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“Compañeros, pque nos planteamos pañeros, , lamentablemente los obj objetivos tivos no fueron logrados en la ciudad capital, es decir, nosotro nosotros acá

en Caracas no logramos controlar el poder, ustedes por allá lo hicieron muy bien, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre…”

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Domingo 3 de Febrero de 2013

Después de 21 años Chávez mantiene la coherencia en sus pensamientos, afirmó

Enrique Nóbrega: La relativa derrota militar del 4-F terminó convirtiéndose en una victoria política “La Revolución Bolivariana es hija directa” de la rebelión de 1992, afirmó el historiador

T/ Héctor Escalante F/ Héctor Rattia Caracas

a relativa derrota militar que se podría leer a partir de la rebelión del 4 de febrero de 1992 terminó convirtiéndose –con el pasar de los años– en una victoria política para el proyecto bolivariano, afirmó el historiador Enrique Nóbrega. Entrevistado por el Correo del Orinoco, el director del Museo Nacional de Historia señaló que el movimiento insurgente, cuyo principal protagonista fue el hoy presidente reelecto Hugo Chávez, “constituyó un proceso novísimo en la dinámica política contemporánea”, porque implicó un cambio completo del modelo existente. “Lo que significó la rebelión del 4 de febrero de 1992 es parte de un proceso político de alcance profundo en la dinámica contemporánea. Ahora lo que se puede decir es que de alguna forma se ha decantado, porque hay unos resultados concretos. De hecho, la Revolución Bolivariana es hija directa del 4-F”, apuntó. En esa oportunidad, asintió, “un sector importante de la Fuerza Armada, conformado por oficiales medios, decide, con un discurso político, realizar una acción para tomar el poder y reencausar el curso de la democracia” que había sido desviado principalmente durante el segundo Gobierno de Carlos Andrés Pérez. Según el especialista, “este suceso ha sido calificado como un golpe fallido mediante el cual se intentó tomar el poder, pero que luego fracasa”. Sin embargo, considera que “hablar de fracaso para referirse al 4-F, es relativo”. Recordó en ese sentido que de las tres ciudades donde se aplicó la operación militar –que fueron Caracas, Maracay y Maracaibo– solo en la capital no se logró el objetivo, mientras que en los otros dos casos la meta fue lograda. “¿Si hubiese sido un fracaso, cómo se explica lo que sucedió en Maracaibo, que toman el poder siendo el Zulia un estado importante en términos de población y en Aragua, siendo Maracay el meollo de la fuerza militar?”, reflexionó.

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ASUMIÓ LA RESPONSABILIDAD Y ARRASÓ Para Nóbrega, es destacable la forma en que los principales protagonistas de la rebelión del 4-F, entre ellos Hugo Chávez, encararon la situación e impulsaron un proyecto político revolucionario que más adelante toma forma y se fortalece. “Primero asumen la responsabilidad, luego se someten a la justicia, caen presos, salen como tienen que salir, optan por la vía política y arrasan”, expresó.

Dijo que la Venezuela de los siglos XX y XXI es una sociedad contemporánea donde los medios tienen un peso importante y, en ese contexto, “nunca antes, nadie había utilizado los medios para asumir la responsabilidad por un hecho político”. Comentó que Eleazar López Contreras fue el primer presidente al que los venezolanos le escucharon la voz a través de la radio, mientras que Rafael Caldera fue el primer presidente que utilizó la televisión para dirigirse al pueblo. En tanto, “Hugo Chávez con su frase ‘por ahora’ fue el primero en asumir ante los medios la responsabilidad de lo que hicieron el 4-F”. El investigador estimó que para la posterior conformación del proceso revolucionario, jugó un papel importante la decisión de salir al ruedo político y formar el Movimiento V República (MVR). “El proyecto consideró refundar la República, pero eso pasaba por refundar el Estado y la dinámica política democrática”. Indicó que el triunfo electoral de Hugo Chávez en 1988 con el MVR y todos los mo-

vimientos que lo apoyaban “fue aplastante, porque del otro lado lo que había eran migajas, dado que partidos como Copei y Acción Democrática se habían desmoronado”. Con la Revolución Bolivariana en el poder desde 1999, sostuvo, “se ha atacado lo que se dijo que había que solucionar en el 92; el descrédito de los partidos, la corrupción de los sectores políticos, económicos y militares y el auge de la pobreza”.

ACCIÓN CONTUNDENTE DE TRASCENDENCIA POLÍTICA Enrique Nóbrega asegura que para entender mejor la rebelión del 4-F hay que analizar otros acontecimientos importantes suscitados en la historia contemporánea anterior. “Se nos había vendido la idea, sobre todo hacia afuera, que entre los años 1962 y 1992 lo que habíamos vivido era un largo y fructífero período de estabilidad. Pero esto no fue así, porque cada vez se iban descuidando más los intereses de las mayorías”, criticó.


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DOS REBELIONES EN MENOS DE UN AÑO

Entre otros eventos, mencionó la caída de la dictadura, suscitada el 23 de enero de 1958, así como El Porteñazo registrado en Carabobo y El Carupanazo en Sucre, ambos en 1962. Contrastó que el de 1992 “fue un movimiento armado más complejo y con un alcance nacional mucho más completo, porque se lograron tomar los objetivos en dos grandes ciudades”. En tanto, El Porteñazo y El Carupanazo, que también fueron rebeliones cívico-militares “porque estaba clarísima la participación de civiles asociados a partidos de izquierda”, se centraron en objetivos militares como la Base Naval de Puerto Cabello y la de Carúpano, ubicadas en los estados Carabobo y Sucre, respectivamente. Por su parte, el levantamiento del 23 de Enero de 1958 como acción cívico-militar tuvo alcance nacional. No obstante, aclaró que toda su acción se concentró en Caracas. “Si vamos más atrás, otros golpes registrados en 1948 y 1945 también se redujeron a Caracas”, resumió. Ante este panorama, el investigador del Centro Nacional de Historia insiste en que el 4-F constituye la acción más contundente de la historia contemporánea de la nación y, por tanto, tiene una gran trascendencia política para las venezolanas y los venezolanos.

VINCULACIÓN DIRECTA CON EL CARACAZO El director del Museo Nacional de Historia aseguró que la rebelión del 4 de febrero de 1992 también tuvo una vinculación directa con el llamado Caracazo del 27 de febrero de 1989, que surgió en respuesta la a mala administración durante la segunda gestión de Carlos Andrés Pérez. De acuerdo con el especialista, la implementación de un conjunto de medidas económicas que le hicieron mucho daño al país, no tardaron en generar una situación de inconformidad que hizo que el pueblo saliera a las calles a protestar. “El 27-F el pueblo se revela y alza la voz para decirle a todos los sujetos políticos que no está de acuerdo con el sistema”. Resaltó que, a pesar de la feroz represión de Pérez, después del 27-F el pueblo permaneció en la calle. “Hubo una cantidad de protestas impresionantes. Además el deterioro y la incoherencia de los partidos políticos eran galopantes”, añadió.

Cada vez crece más como político Reconoce el historiador Enrique Nóbrega que la coherencia que ha mantenido el líder revolucionario a lo largo de los últimos 20 años ha sido impresionante. “Del Hugo Chávez de 1992 al Hugo Chávez de 2013 llama la atención la coherencia que ha mantenido en todo este tiempo”, analizó. “Chávez sigue pensando en el mismo proyecto, lo que quiere decir que está ahí para defender las aspiraciones y los derechos del Poder Popular”, añadió. A su criterio, “lo que ha ido pasando es que Chávez crece cada vez más como político, hasta el punto de convertirse casi en un estadista, porque su proyecto derrumba fronteras”. Argumentó que desde hace mucho tiempo, el luchador bolivariano dejó de ver fronteras económicas y políticas, pues las mismas han sido derrumbadas con los procesos que ha impulsado en materia de cooperación económica. “El Chávez del 92 estaba clarísimo en lo que quería hacer con la rebelión del 4-F, que era cambiar el sistema para atender las necesidades y los problemas del pueblo. Hoy, después de 21 años, lo sigue diciendo y haciendo. Sabemos que hay personajes en la historia que han sido así, lo importante es que él está consciente de su papel de catalizador”, reiteró.

Para el catedrático de la Universidad Central de Venezuela, después de su desenlace, la acción militar de 1992 logró tomar un perfil político, “tanto así que el 27 de noviembre de ese mismo año volvió a producirse otra rebelión que no pasó a mayores, pero esta vez con un abrumador apoyo civil que se evidenció en las calles del país”. El contacto con la población civil, refirió, se había estado trabajando desde 1982, cuando se creó el núcleo del movimiento bolivariano. Para esa época también se habían establecido algunos vínculos con partidos políticos de izquierda no tradicionales. Rememoró que durante el transcurso de los años 90 y 91, “Carlos Andrés Pérez se las ingenia para seguir aplicando el mismo paquete económico, aunque de una manera mucho más suave, porque al parecer había aprendido la lección del 27-F”. Sin embargo, “la situación se hacía cada vez más insostenible”. Un año después del golpe cívico-militar del 4-F, Pérez se ve forzado a abandonar el poder, entre otras razones, por una disputa legal desde lo interno que, en opinión del investigador, “casi fue un pase de factura entre los mismos miembros de la democracia representativa, en respuesta a una presión muy fuerte que había desde afuera”.

Ramón Escovar Salom Fiscal general de la República

“Yo le diría al Presidente que la primera preocupación del Gobierno y del Estado, no solo del Gobierno sino del Estado, debe ser en este momento reestablecer el orden y

RATIFICACIÓN DEL PAQUETAZO DEL 89

devolverle la confianza a la

De acuerdo con el historiador, este periodo estuvo marcado por el desorden administrativo y político que reinó durante el gobierno interino de Ramón J. Velázquez y la posterior elección de Rafael Caldera, quien traicionó a su partido político para lograr la Presidencia de la República y luego, estando en el poder, promovió el mismo paquetazo del 89. Explicó que durante la gestión de Caldera, la segunda en su trayectoria política, se ratificaron una serie de medidas económicas enmarcadas en la dinámica de las políticas neoliberales que iban dirigidas en contra de los sectores populares. “En su Gobierno se gestó la apertura petrolera que fomentó la privatización de la industria, y además se produjo una crisis bancaria que arrebató los ahorros a miles de venezolanas y venezolanos”, detalló. Dijo que el programa de gobierno de Rafael Caldera fue la Agenda Venezuela, “que consistió en un acuerdo entre el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para subsanar los problemas del sistema político”. Al respecto, calificó como un “error gigantesco” pretender subsanar los problemas de la democracia solo por la vía económica: “Eso hizo que la gente siguiera en las calles protestando y que las respuestas a sus necesidades se encausaran a la opción política bolivariana”. Paralelamente a esta difícil situación, celebró el investigador, “siguió creciendo el movimiento bolivariano, hecho organización política, lo que en definitiva profundizó la autodestrucción del sistema político de la democracia representativa”.

gente, muy perdida antes de que esto ocurriera. porque la confianza no se ha perdido en la madrugada, ya estaba perdida la confianza” (Febrero de 1992)

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“Al verlo lo aplaudimos”, rememora Gisela Mendoza

Vecinos del Cuartel Cipriano Castro todavía recuerdan al Chávez insurrecto del 4-F Los residentes lo describen como un hombre sereno que impartía mensajes a sus soldados y que cuidó en todo momento de la población del sector T/ Romer Viera F/ Manaure Quintero Caracas

ranscurridos 21 años del alzamiento militar del 4 de Febrero de 1992, algunas vecinas y vecinos del sector La Planicie del 23 de Enero, lugar donde se encuentra ubicado el antiguo Museo Histórico Militar, hoy Cuartel Cipriano Castro, todavía recuerdan las acciones de uno de los actores principales del levantamiento: el teniente coronel Hugo Chávez Frías, actual Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. “Como pude me acerqué hasta la cerca metálica que delimitaba el cuartel y pude ver hacia el patio central del castillo. Allí estaba él. El mismo muchacho que había visto por televisión. El que había asumido la responsabilidad del golpe de Estado e hizo un llamado a sus camaradas para que depusieran las armas. Era Chávez quien se dirigía a un grupo de soldados que estaban sentados en el suelo y lo escuchaban con

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mucha atención. No se podía oír que era lo que decía, pero seguro les estaba dando un mensaje como los que solo él sabe dar a su pueblo”, rememoró Gisela Mendoza, mejor conocida por sus vecinos de la calle principal del Museo Histórico como “Chela”.

AMANECER “Esa mañana amaneció de golpe”, exclamó Chela, quien relató para el Correo del Orinoco la experiencia que vivió aquel día. “Me levanté sobresaltada por el ruido de un camión, que luego resultó ser una tanqueta, y por el sonido de las botas de

Gisela Mendoza

los soldados. Eran como las 6:00 am cuando salí de mi cuarto y me encontré con mi hermano, a quien le pregunté por el alboroto, pero él tampoco sabía lo que pasaba”, explicó la vecina. El temor la acompañó durante esas primeras horas, admitió Mendoza. Esta fue la razón por la que, a pesar de vivir a poco más de 60 metros del hoy Cuartel Cipriano Castro, las primeras informaciones las recibió a través de la televisión. “Así fue que vi a Chávez por primera vez, y después de escucharlo decidí salir a verificar qué era lo que realmente sucedía”, manifestó. Chela recordó que al salir de su vivienda observó como el portón que se encontraba al inicio de la calle que daba al Museo Histórico, estaba en el suelo. Esto como consecuencia del accionar de las tanquetas de los rebeldes. “También había una inusual cantidad de soldados con boinas rojas a quienes me apresuré a preguntarles sobre lo que pasaba en el sector. Interrogación para la que solo hubo una respuesta: “Métase para su casa, señora”. “Eso me lo dijo un soldado muy joven. Y es que todos eran muy jóvenes”, mencionó. Entre los recuerdos sonoros que Chela mantiene de esa mañana, figuran detonaciones de fusiles y pistolas accionadas por los militares que, desde el Palacio de Miraflores, defendían al Gobierno, y que, en su versión de los hechos, eran repelidos con disparos efectuados por algunos vecinos desde los bloques aledaños del 23 de Enero. “Cuando lo sacaron (a Chávez) del cuartel, ya nos encontrábamos un nutrido grupo de vecinos en la calle. Al verlo lo aplaudimos mientras gritábamos el nombre de ese hombre que habíamos conocido mediante la televisión. Eran como las 8:00 am cuando se lo llevaron. Y ya sentíamos que él era la persona que tenía que llevar las riendas del país. Él tenía que ser el Presidente de Venezuela”, sentenció.

“YO VI A CHÁVEZ MANIFESTARSE PARA PROTEGER A SU PUEBLO” La calle principal del Cuartel está bordeada por una hilera de coloridas casas que sirven de fachada a lo que se podría denominar como una barriada invisible. Y es que para los que no están familiarizados con el sector, el barrio podría comenzar y terminar en los hogares que se orillan en el hoy denominado Bulevar de la Dignidad, y omitir otro centenar de viviendas que forman el sector. En una de estas casas ubicadas en el laberinto que circunda el Cuartel Cipriano Castro vivió Clemencia Linares la experiencia del 4 de Febrero. Con mas de 45 años en el sector, Linares definió como “únicos” los acontecimientos desarrollados aquella mañana. “Eran como las 6:00 am cuando me despertaron una voces que provenían desde fuera de la casa. Me levanté y abrí la puerta para ver que pasaba, y me sorprendió ver a más de 30 muchachos con boinas rojas parados en la escalera”, recordó la vecina.


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Domingo 3 de Febrero de 2013 Cuenta que su primera reacción fue preguntarles a los militares sobre la situación, pero no obtuvo ninguna respuesta. La resolución a la incógnita llegó con una vecina. “Fue la señora Clemen la que me dijo que los soldados formaban parte de un grupo de militares que estaban tumbando al Gobierno de Carlos Andrés. Situación que me pareció buena, porque la cosa en el país estaba muy difícil”, declaró. Evocó que el primer impulso fue de solidaridad con los uniformados, por lo que algunos vecinos propusieron cocinar algunas arepas para mitigar el hambre de los muchachos. “A mí me tocó hacerles café”, dijo Linares, quien agregó que a pesar de la constante insistencia de los militares para que no saliera de su vivienda, en la primera oportunidad que le ofrecieron los cansados soldados se escapó y subió a la calle principal. Eran aproximadamente las 7:00 am cuando Linares, ya en la calle, se encontró con otros vecinos quienes le dijeron que en el cuartel estaba Chávez. “Ya se escuchaba el run-run de que el soldado que había hablado por la televisión estaba en el museo. Había mucha gente que lo apoyaba. Éramos muchos los que sentíamos que ese era el hombre que necesitaba el país. Un llanero como yo”, expresó la nacida en Guasdualito, estado Apure. En la mente de Linares todavía se escucha la voz del hoy Primer Mandatario cuando les pedía a las decenas de personas que querían verlo aquel 4 de Febrero, que, “por nuestra seguridad nos alejáramos del sector. Yo vi a Chávez manifestarse para proteger a su pueblo. Ese pueblo que, cuando lo sacaron detenido del Museo Histórico, gritaba su nombre y que quería acompañarlo hasta donde fuera necesario”, expresó la entusiasta madre de tres hijos. Para Linares, a pesar de lo peligroso de la situación, los acontecimientos en la zona fueron “extremadamente tranquilos”, sin disparos y sin heridos. “Aquí todo fue normal. Además de los daños que la tanqueta ocasionó en el portón no hubo ningún tipo de daño a estructura alguna. No hubo heridos. Y todo gracias a ese histórico ‘por ahora’, dicho por Chávez, quien no quería que ese alzamiento militar terminara con un derramamiento de sangre”, manifestó. Recordó que el teniente coronel Chávez Frías fue llevado a pie escoltado por un grupo de militares armados quienes se dirigieron hacia el bloque 7 del 23 Enero. “No hubo violencia. Los soldados que lo custodiaban fueron muy pacíficos. Me imagino que la

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presencia del grupo de personas que desde cierta distancia lo acompañábamos sirvió para que los militares tuvieran mucha consideración con el hoy Presidente”, opinó.

“YO ME QUEDÉ CON EL YIP DE CHÁVEZ”

“Eso pasó frente a mi casa” Ramona Martínez, vecina de La Planicie, se encontraba en Barquisimeto el 4 de febrero de 1992. Hacía una visita larga a sus familiares. Aquella mañana, como la gran mayoría del pueblo venezolano, se enteró de lo que pasaba en el país gracias a la información que se generaba por los medios de comunicación especialmente la televisión. “Eso pasó frente a mi casa’, dije cuando vi las primeras imágenes por televisión, e inmediatamente les encomendé a Dios a todos mis vecinos para que no les pasara nada malo”, fue la respuesta de Martínez ante lo que para ella, desde la distancia, parecía una situación “catastrófica” por la que estaban pasando sus conocidos de más de 50 años. Hoy Martínez piensa que lo ocurrido aquel 4 de febrero fue lo mejor para el país. Una situación que, en su opinión, tarde o temprano tenía que llegar. “Yo a mis 85 años de edad no puedo andar pa’ rriba y pa’ bajo, pero sí apoyo a mi presidente Chávez. Para mí ese es el que tiene que mandar y espero que regrese pronto y sano para que siga dirigiendo al país”, puntualizó.

Clemencia Linares

“Yo me quedé con el yip de Chávez”, gritó Bernarda Pedroza, de 73 años de edad, al señalar un carro de juguete arrumado frente a su casa, del cual dice, de forma jocosa, es el carro en que llegó al Museo Histórico Militar Hugo Chávez la madrugada del 4 de febrero de 1992. “Allá donde está aquel árbol dejó Chávez su yip, y allí quedó cuando se lo llevaron detenido”, expresó la vecina. Pedroza cuenta que se encontraba en la cocina de su casa preparando café cuando escucho varios disparos, situación por la que sus hijos le sugirieron se acostara en el suelo. “Yo tengo que ver qué es lo que pasa”, les gritó y se dirigió a la puerta de la casa desde la que se podía ver fácilmente hacia el museo. Al abrir la puerta, recordó la vecina, observó que todo el patio del cuartel se encontraba repleto de militares con boinas rojas. “Llegó la guardia presidencial’, fue lo que dije”, manifestó. Para poder seguir el curso de los acontecimientos, Pedroza se subió a la platabanda de su casa desde donde simuló llenar los tanques donde almacenaba el agua. “Desde allí fue que vi a aquel joven delgadito al lado del yip, el mismo que luego me enteraría se llamaba Chávez, y además, que era uno de los líderes del golpe de Estado”, explicó. Al igual que otros vecinos, Pedroza es de las que afirma que aquella incursión militar al Museo Histórico ubicado en La Planicie fue “totalmente pacífica”. Explicó luego, que los disparos que llamaron su atención provenían del Palacio de Miraflores y manifestó que, durante todo el tiempo que permaneció en la azotea de su casa, nunca recibió un llamado de atención de parte de los militares que custodiaban el lugar.

Bernarda Pedroza

“Yo estaba totalmente desconcertada. No sabía qué era lo que pasaba. Fue mi hijo, quien para ese momento trabajaba en el Ministerio de la Defensa, el que al llegar corriendo a la casa me dijo, ‘mamá, esos son unos insurrectos’. Encendí la televisión y vi a aquel muchachito delgadito del yip verde, y pensé: ‘mijo, en qué problema te metiste”.

REINÓ LA TRANQUILIDAD Elías González, un famoso vendedor de café de los alrededores del Cuartel Cipriano Castro, recuerda que el día del alzamiento amaneció en bloque 34 de la zona F del 23 de Enero, y que cuando se dio cuenta de que algo sucedía corrió hacia su casa donde estaban su esposa y sus hijos. “Ya en la calle El Martirio de La Planicie vi mucha gente en la calle, todo el mundo alarmado preguntándose sobre lo que sucedía. Había también muchos soldados en la calle, quienes no daban ningún tipo de explicación. Todos estaban armados y se negaban a transmitirle información a la gente. Estábamos todos desconcertados”, expresó. Al igual que sus vecinos, González reafirmó que a pesar de todas las armas que se vieron ese día en la zona, incluso “una ametralladora apostada al frente del Museo Histórico”, la situación nunca se presentó violenta. “Los soldados corrían de un lado para otro y eso aumentaba la preocupación entre los vecinos, pero, incluso cuando los soldados que defendían el Gobierno de Carlos Andrés llegaron y tomaron el lugar, todo fue muy tranquilo”, manifestó.

Elías González


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El 4-F Eduardo Fernández rechazó por Venevisión la rebelión militar

“Si un grupo de militares quieren tomar el poder, guinden el uniforme” El dirigente opositor sostuvo que “un país civilizado resuelve sus problemas, no a garrotazos o a cañonazos, sino con razonamiento, con estrategia política, con discurso político”

T/ Janet Queffelec Padrón F/ Miguel Romero Caracas

n febrero de 1992 Eduardo Fernández era el secretario general nacional del partido opositor Copei y 38 meses antes había aspirado a la Presidencia de la República, elección que ganó finalmente Carlos Andrés Pérez (CAP). El día 3 de ese mes, en horas de la noche, cenaba con un amigo que le recomendó el libro de Richard Nixon titulado Aproveche la oportunidad. Cuando llegó a su casa su esposa recibió varias llamadas telefónicas de un allegado a la familia, quien le comunicó que había un alzamiento. Fernández no prestó mayor atención al mensaje, pero luego algunos amigos le recomendaron que se “enconchara” porque supuestamente si la rebelión militar tenía éxito, se producirían fusilamientos y encarcelamientos. “Yo pensaba que el Presidente de la República estaba fuera del país porque la última noticia que había tenido era que estaba en el foro de Davos, en Suiza. Sentí una responsabilidad muy grande porque yo era el líder de la oposición. Yo había competido con Pérez que había sacado 4 millones de votos y yo 3 millones. Yo decía ‘en ausencia del Presidente, el venezolano con más responsabilidad que hay en el país en este momento soy yo; yo no me puedo enconchar”, recordó. Comentó que en ese momento ratificó su postura política, según la cual en un país

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los problemas se resuelven con votos y no con balas. Decidió dirigirse a un canal de televisión para decirle al país que un golpe de Estado no era el camino. Pocos minutos antes CAP se había dirigido a la nación por la televisora Venevisión, así que enfiló hacia allá. En su alocución manifestó que tenía muchas críticas con respecto a la gestión de Pérez, pero que los gobiernos se cambiaban en la democracia con votos, con la Constitución y no con la violencia.

los padres del Puntofijismo, como que veía con simpatía la acción insurreccional. Y eso quebró la unanimidad del Congreso por alguien que ya había hablado contra el golpe y después que oyó a Caldera habló a favor del golpe, que fue el diputado Aristóbulo Istúriz”. Reiteró que “no hay razón que justifique utilizar las armas de la República para cambiar el gobierno; las armas de la República son para defender la soberanía nacional”.

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La rebelión militar del 4 de febrero de Fernández recuerda que en 1992 había 1992 la calificó de “retroceso dramático muchos problemas en el país. A su juiporque en Venezuela hemos tenido, a lo cio, el más significativo fue el descenso largo de 200 años de vida independiente, de manera abrupta del precio el barril de demasiados golpes militares”. petróleo. Por tal razón, comenzó a elimiSubrayó: “Yo estoy en contra de los golnarse el financiamiento a los programas pes, siempre he estado contra los golpes. sociales: “La gente comenzó a sentirse Yo creo que un país civilizado resuelve muy mal”. sus problemas, no a garrotazos o a cañoYa en 1987 Fernández mencionó que nazos, sino con razonamiento, con estrateexistía una “pentacrisis”. En el área de la gia política, con discurso política, las cúpulas parpolítico. Si un grupo de tidistas “tenían secuesmilitares quieren totrado el poder político”. No hubo relevo mar el poder, guinden Existía una crisis ecoel uniforme. Porque los nómica por la dependengeneracional militares tienen armas cia del petróleo; una criEduardo Fernández considera sis social por la pobreza que no son de ellos, son que la reelección de Carlos An- extrema; crisis cultural de los venezolanos, de drés Pérez en 1988 impidió el re- porque los venezolanos todos los ciudadanos. Y levo generacional “que a lo mejor estaban acostumbrados nosotros pagamos nueshubiese contribuido a oxigenar el al populismo, y ética por tros impuestos para que sistema político. Pérez se empeñó la gran corrupción. esas armas se usen en la en volver a ser presidente y creo defensa de la soberanía Refirió además que a que no estaba en condiciones de CAP le pasaron una facpopular, pero no para hacer los cambios que el país es- tura política: “Uno de los quitar y poner gobiertaba reclamando, y que podrían hombres que más influnos. En los países civilihaber evitado el 4 de febrero”. zados hace mucho tiemyó para sacar a Pérez del po que dejaron esa mala poder fue Arturo Uslar costumbre”. Pietri, quien era el líder Manifestó que “el gran del grupo de Los Notaproblema que ha tenido Venezuela es el bles. Uslar tenía una cuenta pendiente que militarismo”. Mencionó que a partir de quería cobrarla antes de morirse. Él pudo 1830, el general José Antonio Páez asuhaber sido presidente en 1945, pero los mió la Presidencia, seguido por una larga adecos se aliaron con los militares, dieron lista de militares como Carlos Soublette, el golpe del 18 de octubre, Uslar se fue al los hermanos Monagas, Juan Crisóstomo exilio y nunca pudo ser Presidente”. Falcón, Antonio Guzmán Blanco, JoaDijo que a pesar de que había sido emquín Crespo, Cipriano Castro, Juan Vibajador de Pérez en la Unesco durante su cente Gómez, Eleazar López, Isaías Meprimer mandato, fue un personaje adverdina, Marcos Pérez Jiménez y Wolfgang so a CAP. Larrazábal. Mencionó que también Ramón Escobar Salom, quien fue destituido de la CanciREPUDIO llería en la década del 70 por CAP, “había En su opinión, el 4 de febrero “hubo un quedado ‘envenenado’ y lo nombran fissentimiento unánime de repudio al golpe. cal, y el fiscal es el funcionario que tiene El Congreso se reunió y unánimemente en sus manos enjuiciar al Presidente de la repudió el golpe, todas las fuerzas polítiRepública”. cas, hasta que habló el senador Caldera, Comentó que también estaban las ascuyo discurso formalmente leído es una piraciones de Caldera de regresar a la condena al golpe, pero le sacó provecho diPresidencia “y eso lo colocaba en una siciendo que a un pueblo que tiene hambre tuación de tratar de aprovechar la crisis no se le puede pedir que se inmole en la para surgir como una eventual solución al defensa de la democracia. Siendo uno de problema”.


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Resaltó que la tensión social durante la presidencia de CAP era muy grande

Iván Carratú Molina: La conspiración comenzó a fraguarse en 1972 a ser una universidad abierta liberal y los oficiales fueron a estudiar allí”. Según Carratú, “fue así como se acrecentó la penetración ideológica e institucional, eso era como una corriente subterránea que iba rodando en el corazón de la institución militar”. Paralelamente, contó que líderes de la guerrilla “cambiaron de filosofía política y se plegaron a la pacificación, comenzaron la carrera política sin dejar de conspirar, siempre conspiraron hasta 1992”.

Eran dos sublevaciones Iván Carratú Molina aseguró que en 1992 existían dos conspiraciones. Una que era comandada por Hugo Chávez y otra por el ministro de la Defensa, Fernando Ochoa Antich, que según su versión se había asociado con el mundo político y empresarial que se oponía a CAP.

MALESTAR SOCIAL

El jefe de la Casa Militar en 1992 aseguró que la revuelta de hace 21 años fue la consecuencia de una serie de errores políticos

Dijo que, debido a la turbulencia política que existía en el país, “había que ubicarlos académicamente para distraerlos”. Según Carratú Molina, en ese momento comenzó la penetración de la Fuerza Armada por parte de personas ligadas a las guerrillas.

T/ Janet Queffelec Padrón F/ Miguel Romero Caracas

CORRIENTE SUBTERRÁNEA

n 1992 el contralmirante Iván Carratú Molina era el jefe de la Casa Militar y le correspondió, ese 4 de febrero, sacar al expresidente Carlos Andrés Pérez del Palacio de Miraflores, que era atacado por los militares sublevados, y llevarlo a Venevisión para que enviara un mensaje al país. Para este militar, que se graduó en la Escuela Naval en 1965, la revuelta de hace 21 años tuvo su origen en la década de 1970 y fue la consecuencia de una serie de errores políticos. “La conspiración comenzó a raíz de la política de pacificación de Rafael Caldera en 1972. En su Gobierno se intervino la Universidad Central de Venezuela y la Escuela Técnica Venezuela que funcionaba en Los Chaguaramos. Fue cerrada la universidad por un largo periodo de tiempo. Esos muchachos excedentes –digo excedentes porque quedaron sin escuela, sin universidad–, más los radicales de entonces, no tenían dónde estudiar, dónde culminar sus estudios. Fue entonces cuando se crea la Universidad Simón Bolívar y la Metropolitana. No todos podían entrar a la Simón Bolívar y por una decisión del Gobierno, en concordancia con el Alto Mando Militar, metieron a esos muchachos en las Fuerzas Armadas. Ese fue el primer error porque las Fuerzas Armadas no son una solución social en ningún país”, señala.

Señala que mientras Hugo Chávez estuvo en la Escuela Militar se puso en contacto con radicales de izquierda que estudiaban en la Universidad de Los Andes, por intermedio de su hermano Adán Chávez. En 1978 indicó que Chávez fue nombrado oficial de planta en la Academia Militar: “De 1978 a 1990 todos los cadetes de la Academia Militar de Venezuela fueron sometidos a un proceso de ideologización. Algunos directores de la Academia y algunos oficiales de planta sabían lo que estaba ocurriendo, pero hicieron silencio por complicidades o por simpatías contra AD y contra Copei porque en Venezuela en aquel entonces había una reacción civil independiente de políticos de izquierda contra los adecos y contra los copeyanos que todavía está presente en el discurso político, eso no ha cesado”. Según su análisis, comenzó “la catequización en la Academia Militar hacia los mejores de cada promoción porque en el Ejército venezolano los mejores cadetes siguen siendo los primeros de promoción en toda su carrera, son como un grupo selecto que es protegido, ayudado y proyectado”. Refirió que en esa época comenzaron los problemas internos en el Ejército por indisciplina “y por una salida demagógica convierten a las escuelas militares en universidades entre 1983 y 1984. Se desvió la formación profesional, que es básicamente tecnología militar; la institución como estructura de defensa del Estado se desvió

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Relata que, con el “viernes negro” de 1983, se deterioró la calidad de vida de las venezolanas y los venezolanos y se acrecentaron los problemas sociales. Dijo que en esa década se abrieron las puertas en el medio militar “y comenzó a entrar más gente; muchos nos preguntábamos para qué tantos oficiales; no había control de los oficiales ni de las unidades militares”. Comentó que la sociedad comenzó a rechazar las políticas económicas y se inició, según su opinión, un proceso erosivo de la democracia: “Los políticos, los militares, las cabezas más importantes de Venezuela comienzan a buscar salidas diferentes. La Fuerza Armada no escapó a esto y comenzaron los problemas internos”. Mencionó que posteriormente, en 1988, el presidente para ese momento, Jaime Lusinchi, cometió el –a su juicio– error de saturar la estructura militar. Recuerda que ascendió “a 18 generales de división, 19 del Ejército, 19 de la Guardia, 7 de la Fuerza Aérea y 12 de la Marina. No había cargo para esa gente; fue una medida demagógica para buscar el bienestar militar porque se sabía que allí había algo, era una piedrita en el zapato que estaba rompiendo la media”. Carratú refiere que la tensión social durante la presidencia de Carlos Andrés Pérez era muy grande y que fue alimentada por algunos medios de comunicación que se dedicaban a atacar al gobierno. El objetivo, dijo, “era que Pérez cayera, pero no cae; se caen las estructuras institucionales porque el pueblo comenzó a desconfiar de las instituciones; comenzaron los rumores y los llamados a golpe”. Señaló que también había malestar en el sector militar porque la calidad de vida de muchos oficiales dejaba mucho que desear. Manifestó que las intrigas alrededor de CAP eran constantes: “Eso era un desastre”. A pesar de que Pérez había sido advertido de conspiraciones en las Fuerza Armadas e incluso llegaron a sus manos numerosos informes, no les prestó atención. Dijo que las confabulaciones procedían incluso de personajes ilustres como Arturo Uslar Pietri, quien tenía una factura pendiente con los adecos desde 1945, cuando derrocaron a Isaías Medina Angarita, y tuvo que salir del país.

Fernando Ochoa Antich Ministro de la Defensa

“El país no puede ver esto como si hubiera ocurrido un show militar; ha sucedido una tragedia en Venezuela, una parte importante de sus Fuerzas Armadas ha entrado en rebelión, y gracias a haber logrado manejar un equilibrio importante y una serenidad suficiente, esa insubordinación, esa insurrección no estuvo rodeada verdaderamente de una tragedia” (Febrero de 1992)


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EDICIÓN ESPECIAL

Domingo 3 de Febrero de 2013

“Todos queríamos ser como Chávez”, afirmó

Wilmer Barrientos: El 4-F era inevitable para despertar la conciencia del pueblo El jefe del Comando Estratégico Operacional afirmó que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de hoy salió de los cuarteles y fue a encontrarse con el pueblo

militar del 4 de Febrero de 1992, liderada por el ahora presidente de la República, Hugo Chávez. “Era inevitable el 4 de Febrero de 1992 para despertar al pueblo de una realidad en la que vivía, para que mirara el futuro”, sentenció el mayor general del Ceofanb.

NACIÓ EN LA ACADEMIA

T/ Nancy Mastronardi F/ Héctor Lozano Caracas

–Como participante del 4 de Febrero, ¿cuándo y dónde nació la rebelión militar? –El 4 de Febrero nació en la Academia Militar. Bueno, allá nació el Movimiento MBR– 200 y el 4 de Febrero nació a lo largo del camino, de las discusiones que se iban dando, de lo que el comandante (Hugo Chávez) les decía a los capitanes para hacerlos tomar conciencia; también había tenientes y mayores. “El comandante Chávez comenzó a captar a algunos oficiales y luego comenzó a prepararlos, porque no todo el mundo tenía una preparación política, ni una visión histórica”, indicó. “En ese camino de preparación, a lo mejor en su mente ya estaba el 4-F, pero no estaba en la de todos los oficiales que comenzaron a formar el movimiento MBR200”, mencionó Barrientos. –¿Por qué surgió el MBR-200? –Ese movimiento bolivariano nació por la incomodidad que existía dentro de las Fuerzas Armadas, por la indisciplina de algunos oficiales, por la falta de operatividad; el adiestramiento ya no era lo más importante, los oficiales ya no estudiábamos la historia. No se estudiaba la guerra en profundidad, entonces, se estaba perdiendo la esencia del arte militar. Dijo que en esos tiempos las Fuerzas Armadas (hoy Fuerza Armada Nacional Bolivariana) solamente se preparaba para el desfile: “El desfile es necesario, porque a veces es una muestra de todo el adiestramiento, pero de verdad esos desfiles no transmitían lo que sucedía realmente dentro del organismo militar”. Barrientos expresó que el oficial no se preparaba en su oficio que era la defensa de la ciudadanía, “sino que íbamos allí, no le dábamos importancia a eso”.

HUGO CHÁVEZ: LA SEMILLA oy es el día y la hora”. Eso fue lo que le dijeron el 3 de febrero de 1992 al entonces capitán de la Brigada Blindada de Valencia (Carabobo), Wilmer Barrientos, actualmente mayor general y jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb). Al escuchar esas palabras, un frío recorrió todo su cuerpo, pero jamás sintió temor ante aquel reto: “Nunca pensamos en la muerte”. Así lo recordó el jefe del Ceofanb durante una entrevista con el Correo del Orinoco y el diario hermano Ciudad Caracas. Desde su despacho, mencionó algunos detalles sobre su participación en la rebelión

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–¿Cómo surgió la inquietud de un cambio dentro de la Academia Militar de Venezuela? –Cuando yo llegué a la academia, el asesor de pelotón era el teniente Hugo Rafael Chávez Frías, y después, a los días, él como que salió de la academia y a los años volvió. Ya cuando nosotros nos estábamos graduando, Chávez volvió como capitán. Comentó que al regresar, Chávez continuó con la misión de captar hombres para el movimiento bolivariano. “Recuerdo que cuando yo estaba en la academia a mí nunca me tocaron para eso, pero uno admiraba a Hugo Chávez, todos queríamos ser como Chávez, que era un hombre impecable, con

sus botas extremadamente pulidas, su uniforme era impecable; pero además, cada vez que Chávez hablaba con uno siempre hablaba de la historia”, destacó Barrientos. El comandante del Ceofanb indicó que las sanciones que el líder daba en ese entonces a los oficiales eran más bien un proceso de aprendizaje de la historia, no eran los castigos clásicos. Barrientos supo que se estaba formando un movimiento para la transformación del país desde el organismo militar a través de un amigo, “que era del sexto de la cuarta, el cadete de primer año Jesús Alberto Aguilarte Gámez, que fue mi compañero de prisión en el Cuartel San Carlos (por el 4-F)”. Cuando le hablaron a Barrientos sobre una posible rebelión, él nunca dudó: “Yo me sentía inconforme, yo veía que había un grupo de privilegiados dentro de las Fuerzas Armadas, yo veía que los hijos de María no éramos tomados en cuenta aunque fuéramos brillantes”. –¿Cuánto tiempo estuvo usted en la cárcel por la rebelión del 4-F? –Allí yo duré 2 años, 3 meses, 16 días y 14 horas. En ese cuarto murió Castro León. Recuerdo que llevamos un hornito, porque teníamos miedo porque nos habían contado cómo murió Castro León, que era lo que se decía: que le iban poniendo vidrio o arsénico en la comida. Nosotros decíamos que no nos iba a pasar lo mismo y cocinábamos ahí.

UNA REALIDAD, UN SOLO PUEBLO –¿Cómo evaluaban ustedes la situación fuera de las paredes militares, cómo observaban la realidad del país? –El tema de lo que sucedía en la Fuerza Armada dejó de ser relevante y comenzó a tomar importancia la condición del país; ya el Comandante comenzó a hablar de las condiciones del país, de cómo despilfarraban (dinero). Después del año 1989, después de El Caracazo y la rebelión del pueblo contra las prácticas neoliberales del Gobierno de esos años liderado por Carlos Andrés Pérez (Acción Democrática), el MBR-200 se fortaleció, “porque ese hecho afectó la moral de la Fuerza Armada, porque salió y vio tantos muertos y se dijo que esa no era la Fuerza Armada. Nosotros también somos pueblo”. Enfatizó que todo lo que sucedía a lo interno del cuerpo castrense era un reflejo de lo que ocurría en la sociedad: “La sociedad venía deteriorándose, se venía deteriorando en lo social, en lo cultural, en lo político, bueno, a la Fuerza Armada le sucedía lo mismo”. –¿Se reunían para hablar de esos temas, de lo que sucedía en el país? –Claro, afuera sí conversábamos, había reuniones que tenían un compartimiento, no todo el mundo al mismo tiempo, y no todo el mundo sabía quiénes se reunían aquí o quiénes se reunían allá.


EDICIÓN ESPECIAL

Domingo 3 de Febrero de 2013 Recordó Barrientos que la rebelión militar contra Carlos Andrés Pérez y su gobierno estaba planificada para el 17 de diciembre de 1991. Sin embargo, las condiciones que se requerían no se cumplieron y el plan se abortó: “Un día estábamos en el cuartel (en Valencia), eran las 9:00 am, estaba yo en ejercicio de tiro con la primera batería de combate del Grupo de Artillería Jacinto Lara y llegó el teniente Celso Enrique Canelones Guevara, que era del Batallón Nicolás Briceño, del que era el comandante para aquella época mi comandante Hugo Chávez”. Y pasó: “Llega la información el 3, hoy es el día y la hora, ese era el mensaje, ‘hoy es el día y la hora’ me dijo Canelones Guevara, pero no es que te lo decían por teléfono, sino que te lo decían personalmente”. –¿Qué sintió usted cuando le dijeron “hoy es el día y la hora”? ¿Cuál era su responsabilidad? –Bueno, por una parte me corrió un frío total en el cuerpo porque íbamos a lo inesperado, pero no dudamos en ningún momento de recoger la cuestión y preparar a la tropa. “He reflexionado mucho sobre la muerte, pero nunca pensamos en la muerte”, señaló. “Éramos seres humanos que teníamos claro lo que íbamos a hacer, a mí no me trajeron engañado y la tropa mía no la llevamos engañada”, expresó. La responsabilidad de Barrientos ese día era controlar Valencia junto con otros cuatro capitanes. –Aquellos oficiales que no se plegaron al movimiento del 4-F, ¿qué decían? ¿Por qué decidieron no sumarse a la rebelión? –No, fíjate, todos se plegaron, excepto un subteniente, un señor que, en la mañana del 4, se le dio la orden de que fuera con 20 soldados a tomar el arco de Carabobo y se “rajó”; entonces yo decidí meterlo preso en su habitación. Para esa acción, Wilmer Barrientos designó a la teniente Marisol Terán, “quien fue al arco de Carabobo y 25 minutos después me llamó y me dijo: Mi capitán, está controlada la situación”.

UNA REBELIÓN INEVITABLE –¿Era necesario el 4-F de 1992? –Yo no creo que era necesario, yo creo que era inevitable. Era inevitable, era un momento histórico. Todas las situaciones se fueron confabulando para que ese fuera el momento ideal. –¿Por qué era inevitable? ¿Para qué era necesaria una rebelión? –Imagínate tú que no se hubiera dado ese grito del 4 de Febrero. ¿Qué sería de Venezuela hoy en día? ¿Cuándo los venezolanos hubieran despertado como despertaron ese día? Yo creo que fue necesario para despertar al pueblo de una realidad que vivía para que pudiera mirar hacia el futuro. “Hoy nos critican, pero todos estamos construyendo un país, y construir algo sobre una ruina de poca moral y de poca ética, ¿cuánto tiempo cuesta? Ah claro, hay un grupo aquí que no quiere hablar de eso”, expresó Barrientos. Mencionó el comandante del Ceofanb que el 4 de febrero era necesario para poner fin a los privilegios que tenían unos pocos y para darles bienestar a los más humildes, a los desposeídos de siempre.

Barrientos resaltó que la mayoría de los oficiales que participaron el 4 de Febrero de 1992 eran de sectores humildes, “pero además estábamos en los primeros lugares dentro de la Fuerza Armada, éramos buenos oficiales, Chávez no buscó bates quebrados, Chávez buscó gente que tuviera capacidad intelectual, que fueran bien disciplinados y que sintieran en lo profundo del corazón cuando él les hablaba de la patria”.

LA FANB EN LA CALLE

Casa Militar, Pdvsa, Unefa y el Ceofanb Durante el Gobierno del presidente Hugo Chávez Frías, el mayor general Wilmer Barrientos, jefe del Comando Estratégico Operacional (Ceofanb) y comandante del Plan República, ha ocupado diversos cargos. En el año 2000 fue oficial del personal de Casa Militar, luego fue subjefe y llegó a ser jefe encargado de la Casa Militar del Mandatario Nacional. A finales del año 2002 asumió la responsabilidad de la seguridad de Petróleos de Venezuela, cargo que ejerció hasta el año 2007. También fue director de Inteligencia de la Milicia Bolivariana de Venezuela y en el año 2008 fue designado por el Jefe del Estado como rector de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada. En el año 2010 asumió, por órdenes de Chávez, la contraloría de la FANB y en julio de 2012 fue nombrado jefe del Comando Estratégico Operacional, cargo que ejerce actualmente.

“Estamos haciendo un esfuerzo por arrancar a los jóvenes que ingresan al organismo del virus del capitalismo, del virus de la transculturización que nos siguen sembrado a diario algunos medios de comunicación”, aseveró. “La Fuerza Armada de hoy se salió de los cuarteles y se fue ahora a buscar al pueblo”, sentenció Barrientos. Manifestó que la relación con el pueblo es importante, así como lo es generar una gran sensibilidad social dentro de la Fuerza Armada, agregó. –¿Se alcanzó el objetivo soñado por los integrantes del movimiento bolivariano, por los que participaron en la rebelión? –Hay que contestar desde allá de la época de Bolívar. Simón Bolívar vino a hacernos independientes, pero dejó la tarea inconclusa. Chávez ha querido continuar la tarea del Libertador. Hemos rescatado, después de 200 años, la independencia. Pero creo que a la Venezuela bonita que todos soñamos todavía le falta mucho, apenas estamos en el comienzo. “A algunos les parece que 10 años es mucho, pero 10 años de historia para un país no es nada, y yo creo que en 10 años hemos avanzado, sobre todo nuestro comandante (Hugo Chávez) ha hecho un trabajo político extraordinario”, expresó. Barrientos indicó que uno de los objetivos alcanzados el 4-F fue el despertar del pueblo, “y no lo van a dormir, creo que no se ha dormido todavía, aquí hay pueblo para rato, con mucha conciencia, y ahí lo vemos, no está el líder porque está en un proceso de recuperación, pero ahí está el pueblo, ocupando los espacios”, manifestó. –¿Qué pasó después del 4 de Febrero de 1992? ¿Qué aprendió en la cárcel? –Yo tenía el grado de capitán: era muchacho, fogoso, atrevido. Recuerdo que Chávez habló del por ahora como a la 1:00 pm, y nosotros decíamos: no, ¿y por qué nos vamos a entregar? Teníamos la brigada blindada, teníamos todo controlado en Valencia, no nos queríamos entregar. Pero entonces comenzó un proceso de negociación con el general de brigada (Fernando) Ochoa Antich, ministro de la Defensa para ese año. “A las 3:00 pm, los cinco capitanes de Valencia nos metimos en lo que era el comando del general y decidimos entregar el cuartel, pero eso fue después de una larga conversación con el ministro de la Defensa Ochoa Antich”, recordó. –¿Después de estar preso, ¿qué responsabilidades le tocó asumir? –Comencé a recorrer un laberinto. Recuerdo que me asignaron al grupo de artillería Ayacucho, en Charallave, y el comandante me dijo que como yo era el comandante de operaciones tenía que recibir todos los polvorines, donde estaban las granadas. “Después vienen las elecciones, cuando ganó Rafael Caldera (Convergencia), y preparé el Plan República para esa oportuni-

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dad”, mencionó Barrientos. Después de la exposición del operativo, el comandante del Ceofanb fue retirado de esa división por ser un “militar golpista”. Comentó que no duraba en sus responsabilidades más de dos meses, ya que continuamente lo cambiaban. Señaló que los militares que participaron en la rebelión eran vistos, dentro de la Fuerza Armada, con recelo. “Cuando llegamos a los cuarteles algunos nos miraban con recelo, nos llegaron a llamar “los mimosín”, los ositos de peluche, y entonces no nos daban cargos claves”. Barrientos fue uno de los oficiales que participó en la rebelión del 4 de Febrero de 1992 y que no recibió la baja, sino que siguió su carrera como militar. Salió de la cárcel el 19 de marzo del año 1994.

PEQUEÑOS HÉROES El hoy comandante del Ceofanb aseguró que al entregarse no se sentía derrotado, más bien se sentía importante, integrante de un movimiento que se formó para salvar al pueblo. “¿Tú sabes qué nos emocionaba? Que veíamos a nuestros soldados que no querían que nos fuéramos. Cuando llegamos al ministerio nos dieron café, no nos sentíamos derrotados. Nos dimos cuenta de que estábamos presos cuando nos metieron en una perrera (patrulla) y nos llevaron al Cuartel San Carlos, cuando llegamos y abrieron la reja, y vimos aquello feo, sucio, oscuro, y aquello estaba full, no había donde dormir, camas sin colchones. Pero a todo el que llegaba lo iban aplaudiendo, entonces nos sentíamos eufóricos”, contó Barrientos. Destacó que con la primera visita se sintieron más eufóricos porque los familiares, al ver a los rebeldes, comenzaron a aplaudirlos, “nos hacían sentir como unos pequeños héroes, esa es la verdad”. Indicó que la gente los felicitaba porque calaron en el pueblo, era una necesidad, “el pueblo, en su subconsciente, pedía a gritos a alguien que lo ayudara a despertar, por decirlo de alguna forma”.

EN CONTINUA EBULLICIÓN “Pido a todos los compañeros de la Fuerza Armada que cada día seamos mejores, seamos un modelo no solamente a lo interno, sino para la población, para el pueblo, que seamos más honestos, más transparentes, más conocedores de la historia, que donde vayamos sembremos valores éticos, morales”, expresó. Después del 4-F, la sociedad venezolana continúa en ebullición, enfatizó Barrientos. “Es una sociedad que hierve, y eso es bueno porque va a labrar el propio camino del país. Terminarán algunos convenciéndose de que han sido utilizados para ir en contra de la patria”. El verdadero patriotismo se sigue construyendo, aseguró. Destacó que es en estos tiempos cuando las venezolanas y los venezolanos han aprendido a considerar el valor que tienen los símbolos patrios, que antes no eran tomados en cuenta. “Hoy, Hugo Rafael Chávez Frías ha hecho entender el valor de la Bandera Nacional, Hugo Chávez Frías ha hecho entender el verdadero significado de nuestro himno nacional, ha hecho entender por qué tenemos que conocer nuestra historia y nuestra geografía, por qué debemos volver a la lectura”, sentenció.


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EDICIÓN ESPECIAL

Domingo 3 de Febrero de 2013

Ronald Blanco La Cruz: “El 4-F se convirtió en una victoria política”

Gracias a la rebelión de 1992 “hay un nuevo pacto social” Quien hoy es una de las autoridades de la Unefa fue protagonista de la insurrección que cambió la historia del país. Le correspondió tomar el Palacio de Miraflores y, según sus propias palabras, se preparó para morir. A 21 años de distancia, sostiene que en ese momento “no quedaba otro camino que el uso de las armas”

“La lucha contra la corrupción debe ser mayor, ya que esta Revolución heredó los vicios de la Cuarta República. Todavía hay mucha gente de esa época en nuestros movimientos y debemos crear una estrategia para crear conciencia. Eso es lo que nos falta y por ello nosotros también luchamos ese 4-F”, acoto.

UNA REACCIÓN

T/ Alex Carmona F/ Miguel Romero Caracas

espués de 21 años de la rebelión militar del 4 de Febrero de 1992, varios de sus protagonistas han tenido tiempo para reflexionar y analizar lo que sembraron en ese momento. Ronald Blanco La Cruz fue uno de los que “se embraguetó” con valentía y asumió el compromiso con el grupo de militares revolucionarios. Con el tiempo, Blanco La Cruz echa un vistazo al pasado y sostiene que la Revolución Bolivariana se debe en gran parte a esa reacción militar y civil, la cual terminó de nacer inspirada en el Caracazo del 27 de febrero de 1989, en el que murieron cientos de personas inocentes. Sin embargo, el ahora Vicerrector de Asuntos Sociales y Participación Ciudadana de la Unefa reconoce que todavía quedan por lograr muchas cosas de las que se plantearon. Blanco La Cruz habla con mucha calma. Describe y recuerda aquel día cuando “se preparó para morir”, sobre todo cuando una bala partida le impactó en la frente. “Pensé que había muerto; de hecho, los nervios hicieron que sintiera todo lo que puede vivir una persona cuando se está muriendo”, recalcó en su diálogo con el Correo del Orinoco. Ronald Blanco piensa que tuvo sentido el sacrificio que hizo en una etapa que para él valió la pena vivir, aun cuando resta mucho por hacer.

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–En este tiempo ¿qué reflexión le queda a usted sobre lo que dejó el 4 de febrero de 1992? –Si lo vemos desde el punto de vista de lo que vivimos ahora, podemos decir que en una sociedad en la cual se respeten los pactos sociales, como la de ahorita, no debe existir otro 4 de febrero. En ese momento hubo una rebelión militar por la descomposición política y social que existía, y hechos tales como el uso de la violencia política el 27 de febrero de 1989. Todo eso generó una reacción. –¿Entonces está claro que el 4 de febrero es producto del 27 de febrero de 1989? –Indudablemente, porque en esa época no había respeto por las leyes. En ese momento fue un hecho de armas, porque debíamos reaccionar a lo que estaba sucediendo. –¿Cómo influyó políticamente el 4 de Febrero en la sociedad? –Bueno, te puedo decir que la tarjeta de AD y Copei desapareció como opción política. Fíjate que la oposición tiene ahora otros nombres. Luego salió de nuestro lado el MVR y ahora el PSUV. Hay un Gobierno que tiene 14 años y un líder como Hugo Chávez. Hay un nuevo pacto social y una Constitución nueva. –¿Qué querían promover ustedes en ese momento? –La lucha contra la corrupción y un nuevo modelo de participación ciudadana. –¿Lo han logrado? –Las muestra de lo que está sucediendo es la respuesta. Si lo medimos desde el punto de vista nacional, vemos que venimos construyendo ese nuevo modelo, aunque faltan muchas cosas por erradicar. Si lo vemos desde la óptica internacional, nos damos cuenta de que esta revolución prácticamente revivió el socialismo en el mundo. –¿En que se basa para decir eso? –En aquellos años cayó la Unión Soviética y muchas naciones aplicaron medidas neoliberales, como fue el caso de Argentina y Venezuela. Con el tiempo la situación comenzó a cambiar en Suramérica con la llegada de los distintos presidentes que están ahora. En el ámbito nacional está claro que el Gobierno ha atendido a las clases que antes no se veían, tales como 1,5 millones de personas que no sabían leer y escribir, así como las otras 300 mil personas que antes no tenían cupo en las universidades, por ejemplo. El Presidente empezó a atender las necesidades

del pueblo y por eso vamos construyendo la Revolución. –¿Y en cuanto a combatir la corrupción? –Para nada. Falta mucho. Acá quedaron personas de esa Cuarta República que se aliaron a la Revolución por conveniencia. Nos falta mucho para hacer una nueva ética socialista, ya que seguimos teniendo dificultades. Por eso yo siempre digo que todavía nos faltan cosas por lograr de las que se plantearon hace 21 años –¿Y logros en favor de la participación ciudadana? –Eso sí lo estamos ganando. Todas las decisiones que toma el presidente Chávez son en favor de la población. Basta con ver los programas sociales.

LUCHA ENTRE LO VIEJO Y LO NUEVO –¿Piensa que existe una lucha entre lo viejo y lo nuevo? –Claro, hemos hecho mucho, pero todavía tenemos que terminar con esa manera corrupta de pensar que heredamos de la Cuarta República. –¿Alguna vez pensaron que ese cambio que ustedes querían iba a llegar de esta manera? –Para nada, lo que pasa es que en ese momento se juntaron muchas cosas. –¿Cómo cuáles? –En 1984 se hizo una acuerdo entre varios sectores de la población y el Gobierno de turno que al final no se cumplió. Eso supuestamente aliviaría un poco la crisis en los más necesitados. Antes la participación del pueblo era muy poca y los partidos políticos no se daban cuenta de eso. Nos llamaba la atención el nivel de desmoralización que tenía la sociedad. –¿Qué le hace pensar de que ahora la participación ciudadana es distinta? –Las elecciones internas que está haciendo el PSUV son una muestra de ello. El hecho de que le den la oportunidad al pueblo para que pueda elegir a sus candidatos es algo muy bueno. Ahí es donde cada persona sabe a quién apoyar y a quién no. Esa es una manera de hacer contraloría social, debido a que tienen la oportunidad de premiar a quien les ha servido.

LA ACCIÓN –¿En qué momento ustedes entendieron que el camino no eran las armas? –Cuando se dio el 4-F y nos dimos cuenta de que compatriotas que se comprometieron no salieron, sabíamos que pasaba algo. Habían 15 unidades comprometidas, pero solo aparecieron 5 comandantes. Los demás no teníamos fuerzas. Ahí comenzamos a pensar en lo que habíamos hecho. –¿Qué pensaron? –En que no era fácil, sencillamente eso. Hubo incumplimiento por parte de muchas personas. –¿En ese momento qué fue lo bueno que les quedó? –A la larga, esto se convirtió en una victoria política. Aunque mucha gente no lo crea, hubo dignidad. El mismo gobernador del Zulia en ese momento, Oswaldo Álvarez Paz, dijo que cuando Francisco Arias Cárdenas tomó la gobernación lo trató con tranquilidad. Pese a que muchos politiqueros pedían “muerte a los golpistas” la gente sabía que habíamos intentado cambiar esto a raíz de aquel 27 de febrero.


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Domingo 3 de Febrero de 2013 –¿Cómo pensaban explicarles ustedes al país que esa rebelión era justificada? –Por medio de los sucesos que se estaban dando, tales como asesinatos de estudiantes, el paquete económico, el aumento de la gasolina. El pueblo tenía mayor exigencia por parte de su Presidente y encima de eso, cuando reaccionó, empezaron a matar a un poco de gente. Ellos mataron a personas indefensas con la policía y las Fuerzas Armadas, y el mismo pueblo se dio cuenta de ello. –¿Piensa usted que en el país hicieron trámites para evitar ese 4-F? –Sí los hicieron, pero el mismo Gobierno los incumplió. Eso fue lo que pasó. –¿Lo que entendemos es que en ese momento se justificaba la violencia? –No quedaba otro camino que el uso de las armas, pese a que por esa vía murieron muchas personas. A pesar de que en aquel contexto apelamos a eso, las revoluciones no son para matar personas; al contrario, son para dar vida. –¿Cuándo entendieron que debían buscar otras opciones? –Cuando pasó todo y vimos la receptividad de la gente. Ahí pensamos que podíamos buscar el camino para que la ciudadanía participara y comenzó la historia de la creación del partido MVR, la postulación de Chávez como candidato presidencial, su posterior triunfo, etc.

EN LO HUMANO Blanco hace una pausa para comentar lo que sintió horas antes de salir a tomar el Palacio de Miraflores. La despedida de su esposa Guadalupe fue el último paso en su proceso de preparación para enfrentarse a la muerte. El militar dijo que pensó seriamente en que no vería más a su familia; sin embargo, eso no lo detuvo para cumplir con el objetivo planteado. –¿Sintió miedo horas antes del 4–F? –Claro. Había un compromiso grande, porque nosotros queríamos cumplir con un objetivo con la menor cantidad de bajas posibles. La mayoría de los muertos que hubo ese día eran nuestros mismos compañeros. Eso era una gran preocupación, sobre todo cuando veías a compañeros muertos y heridos. La postración nerviosa propia de una confrontación violenta. Esos días fueron de mucha presión. –¿Cómo controló los nervios? –Yo me preparé para morir. Era como si ese día sabía que moría. Vivía en El Valle. Llegué a la casa, me bañé, busqué un uniforme nuevo. Me dije que iba a cumplir con esa misión y no sabía si regresaba. Lo que íbamos a hacer no era una reunión, ni una clase. Esto no era un ejercicio militar. Salí con varios de mis compañeros –unos eran más valientes que otros– y hablábamos sobre lo que nos venía. –Dicen que las autoridades militares del Gobierno estaban alertadas de que lo harían. ¿Es cierto? –Sí, pero igual lo hicimos. Algunos me lo dijeron y les respondí: “yo igual voy a cumplir con lo que tengo encomendado”. Enseguida me respondieron que eso era lo que querían escuchar. Ahí jugó mucho el ímpetu de la juventud. Teníamos temor, preocupación, pero responsabilidad. Habían muchas cosas encontradas.

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“Muchos nos apoyaron” –¿Como catalogaría a la reacción del pueblo el 4F? –Muchos nos apoyaron. Los que nos cuidaban en el cuartel San Carlos nos decían que afuera había muchas personas que nos venían a ver. En esos días estábamos cerca de Carnaval y cuando vimos los periódicos, en los cuales se mostraban los disfraces de nosotros vestidos con el uniforme militar, nos asombramos mucho. –¿Cómo piensa que fue el comportamiento de quienes se opusieron a ustedes? –Los del Gobierno nos condenaron, obviamente, pero había adecos y copeyanos que aceptaron que el rumbo del país no era el mejor. Nos decían que no estaban de acuerdo con las armas, pero que reconocían que se había perdido la ética. Después de eso, a nosotros se nos sumaron muchas personas que eran de esos partidos. –Según su óptica ¿qué hace falta por hacer ahora para que ese 4-F no se quede en el recuerdo? –Luchar contra la corrupción. En esta revolución se infiltró mucha gente que son como las manzanas podridas que dañan a los demás. El comandante Chávez tiene grandes ideas, pero por personas como estas se pierde la esencia de esas ideas. –¿Entonces la Revolución no se ha terminado de cumplir? –Se está cumpliendo, pero hace falta lograr que haya conciencia en todos los sectores. Es imposible revolucionar un país con una juventud acostumbrada a la corrupción y funcionarios que la hagan. Eso nos hace falta lograrlo, y ese fue uno de los principios de ese grupo que luchó el 4-F.

–¿Qué le dijo a su familia? –Le dije a mi esposa Guadalupe que les dijera a mis hijos que esto lo hice por amor a la patria. Nos vimos después, pero era complicado explicarles a tus hijos una razón específica del porqué estabas en la cárcel. Era una gran preocupación. –¿Estuvo a punto de morir? –Sí, de hecho un pedazo de bala me rozó la ceja izquierda. –¿Cómo fue ese momento y cómo se salvó? –Realmente no fue un disparo, creo que fue un trozo de bala que se astilló. Ese pedacito me golpeó la parte superior de la ceja izquierda. Ahí pensé que me estaba muriendo. Se me vino a mi mente una especie de película de mi vida y tenía sangre en el rostro. Un compañero me dijo que me lavara la cara y en ese momento fue que caí en cuenta de que seguía vivo. –¿Sintió el impacto? –Sí, fue como si me diesen un golpe en la cabeza, una pedrada. Vi como un chispazo de luz. Yo escuchaba cuando los compañeros decían que me habían matado. Botaba

sangre. En medio de los nervios que tenía pensaba que tenía trozos del cerebro en mis manos. En ese momento pensaba que estaba muerto y anímicamente mal. Pensé en mi esposa e hijos. –¿Cuando supo usted que había quedado vivo? –Cuando me sacaron, me dijeron que me lavara la cara. Ahí volví en mí y me di cuenta de que no volaron los sesos, ni nada de eso. En ese momento los compañeros me dijeron que tenía un roce en la ceja. Luego entendimos que era un pedacito de bala que me dio. –¿En qué parte le tocó combatir? –En Miraflores. Estaba en uno de los tanques de guerra. –¿Cuándo se dieron cuenta que la misión había fracasado? –Cuando nos entregamos. En ese momento no sabíamos lo que había sucedido con el comandante Chávez, pero ya en inteligencia militar vimos su mensaje. Ahí nos sentimos felices. Vimos el famoso “por ahora”, tan profético y que abriría tantas posibilidades que pensamos, en ese momento, que vendrían otras.


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EDICIÓN ESPECIAL

Domingo 3 de Febrero de 2013

La operación comenzó dos años antes de El Caracazo

Con cartas anónimas se descifró el compromiso revolucionario de los oficiales de las Fuerzas Armadas Las misivas eran entregadas por civiles, y la actitud de los militares era evaluada por miembros del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), contó el luchador Rafael Uzcátegui T/ Alexander Escorche Caña F/ Héctor Lozano Caracas

l envío de cartas anónimas, que fueron entregadas por civiles revolucionarios, fue una de las estrategias que aplicaron los militares insurgentes del 4 de febrero de 1992 para descifrar el compromiso revolucionario de los oficiales activos de las entonces Fuerzas Armadas (FFAA, hoy Fuerza Armada Nacional Bolivariana). Rafael Uzcátegui, actual secretario general de Patria Para Todos (PPT), se confesó como parte del grupo de ciudadanas y ciudadanos comprometidos con el proceso, que estaba encargado de esta labor. Para ese entonces, según indicó al Correo del Orinoco, era un integrante más de La Causa Radical (LCR), pero venía de militar en el Partido de la Revolución Venezolana (PRV) y de haber participado en la guerrilla rural y urbana.

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Uzcátegui aseguró que las cartas eran elaboradas por el propio presidente Chávez, y por su camarada Francisco Arias Cárdenas, actual gobernador del estado Zulia. Narró que ambos militares mantenían contacto con Pablo Medina, actual dirigente del partido Movimiento Laborista, que para ese entonces era el secretario general de LCR; también con el ahora secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Alí Rodríguez, quien era diputado y miembro de la dirección nacional de esta tolda política. “Yo era una de las personas, que por disposición de Alí Rodríguez y Pablo Medina, que eran los que tenían el contacto con Chávez y Arias, buscaba mecanismos para que esas cartas llegaran a oficiales de las entonces Fuerzas Armadas”, aseguró. Uzcátegui detalló que las misivas no estaban identificadas, sino que eran firmadas con una especie de seudónimo que se usaba para dirigirse a los demás militares: “Era una carta que hacía un oficial bolivariano, pero no daba nombre”. “Las maniobras no convencionales para entregarla implicaba desde poner las cartas en un correo cualquiera, evitando dejar huellas dactilares, hasta buscar la

manera de que llegaran a las propias unidades militares, o a las casas de los oficiales”, precisó. Añadió que los envíos por correo podían hacerse desde oficinas de correspondencia ubicadas en el interior del país, o incluso en el exterior. Entregarlas en las unidades militares, complementó, “ameritaba tener relación interna con otros oficiales comprometidos con el proceso”.

EVALUACIÓN Para descifrar el compromiso o la propensión de los oficiales integrantes de las FFAA, oficiales que participaron en el juramento del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200), cofundado por el presidente Chávez a principio de los años 80, evaluaban la actitud de los militares que recibían las cartas. “Si un militar estaba en una unidad militar, y los oficiales que estaban comprometidos no sabían cuál era su opinión, se le enviaba una de las cartas anónimas y se observa cuál era su reacción”, indicó. Por ejemplo, continuó, “si le informaban al oficial de seguridad o a su superior, eso evitaba que lo contactaran después, porque descifraba que era propenso a la delación”. En cambio, añadió, “si simplemente se la guardaba y la ocultaba, quería decir que tenía una actitud positiva, porque no delató, y se le manifestaba a otro oficial que estaba comprometido que lo contactara”. De acuerdo con Uzcátegui, este trabajo comenzó casi dos años antes de la rebelión del 27 de febrero de 1989, mejor conocida como El Caracazo. Aclaró que no eran envíos diarios ni muy seguidos, sino esporádicos, los cuales podían efectuarse cada mes, o cada dos o tres meses. Confirmó que esta actividad se emprendió hasta pocos días antes del 4 de Febrero, porque la estrategia fue descubierta, en vista de que una persona a la que se le dio la tarea de enviar más cartas metió varias en el Correo de Carmelitas y llegaron agrupadas.

OTRAS TAREAS Esta no fue la única participación de Uzcátegui en la insurrección cívico-militar del 4 de Febrero de 1992. El dirigente revolucionario asegura que también se encargó de las relaciones políticas, contactó a militares y buscó casas para realizar actividades. Este trabajo, según indicó, lo compartió con otros compañeros que militaban en La Causa Radical, como Carlos Melo, quien hoy día milita en la oposición venezolana, entre otras personas comprometidas. “Por ejemplo”, agregó, “Vladimir Ruiz, que es un barinés, compañero de infan-


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cia de Chávez, vinculó al Presidente con Alfredo Maneiro y con LCR; en la reunión que coordinó con Alfredo Maneiro, la cual se hizo en Maracay, en el apartamento donde vivía Chávez, estuvo Pablo Medina”. Destacó el dirigente revolucionario que todos los contactos, tanto con los partidos como con los oficiales, se establecían por la vía familiar, amistosa o militante. Argumentó que Adán Chávez, actual gobernador de Barinas, tenía relación con organizaciones de izquierda, y también facilitó que su hermano contactara a militantes revolucionarios de Venezuela.

OPERACIÓN CANCELADA El propio 4 de Febrero Uzcátegui iba a participar junto con otros militantes de La Causa Radical para ese entonces, como Francisco Durán, quien es vicepresidente Hidroven; Albert Reverón y Víctor Ángel García, entre otros, que en su mayoría son militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en este momento. A la medianoche de ese día se mantuvo con sus camaradas en la avenida Las Fuentes de El Paraíso. Dijo que también le acompañaba Jacobo Torres, hoy dirigente de la Federación Bolivariana de Trabajadores (FBT). Agregó que otro grupo hacía lo propio en el 23 de Enero, donde estaba Juan Contreras, cofundador de la coordinadora Simón Bolívar; Freddy Parra, Alexis Vielma, José Guzmán (Cheo), entre otros. “Íbamos a participar en la toma del Comando Regional 5 de la Guardia Nacional, con el grupo de militares que venía desde Maracay con el presidente Chávez”, apuntó. Precisó que lo harían con armas propias que tenían para ese momento. No obstante, según su versión, a última hora los oficiales rebeldes cancelaron la participación del sector civil, en el caso de Caracas; “todo lo contrario a lo que ocurrió en Valencia, donde los que estaban al frente de la rebelión, como Luis Valderrama, sí pudieron participar porque se los permitieron”, indicó. De acuerdo con Uzcátegui, el presidente Chávez iba a recoger a Alí Rodríguez en Tazón, pero se vino a Caracas por Los Teques. Pasada la 1:00 am del 4 de Febrero, Alí Rodríguez llegó a la avenida Las Fuentes de El Paraíso y confirmó que la rebelión había comenzado finalizando el día anterior, a las 11:00 pm, con enfrentamientos alrededor del Palacio Blanco. “En El Paraíso se escuchaba la balacera”, comentó. Uzcátegui dijo que los que estaban con él se fueron al apartamento de una militante que era pareja de Jacobo Torres. “Albert Reverón continuó hacia el 23 de Enero, para informar a los que esperaban allá que ya no íbamos a participar, y yo me fui con Víctor Ángel García y Alí Rodríguez, al apartamento del ingeniero Abelardo Zulueta, un vinculado a LCR y a todo lo que estábamos haciendo”, subrayó. Añadió: “En la madrugada llegó Alberto Quintero, que era parte del movimiento, y ahí presenciamos la locución que el Presidente hizo desde el Ministerio de la Defensa”.

Referencia bibliográfica En el libro 50 años de lucha revolucionaria. La vida de Rafael Uzcátegui, el periodista venezolano Alexis Rosas destaca la participación del secretario general de Patria Para Todos (PPT) en los acontecimientos de El Caracazo, el 4F y el 27N (Página 94). Entre datos históricos, el tres veces Premio Nacional de Periodismo cuenta que “los causaerristas implicados en la rebelión militar estaban actuando en contra de la dirección nacional del partido que en una reunión previa realizada en Valencia, en noviembre del 91, había decidido no participar en el golpe, porque ‘este tipo de acciones atentaba contra la institucionalidad del país’”. Precisa que “los más tenaces opositores al golpe eran Andrés Velásquez, Lucas Matheus, Tello Benítez y José Lira, el mismo cuarteto que, cinco años después, se encargaría de dividir el partido, división de la cual surgiría Patria Para Todos”. Con más detalles, Rafael Uzcátegui le contó a Alexis Rosas sobre la coordinación del movimiento representado por los civiles, que participó en los acontecimientos del 4 de Febrero, y el autor describe situaciones del momento: “Un ambiente de duelo se respiraba por todas partes. No obstante, muchos ciudadanos habían salido a las calles, esperando el desarrollo de los acontecimientos, preguntándose quiénes eran aquellos jóvenes oficiales que se habían atrevido a alzar la voz de esa manera”. El libro 50 años de lucha revolucionaria. La vida de Rafael Uzcátegui fue impreso en Caracas, en el año 2009, por la Editorial Texto. A lo largo de 164 páginas narra la vida política completa de su protagonista, partiendo de su niñez y de acontecimientos relevantes de la historia venezolana, como el derrocamiento de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, que lo fueron “contagiando con la irreverencia de los luchadores de la época”.

HORAS DESPUÉS Las personas que estaban en el apartamento del ingeniero Zulueta salieron a la calle a distintas horas, en el transcurso de la mañana, según Uzcátegui. “Yo salí con Pablo Medina, quien también estaba allá, y aprovechó para declarar por NotiRumbos, desde un teléfono público que estaba en Plaza Venezuela”, precisó. Continuó: “Pablo Medina habló con Teresa Maniglia, hoy encargada de Prensa Presidencial, y le declaró sobre el proceso que se iba a desencadenar; entre otras cosas, de la suspensión de las garantías”. Uzcátegui argumentó que la suspensión de las garantías constitucionales era una salida clásica a la que se había recurrido en todos los acontecimientos similares de la historia venezolana, que tuvieron que ver con levantamientos y golpes de Estado. “Lo que hacían era suspender las garantías, y así arremetían policialmente”, acotó. Recordó Uzcátegui que ese día hubo un debate en el Parlamento, y tanto el expresidente Rafael Caldera, senador vitalicio para el momento, como La Causa Radical se opusieron a la suspensión de las garantías constitucionales. “Como senador vitalicio, Caldera llamó a una sesión extraordinaria y conjunta entre las dos cámaras: la de diputados y la de senadores, para considerar la suspensión de las garantías”, indicó. Añadió: “Ahí se catapultaron Caldera y Aristóbulo Istúriz (actual gobernador del estado Anzoátegui), porque de alguna manera le dieron una interpretación distinta a lo que venía ocurriendo”, apuntó. Refirió que el expresidente Caldera señaló que lo que ocurría en el país permitió que la rebelión ocurriera. Después de esos acontecimientos, agregó, “yo me separé de Pablo Medina, y él se fue a ver con José Albornoz y José Lira”. Concluyó: “En la tarde se dio todo el proceso que ya conocemos: La sesión conjunta para aprobar o desaprobar la suspensión de garantías, y el famoso discurso de Rafael Caldera”.

Ítalo del Valle Alliegro Exministro de la Defensa

“No podemos seguir llamando a las conspiraciones. No podemos seguir jugando a motivar a las Fuerzas Armadas a tomar el poder por asalto porque eso no es beneficioso para nadie” (Febrero de 1992)

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En el año 1992 había manifestaciones en sus alrededores desde el amanecer para apoyar al Comandante

A Chávez lo sacaron del Cuartel San Carlos porque se convirtió en un símbolo de esperanza

Perseguidos de la Cuarta República aseguran que los gobiernos del Puntofijismo fueron “muy estúpidos y brutos” al albergar a los presos políticos en esta edificación, porque desde ella se podía observar el Panteón Nacional y tener siempre presente al Libertador T/ Alexander Escorche Caña F/ Héctor Lozano Caracas

uando el presidente Chávez fue encarcelado en el Cuartel San Carlos luego de la rebelión del 4 de febrero de 1992, una poblada iba a darle vivas todos los días. De acuerdo con Paúl del Río, presidente de la Fundación Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez (que está a cargo de la referida edificación militar colonial), desde que amanecía había manifestaciones que los guardias nacionales no podían controlar, y por eso el Gobierno de la época decidió trasladarlo a la cárcel de San Francisco de Yare, en Miranda.

C

“Bien lejos, donde no lo pudieran ir a ver; y sin embargo, a Yare iba la gente a gritarle desde afuera”, apuntó. Del Río refirió que las autoridades no podían tener al líder de la Revolución Bolivariana en la capital, porque “Caracas es una ciudad rebelde, una ciudad roja”. Acotó que el gran odio de expresidente Rómulo Betancourt, y de todos los adecos, era fundamentalmente contra Caracas, porque era una ciudad revolucionaria. “Esa vaina poética de la ‘ciudad de los techos rojos’ no es cierto. Rojos no eran los techos sino la gente”, acotó.

PRISIÓN EMBLEMÁTICA Durante la Cuarta República, el Cuartel San Carlos fue una prisión emblemática en Venezuela, afirmó Del Río; esto, a pesar de que en esa época hubo muchas cárceles en el país, y muchos lugares de reclusión para los presos políticos, como la cárcel modelo de Caracas. “A nosotros no nos mezclaban con la población común, porque (a los gobernantes) les parecía que no era conveniente sino peligroso, en vista de que podíamos darles instrucción política y los íbamos a alzar; no hacia el delito sino hacia la liberación”, señaló. Ciro Aparicio, miembro del secretariado de la Fundación, destacó que todos los

Tendrá su propia emisora de radio Bajo la administración de la Fundación Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez, el Cuartel San Carlos se utiliza como locación para actos políticos, sociales y culturales. En el lugar se hizo un acto especial, con la presencia de la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, a propósito de la exhumación de los cadáveres de los asesinados en la masacre de Yumare, entre una serie de homenajes a caídas y caídos de la lucha armada revolucionaria. También se hizo el acto fundacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), al cual acudió el presidente de la República, Hugo Chávez. Ese mismo año, que se cumplió el 50º aniversario del 23 de Enero, la Asamblea Nacional sesionó en el patio central, y el orador de orden fue el excontralor Clodosbaldo Russian, ya fallecido. “Aquí se hizo también el Primer Foro Internacional sobre Comisiones de la Verdad, Justicia, Memoria y Reparación, para reforzar el anteproyecto de la fundación y la exigencia de una Ley para Sancionar los Crímenes, Desapariciones, Torturas y Otras Violaciones de los Derechos Humanos por Razones Políticas en el Periodo 1958-1998, que luego fue publicada en la Gaceta Oficial N° 39.808, del 25 de noviembre de 2011”, acotó. Desde hace 27 meses las instalaciones del Cuartel San Carlos están ocupadas por un grupo de damnificadas y damnificados. Con respecto a la recuperación de esta edificación militar colonial, Paúl del Río indicó que se ha hecho muy poco porque la Fundación Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez no tiene recursos. “No somos un partido político sino una cuerda de viejos que nos pusimos de acuerdo en una idea”, expresó. Detalló que se hizo un memorial, con una llama eterna, que tiene un mural en el que están los nombres de más de 1.300 caídos en las luchas armadas, cuyas historias están registradas. “No lo hemos podido terminar de instalar”, señaló Idulfo Rojas, vicepresidente de la fundación, añadió que en un ala del cuartel se hizo la Sala de los Héroes Latinoamericanos y del Caribe, pero no se ha podido inaugurar por la presencia de las familias damnificadas. “Tiene una gigantografía de los héroes que tuvieron que ver con las convulsiones sociales de los años 60 en adelante; son fotografías de obras de artes de pintores reconocidos”, describió. Un equipo técnico de ingenieros y arquitectos, muchos de ellos compañeros de lucha, elaboraron un proyecto para la recuperación del cuartel, que no se ha materializado por “falta de tiempo y recursos”. Anunció que muy pronto va a empezar a operar una emisora de radio comunitaria, con 500 vatios de potencia, que permiten cubrir toda Caracas. “Por supuesto, con el control político-ideológico nuestro, absolutamente comprometida con el proceso revolucionario y el presidente Chávez”, apuntó. De acuerdo con Idulfo Rojas, la radio podría iniciar operaciones en unos 15 días. “Solo hay que acondicionar el transmisor, que llega en una o dos semanas, y enseguida entra en periodo de prueba”. La frecuencia será 95.1 FM. “Queremos que muestre las vivencias del cuartel. Se ha pensado hasta en hacer radionovelas sobre los presos de la época”, adelantó.


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Punto estratégico

Paúl del Río

Hitos históricos En el Cuartel San Carlos pasó su última noche José Leonardo Chirino. “Lo traen en barco desde Falcón, hasta el puerto de La Guaira, y lo suben por el mal llamado Camino de los Españoles, que en realidad es el camino de los indígenas, de los Caracas, pero los españoles se robaron hasta el nombre”, indicó Paúl del Río. Continuó: “Lo traen al Cuartel de San Carlos, porque quedaba a un paso de la Puerta de Caracas. Al otro día lo amarran a la cola de una mula y lo bajan hasta la Plaza Mayor, que hoy día es la plaza Bolívar, frente a la Catedral, y lo ahorcan y descuartizan”. Añadió: “Después reparten partes de su cuerpo por distintos sitios de Caracas. La cabeza, frita en aceite, estuvo puesta durante mucho tiempo en una jaula de hierro, en la Puerta de Caracas. Las manos y las piernas las pusieron en distintas entradas que tenía la ciudad”. En el Cuartel San Carlos también pasaron días algunos compañeros del primer desembarco de Miranda, que fue en Ocumare de la Costa. Hay cartas que lo comprueban. “Ninguno de los capturados era venezolano, había un inglés y unos norteamericanos. El inglés venía a manejar la imprenta que traía Miranda en el Leander. Era un hombre muy joven”, apuntó. “Existe una carta”, relató, “ que le envió a su esposa, la cual estaba embarazada, despidiéndose porque le salió mal la aventura; lo capturaron y lo iban a ahorcar. Esa carta se mantiene en un museo europeo. Igual que a Chirino, lo bajaron a la plaza Mayor y lo ahorcaron y lo desmembraron”. Por estos hechos y más, recalcó del Río, el Cuartel San Carlos está lleno de historias.

castillos coloniales fueron habilitados en la Cuarta República para apresar a los presos políticos. “Para nosotros todo era provisional y accidental; hasta un juicio podía realizarse en un gimnasio cubierto”, acotó. Y continuó: “Ellos creían que después de que nos hicieron la trampa tan bien urdida, nosotros nos íbamos a quedar tranquilos, pero aquello fue una explosión de la juventud, y terminó en una lucha armada, organizada, con su mando militar”.

CALABOZOS ERAN USADOS COMO PRISIÓN En el Cuartel San Carlos había dos tipos de calabozos que eran usados como prisión, pero no se torturaba, indicó Paúl del Río. “Solo eran para pagar las penas que sentenciaba el juez, o simplemente para meter a los presos políticos, hasta que se pudrieran o hasta que a ellos les diera la gana de soltarlos”, explicó. Precisó que los calabozos de la parte colonial del edificio militar eran “unas trampa-jaulas, unos sucuchos horrorosos, muy pequeños, incómodos y antihigiénicos”. En cambio, comparó, los del ala que se construyó durante el Gobierno de Marcos Pérez Jiménez, en la parte alta (en estos estuvo el presidente Chávez), “tenían piso de granito, baño privado, closet y una serie de comodidades; una amplitud que no se corresponde con la idea que uno tiene de un calabozo”. Al lado del Cuartel San Carlos, donde hoy día hay un terreno que se utiliza como estacionamiento, estaba un edificio donde funcionaba el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA), hoy día la Dirección de Inteligencia Militar (DIM). “Ese sí era un centro de interrogatorio. La gente pasaba primero por ahí, en los sótanos la torturaban, y cuando no tenían más nada que hacer con ella, la llevaban para un teatro de operaciones en el interior; a veces mataban por el camino y enterraban o botaban a las personas donde se les antojaba”, afirmó. No obstante, subrayó, si las personas tenían “suerte”, las pasaban hacia los calabozos del cuartel. Por ejemplo, cuando Del Río fue capturado, según indicó, empezaba el primer gobierno del expresidente Rafael Caldera, el cual había prometido la pacificación al entrar en contacto con la dirigencia del

El Cuartel San Carlos, hoy día convertido en Monumento Histórico Nacional, tiene poco más de 200 años. De acuerdo con Paúl del Río, presidente de la Fundación Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez, se construyó cercano a la fecha del natalicio del Libertador Simón Bolívar. Esta edificación militar colonial se encuentra entre las esquinas de Dos Pilitas a Cuartel San Carlos, en la parroquia Altagracia del municipio Bolivariano Libertador, “punto estratégico donde se dominaba el valle de Caracas”, según del Río. Desde que fue construido como instalación militar, inmediatamente pasó a los vaivenes de las guerras. En un tiempo estaba en manos de los españoles y en otro momento estaba en manos de los patriotas. “Siempre fue un sitio de conflicto, de violencia, de los sinsabores de la Guerra de la Independencia”, afirmó. Por ejemplo, detalló, “cuando Bolívar libera a Caracas en la Campaña Admirable de 1813, pasa a ser de los patriotas, pero después José Tomás Boves toma Caracas y vuelve a ser realista”. En 1812, cuando ocurrió el terremoto de Caracas, una parte importante se derrumbó y mató a alrededor de 212 soldados patriotas, según Del Río. Se necesitaron unos 30 años para volverlo a reconstruir. Una de las alas que aún se conserva, casi intacta, se construyó en el Gobierno de Marcos Pérez Jiménez, y por eso no es colonial. “Eran unos calabozos diseñados para tener en custodia a altos oficiales del Ejército que se habían portado mal”. De esos 200 años de historia, una cuarta parte atañe a los integrantes de la Fundación Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez, que son sobrevivientes de los 44 años en los que los partidos Acción Democrática (AD) y Copei utilizaron las instalaciones del Cuartel San Carlos como prisión para las perseguidas y los perseguidos políticos revolucionarios.

Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV). “Cuando pasabas para acá, estabas más tranquilo porque sabías que no te iban a matar en ese momento. Te reencontrabas con los camaradas en prisión, y recibías visitas. En cambio, en los sótanos estabas en secreto. Nadie sabía si existías o no”, afirmó. El edificio donde estaba el SIFA desapareció. “Cuando el Ministerio de la Cultura estaba a cargo del Cuartel San Carlos, tapió los sótanos e hizo una placa, que es donde actualmente está el estacionamiento”, informó Del Río. “Esa historia desapareció, echaron la basura debajo de la alfombra para que no haya memoria”, lamentó y condenó.

LUGAR PARA LA REMOTIVACIÓN Para los prisioneros políticos, apuntó Paúl Del Río, la cárcel era un lugar para la remotivación de las ideas; un sitio de estudio, de reuniones políticas y de dignidad. “Nosotros dignificábamos nuestra falta de libertad, absolutamente. Nosotros

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“Así que tenemos un cierto derecho, y como somos los únicos que estamos vivos, lo hemos ejercido. Por eso lo recuperamos hace seis años y medio, justamente un 26 de julio”, expresó. Apuntó que después de un acto celebrado en el Cementerio General del Sur, en homenaje al militante socialista Jorge Rodríguez, salieron a ocupar el cuartel pacíficamente. “Llegamos a un acuerdo con sus ocupantes (el Ministerio de la Cultura, que estaba a cargo del ministro Francisco Sesto en ese momento), porque la Fundación Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez existía legalmente”. Esa asociación, registrada con la ayuda de los abogados de la Vicepresidencia de la República, cuando estaba a cargo de José Vicente Rangel, fue creada por un grupo de exguerrilleras y exguerrilleros revolucionarios venezolanos, exprisioneros políticos, con la idea fundamental de rescatar la memoria de las luchas del movimiento armado de los años 60, 70 y 80, en los que ellos participaron. “Se pensó construir un centro de la memoria de las luchas revolucionarias del pueblo venezolano, pero de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez para acá, sin desacreditar las anteriores”, acotó, y aclaró que “en los años 60, nosotros nos propusimos luchar por la liberación nacional y el socialismo, lo que era nuestra consigna. La generaciones anteriores, que son igual de gloriosas y heroicas, luchaban contra dictadores, como lo eran Juan Vicente Gómez y Pérez Jiménez, pero por otras razones, como la libertad de la patria. “Nosotros, en cambio, nos propusimos la liberación nacional, que en dos palabras significa sacudirnos el yugo imperialista de Estados Unidos, quitarnos de encima al imperio gringo y comenzar a construir el socialismo”, apuntó. Admitió que eso no se pudo lograr porque el movimiento fue derrocado, sin embargo, se comenzó a materializar en la etapa posterior, con la Revolución Bolivariana que encabeza el presidente Hugo Chávez.

éramos un ejemplo para los militares por nuestra disciplina, nuestra capacidad de estudio y nuestra ética, que era lo que nos volvía irreductibles. Hubo caso de traidores, pero son muy pocos, porque la cárcel era una escuela, y más el Cuartel San Carlos en particular”, expresó. Afirmó que las revolucionarias y los revolucionarios salían de la prisión mejor preparados, ideológica y políticamente, que cuando entraban. Para Del Río y demás miembros de la Fundación Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez, los gobierno de la Cuarta República “eran muy estúpidos y brutos” al usar el Cuartel de San Carlos como prisión política, porque desde las ventanas se ve la punta del Panteón Nacional donde está el Libertador Simón Bolívar: “Cómo te vas a rajar, cómo te vas a vender, si el Padre de la Patria está ahí; nos está viendo y nosotros lo estamos viendo, todos los días lo saludamos”, acotó. El Cuartel San Carlos, en particular, tenía la gran ventaja de que todos los días salía el sol para sus prisioneros, sobre todo para los que estaban en la parte alta”, como el presidente Hugo Chávez.


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EDICIÓN ESPECIAL

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Chávez: “Por ahora” “Primero que nada quiero dar

hacia un destino mejor. Así

buenos días a todo el pueblo

que oigan mi palabra. Oigan

de Venezuela, y este mensaje

al comandante Chávez, quien

bolivariano va dirigido a los

les lanza este mensaje para

valientes soldados que se

que, por favor, reflexionen y

encuentran en el Regimiento de

depongan las armas porque

Paracaidistas de Aragua y en la

ya, en verdad, los objetivos

Brigada Blindada de Valencia.

que nos hemos trazado a nivel

Compañeros: lamentablemente,

nacional es imposible que

por ahora, los objetivos que nos

los logremos. Compañeros:

planteamos no fueron logrados

oigan este mensaje solidario.

en la ciudad capital. Es decir,

Les agradezco su lealtad,

nosotros, acá en Caracas, no

les agradezco su valentía, su

logramos controlar el poder.

desprendimiento, y yo, ante

Ustedes lo hicieron muy bien

el país y ante ustedes, asumo

por allá, pero ya es tiempo de

la responsabilidad de este

reflexionar y vendrán nuevas

movimiento militar bolivariano.

situaciones y el país tiene que

Muchas gracias”

enrumbarse definitivamente

(Febrero de 1992)

Mario Moronta

Teodoro Petkoff

Obispo

Fundador del MAS

“Es evidente que el país está afectado por una situación económica muy difícil, que hay demasiada gente pasando mucho trabajo, y últimamente el problema del golfo fue manejado de una manera que condujo a crear una tensión en el país. Pero nada de eso

“Yo creo que ha llegado el momento de fortalecer todos esos esfuerzos y todas esas luchas que tantos venezolanos –algunos muertos, otros vivos– han realizado junto con la Iglesia, junto con todas las instituciones para construir

justifica la acción”

en venezuela un régimen

(Febrero de 1992)

democrático” (Febrero de 1992)

Rafael Caldera Carlos Julio Peñaloza

José Vicente Rangel

el comportamiento de la

Político y periodista

clase dirigente del país,

Expresidente

por el comportamiento de

“Se impone también un

“El problema es el país,

los partidos políticos, por

análisis de las circunstancias

“Chávez, además de todas

el pueblo, la comunidad

el comportamiento de los

de fondo que han dado lugar

estas cualidades que tiene,

nacional que se siente

sindicatos”

a esta situación. Yo considero

el hombre es carismático,

afectada, preterida, ignorada,

(Febrero de 1992)

que el Presidente de la

el hombre es aplomado, no

ofendida, agraviada por

Militar

República tiene que hacer

me queda duda de que es

realmente ese análisis de

un hombre, como decimos

fondo, a ver qué es lo que está

nosotros los venezolanos, es

ocurriendo en venezuela para

un hombre echao pa’lante” (Febrero de 1992)

Diseño y Diagramación: Pablo Valduciel, José Manuel Hernández Chacín Corrección: Judith Herrada, Eliézer Aché, Miguel Hidalgo, Franklin Hurtado, José Brito

que se presente este hecho” (Febrero de 1992)


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