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El Futuro de los Materiales de Construcción

El futuro de los materiales de construcción es sostenible

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Nota Técnica Internacional

Hormigón que se auto-repara, que cambia de color o que podría soportar las condiciones del planeta Marte; madera semitransparente que emula el cristal; corcho o bambú para dar forma a todo tipo de construcción, o incluso colillas que, de contaminar, pasan a aminorar en costos la producción de ladrillos son algunas de las innovaciones en un campo del que surgen semana a semana nuevas propuestas que, aunque suenen a ciencia ficción, configuran ya el presente de la construcción y dominarán su futuro.

Aunque la lista de nuevos materiales para la edificación es prácticamente inacabable, algunas de las novedades más destacadas para estructuras, revestimientos o cualquier parte de un edificio son las siguientes:

Cemento autorreparable y otras innovaciones. El cemento es uno de los materiales que concentran más investigaciones en el campo de la construcción sostenible y eficiente. No en vano se calcula que la fabricación de cemento es responsable directa del 90% de las emisiones de CO2 en los procesos industriales.

Por ello, son muchas las novedades que llegan desde la industria, que se esmera en la búsqueda de hormigón autorreparable y de cemento termocrónico. Mientras que, en el primer caso, se persigue que el hormigón solvente sus propias fisuras; en el segundo de lo que se trata es de un revestimiento inteligente. Con unas propiedades únicas que le permiten cambiar de color según la temperatura, esta innovación eleva o reduce la temperatura de las fachadas y, con ello, las del interior del inmueble.

Pero las novedades no quedan ahí y se extienden, por ejemplo, a cementos capaces de generar luz -cemento fosforescente, le llaman- que adquiere esta cualidad gracias a su capacidad para absorber energía.

Maderas semitransparentes e hiperresistentes. Aunque es probable que no muchos apostasen por la madera como ese material del futuro capaz de sustituir las típicas estructuras de hormigón y de acero, los avances del sector no desisten y se mueven también en este campo.

Así, para estructuras, la madera contra laminada toma posiciones incluso para la edificación de rascacielos como la torre Oakwood, un proyecto del Centro de Innovación con Materiales Naturales de la Universidad de Cambridge que persigue alzar un edificio de 80 plantas a base de este material.

Se prevé que incorpore hasta 65.000 metros cúbicos de madera. Y es que según la página web especializada en urbanismo UrbanHub este tipo de madera cuenta con numerosos beneficios: «los edificios de CLT necesitan menos trabajo de cimentación, porque las estructuras resultantes son mucho más ligeras. El proceso de construcción real también es mucho más rápido y silencioso que la construcción tradicional, algo que los vecinos agradecerán».

Otra madera, en este caso semitrasparente, es la propuesta del Royal Institute of Technology de Estocolmo, desde el que se apuesta por esta opción para sustituir al cristal y acomodar las instalaciones solares de los edificios.

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Otra propuesta es EcoBlock, un bloque de auto-construcción que requirió simultáneamente la creación de un material de ingeniería ecológico o material compuesto: WCC1 (Wood- Concrete-Composite: material compuesto de concreto-madera) desarrollado para arquitectura sustentable. Como referencia el EcoBlock posee una matriz cerámica más el agregado de biomasa (viruta) producto del desperdicio de la producción maderera y aserraderos, con un agente estabilizan.

Un proyecto con la misma base del anterior es Brikawood, las casas de ladrillos de madera tipo LEGO que podrás construir tu mismo. Un nuevo concepto de ladrillo de madera que se ensambla, casi como en un juego, sin necesidad de emplear adhesivos, clavos o tornillos y que, además, cuenta con unas propiedades de aislamiento acústico y de eficiencia térmica muy superiores a otras soluciones para la construcción.

Bambú y corcho, alternativas al alza. Pabellones deportivos construidos solo con bambú, viviendas a base de este material, torres de bambú que producen agua… la lista de edificaciones que han optado por este material es larga y las razones no son pocas. Su solidez es, sin duda, una de las más destacadas, pero no la única. Asequible en costes, la construcción con bambú optimiza las cualidades térmicas de cualquier edificación que cuente con este material que es, además, un excelente aislante acústico.

Otra alternativa constructiva que también puede encontrar su espacio en la edificación sostenible del futuro es el corcho. Su enorme versatilidad y sus reconocidas propiedades para el aislamiento térmico son las principales bazas de este material que, sin duda, puede sumar para la mejora de la eficiencia energética de los edificios.

Impresión en 3D y bioplásticos. Con el boom de la impresión en 3D parece irremediable que esta se extienda también al ámbito de la construcción. Con casas ya fabricadas mediante esta técnica, conocida como fabricación aditiva, son muchos los estudios que se enfocan hacia este campo, que avanza a toda máquina.

De hecho, semanas atrás arrancó la construcción del primer edificio europeo a base de impresión 3D; el edificio BOD. Ejemplos anteriores de estas técnicas se pueden encontrar también, por ejemplo, en Alcobendas, donde se inauguró el primer puente en 3D del mundo. Entre las fortalezas de la técnica, la reducción de residuos que propicia.

La investigación en impresión 3D de biomateriales y la propia concepción de nuevos materiales para la construcción que presentan, como gran aval, el hecho de ser biodegradables, es otra de las líneas en las que se explora dentro de la construcción sostenible, que pasará a buen seguro por los bioplásticos.

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Revista Costos #279 - Diciembre | 2018

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