Este libro ha sido escrito e ilustrado por:
• GAEL
• DIEGO
• DAVID
• LUCAS
• MARCELA
• INÉS
• HENAR
• JORGE
• RUBÉN
• DANIEL
• IZAN
• ANA
• AINHOA
• VERA
• JOEL
• DIEGO. S
• NAEVIA
• RODRIGO
En lo más profundo del bosque, dentro de una casa grande, marrón, de madera, con chimenea y grandes ventanas, se oía lamentarse a Don Oso, un animal grande, peludo, con orejas pequeñas, muy fuerte y de color gris y marrón.
Estoy muy triste porque he perdido mi gorro verde y redondo, que era muy especial para mí porque me lo regaló mi abuela osa, y cuando me lo pongo me hago inmortal e indestructible.
Don Oso decidió salir a buscar su gorro por el bosque.
Al llegar al claro del bosque, Don Oso se encontró con la liebre llamada Bakroom, que era grande, fuerte, azul, con orejas pequeñas, nariz pequeña y estaba contenta.
Y le preguntó: ¿Tú has visto mi gorro?
No, no lo he visto, pero si quieres puedo prestarte mi chándal de lava, que es negro y con rayas naranjas. Es mi prenda favorita, y cuando me la pongo soy resistente a la lava.
Más adelante, junto a la cueva, encontró al murciélago Don Gta 5, que era delgado, pequeño, fuerte, vacilón, guapo, con orejas pequeñas y nariz pequeña , que estaba Jugando a la Play Station 5.
Y le preguntó: - Eh, tú ¿ has visto mi gorro?
-No, lo siento, a cambio te puedo dejar el Fifa 23, te diré que es muy especial, porque me gusta mucho el fútbol y es irrompible.
Buscando entre los árboles, se encontró entonces con Doña Catalina una, yegua marrón oscuro con manchas claras, que estaba comiendo hierba fresca del prado.
- ¿Tú has visto mi gorro?
No, la verdad es que no, pero si quieres te dejo mis playeras voladoras azules y blancas. Son de tela y diamante, son súper especiales porque cuando me las pongo, vuelo.
Cerca del estanque se encontró a Flafi, un mono negro muy divertido, al que le gustaba hacer travesuras, que estaba intentando agarrar unos plátanos de un árbol.
- Oye mono ¿Está por aquí mi gorro?
- Pues ni idea de dónde puede estar, pero puedes llevarte esta capa que te hace invisible es genial, porque nadie te ve.
Entonces don Oso, vio moverse entre las piedras a Cristian, un erizo puntiagudo, marrón y pequeño que estaba jugando con una piedra.
¡No me pinches! que solo quiero saber si has visto mi gorro.
No, no te preocupes que no quiero hacerte daño, pero ya que no sé dónde está tu gorro, podría dejarte mi calcetín, que es muy maravilloso porque vuela.
Colgando de un árbol estaba Adriana, una serpiente grande, roja y amarilla que estaba escupiendo fuego.
Oye, ¿Tú has visto mi gorro desde ahí arriba?.
No, pero si quieres puedo prestarte mis escamas que son muy especiales para mí, porque echan fuego.
En otra parte del bosque, la tortuga acaba de encontrar algo inesperado:
-UAUUUUU un gorro verde y redondo , es muy bonito y no tiene dueño.
Y ni corta ni perezosa, se lo puso.
Don Oso se encontró entonces con la tortuga, pero estaba tan triste que no se dio ni cuenta de que llevaba puesto su gorro perdido, así que nuevamente preguntó:
Oye tortuga ¿Tú has visto por ahí un gorro?.
Ella, un poco asustada respondió: No, yo no he visto ningún gorro, es más , si lo hubiera visto te lo diría.
Además ¿por qué me preguntas a mí?. Yo nunca me pondría un gorro, porque a mí no me gusta el color verde, ni las cosas redondas y mucho menos los gorros.
¡Y no me preguntes más!