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Para animar a los piratas a participar se le ocurrió dar como

premio un garfio de oro con una estrella en la parte inferior, metido en una vitrina superresistente, que aguanta desde un martillazo hasta el pisotón de un elefante.

El día del concurso se presentó toda la tripulación. Primero llegó el timonel. - Mi nombre es Pikku. - Cambié la pata de la capitana por una pajita.

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• Con la nueva pata, cuando andaba, la pajita se doblaba y la capitana se caía al agua.

• Y todos tenían miedo porque con su pata expulsaba chorros de agua y les mojaba.

Apareció por allí otro pirata.

- Soy el grumete y me llaman Colmillo Negro.

-

Se me ocurrió cambiar la pata por una pata de piedra irrompible.

La nueva pata es más difícil que se rompa.

Pero todos tenían miedo porque, si les pisaba el pie, les podía hacer muchísimo daño con su pata de piedra.

A continuación llegó otro pirata.

- Soy la pirata carpintera y mi nombre es Ira. -

Tuve la idea de cambiar la pata por un Rodillo.

Con la nueva pata, al andar, rodaba y pintaba el barco.

• Y todos tenían miedo porque les llenaba de pintura.

Después llegó el pirata cocinero.

- Mi nombre es Art.

- Tuve la idea de cambiar la pata de la capitana por una cazuela.

La nueva pata se le caía todo el tiempo, porque era una cazuela muy grande. Y todos tenían miedo porque hacía mucho ruido y, como era de metal, salían chispas de colores.

El siguiente pirata que apareció dijo: Soy el pirata armero y mi nombre es Lengua de Serpiente. Rápidamente cambié la pata por una pistola.

• Con la nueva pata de pistola, cuando andaba pegaba tiros al suelo.

• Y todos tenían miedo porque rompía el suelo y entraba agua, y podían hundirse.

Más tarde vino la pirata médica. Me llamo Mara, y esta es mi mascota Luna, una gatita.

Rápidamente cambié la pata por una serpiente cuqui y bonita.

La nueva pata de serpiente cuqui y bonita la mordía sin querer. Y la pobre Akira se asustaba mucho.

• Y todos tenían miedo porque la serpiente también lanzaba chorros de un veneno muy venenoso. Y los tripulantes no podían salir de sus camarotes.

Todos sufrían mucho con aquella serpiente, que les parecía muy cuqui, y en realidad era buena.

El loro pirata, que lo había visto todo, pensó que era mejor cambiar la pata de la capitana por una de salchicha.

Soy Franklin, el loro pirata con una pata de salchicha.

• La capitana se puso muy contenta, y proclamó ganador del concurso al loro.

• Para celebrarlo el loro se puso en el primer lugar del podio y le entregaron un trofeo gigante.

• Al final Franklin el loro pirata siempre ganaba todos los concursos que realizaba la capitana, y lo celebraban con un gran banquete.

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