? · ¿Por qué es necesaria la RSC?

Voluntariado

Tipo de Financiación actividad Sensibilización

Pueden ser proyectos medioambientales o proyectos sociales. En el caso de los proyectos sociales se puede trabajar con alguno de los siguientes colectivos: -Mayores -Sin techo -Personas con discapacidad -Niños en riesgo de exclusión social -Personas inmigrantes en riesgo de exclusión social -Drogodependientes -Etc. Según lo definido en las FASES I y II se descartarán algunos colectivos que no permiten la consecución de los objetivos de la empresa. Por ejemplo, una empresa que desea que sus acciones de voluntariado tengan una carga publicitaria importante tendrá muy limitada la realización de acciones con niños. C) PLAN ANUAL DE VOLUNTARIADO En la fase de diseño habrá que determinar el número de acciones que la empresa desea realizar al año y en qué fechas aproximadas. FIGURA 9. DISEÑO ORGANIZATIVO DE LA METODOLOGÍA

Sensibilización

Participación

B) TIPOS DE BENEFICIARIOS Una vez seleccionados los tipos de proyectos se deberá elegir el tipo de beneficiarios a los que se desea ayudar.

Horario laboral + Compromiso de la empresa

Tiempo libre + Compromiso de la empresa

Proyectos empresa – concesión de tiempo. Iniciativas de la empresa, del empleado, y proyectos grupales.

Proyectos de fin de semana Iniciativas de la empresa, del empleado, y proyectos grupales.

Contribuciones compartidas

Contribuciones compartidas

Actos benéficos participación de empleados

Actos benéficos participación de empleados

B) TIPOS DE BENEFICIARIOS

1. Colectivo

Mayores

Personas con discapaciad

Inmigrantes

Niños

Sin techo

2. Medio Ambiente C) PLAN ANUAL 1. Nº acciones al año Calendario de actividades 2. Planificación de los recursos necesarios: económicos, tiempo, en especie. D) ORGANIZACIÓN INTERNA (cfr. Fig. 10) Para que el diseño elaborado sea eficaz la empresa ha de contar con una organización interna que permita comunicar y gestionar los proyectos de acción social. Es conveniente contar con un coordinador por parte de la empresa y un coordinador de la asociación en la que realicen el voluntariado. La comunicación entre ambos coordinadores debe ser muy ágil.

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E) PROCESO DE PROPOSICIÓN Una vez llegados a este paso Cooperación Internacional ONG con toda la información recibida elabora un proyecto social. Este proyecto se diseña y rediseña hasta ser aprobado por el Comité de Acción Social de la Empresa. En la elaboración del Plan Anual de Voluntariado se tiene en cuenta todo lo estudiado en las FASES anteriores: colectivos preferentes, fechas, presupuesto, características de los empleados, objetivos que se pretenden, etc. Es importante que la comunicación entre la ONG y los responsables del proyecto en la empresa sea fluido para que la elaboración del Plan Anual sea lo más eficaz posible.

DISEÑO

B) EJECUCIÓN Como ya hemos comentado la ejecución de una acción de voluntariado corporativo cuenta con una sensibilización a los trabajadores, una formación y la realización de la actividad.

Una vez que se llega al lugar de la acción solidaria debe haber una bienvenida a los voluntarios y una despedida o cierre.

COORDINACIÓN RECURSOS INFORMACIÓN

EMPRESA

Es muy útil la realización de un calendario con la planificación final para cada actividad.

Cada acción solidaria que lleve a cabo la empresa debe comunicarse internamente. Es tarea de la empresa decidir si se va a comunicar o no de forma externa. Las acciones que van a tener comunicación externa hay que planificarlas con más tiempo ya que, con un poco de creatividad, es relativamente sencillo conseguir su aparición en medios.

FIGURA 10. DISEÑO ORGANIZATIVO DE LA METODOLOGÍA D) ORGANIZACIÓN INTERNA

El proyecto ha de prepararse con la suficiente antelación de forma que todos los agentes implicados puedan tener los recursos y la información del mismo en el debido tiempo.

ASOCIACIÓN

FIGURA 11. IMPLANTACIÓN A) SEGUIMIENTO DEL CALENDARIO

EJECUCIÓN

Calendario

Previsión

CV ADECUADO

COORDINADOR RSC

B) EJECUCIÓN

Tipo de acción

SENSIBILIZACIÓN

E) PROCESO DE ORGANIZACIÓN

FORMACIÓN PROPUESTA

REVISIÓN

PARTICIPACIÓN

PUESTA EN MARCHA

NO

Desarrollo de cada acción

· Publicidad interna y/o en medios de comunicación · Welcome · Experiencia RSC · Despedida

6.4. IMPLANTACIÓN DEL PROYECTO (cfr. Fig.11)

4 A) SEGUIMIENTO DEL CALENDARIO Y PLANIFICACIÓN Una vez que, con toda la información recibida, se ha elaborado y aprobado un diseño del proyecto, se pasa a su implantación. En la ejecución ha de tenerse en cuenta que la comunicación es clave en proyectos de este tipo. cooperación internacional ONG juventud solidaria

Información

COORDINADOR ASOCIACIÓN

COMUNICACIÓN ESTRECHA

DISEÑO ORGANIZATIVO

Recursos

6.5. EVALUACIÓN Y CONTROL

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A) MÉTODOS DE EVALUACIÓN E INDICADORES DE RENDIMIENTO (cfr. Fig. 12) Por último se lleva a cabo la fase de evaluación y control, que se realiza mediante encuestas para cada una de las acciones del plan anual de voluntariado. Se hará una encuesta a los empleados de la empresa para ver en qué medida la acción de voluntariado ha respondido a sus expectativas y cómo creen que la asociación ha realizado su trabajo. Se realiza también una encuesta a la asociación en la que se pregunta por la gestión del voluntariado, qué aportación ha tenido el mismo y qué respuesta han recibido de los voluntarios.

FIGURA 13 Nuestras actividades de RSC evolucionan continuamente a través del Feedback, proceso en el que todas las partes implicadas comparten observaciones, preocupaciones y sugerencias con los demás, con la intención de mejorar el funcionamiento global . PROCESO FEEDBACK

ACTIVIDADES RSC

De las encuestas realizadas se obtiene información para mejorar las acciones futuras.

INDICADORES

ESTUDIO POR LA ASOCIACIÓN

DISEÑO ORGANIZATIVO

FIGURA 12

ESTUDIO POR LA EMPRESA

REUNIÓN FEEDBACK

REPORTE DIRECCIÓN

MEJORAS CAMBIOS

SENSIBILIZACIÓN - FORMACIÓN - PARTICIPACIÓN

ENCUESTA ACTUACIÓN DE LA EMPRESA

ENCUESTA ACTUACIÓN DE LA ASOCIACIÓN

PREDISPOSICIÓN CONCESIÓN DE RECURSOS COMPROMISO PERFORMANCE

PREDISPOSICIÓN APOYO AL VOLUNTARIO COMPROMISO PERFORMANCE

ELABORACIÓN DE INDICADORES CUMPLIMIENTO FINES PUNTOS POSITIVOS PUNTOS NEGATIVOS CAMBIOS PROPUESTOS

SATISFACCIÓN

B) FEEDBACK Y REPORTE (cfr. Fig. 13) La información de lo realizado y de las encuestas permite que las actividades realizadas vayan mejorando. Después de las actividades se tiene la reunión de feedback y se elabora un dossier para la alta dirección de la empresa en el que se detalla como se han conseguido los objetivos propuestos en la FASE I y que puntos de mejora habrá que implementar. De esta forma se consigue el objetivo previsto desde el principio que es que la alta dirección se haga cargo de cómo un proyecto de estas características incide en la buena marcha de la compañía. Cooperación Internacional ONG se encarga de que también tenga una incidencia social honda.

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MIGRACIONES, DESARROLLO Y CODESARROLLO: GESTIÓN POLÍTICA DEL VÍNCULO D. Luis Abad Profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid

1. LAS MIGRACIONES, ¿UN JUEGO DE SUMA POSITIVA?

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a pregunta que nos planteamos en este artículo es en qué medida la agregación de conductas individuales orientadas a la emigración puede llegar a afectar al logro de metas colectivas, tanto por lo que se refiere a los países de origen, como a los de acogida. Más específicamente, si las migraciones internacionales pueden llegar a ser un juego de suma positiva, es decir, si pueden beneficiar a todos, tanto a las economías de origen, como a las de destino, y bajo qué condiciones. Se entiende fácilmente que la pregunta que acabo de formular encierra la máxima importancia, al menos por dos razones. La primera, porque dado el formidable volumen de los intereses económicos en juego y dada la sensibilidad social que acompaña al fenómeno, unas migraciones bien ordenadas y organizadas en torno a intereses compartidos, representaría una de las contribuciones más eminentes tanto para el desarrollo económico mundial, como para su estabilidad social y política. Pero además, porque la existencia de “intereses comunes y compartidos” entre origen y destino es la condición de posibilidad para que podamos seguir cooperación internacional ONG juventud solidaria


hablando de codesarrollo. Si las migraciones no pueden derivar en beneficios que interesen tanto a los países de emisión como a los de acogida, si los efectos que se deriven de los movimientos migratorios deben ser necesariamente competitivos y no complementarios, entonces existirán migraciones, podrá existir cooperación al desarrollo, pero no existirá “codesarrollo”. La propuesta del codesarrollo parte de la idea básica de que unas migraciones bien ordenadas pueden resultar una contribución estratégica al desarrollo compartido, tanto para origen, como para destino. No parece que sea eso lo que viene ocurriendo hasta ahora en la gestión política de las migraciones. La consideración soberana y puramente graciable del derecho de admisión por parte de cada Estado de acogida, ha derivado en la práctica en el hecho de que, a la hora de definir las políticas de inmigración, los Estados no se sientan vinculados a atender otra finalidad que la que se deriva de las necesidades de sus propios mercados de trabajo. Parece haberse aceptado como un hecho incuestionable que la atención a los intereses propios de cada Estado de acogida y la defensa de la cláusula de prioridad nacional deben ser los criterios que inspiren, en último término, las políticas migratorias. Afortunadamente en los últimos años parece estar tomando cuerpo la idea de que unas migraciones bien ordenadas podrían representar una oportunidad estratégica también para el desarrollo de los países de origen emigratorio. Aunque la naturaleza del vínculo entre emigración y desarrollo cuenta con una larga tradición académica, solo ha sido en estos últimos años, en esta última década en realidad, cuando las Instituciones Internacionales, tanto Naciones Unidas como la Unión Europea, parecen haberse tomado en serio la contribución que las migraciones pueden realizar al desarrollo de los países de origen, incluso su contribución al logro de los Objetivos del Milenio. A partir de aquí, se han ido levantando voces reclamando incorporar la gestión política de las migraciones en las agendas de cooperación al desarrollo. Porque si es verdad (y lo es) que las migraciones pueden realizar una aportación relevante al desarrollo de los pueblos, entonces va de suyo que cualquier esfuerzo por definir un nuevo orden económico mundial, eso que se ha dado en denominar una nueva arquitectura de las relaciones económicas internacionales pensada con fines de desarrollo, debiera incorporar inexcusablemente una adecuada gestión de los flujos migratorios. En estos días se habla mucho de la necesidad de rediseñar el orden económico internacional. Pues bien, empezamos a ser conscientes de que cualquier orden pensado con fines de desarrollo, deberá incorporar ineludiblemente el gobierno global y consensuado de las migraciones internacionales. Ya empieza a asumirse que eso deberá ser inevitablemente así. Junto a la redefinición de unas políticas de financiación del desarrollo más justas, coherentes y eficientes, junto al incremento de la Ayuda Oficial al Desarrollo, junto a una revisión más radical del drama de la Deuda Externa, junto a la redefinición de unas reglas más equitativas del comercio internacional, las políticas de cooperación deberán incorporar, como uno de sus pilares constitutivos, una gestión adecuada de las migraciones internacionales. En septiembre de 2006 Naciones Unidas celebró su 61 Asamblea General, y en ella se aprobó la Resolución final del Diálogo de Algo Nivel sobre “Migración internacional y desarrollo”. En él se dice textualmente: “Los participantes… coincidieron en que la migración internacional podía ser una fuerza positiva para el desarrollo, tanto de los países de origen como de los de destino, siempre que fuera acompañada de políticas apropiadas… (y) expresaron un amplio apoyo a la propuesta de incorporar las cuestiones de la migración internacional en los planes de desarrollo nacionales, incluso en las estrategias de reducción de la pobreza.” cooperación internacional ONG juventud solidaria

Es verdad que este tipo de declaraciones solemnes producen un cierto escepticismo derivado de la larga tradición de declaraciones y compromisos solemnes, solemnemente incumplidos. Quizá algunos piensen que el simple reconocimiento formal del papel de las migraciones en el desarrollo es demasiada poca cosa. Sin embargo, aunque comprendo ese escepticismo, es preciso recordar que ha habido que esperar demasiado tiempo para que se reconociera algo tan obvio. Ya resultó decepcionante que ni en el acuerdo más solemne al que jamás ha llegado Naciones Unidas en materia de desarrollo (la Declaración del Milenio de 2000, en la que se fijan los famosos Objetivos del Milenio), ni en la Hoja de Ruta de 2001 para implementación de medidas para el logro de esos Objetivos; ni en la Conferencia de Monterrey de 2002 sobre financiación del desarrollo, ni en otras muchas Conferencias sucesivas, se hiciera ni siquiera mención a lo que una adecuada gestión política de las migraciones, podría llegar a representar como instrumento al servicio del desarrollo. Desde luego, las cosas parecen haber empezado a cambiar en los últimos años. Y, aunque con demasiado retraso, parece que las Instituciones Internacionales han empezado a tomarse finalmente en serio la importancia estratégica que un buen orden migratorio puede llegar a tener en el desarrollo de los pueblos. El cambio de rumbo que significa pasar de percibir las migraciones internacionales como una amenaza potencial o como un factor de inestabilidad y un problema indeseable, a verlas como una “fuerza positiva para el desarrollo”, no es en absoluto un asunto menor: es un paso importante que debe ser reconocido y saludado. Sin embargo, como ocurre muchas veces en estos casos, es bueno no deslumbrarse con el descubrimiento. Una cosa es ser contundentemente críticos con la posición según la cual las políticas migratorias deben atender exclusivamente los intereses de los mercados de trabajo de los países de acogida (eso que hemos denominado la “cláusula de prioridad nacional”), y otra pasar al extremo opuesto y considerar que las migraciones son “la solución” para el desarrollo de los países de origen y que, en consecuencia, la gestión política de las migraciones debiera atender únicamente a los intereses de los países de origen.

2. CODESARROLLO E INTERESES COMPARTIDOS

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o comparto, en absoluto, esta basculación pendular de un extremo al otro. Es verdad que el desarrollo de los países en desarrollo debe ser un objetivo prioritario, pero eso no significa que haya que olvidarse de los intereses también legítimos de los países de destino. Entre otras cosas, porque estamos hablando de un fenómeno que no solo despierta la máxima sensibilidad social, sino que también pone en juego un formidable volumen de intereses económicos, políticos, sociales… ¡de todo orden! Es imperativo ser realistas, porque nos jugamos mucho en este terreno. Y pretender olvidarse de los intereses de los países de acogida en un terreno tan sensible como este sería tanto como condenar al codesarrollo a su imposibilidad de hecho. Bien al contrario: si las migraciones pueden llegar a jugar un papel importante como factor de desarrollo deberá ser porque atiendan los intereses legítimos tanto de los países de origen, como de los de destino. Es este, precisamente, el terreno en el que la gestión política de las migraciones se juega su futuro: en la posibilidad de hacer de las migraciones una oportunidad para el desarrollo compartido. Así comenzó su andadura la idea del codesarrollo en el Informe de Balance de Sami Näir de 1997, y así parece que empieza a ser entendido no solo por las Instituciones Internacionales sino también, por ejemplo, por la Comisión Mundial de Migraciones que, en 2006, publicó un Informe titulado “Las migraciones en un mundo interdependiente: nueva orientaciones para actuar” cooperación internacional ONG juventud solidaria


(2006) . En él, se dice literalmente: “el papel que desempeñan los migrantes en la promoción del desarrollo (…) en sus países de origen, al igual que su contribución a la prosperidad de los países de destino, debe ser reconocido y reforzado. Las migraciones internacionales deben convertirse en una parte integral de las estrategias (…) de desarrollo económico, tanto en los países en desarrollo como en los países industrializados”. Y es justamente en esto en lo que consiste la esencia del codesarrollo. Es verdad que estamos en presencia de un término mal definido y polisémico donde los haya. Pero, en mi opinión, en su nivel más elevado de significación, el codesarrollo es una propuesta de gobernanza global consensuada y corresponsable, encaminada precisamente a eso: a identificar y potenciar los espacios de intereses compartidos y a orientar la gestión migratoria hacia el logro de esos objetivos. Si el codesarrollo aspira a ser algo más que una de tantas palabras de moda, si aspira a tener algún futuro será porque se entienda como una propuesta que busque inspirar los fines últimos de una nueva generación de políticas migratorias orientadas al logro de intereses compartidos, al desarrollo compartido. La pregunta crucial, entonces, es si es posible identificar y alcanzar esos espacios de interés compartido por ambos polos migratorios. La economía ortodoxa nos ha acostumbrado a asumir como inevitable que, puesto que los recursos son escasos y las necesidades múltiples, los intereses de los agentes deben ser necesariamente competitivos. Y, en consecuencia, que es necesario que uno pierda, para que gane el otro. Esto es justamente lo que parece estar ocurriendo en dos de los tres mercados globales: en los mercados de capitales y en el comercio internacional. Las reglas que impone el actual sistema de relaciones económicas internacionales parecen estar exigiendo que debe haber países perdedores, para que pueda haber países ganadores. Y me pregunto si deberán ser así las cosas también en el terreno de las migraciones. Si también aquí la economía ha de ser una irremediable “ciencia lúgubre”, si nos debemos enfrentar inevitablemente a intereses competitivos entre ambos polos migratorios, de manera que lo que el uno gane sea a costa de las pérdidas del otro. O si, por el contrario, es posible construir un escenario de intereses compartidos en el que las migraciones deriven efectos positivos para ambos polos. Y la respuesta a esta pregunta es que eso es así, efectivamente. Es posible construir un escenario de intereses compartidos, pero que eso depende, de forma decisiva, de nuestra capacidad y nuestra voluntad política para hacerlo. La voluntad política de los países de origen y la voluntad política de los países de acogida; pero sobre todo, de la voluntad política compartida entre ambos y, es preciso remarcar esto, de la voluntad política de la comunidad internacional. Identificar y alcanzar esos espacios de interés común es esencialmente una tarea política. Quiero argumentar a continuación que, además, es una tarea política posible, es decir, que no existen razones insalvables por las que la conjunción de intereses deba estar inevitablemente condenada al fracaso. Esta tesis cuenta con buenos soportes tanto teóricos como históricos.

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En los últimos años, se han realizado numerosos estudios de simulación que han tratado de evaluar el impacto derivado de una hipotética liberalización completa tanto del comercio internacional, como de las migraciones. ¿Qué impacto económico tendría para cada una de las partes implicadas, una liberalización completa de las transacciones comerciales internacionales, o de las migraciones internacionales? La dispersión en los resultados es demasiado grande como para desarrollarlos detenidamente. Por eso, seguiremos el estudio publicado por Carlton y Stiglitz (2005), en el que estos autores realizan una media ponderada de las diversas estimaciones. cooperación internacional ONG juventud solidaria

Los resultados son sorprendentes. Los beneficios potenciales de una liberalización completa del comercio podrían ascender a 800.000 millones de dólares por año. Es verdad que no todo el beneficio iría a parar a los PED. Bien al contrario, el 65% de los beneficios irían a parar a los países desarrollados, y solo el 35% a los países en desarrollo. Pero, en todo caso, ese 35% de beneficios representaría 280.000 millones de dólares, casi cuatro veces más que el total de la Ayuda Oficial al Desarrollo en 2004. Por sectores, en todos ellos los mayores porcentajes de beneficios irían a parar a las economías desarrolladas: el 52%, en el caso de las manufacturas; el 75%, en el caso de los servicios y, lo que quizá resulte más sorprendente, el 84% de los beneficios derivados de la liberalización completa de la agricultura no irían a parar a los países en desarrollo, sino a los países desarrollados. Solo hay un renglón, solo uno, en el que los porcentajes de beneficios se repartirían de forma equitativamente perfecta: es en el caso de la liberalización completa de la movilidad temporal de trabajadores, según el modo 4 del acuerdo comercial sobre servicios de la OMC: en este caso, los países en desarrollo recibirían exactamente el 50% de los beneficios. Se han realizado también estimaciones sobre los beneficios potenciales agregados, derivados no de la movilidad temporal de trabajadores, según el citado Modo 4 del Acuerdo sobre Servicios, sino de las migraciones laborales internacionales en general. Con una argumentación bastante incontestable, Rodrik (2002) estima que la liberalización completa de las migraciones laborales habría de reportar a la renta mundial beneficios mucho mayores que la liberalización total tanto de las mercancías, como de los activos financieros. La razón es que las diferencias internacionales de precios en estos últimos son, como máximo, de 1 a 2, mientras que las diferencias internacionales de salarios, llegan a ser de hasta 1 a 10. En consecuencia, una libertad completa de movimientos en las migraciones laborales internacionales traería consigo un crecimiento muy significativo de la riqueza mundial. Walmsley y Winters (2003) estimaron que si los países desarrollados autorizaran un incremento adicional de inmigrantes equivalente al 3% de su propia fuerza laboral, los países de origen migratorio obtendrían un beneficio de 160.000 millones de dólares. ¡Solo con un incremento de la inmigración equivalente a un 3% de la fuerza laboral nacional! Si tenemos en cuenta que en 2003 la Ayuda Oficial al Desarrollo ascendía a 69.100 millones de dólares, solo ese incremento de la inmigración (relativamente pequeño en términos porcentuales), equivaldría a generar beneficios para los países en desarrollo casi dos veces y media superiores al volumen de la Ayuda. Por su parte, Moses y Letnes (2004) estimaron en 2004 que la liberalización completa de los movimientos migratorios significaría ganancias adicionales por valor equivalente nada menos que al 10% del PIB mundial al año, a precios de 1998. Una década antes, las estimaciones de Hamilton y Whalley (1984) eran aún mucho más optimistas. Según estos autores, liberalizar los movimientos migratorios equivaldría a multiplicar por dos la renta mundial. Con bastante probabilidad, las cosas no llegaran a ser, finalmente, tan optimistas como las que reflejan los estudios. Entre otras razones, porque a diferencia de la liberalización de comercio de bines o el de capitales, en el de movimiento de personas intervienen factores no cuantificables que no pueden ser capturados por los modelos econométricos. Pero incluso así, es un hecho irrebatible que los efectos que se derivan del movimiento internacional de trabajadores pueden dar lugar a un círculo virtuoso en el que ambos polos migratorios salgan beneficiados. Es un hecho irrebatible porque, incluso si la teoría se equivoca y los estudios proyectivos exageran, lo que no puede negarse es que en etapas históricas pasadas las migraciones internacionales cooperaron de forma decisiva al logro de intereses compartidos tanto por los países de emisión, como por los de acogida. Todos sabemos que eso fue lo que ocurrió en el Siglo XIX, el llamado Siglo de las Grandes Migraciones, con las migraciones entre el Viejo y el Nuevo Continente, que cooperación internacional ONG juventud solidaria


contribuyeron muy decisivamente al desarrollo industrial del Nuevo Mundo (especialmente de EE.UU.), pero también a consolidar el desarrollo industrial del Viejo Continente. Y, desde luego, fue eso también lo que ocurrió con las migraciones entre la Europa Sur y la Europa Centro-Norte en las décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. En esa etapa histórica la complementariedad de intereses entre los países de acogida y los de origen fue prácticamente perfecta. Las necesidades económicas y laborales de uno de los polos migratorios, se correspondían de forma casi especularmente perfecta con las necesidades del otro. Las migraciones se convirtieron en una condición necesaria para el desarrollo común y constituyeron uno de los factores en los que se asentó el extraordinario dinamismo de las economías tanto de la Europa Norte, como de los países de la Europa del Sur, entre ellos España. Sin embargo, no hace falta recordar lo obvio: cualquier etapa histórica como las que hemos mencionado, de predominio de un equilibrio complementario y de un ajuste prácticamente automático entre los intereses de ambos polos ha pasado ya. Y ha pasado definitivamente. El crecimiento exponencial de las divergencias demográficas y económicas Norte/Sur, las fuerzas de la globalización y los espectaculares avances de los medios de comunicación y transporte han roto, ya definitivamente, cualquier posibilidad de complementariedad automática. Hay demasiada asimetría demográfica y económica como para que pueda producirse la complementariedad de intereses de forma mecánica o automática. Y aquí nace el dilema: porque la idea del codesarrollo o no es nada o, como venimos insistiendo, se basa justamente en la posibilidad de alcanzar esos espacios de interés compartido. Y dado que los tiempos históricos de complementariedad automática de intereses han pasado definitivamente, va de suyo que lograrlo solo puede ser consecuencia de una iniciativa política propositiva, sistemática y sostenida. Es a eso a lo que llamamos codesarrollo en su más elevado nivel de significación: al logro políticamente programado, consensuado y consciente de un orden migratorio para el desarrollo compartido. A una nueva ordenación de las migraciones internacionales con el objetivo prioritario de transformar los intereses competitivos en intereses compartidos.

3. ORÍGENES HISTÓRICOS Y EVOLUCIÓN DEL CODESARROLLO

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esde luego, a pesar de la relativa novedad del término “codesarrollo”, las cosas han cambiado mucho desde la aportación pionera de Sami Näir en 1997. Suele ser un lugar común atribuir a Näir la paternidad del término. Esto es así solo a medias, porque lo cierto es que el término codesarrollo era ya de uso corriente bastantes años antes de que lo propusiera Näir, ya desde la década de los 80, sobre todo en Francia.

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De hecho, el término codesarrollo ni siquiera comenzó refiriéndose específicamente a la gestión migratoria, sino más exactamente, al terreno de la cooperación al desarrollo. Seguramente la primera vez que se utilizó fue en el Seminario Internacional celebrado en Lovaina en 1985, cuyo título era exactamente ese: “Los fundamentos del codesarrollo”. En el Seminario se constata que tanto los esfuerzos de desarrollo el Sur, como las mismas políticas de cooperación al desarrollo estaban constituyendo un estrepitoso fracaso: la brecha Sur/Norte estaba agigantándose, en

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lugar de reducirse. El Seminario interpreta que una de las razones de este fracaso debía atribuirse a la unilateralidad con que se venían definiendo y gestionando las políticas de cooperación. En consecuencia, el Seminario apela a un mayor reparto de responsabilidades, a una mayor corresponsabilidad. Y es precisamente a esta asunción de responsabilidades compartidas a lo que se denominó “codesarrollo”. De hecho, el Seminario no se centra específicamente es el terreno de las migraciones. Se aplica fundamentalmente a la corresponsabilidad en las políticas de cooperación al desarrollo. Diez años después, en 1995, el gobierno francés, bajo la dirección del ministerio de Asuntos Sociales, lanza el Programa Desarrollo y Migraciones. A pesar de su atractivo nombre, no fue sino uno más de los programas de retorno de inmigrantes que Francia (y no solo Francia) venían poniendo en marcha ya desde finales de los ´70. Si en el Seminario de Lovaina el término “codesarrollo” se refiere a la corresponsabilidad en materia de cooperación y ni siquiera se mencionan las migraciones, lo contrario ocurre en el programa Desarrollo y Migraciones de 1995. En él no se utiliza expresamente el término “codesarrollo”, pero se diseñan un conjunto de iniciativas orientadas a dar un nuevo giro a la gestión de los flujos migratorios: incentivar los retornos de los inmigrantes asentados en Francia, hacia sus países de origen. Con mención expresa del nombre, o sin ella, la gestación embrionaria del codesarrollo se inició asociándola a las iniciativas de retorno de los inmigrantes, una asociación que ha lastrado y enturbiado su evolución futura. Es preciso tener muy en cuenta el contexto socioeconómico en que se encontraba la Francia de aquellos años, no muy distinto, por otra parte, del de la mayoría de las economías desarrolladas. Por un lado, una crisis económica internacional, que se arrastra desde mediados de los 70, y que se traducía en tasas de paro por encima del 12% y, por otro, un incremento muy significativo de la inmigración en Francia, sobre todo de la procedente del continente africano. Resultado: una opinión pública muy sensibilizada con el aumento de la inmigración (que pasa a percibir como un “problema indeseable”) y un preocupante aumento de los partidos políticos xenófobos: son los años del Frente Nacional de Le Pen, entre otros. La respuesta del gobierno francés fue el endurecimiento de las políticas migratorias haciéndolas cada vez más restrictivas. En particular las tristemente célebres Leyes Pasqua (1993), también conocidas como leyes “inmigración-cero”. La Asamblea Francesa aprobó con inusual entusiasmo (488 votos, frente a 88) unas leyes migratorias que no solo consagraban la idea de la Europa fortaleza, sino que, además, trataban de incentivar el retorno de los inmigrantes ya instalados. “Francia ya no puede ser una tierra de inmigración”, dictaminó Pascua. En consecuencia, era necesario no solo cerrar fronteras a nuevos inmigrantes, sino también lograr que los ya asentados retornaran a sus países de origen. Es en este contexto en el que el gobierno francés pone en marcha el citado programa “Desarrollo y Migraciones”, de 1995. Se trataba, según expresión literal, “acompañar a los inmigrantes que retornan a su país” y “permitir que la población que se encontraba allí (en sus países de origen) pudieran estabilizarse”. Son, por tanto, simples programas de retorno. Si se les ha llegado a considerar como un precedente del codesarrollo es porque, si bien se trataba de programas de ayuda individual de los inmigrantes que retornaran, se suscribieron convenios con los países de origen. Básicamente, con tres países: Senegal, Mali y Marruecos. Constituyeron un sonoro fracaso: apenas se suscribieron y se financiaron unos 60 convenios individuales de retorno a sus países a lo largo de los varios años de vigencia del programa. Y es en este contexto económico, político y social en el que nace la idea del codesarrollo, en el sentido propio de la palabra. Dos años después de los citados programas de retorno del 95, cooperación internacional ONG juventud solidaria


en 1997, el gobierno francés nombra a Sami Näir Secretario Interministerial de Codesarrollo y Migraciones Internacionales, cargo que ocupará entre 1997 y 1999. En razón del cargo, elabora el famoso: “Informe de balance y orientación sobre la política de codesarrollo en relación con los flujos migratorios”. Este Informe puede considerarse como el manifiesto fundacional del codesarrollo. Su impacto fue seminal y, para comprenderlo cabalmente, es importante situarlo en el contexto que acabamos de señalar. Es verdad que, en el Informe de Balance, Näir advierte que “la política de codesarrollo no tiene como objetivo favorecer el `regreso´ de los inmigrantes a sus países de origen si ellos no lo quieren así”. Sin embargo, también deja meridianamente claro que el objetivo de la política de flujos migratorios no debe ser “el de favorecer su instalación definitiva en Francia, sino su vuelta al país de origen”. Ya en ese Informe del 97 Näir deja sentadas algunas de las ideas que continúan aún hoy formando parte del núcleo de lo que entendemos por “codesarrollo”: la idea central de que unas migraciones bien ordenadas pueden ser un importante factor de desarrollo; la idea, no menos central, de que ese desarrollo puede ser “compartido”; de que existen “intereses comunes y compartidos” por ambos polos migratorios; o la idea, tan repetida en la teoría como ignorada en la práctica, de que los verdaderos agentes, los protagonistas principales de cualquier programa de codesarrollo, deben ser los propios inmigrantes. Näir los denominó: “vectores del codesarrollo”. Todo esto es cierto, pero también lo es que cuando Näir propone sustituir las políticas de cupos (pensadas para cubrir las necesidades de los mercados de trabajo de destino), por unas políticas de contingentes (pensadas para formar técnica y profesionalmente a inmigrantes), lo hace claramente “con vistas a un regreso programado a su país de origen”. Por eso se entiende que el estatuto de los inmigrantes que se acojan a los contingentes debe ser “temporal y claramente enfocado a su regreso”. Si tenemos en cuenta tanto el contexto político en el que nace la idea del codesarrollo, como las propias afirmaciones de Näir en su manifiesto fundacional, se entiende fácilmente que la propuesta de codesarrollo fuera recibida con buenas dosis de escepticismo. No faltaron quienes creyeron ver que, detrás de la retórica institucional del codesarrollo, apenas se escondía otra cosa que un esfuerzo más, el último, por fomentar los retornos. Solo que esta vez, arropando la vieja idea con una nueva retórica. No creo que esta interpretación haga, en absoluto, justicia a las verdaderas intenciones de Näir, tal como, por otro lado, él mismo se ha encargado de aclarar con posterioridad. Pero otra cosa bien distinta es la utilización no siempre clara y muchas veces espuria que la jerga institucional y las prácticas políticas han venido haciendo de la idea del codesarrollo.

4. CODESARROLLO EN LA UE Y EN ESPAÑA

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obre todo, a partir de la Cumbre Europea de Tampere de 1999, en la que el codesarrollo se incorpora definitivamente y de forma explícita al acervo comunitario. A partir de Tampere, el codesarrollo pasará a convertirse de forma creciente en un elemento medular y en uno de los principios que debieran inspirar (al menos en teoría) la gestión europea en materia de inmigración. Tampere propone un “nuevo enfoque global” al fenómeno de las migraciones que atienda a las causas que las provocan. Y es en este contexto en el que se incorpora, por primera vez en el acervo comunitario, el concepto de “codesarrollo”, asociándolo a los de “cooperación” y “corresponsabilidad” con los países de origen emigratorio. cooperación internacional ONG juventud solidaria

La Cumbre de Tampere, así como la de la Haya de 2004, marcan un hito histórico en el cambio de percepción de las migraciones internacionales. Como lo marca también el aluvión de declaraciones institucionales y documentos comunitarios que se producen en 2005. Ese año, el Consejo Europeo de Bruselas (2005), siguiendo las líneas marcadas en Tampere y en la Haya, asume de nuevo el denominado “enfoque global de las migraciones”, centrado en dos ejes: la cooperación entre los Estados miembros (de la UE) y el partenariado con países terceros de origen y tránsito, apoyando los esfuerzos de desarrollo de los países de origen. También en 2005, la Comisión Europea elabora una Comunicación bajo el significativo nombre de “El nexo entre Migración y Desarrollo”, probablemente el primer documento comunitario sobre la materia digno del nombre que lo encabeza. Y también en 2005, el Parlamento Europeo aprueba un: “Informe sobre el planteamiento de la UE sobre la gestión de la inmigración económica”, en el que se cita expresamente el codesarrollo. En su Apartado Q expresa el convencimiento de que (cito textualmente) “la cooperación de la UE y sus Estado miembros con los países de origen reviste una gran importancia y debe venir acompañada de una verdadera política de codesarrollo”. Todos estos hitos institucionales, y otros más que podríamos mencionar, han incorporado a la agenda de la más inmediata actualidad la cuestión del codesarrollo como propuesta de nuevo cuño para la gestión migratoria. España se ha sumado con algún retraso, pero como suele ser usual entre nosotros, con un entusiasmo creciente. Hasta tal punto es así, que bien podríamos decir que España es hoy uno de los países de la Unión más activamente comprometido con la idea del codesarrollo. La primera referencia al codesarrollo en un texto legislativo la encontramos ya en la Ley 8/2000, por la que se reforma la 4/2000, sobre derechos y libertades de extranjeros en España. En la exposición de motivos, se cita el codesarrollo, pero se queda solo en eso, sin más desarrollo ni precisión: una mera mención de la palabra. No mucho más que lo que ocurrió en el Plan GRECO, de 2000, en cuyo Punto 1.4 se cita también el codesarrollo. Porque es justo reconocer que si bien es la primera vez que el codesarrollo se contempla en un Plan General de Regulación Migratoria en España, también lo es que apenas pasó de ser una simple declaración de intenciones, vacía no solo de cualquier contenido, sino ni siquiera de presupuesto para su aplicación. Hay que esperar a 2004 para que, a instancias del grupo parlamentario Convergencia i Unió, el Congreso de los Diputados apruebe una Proposición no de Ley en la que se propone: “la creación de un nuevo instrumento de la cooperación: el codesarrollo”. Pero es con el Plan Director de Cooperación Española (2005/2008) cuando se producen un giro radical porque, por primera vez, se incluye el codesarrollo en las políticas globales de la cooperación española. Es verdad que la progresiva incorporación política e institucional del codesarrollo en las agendas de inmigración y cooperación en España, se está caracterizando por un alto grado de indefinición y de desorientación respecto a lo que debe entenderse por codesarrollo en términos operativos. No debemos extrañarnos por eso: el concepto de “codesarrollo” no se caracteriza solo por su novedad. También porque, en sí mismo, es un término de difícil delimitación conceptual, polisémico, con niveles de significación muy diferentes y jerarquizados. No es fácil incorporar un concepto así en los planes de actuación política. No voy a entrar aquí en la cuota parte de responsabilidad que tienen (que tenemos) los distintos agentes implicados en esta desorientación. Los académicos, desde luego, pero también las administraciones, las asociaciones, las ONGD, etc. Unos y otros, todos, caminamos entre la intuición de que estamos ante una buena idea que merece ser explorada, y el desconcierto por la dilución de las fronteras de su significado y, por qué no decirlo, no pocas veces por su instrumentalización interesada. En este sentido, hay que saludar el “Documento de Consenso cooperación internacional ONG juventud solidaria


sobre Codesarrollo”, que vió la luz en 2005, elaborado por el Grupo de Trabajo sobre Codesarrollo, creado bajo la iniciativa del Consejo de Cooperación al Desarrollo. Un primer paso al que deberán seguir nuevos esfuerzos de delimitación conceptual y de precisión operativa y técnica. Por su parte, el Ministerio de Trabajo contempla también el codesarrollo en el Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración 2006-2009, en cuyo Punto 8 habla de cómo Fomentar políticas y experiencias de codesarrollo con los países de los que provienen las personas inmigradas. En fin, que paulatinamente, con luces y sombras, la idea del codesarrollo va incorporándose al acervo de los valores institucionalmente asumidos, especialmente en la UE y muy específicamente en España. Va llegando, por tanto, el momento de hacer balance. Quiero empezar poniendo sobre la mesa algunos de los riesgos que parecen ir asociándose a la idea del codesarrollo, pero no solo al codesarrollo sino también a la forma en que viene siendo entendido el vínculo entre migraciones y desarrollo, al menos en el contexto de la producción institucional comunitaria. Desde el punto de vista de las instituciones comunitarias, codesarrollo ha venido a significar cooperación con los países de origen migratorio y corresponsabilidad en la gestión de los flujos. No estaría mal si se entendiera correctamente. Pero ¿qué han venido a significar en la práctica cooperación y corresponsabilidad? Corresponsabilidad ¿para qué? Cooperación vinculada a corresponsabilidad en la gestión migratoria es una idea apropiada. Pero como toda buena idea, susceptible de instrumentalización y manipulación. Me pregunto si la mencionada corresponsabilidad en la gestión de los flujos no se reduce en la práctica a arrancar compromisos a los países de origen para que impermeabilicen sus fronteras, las cierren a su propia emigración incontrolada y se comprometan a la readmisión de irregulares. Si no estaremos asistiendo, en la práctica, a un sutil juego de chantajes en los que el volumen de la Ayuda, las promesas de acuerdos comerciales preferenciales o de líneas de crédito más o menos blandas actúan como moneda de cambio para lograr que sean los propios países de origen los que asuman la responsabilidad de controlar sus propias fronteras. ¿No hay algo de eso en lo que está ocurriendo en nuestros días con la actual política de externalización del control de fronteras? No seguiré por aquí. Me interesa más centrarme en otro aspecto: aquel que presupone que la cooperación al desarrollo es el camino más corto para “estabilizar la población en su territorio de origen” y, en consecuencia, frenar o al menos desactivar la presión migratoria. De hecho, la idea aparece recogida ya en el Informe de Balance de Näir, al que antes nos referíamos. Näir dice expresamente que el verdadero objetivo último del codesarrollo es “convertir a la inmigración en un factor de desarrollo ya que eso significaría la estabilización de los flujos migratorios en el país de origen”. Desde entonces, cooperar al desarrollo para frenar las migraciones parece haberse convertido en el sustrato ideológico del discurso político dominante, tal como lo asumen multitud de documentos comunitarios después de Tampere.

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La pregunta que me formulo es si este modo de entender el vínculo (cooperación al desarrollo para frenar las migraciones) es consistente. Reconozco que es esta una cuestión sujeta a polémica, pero mi posición es que este modo de ver las cosas es no solo éticamente inaceptable sino, además científicamente inconsistente. Éticamente inaceptable porque el desarrollo de los pueblos es un valor por sí mismo, un fin en sí mismo y no puede ser una simple estrategia para lograr que dejen de molestarnos a nosotros enviándonos sus emigrantes. Pero es que, además, es científicamente inconsistente. Está sobradamente demostrado, tanto por la experiencia histórica como por el análisis estructural de los ciclos migratorios, que el desarrollo, en sus primeras etapas, no solo no frena la emigración, sino que la incentiva y que solo a largo plazo el desarrollo frenará la emigración. En consecuencia, debemos ser muy conscientes

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de que cooperar al desarrollo de los países de origen migratorio solo frenará la emigración en el largo plazo, no a corto, ni a medio plazo. La verdadera naturaleza del vínculo entre migraciones y desarrollo, al menos tal como creo que debiera ser entendida, no es cooperar al desarrollo para frenar las migraciones, sino gestionar adecuadamente las migraciones, para cooperar al desarrollo de los pueblos.

5. LOS “INTERESES” DESDE LOS PAÍSES DE ACOGIDA. APUNTES SOBRE EL CASO ESPAÑOL

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echa esta precisión, entro ahora en la pregunta crucial al hablar de codesarrollo: la de si las migraciones pueden llegar a ser, efectivamente, una oportunidad para el desarrollo compartido. No obstante, quiero hacer previamente una observación que me parece de la máxima importancia. Afirmar que el codesarrollo implica la consecución de intereses compartidos no significa en modo alguno afirmar que todos los intereses, los de los países de origen y los de destino, interesen del mismo modo. Por supuesto que no. Esa idea según la cual el codesarrollo debe beneficiar por igual a ambos polos migratorios, la idea de que se trata de una cooperación entre iguales, es uno de los mayores absurdos (si se me permite decirlo así) que circulan a propósito de esto. El codesarrollo se basa en que existen intereses comunes y compartidos que merecen ser explorados, pero no en absoluto en que ambos intereses se sitúen en el mismo plano, ni interesen del mismo modo. Es más que obvio que el desarrollo de los países en desarrollo, que son los países de origen migratorio, debe ser, tanto por razones éticas, como por razones políticas e incluso de pura sostenibilidad de la economía global, el objetivo primero: el interés prioritario. Pero la cuestión es que, tal como se vienen definiendo en la actualidad las políticas migratorias, los intereses prioritarios son justamente los opuestos: los de los mercados de trabajo de las economías de acogida. Y sin embargo, tal como se insistió al comienzo, la propuesta del codesarrollo no debe pasar por bascular al extremo opuesto de lo que ocurre hoy. No trata de defender únicamente los intereses de los países de origen, ni solo los de los países de destino. Una adecuada gestión migratoria, puede y debe ponerse al servicio prioritario de la cooperación al desarrollo de los países de origen, desde luego que sí, pero eso no significa ignorar los intereses también legítimos de los países de destino. Ya lo hemos dicho, en un terreno tan sensible y que pone en juego intereses tan formidables, asumir posturas maximalistas es el camino más corto para condenar al fracaso una buena idea. Por el contrario, es en la gestión eficaz, modulada y realista, aunque también priorizada, de esos espacios de interés compartido donde radica la razón de ser del codesarrollo. Dicho esto, ¿cuáles pueden ser en la práctica los “intereses” de los países de acogida? De eso sabemos bastante. No mucho, pero bastante, porque se ha investigado más. Por ejemplo, si nos referimos a España. Sin dejarnos llevar por un exceso de entusiasmo, creo que bien podemos decir que han sido dos los hechos que, en nuestra historia reciente, han contribuido en mayor medida a transformar en profundidad no sólo nuestra estructura social, sino también económica. Uno de ellos fue el ingreso de España en la UE, que multiplicó la llegada masiva de Inversión Extranjera Directa y acabó de situar a nuestro país en el escenario de las economías centrales. El otro ha sido precisamente la inmigración. cooperación internacional ONG juventud solidaria


Entre 1996 y 2006 el número total de residentes extranjeros en nuestro país ha pasado de 542.314 a 4.144.166. Pues bien, a pesar de este formidable shock inmigratorio, uno de los más altos del mundo en términos relativos, el número de empleos creció en España en casi 7 millones (6.937.400). De ellos, el 65% ha sido empleo nacional y el resto, el 35%, empleo extranjero. Por su parte, la tasa de paro total cayó del 22,83%, al 8,30%. No parece, por tanto, que un shock inmigratorio tan formidable, haya tenido efectos negativos para los españoles, al menos en términos de empleo. La pregunta es si esos casi 7 millones de nuevos puesto de trabajo creados se han creado gracias a, o a pesar de la inmigración. Y la respuesta es que no sólo, pero sí significativamente, ese crecimiento del empleo se lo debemos a la contribución económica de la inmigración en el crecimiento de la renta nacional. Para no remontarnos demasiado atrás, será suficiente con referirnos al Informe que publicó en 2006 la Oficina Económica de Presidencia. Según este Informe, más de la mitad de la tasa de crecimiento de nuestra economía (de nuestro PIB) entre 2001 y 2005, y un 25% de la tasa media anual de crecimiento de nuestra renta per cápita, debe ser atribuida a la inmigración. Y si nos referimos al conjunto de la UE-15, el Informe elaborado por Caixa Catalunya (2006), ha estimado que la contribución de los inmigrantes al crecimiento de la renta per cápita en el conjunto de la UE-15 entre 1995 y 2005 ha sido del 2,02% de tasa media anual. Por lo que se refiere a la Comunidad de Madrid, un reciente estudio realizado por la propia Comunidad estima que la aportación de los inmigrantes a la economía madrileña en los últimos años equivale nada menos que al 10% de nuestro PIB. Podríamos seguir acumulando datos, entre los que la aportación demográfica y la contribución al sostenimiento de nuestro sistema de bienestar ocuparían un lugar preminente. Pero no parece necesario mucho más datos para dejar bien sentado cuales pueden ser los “intereses” mirados desde la óptica de los países de acogida, al menos en el caso español y en el comunitario.

6. LOS “INTERESES” DESDE LOS PAÍSES DE ORIGEN: EMIGRACIÓN Y DESARROLLO

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ero cuáles pueden ser los intereses de los países de origen? Si los nuestros son que la inmigración contribuya a nuestra prosperidad y al mantenimiento de nuestro sistema de bienestar, los suyos solo pueden ser, por definición, que la emigración contribuya al logro de su desarrollo económico y de su modernización social.

Volvamos ahora a las Conclusiones del Diálogo de Algo Nivel sobre “Migración internacional y desarrollo”, celebrado en Naciones Unidas en septiembre de 2006, al que nos referíamos al comienzo. En él se recuerda que para que las migraciones actúen como una “fuerza positiva para el desarrollo” es esencial que se activen las “políticas apropiadas”. Este reconocimiento de la naturaleza esencialmente política del vínculo entre Emigración y Desarrollo resulta crucial. La razón es que las migraciones son oportunidades de desarrollo solo en términos potenciales. Pueden favorecer el desarrollo de los países de origen, pero no necesariamente tienen que hacerlo. De hecho, pueden llegar a ser exactamente todo lo contrario: un verdadero lastre para el desarrollo. Es falso presuponer, como tantas veces se hace, que la emigración resulta siempre beneficiosa para los países de origen emigratorio. Dejadas a sí mismas, desgobernadas, las migraciones pueden llegar a ser justo lo contrario. Pueden jugar un papel de primer orden en los procesos de desarrollo económico y social de los pueblos, o pueden contribuir decisivamente a retrasarlos. cooperación internacional ONG juventud solidaria

Existe abundante evidencia empírica en ambos sentidos. La emigración puede tener efectos positivos para el desarrollo porque contribuya eficazmente a aliviar las tasas de paro nacional, sobre todo en economías con fuerte crecimiento demográfico en las cohortes de población potencialmente activas y con aparatos productivos incapaces de absorber esos excedentes de trabajo. Por su parte, las remesas financieras que envían los emigrantes pueden llegar a convertirse (y de hecho se están convirtiendo para muchos países) en una fuente adicional de financiación del desarrollo, de importancia estratégica. Esto es verdad. Pero es muy poco realista olvidarse de que la emigración puede tener también efectos negativos para el desarrollo. Por ejemplo: en la medida que la emigración implica el abandono de antiguas tierras de cultivo, puede provocar de hecho una caída de ingreso en las áreas locales afectadas. Dado que la mayoría de los emigrantes suelen ser jóvenes activos, su marcha puede contribuir a acelerar los procesos de envejecimiento, puede restar dinamismo a las economías locales y puede contribuir a agravar el retraso de las economías rurales respecto a las urbanas. Se han enfatizado también los efectos negativos que puede tener la fuga de cerebros y se ha alertado sobre el hecho de que la llegada masiva de remesas puede llegar a provocar una dependencia estructural de flujos de capital externo lo que, especialmente en algunos países entre los más pobres, podría estar comprometiendo la consolidación de un desarrollo endógeno, sostenido y estable. Todos estos efectos perversos asociados a las migraciones, y otros muchos más que podríamos señalar, están bien documentados por la investigación empírica y parece poco responsable olvidarse de ello. ¿De qué depende, entonces, que la emigración actúe en un sentido o en otro? La respuesta es que se trata de una cuestión esencialmente política y que depende de la voluntad de los gestores públicos de articular políticas encaminadas a implementar sus beneficios potenciales. De ahí la importancia primordial de que se reconozca la necesidad de un buen gobierno migratorio, no solo desde los países de destino, también desde los propios países de emigración. Son muchas las vías a través de las cuales la emigración puede llegar a tener un impacto en el desarrollo de los países de origen. Destacamos fundamentalmente tres: la economía migratoria (de la que las remesas financieras son su principal exponente, pero no el único); las denominadas “remesas sociales” y la circulación de capital humano. Hablemos algo acerca de las remesas que los emigrantes envían a sus países de origen. Sabemos que un desarrollo endógeno sostenido debe basarse en el ahorro y la inversión nacionales y que ninguna economía nacional puede depender únicamente de la aportación de capital externo. Pero el problema es que estamos hablando precisamente de países “en desarrollo”, es decir de países que, por definición, cuentan con muy escasa capacidad de generar ahorro interno en volumen suficiente como para financiar una inversión que haga posible su take-off. ¿De donde pueden, entonces, provenir esas fuentes de financiación externas? Por definición, solo pueden provenir de la Ayuda Oficial al Desarrollo, de la Inversión Extranjera Directa, del recurso a los mercados internacionales de crédito, público o privado, o del superávit de su comercio exterior. Hasta donde puede preverse, no parece que el comercio exterior vaya a representar una esperanza tangible y realista para la financiación del desarrollo, al menos para la mayoría de los países menos adelantados. La actual Ronda de Doha, que se abrió en 2001 con el compromiso solemne de poner las reglas del comercio al servicio del desarrollo, sigue sin cumplir en absoluto sus objetivos y Doha no ha podido cerrarse, ni existen perspectivas realistas de que pueda hacerlo en breve. Fracasó Cancún, fracasó Hong-Kong… y acaban de fracasar solo hace algunas semanas la enésima ronda de negociaciones para reducir los subsidios y los aranceles que los países desarrollados imponen el comercio agrícola, uno de los mayores escándalos, si no el mayor, de las ya de por sí escandalosamente injustas reglas del comercio mundial. cooperación internacional ONG juventud solidaria


Pascal Lamy, Director General de la OMC, lo reconoció tras el fracaso: “no voy a ocultar que hemos fracasado. El acuerdo se nos escapó de los dedos. ¡Estuvimos muy cerca de lograrlo! El acuerdo hubiera ahorrado 130.000 millones de dólares en aranceles”. “¡Se nos escapó de los dedos!”: pues es una pena, porque hubiera contribuido mucho a reducir la pobreza de millones de campesinos en el Tercer Mundo y nos hubiéramos ahorrado millones de emigrantes forzados. Y mientras tanto, la UE podrá seguir destinando en torno al 40% del presupuesto comunitario a subvencionar la Política Agrícola Común, y otro tanto seguirán haciendo EE.UU. y el resto de los países desarrollados. Se nos escapó de los dedos, efectivamente, la posibilidad de brindar una oportunidad a los países en desarrollo de acceder a los mercados agrícolas de los países ricos en términos de equidad y, de paso, vislumbrar una esperanza para financiar su desarrollo. Y lo peor es que las esperanzas de alcanzar, efectivamente, un acuerdo que constituya una esperanza para los países en desarrollo es tan escasa que podemos pronosticar que, una vez más, fracasará el compromiso de cerrar la Ronda en diciembre de 2008. Tampoco la Ayuda Oficial al Desarrollo parece que vaya a ser suficiente. Baste con decir que, medido en términos de esfuerzo (es decir, en relación al PIB de los países donantes) la Ayuda ha venido cayendo durante los últimos quince años. En 1990 se alcanzó el pico máximo del 0.33% del PIB, y ha habido que esperar hasta 2005 para que volviera a alcanzar ese mismo 0,33%. Pero en 2006 volvió a caer al 0,31% y en 2007 ha vuelto a caer de nuevo. En términos de esfuerzo, que es como hay que medir el alcance del compromiso, ¡hemos retrocedido respecto a 1990! Estamos muy lejos del famoso compromiso del 0,7 y volumen de la Ayuda resulta insuficiente ni siquiera para el logro de los Objetivos del Milenio, que son solo objetivos de mínimos. Otro tanto podríamos decir de la Inversión Extranjera Directa. No es posible detenerse en exceso, pero bastará con decir que apenas el 30% del total de flujos de IED circula hacia el conjunto de los países en desarrollo. Y que el grupo de países menos adelantados entre los países en desarrollo recibe solo en torno al 1% del total mundial. El resto son flujos entre los propios países desarrollados. Por supuesto que existe otra fuente de financiación del desarrollo: es el recurso al crédito exterior, ya sea público o privado. Pero dejando al margen las dificultades crecientes que encontrarán los países en desarrollo a este tipo de financiación en el actual contexto de crisis financiera global, la historia nos ha dejado lecciones bastante contundentes de los efectos perversos a los que puede conducir una mala gestión en este terreno: puede contribuir agravar aún más una deuda externa cuyo stock, para el conjunto de los países en desarrollo, ya representa el 20% de su PNB y que, para alguno de los países más pobres y más endeudados, llega a alcanzar el 70% de su PNB. Es precisamente en el marco de este escenario tan poco esperanzador, donde las remesas pueden llegar a representar un atisbo de esperanza cierta, realista y tangible para muchos países en desarrollo. Especialmente en los últimos años, las remesas se están consolidando como un flujo de capital externo creciente, no solo en términos absolutos, sino también en relación al crecimiento de la población migrante. Entre 1990 y 2006 el número de migrantes internacionales ha sufrido una variación del 29,9% mientras que el volumen de remesas enviadas hacia el conjunto de los países en desarrollo ha crecido ¡un 560,2%! En los últimos años, la tasa de crecimiento del flujo de remesas está siendo especialmente elevada. En el quinquenio 1995 y 2000, el volumen total de remesas hacia los países en desarrollo pasó de 57.800 millones de dólares a 85.600, lo que supuso una variación del 48,1%. En el quinquenio siguiente, entre 2000 y 2005, se pasó de 85.600 millones de dólares a 166.900, lo que representó una variación del 95%, el doble que en el quinquenio anterior. Y solo en 2006 (en un solo año), el volumen de remesas hacia los países en desarrollo ha crecido un 23,4% hasta llegar a situarse cooperación internacional ONG juventud solidaria

en 206.000 millones de dólares. Eso significa que, de mantenerse este ritmo, en el presente quinquenio su crecimiento sería nada menos que del 117%. Pero las remesas no son importantes solo por su volumen, sino también porque se trata de un flujo de capital estable (Ratha, 2003), todo lo contrario de lo que ocurre con la Ayuda Oficial al Desarrollo o con la Inversión Extranjera Directa, tan sensibles a las oscilaciones del ciclo económico (lo que, dicho sea de paso, presagia de nuevo malos tiempos para la Ayuda: algunas estimaciones ya evalúan que la caída en los próximos años llegará a ser de hasta el 30% en términos globales). Mientras que la Ayuda o la Inversión Extranjera se comportan de forma cíclica, las remesas han venido comportándose de forma estable, e incluso contracíclica. Esta estabilidad incorpora a las remesas un valor añadido porque las convierte en un aporte financiero confiable y predecible, por parte de los países que las reciben. Pero la verdadera importancia de las remesas se entiende mejor si lo comparamos con otros flujos de capital externo. En términos comparados las remesas representan el segundo flujo de capital externo hacia el conjunto de los países en desarrollo, muy por delante de la Ayuda Oficial al Desarrollo y solo ligeramente por detrás de la Inversión Extranjera Directa. De hecho, en 1997 por cada dólar que los países en desarrollo recibían en concepto de Ayuda, recibían 1,5 dólares en remesas. En 2006 la distancia ha aumentado y por cada dólar que reciben en Ayuda, reciben 2 en remesas. Para numerosos países las remesas representan no solo el primer flujo de capital externo, sino que su volumen llega a ser incluso superior a la suma de Inversión Extranjera más Ayuda Oficial al Desarrollo. En 2006 Marruecos recibió 2,86 dólares en remesas por cada dólar recibido por la suma de Inversión Extranjera más Ayuda al Desarrollo. Para países como la India la relación fue de 3,62 o para El Salvador de 3,76. Y todo esto, contabilizando únicamente las remesas de intermediación oficial, es decir, las que ya sea a través de transferencias bancarias o a través de remesadoras, son contabilizadas por los respectivos Bancos Centrales. Si tuviéramos en cuenta también las que se envían por canales informales, probablemente las remesas estarían muy cerca de llegar a ser el primer flujo de capital externo hacia el conjunto de los países en desarrollo. ¡Parece que, puestos a evaluar los esfuerzos realizados para financiar el desarrollo, son los propios países implicados los que, a través de sus emigrantes, realizan los mayores esfuerzos! No obstante, aún estamos lejos de comprender el verdadero significado de las remesas financieras en el desarrollo económico de los países que las reciben. Existe evidencia empírica sobre la correlación positiva entre remesas y reducción de los niveles de pobreza severa, pero también entre remesas y aumento de las desigualdades internas dentro del país (como parece lógico, entre familias y regiones que reciben remesas y las que no). Otra cosa es el verdadero alcance del impacto que deba imputarse a las remesas en el desarrollo del país que las recibe, en su conjunto, y los mecanismos a través de los cuales realmente actúa dicho impacto. Es verdad que en los últimos años proliferan los estudios que encuentran una correlación positiva entre remesas y desarrollo. Aunque con umbrales muy diferentes en función de los países y de los contextos (rural o urbano), los efectos multiplicadores de las remesas en el conjunto de la economía nacional están bien documentados para algunos países y regiones. Por ejemplo, en el caso de México, investigaciones como las de Durand et al. (1996) o antes, las de Adelman y Taylor (1990) o las de Durand y Massey (1992), han detectado efectos multiplicadores de cada dólar recibido vía remesas de entre 2,6 y hasta 4, en función de las regiones mejicanas en las que se recibe el migradolar. Otras investigaciones, sin embargo, no han logrado encontrar una correlación positiva entre ambas variables para el conjunto de los países en desarrollo, a largo plazo. cooperación internacional ONG juventud solidaria


El entusiasmo con que se está saludando el incremento de las remesas para el desarrollo no puede hacernos olvidar que sigue siendo cierto que, por sí solas, las remesas ni son un atajo hacia el desarrollo, ni dejan de tener sus riesgos. La llegada de remesas puede desincentivar el trabajo de los jóvenes activos y puede estimular aún más la emigración, no solo por el efecto demostración, sino también porque pueden convertirse en una fuente de financiación para nuevas emigraciones. O pueden acabar teniendo efectos negativos en la balanza comercial, al aumentar el consumo conspicuo de bienes de lujo importados y elevar las tasas de inflación. Y sigue siendo cierto (porque está documentado) que muchas economías pueden acabar haciéndose estructuralmente dependientes de estos flujos externos de capital, Solo un dato: en 2001, eran 12 países en el mundo para los cuales las remesas equivalían más del 10% de su PIB; en 2004 eran ya 20 países, y el número sigue creciendo. Esto revela la importancia estratégica de las remesas en la financiación del desarrollo, desde luego. Pero también reflejan un alto grado de dependencia de las remesas y, en consecuencia, un elevado nivel de riesgo. En definitiva, sigue siendo cierto que, potencialmente, en circunstancias determinadas y en ausencia de políticas adecuadas, las remesas pueden impedir o retrasar un crecimiento endógeno sostenido y estable. Es irresponsable cerrar los ojos a todo esto y presuponer que las remesas, por sí mismas (y por sí solas), llegarán a convertirse en la solución a los problemas de financiación del desarrollo y contribuirán necesariamente al desarrollo de los países de origen migratorio. También en este terreno (y quizá especialmente en este terreno), el signo del impacto de las remesas en el desarrollo dependerá de forma determinante de las políticas que se activen para ponerlas en valor. No es posible entrar ahora en lo que significaría, en el terreno de las remesas, las “buenas políticas”. Pero sí parece necesario recordar algunas cosas. Por ejemplo, que el incremento de las remesas no puede ser utilizado, en modo alguno, como una justificación para sustituir otras fuentes de financiación, tales como la Ayuda Oficial al Desarrollo, ni para frenar las iniciativas de alivio de la Deuda.

A diferencia de lo que ha ocurrido en las últimas décadas en continentes como América Latina, el dinamismo y la apertura comercial del Sudeste Asiático ha resultado clave para explicar su éxito económico. Y todos sabemos que, en ese dinamismo, sus emigrantes están jugado un papel estratégico. Todo esto no se produce automáticamente ni ocurre de forma inevitable: hacen falta buenas políticas que lo estimulen y lo incentiven.

7. CODESARROLLO, POLÍTICAS DE RETORNO Y CIRCULACIÓN DE INTELIGENCIA VIVA

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omo vimos más arriba, el contexto socioeconómico en el que nació la idea del codesarrollo, acabó por asociarla con las iniciativas políticas de retorno de inmigrantes. Desafortunadamente, fue una manera de mutilar y deformar una idea potencialmente valiosa. Desde entonces ha venido manteniéndose una cierta estigmatización frente a cualquier tipo de iniciativas políticas de incentivación de los retornos. Merece la pena revisar todo esto, porque se trata de un terreno de especial relevancia para el desarrollo de los países de origen y sobre el que aún existe demasiada confusión y se mantienen demasiadas actitudes tópicas. ¿Qué tiene de malo incentivar los retornos? A veces se responde: “¡nada de malo, si son voluntarios!”. ¡Claro, es que si son voluntarios no solo no son un problema, son un derecho. Y si son obligatorios, entonces no son retorno, sino expulsión! Y eso, aunque la jerga institucional retuerza el significado obvio de las palabras y denomine “Directiva de Retorno” a lo que, en realidad, debiera denominarse “retención”, “devolución” o “expulsión”.

A diferencia de la Ayuda Oficial al Desarrollo, que son flujos de capital público, las remesas son flujos de capital privado. Eso significa que, por definición, se destinan a subvenir las necesidades y usos privados que deciden libremente las familias que las reciben. Sin embargo, hace falta capital público para financiar inversiones en infraestructuras, en sanidad, en educación, etc. Hace falta capital público para la provisión de bienes públicos, cuyo uso es indivisible y cuya rentabilidad es estratégica, pero solo a largo plazo. Eso sin contar con que algunos de los países más pobres del planeta dependen, casi exclusivamente, de la Ayuda al Desarrollo muy por encima de las remesas que reciben. En 2002, países como Etiopía recibían 1.300 millones de dólares Ayuda, frente a los apenas 33 millones en remesas. Tanzania recibía 1.200 millones de dólares en Ayuda, frente a los 7 millones en remesas. Para este tipo de países, la Ayuda Oficial al Desarrollo sigue siendo, hoy por hoy, tan irrenunciable como insuficiente.

Bien al contrario de las intenciones que se esconden tras este tipo de iniciativas políticas, estimular los retornos de trabajadores inmigrantes, especialmente de trabajadores altamente cualificados, puede representar una aportación estratégica al desarrollo de los países de origen. Sabemos que este es el caso de lo que está ocurriendo de hecho en numerosos países asiáticos como China, India, Corea del Sur, Filipinas, Pakistán etc. Dada la asombrosa capacidad que están demostrando estos países en la producción de capital humano, especialmente en el terreno de las nuevas tecnologías de la información, el hecho de que un porcentaje de sus titulados emigre hacia países en los que puede completar su formación y alcanzar niveles de excelencia y luego retorne, no solo no está representando ningún problema para el desarrollo de estos países, sino bien al contrario, una contribución apreciable. De hecho, 19 de las 20 principales empresas de software de la India han sido fundadas o están dirigidas por profesionales de la diáspora India. Y todos sabemos que el extraordinario dinamismo de los nuevos enclaves tecnológicos, como Bangalore y otros, se debe fundamentalmente a la iniciativa de sus propios emigrantes.

Pero el impacto de la emigración en el desarrollo de los países de origen emigratorio no solo actúa a través de las remesas. Existen otros muchos canales mediante los cuales la emigración puede realizar una contribución estratégica en los procesos de desarrollo y modernización social de los países de origen. Hoy se habla de “espacios migratorios transnacionales”. Pues bien, es un hecho que, a través de estos espacios se está articulando una creciente economía migratoria que incorpora no solo remesas financieras, también toda suerte de inversiones, transferencias tecnológicas, iniciativas empresariales, transacciones comerciales, innovaciones organizativas, institucionales, etc., etc. En muchos de estos casos, los emigrantes están actuando como punta de lanza, y puente para estimular la exportación y los intercambios comerciales y empresariales.

Es precisamente por esta razón por la que numerosos países asiáticos no solo no están poniendo obstáculos a la salida de trabajadores altamente cualificados, sino todo lo contrario: las están fomentando. Países como China, India, Filipinas, Sri Lanka o Vietnam tienen programas para facilitar la salida de este perfil de trabajadores. Son muy conscientes de que estimular la salida de estos trabajadores cualificados puede reportar a sus países beneficios a largo plazo, si saben gestionarlo. Y es obvio que la vía más rápida para incrementar esos beneficios, es estimular también los retornos. Pero, incluso si no regresan definitivamente, incluso si los retornos son solo pendulares, circulares e incluso virtuales, este perfil de emigrantes puede realizar contribuciones relevantes abriendo empresas, transfiriendo tecnología, estableciendo relaciones comerciales, intercambiando conocimiento, etc.

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Facilitar las salidas, estimular los retornos. Es en estos juegos flexibles de ida y vuelta, de salida y retorno; en la flexibilización y la incentivación de los flujos de inteligencia viva entre origen y destino donde una buena gestión migratoria puede realizar una contribución importante al logro de “intereses compartidos”. De hecho, muchos países asiáticos están pasando, justamente por esta vía, del “brain drain” al “brain gain”. Otra cosa muy distinta es lo que está ocurriendo en el continente africano, especialmente en el terreno de la salud. Más de la mitad del personal sanitario formado en el África Subsahariana viven y trabajan en los países desarrollados. En un continente asolado por el SIDA y por toda suerte de enfermedades endémicas, la salida este perfil de emigrantes sólo puede significar una verdadera tragedia humanitaria y una pérdida económica irreparable. Es verdad que constituye un derecho individual que cada trabajador, también los cualificados, busquen optimizar sus ventajas a través de la emigración. Pero cuando desde los países desarrollados se definen políticas migratorias que de forma programada y sistemática ponen en marcha programas de reclutamiento de este perfil de trabajadores cualificados; cuando para hacerlo se dirigen a aquellos países en los que su presencia resultaría estratégica; cuando se definen unilateralmente, sin acordarlos con los países de origen y, en consecuencia, no se realizan estudios de impacto ni se arbitran mecanismos de compensación para el país a cuyo cargo se han formado estos trabajadores, entonces cualquier mención al codesarrollo es una fórmula puramente retórica que merece ser denunciada. En la Comunicación de la Comisión Europea de 2005 sobre “Migración y Desarrollo”, se reconoce expresamente la necesidad de un “código ético de buenas prácticas” sobre esta materia y, entre otras cosas, se dice textualmente: “el tipo específico de medidas que deben establecerse en cada caso dependería de una evaluación preliminar de los problemas y necesidades específicas del país o la región”. Efectivamente: una evaluación preliminar de las necesidades específicas de cada país sería un primer paso para poner fin a lo que Naïr denominó como “la nueva forma de pillaje del siglo XX”. Para ser perfecto, solo faltaría una cosa: que se cumpliera, lo que hasta ahora no está siendo el caso. Las políticas de codesarrollo tienen aquí un campo de actuación especialmente oportuno. El codesarrollo no piensa el retorno en términos de expulsión como mecanismo para frenar la inmigración irregular, ni busca incentivar los retornos simplemente para quitarnos de encima a los trabajadores que puedan sobrarnos a nosotros, en función de las fluctuaciones del ciclo económico. Por el contrario, unas políticas de retorno voluntario, bien programadas, bien gestionadas y consensuadas pueden representar un logro estratégico en el camino del desarrollo. Más aún, la idea del retorno constituye uno de los aspectos medulares del codesarrollo, si logra entenderse adecuadamente. Desde el punto de vista social la emigración es, en último término, una forma de inversión de la que, lógicamente, se espera obtener retorno. En consecuencia, incrementar los retornos es la condición para que la inversión emigratoria acabe teniendo impacto en el desarrollo colectivo. Entendido correctamente, retornar valor, ya sea a través de los retornos financieros (remesas), comerciales, tecnológicos o físicos debiera ser considerada una de las estrategias centrales de las políticas de codesarrollo. Si los países de acogida ponen en marcha programas de formación en cualificaciones demandadas en origen; si estimulan que los inmigrantes ya cualificados alcancen niveles de excelencia; si todo eso se hace bajo el compromiso de retornar valor, con o sin retorno físico, habremos puesto un pilar en el edificio del codesarrollo. El otro, le corresponde a los países de origen. “Remover los obstáculos” y “generar los estímulos”: estas son las claves de cualquier actuación política que cooperación internacional ONG juventud solidaria

busque implementar el potencial de desarrollo de las migraciones. Existe un verdadero aluvión de investigaciones que lo confirman: en ausencia de buenas prácticas de gobierno y de un marco institucional confiable, eficiente y que promueva oportunidades y estímulos, los emigrantes encontrarán pocos incentivos no sólo para su retorno, sino también para el establecimiento de relaciones económicas bilaterales o para la inversión productiva en su país.

8. ¿HAY FUTURO PARA EL CODESARROLLO? HACIA UNA GOBERNANZA GLOBAL DE LAS MIGRACIONES PARA EL DESARROLLO COMPARTIDO

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omo ya hemos señalado, la consideración puramente graciable del derecho de admisión, ha derivado en el hecho de que los Estados de acogida no se sientan vinculados a atender otros intereses que los derivados de sus propios mercados de trabajo nacionales. No aventuro mucho si digo que las cosas no cambiarán mientras los Estados no se sepan vinculados a instancias regulativas supranacionales. La existencia de espacios regulativos supranacionales en el terreno de las migraciones internacionales hace tiempo que resulta imperativa. ¿No son los propios movimientos migratorios crecientemente transnacionales? ¿Por qué razón estos espacios migratorios transnacionales, cada día más interdependientes e interrelacionados han de permanecer, para utilizar la expresión J. Locke, en un puro “estado de naturaleza”? Afortunadamente, en estos últimos años, se empiezan a levantar algunas voces en este sentido. En el Informe citado anteriormente de la Comisión Mundial sobre Migraciones Internacionales, publicado en 2006, se dice literalmente: “La Comisión subraya la suprema importancia de la consulta y de la cooperación entre Estados como base para la formulación y la aplicación de las políticas migratorias. Tales políticas se consideraban tradicionalmente en el ámbito de los Estados soberanos. (…) La Comisión concluye que para incrementar las ventajas de las migraciones internacionales y reducir sus consecuencias negativas, las políticas migratorias deben basarse en objetivos compartidos y en una visión común. Al mismo tiempo, la Comisión reconoce (…) que en la actualidad no existe (desafortunadamente, debiera apostillarse) un consenso en cuanto a la introducción de un sistema oficial de gobernanza mundial para las migraciones internacionales que suponga la creación de nuevos instrumentos legales y organismos internacionales.” Se enfatiza, pues, que un orden migratorio mundial que “incremente ventajas” y “reduzca consecuencias negativas” está exigiendo tres cosas: - En primer lugar, relativizar, siquiera sea solo en parte, la soberanía inapelable de cada Estado, dotar a la comunidad internacional de “instrumentos legales” en materia de ordenación política de las migraciones y avanzar hacia la construcción de espacios regulativos de alcance supranacional. - En segundo lugar, se señala la necesidad de definir “objetivos compartidos” que vinculen las políticas migratorias. - En tercer lugar, la creación de nuevos “organismos internacionales” de regulación de las migraciones. Estas, mucho más que ninguna otra, son las verdaderas tareas pendientes en la construcción de cualquier orden migratorio internacional justo. Si la comunidad internacional ha sido capaz de consensuar unos objetivos mínimos de desarrollo, los famosos Objetivos del Milenio, no parece que debieran existir razones para no poder dotarnos igualmente de unos Objetivos compartidos bilateral, regional e internacionalmente en lo que se refiere al más formidable reto cooperación internacional ONG juventud solidaria


social y económico al que hoy nos enfrentamos: los movimientos migratorios. En eso consiste, precisamente, la filosofía última de lo que debiéramos entender por “codesarrollo” en su nivel más noble de expresión. Quizá la Comisión hubiera debido dar un paso más: los nuevos “Organismos Internacionales” cuya necesidad reconoce como de “suprema importancia” solo podrán ser realmente útiles si son verdaderamente tales: es decir, si cuentan con una auténtica capacidad de regulación, gobierno y control. No se trata de adoptar posiciones visionarias. Por supuesto, no se trata de poner en cuestión la soberanía de los Estados. Se trata de propuestas mucho más razonables y más exigibles ética y políticamente. Se trata de relativizar el dogma de la soberanía ilimitada e inapelable de cada Estado y de avanzar hacia una gobernanza global para un fenómeno crecientemente global. Una gobernanza para el codesarrollo dirigida, precisamente, a la construcción de espacios de interés común entre los países de origen y los de destino, que transforme los intereses competitivos, en una oportunidad para le desarrollo compartido.

BIBLIOGRAFÍA Adelman, I. y J. E. Taylor (1990): “Is Structural Adjustment with a Human Face Posible? The case of Mexico”. The Journal of Development Studies, 26, 3:387-407 Caixa Catalunya (2006): Informe Semestral/2006. Economía española y contexto internacional. En red. Carlton y Stiglitz (2005): “A Development-friendly Priorisation of Doha Round Proposals”. En he World Economy, vol. 28, nº 3: 293-312 Comisión Mundial de Migraciones (2006): Informe sobre “Las migraciones en un mundo interdependiente: nueva orientaciones para actuar”. En red. Durand, J. y D. S. Massey (1992): “Mexican Migration to the United Satates: a Critical Review”. En Latin American Research Review, vol. 27. Durand, J. et al. (1996): “Migradollars and Development: A Reconsideration of the Mexican Case”. International Migration Review, 30, 2:423-444 Hamilton, B. y J. Whalley (1984): “Efficiency and Distributional Implications of Global Restrictions on Labour Mobility”. En Journal of Development Economics, vo. 14 Moses, J. W. y B. Letnes (2004): “The Economic Costs to Internacional Labour Restrictions: revisiting the Empirical Discussión”. En World Develoment, vol. 32, nº 10 Oficina Económica del Presidente. Presidencia de Gobierno (2006): Inmigración y Economía española: 1996-2006. En red. Ratha, D. (2003): “Workers´ Remittances: An Important and Stable Source of External Development Finance”. En BM: Gobal Development Finance. Ch. 7 Rodrik, D. (2002): “Coments and final remarks” a la Conferencia sobre “Immigration policy and the welfare state”. En T. Boeri, Hanson y McCormick (eds.): Immigration Policy and the Welfare System. Oxford. OUP. Walmsley, T. L. y A. Winters (2003): “Relaxing the Restrictions on the Temporary Movements of Natural Persons: A Simulation Analysis”, CEPR Discussion Paper, 3719. Londres

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