Los marineros más bravos recuerdan la historia de un barco pirata que era de madera de roble mágico, media 500 metros y se llamaba Barco Mágico.
• El barco pirata surcaba los mares de Marte, que eran mares de color rojo oscuro. Su puerto era de piedra de la luna y en ese lugar había algo especial… !!!marcianos invisibles!!!
A todos les aterrorizaba mi pata porque era muy tenebrosa y estaba sucia.
El día del concurso se presentó toda la tripulación.
Primero llegó el timonel.
- Mi nombre es Tino el timonel.
- Cambié la pata del capitán por un arcoíris.
Con la nueva pata convertía todo lo que tocaba en multicolor.
Y la tripulación tenía miedo porque, al ser todo multicolor, no se veía nada.
A continuación llegó otro pirata.
- Soy la pirata carpintera y mi nombre es Océano Martínez. Lo que hago en mi tiempo libre es construir con madera.
- Tuve la idea de cambiar la pata por una espada.
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Con la nueva pata el Capitán Esparrago dijo: “¿Quién me ha cambiado la pata de palo por una espada?”
• Con la espada el Capitán Espárrago estaba muy preocupado porque, mientras andaba, provocaba daños al barco.
• Y todos tenían miedo porque al andar podía agujerear el barco y podían hundirse.
Después llegó el pirata cocinero.
Mi nombre es Merluzo el Pirata Cocinero, en mi tiempo libre me apetece cocinar Merluverdeles y Salchiballenas.
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Tuve la idea de cambiar la pata del capitán por una patatortilla, porque es más deliciosa y divertida.
• Con la nueva patatortilla era menos aburrido y ruidoso.
• Pero todos tenían miedo porque olía a queso de cabra con salsa de sardina cruda, algas y medusa derretida.
El siguiente pirata que apareció dijo: - Soy el pirata armero, mi nombre es Moncho, y en mi tiempo libre me gusta mucho hacer armas.
Rápidamente cambié la pata por una pata robótica.
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Con la nueva pata podía volar y escuchar música cuando quisiera.
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Pero todos tenían miedo porque al volar echaba fuego.
Más tarde vino la pirata médica. Me llamo Sara la Guerrera. Me gusta mi trabajo porque hoy tengo una cita a las nueve y media con el Capitán Esparrago para ponerle un león en la pierna. Rápidamente cambié su pata por un león que se llamaba Antoñete y que comía piratas.