ENFOQUES DE HERMENÉUTICA CONTEXTUAL El círculo hermenéutico como dinámica de interpretación C R I S T H I A N
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Contenido
Antecedentes y algunas definiciones………………………………………….. 3 Hermenéutica contextual: propuesta y aportes latinoamericanos………….
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El círculo hermenéutico: la herramienta de la contextualización…………...
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Líneas finales…………………………………………………………………….. 15
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“Enfoques de Hermenéutica Contextual”1 Por Cristhian Solís Ramírez2 “La Biblia se ha de leer en y para el contexto en el cual se tiene que oír su mensaje y en el que debe ser recibido” 3 Christopher Wright “Todo discurso teológico no es más que una aproximación a la verdad, un pensamiento humano respecto a Dios y el hombre, de Jesucristo, la vida y la historia” 4 Samuel Escobar
El instante vivido, la realidad que se experimenta, el llanto de un niño recién nacido, una canción que se escucha a lo lejos, los ladridos de un perro, y cualquier otra situación que podamos seguir destacando transmiten o comunican un mensaje, no son simples “casos aislados” sido que son elementos multiforme de la gran cadena de eventos simultáneos a los que llamamos vida. Se dice que la historia humana inicia formalmente cuando las primeras comunidades quisieron fijar los mensajes que llegaban a ellos por medio de la escritura, es decir, mediante reglas y significados de un lenguaje, que como tal debe ser descifrado por nuevos y futuros lectores, los cuales serán herederos de esos mensajes como una memoria dinámica que los conecta con el pasado. Como bien dice Levoratti: “Hablar es expresarse en una lengua, y toda lengua es un hecho social, un código compartido socialmente y una actividad gobernada por las reglas de una gramática. Por la misma condición esencial del lenguaje—que es la comunicación—, cada acto lingüístico se estructura sobre la base de modelos preexistentes, de manera que sin el conocimiento de la lengua resultaría imposible la comunicación verbal” 5 Estos brevísimos detalles sobre la teoría del lenguaje y la comunicación nos servirán como paso previo para introducir el concepto y actividad de la 1
Esta ponencia fue presentada en el Congreso “Predicando al mundo en que vivimos hoy” de la “Escuela de Avance Ministerial” realizada el 20 de junio del 2015 en el Centro Cristiano de Grecia (Alajuela, Costa Rica) 2 Es miembro del cuerpo de Ancianos del Ministerio Centro Cristiano de Cartago. Líder del grupo de Jóvenes Adultos Contravía. Para preguntas o comentarios sírvase escribir al correo: redcontravia@gmail.com 3 Wright, C. “La misión de Dios” (Certeza, 2009) pág. 51 4 Escobar, S. “Heredero de la reforma radical” (Caribe, 1984) pág. 51, publicado en “Hacia una teología evangélica latinoamericana” (compilado por René Padilla) 5 Levoratti, A. “La Biblia como literatura” (Sociedades Bíblicas Unidas, 2005) pág.158, publicado en “Descubre la Biblia” volumen I (compilado por Edesio Sánchez)
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hermenéutica en general, y su desarrollo desde América latina en particular6, para luego proponer algunas pistas metodológicas a modo de fundamento sobre cómo llevar a cabo una hermenéutica contextual que brinde herramientas a tono con nuestra época para proveer a nuestras iglesias locales el mensaje cristiano que hable eficazmente a las necesidades inmediatas de su vida, desde la meta del reino de vida de Jesucristo.
Antecedentes y algunas definiciones Como hemos dicho, en toda conversación, acto o intercambio de información que implique una interpretación (entendimiento) de símbolos (un lenguaje) y mensajes estamos realizando un acto hermenéutico, ya que procesamos información para compilarla y relacionarla a fin de obtener un mensaje. De alguna manera todos hemos pasado por la dificultad de no ser comprendidos a la hora de dar una instrucción, o bien no comprender a alguien cuando nos habla o escribe. La hermenéutica entonces en la vida cotidiana plantea varios problemas y dificultades, los cuales se relacionan con los estilos de vida, la educación, el léxico y la intencionalidad del emisor del mensaje, así como también de los prejuicios del receptor7. Como problema teórico los primeros en registrarlo en los anales de la historia fueron los pensadores y filósofos griegos varios siglos antes de Jesús 8. Para ellos el verbo “hermeneuo” indica la acción de explicar, traducir e interpretar. Debido al uso en la literatura griega la raíz de esta palabra podría tener una relación etimológica con el personaje mitológico conocido como “Hermes”, dios pagano de culto griego y romano a quién se le atribuye el oficio de comunicar la voluntad de los dioses (especialmente de Zeus, el cual era conocido como Júpiter entre los romanos) y enseñar la escritura a los humanos. No es entonces de extrañar que cuando el apóstol Pablo junto con Bernabé predicó el mensaje del evangelio a los habitantes de Listra9 (véase Hechos 14:813) y sanó a un hombre que no podía caminar, la gente que presenció el milagro
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Se tomara como referencia el trabajo de reflexión teológica de autores vinculados con las teologías de la liberación y la teología evangélica latinoamericana representada por la Fraternidad Teológica Latinoamericana 7 Para una mayor exposición sobre el distanciamiento entre lengua-habla-texto y la “producción de sentido” de cada lector, puede consultarse a Croatto, S. “Hermenéutica Bíblica” (Lumen, 1994) p.27-58 8 Platón en “La Republica” y Aristóteles en “Poética” 9 Listra era ciudad de Licaonia, que se ubicaba en las regiones centrales de Asia Menor. Actualmente se identifica con el sur de Turquía.
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comenzó a llamar “Hermes” al apóstol Pablo ya que él había sido quién “llevaba la palabra”10. Volviendo al tema, la hermenéutica ha provisto desde la antigüedad las normas generales de entendimiento y comprensión de los pensamientos expresados de manera oral o escrita. Otro término que suele acompañar al concepto de hermenéutica es el de la “exégesis”, que también de origen griego (exegeomai) indica la acción de explicar, exponer e interpretar. Generalmente los “exegetas” del mundo antiguo eran aquellos que daban interpretación de oráculos (predicciones) y sueños. En el último siglo de avances en las teorías de la interpretación de textos, se ha identificado a la hermenéutica como el conjunto de reglas y principios de la interpretación, mientras que la exégesis se usa para referirse a la actividad (praxis) de la interpretación cuando es analizada y comunicada11. Haciendo una forma de comparación con el deporte del fútbol, la hermenéutica son las reglas que nos indican que acciones serán consideradas como faltas, cuando se sanciona un “fuera de juego”, cuanto es la duración de un partido, etc. Mientras que la exegesis es la experiencia del juego, son los pases, tiros y goles. La una y la otra son indisociables, no se puede jugar desconociendo las reglas, y por otro lado ¿para qué nos servirán un montón de reglas sin nadie que las ponga en práctica? En las Escrituras encontramos un ejemplo que ilustra el llamado del pueblo de Dios a realizar la tarea de la interpretación, ejemplo personificado en la figura del sacerdote Esdras12 y sus ayudantes levitas, quienes tomaron “el libro de la Ley” para leerlo, exponerlo y explicarlo a todo el pueblo a fin de que lo pudiesen comprender y poner por obra (véase Nehemías 8:1-9). En el Nuevo Testamento Jesús como “palabra encarnada” de Dios es la máxima referencia en interpretación de los textos sagrados. Encontramos en Lucas 24:27 encontramos a Jesús caminando con dos de sus discípulos que regresaban a Emaús después de la pasión y resurrección, aclarando las dudas y faltas de comprensión de estos discípulos, Jesús les “declaraba” (explicaba, interpretaba)
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Véase Hechos 14:12. En las versiones de Reina-Valera 1960 en este versículo se traduce como “Mercurio” la forma en que la gente llamaba a Pablo, ya que Mercurio es la forma romana de referirse a Hermes. 11 Puede ampliarse esta relación entre hermenéutica y exegesis en Martínez, J. “Hermenéutica bíblica” (CLIE, 1984) págs. 16-23 12 Esdras era escriba en Israel luego del regreso del pueblo judío a sus tierras desde el cautiverio en Babilonia. Esdras consiguió ayudas del rey Artajerjes en 458 a.C. para ir desde Babilonia hasta Jerusalén para colaborar en las obras de reconstrucción que había iniciado Zorobabel en 537 a.C.
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como su misión de sufrir en la cruz y triunfar en la resurrección había estado siempre en el texto que ellos conocían como TANAK13. Dando ahora un brinco cronológico de muchos siglos, nos enfocaremos en lo que ha sido el desarrollo de la hermenéutica dentro del campo de las ciencias sociales y bíblicas desde el siglo XIX14, esto no sin antes mencionar que desde la época de los padres de la iglesia (siglos III-V) hasta la reforma protestante (siglo XVI), básicamente los pensadores cristianos que tenían acceso a los textos del canon bíblico y que podían leer en lenguas antiguas (como griego y latín) desarrollaron dos formas de interpretar la Biblia: 1) El método literalista y 2) El método alegórico. La interpretación literalista concede en primera instancia un carácter de “hecho histórico” y por tanto real a los textos bíblicos, al menos que estos textos contengan metáforas, parábolas u otras figuras literarias. Estos intérpretes -en su ala más extrema- percibían la revelación bíblica como algo “mecánico” donde los escritores inspirados (hagiógrafos) redactaban las palabras exactas que les eran dadas por mediación divina de forma pasiva, sin participar creativamente en el proceso. La interpretación alegórica toma un texto cualquiera y le da un ropaje simbólico a fin de que represente otras condiciones. Se le llama también “método espiritualizador” ya que margina la realidad histórica de un texto, confinándolo a ser usado con una meta ya establecida por el intérprete. Fácilmente se debe notar que este método se basa en la comprensión subjetiva del lector. Esta forma de lectura alegórica llegó a predominar hasta la época de la reforma. Posterior al siglo XVI mientras se daba la expansión y asentamiento de las ideas de la reforma en Europa, a la vez que el Catolicismo reaccionaba (contrarreforma) para no perder terreno en la autoridad de los creyentes dando signos de corrección, se promovió una tercer forma de leer/interpretar la Biblia que restringía al interprete con los “límites de la tradición”. Esto se llegó a conocer como la “interpretación dogmática” que promovía la ortodoxia o sana interpretación, siempre y cuando las aplicaciones del intérprete no tuvieran contradicción con el magisterio eclesiástico (catolicismo) ni con la confesión de fe, credo o catecismo (denominaciones protestantes). 13
Los judíos no usaban el término “Biblia” para referirse a su texto sagrado, sino que la llamaban “TANAK” que son siglas para referirse a las partes en las que ellos dividían las Escrituras: 1) Torá (Ley), 2) Nebim (Profetas), y 3) Ketubim (Escritos). Para un análisis más detallado puede consultarse en: “Nuevo Diccionario ilustrado de la Biblia” (Caribe, 1998 ) 14 Para un análisis detallado de la forma en que las primeras comunidades cristianas interpretaron metodológicamente la biblia IV y V puede consultarse en: González, J. “Historia del cristianismo: Tomo I” (Unilit, 2003) págs. 101-121. Para una reseña de los métodos de interpretación del periodo de la reforma protestante puede consultarse en: González, J “Historia del pensamiento cristiano: tomo III” (Caribe, 2002) págs. 25-86
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La exegesis se convirtió entonces en la búsqueda de textos convincentes para defender y validar los presupuestos dogmáticos de cada tradición, minimizando la relevancia de otros textos que podían representar peligro para su sistema teológico. A mediados del siglo XVIII por la influencia del renacimiento, el racionalismo, el humanismo, la filosofía europea comienza a buscar la fuente del conocimiento en la ciencia y la razón, dando la espalda al argumento religioso como poco relevante para el desarrollo concreto de los pueblos. Se volvió popular el relativismo histórico que inspirado por el “romanticismo” (movimiento cultural y político que promovía la libertad de pensamiento) buscó la verdad de cualquier hecho en los sentimientos que podía generar, y no en las razones históricas que lo tejieron. Estas ideas encontraron su influencia en el plano teológico gracias al alemán Friedrich Schleiermacher (1768-1834) quién desarrolla la introspección (meditación personal) como norma de formulación teológica que llegaría a marcar las primeras líneas del “antropocentrismo existencial”15, pero de manera positiva también se destaca como el pionero de la “hermenéutica de autor” (recrear hasta donde fuera posible la vivencia del autor como acto de empatía con él), aporta teoría sobre el lenguaje y el discurso. En su libro “Compendium” de 1819 Schleiermacher propone una dinámica de interpretación que parte del texto, pasa por la intuición del interprete, después va a la historia del texto, y luego regresa al interprete16. Esa formulación es la que influiría a otros filósofos y teólogos a desarrollar un siglo después lo que se llegaría a conocer como el “circulo hermenéutico” (término acuñado por Schleiermacher y que para muchos lo convierte en el padre de la ciencia hermenéutica moderna17). La ambición de Schleiermacher hacia el final de su vida era la formación de un método de hermenéutica general que no se quedara solo en el ámbito de lo filosófico o judicial de un texto, sin embargo esa obra quedaría relegada para sus sucesores. Sobresalen como heredero de los aportes a la hermenéutica introducidos por Schleirmacher, el también alemán y filósofo Wilhelm Dilthey (1833-1911) quién continua el concepto de dinámica circular para interpretar la historia del texto
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Dios y la religión al servicio de la experiencia humana, y no viceversa. Más adelante esta primera intuición de Schleiermacher sería desarrollada por Rudolf Bultmann. 16 Para un análisis más detallado de la propuesta de Schleiermacher puede consultarse en: Lizarazo, D. “Iconos, figuraciones, sueños: hermenéutica de las imágenes” (Ed. Siglo XXI, 2004) págs. 24-27 17 Puede consultarse la obra de: Barton, J. “La interpretación bíblica hoy” (Sal Terrae, 2001) págs. 123-125
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desde su enfoque natural y espiritual, a fin de lograr una “transferencia” de experiencias entre el “yo” del interprete y el “tu” de la historia18. Antes de finalizar este breve recorrido histórico del desarrollo de la hermenéutica desde el campo de la filosofía, no se puede dejar de señalar los aportes de tres filósofos modernos que han introducido una nueva comprensión a la hora de querer interpretar un texto. Mientras Schleiermacher y Dilthey sostenían la idea de una “hermenéutica de autor” que buscará ir en un movimiento circular hacia el ayer del texto (gramatical y psicológicamente) para proveer “interpretaciones objetivas”, en el siglo XX teóricos como Martin Heidegger (con su libro “Ser y Tiempo”19), Hans-Georg Gadamer (con su libro “Verdad y Método”20) y Paul Ricoeur (con su libro “Hermenéutica y Acción”21) han propuesto una “hermenéutica del texto”22. En el campo de la teología europea la influencia del pensamiento de la hermenéutica de autor y del método histórico-critico inspiró el pensamiento modernista liberal cuyo representante más influyente quizás haya sido el alemán Rudolf Bultmann quien propuso una forma de “círculo hermenéutico” basado en una “teología existencialista” (individualista y sin conceptos universales) que promovió la “lectura desmitológica”23 de la Biblia. La propuesta de Bultmann pretendía clasificar en el Nuevo Testamento aquello que era “histórico” de lo que él consideraba “formulación mitológica”, es decir, verificar la “verdadera acción humana” escondida detrás de la escritura mitológica o sobrenatural. Esto lo llevó a concluir que no había juicio después de la muerte, de que no hubo resurrección física de Jesús24, y que por tanto su sacrificio no era redentiva. Esta teoría inspiraría toda una nueva ola de teología etiquetada como modernista o liberal. El círculo hermenéutico según Bultmann tiene su forma básica en tres pasos de interpretación:
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Puede consultarse en: Dilthey, W. “Dos escritos sobre hermenéutica” (Istmo, 2000) págs. 36-43 Aporta a la hermenéutica que toda interpretación es temporal, intencional e histórica. 20 Gadamer destaca la tradición en la que se encuentra el hombre, y que su “comprender” está limitado por esa tradición. La distancia histórica entre el texto y su interprete exige una “fusión de horizontes” (acción que es posible solo cuando el intérprete y el texto están inmersos en la historia) 21 Ricoeur propone que existirá interpretación siempre que exista distancia entre emisor y receptor. El texto como fijación de mensaje entre las partes, es a la vez independiente a ellas y se abre a tantos enfoques como lectores pueda tener, quienes buscaran rescatar el “ser” del texto por los medios que tengan. 22 En la hermenéutica de texto las interpretaciones van mucho más allá de las intenciones originales del autor al momento de escribir el texto, así toda interpretación pasará por el filtro de un futuro lector que estará en un contexto sociocultural diferente al del autor. En la hermenéutica de texto, el texto es autónomo a las intenciones del autor, ya que al autor no lo tenemos de forma física para cuestionarlo entonces el texto se abre a múltiples lecturas. 23 Para un entendimiento de esta propuesta de “desmitologización” la Biblia puede consultarse en: Bultmann, R. “Jesús: la desmitologización del Nuevo Testamento “ (Ediciones Sur, 1968) págs. 156-176 24 Consúltese en Bultmann, R. “Teología del Nuevo Testamento” (Sígueme, 1981) págs. 14-26 19
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Como respuesta a las teorías de Bultmann, el teólogo suizo Karl Barth plantearía una teoría de “teología dialéctica”25 (tensiones entre inmanencia/transcendencia, pecado/gracia, tiempo/eternidad, etc.) y “exegesis teológica”26 en su obra “Carta a los Romanos” (1919). La propuesta de Barth “evitaba la flexibilidad extrema del liberalismo, sin rechazar los aportes de los acercamientos históricos, críticos y de las ciencias modernas”27. Barth rechazaría también la propuesta de la “teología natural” católica, e insistiría en la “revelación como gracia, y la gracia como revelación”28 esto influiría notablemente en las nuevas generaciones de teólogos e intérpretes. Mientras que la “hermenéutica de autor”29 influyó en la teología en el campo del método de interpretación histórico-gramatical y en el método histórico-critico, la nueva “hermenéutica del texto” dando aportes importante para la formación de una “hermenéutica contextual” en el campo de la teología, estilo de interpretación que ha encontrado terreno fértil en Latinoamérica.
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También se le conoce a esta teoría como “neo-ortodoxia” ya que busca retomar y releer los grandes postulados doctrinales del siglo XIX. Como oposición a la propuesta de Bultmann que creía que Dios se manifiesta en la experiencia subjetiva de la fe, Barth enfatizaba que Dios en su “transcendencia infinita” se vuelve “totalmente otro” (totaliter aliter) quedando “más allá” del ser humano, quién entonces recibe y conoce a Dios solo a través de la experiencia con Jesús, quién al ser la revelación máxima de Dios constituye en su vida y obra vicaria el “No de Dios” hacia nuestros intentos injustos de vida humana, pero también Jesús es el “Sí de Dios” hacia la vida de salvación integral. Para conocer más sobre el entendimiento dialectico de Barth sobre Jesús puede consultarse en: Barth, K. “Carta a los Romanos” (Biblioteca de autores cristianos, 2002) págs. 83-93 26 Se destaca su énfasis “cristo-céntrico” en su vasta producción de su obra “Church Dogmatics” publicada en trece grandes tomos. Su teología se desarrollaría ahora abandonan el existencialismo y abrazando lo que él denominó “teología de la palabra de Dios” 27 González, J. “Historia del pensamiento cristiano” Tomo III (Unilit, 2003) pág. 453 28 Barth, K./Brunner, E. “Natural theology” (Wipf and Stock, 2002) 29 En la hermenéutica de autor se busca descubrir una única lectura (interpretación) autoritativa del texto, que no se preste a ambigüedades o múltiples opciones de interpretación. Este proceso puede conducir al establecimiento de interpretaciones dogmáticas de los textos
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Hermenéutica contextual: propuesta y aportes latinoamericanos Si bien es cierto que la huella de la presencia cristiana ya tiene siglos en el continente, no fue sino hasta las últimas tres décadas del siglo pasado que se acentuó el llamado fenómeno de la “latinoamericanización del protestantismo” que dio nuevas nociones para modelos de liderazgo, estructuras eclesiales, formas de expresión artísticas en el culto, discipulado y evangelización. Dicho de otra manera, se le ha dado sabor latinoamericano al evangelio30 pero buscando no traicionar las raíces históricas de la fe ni los elementos heredados de las misiones extranjeras que proponían nuevas rutas de encuentro con Jesús como Señor de todo lo creado. Principalmente en los últimos 50 años algunos teólogos nacidos en Latinoamérica pero con formación anglo-europea comenzaron a notar que la metodología teológica y hermenéutica que habían aprendido tenía poco que decir a sus comunidades de fe. Esta necesidad o “ruptura epistemológica” como la llamó José Míguez Bonino en su libro “La fe en búsqueda de eficacia” (1977) comenzó a encontrar limitaciones en el tradicional método histórico-gramatical31 que no proveía un lenguaje apropiado para aquellos que estaban sumidos en grandes necesidades materiales y conflictos armados. La forma y estilo de expresar la vida cristiana importada desde los movimientos fundamentalistas de mediados del siglo XX de los Estados Unidos, dejó la huella de una hermenéutica individualista, literalista y apolítica en muchas iglesias locales y denominaciones en américa latina. El error de la llamada “hermenéutica tradicional” es considerar que el contexto del lector original puede ser emulado sin mayores dificultades por el lector actual. Es desde esta mediación desde el momento histórico latinoamericano de la segunda mitad del siglo XX que se hacen aportes a la teoría de interpretación bíblica, sobre todo al concepto de “circulo hermenéutico”. En vez de preocuparse por establecer una interpretación objetiva, cerrada y legitima para cualquier lector en cualquier situación, la hermenéutica contextual busca interpretar la realidad desde la palabra de Dios que se revela “hoy en la vida” y que su nutre del “ayer del texto”. Otro rasgo importante de los aportes de los pensadores latinoamericanos es que realizan su interpretación bíblica desde diferentes enfoques a la vez, entendiendo que los diferentes métodos no se excluyen sino que se complementan 30
Como reseña a este proceso puede consultarse en: Míguez, J. “Rostros del protestantismo en americano” (Nueva Creación, 1995) págs. 105-124 31 Para mayor detalle puede consultar los capítulo V, VI de Berkhof, L. “Principios de interpretación bíblica” (Libros Desafío, 2005) págs. 30-63
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entendiendo las virtudes y debilidades de cada uno32. Esta noción busca sacudirse de las etiquetas que aíslan en bandos a los proponentes de las teorías hermenéuticas como si fuesen extremos intocables, de esta forma se quiere superar la separación entre liberales (método histórico-crítico) y conservadores ortodoxos (método histórico-gramatical). A modo de bosquejo el teólogo Juan Stam33 ha propuesto tres características básicas de la propuesta de una hermenéutica histórica-contextual que reseñamos así: 1) Una hermenéutica fielmente histórica: tomar en serio la historia presente y la historia pasada como punto de encuentro de la hermenéutica que busca interpretar la Palabra de Dios en ambos momentos históricos34. 2) Una hermenéutica del discipulado obediente: no volver a la hermenéutica un acto de conceptualización abstracta sino la fuente de una palabra renovada que guie hacia la obediencia al reino de Dios y su justicia 3) Una hermenéutica radicalmente misionera: la proclamación del mensaje interpretado debe darse en compañía de la puesta en marcha de la misión de Dios hacia el mundo necesitado, no debe quedarse en los salones de discusión teológica sino que debe cautivar al oyente y despertar la fe en Jesús35. Las “claves hermenéuticas” como otro aporte de la hermenéutica contextual desde su desarrollo en Latinoamérica son plataformas de relectura que servirán de puente unificador entre las distancias del contexto histórico del ayer con el hoy. Son frecuentes a esta nueva forma de pensar y hacer la hermenéutica las claves de: justicia, discipulado, misión integral, reino de Dios, cultura, liberación, esperanza, entre otros. Esta hermenéutica es bautizada como contextual inspirándose en el modelo de Jesús en su encarnación. Aún en el Antiguo Testamento cuando la palabra de Dios llegaba al pueblo lo hacía mediada por un ser humano, es decir, la palabra divina siempre era expresada dentro de un código de lenguaje que correspondía a cierta sociedad y cultura, no se daba en el “vacío ideológico”.
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Para una exposición de los cinco enfoque de estudio e interpretación bíblica que han influenciado en Latinoamérica se puede consultar en: Croatto, S. “Hermenéutica bíblica” (Lumen, 1994 ) págs. 9-25 33 Para la lectura completa del texto puede verse en: Stam, J. “La Biblia, el lector y su contexto histórico” (SEBILA, 2006) págs. 49-72 34 Para profundizar en el tema de la “historia de la salvación” puede consultarse el libro de Cullmann, O. “Cristo y el Tiempo” (Estela, 1968) págs. 11-38 35 Se recomienda la lectura del libro: “Bases bíblicas de la misión: perspectivas latinoamericanas” (Kairos, 1998) compilado por René Padilla.
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En Jesús la palabra de Dios (Logos) alcanza su máxima expresión de contextualización, ya que Jesús vive y se comunica bajo ciertos patrones históricos. De ahí que se valore que una teología y una hermenéutica que consideren el acto de contextualizar como inherente a su servicio para las comunidades de fe, será una hermenéutica más fiel a la misión que Jesús encargó. Interpretar fielmente entonces debe buscar un lugar fundamental a la meditación como acceso a la iluminación del Espíritu Santo para buscar una palabra que toque corazones y no solamente intelectos.
El círculo hermenéutico: la herramienta de la contextualización Hemos hablado de la formación histórica y filosófica de las teorías hermenéuticas actuales, luego hemos introducido los aportes latinoamericanos a las teologías tradicionales, y ahora corresponde que demos una introducción a la metodología de la hermenéutica contextual. Para ello será de gran ayuda la dinámica del círculo hermenéutico. Hasta ahora hemos descrito como la “hermenéutica contextual” combina elementos de la hermenéutica clásica (histórico-gramatical/histórica critica) con los avances contemporáneos en hermenéutica del texto o retórica 36. De esta forma logra caminar en doble vía el puente entre el contexto original y actual (“fusión de horizontes” según Gadamer). Veámoslo gráficamente:
Como puede notarse la metodología de la hermenéutica contextual parte de que se hace en un constante recorrido que vincula las cuestiones del ayer con las del hoy y viceversa. Lejos de caer en los mismos errores teóricos de la teología tradicional que ve en el método histórico-gramatical la fuente de las interpretaciones “objetivas y cerradas”, la hermenéutica contextual reconoce 36
Otra forma de referirse a la “hermenéutica del texto” es nombrarla como “hermenéutica retórica” que hace referencia a los análisis discursivos y de contenido de los versículos como literatura.
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abiertamente que existe un “presupuesto” a la hora de comprender por parte del interprete, pero busca abrirse a los descubrimientos exegéticos sin que estos presupuestos nieguen o afirmen de antemano una interpretación 37. Se declara además que teología y exégesis se determinan mutuamente, de esta manera la teología latinoamericana al priorizar la praxis de fe por sobre la tradición dogmática, aporta al círculo hermenéutico el polo o punto cardinal de la situación histórica del lector/interprete. En ese sentido el teólogo ecuatoriano René Padilla38 propone el siguiente esquema para la dinámica del círculo hermenéutico:
El principio básico de la metodología de la hermenéutica contextual es entrar en dialogo el intérprete con el texto, enriqueciendo y condicionando con cada vuelta o giro la comprensión de cada polo o punto cardinal. Veamos con más detalle cada una de las partes del círculo hermenéutico: 1) Situación histórica del interprete: cada lector que busca determinar el sentido del mensaje de un texto se encuentra inserto dentro de una cultura, la cual guarda en mayor o menor medida una distancia crono-espacial con el momento de la redacción del texto. La cultura del intérprete le brinda un lenguaje, una filosofía o modo de pensar, valores, reacciones emocionales, etc. Cuando el intérprete lee lo hace desde esos códigos, la Biblia llega a él mediante esos condicionamientos sociales que nunca reflejan a cabalidad el propósito de vida de Dios para con la creación. A fin de proveerle una mejor comprensión del contexto histórico del ayer y hoy al lector, la hermenéutica contextual usa como disciplinas auxiliares a la sociología, antropología, historia y lingüística, como fuentes de conocimiento.
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op. cit (n. 27 ) pág. 61 Para la exposición completa del método sugerido por Padilla puede consultarse en: Padilla, R. “La palabra interpretada: reflexiones sobre hermenéutica contextual” (Boletín Teológico FTL, 1981) págs. 1-8 38
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2) Cosmovisión del intérprete: cada lector tiene su propia manera de entender la realidad, lo cual es una limitación para la hermenéutica ya que toda interpretación supone una cosmovisión. En la medida en que cada lector busque la fidelidad histórica dentro de su cosmovisión bíblica, su interpretación se verá enriquecida. 3) Las Escrituras: la Palabra de Dios se encuentra registrada en la Biblia, pero a su vez la Biblia se redactó en un proceso de varios siglos que registra también cambios abruptos de cultura y cosmovisión. Aquí el estudio histórico-gramatical renovado por los aportes de las ciencias bíblicas será indispensable para clarificar el horizonte histórico del texto y sus palabras. Es importante también mantener las distancias con el acercamiento dogmático y sistemático de las tradiciones que buscan condicionar el contexto de la revelación. 4) La teología: la construcción de un discurso de fe (teología) debe reflejar los hallazgos de la “fusión de horizontes” histórico-contextuales de los pasos anteriores, por lo que una teología llena de definiciones abstractas y cerradas tendrá poco que aportar a lo cambiante de nuestra sociedad (occidental o de otras latitudes). La teología contextual busca ser relevante cuando responde a las cuestiones sociales en sus mismos códigos de comprensión, pero esto lo hará manteniendo la fidelidad a la exegesis bíblica y a la iluminación del Espíritu Santo dentro de la comunidad de fe. En este sentido el corazón de la teología contextual es el de una “teología del reino de Dios”39. La contextualización va de la mano con la misión de la iglesia. Cuando los primeros discípulos fueron enviados al mundo pagano (gentil) influenciado por el imperio romano y el culto a su emperador, ellos tuvieron que transmitir el mensaje del evangelio que había sido dado en un contexto judío dominado por saduceos (elite política) y fariseos (elite religiosa), hacia un contexto dominado por filosofías (gnósticas) politeístas y mitológicas. Como bien sugiere el título del libro del teólogo peruano Samuel Escobar40 “De la misión a la teología”, podríamos decir luego de una lectura del texto de los “Hechos de los Apóstoles” que las comunidades de fe al ser esparcidas desde Judea iniciaron un proceso de proclamación y demostración del evangelio, y que no sería hasta un par de décadas después que se haría análisis (teología) de ese proceso. Escobar citando al teólogo puertorriqueño Orlando Costas escribe: “La teología y la evangelización son dos aspectos correlativos de la vida y misión de la fe 39
Se recomienda la lectura del libro de: Padilla, R. “Discipulado y misión: compromiso con el reino de Dios” (Ediciones Kairos, 1997) 40 Escobar, S. “De la misión a la teología” (Kairos, 1998)
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cristiana. La teología estudia la fe, la evangelización es el proceso por el cual la fe se comunica”41 Regresando al uso del círculo hermenéutico como herramienta de la teología contextual para interpretar la Biblia, como puede verse en la imagen de arriba, para cada cambio de realidad histórica del lector hay un correlacionado cambio de cosmovisión y por ende de teología. De ahí que diremos que los textos bíblicos se abren a la “polisemia” de interpretaciones ya que guardan un “depósito de sentido” o significado que lejos de agotarse crece con cada nueva generación de lectores. Estos conceptos de teoría hermenéutica fueron acuñados en Latinoamérica por el teólogo argentino Severino Croatto en sus libros “Hermenéutica Bíblica”42 y “Hermenéutica práctica”43. Así como con cada giro hermenéutico va a enriquecerse la comprensión del sentido de un texto, tiene que modificarse también el contexto histórico inmediato del lector, pues otro rasgo de la teología contextual es llamar a la obediencia y seguimiento hacia Jesús (como se comentó más arriba). Si partimos del punto del “contexto histórico” el primer paso será reflexionar sobre las cuestiones personales, eclesiásticas y sociales que interrogan al discipulado de mi “hoy”, el segundo paso será formalizar esas cuestiones desde nuestra cosmovisión (la bíblica y social) para que el tercer paso sea plantear al texto bíblico esas cuestiones preformadas por mi cosmovisión, en este paso empleamos los métodos de exégesis a nuestro alcance (bíblico y contextual) teniendo como objetivo o meta (clave hermenéutica) las cuestiones que se originaron en mi realidad histórica. Al llegar a los descubrimientos exegéticos tendremos una “teología enriquecida” (cuarto paso) por la “fusión de horizontes” entre el mensaje del ayer del texto y la palabra del hoy iluminada por el Espíritu Santo. Aquí recomendamos buscar siempre mediante el diálogo con algún hermano en la fe o con los líderes de la iglesia local, un intercambio de los hallazgos obtenidos, a fin de poder identificar desde otra óptica los posibles descuidos cometidos o fortalezas de nuestro método de giro hermenéutico. En su libro “Liberación de la teología”44 (1974) el teólogo uruguayo Juan Luis Segundo es también de los pioneros en proponer una teoría hermenéutica que usa y amplía la herramienta del circulo hermenéutico. Segundo escribe que: 41
ibíd. págs. 28-29 Croatto, S. “Hermenéutica Bíblica” (Lumen, 1994) pág. 29 43 Croatto, S. “Hermenéutica práctica” (Centro Bíblico Verbo Divino, 2002) págs. 112-113 44 Segundo, J.L. “Liberación de la teología” (Ed. Carlos Lohlé, 1974) 42
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“el método que pretende relacionar el pasado con el presente recibe el nombre de círculo hermenéutico… (es) el continuo cambio en nuestra interpretación de la Biblia en función de los continuos cambios de nuestra realidad presente, tanto individual como social… existen dos condiciones necesarias para lograr un circulo hermenéutico en teología. La primera es que las preguntas que surgen del presente sean tan ricas, generales y básicas, que nos obliguen a cambiar nuestras concepciones acostumbradas de la vida… La segunda es que la teología debe cambiar su interpretación para responder a las nuevas preguntas, de lo contrario el círculo hermenéutico se verá interrumpido”45 No quedándose solo en la propuesta teórica Juan Luis Segundo enumera los cuatro puntos o movimientos del círculo hermenéutico que hacen cumplir las dos condiciones previamente descritas46. Con estas posiciones ampliaremos las sugeridas por Padilla más arriba. Para la construcción de este nuevo círculo hermenéutico de J. L. Segundo seguiremos la guía propuesta por J. Stam47 pero la adaptaremos con modificaciones propias quedando así:
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Ibíd. págs. 12-13 Ibíd. pág. 14 47 op. cit (n.27) pág. 63 46
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Líneas finales Luego de exponer ligeramente como se ubica la formalización de la teoría hermenéutica tal como la conocemos hoy a lo largo de la historia, hemos visto los aportes más representativos de la teología latinoamericana a esas formas de pensamiento ahistóricas y abstractas heredadas del “primer mundo”, para luego caminar junto con algunos proponentes de nueva hermenéutica contextual que usa la herramienta del circulo hermenéutico como metodología de una teología que busca tener relevancia social y fidelidad bíblico-histórica. Sin embargo, antes de concluir quisiera aclarar que no es nuestra intensión cuando decimos que el texto bíblico está abierto de manera inagotable a futuras relecturas de su sentido, dar la idea de que el círculo hermenéutico puede generar antojadizas interpretaciones bíblicas modificadoras de la teología. Recomendamos la lectura del autor J.L. Segundo48 donde muestra cuatro ejemplos de círculos hermenéuticos incompletos49 por forzar las relecturas y sospechas ideológicas al texto bíblico, esto con el fin de demostrar como el círculo hermenéutico puede llevarnos a falsas conclusiones, como se dijo antes, la “pre-comprensión” del intérprete es primordial. De igual manera el teólogo argentino Alberto Roldan dedica el capítulo sexto de su libro “Reino, política y misión”50 (2011) a mostrar ejemplos de circularidad hermenéutica en las teologías de Karl Barth y Juan Calvino, en ese texto Roldan pondrá en práctica algunos elementos clave de la teoría de J.L. Segundo. Esos ejercicios servirán de excelente ejemplo para que podamos ir aprendiendo que esta hermenéutica contextual va seriamente ligada a la verificación histórica. Ante el compromiso con el reino de Dios y su justicia no será sano para nuestra experiencia como discípulos ni para nuestras comunidades de fe que dejemos de lado estas metodologías teológicas para priorizar lo práctico y sentimental. Tracemos con gruesas líneas la estructura bíblica que describe los actos fundantes de nuestra fe, como por ejemplo la resurrección física de nuestro Señor Jesús siempre tendrá un sentido bíblico (fue corporal, hubo testigos, etc.) sin embargo, la “comprensión” de ese hecho adquirió un llamado de resistencia profética para las comunidades de Asía Menor en medio de la persecución que les sobrevendría por parte del imperio romano. Para los reformadores la resurrección 48
op. cit (n. 38) págs. 14-45 Cabe hacer la advertencia de que estas herramientas de interpretación no son infalibles, de que siempre quedarán detalles que la técnica hermeneuta no logre cubrir o inclusive generar interrupciones al círculo, evitando dar revoluciones completas porque nuestros presupuestos ideológicos no quieran renunciar a abandonar sus ideas prefijadas. 50 Roldan, A. “Reino, política y misión” (Ediciones Puma, 2011) págs. 125-156 49
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fue una fuente de autoridad en Jesús “que reina resucitado” por sobre los concilios y el magisterio del papado. Para los teólogos latinoamericanos del siglo pasado fue la “piedra angular” de la teología del reino, todo ello a partir de la afirmación kerigmática de que “Jesús es el Señor”. Finalmente, se debe aclarar que el esfuerzo por generar una teoría de la hermenéutica contextual desde Latinoamérica es una tarea sin terminar, una misión abierta cronológicamente desde hace casi cinco décadas, que encuentra andenes y estaciones en el hoy, pero no su meta. Esta búsqueda se proyecta hacia el horizonte del reino de Dios, tiene su capítulo escatológico hacia la esperanza de la venida de Jesús, el encuentro pleno con su pueblo. Es nuestro deseo que la Palabra de Dios contenida y revelada en las Escrituras sea proclamada fielmente a los discípulos de todas las regiones y procedencias, sigamos sembrando semillas del reino en palabra y acción estudiando con pasión y seriedad a la Biblia.
Cristhian Solís Ramírez (Costa Rica, 2015)