La ventana | Catalogo Oswaldo González

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OSWALDO GONZÁLEZ

París 1989 - 2012


OSWALDO GONZÁLEZ

París 1989 - 2012

la ventana Junio - agosto 2012

Como William Carlos Williams, Oswaldo González sostiene que «la realidad objetiva despierta la imaginación de quien la percibe y no a la inversa». Observar su obra es comprobar sin titubeos la inmediatez y claridad con la que se nos ofrendan las cosas. La redondez de un champiñón evoca la plenitud OSWALDO de lo femenino y la GONZÁLEZ multitud de unas entre líneas sillas amontonadas, el orden exacto de una cita. La correlación de un mundo de unidades sueltas devela el orden que opera por alguna vía, no solo la reflexiva. Sentimos tranquilidad y delicadeza en estas formas, armonía y sencillez; todas sensaciones gratas. Los objetos pueden intercambiarse. Son, al final, un pretexto para tratar las relaciones y vínculos que crean. De ahí lo importante que es ver a través de ellos. Hacer el ejercicio de refractar la mirada. Podrían ser estos u otros. Lo que nos cautiva es su valoración estética.

González no se conforma con ir al encuentro de objetos de la cotidianidad. Procura la composición que los precisa en su instante de eternidad, que es el mismo en el que trascienden su materialidad y se acercan al espíritu que los anima. La precisión parecería ser la clave. La consigue en el lugar y tiempo que fija la fotografía, punto de partida del tratamiento de estas imágenes. Cabe añadir que también el medio fotográfico se somete, en esta obra, a una depuración hasta alcanzar la mínima grafía del dibujo, siempre completo e inacabado. No en balde es el dibujo uno de los más consecuentes oficios de este artista. Acaso lo más distintivo de la resolución formal y temática, técnica y expresiva, sea una combinación «entre líneas» de elementos de diferentes procedencias. Apreciamos que junto al hecho impreso también se presentan trazos pictóricos. Podemos ubicar ideas del arte Pop, productos de una realidad que integra conceptos y plástica de variada naturaleza (trama, color, contraste) integrada a aspectos

de la tradición de la pintura europea, al incorporar, por ejemplo, cierta poética del bodegón (objetos, composición, clima). Las series temáticas se ubican entre el símbolo publicitario y un cifrado afecto por lo venezolano: el cambur de la política corrompida, el José Gregorio Hernández del fervor popular, la montaña, que Alberti llamó los hombros de América y en la que Cabré conversó con las Musas. De cara a la contemporaneidad, esta obra se deslastra de todo efecto literal, en aras de la vieja apuesta por la sinceridad que, a su manera, interpreta el quehacer creador de nuestros días. Agradecemos esta sinceridad que a través del arte ejecuta su esencial tarea de rehacernos. «Entiendo mi trabajo actual como el canalizador de todas mis actividades humanas y profesionales. Estoy de acuerdo con que l’art est ce qui rend la vie plus intéressante que l’art (el arte es lo que vuelve a la vida más interesante que el arte) como dice Robert Filliou. En una exposición en el Espace Ricard aquí en París, en el 2004, que 1


intitulé: Una vida menos ordinaria, hice resaltar la función del artista en la sociedad en la que vive. Me interesaba el concepto de antropocentrismo, en el que el hombre es a la vez participe y crítico de un mismo fenómeno: la vida. El objetivo era mostrar las distintas facetas de un artista contemporáneo, un artista que trabaja, que es padre, amigo, esposo, con defectos y cualidades, con alegrías y tristezas. En una de las obras de la muestra, me representé en todas las piezas de un ajedrez: el peón, el caballo, el rey y la reina, tratando de mostrar, por una parte, la cantidad de roles que nos toca ejercer y, por la otra, cómo el movimiento de una parte influye en la posición y la actitud de las otras. La vida es un sistema de relaciones. El ser humano tiene la pretensión de dirigir su destino hasta que la vida lo hace consciente de sus límites y de su fragilidad». Más adelante afirma: «Esta es la clave esencial para entrar en mi trabajo. Concibo el arte como una actividad que hay que enriquecer cotidianamente, con sinceridad. 2

La pintura no es una simple ilustración. El proceso es complejo, toma tiempo digerir lo que más tarde se traduce en obra y todas nuestras acciones intervienen en ella. Actualmente estoy leyendo L’art romantique de Baudelaire. Sencillamente extraordinario. Allí se habla de la vida y obra de Edgar Allan Poe. Fue Baudelaire quien me condujo a Poe, como fue el Giorgione quien me llevó a Tiziano y Tiziano a Manet con su Olympia y su Déjeuner sur l’herbe. Para mí la pintura o las imágenes, si prefieres, cuentan la historia de la humanidad. Creo que fue Kandinsky quien dijo que toda obra es hija del período en el que se desarrolla. Trato de asumir estas influencias y apropiarme de la continuidad de los artistas que me han precedido, buscando, estudiando, viendo, formándome». Sobre la presente muestra dijo: «Concretamente, este trabajo comenzó con la imagen de una banana, pues en nuestro país hablamos de cambur para ilustrar el proyecto político clientelar. Me interrogué

sobre la iconografía Pop que tanto marcó mis años de estudios en Venezuela y del proyecto ROCI, (Rauschenberg Overseas Cultural Interchange). Rauschenberg me condujo a Jasper Johns, lo que explica el interés que siempre he dado a la imagen en nuestro quehacer contemporáneo. El Pop me llevó a hacer los primeros retratos de José Gregorio Hernández como emblema de nuestra fe y como símbolo de nuestra idiosincrasia. Recordemos que José Gregorio murió en un accidente con uno de los pocos vehículos que tenía Caracas, el cual iba a una velocidad de 30 kilómetros por hora. A José Gregorio no lo mató un carro, sino los avances de nuestra sociedad dependiente tecnológicamente. En su último suspiro ofreció su muerte por la paz del mundo (1919), la primera guerra mundial había terminado en 1918. Los José Gregorio me llevaron a la botella de Coca-Cola de Warhol con un retorno al Pop. En mi más reciente exposición quise recorrer los temas tradicionales del arte de la «naturaleza muerta» o bodegones, el paisaje, las marinas, el retrato de los artistas

que marcaron mi formación: Picasso, Beuys, Manet, entre otros». Oswaldo González trata de actualizar esos temas a través de un proceso de reproducción que pasa por la vectorización de la imagen. El trabajo comienza cuando elije la imagen y la somete a lo que afirma es una especie de mayéutica socrática*, como lo hacía Platón para llegar a la «idea». Hasta que la imagen activa su propio decir. Su trabajo es una especie de Work in progress, en constante devenir e influenciado por todos los factores externos e internos que conforman el vivir. Finalmente nos narra su dinámica: «Lo primero es seleccionar las imágenes en distintas fuentes. Luego las desarrollo con Photoshop e Illustrator. Esta primera fase la realizo en mis cursos mientras tengo un tiempito. Cuando el trabajo informático está listo voy al taller, en general por las noches o los fines de semana. En esta fase la imagen sufre transformaciones, producto de los materiales pictóricos. Mientras preparo la

tela, para alisar el grano, mi computadora calcula y corta películas. Es un proceso mitad mecánico y mitad manual en el cual lo más importante es saber si la imagen lleva el discurso que quiero trasmitir. El resultado se parece un poco a la serigrafía, con la diferencia de que la pintura acrílica que empleo tiene un relieve, lo que le devuelve su esencia pictórica. La síntesis del color es importante. El resultado es casi monocromático. Mi idea es llegar a crear objetos pictóricos, un poco a la manera de un Donald Judd y sus objetos específicos. Al final, la obra queda en cuarentena para ver si soporta la prueba de ser observada. Cada una va indicándome el camino a seguir». *La mayéutica (del griego por analogía a Maya, una de las pléyades de la mitología griega), es una técnica que consiste en interrogar a una persona para hacerla llegar al conocimiento no conceptualizado. La mayéutica se basa en la dialéctica, la cual supone la idea de que la verdad está oculta en el alma de cada ser humano. Josefina Núñez

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1 José Gregorio Hernández, (ocre-sepia-naranja) 2010 151 x 58 cm Acrylique sur toile

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2 José Gregorio Hernández, (naranja-sepia) 2010 151 x 58 cm Acrylique sur toile

3 José Gregorio Hernández, (azul-rojo) 2010 151 x 58 cm Acrylique sur toile

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4 Escalier, 2010 54 x 65 cm Acrylique sur toile

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5 Poitrine, 2010 54 x 65 cm Acrylique sur toile

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6 Ciel, 2010 54 x 65 cm Acrylique sur toile

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7 Chaises, 2010 54 x 65 cm Acrylique sur toile

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9 Pan y vino, 2010 54 x 65 cm Acrylique sur toile

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11 Champignon, 2011 54 x 65 cm Acrylique sur toile

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14 Banane vert avec cache, 2010 33 x 41 cm Acrylique sur toile

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15 Banane vert cache jaune, 2010 33 x 41 cm Acrylique sur toile

16 Landscape II, 2010 33 x 41 cm Acrylique sur toile

17 Landscape I, 2010 33 x 41 cm Acrylique sur toile

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OSWALDO GONZÁLEZ entre líneas, París 1989-2012 Catalogo Nº 2 Junio - agosto 2012 Carlos Alzuru Moraima de Alzuru Directores Artkao Josefina Núñez Directora La Ventana Dina Villarraga Asistente La Ventana CreaGráfica Diseño gráfico José Camacho y José Lasala Montaje

la ventana

Centro de Arte los Galpones G-10. Los Chorros, Caracas (0212) 327.7674 - 911.0303 laventanartkao@gmail.com Rif.: J-40030775-9


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