De Nueva York a Madrid

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ESTE LIBRO HA SIDO ESCRITO E ILUSTRADO POR…

Lucía Álvarez Santiago Gutiérrez Carmen Díaz Manuel Fernández Yassin Tahamout Lara González Martina Tejón Noemí Suárez Daniel Carral

CRIE, Viérnoles 2020.


Soy Blut. Soy alta, tengo las plumas de color azul y blanco. Me gusta ir de compras y tambiĂŠn ir de viaje. ÂĄPero donde yo vivo no tengo amigas!


La pingüina vive en Nueva York, en un rascacielos muy alto, de 1.030 pisos. Lo más divertido es que, cuando entra cada vecino, se llena de luces de colorines y dibujos. Su casa está en el último piso y es muy grande. Tiene una cocina como la de un chef, el salón con luces de discoteca y las 8 habitaciones con 4 camas y 6 teles.


Un día la pingüina se encontró con otra pingüina que se llamaba Elalla. Era alta, alegre e imaginativa. Aquel día venía de pasear y estaba muy cansada y aburrida. ¡Necesitaba una amiga!

Blut, al ver a Elalla, se sintió muy contenta y deseó ser su amiga. Por eso, quiso escribir una carta pero… ¡no sabía escribir! Nunca había ido al colegio.


Enseguida llegó un rinoceronte, rinoceronte con muchos cuernos, dispuesto a escribirle una carta a la pingüina.

“Hola pingüina: Quisiera ir contigo a la selva a cazar leones, a afilarnos los pinchos y a llenarnos de barro. Saludos, Blut.” Pero a la pingüina no le gustó y dijo: -¡Noooooo! ¡yo no escribiría eso nunca!


Al día siguiente le fue a visitar un leopardo roquero, que inmediatamente se puso a escribir la carta con una pluma de águila.

“Querida pingüina: Me gustaría que me acompañaras a cazar animales salvajes. Después los comeríamos debajo de los árboles. Un saludo, Blut”

Pero a la pingüina no le gustó y dijo: - Pero… ¡Noo! ¡Yo nunca escribiría algo así!


Por la tarde se encontró con una serpiente cascabel que con mucho esfuerzo escribió una carta con un lápiz de colores. “Querida pingüina: ¿Te gustaría arrastrarse conmigo por el suelo y por los árboles? ¿Te gustaría también comer muchos conejos? Adiós, La pingüina”

Pero a la pingüina no le gustó y dijo: -¡No me gusta eso! ¡No soy una serpiente!


A la mañana siguiente, se encontró con un guepardo africano que, en un momento, le escribió la carta en un papel de seda. “Querida pingüina: ¿Quieres ir a dar una vuelta en el río y mirar cómo amanece el sol en la sabana, mientras comemos una jirafa? Adiós, Blut”

Pero a la pingüina no le gustó y dijo. - ¡Ni en tus sueños!


La pingüina ping ina triste y desolada pensaba: si yo pudiera escribir, le diría… que me gustaría ir de compras con ella, viajar por todo el mundo, ir al parque a dar un paseo, leer en la biblioteca y estar en la piscina flotando en el agua.


Elalla, que estaba escondida detrás de una piedra, escuchó muy emocionada a Blut.

- ¿Por qué no me lo has dicho antes? Me gustaría hacer muchas cosas contigo… ¿Vamos al parque acuático? ¡vamos a divertirnos!

Se hicieron las mejores amigas fueron inseparables y se compraron una casa en Madrid


ESTE LIBRO ES UNA ADAPTACIÓN DEL ÁLBUM ILUSTRADO “EL LEÓN QUE NO SABÍA ESCRIBIR”, ESCRITO E ILUSTRADO POR MARTIN BALTSCHEIT. EDITORIAL LÓGUEZ EDICIONES.



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