Coro Clásico de Vigo Si este título fuera en inglés o alemán, la gente se daría de codazos por asistir a un concierto, máxime con un programa de alto nivel como el que ofrece el Coro Clásico de Vigo que de nuevo actuará el viernes, día 28 de abril, en el templo del Corazón de María, y el 13 de mayo en la Catedral de Tui. Invitar a un concierto es exponerse al fracaso incluso como en este caso en que pueden fallar las expectativas por una contingencia inesperada, pero que en absoluto infiere en el valor intrínseco, valor real, de un coro que canta la música sacra con una calidad y expresión realmente plausibles, aunque en arte musical nunca se llega al "meritissimus cum laude". Por otra parte, hablar de un coro después de la función con cien bancos y diez personas no tiene mucho sentido. Y esto sucede con frecuencia en nuestra ciudad al no ser conciertos a nivel de abrigo de visón y pajarita. Lo que ofrece el Coro Clásico de Vigo en la "Primera secuencia" es a una de las tres grandes figuras de la música sacra, Tomás Luis de Victoria, juntamente con Palestrina, última pieza del programa de la 1ª parte. Tomás L. de Victoria, por época, por carácter, por convicción religiosa, recoge las directrices y el espíritu de la contrarreforma religiosa. Quiero resaltar como una cualidad del coro la principal recomendación del Concilio de Trento de pronunciar de forma clara, correcta y mesurada el latín sin renunciar a los recursos contrapuntísticos, destinado a realzar los textos. También hace honor el coro al deseo de Palestina "al cantar de manera adecuada, con voces correctamente moduladas". 'De la segunda secuencia quiero destacar lo acertado del director, don Joaquín Carvajal, de recordar el 250 aniversario del nacimiento W.A. Mozart con tres piezas, que son un primor. "Ave verum" motete clásico, "Exáltate Iubilate, K. 165 (Laudate Dominum)" donde la soprano Carmela Mena imprime con maestría la dulzura poética de la pieza pseudoreligiosa, para mí, para otros, motete de una originalidad y de un virtuosismo en la técnica compositiva enormes y "Lacrymosa", oración final del "Réquiem" de más honda hermosura. El contraste entre el Laudate y el Lacrymosa evidencia la rica gama del sentimiento de Mozart. El valor real del Coro Clásico de Vigo radica en sus formas específicas de expresar el arte musical y de un modo más concreto, el arte musical sacro. El conocimiento básico, medio y alto de música de sus componentes les lleva a exigencias nunca cumplidas y por parte del director, ni siquiera medianamente. Esto último es lo que me obliga a escucharles siempre esperando el milagro de la perfección. Empaste, diafragma, vocación, brillo, adicción por la música, disposición por agradar, dicción, compostura y naturalidad son los pétalos de la cultura de este Coro Clásico de Vigo que cada vez que actúa logra que pase un tiempo gratificante. Félix J. Eguía • Vigo