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¿CÓMO FUNCIONA LA ENERGÍA EÓLICA?

¿CÓMO FUNCIONA LA ENERGÍA EÓLICA?

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La energía eólica es una de las fuentes de energía más sustentables, además su crecimiento productivo aumenta década a década. Por estos y otros motivos resulta interesante conocer cómo funciona la energía eólica, sistema energético del presente y del futuro.

Para explotar eficientemente la energía eólica es importante tener en cuenta las variaciones de los vientos a lo largo del día, en relación al suelo y las velocidades máximas registradas en el territorio. ¿Cómo funciona la energía eólica? Mayoritariamente, existen dos tipos de máquinas que aprovechan la energía contenida en el viento: los molinos y los aerogeneradores de electricidad.

Los primeros se utilizan fundamentalmente para bombeo mecánico de agua, mientras que los segundos están especialmente diseñados para producir electricidad. Los parques eólicos son los emplazamientos que se destinan para la producción de la energía eólica, estos deben tener un criterio de ubicación estratégico en función del mayor impacto aéreo posible.

Si bien la producción de esta energía está condicionada por las características del aerogenerador utilizado, en general los parques eólicos necesitan vientos mínimos de 12 km/h, y una capacidad de recepción máxima de 90km/h.

El funcionamiento En pocas palabras, la energía eólica hace referencia a aquellas aplicaciones y tecnologías que aprovechan la energía cinética del viento para convertirla en energía eléctrica o mecánica.

Los vientos provocan el movimiento de los molinos o aerogeneradores, y a partir de ahí se produce la energía cinética, la cual luego es transferida a un generador que se encarga de convertirla en energía eléctrica, mecánica o térmica, según sea la necesidad. Una vez cumplido este ciclo, lo producido es enviado a la red eléctrica para ser consumido por las comunidades.

Características La energía eólica es destacada principalmente por tratarse de una energía renovable, y por tener como materia prima al viento, un recurso abundante, estable y limpio.

La utilización de este tipo de energía ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero dado que su producción no implica el uso de combustibles fósiles. Esta característica resulta clave a los fines de la mitigación del cambio climático y la contaminación atmosférica. En este sentido, también resulta necesario mencionar que la producción no genera material particulado ni sustancias reactivas.

En términos económicos, la instalación de energía eólica requiere de una importante inversión inicial, pero posteriormente no implica grandes gastos. Sin embargo, y comparativamente, es más estable que los precios de otras fuentes de energía, por ejemplo el petróleo es mucho más volátil. Además, la mejora tecnológica redujo notablemente los costos, para 2004 la inversión necesaria representaba una quinta parte de lo que implicaba en sus inicios de 1980.

La gran desventaja de este sistema es que no puede ser usado como única fuente de energía dado que el almacenamiento no es una cuestión que esté resuelta en la actualidad.

Es necesario almacenar la energía que se produce en momentos de alto rendimiento para luego utilizarla cuando no lo hay. Por lo tanto, es indispensable un respaldo de las energías convencionales.

Otra cuestión contraria es que por lo general los sitios con buena aptitud para la instalación de un parque eólico muchas veces están alejados de los centro de demanda. Esto implica grandes costos en transmisión. Un ejemplo cercano es nuestro país, donde los emplazamientos eólicos se encuentran en la Patagonia, mientras que la concentración de la demanda se encuentra en Buenos Aires.

En el mundo A nivel internacional cada vez se encuentran más casos de promoción e inversión hacia la instalación de parque eólicos. China y Estados Unidos son los países que más producen, representan juntos casi el 50% de la capacidad eólica global, y si se tiene en cuenta a España, India y Alemania el número asciende a 71,7%.

Los casos con mayor capacidad de abastecimiento son Dinamarca y España, cuyos sistemas energéticos tienen un 25% y 20% de composición eólica respectivamente.

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