Periscopio
Apuntes sociales
Las redes sociales como lápidas UN SITIO RECOPILA LOS TUITS DE FAMOSOS ANTES DE MORIR. LAS ÚLTIMAS PALABRAS DE LA ERA 2.0.
Por Cristian H. Savio REEVA STEENKAMP estaba “excitada” y
Reeva Steenkamp feliz junto a su novio Oscar Pistorius. Su último tuit figura en un sitio que los recopila, igual que los de Jazmín De Grazia, Alexander McQueen y Vernon Forrest.
en la Batalla de San Lorenzo. Hoy en día, si pretendieran que esas palabras pasaran a la eternidad, deberían contar con el dispositivo necesario para tuitear, tanto en el lecho de muerte como en el campo de batalla. Con menos méritos aparentes pero las herramientas adecuadas, más de 60 personas inscribieron su nombre en la lista de Forrest y McWaters, entre ellos (y justo debajo de Whitney Houston) la modelo y conductora de TV argentina Jazmín De Grazia, quien horas antes de morir sintetizó sus últimas horas en Twitter: “Este fin de semana fue variadito, variadito. Casi tanto como un tenedor libre con chinos como dueños”. Cada tuit aparece con la hora de su publicación, y debajo la fecha, hora y causa de la muerte. Antes de morir baleado en un intento de robo, el boxeador Vernon Forrest —@vernonforrest, ex campeón de la misma categoría en que pelea “Maravilla” Martínez— envió un mensaje a la tenista Serena Williams (@serenajwilliams ¿Qué pasa, extraña? Tanto tiempo sin verte). Y Frank Ryan (@drfrankryan), famoso cirujano plástico de las celebridades hollywoodenses, subió una 12
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foto de un perro collie en la playa apenas 20 minutos antes de estrellarse con su jeep. Como temía McWaters, en la mayoría de los casos está claro que nadie tiene presente la posibilidad de estar dejando una frase para la posteridad. A menos que sientan la muerte acechándolos. Últimas frases destacadas se dijeron ante el verdugo o frente al pelotón de fusilamiento, como los casos de Benito Mussolini, Ernesto Guevara, José Antonio Primo de Rivera, Ana Bolena o María Antonieta. “Mañana muchos maldecirán mi nombre”, cuentan que oyeron decir a Adolf Hitler instantes antes de suicidarse. No obstante, el último tuit del diseñador de modas Alexander McQueen (@McQueenWorld), en pleno cumpleaños de una amiga, no lo muestra tan depresivo y preocupado poco antes de quitarse la vida. Así que ya sabe, piense bien antes de tuitear. No vaya a ser cosa que el destino decida que en esos 140 caracteres se resuma su epitafio. A menos que, como Karl Marx, usted sea de los que piensan que “las últimas palabras son para los tontos que no han dicho suficiente”.
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muy ansiosa por la llegada del Día de los Enamorados. Nada hacía pensar en el trágico final que esperaba a la modelo sudafricana en manos de su novio, el atleta paralímpico Oscar Pistorius. Al menos, a juzgar por el último mensaje que ella subió a su cuenta de Twitter. “¿Qué le guardas a tu amor bajo la manga para mañana?”, escribió en la víspera del San Valentín sangriento. El desenlace de la historia (ver página 10) tiñe ese mensaje de ironía. Pero en definitiva, a los ojos del mundo, aquella pregunta se ha convertido en la frase final de Steenkamp. Un año atrás, el desarrollador de Internet Michael McWaters expresó en la red social de los 140 caracteres su temor. “Oh, no, si muero en este momento, mi último tuit habrá sido sobre Andrew Breitbart… ¡debo pensar en algo más. Belleza, ciencia, altruismo!”. Su amigo y colega Jamie Forrest le contestó: “@mmcwaters Ése sería un sitio interesante para hacer: los últimos tuits de gente famosa”. Y pusieron manos a la obra. The Tweet Hereafter, su proyecto, terminó por hacerse famoso gracias al caso de Steenkamp. El predominio de Internet como escenario de las relaciones sociales y su ascendente en la cultura popular convierte a Twitter, Facebook y demás redes sociales en las lápidas de la nueva era. “A diferencia de tiempos pasados, no tenemos el lujo de contar con gente que reescriba nuestras últimas palabras para que sean inolvidables o para profundizar en su significado”, dicen McWaters y Forrest. Es, el de las “últimas palabras”, una especie de género literario no reconocido. Frases que no alcanzan a ser célebres de personalidades reconocidas de la Historia, que se presentan con pretensión de premonición a veces, de síntesis de una personalidad en otras ocasiones. La historiografía local regala ejemplos que van del “Ay, patria mía” de Manuel Belgrano al “Muero contento, hemos batido al enemigo” del sargento Cabral
Newsweek
05/03/2013 05:24:32 p.m.