Navidad en Narihualá Por: Cristhian Rojas
Alejados del ajetreo de la Piura ‘moderna’, y de sus centros comerciales en lo más crucial de la campaña navideña, los pobladores de Narihualá, a apenas 2 kms. de Catacaos, Piura, celebran el nacimiento del Niño Dios, como cada 25 de diciembre, con una procesión que recorre casa por casa, a lo largo de un paisaje desértico y desolado, en un pueblo agrícola que, en su aparente lejanía, se mantiene cerca a su creencias religiosas.
Tradición. Algunas niñas del pueblo, vestidas con trajes de colores encendidos, típicos de la zona, son las encargadas de encabezar la procesión, a través del baile. Durante la misa, que se lleva a cabo en un templo de Narihualá, de pequeña extensión, juegan mientras esperan el inicio de la caminata.
Dios hecho hombre. Finalizada la misa, los fieles forman una fila para poder adorar al Ni帽o Dios, a su imagen, sostenida por el Mayordomo y el Oferente, personas del pueblo elegidas para organizar la procesi贸n y los festejos posteriores.
Niños y niñas. La participación de los más pequeños del pueblo en la procesión es primordial; se celebra el nacimiento de Dios como un bebé, como un ser humano, además. No importa lo arítmico ni la monotonía en los pasos de las niñas y del pequeño de traje blanco que las secunda, prima el deseo de acompañar al recién nacido -a su imagen-, por quien repiten, una y otra vez, los mismos movimientos, bajo el sol, sobre la arena, sin tregua, sin quejas.
Para el Niño. La procesión se detiene en algunas casas de Narihualá, aunque los músicos y los pequeños danzantes continúan con lo suyo, para permitir que alguien de la familia -frecuentemente la persona más adulta- pueda acercarse a adorar la imagen del Niño. En la mayoría de ocasiones, se entrega una ofrenda y se recibe una postal preparada por el Mayordomo y el Oferente. Es este el ritmo de la procesión realizada el 25 de diciembre de 2013, que se repetirá dentro de un año, cuando estas personas, con su fe fuerte y sencilla, recorran nuevamente el pueblo junto a Dios, que acaba de hacerse hombre, y anda junta a ellos en Narihualá.
Agradecimientos: Dr. AndrĂŠs Garay AlbĂşjar, Lelis Rebolledo.