nota de tapa
Hasta que la
Verdad nos separe La honestidad brutal no es un buen aliado en temas de amor. ¿Mentir puede ser una de las claves del matrimonio feliz? por Cristian H. Savio
En los clásicos de la literatura, la mujer que se atreve a traicionar a su marido sufre un destino predecible: la muerte, el suicidio o la condena social. Anna Karenina se arrojó a las vías del tren. Emma Bovary, del clásico de Gustave Flaubert de 1856, termina bebiendo arsénico. Y luego está, claro, la pobre Hester Prynne, que fue marcada con la letra escarlata en su pecho por haber dado a luz al hijo de otro hombre.
37 Newsweek 9 de Noviembre, 2011
nota de tapa
Pero las mujeres de hoy son verdaderas donjuanas, tan infieles como los hombres. Y lo más curioso es que, lejos de sembrar con estas actitudes el germen de la destrucción del matrimonio, hay expertos que aseguran que contribuyen a solidificarlo, devolviéndole valor a una institución que daba la impresión de estar perdiendo prestigio. Eso se desprende del éxito que ha tenido en Estados Unidos la reciente publicación del libro La vida secreta de las esposas , donde más de 200 mujeres revelan a la periodista Iris Krasnow cómo mantienen sus parejas unidas a partir de guardar secretos, que van desde tomarse vacaciones por separado hasta tener “amigos con límites” y, por supuesto, aventuras sexuales fuera de casa. “Si evitás ser descubierta, un pequeño affaire puede reanimar un matrimonio”, señala Lucy, una californiana de cincuenta y pico, en una frase que resume el espíritu del libro de Krasnow. El pobre Pinocho, incapaz de disimular la mentira por culpa de su nariz creciente, jamás podría haber sido feliz en matrimonio, de acuerdo a esta idea. Esa inocultable traición física del inconsciente es lo que lo aleja de la condición humana. ¿Es la mentira la clave para ser felices para siempre? ¿El secreto mejor guardado de una relación es aquel que nunca sale a la luz? “Puede que la pareja necesite cierto aire en su propia vida y eso incluya sexo, y ayude a prolongar el matrimonio”, dice Ana España, una maestra de Rosario de 45 años. Lulú (67), artista plástica de Palermo, admite que un amante puede ayudar a sostener una pareja y asegura que las parejas de hoy son más tolerantes y flexibles en temas de infidelidad. “Sobre todo los hombres han cambiado en ese sentido”, dice. “Las mujeres ya han tolerado bastante”. En La vida secreta de las esposas , Krasnow ilustra esta evolución con sendas encuestas. En la década de 1950, el informe Kinsey sobre comportamiento sexual daba cuenta de que un 26 por ciento de las mujeres había engañado a sus maridos, y otro 20 por ciento había tenido arrumacos y caricias sin sexo. De esas mujeres, el 71 por ciento señaló que sus matrimonios
“Una infidelidad discreta puede reavivar la pasión”. -marg a bo sanac
gozaban de perfecta salud, aun cuando sus esposos supieran o siquiera sospecharan que algo estaba pasando. Hoy, por supuesto, estas vicisitudes pasaron a primer plano. Las investigaciones muestran que el 65 por ciento de las mujeres —y nada menos que el 80 por ciento de los hombres— afirman que engañarían a sus parejas si supieran que podrían evitar ser descubiertos. Un estudio reciente realizado por Kristen Mark, investigadora de la Universidad de Indiana, demuestra cómo se fue acortando la brecha de infidelidad por sexo en los últimos años. Así, mientras que en la década del ‘90 el porcentaje era de 25 contra 15 a favor de los hombres, la relación bajó a 23/19, tal cual reveló en la revista Journal of Sexual Behaviour. “Las mujeres ya engañan tanto como los hombres”, dice Carla Couto en un
38 Newsweek 9 de Noviembre, 2011
artículo publicado en la web entremujeres.com. Couto es la responsable para América Latina de Second Love, uno de los sitios de citas destinados a hombres y mujeres casados, y que en la Argentina tiene un total de 11.000 usuarios. “Una infidelidad discreta puede reavivar la pasión en un matrimonio y mejorar una relación estancada”, señala a Newsweek, desde Canadá, Marga Bosanac, vicepresidente para América Latina de Ohhtel.com, otro servicio online para parejas casadas, que se lanzó en la Argentina en mayo pasado y ya cuenta con 137.000 usuarios. Para estas empresas, las motivaciones de unos y otras (por lo general, profesionales de 25 a 55 años y nivel socioeconómico elevado) no necesariamente se vinculan al hecho de que la pareja haya perdido la pasión o caído en la rutina total. En España, por ejemplo,
“Algunas sinceridades son sincericidios”.
antes que ella desde los griegos antiguos hasta Herman Hesse, que el amor conspira contra la independencia. “Es como una tortura china”, sentenció la hija de Moria Casán. “Yo soy enferla mayoría de los usuarios ma de los celos: si (mi pareja) de Second Love llevan me- es mujeriego, lo castro”. Una nos de 5 años casados y recomendación similar había confiesan que buscan allí dado, semanas atrás, Mariana algo nuevo y excitante a Nannis a Wanda Nara ante los pesar de estar contentos rumores de infidelidad que ro-eduardo drucaroff con su pareja. La mayoría dearon a su esposo futbolista. Menos amenazante hacia la también reveló que su aua no enfrentarlo toestima mejoró y se sien- virilidad masculina, la vedette con algunos asten más atractivos después Luciana Salazar formuló una especie de aforismo profundo pectos de nuestro de una infidelidad. lado oscuro que “Hombres y mujeres sobre la condición humana y es innecesario usan la mentira para pro- el desengaño: “Algunos inte—en ocasiones— tegerse, para proteger a ligentes no eliminan la menhacer padecer a terceros, y también para tira, sino que, al contrario, la otros. hacer perdurar su relación perfeccionan”, espetó en una “Hace poco salí con un chico durante sin ofender o herir al otro”, carta de despedida al economista Marun tiempo. Luego él me dejó diciendo remarca Couto a Newsweek, para quien tín Redrado. La falsedad, por supuesto, tiene que estaba enamorado de otra. Preferi“a veces la mentira es la única verdad posible”. Y agrega: “No quiero hacer una mala prensa. Para la actriz Isabel Mace- ría que me hubiese inventado algo, casi apología de la mentira, pero no soy fun- do, una mentira le arruina el día: “Es lo cualquier otra excusa me hubiera hecho sentir mejor”, cuenta Mariana Uriarte damentalista al observar sus aplicaciones peor que me pueden hacer”, asegura. Pero en cuestiones amorosas, al pa- (29) en un artículo publicado en la reen la vida real”. recer, la verdad está sobrevalorada. Y a vista digital femenina Take d’ Tips. La simple idea de que mentir “es veces, incluso, es contraproducente. En otro blog, Mejora Emocional , el En muchas de sus sesiones, el psi- peruano Juan José pide consejo a una mejor” va a contramano de los paradigmas éticos y religiosos. No mentir, des- coanalista porteño Eduardo Drucaroff, coach por una situación similar. “Hace pués de todo, es el octavo de los Diez miembro titular de la APA e investiga- tres años inicié una relación con una Mandamientos de la Biblia. Cuando dor en temas de familia y pareja, acon- mujer, con la cual vivo desde hace un una pareja contrae matrimonio en la seja a sus pacientes que no confundan año y medio. El problema es que me Iglesia, el sacerdote exige una promesa “sinceridades” con “sincericidios”. Y contó algunas de sus experiencias ande fidelidad antes de entregar los ani- les recomienda escuchar atentamente teriores, que van en contra de mis vallos. Según el escritor español Baltasar la canción Mentiras piadosas, donde el lores e ideas (tuvo relaciones con un Gracián (1601-1658), una sola mentira español Joaquín Sabina exclama que “en desconocido, con un casado y con dos alcanza para destruir toda una reputa- historias de a dos conviene a veces men- mujeres). Es buena, pero cuando piención de integridad. tir, que ciertos engaños son narcóticos so en su pasado… no puedo ni dormir”, Pero la custodia de la verdad requiere, contra el mal de amor”. clama, poniendo en evidencia que dapara algunos, medidas enérgicas. Días Para el especialista, esas “mentiras ría cualquier cosa por no haber sabido atrás, la actriz Sofía Gala Castiglione piadosas” aplican como concepto tanto a jamás esas verdades. reflexionaba, como ya habían hecho lo que se refiere a halagar al otro como El balance es delicado y debe calibrarse con la precisión de un orfebre suizo. Los “sincericidios”, no necesariamente vinculados al plano sexual tampoco deben ser reemplazados por engaños. La mentira obliga a una doble vida que implica un empobrecimiento enorme de la capacidad de conectarse con la pareja y vivir una -v i rg i n i a ca r r e ño vida feliz, remarca la psicoanalista Graciela Faiman. En la obra de teatro “El año que viene a la misma hora”, los protagonistas acuerdan encuentrarse anualmente durante 30 años, engañando a sus respectivas parejas.
“Nunca hay que decir la verdad”. 39 Newsweek 9 de Noviembre, 2011
40 Newsweek 9 de Noviembre, 2011
Con Lucila Gallino y Jessica Bennett.
archivo
fotos : gustavo bosco
“Nunca hay que decir la verdad”, sentencia a Newsweek la escritora Virginia Carreño. Sentada frente a una vasta biblioteca, en su departamento de Recoleta, los ojos celestes vivaces a pesar de estar cerca del centenario de vida, la elegancia y la feminidad intactas, esta protagonista de la vida social porteña que fue contemporánea de Victoria Ocampo, que conoció al “caprichoso” de Jorge Luis
/
-ca r l a c o u to
fotomontaje : sandro baez
“A veces la mentira es la única verdad posible”.
Borges y fue amiga de Indira Gandhi, dice que aprendió de su madre francesa que “el adulterio muchas veces salva el matrimonio, y es mejor seguir tirando juntos que romper por una tentación”. “Se miente todo el día, no hacemos más que mentir. Cuando alguien empieza una frase diciendo: ‘Te voy a ser franco’, se viene una cosa insultante”, dice Carreño. “Nadie tiene que ser franco, es mucho mejor callarse”. El británico Oscar Wilde señalaba que “la mentira, es decir, el relato de bellas cosas falsas, es el fin mismo del Arte”. Con menos aspiración poética, en las motivaciones más variadas y mundanas de la infidelidad, en apariencia más prosaicas que “wildeanas”, subyace esa preponderancia de la estética por sobre la verdad.
Pero el mundo posmoderno también fue parido por la filosofía de Friedrich Nietzsche, para quien la cuestión de la verdad y la mentira tenía un mero carácter proposicional. “Como hechos morales existen sólo en el marco de las convenciones sociales: dice la verdad el que usa las metáforas aceptadas según las reglas lingüísticas de la sociedad en que vive”, escribió. ¿Estarán modificándose, entonces, esas reglas lingüísticas? ¿Estaremos aprendiendo a hablar distinto en cuestiones de pareja? Por lo pronto, aún hay cierta resistencia a la aceptación de la mentira, ya sea desde la opinión pública, la interpretación psicoanalítica o los sedimentos del discurso políticamente correcto. Y las recomendaciones para un matrimonio feliz transitan por otros cauces. Ni siquiera los defensores o promotores del engaño lo creen vital. La vicepresidente del sitio Ohhtel, Marga Bosanac, dice que para que una relación sea duradera “lo fundamental es la comunicación”. Para Virginia Carreño, el secreto del matrimonio feliz es “mantener una buena conversación”. Incluso Krasnow, la autora de La vida secreta de las esposas, que pasó las últimas tres décadas documentando el matrimonio y la vida familiar, asegura que ha sido monógama durante los 23 años que lleva casada. Sin embargo, admite que para eso tiene amigas, hobbies, e integró a ex novios a su vida, algo que su marido acepta. Y hasta flirtea —sin llegar a concretar— con su vecino. Admite que hay momentos en los que se asoma a la ventana de la cocina, anhelando ver a Derrin, quien vive al lado, para que su día vuelva a brotar. No se trata de engañar: Derrin es simplemente la clase de amor platónico que, según Krasnow, toda mujer debería considerar (y cada esposo, fomentar). “Seguro que me parece atractivo”, se ríe Krasnow. “Amo a Derrin, y es un alivio para mi marido, Check, porque cuando él no quiere hablar más conmigo pregunta: ‘¿No está Derrin?’”. Todas las variantes son válidas para vivir felices para siempre. Hasta que la Verdad los separe.
afp
nota de tapa