ESTE LIBRO HA SIDO ESCRITO E ILUSTRADO POR…
Blanca Prieto Gabriel Fernández Adrián Cavada Paula Torre Amanda García Paula Abascal Lucas Polo Iria Bustillo
CRIE, Viérnoles 2020.
Soy la pingüina ping ina Nina. Tengo el pico multicolor y mi barriga es de color negro y el cuerpo blanco. Soy amable, cariñosa y muy torpe. Trabajo de repartidora de chuches. Además, tengo una R5 semiautomática que dispara golosinas de todos los sabores.
La pingüina vive en el Polo Sur en un iglú. Tiene un jardín. En el jardín tiene flores congeladas. Dentro del iglú tiene un bunker relleno de chuches, porque las necesita para repartirlas por todo El Polo Norte y Sur.
Un día la pingüina se encontró con un pingüino que era distinto al resto, porque tenía la tripa en vez de blanca, negra y el cuerpo en vez de negro, blanco. Él era cariñoso y listo. Cuando la vio sintió que le gustaba. En ese momento, decidió escribirle una carta, pero se cayó, se rompió las alas y perdió de vista a la pingüina. Entonces no podía escribir la carta…
Enseguida llegó Papá Noel dispuesto a escribirle una carta al pingüino. “ Queridísimo pingüino: ¿Quieres venir conmigo a deslizarte por la nieve en mi trineo? ¿Quieres venir conmigo a tomar un chocolate con churros? Un saludo, La pingüina.”
Pero a la pingüina no le gustó y dijo: - ¡No! ¡Yo no hubiese dicho eso!
Al día siguiente le fue a visitar un unicornio que inmediatamente se puso a escribir la carta con una pluma de madera. “Querido pingüino: Me gustaría que me acompañases montado en mí, podrás tocar mi cuerno multicolor, creo que te va a encantar. Luego, si quieres, podemos ir a algún restaurante a tomar unas rabas. Un saludo,
Pero a la pingüina no le gustó y dijo:
La pingüina”.
- Lo siento, pero no me gusta tu idea.
Por la tarde se encontró con Maléfica que, con mucho esfuerzo, escribió una carta con un lápiz de colores. “Hola pingüino: ¿Qué tal estás? ¿Te gustaría ir conmigo a comprar helados? Un saludo, tu amiga la pingüina.”
Pero a la pingüina no le gustó y dijo: - ¡No, no y no! Yo no lo escribiría así.
La pingüina, triste y desolada, pensaba si yo pudiera escribir le diría que si le gustaría ir a bucear, comer sardinas o hablar un rato. Al final, quisiera decirle que me gusta y que le enseñaría a hacer deporte, comer sano y bajar de peso.
El pingüino que estaba en un arbusto escuchó muy emocionado a la pingüina y le pareció estupendo todo lo que le había dicho. Además, le dijo que le gustaba jugar al hockey sobre hielo y jugaron hasta aburrirse. A los tres días, se casaron y de tantos besos que se dieron, se aburrieron y se divorciaron
Finalmente encontró a un murciélago. Se casó con él y fueron felices para siempre.
ESTE LIBRO ES UNA ADAPTACIÓN DEL ÁLBUM ILUSTRADO “EL LEÓN QUE NO SABÍA ESCRIBIR”, ESCRITO E ILUSTRADO POR MARTIN BALTSCHEIT. EDITORIAL LÓGUEZ EDICIONES.