1 “MÉXICO a través de la Obra de OCTAVIO PAZ” © Dr. Armando Viesca Segura
“CRITICA DE LA PIRAMIDE” REFLEXIONES DE HÉCTOR TAJONAR.
El presente documental “Critica de la Pirámide” trata de la entrevista – documento realizada por el Sr. Héctor Tajonar quien fuese el Director de proyectos culturales en Televisa, consultor en el Instituot de Conservación Paul Getty, Coordinador Nacional de Audiovisual Media en CONACULTA, también ha sido profesor en la UNAM (ver su biografía al final del documental). Este trabajo pretende ser una síntesis de las principales políticas de Octavio Paz, acerca del México contemporáneo. Por formación familiar, Paz tuvo contacto con la tradición liberal – a través de su abuelo – y con el zapatismo, por medio de su padre. En su juventud descubrió, estudió y discutió el marxismo. En España, durante la Guerra Civil, comprendió el significado de la palabra “FRATERNIDAD” e inició su “lento aprendizaje de los valores democráticos”. Influido por el trotskismo, guardó una distancia crítica frente al stalinismo y su contraparte nacional: El Partido Comunista Mexicano. Octavio Paz fue uno de los primeros escritores de lengua española en denunciar la existencia de campos de concentración la Unión Soviética, y el primero en México, que hizo la crítica del estalinismo y el “socialismo” autoritario. 1968 fue un año medular en la historia de México y fundamental para el pensamiento político de Octavio Paz. Tras su separación del servicio diplomático como protesta por la represión estudiantil, publica Posdata. En este libro el poeta trasciende la gritería de “tono marxista” y logra hacer una crítica profunda del sistema político mexicano, cuyos ecos aún resuenan con fuerza de lo que muchos quisieran reconocer. Basten algunos ejemplos: en ese libro escrito en 1969, señala la necesidad de realizar una reforma democrática, que debería iniciarse dentro del PRI, asimismo, destaca la urgencia de modernizar al país, entendiendo la modernidad como cambio hacia la democracia y el pensamiento crítico. Octavio Paz fue uno de los primeros autores mexicanos en postular la democracia como aspecto normativo para el análisis político nacional, así como el sistema de gobierno deseable para el país. Diez años después, en 1978, Octavio Paz publica otro ensayo político fundamental: El ogro filantrópico. En él hace una crítica del estado moderno: “El Estado del siglo XX se ha revelado como una fuerza más poderosa que la de los antiguos imperios y como un amo más terrible que los viejos tiranos y déspotas”. Al Estado mexicano lo califica de patrimonialista, como al novohispano, y lo ve dominado por una doble burocracia: “la tecnocracia y la casta política”. Afirma que México no es realmente una democracia, aunque tampoco una ideocracia totalitaria. Su examen de la realidad nacional causó airadas polémicas y produjo escozor (o sea molestia, disgusto, irritación y resentimiento) en no pocas conciencias, a uno y otro lado del espectro político. Las reflexiones políticas de Paz están sustentadas en un sólido conocimiento de la historia de México. Sobre la fundación del PNR señala que la solución de Calles fue más “perfecta e institucional” que la de Porfirio Díaz: “un partido que ha monopolizado el poder no por la violencia ni por la dictadura militar o policiaca, sino a través de un sistema hecho de calculados equilibrios, pesos y contrapesos”. Establece la posible influencia de los partidos totalitarios de aquellos años en la formación del PNR –el bolchevique, el corporativista italiano y el nacional socialista – pero haciendo un mayor énfasis en aquello que los distinguió: a diferencia de los partidos europeos, el mexicano no expropió al Estado sino
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que nació de él; tampoco es ideológico, sino pragmático (o sea como un partido que se ha especializado o experto en mantener el Poder), por lo que, por este hecho, ha logrado convivir con la sociedad civil. En su ensayo PRI: hora cumplida, Paz enumera con brevedad y justeza los méritos y defectos del partido oficial (hasta el año 2000 en el Poder Ejecutivo): “El PRI ha conservado el poder porque su gestión ha sido, en términos generales, positiva, aunque no exenta de sombras, manchas y crímenes… ha dado estabilidad al país y, así, ha hecho posible su desarrollo… no ha implantado el terror ideológico (y) ha sido el gran canal de la movilidad social. Al mismo tiempo, ha inmovilizado nuestra vida política y no ha vacilado en usar la fuerza y la represión para conservar el poder. Su influencia ha sido determinante en la corrupción que padecemos”. El ensayo mencionado fue escrito en 1985. Octavio Paz fue también el primero que, en México, destacó y estudió otro aspecto de la realidad social y que es clave de nuestro tiempo: “la Burocracia”. Se trata –indica – de una nueva categoría histórica que se define, tanto en las naciones comunistas como en las capitalistas, por la voluntad del poder. Pero mientras en los países del “socialismo (comunismo) real” las burocracias han sometido a la sociedad civil, en los países democráticos se ha logrado controlarlas y “humanizarlas”… En México la situación es intermedia: su dominación no ha sido despótica, aunque tampoco democrática. Uno de los antídotos contra el poder excesivo de la burocracia es la “modernización”, palabra clave en el discurso oficial actual. Paz, como se señaló, utilizó el concepto desde Postdata y después lo definió en los siguientes términos: “Puede definirse a la `modernización´, sumaria y esencialmente, como una tendencia por devolver a la sociedad la iniciativa que le fue arrebatada y así romper la inmovilizad forzada a que nos ha condenado el patrimonialismo estatal (ver al final del documento).” Para Paz la modernización abarca todos los ámbitos – económico, político, social, cultural – y puede resumirse en la palabra democracia (ver final del documento); por ello precisa que la reforma económica es inseparable de la reforma política. Ambas tienen un obstáculo común: la burocracia dominante. Octavio Paz piensa que las graves crisis económicas que hemos padecido, pensando en la crisis iniciada al final del régimen del presidente José López Portillo, se debió en parte a circunstancias internacionales pero también a una equivocada política económica. La medicina aplicada por el presidente Miguel de La Madrid fue amarga. A los críticos de esa política, ¿Paz les pregunta ¿hay otra? En su opinión hay que continuar esa política pero repartiendo las cargas, de modo que los que tienen más también paguen los costos de la reforma.
Octavio Paz considera que la escisión (cisma) del PRI – que empezó como “corriente democrática” y que ha sido el origen del PRD – se originó por la política de modernización económica del régimen del presidente De la Madrid. Al rectificar el estatismo y el populismo mediante la reducción del papel del Estado en el desarrollo económico, se afectaron intereses políticos e ideológicos que, a falta de dialogo dentro de su propio partido, se vieron obligados a abandonarlo. Diez años antes de que se diera esta separación, Paz previó en el ogro filantrópico una división dentro del PRI. Pensó que de ahí podría surgir un partido social-demócrata. Sin embargo, Paz considera al neo-cardenismo como un movimiento político pre-moderno, carente de programa y que ha combinado muchas cosas: descontento popular, aspiración a la democracia, desatada ambición de varios líderes, demagogia, populismo, estadolatría y nostalgia del cardenismo.
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Las elecciones presidenciales de 1988 sorprendieron a todos, tanto por la afluencia de votantes, como por los resultados. Dice Paz, “Los primeros sorprendidos deben haber sido los partidos de oposición: ¿esperaban tantos votos? El hecho es que por el voto de los mexicanos se terminó, de un día para otro, con el sistema de partido único. No convencido de que haya habido fraude, afirma que las ganancias han sido enormes: “por primera vez en la Historia de México independiente, la oposición llegó a tener casi el 50% de los asientos en la Cámara de Diputados”. El panorama político de México empezó a ser otro: El PRI parece haberse convencido de la necesidad de un cambio interno, la oposición se fortaleció y la sociedad empezó a madurar políticamente confirmando su vocación democrática. “Comenzamos ahora a dar los primeros pasos en un territorio desconocido: el régimen pluralista de partidos… su pregunta. ¿Seremos capaces de convivir en una democracia abierta, con todos sus riesgos y limitaciones? El pluralismo es relativismo y el relativismo es tolerancia”, previene Octavio Paz.
El ensayista sigue pensando como lo manifestó por los años 60tas del siglo pasado, o sea, en la necesidad de llevar a cabo una reforma democrática que implica para los años que le tocó vivir a Paz en: reformar la ley electoral, terminar con el corporativismo y separar al PRI del Estado. La preocupación central para Octavio Paz, en el momento de grabar este programa que se reseña, era el problema de la deuda; él pedía que los acreedores negociaran de una manera constructiva, reconociendo su corresponsabilidad en el asunto de la deuda. Esto al parecer, en su momento, empezó a lograrse. A manera de conclusión, Octavio Paz reflexiona acerca de las tendencias políticas e ideológicas del fin del siglo XX. En primer lugar, señala el ocaso del marxismo – leninismo y el socialismo (comunismo) autoritario; en seguida menciona la relativa declinación de las dos superpotencias y el surgimiento de dos nuevas constelaciones en el horizonte histórico: la cuenca del Pacífico –Japón, Corea y, quizá, China (de hecho China se reafirmo en el inicio del siglo XXI) – y la Europa Occidental unida. Por otro lado –como ya se ha visto los cambios importantes en los países de “Europa Oriental”. Sobre el futuro de nuestro Continente, arriesgó a hacer una profecía: Los intereses políticos y económicos de los estados Unidos, Canadá, México, América Central, el área del Caribe y las Antillas serán cada vez más semejantes en el siglo XXI. Por último, ante el vacío dejado por la evaporación del marxismo, las limitaciones del liberalismo y frente al peligro de caer en una nueva barbarie tecnológica, Octavio Paz piensa que la tarea de la próxima generación intelectual será la de reconstruir una nueva filosofía política que reúna elementos de las tres grandes tradiciones de Occidente heredades del cristianismo y del pensamiento grecorromano: el liberalismo, la democracia y el socialismo. ATENTAMENTE. “CENTRO DE FORMACIÓN ARTÍSTICA y CULTURAL” Dr. Armando Viesca Segura. Titular del CEFAC. Jefe del Área de Investigación y Capacitación en Arte y Cultura I.Q.C.A. - C.E.F.A.C. Calle: 16 de Septiembre No. 97. Centro Histórico. C.P. 76000. Tel. (01-442) 214.23.01 y 214.48.01
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