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Impermeable y Transpirable

Impermeable y transpirable ¿Puede serlo un material a la vez?

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Nota Técnica Internacional

Autor: Carlos Sanjuán Fernández info@patologiasconstruccion.net

Arquitecto Técnico y Perito Forense. Especialidad en Patología, Rehabilitación y Construcción (Procesos y Materiales).

Encontramos, en especial en los revestimientos como morteros y pinturas, materiales que dicen tener cualidad de impermeable y transpirable a la vez. Pero ¿puede ser esto cierto?. Y si lo es ¿cómo se consigue?.

Cuando algo es impermeable es impenetrable al agua o a otros fluidos. Si es transpirable, el diccionario lo define como algo que deja salir por sus poros o sus grietas un líquido o una sustancia viscosa. Pero esta no es una definición que se adapte a la transpirabilidad que entendemos en construcción o incluso a las prendas deportivas. Transpirable sería mejor definirlo como: deja pasar la humedad.

Pongamos un ejemplo con la ropa deportiva: estamos corriendo bajo la lluvia con una prenda impermeable y transpirable y esta debería impedir que nos mojásemos con el agua y dejar salir la humedad producida por el sudor.

Pues bien, para que el agua pase a través de un objeto sólido su estructura interna debe ser tal que existan poros de un tamaño que permita su paso. Pero en nuestro caso no queremos dejar entrar agua y sí salir vapor de agua.

Teniendo en cuenta que la molécula de agua siempre tiene el mismo tamaño (alrededor de 1 Angstrom = 0,1 nanómetros) no parece una tarea posible. Sin embargo, cuando el agua se encuentra en estado líquido las moléculas están unidas en mayor proporción que cuando se trata de vapor de agua.

Así, el tamaño de la partícula de agua marca el papel fundamental. Si disponemos de un material cuya estructura interna cuente con poros (huecos) con un tamaño mayor al que tienen las partículas de agua en estado gaseoso, pero inferior al que tienen en estado líquido, dicho material podrá:

• Permitir el paso del vapor de agua en ambos sentidos.

• Impedir el paso de agua en ambos sentidos. De este modo, nuestra prenda deportiva no dejará pasar el agua de lluvia hacia el interior y sí el sudor pero, ojo, solo el que se encuentre en forma de vapor, no el que ha condensado que, obviamente, con suficiente calor corporal puede volver a transformarse en vapor.

Lámina de Gore-tex Hay otra propiedad física que también influye a su favor y es la presión. Tenemos en el exterior la presión atmosférica y en el interior (entre nuestro cuerpo y el tejido) otra presión que va en aumento cuando crece nuestro calor corporal al generarse más vapor de agua. Al ser mayor la presión en el interior, esta empuja el vapor hacia el exterior donde la presión es mucho menor, favoreciendo de este modo la transpiración.

Si aplicamos este principio, por ejemplo, a una pintura que hubiésemos aplicado sobre un paramento con mortero aún muy húmedo podrían darse dos situaciones cuando este se caliente y el agua de su interior pase al estado gaseoso (vapor):

Si el tamaño de los poros no es suficiente para dejar pasar el agua en estado gaseoso la presión vencerá la cohesión de la pintura con el mortero y se formarán las conocidas ampollas. Es curioso que algunas de estas ampollas no llegan a romperse porque el estiramiento del material aumenta el tamaño del poro que ya permite el paso de vapor de agua. En otros casos no ocurre así y la ampolla termina rompiéndose. Depende de la composición, elasticidad del material y de la temperatura ambiente.

Si el tamaño de los poros sí es suficiente, se permitirá el paso del vapor de agua y el paramento se irá secando cuando la presión interior sea mayor que la exterior. Nunca antes. Para ello lo mejor es que haga calor. También hay que señalar que el tamaño de estos poros va a permitir, o no, la circulación de agua o vapor en ambos sentidos. Podemos confirmar que sí es posible que un material sea al mismo tiempo impermeable y transpirable. Impermeable al agua y transpirable al vapor de agua. Y también que lo es en ambas direcciones.

6 Revista Costos #279 - Diciembre | 2018

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