Xto Sembrador
Misión Espíritu Santo, Protagonista de la Misión
Doctrina Católica
Sacramentos Mandamientos Moral Cristiana Mandamientos de la Santa Iglesia
Liturgia
Utensilios, lugares y prendas litúrgicas
Guía para preparar las celebraciones de Semana Santa
Domingo de ramos Jueves Santo Viernes Santo Vigilia Pascual Día de Pascua
La Santísima Virgen María
Oraciones y Devociones a la Virgen María Rosario Rosario Misionero Vía Matrix Rosario del Pésame a la Virgen
Biblia
Sectas y otras religiones ¿Cómo dialogar con los hermanos separados? Con lo que más nos atacan a nosotros los católicos
Devociones para Semana Santa
Viacrucis Siete Palabras Viacrucis Viviente (Diálogos de la Representación)
Visiteo Oraciones
Oraciones básicas Oración de la Mañana Oración de la Noche Oración a la familia por Juan Pablo II Oraciones por los alimentos Después de comulgar Oraciones para enfermos y difuntos Oraciones por la Liga Misional Juvenil
Cantos Animación
¿Qué es la Misión? Existen cien descripciones de ella. También porque hoy la evangelización (que es otro nombre de la misión) es una actividad muy rica y diferenciada en sus formas.
La misión es la alegría de creer en la "Buena Nueva", llevada a los pobres pastores y de continuar su difusión (Lc 2,10-11). La misión es el gozo de conocer a Dios como Padre y como amor y anunciar a los otros, como los Apóstoles, la persona y la obra de Jesucristo, el Hijo unigénito del Padre (1 Jn 4,1416). Creer que Dios me ama produce un gozo que es contagioso. La misión es creer que Jesús ha muerto "uno por todos" (2 Cor 5,14), incluso por aquellos que no lo saben. La misión es seguir las huellas de María, la cual, consciente de llevar en su seno al Salvador del mundo "se levantó... y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá" (Lc 1,39). La misión es dar la vida "para la salvación del mundo", comunicar la vida que nos ha traído aquél que ha venido "para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10,10). La misión significa también ser testigos del Resucitado (Hch 1,8). La misión quiere decir contagio, como San Pablo: "No tengas miedo, sigue hablando y no calles; porque yo estoy contigo" (Hech 18,9-10). La misión es una gracia (Ef 3,8). La misión lleva a la salvación: ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique?" (RM 10,13-14). La misión es una obligación (1Cor 9,16).
Los OBJETIVOS de la Misión son: 1. Llevar el mensaje de Cristo a cada familia, persona, casa. 2. Promover la acción misionera de la Iglesia 3. La evangelización. 4. La promoción de vocaciones a la vida religiosa. 5. La formación de agentes locales de evangelización. 6. Promover incansablemente a Cristo, a la Santísima Virgen María, a la Iglesia, al Papa y a sus Pastores, y a todo ser humano. 7. Fomentar la regularización sacramental e invitar a los sacramentos. 8. Promover la participación activa de la comunidad en el trabajo pastoral. 9. Fomentar la vivencia de las devociones populares. 10. Promover y cimentar en la comunidad la práctica constante de la oración.
¿Quién es el Misionero? Es un discípulo de Cristo: Ha tenido un encuentro vivo, personal con Jesús resucitado cotidianamente en unión con El.
y
vive
Es un contemplativo: Que transmite su experiencia personal de Jesucristo y de los valores de su Reino.
Es dócil al Espíritu Santo: Se deja inundar por el Espíritu Santo para hacerse más semejante a Cristo, y se deja guiar por Él. Sabe que no es él quien obra y habla, sino que es el Espíritu Santo el verdadero protagonista de la misión.
Vive el misterio de Cristo “enviado”: Se sabe
Es alegre y entusiasta: Se caracteriza por ser
enviado por Cristo a cumplir su misión, y acompañado constantemente por Él.
positivo. Transmite optimismo. Goza sabiendo que Cristo no está muerto, sino vivo, y por eso siempre está contento.
Tiene a María como Madre y Modelo: La Madre del Resucitado es también su Madre, y es para él modelo de fidelidad, docilidad, servicio, compromiso misionero.
No tiene miedo: Es valiente y decidido.
Vive la pobreza: El misionero sabe que debe
Los involucrados en la Misión son:
abandonar su comodidad y su seguridad, para ir a las situaciones y lugares donde Cristo lo quiera enviar.
Vive la misión como un compromiso fundamental: El misionero es un comprometido en el seguimiento de Jesús y en la lucha por su Reino liberador y universal.
La misión atañe a todos los cristianos, a todas las diócesis, a las instituciones y asociaciones eclesiales (RM 2). Los destinatarios de la misión:
Ama a la Iglesia y a los hombres como Jesús los ha amado: Lo primero que mueve al misionero es el amor por los hombres, a quienes quiere llevar a Cristo.
Es
dinámico
y
creativo:
Siempre está en movimiento, siempre en camino, buscando a quién pasar el mensaje, ideando nuevas formas de dar la noticia.
Las Familias Adultos Niños Adolescentes Jóvenes Enfermos Líderes Parroquiales Agentes locales de evangelización (catequistas, lectores, ministros)
Ama su cultura, respeta y ama las otras culturas: Aprecia su propia cultura, se informa de ella, la conoce y la comparte, está orgulloso de ella; y así aprende a respetar, apreciar y a amar la cultura de donde es enviado.
¿Qué se hace en la Misión?
La Oración Los Rosarios Los oficios litúrgicos Actividades de piedad popular Visiteo Cuando se tiene oportunidad se acompaña a la gente a sus actividades diarias Catecismo para niños Pláticas para adolescentes, jóvenes y adultos Compartir la experiencia con los compañeros Juntas de programación y evaluación Es en sí, aprender de ellos, conocer su cultura, respetarla y buscar los medios para que, juntos, alcancemos el camino de la salvación
La tercera Persona de la Trinidad resulta más enigmática que el Padre y el Hijo. Para hablar del Padre y del Hijo poseemos analogías y experiencias humanas (la paternidad y la filiación). Respecto al Espíritu nos faltan, sin embargo, esos puntos de referencia. Ese enigma es, no obstante, su peculiaridad: no algo que veamos, sino la luz con la que vemos, la luminosidad que penetra nuestra mirada; no sabemos de dónde viene ni adónde va, pero es el aire que nos permite respirar; no es normalmente a quien dirigimos nuestra oración, pero es quien hace posible que podamos rezar. Algo semejante podemos decir de su papel en la evangelización. Normalmente no es el contenido del anuncio misionero y, sin embargo, es el que lo hace posible. También el Padre cuenta con el Espíritu para el envío del Hijo. Y éste realiza su misión bajo el aliento del Espíritu. “Este Espíritu es el mismo que se ha hecho presente en la encarnación, en la vida, muerte y resurrección de Jesús y que actúa en la Iglesia. [...] Por eso, todo lo que el Espíritu obra en los hombres y en la historia de los pueblos, así como en las culturas y religiones, tiene un papel de preparación evangélica [...]. La acción universal del Espíritu no hay que separarla tampoco de la peculiar acción que despliega en el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. En efecto, es siempre el Espíritu quien actúa, ya sea cuando vivifica la Iglesia y la impulsa a anunciar a Cristo, ya sea cuando siembra y desarrolla sus dones en todos los hombres y pueblos, guiando a la Iglesia a descubrirlos, promoverlos y recibirlos mediante el diálogo” (RM 29).
Jesús para cumplir su misión: Es “conducido por el Espíritu” para vivir en el desierto el combate decisivo antes de comenzar la misión (Mt 4,1). Es ungido por el Espíritu (Hch 10,38) cuando en el Jordán se hace presente en medio de su pueblo (Mt 3,16). Con la fuerza del Espíritu (Lc 4,14) vuelve a Galilea e inaugura en Nazaret su predicación, aplicándose a sí mismo el pasaje de Isaías “El Espíritu del Señor está sobre mí” (Lc 4,18). Jesús va realizando los distintos pasos de su misión “inundado de gozo en el Espíritu” (Lc 10,21). En el Espíritu entregó su vida (Hb 9,14) y por él le resucitó el Padre de entre los muertos (2 Co 13,4; Rm 1,3; 6,4; Ef 1,1920). Él mismo lo promete como don que recibirán los creyentes (Jn 7,38-39), como abogado y consolador (Jn 14,16.26). Es sobre todo Pentecostés el acontecimiento en que se manifiesta el protagonismo del Espíritu en todo su esplendor. La Iglesia que nace de la acción del Espíritu en Pentecostés no puede ser más que una Iglesia esencialmente misionera. Por ello es necesario reconocerlo como protagonista de la misión, pues ésta se realiza bajo el aliento del Espíritu. Ciertamente nada puede expresar con mayor precisión su acción en la misión de la Iglesia que considerarle como su principal protagonista. Precede, acompaña y fecunda la labor del evangelizador.
Catecismo Básico El Catecismo es el resumen de la doctrina de Jesucristo y sirve para que aprendiendo su contenido y practicándolo ames sobrenaturalmente a Dios y a todas las personas creadas, y después de esta vida terrena alcances la salvación y felicidad inefable que nunca jamás acabarán, y evites el infierno horroroso que no tiene fin.
El catecismo básico comprende:
La Señal de la Cruz El Gloria El Padre Nuestro Credo La Oración después de haber comulgado El Ave María La Salve Yo confieso Acto de Contrición Los Mandamientos Los Sacramentos
SACRAMENTOS Los sacramentos son necesarios para la santificación personal, también son los actos litúrgicos más importantes dentro de la vida de la Iglesia. Es necesario apreciar toda su importancia para nuestra vida. Son signos sensibles, es decir signos exteriores que nos hacen conocer una realidad interior que no se ve con ojos humanos, sino con los ojos de la fe, sólo por medio de la fe se puede comprender y aceptar lo profundo de su acción. Estos signos sensibles dan a conocer y transmiten las gracias santificantes y sacramentales. Fueron instituidos por Cristo. Y se realizan mediante el ministro y quien lo recibe.
Los Sacramentos son: El BAUTISMO es el sacramento por el cual el hombre nace a la vida espiritual, mediante la ablución del agua y la invocación de la Santísima Trinidad. Materia: agua verdadera y bendecida (fuera del caso de necesidad) Forma: Las palabras, YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO. Sujeto: la persona, (niño o adulto). Ministro: el ordinario es el obispo, el sacerdote y el diácono. Mc 16,15-16; Mt 28,18-20; Jn 3,5-6; Mt 3,16. La RECONCILIACIÓN es el sacramento en el cual se perdonan por medio de la absolución sacerdotal, los pecados cometidos después del bautismo. Materia: Pecados mortales y aún los veniales. Forma: Las palabras, "yo te absuelvo en nombre del padre del hijo y del espíritu santo" Jn 20, 22-23 Ministro: El presbítero o sea el sacerdote. Sujeto: Toda persona bautizada. La EUCARISTÍA es el sacramento en el cual, bajo las especies de pan y vino, Jesucristo se halla verdadera, real y sustancialmente presente, con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad.
Materia: pan de trigo ácimo, y el vino de uva puro.
Forma: Las palabras con las que Cristo en la
cena entregó su cuerpo y su sangre a los apóstoles, tal como se han conservado en el Canon de la Misa. Mt 26,26. Ministro: El sacerdote
Sujeto: Toda persona bautizada y en estado de gracia.
La CONFIRMACIÓN es el sacramento por el cual el bautizado queda fortalecido con el don del Espíritu Santo para que, de palabra y de obra sea testigo de Cristo y propague y defienda la fe. La confirmación es para nosotros lo que Pentecostés fue para los Apóstoles. Materia: el sacramento de la Confirmación se administra por la unción con el crisma en la frente, que se hace con la imposición de las manos. Forma: "Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo" Ministro: El Obispo es ministro ordinario, también el presbítero dotado de facultad por el derecho común o con el permiso del obispo. Sujeto: Cristiano bautizado en gracia antes de recibirlo. "Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo" Hech 8,17 La UNCIÓN DE LOS ENFERMOS es el sacramento por el cual, mediante la unción con el óleo bendecido y la oración del sacerdote, se le da a la persona enferma la gracia de Dios para la salud sobrenatural de su alma y la salud corporal. Materia: Aceite consagrado por el Obispo o por el sacerdote en caso de necesidad. Forma: Las palabras de la oración que acompaña la unción: "Por esta santa Unción y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad. Amén. St 5,13-15 Ministro: Todo sacerdote. Sujeto: El cristiano enfermo que reúna las condiciones prescritas por el código de derecho canónico.
El MATRIMONIO es el sacramento que santifica la unión del hombre y la mujer y les da la gracia para que se amen y formen cristianamente a sus hijos. Jesús bendice y santifica la unión de hombre y mujer siendo "signo y participación del misterio de unidad y amor fecundo entre Cristo y la Iglesia".
Materia: es el Si en cuanto donación total al otro.
Forma: es el Si en cuanto aceptación del otro cónyuge.
Ministro: Sacerdote.
Sujetos: el hombre y la mujer bautizados que
cumplan con las condiciones para la validez del sacramento y que no sean impedidos por lo prescrito por el Derecho Canónico. Mt 5,32; Mt 19,6.
El ORDEN SACERDOTAL es el sacramento por el que algunos de entre los fieles quedan constituidos ministros sagrados, al ser marcados con un carácter indeleble, y así consagrados y destinados a apacentar el pueblo de Dios según el grado de cada uno, desempeñando en la persona de Cristo Cabeza las funciones de enseñar, santificar y regir".
Materia: imposición silenciosa de las manos. Forma: oración ritual del sacramento. Ministro: el Obispo. Sujeto: el varón bautizado que a juicio del propio Obispo superior reúna las cualidades requeridas y no tenga ningún impedimento. Mt 28,16-20; 2 Tim 1,6; Hech 14,23.
Diferencias entre Sacramentos y Sacramentales
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Los sacramentos son de institución divina, los sacramentales son de institución eclesiástica. Los sacramentos actúan por sí mismos, los sacramentales por impetración de la Iglesia. Los sacramentos son signos de la gracia, los sacramentales son signos de la oración de la Iglesia. Los sacramentos tienen como fin producir la gracia que significan, los sacramentales sólo disponen para recibir la gracia (consiguen gracias actuales) y obtienen otros efectos espirituales. Los sacramentos son necesarios para la salvación; los sacramentales, no.
Entre los sacramentales hay una gran variedad de oraciones. Los sacramentales aparecen en el catecismo bajo "Otras Celebraciones Litúrgicas": incluyen funerales, exorcismos, bendiciones de personas, consagración y bendición de objetos. También la religiosidad popular: "veneración de reliquias, visita a santuarios, peregrinaciones, procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc." Otros sacramentales son la señal de la cruz, el escapulario y las velas.
MANDAMIENTOS Los Mandamientos son un camino para llegar al Cielo y ser felices. Cuando los cumplimos, vivimos en paz. Al joven que le pregunta “Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir la vida eterna?”, Jesús responde: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”, y después añade: “Ven y sígueme” (Mt 19, 16). El seguimiento de Jesucristo implica cumplir los mandamientos. Los tres primeros mandamientos de la ley de Dios nos enseñan cómo debe de ser nuestra actitud para con Dios y los siete siguientes nos enseñan nuestra actitud hacia el prójimo, con los que nos rodean.
Los mandamientos de la ley de Dios son los siguientes: 1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
5. No matarás
Este mandamiento nos dice que Dios debe ser lo más importante en nuestras vidas, debemos amarlo, respetarlo y vivir cerca de Él. Esto lo podemos hacer a través de la oración y los sacramentos.
Este mandamiento nos manda respetar nuestra propia vida y la del prójimo, cuidando de la propia salud, porque la vida humana es sagrada. Se trata de no lastimar ni atentar contra la vida propia o ajena, física o moral. Para cumplir este mandamiento, debemos servir a la vida cuidando nuestra salud, para no caer en vicios como el alcoholismo o la drogadicción. El suicidio es un atentado contra la propia vida. Con respecto a la vida de otros, debo evitar las críticas y el dar a conocer a todos los defectos ajenos, es decir, las calumnias. El aborto es dar muerte a una vida en el vientre de la madre.
2. No tomarás el nombre de Dios en vano. Este mandamiento nos manda respetar el nombre de Dios y todas las cosas sagradas. Para cumplir este mandamiento, debemos usar el nombre de Dios con mucho amor y respeto. Debemos de cuidar y respetar todas las cosas que tienen que ver con Dios, así como respetar al sacerdote y a las personas consagradas a su servicio. 3. Santificarás las fiestas. Este mandamiento nos manda dedicar los domingos y los días de fiesta a alabar a Dios y a descansar sanamente. Para cumplir con este mandamiento, debemos ir a Misa todos los domingos y fiestas que la Iglesia e indique y celebrar el amor de Dios y todo lo que ha hecho por nosotros. 4. Honrarás a tu padre y a tu madre Este mandamiento nos manda honrar y respetar a nuestros padres y a quienes Dios le da autoridad para guiarnos y cuidarnos en nuestras vidas. Para cumplir este mandamiento, debemos escuchar, respetar y amar a los padres y a aquellas personas que tengan autoridad sobre nosotros (abuelos, tíos, sacerdotes, maestros, autoridad civil).
6. No cometerás actos impuros Este mandamiento nos manda conservar la pureza del cuerpo y del alma. Para cumplir con este mandamiento, debemos procurar la limpieza interior de nuestro cuerpo y de nuestra alma ya que es un tesoro muy grande que debemos conservar. 7. No robarás Este mandamiento nos manda respetar las cosas de los demás y utilizar las nuestras para hacer el bien. También, nos manda respetar y cuidar la Creación. Para cumplir este mandamiento, no debemos apropiarnos de lo que no sea nuestro y debemos evitar causar daño a lo que tienen los demás. Respetar la Creación y usar las cosas para hacer el bien. Pagar lo justo a las personas que empleo y cuando soy empleado cumplir con el trabajo para el que fui contratado.
8. No mentirás Este mandamiento nos manda ser sinceros y no mentir. Nos pide decir siempre la verdad. Mentir es decir algo falso, es engañar. Para cumplir este mandamiento, debemos decir la verdad y no engañar a los demás ni hablar mal de ellos. 9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. Este mandamiento nos dice que no debemos pensar ni desear cosas inmorales. Nos pide pureza de corazón para ver todas las cosas con los ojos de Dios. Para poder vivir este mandamiento, necesitamos vivir la virtud de la pureza. Esta virtud
nos lleva a respetar el orden establecido por Dios en el uso de la capacidad sexual a fin de vivir un amor humano más perfecto. Practicar la castidad, cuidando lo que vemos, lo que oímos, lo que decimos, etc. Cuidar el corazón de todo aquello que lo pueda manchar. 10. No desearás los bienes ajenos Este mandamiento nos manda ser generosos y no dejar lugar a la envidia en nuestros corazones. Para poder cumplir este mandamiento debemos ser felices con las cosas que tenemos y no tener envidia si alguien tiene más que nosotros. Disfrutar y agradecer lo que tenemos.
MORAL CRISTIANA Es una moral cristológica, es decir, Cristo es el centro y el modelo de la vida moral cristiana. La imitación de Jesucristo está al alcance de todos, el Evangelio marca el camino, a través de las virtudes de la humildad, la mansedumbre, el amor, la sinceridad, etc. Además se cuenta con muchas ayudas como son la gracia, los sacramentos, la oración, la Escritura, etc. El imitar a Cristo no implica llegar a tener una vida sin defectos en poco tiempo, sino que debe ser un trabajo constante. Este esfuerzo debe de estar orientado a pensar sentir, querer con la mente, la voluntad y el corazón de Cristo. La moral cristiana se apoya en la oración y se extiende por el apostolado. El apostolado es una consecuencia del amor y se vive a través del servicio a Dios y a los hombres por el amor. Por medio de él se va construyendo un mundo mejor. a. La moral cristiana es una moral vivida en la Iglesia. Si se ama a Cristo, se ama a la Iglesia fundada por Él. No se puede amar a Cristo y no amar a Su Iglesia. Ella es el medio que Cristo escogió para encontrarnos con Él. b. Es la moral del amor. La vivencia interior de la moral cristiana exige una motivación en el amor. El cristianismo es la religión del amor, del seguimiento de Cristo por amor y en el amor no se puede ser mediocre. Los cristianos deben conocerse por la vivencia del amor, tal como los primeros cristianos. El amor es radical; o se ama a Dios y al prójimo o se ama al “yo” y a sí mismo. Al final de la vida, el día del juicio seremos juzgados según el amor que vivimos.
MANDAMIENTOS DE LA SANTA IGLESIA 1. Oír Misa entera los domingos y fiestas de guardar. 2. Confesar los pecados graves cuando menos una vez al año, en peligro de muerte y si se ha de comulgar. 3. Comulgar por Pascua de Resurrección. 4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Iglesia. 5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
UTENSILIOS, LUGARES Y PRENDAS LITÚRGICAS
Lugares del presbiterio
Leccionario: Libro que contiene las lecturas
Cáliz: Especie de copa o vaso elegante que se
El presbiterio, como su nombre indica, es el lugar de los presbíteros (sacerdotes). Desde este lugar el sacerdote realiza su triple ministerio:
Profético: Desde el Ambón proclama la Palabra de Dios y la concreta para la vida de la comunidad, en nombre de Jesucristo. Sacerdotal: Celebra los sacramentos y en especial la Eucaristía en el altar. El altar es la parte más importante, consagrada por el Obispo cuando se inaugura una Iglesia, es el lugar en donde se celebra la Eucaristía, se inmola a Cristo. Por este motivo al comenzar y al terminar la Eucaristía el sacerdote lo besa. Real: El sacerdote preside la comunidad en nombre de Cristo desde la sede. La sede no es el sitio de descanso del sacerdote sino la cátedra desde donde “dirige en el servicio” a la comunidad.
Objetos litúrgicos
del Antiguo y Nuevo Testamento que se proclaman en la celebración de la Eucaristía y de los demás sacramentos. Su lugar propio es el Ambón.
Altar: El altar representa a Cristo, por este
motivo es consagrado y es depositario de reliquias de mártires. Es la mesa sobre la que se deposita el pan y el vino y se celebra el sacramento de la Eucaristía. Es el centro hacia donde converge todo en el templo cristiano. Situado en el presbiterio.
emplea en la celebración de la Eucaristía para contener el vino que es consagrado. Patena: Plato o bandeja donde se coloca el pan que es consagrado en la celebración de la Eucaristía. Copón: El copón o píxide (cajita), cuyo aspecto es una mezcla de cáliz grande y de patena. Sirve para conservar el pan eucarístico que se reserva en el sagrario para los enfermos y para la adoración de los fieles.
Incensario: Se le denomina también turíbulo
porque incienso, en latín es “tus, turis”. En el incensario se quema el incienso con el cual se inciensa el crucifijo, el altar, el leccionario, las imágenes, etc. La acción de incensar indica honor u ofrenda. Custodia: También se le da el nombre de ostensorio. La palabra custodia significa algo para guardar, proteger. En la custodia se coloca el pan eucarístico para la adoración de los fieles.
Prendas litúrgicas
Alba: Se trata de la túnica blanca, propia de todos los cristianos, y la cual se nos impone por primera vez en la ceremonia del bautismo. Simboliza la nueva vida que se nos regala por el bautismo. Cíngulo: Se trata del cinturón con el cual el sacerdote se ciñe el alba. Estola: Se trata de una prenda que rodeando el cuello y pasando sobre los hombros, le queda extendida sobre el pecho. Esta es exclusiva del sacerdote. Se le impone el día de su ordenación. Si la estola está extendida sobre el pecho el ministro es un sacerdote, si está cruzada sobre el pecho es un diácono. Casulla: Se trata de una prenda litúrgica que se utiliza exclusivamente para la celebración de la Eucaristía, ésta también es exclusiva del sacerdote, y al igual que la estola, la encontramos ornamentada y en distintos colores.
Colores litúrgicos Blanco
Navidad, Pascua, Fiestas del Señor Fiesta de la Virgen y de los Santos. Celebración de los sacramentos (Menos Confirmación)
Morado
Adviento y Cuaresma Celebración de los entierros
Rojo
Viernes Santo Fiesta de los Santos Mártires Pentecostés y Confirmaciones
Verde
Tiempo Ordinario
Azul
Fiesta de la Inmaculada Concepción
Símbolos episcopales
La Mitra: Gorro compuesto por dos secciones
triangulares rígidas unidas entre sí por un doblez; de la cara posterior penden dos cintas llamadas ínfulas. Ornamenta así su cabeza para significar que representa a Aquel que es Cabeza del pueblo de Dios. El Báculo: (palo o cayado donde apoyarse) Es un bastón largo, que recuerda que el obispo es el pastor de la diócesis, imagen del Buen Pastor, Jesucristo. El Anillo: Signo de la fidelidad y del amor del obispo a la Iglesia. La Cruz Pectoral: Es una cruz que cuelga sobre el pecho mediante una cadena alrededor del cuello Solideo: (a Dios solo; porque se quita solo ante el Santísimo). Casquete, generalmente de seda que pueden usar los sacerdotes (solideo negro), usan los obispos (solideo Morado), Los Cardenales (Solideo Purpura) y el Papa (Solideo Blanco) El Palio: Pequeña estola de lana blanca con seis cruces negras a su alrededor que reposa sobre los hombros de los arzobispos y que es signo de su autoridad y de su comunión con la sede de Roma, se pone sobre la casulla.
Cuando hablamos de Semana Santa, solemos referirnos a la semana completa, entre los dos Domingos solemnes, el de Ramos y el de Pascua. Así parece entenderlo también la letra de los libros litúrgicos. Nuestro pueblo reduce muchas veces la Semana Santa a solos los días que el calendario tiñe de rojo. Pero sería bueno precisar que los libros litúrgicos distinguen en la Semana Santa dos bloques que, al menos desde el punto de vista pastoral, debería tenerse en cuenta.
Los primeros días, de domingo a jueves, son días que pertenecen a la Cuaresma y, por tanto, participan de su sentido y es necesario vivirlos y celebrarlos en el marco cuaresmal. La tarde del Jueves Santo, con la celebración de la Misa Vespertina de la Cena del Señor, la Iglesia inicia la celebración del Triduo Pascual, en el que se conmemoran los grandes misterios de la Redención. Tendrá su culmen en la Vigilia Pascual y concluirá litúrgicamente en el rezo de las Vísperas del día de la Santa Pascua. Este período de tiempo se denomina justamente el Triduo del Crucificado, Sepultado y Resucitado; se llama también Triduo Pascual, porque con su celebración se hace presente y se realiza el Misterio de la Pascua, es decir, del tránsito del Señor de este mundo al Padre. En esta celebración del Misterio, por medio de los signos litúrgicos y sacramentales, la Iglesia se une, en íntima unión con Cristo, su Esposo.
DOMINGO DE RAMOS Tanto la entrada triunfante del Señor en Jerusalén como su Pasión redentora son los dos elementos del Misterio Pascual que deben ser resaltados y evidenciados tanto en la forma celebrativa como en la catequesis que se dé al Pueblo de Dios. Es a través de su Muerte, culminada en la Resurrección, como Cristo es constituido Redentor de los hombres. Los libros litúrgicos nos hablan de la gloriosa Pasión del Señor.
Elementos celebrativos que habría que acentuar 1. Bendición de los Ramos. Es innegable la importancia que tiene en la devoción de nuestro pueblo cristiano este hecho de la Bendición de Ramos. La Iglesia, en su tradición, la recomienda y fomenta aunque con acentuaciones distintas. Esta bendición se realiza en vistas a la procesión que se realizará inmediatamente después. El ramo debe considerarse como el elemento con que aclamamos a Jesús como señor de nuestra vida.
2. Procesión solemne en honor de Cristo Rey. El sentido de esta procesión es el reconocimiento de Cristo como Rey y Señor que, a través de su Muerte y Resurrección, nos ha alcanzado a salvación. Se conmemora la Muerte redentora en un Domingo, día de la Resurrección: dos elementos que deberán ser resaltados en la catequesis y en la celebración. El pueblo lo hace imitando las formas y gestos realizados por los niños judíos cuando Jesús entró en Jerusalén. Este reconocimiento no puede ser solamente un gesto externo de cantos y signos aclamatorios; debería proyectarse en una repercusión concreta, en una auténtica conversión al Señor, elemento central de la Cuaresma, en cuyo marco se celebra este acontecimiento festivo. 3. Para la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén, además de la procesión solemne, el Misal Romano ofrece otras dos posibilidades, no para fomentar la comodidad y la facilidad, sino en previsión de las dificultades que pueden impedir la organización de la Procesión. Una forma es la conmemoración de la entrada solemne cuando no se hace la procesión fuera del templo; la otra, es la entrada sencilla, que ha de hacerse en todas las Misas de este Domingo. 4. Proclamación de la Pasión gloriosa del Señor. Especial relieve deberá darse a la celebración de la Palabra de la Misa de este Domingo, sobre todo a la proclamación de la historia de la Pasión del Señor, en el texto de uno de los Evangelistas sinópticos. Según la tradición de la Iglesia esta proclamación se hace con al menos tres lectores; si no hay clérigos, la Pasión es proclamada por laicos, en cuyo caso la parte correspondiente a las palabras de Cristo las proclama el Presidente. 5. Procesión sin Misa. El Misal Romano prevé que, cuando no se pude realizar la Celebración Eucarística, se haga al menos la Procesión y una Liturgia de la Palabra que ponga de relieve los acontecimientos celebrados: la entrada triunfante del Señor en Jerusalén, el reconocimiento que hace la asamblea celebrante de Cristo como su Rey y la Pasión gloriosa del Señor.
Elementos y signos celebrativos del Triduo Pascual 1. El ayuno pascual de los dos primeros días, Viernes y Sábado Santos. Obligatorio el Viernes y recomendado vivamente el Sábado.
2. Celebración de la Liturgia de las Horas, especialmente del Oficio de Lecturas del Viernes y Sábado Santos, como forma de meditación y contemplación de la Pasión, Muerte y Sepultura del Señor, en espera del anuncio de la Resurrección.
3. Preparación de los Ministros. Las celebraciones de estos días, por ser distintas y especiales en su contenido sacramental y en su forma ritual, requieren una especial preparación catequética y técnica. Los que las presiden, como también los ministros y colaboradores deberán ser instruidos cuidadosamente en lo que deben hacer y, sobre todo, en el contenido espiritual y litúrgico de lo que van a realizar en esas celebraciones.
4. Celebraciones litúrgicas y Devociones populares. Es frecuente que nuestros fieles expresen en estos días su fe a través de prácticas devocionales, algunas de ellas muy encarnadas en la tradición religiosa popular.
JUEVES SANTO Conmemoramos sacramentalmente la ofrenda que Jesús hizo, de un vez para siempre, al Padre para la salvación de toda la humanidad; Celebramos la entrega que el Señor hace a sus apóstoles y, en ellos, a todos nosotros, entregándonos en la Eucaristía su Cuerpo que va a ser entregado y su sangre que será derramada por nuestra salvación; Es la institución del sacerdocio ministerial; y finalmente, el precepto de la caridad y del amor mutuo que el Señor nos entrega, acompañado de su ejemplo de servicio lavando los pies de sus discípulos.
Elementos celebrativos a considerar 1. La Celebración Eucarística de la cena del Señor deberá celebrarse en horas de la tarde. La precisión horaria deberá someterse a un criterio pastoral. 2. Lavatorio de pies. La tradición litúrgica ha unido este hecho con el día de la entrega de Jesús que no vino a ser servido sino a servir y que nos exige que sepamos ponernos mutuamente en actitud de servicio a los demás. 3. Comunión de los enfermos. En la tradición de la Iglesia hacer participar en la Cena del Señor, por medio de la Comunión, a los impedidos, es decir, enfermos, ancianos, encarcelados. Se nos recomienda que este día se asuma esta tradición; Será muy conveniente que los diáconos, acólitos o ministros extraordinarios lleven la Eucaristía a la casa de los enfermos que lo deseen, tomándola del altar en el momento de la Comunión de la Misa, indicando de este modo su unión más intensa con la Iglesia que celebra. 4. El traslado y la reserva del Santísimo Sacramento. La reserva del Pan consagrado tiene ordinariamente como objetivo la Comunión de los enfermos y la adoración privada del Sacramento de la presencia real. Hoy se reserva para la Comunión del Viernes Santo, día que no se celebra la Eucaristía, y para la adoración comunitaria y personal. Las normas litúrgicas recomiendan sobriedad tanto en el lugar de la reserva como en los cantos y otras expresiones de culto. 5. Oleos para la administración de los Sacramentos. En los días últimos de la Cuaresma el Obispo, rodeado de su Presbiterio, bendice los Oleos.
VIERNES SANTO El contenido central de la celebración del Viernes Santo es la inmolación de Cristo, nuestra Víctima Pascual. La Iglesia medita la Pasión y Muerte de Jesús, que ahora está resucitado y glorioso, venerando el signo sagrado de la cruz, conmemorando su nacimiento del costado de Cristo muerto, intercediendo por la salvación de todo el mundo y participando sacramentalmente de los méritos de la Muerte redentora a través de la Comunión. Hoy no se celebra la Eucaristía, pero sí la comunidad celebrante recibe, dentro de la Acción Litúrgica, la Comunión, como medio de unirse y participar en los méritos de Jesús, muerto y resucitado por nosotros.
Elementos celebrativos a considerar 1. Como no se celebra la Eucaristía, debería acentuarse la Celebración de la Palabra de Dios.
2. Ayuno sagrado. El Viernes de la Pasión del Señor es día obligatorio de penitencia para toda la Iglesia, por medio de la abstinencia y del ayuno. El sentido bíblico y cristiano del ayuno no es ni para aumentar ni para expresar tristeza, sino para dedicarse más intensamente a la meditación y a la oración. 3. Acción Litúrgica de la Pasión del Señor. Ha de celebrarse en horas de la tarde. Aunque se indica como criterio que sea al rededor los de las 15 horas, coincidiendo con la hora de la muerte de Jesús según el relato de Juan. El esquema de esta celebración tiene la dinámica y la estructura de la Liturgia de la Palabra, enfatizando más algunos de sus aspectos y añadiendo otros para subrayar lo que en ese momento se conmemora. Después de las lecturas bíblicas, que deberán hacerse en su integridad y de la homilía del Presidente, se hará la Oración de los Fieles u Oración Universal, esta vez
más desarrollada que en las celebraciones ordinarias: se pide a Dios que la muerte redentora del Señor aproveche, como salvación, a la Jerarquía y a las comunidades eclesiales, a los gobernantes del mundo, a los judíos, etc. La adoración de la cruz deberá hacerse con el esplendor digno de la gloria del misterio de nuestra salvación; tanto la invitación al mostrar la Cruz como la respuesta del pueblo, hágase con canto y no se omita el silencio de reverencia que sigue a cada una de las postraciones. 4. Ejercicios Piadosos. La Iglesia nos recomienda buscar un sano equilibrio entre estas expresiones piadosas de la fe y la celebración litúrgica y sacramental de esta misma fe. La Iglesia nos enseña que las celebraciones litúrgicas están por encima de los ejercicios piadosos pero también reconoce que muchas costumbres populares vinculadas con las celebraciones del tiempo pascual suscitan una mayor participación popular que las mismas celebraciones litúrgicas.
SÁBADO SANTO El Sábado Santo la Iglesia permanece junto al Sepulcro de su Señor, meditando su Pasión, su Muerte, su Descenso a los infiernos y esperando, en la oración y el ayuno, su Resurrección. Como no se celebra la Eucaristía ni se administran otros sacramentos, suele afirmarse que este día es alitúrgico, aunque el término no lo sea del todo exacto. Se los señalan algunos de estos elementos: Liturgia de las Horas con participación del pueblo, sobre todo en el Oficio de Lectura y en los Laudes. Por ser un día centrado en el Señor Jesús, se recomienda como posibilidad la veneración plástica de imágenes del Señor crucificado, o sepultado o descendiendo a los infiernos. El Descenso del Señor a los abismos, devoción tan querida y venerada por las Iglesias orientales, puede resultar novedad para algunas de nuestras comunidades, pero también puede ser oportunidad privilegiada de una buena catequesis y, mejor aún, de una vivencia de esta verdad que confesamos cada vez que rezamos el Credo.
VIGILIA PASCUAL Durante la Vigilia Pascual, madre de todas las santas vigilias, la Iglesia espera la Resurrección del Señor y celebra los Sacramentos de la Iniciación Cristiana, como medio de asimilar el contenido del Misterio Pascual del Señor. Esta noche fue cuando los judíos fueron liberados de la esclavitud de los egipcios, y cada año fue recordado ese acontecimiento salvador, protagonizado por Dios, como un memorial. Esa liberación era anuncio de una liberación más profunda y total que el mismo Dios iba a realizar a través de su Hijo que, superando la muerte, salió en esta noche victorioso del sepulcro. El Señor, muerto y resucitado por nosotros, es el origen de nuestra salvación y es también el fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza. Esa salvación y esa vida se nos entregan y comunican a través de los Sacramentos. Por esa razón es el momento más oportuno para la recepción de aquellos Sacramentos de la Iniciación que, además de hacernos hijos de Dios, confirman y robustecen nuestra vida cristiana.
Elementos celebrativos a considerar 1. Se trata de una Vigilia nocturna. Por tanto no debe escogerse ni una hora tan temprana que la Vigilia empiece antes del inicio de la noche, ni tan tardía que concluya después del alba del domingo. Por otra parte, se debe evitar presentar la Vigilia Pascual como una celebración del Sábado Santo: aunque cronológicamente se realice el Sábado, forma parte de la Liturgia del Día de la Santa Pascua. 2. Estructura y partes de la Vigilia Pascual. La celebración consta de cuatro partes bien determinadas en su estructura celebrativa y en su contenido: Liturgia de la Luz o Lucernario; Liturgia de la Palabra; Liturgia Bautismal y Liturgia Eucarística. 3. Celebración de la Liturgia de la Luz. Los libros litúrgicos nos hablan de preparar, en cuanto sea posible, una hoguera cuyo resplandor disipe las
tinieblas e ilumine la noche. Igualmente se deberá preparar el Cirio de modo que se resalte la veracidad del signo: que sea grande en proporción del templo, que esté adornado de signos que hagan patente su significado, que en manera alguna sea ficticio: que todo ayude a evocar realmente que Cristo como la Luz del mundo. Momento importante será el canto del Pregón Pascual, por ser síntesis maravillosa y lírica del Misterio Pascual de Cristo en la Historia de la Salvación. 4. Liturgia de la Palabra. Se sigue el esquema tradicional romano en su estructura: proclamación de la lectura, meditación a través del Salmo Responsorial o a través de un eventual silencio de la asamblea celebrante; y oración colecta cantada por el Presidente.
5. Liturgia Bautismal. La Pascua de Cristo y la nuestra se celebra ahora en el Sacramento. Esto se manifiesta más plenamente cuando se tiene la Iniciación Cristiana de Adultos o al menos, el Bautizo de los Niños. Si no hay Bautizos de adultos o niños, se hace la Bendición del Agua para la aspersión de la asamblea. La Renovación de las Promesas Bautismales, hecha por toda la asamblea, deberá ser un momento muy importante de esta parte de la Vigilia. Los fieles recuerdan su Bautismo y renuevan, en el marco de la celebración pascual, su compromiso con Cristo y su Evangelio.
6. Liturgia Eucarística. Esta cuarta parte de la Vigilia es su punto culminante, porque la santísima Eucaristía es el Sacramento pascual por excelencia, memorial del Sacrificio de la cruz, presencia de Cristo Resucitado, consumación de la Iniciación Cristiana y pregustación de la Pascual eterna. Es conveniente que en la Comunión de la Vigilia Pascual se alcance la plenitud del signo eucarístico, es decir, que se administre el sacramento bajo las especies de pan y de vino.
DÍA DE PASCUA La Liturgia llama a este día la Solemnidad de las Solemnidades, ya que en el celebramos y hacemos presente al Señor, muerto y resucitado por nosotros en los Sacramentos pascuales. La Celebración Eucarística de hoy deberá revestir la máxima solemnidad. Vivir la verdad del Señor resucitado en medio de nosotros no es sólo recordarla, sino más bien experimentarla a través de la recepción de los Sacramentos. Así se explica la preocupación (precepto) de la Iglesia de que todos sus fieles se acerquen durante estos días a los Sacramentos de la Reconciliación y de la Comunión.
Elementos celebrativos a considerar El primero, el Cirio Pascual, que deberá presidir, junto al ambón o cerca del altar, las celebraciones litúrgicas de este día y de todo el Tiempo Pascual. Se recomienda la aspersión del Agua Bautismal durante el rito penitencial al inicio de la Misa, con la forma ritual indicada en el Misal Romano. El canto del Aleluya deberá ser resaltado tanto en la Misa como en las demás celebraciones litúrgicas.
María fue elegida para la singularísima y trascendental misión de ser la Madre de Cristo Rey y Mediadora universal de todas las gracias. Ella fue la primera misionera, aún antes que el mismo Cristo, al llevarlo en su seno y darlo a conocer al mundo. Hoy, ella continúa dando a conocer a su Hijo a los hombres, y es guía y modelo de los misioneros, por eso es llamada también "Estrella de la Evangelización". Fue Ella la que acogió con fe la Buena Nueva de la salvación, transformándola en anuncio, canto, profecía. María estuvo presente en el comienzo de la misión, en Pentecostés, junto a los Apóstoles, cuando nacía la Iglesia misionera. "Ella presidió con su oración el comienzo de la evangelización bajo el influjo del Espíritu Santo". María, es Madre y Reina de los Apóstoles y acompañó desde el inicio el camino heroico de los misioneros. Hoy inspira a los creyentes imitarla en la solicitud premurosa y solidaria por el vasto campo de la actividad misionera. María está presente dondequiera que la Iglesia lleva a cabo la actividad misionera entre los pueblos: presente como Madre que coopera a la regeneración y formación de los fieles; presente como 'Estrella de la evangelización', para guiar y consolar a los heraldos del Evangelio y sostener en la fe a las nuevas comunidades cristianas que surgen del anuncio misionero por la potencia de la Palabra y la gracia del Espíritu Santo. La presencia e influencia de la Madre de Jesús han acompañado siempre la actividad misionera de la Iglesia. Y cada uno de los pueblos, al acoger a María como Madre, enriquece el culto y la devoción a Ella con nuevos títulos y expresiones que responden a las propias necesidades y a la propia alma religiosa. Muchas de estas comunidades cristianas, fruto de la obra evangelizadora de la Iglesia, han encontrado en el amor filial a la Madre de Jesús el auxilio y consuelo para perseverar en la fe durante los períodos de prueba y persecuciones.
ORACIONES Y DEVOCIONES A LA VIRGEN MARÍA
Oraciones Básicas Ave María Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Salve Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Bendita sea tu pureza Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén
Bajo tu amparo Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén
Ofrecimiento a la Santísima Virgen ¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo Oh Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como a pertenencia y posesión tuya. Amén
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
Acordaos Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén
Regina Coeli Se reza en lugar del Ángelus en el Tiempo Pascual desde la Vigila Pascual hasta el medio día del sábado de Pentecostés. V. Alégrate, Reina del cielo; aleluya. R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya. V. Ha resucitado, según predijo; aleluya. R. Ruega por nosotros a Dios; aleluya. V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya. R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
Oración Oh Dios que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén
Magníficat
Ángelus Se reza al mediodía durante todo el año, excepto en tiempo pascual que se sustituye por el Regina Coeli. V. El Ángel del Señor anunció a María,
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Avemaría. V. He aquí la esclava del Señor. R. Hágase en mí según tu palabra.
Avemaría. V. Y el Verbo se hizo carne. R. Y habitó entre nosotros.
Avemaría. V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Oración. Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén
El hace proezas con su brazo: dispersa a soberbios de corazón, derriba del trono a poderosos y enaltece a los humildes, a hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Dulce Madre
los los los los
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre.
Dulce Madre, no te alejes, tu vista de nosotros no apartes, ven con nosotros a todas partes y solos nunca nos dejes. Ya que nos amas y proteges tanto como verdadera madre danos tu bendición y haz que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén
Es un sacramental que nos ayuda en la oración, es arma poderosa entregada por la Virgen María, es recomendado por los Papas y rezado por innumerables santos.
HISTORIA DEL ROSARIO Se dice usualmente que la práctica del rosario comenzó, cuando los laicos imitaban el oficio monástico (Breviario o Liturgia de la Horas) en el que los monjes oraban los 150 Salmos. Los laicos, cuya mayoría no podía leer, sustituían 50 ó 150 Ave Marías por los Salmos. Algunas veces usaban un cordón con un contador para llevar la cuenta exacta. La primera clara referencia del rosario se tiene de la vida de Santo Domingo (+ 1221), el fundador de la Orden de Predicadores o Dominicos. Él predicaba una forma de rosario en Francia cuando la herejía albigense estaba devastando la fe en ese país. La Tradición dice que la misma Santa Madre, pidió la práctica del rosario como un antídoto contra la herejía y el pecado. Uno de los futuros discípulos Dominicos, Alain de Roche, comenzó a establecer Fraternidades del Rosario, para promover el rezo del mismo. La forma del rosario que se reza hoy en día se cree que viene de esta época. Por siglos los santos y los papas han recomendado con insistencia el rosario, la mejor oración de la Iglesia después de la Misa y de la Liturgia de las Horas. No es de extrañar que sus mayores promotores son los Dominicos. Rosario significa una corona de rosas, un ramo espiritual dado a la Santa Madre. Algunas veces es llamado el Rosario Dominico, para distinguirlo de otros rosarios como oraciones (El Rosario Franciscano de los Siete Gozos, el Rosario Servita de los Siete Dolores).
Así se reza el Rosario Persignarse Acto de Contrición Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Creador y Redentor mío, por ser Tú quien eres, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. Quiero y propongo firmemente confesarme a su tiempo. Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Y confío en tu bondad y misericordia infinita que me los perdonarás y me darás la gracia para no volverte a ofender. Amén.
Abre señor mis labios, Y mi boca anunciará tu alabanza, Dios mío, acude en mi socorro No tardes, Señor, en socorrerme En cada misterio se reza: Un Padre Nuestro, Diez Ave Marías y Gloria. Y en seguida la jaculatoria:
V. María Madre de gracia, Madre de misericordia R. En la vida y en la muerte ampárame gran Señora ó V. Mi corazón en amarte se ocupe R. Y mis labios en alabarte Madre mía de Guadalupe
Al final se reza un Padre Nuestro y en seguida: Oh, soberano santuario, Madre del Verbo Eterno. Libra Virgen del infierno a los que rezamos Tu Santo Rosario.
MISTERIOS
Emperatriz poderosa, de los mortales consuelo. Ábrenos Virgen del cielo con una muerte dichosa y danos pureza de alma, ya que eres tan poderosa.
MISTERIOS GOZOSOS (Lunes y Sábados) 1. La encarnación del Hijo de Dios. 2. La visitación de nuestra Señora a santa Isabel. 3. El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. 4. La presentación del Señor en el templo. 5. El Niño perdido, hallado en el templo.
Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto. En tus manos encomendamos nuestra caridad para que la alientes, llena eres de gracia … Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto. En tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la inflame, llena eres de gracia …
MISTERIOS DOLOROSOS (Martes y Jueves) 1. La oración de Jesús en el huerto. 2. La flagelación de nuestro Jesucristo. 3. La coronación de espinas. 4. Jesús carga con la cruz. 5. Jesús es crucificado.
Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto. En tus manos encomendamos nuestra de para que la ilumines, llena eres de gracia …
Señor
MISTERIOS GLORIOSOS (Miércoles y Domingo) 1. La gloriosa resurrección del Señor. 2. La admirable ascensión del Señor a los cielos. 3. La venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles. 4. La asunción de la Santísima Virgen a los cielos. 5. La coronación de nuestra Señora, Madre de la Iglesia.
Dios te salve, María Santísima, templo y Sagrario de la Santísima Trinidad. Virgen concebida sin la culpa original.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; ¡Dios te salve! A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
MISTERIOS LUMINOSOS (Jueves)
Letanía
1. 2. 3. 4. 5.
El bautismo de Jesús en el Jordán. La bodas de Caná. El anuncio del Reino. La transfiguración. La institución de la Eucaristía.
Señor, ten piedad - Señor, ten piedad Cristo, ten piedad - Cristo, ten piedad Señor, ten piedad - Señor, ten piedad Cristo, óyenos - Cristo, óyenos Cristo, escúchanos - Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial - Ten misericordia de
Dios Hijo, Redentor del mundo - Ten
misericordia de nosotros Dios Espíritu Santo - Ten misericordia de nosotros Trinidad Santa, un solo Dios - Ten misericordia de nosotros
RUEGA POR NOSOTROS
Santa María Santa Madre de Dios Santa Virgen de las vírgenes Madre de Cristo Madre de la divina gracia Madre purísima Madre castísima Madre virginal Madre sin corrupción Madre Inmaculada Madre amable Madre admirable Madre del buen consejo Madre del Creador Madre del Salvador Madre de la Iglesia Virgen prudentísima Virgen digna de veneración Virgen digna de alabanza Virgen poderosa Virgen clemente Virgen fiel Espejo de justicia Trono de sabiduría Causa de nuestra alegría Vaso espiritual Vaso digno de honor Vaso insigne de devoción Rosa mística Torre de David Torre de marfil Casa de oro Arca de la alianza Puerta del cielo Estrella de la mañana Salud de los enfermos Refugio de los pecadores Consuelo de los afligidos Auxilio de los cristianos Reina de los ángeles Reina de los patriarcas Reina de los profetas Reina de los apóstoles Reina de los mártires Reina de los confesores Reina de las vírgenes
RUEGA POR NOSOTROS
nosotros
Reina de todos los santos Reina concebida sin pecado original Reina elevada al cielo Reina del santo rosario Reina de la familia Reina de la paz Reina de nuestros pueblos Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo - Perdónanos, Señor Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo - Escúchanos, Señor Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo - Ten misericordia de nosotros
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades; antes bien líbranos siempre de todo peligro. Oh, Virgen, llena de gloria y bendición, Ruega por nosotros; Oh Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo, Amén.
Rosario Misionero Cuando damos al SANTO ROSARIO una dimensión MISIONERA, pedimos al mismo tiempo por todos nuestros hermanos del mundo, para que se extienda cada día más el Reino de Dios sobre la tierra. Y pedimos también por todos los MISIONEROS. El Rosario Misionero lo representamos con cinco colores divididos así:
Con la decena VERDE, rezamos por la Iglesia en ÁFRICA, para que una vez evangelizada, se convierta en evangelizadora. El color verde nos recuerda las grandes selvas de este continente. Con la decena ROJA, rezamos por los que formamos la Iglesia en AMÉRICA, para que seamos misioneros de Cristo. El color rojo nos recuerda la sangre derramada por nuestros mártires. Con la decena BLANCA, rezamos por la Iglesia en EUROPA, para que realice la unidad en un solo Señor, una sola fe y un solo bautismo. El color blanco nos recuerda el color de piel de esta población y las vestiduras del PAPA. Con la decena AZUL, rezamos por OCEANÍA, para que los habitantes de las islas ingresen a la Iglesia y adquieran el espíritu misionero. El color azul nos recuerda el mar que rodea este continente. Con la decena AMARILLA, rezamos por los que viven en ASIA, para que todo el continente. Donde vive más de la mitad de la humanidad, reciba la fe católica. El color amarillo nos recuerda el color de piel de su gente.
Se reza de la manera tradicional cambiando la letanía y los misterios, y añadiendo la jaculatoria:
María Reina de las Misiones Ruega por el mundo
Letanía Misionera Señor, ten piedad - Señor, ten piedad Cristo, ten piedad - Cristo, ten piedad Señor, ten piedad - Señor, ten piedad Cristo, óyenos - Cristo, óyenos Cristo, escúchanos - Cristo, escúchanos Dios Padre celestial - Ten piedad de nosotros Dios Hijo, Redentor del mundo - Ten piedad de nosotros Dios Espíritu Santo - Ten piedad de nosotros Trinidad Santa, un solo Dios - Ten piedad de nosotros Santa María Reina de las Misiones - Ruega por nosotros San Pedro - Ruega por nosotros San Pablo - Ruega por nosotros San Francisco Xavier - Ruega por nosotros Santa Teresita del Niño Jesús - Ruega por nosotros San Marcos - Ruega por África San Agustín de Numida - Ruega por África Venerable Carlos de Foucold - Ruega por África Santos Mártires de Uganda - Ruega por África Beata Clementina Anuarite - Ruega por África San Francisco Solano - Ruega por América Santa Rosa de Lima - Ruega por América San Martín de Porres - Ruega por América San Felipe de Jesús - Ruega por América Santo Toribio de Mogrovejo - Ruega por América San Pedro Claver - Ruega por América San Bonifacio de Alemania - Ruega por Europa San Agustín de Canterbury - Ruega por Europa San Patricio de Irlanda - Ruega por Europa San Rimigio de Reims - Ruega por Europa San Leandro de Sevilla - Ruega por Europa San Christian Rey de Dinamarca - Ruega por Europa Pedro Damián Hancy - Ruega por Oceanía San Pedro Chanel - Ruega por Oceanía Estrella del mar - Ruega por Oceanía San Andrés - Ruega por Asia Santo Tomás - Ruega por Asia San Juan Brito - Ruega por Asia Beato Teófano Venerd - Ruega por Asia Beato Valentín Berreocha - Ruega por Asia Santos Mártires de Corea, China y Japón - Rueguen por Asia Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Perdónanos, Señor Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Escúchanos, Señor Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Ten misericordia de nosotros.
Acto de contrición
Pésame Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí, pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido; y propongo firmemente no pecar más y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén. Guía: Madre Dolorosa. Fieles: Ruega por nosotros.
Primera estación (Lc 2, 33-5) En esta primera estación se contempla la profecía del santo anciano Simeón. Considera, alma mía, el gran dolor de la Virgen Santísima al oír las tristes palabras que el anciano Simeón profetizó referentes a la Pasión y Muerte del Niño Jesús. Oh, Madre afligida. Por el dolor con que fuiste tan atormentada en tu alma te suplico me des lágrimas de verdadera contrición, para que sea meritoria la compasión que siento por tus dolores. (En cada estación se reza) Dios te salve Guía: Madre Dolorosa. Fieles: Ruega por nosotros.
Segunda estación (Mt 2, 13-15) En esta segunda estación se contempla la huida a Egipto. Considera, alma mía, el agudo dolor de la Virgen María al recibir de San José el mensaje del ángel que debían huir de noche a Egipto para salvar al Niño Dios de la matanza decretada por Herodes.
Oh, Madre afligida. Por el dolor que sentiste al hui con tu Hijo a Egipto, te suplico me des la gracia para huir siempre de las ocasiones de pecar.
Tercera estación (Lc 2, 41-51) En esta tercera estación se contempla la pérdida de Jesús en el Templo. Considera, alma mía, el intenso dolor de la Virgen María cuando vio que había perdido a su amado Hijo, por lo cual lo buscó durante tres días con inconsolable aflicción. Oh, Madre afligida. Por el dolor que tuviste al perder a tu Hijo, te suplico me alcances la gracia para que lo busque hasta hallarlo en el templo de mi alma.
Cuarta estación (Jn 19, 17) En esta cuarta estación se contempla el dolorosísimo encuentro de la Virgen Santísima con su Hijo Divino. Considera, alma mía, el agudísimo dolor de la Virgen María al encontrarse con su Divino Hijo, cuando llevaba la pesada cruz hacia el monte Calvario para ser crucificado en ella por nuestra salvación. Oh, Madre afligida. Por el dolor con que viste a tu Hijo cargado con la cruz, te suplico me des la gracia para seguirlo, llevando con paciencia la cruz de mis trabajos.
Quinta estación (Jn 19, 25-27) En esta quinta estación se contempla la crucifixión y muerte de Jesús. Considera, alma mía, el penetrante dolor de la Virgen María cuando vio a su Hijo clavado sobre el duro
madero de la Cruz, y morir derramando sangre por todo su sacratísimo Cuerpo. Oh, Madre afligida. Por el dolor con que viste crucificar a tu Divino Hijo te suplico me des la gracia para que mortificando mis pasiones, viva siempre crucificado con Cristo.
Sexta estación (Jn 19, 38) En esta sexta estación se contempla el descendimiento de Jesús de la Cruz. Considera, alma mía, el agudísimo dolor que traspasó el corazón de la Virgen María al recibir en sus brazos el cuerpo muerto de Jesús, cubierto de sangre y todo él despedazado. Oh, Madre afligida. Por el dolor que recibiste al tener en tus brazos, llagado y destrozado, el cuerpo de tu Hijo en el sepulcro, te suplico me alcances la gracia de recibirlo dignamente en la Sagrada Comunión.
Séptima estación (Mt 27, 59-61)
Considera, alma mía, los sollozos que exhalaría el corazón afligido de la Virgen María, al ver a su amado Jesús colocado en el sepulcro. Oh, Madre afligida. Por el dolor con que dejaste el cuerpo de tu Hijo en el sepulcro, te suplico me des la gracia para aborrecer el pecado y vivir muerto a los gustos del mundo.
Oración final: Te rogamos, Señor Nuestro Jesucristo, que sea nuestra intercesora, cerca de tu clemencia, ahora y en la hora de nuestra muerte, la Bienaventurada Virgen María, tu Madre, cuya sacratísima alma fue traspasada por el cuchillo del dolor en la hora de tu Pasión. Te lo pedimos por Ti, Cristo Jesús, Salvador del mundo, que con el Padre y el Espiritu vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Se rezan tres Ave María. Guía: Madre Dolorosa. Fieles: Ruega por nosotros.
En esta séptima estación se contempla la sepultura de Jesús.
Este Rosario se reza el Viernes Santo después de la Celebración de la Muerte del Señor. Se reza el Santísimo Rosario como de costumbre, solamente que los misterios son Dolorosos, y se realizan dos oraciones, una al principio y una al final.
ORACIÓN INICIAL Oh Virgen, la más dolorosa del mundo después de tu Hijo, a cuyos dolores estuviste perpetuamente asociada: te ruego que me alcances fortaleza para sufrir por mis pecados, como tú sufriste por los nuestros, a fin de que, crucificando mis pasiones y concupiscencias en la cruz de Cristo, llevando la cruz de mi deber por el camino de mi vida, caminando en pos de mi Señor y perseverando constantemente a tu lado, oh Madre mía, al pie de la cruz de tu Hijo, viva siempre y muera contigo, redimido y santificado por la sangre preciosísima de nuestro Redentor. También te pido, por tus dolores, que oigas mi petición en esta novena y, si conviene, me la concedas.
ORACIÓN FINAL Acuérdate, Virgen Madre de Dios, cuando estés en la presencia del Señor, de hablar en favor nuestro y que aparte su indignación de nosotros. Oh Santísima Madre, hazme esta gracia: fija en mi corazón con eficacia las llagas de Jesús crucificado. Haz que de Cristo en mí lleve la muerte, que participe su pasión y suerte y medite en sus llagas apenado. Para que no arda en los eternos fuegos, defiéndeme tú, oh Virgen, con tus ruegos, en el día del juicio. Y tú, oh Cristo, al salir yo de esta vida, por tu Madre querida, haz que llegue a la palma de victoria. Cuando mi cuerpo muera, haz que mi alma adquiera del paraíso la gloria.
La Biblia en sencillas preguntas: ¿Qué es la Revelación?
¿Qué es la Tradición?
La revelación es la manifestación que Dios ha hecho a los hombres de Sí mismo y de aquellas otras verdades necesarias o convenientes para la salvación eterna.
La Tradición es la Palabra de Dios no contenida en la Biblia, sino transmitida por Jesucristo a los Apóstoles y por éstos a la Iglesia.
La Revelación -también llamada Doctrina cristiana o Depósito de la fe- se encuentra en la Sagrada Escritura y en la Tradición.
Las enseñanzas de la Tradición están contenidas en los Símbolos o Profesiones de la fe (por ejemplo, el Credo), en los documentos de los Concilios, en los escritos de los Santos Padres de la Iglesia y en los ritos de la Sagrada Liturgia.
¿A quién fue confiada la Revelación?
¿Quién es el Autor de la Biblia?
Jesucristo confió la Revelación a la Iglesia Católica. Por medio de sus Apóstoles, por tanto, sólo la Iglesia tiene autoridad para custodiarla, enseñarla e interpretarla sin error.
El Autor principal de la Biblia es Dios. El autor secundario o instrumental de la Biblia es el escritor sagrado o hagiógrafo. Por ejemplo, Moisés, el profeta Isaías, San Mateo, San Pablo, etc.
¿Dónde se Revelación?
¿Qué es Escritura?
encuentra
la
la
Sagrada
La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios puesta por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo. Al conjunto de los libros inspirados lo llamamos Biblia.
¿Qué es bíblica?
la
Inspiración
La inspiración bíblica es una gracia específica que concede el Espíritu Santo, por la cual el escritor sagrado es movido a poner por escrito las cosas que Dios quiere comunicar a los demás hombres.
¿Cuáles son las propiedades de la Biblia? Las propiedades de la Biblia son:
La Unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y entre todas las partes de todos los libros. La Inerrancia (no contiene errores en lo que atañe a nuestra salvación) y la Veracidad (contiene las verdades necesarias para nuestra salvación). La Santidad (procede de Dios, enseña una doctrina santa y nos conduce a la santidad).
¿Cómo se divide la Biblia? La Biblia se divide en dos partes: Antiguo y Nuevo Testamento. A su vez los libros del Antiguo y Nuevo Testamento se dividen en: libros históricos, didácticos y proféticos. Y cada libro se divide en capítulos y versículos.
¿Qué contiene el Antiguo Testamento? El Antiguo Testamento contiene los libros inspirados escritos antes de la venida de Jesucristo. Son 46. Los libros históricos del Antiguo Testamento son 21:
Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio (que forman el Pentateuco), Josué, Jueces, Ruth, I y II Crónicas o Paralipómenos, I y II Esdras (el 2º llamado también Nehemías), Tobías, Judit, Esther, I y II Macabeos. Los libros didácticos del Antiguo Testamento son 7: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Sabiduría y Eclesiástico. Los libros proféticos del Antiguo Testamento son 18: Los cuatro Profetas Mayores: Isaías, Jeremías (con Lamentaciones y Baruc), Ezequiel, Daniel, y los doce Profetas Menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías.
¿Qué contiene Testamento?
el
Nuevo
El Nuevo Testamento contiene los libros inspirados escritos después de la venida de Jesucristo. Son 27. Los libros históricos del Nuevo Testamento son 5: Los cuatro Evangelios (según San Mateo, San Marcos, San Lucas, San Juan) y los Hechos de los Apóstoles. Los libros didácticos del Nuevo Testamento son 21: Las 14 Epístolas o Cartas de San Pablo: Romanos, I y II Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, I y II Tesalonicenses, I y II Timoteo, Tito, Filemón y Hebreos. Las 7 epístolas o Cartas llamadas católicas son: I y II de San Pedro: I, II y III de San Juan, la de Santiago y la de San Judas.
El único libro profético del Nuevo Testamento es el Apocalipsis de San Juan.
¿Qué es el Canon bíblico? El Canon bíblico es el catálogo de los setenta y tres libros del Antiguo y del Nuevo Testamentos que forman la Biblia y que la Iglesia ha declarado como divinamente inspirados.
¿En qué período se escribió la Biblia? Los libros del Antiguo Testamento fueron escritos entre el siglo XV y el siglo II antes de Cristo. Los libros del Nuevo testamento fueron escritos en la segunda mitad del siglo I. Los Libros Sagrados se escribieron al principio en papiro y más tarde en pergamino. El papiro es una planta que abunda en Egipto, el pergamino es una piel de cabrito que permite escribir por las dos caras. Originalmente la Biblia estaba en rollos, es decir, largas fajas de papiro o de piel unidas en los extremos a dos bastones en torno a uno de los cuales giraba.
¿Qué es la Hermenéutica bíblica? La Hermenéutica bíblica es la ciencia que trata de las normas para interpretar rectamente los Libros Sagrados. La Iglesia Católica es la única capacitada para interpretar auténticamente (con pleno derecho y sin posibilidad de equivocarse) la Sagrada Escritura porque Dios le confió solamente a Ella la misión de guardar, enseñar y aclarar a los fieles su Palabra.
¿Qué otras Biblias existen? Además de la Biblia católica, que es la única completa y verdadera, existen la Biblia Hebrea y las Biblias protestantes. La Biblia Hebrea sólo contiene treinta y nueve libros del Antiguo Testamento. Por tanto, rechazan siete libros del Antiguo Testamento y todos los del Nuevo Testamento que forman la Biblia católica. Los protestantes, por su parte, admiten solamente el "libre examen" es decir, que cada uno ha de leer e interpretar la Biblia a su manera, sin necesidad de someterse a la autoridad de la Iglesia. A las Biblias protestantes les suprimieron algunos libros que están en la Biblia católica; además en los libros que conservan, modifican algunas palabras para apoyar sus ideas erróneas. Además, carecen de notas y comentarios, no tienen aprobación de la autoridad de la Iglesia; muchas son editadas por las "Sociedades Bíblicas", algunas dicen: "Versión del original llevado a cabo por Cipriano de Valera y C. Reyna"; la mayoría de ellas suprime varios libros del Antiguo Testamento (Sabiduría, Judit, Tobías, Eclesiástico, I y II Macabeos, entre otros) y algunas también suprimen libros del Nuevo (Epístolas de Santiago, de San Pedro y de San Juan).
¿Puede Biblia?
leerse
cualquier
No. Porque puede contener errores doctrinales o morales. Para evitar esos errores, un católico sólo debe leer Biblias con notas y explicaciones aprobadas por la Iglesia Católica, es decir, que tengan "Nihil Obstat" e "Imprimatur".
¿Cómo leer la Biblia? La Iglesia recomienda la lectura de la Biblia porque es alimento constante para la vida del alma; produce frutos de santidad, es fuente de oración, gran ayuda para la enseñanza de la doctrina cristiana y para la predicación. El Concilio Vaticano II "exhorta a todos los fieles con insistencia a
que, por la frecuente lectura de las Escrituras, aprendan la ciencia eminente de Cristo" (Constitución Dei Verbum, n. 25). Las disposiciones que se deben tener para leer y estudiar la Biblia son: fe y amor a la Palabra de Dios, intención recta, piedad y humildad para aceptar lo que Dios dice. Es recomendable leer los Evangelios diariamente
durante unos cuantos minutos. San Jerónimo dice "Lee con mucha frecuencia las divinas Escrituras; es más, nunca abandones la lectura sagrada". A la luz de las enseñanzas de la Iglesia, la Biblia nos permite conocer el modo de salvarnos y reconciliarnos, y eso sólo puede lograrse conociendo, amando y encarnando la vida de Jesucristo.
¿Qué es una secta? Tratar de definir lo que es una secta es muy complejo. La primera de las dificultades que se nos presenta es lograr un acuerdo acerca de la manera más adecuada para referirse a estos grupos, y el contenido que ha de darse al vocablo elegido. Cada día es más frecuente encontrar personas que eluden emplear el término "secta", sobre todo por considerar que conlleva una carga despectiva que es preciso dejar de lado para un recto tratamiento del tema. Por esto, los nuevos términos tales como "nuevas religiones", "nuevos grupos religiosos", "cultos", "movimientos religiosos libres", etc... La palabra "Secta", usualmente, se dice que viene del latín "sequor" (marchar detrás, seguir a un maestro particular), como en "sector" (cortar, separar de un tronco principal), también se dice viene de "secare"; sectar, cortar o de secedere; separarse. En cualquier de los casos está presente la idea de separación. Dándole el sentido correcto al término "secta" podemos designar muchos de los grupos de los que hablamos, sin que conlleve un tinte despectivo. Si nos remontamos al siglo I, vemos como los escritores romanos se referían a los cristianos como una secta judía: cristiano era aquel que se había separado del tronco histórico del judaísmo, adorando al Dios de Abraham, Isaac y Jacob según las enseñanzas de Jesucristo, Hijo Único de Dios. También se consideraban a los fariseos, los saduceos y los esenios como sectas.
Clasificación de las sectas 1. Sectas cristianas (Testigos, Mormones, Luz del Mundo, Adventistas, Asambleas de Dios, Bautistas, Nazarenos, Amistad Cristiana, Iglesia del Buen Pastor, etc...) Propiamente dicho Las Asambleas de Dios no son una secta sino una red de comunidades pentecostales independientes que responden a las directivas de un consejo central. Sin embargo, en México estas comunidades asumen muchas características de una secta en la práctica y suelen ser radicalmente adheridas a su pastor. 2. Sectas de espiritualidad oriental (los Hare Krishna, la Meditación Transcendental, el Brahma Kumaris, la Misión de la Luz Divina, los seguidores de Osho, los practicantes de zen, de yoga y de tai-chi, etc...) 3. Sectas gnósticas y ocultistas (la Gran Fraternidad Universal, la Sociedad Teosófica, el Nuevo Acrópolis, etc...) 4. Sectas utópicas (la Iglesia de Cienciología, Danamhur, los Niños de Dios, la Iglesia Universal y Triunfante, Findhorn, Esalen, etc...)
Algunos estudios estadísticos que nos confirman el crecimiento de las sectas, son los siguientes:
En América Latina, 400 personas abandonan la Iglesia Católica cada hora. En 1900 eran 250,000 los pertenecientes a las Sectas, para 1990 ya son 46 millones en América latina. En Guatemala el 25% de la población ya es evangélica. En El Salvador cerca del 30% ya no son católicos y han pasado a diversas Sectas. En Brasil, si sigue el mismo ritmo de crecimiento, para el 2050 la mitad de la población será evangélica. En México, en 1970 el total de protestantes era 880,000, actualmente ya son cerca de cinco millones.
En Estados Unidos todas las Sectas tienen un altísimo ritmo de crecimiento. Algunos llegan a más del 1000%.
Las nueve sectas más activas en México son: 1. Los Testigos de Jehová 2. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días 3. La Iglesia de la Cienciología 4. Los Adventistas del Séptimo Día 5. La Luz del Mundo 6. La Gran Fraternidad Universal 7. La Meditación Transcendental 8. Las Asambleas de Dios 9. La Sociedad Internacional de Conciencia Krishna (Hare Krishna)
¿Cómo dialogar con los hermanos separados? 1. ESTUDIA. Para dar razón de tu fe es necesario conocerla, haberla entendido y vivirla. 2. PREPÁRATE. Para la batalla de la fe es necesario estar armados. Conoce el Catecismo, la Biblia y tu fe. 3. CONOCE LA DOCTRINA DE LAS SECTAS. La doctrina de los evangélicos y otros grupos protestantes es como el queso guryere sabe bien pero, está llena de huecos. 4. PREPÁRATE PARA SER TOLERANTE. Piensa que ellos tienen a veces, razones muy poderosas que los hace pensar de diferente manera que nosotros. 5. COMIENZA ORANDO. Pide la inspiración y la luz al Espíritu Santo. 6. TOMA LA INICIATIVA. Pídele que no hable mal de tu Iglesia ni de los sacerdotes (respeto ante todo). Pídele que te platique un poco de sus creencias, de su fundador, de que lo motivo para entrar en dicha iglesia. Habla tú de lo que a ti te convence y te atrae de la Iglesia Católica, de tus certezas de fe. 7. PREGUNTA. El mejor método para dialogar con los protestantes es preguntar, ya que tu iniciarás con tus preguntas muchas reflexiones que tal vez la persona nunca se ha hecho. Los evangélicos, testigos de Jehová, mormones son buenos para debatir el tema que se saben de memoria, pero si los sacas de ahí, se vuelven vulnerables pues no conocen a profundidad la fe, sino que solo están condicionados a aprender de memoria lo que les enseñan sus pastores. Ponlo en el campo que a ti te interesa y que conoces. Acuerden un solo tema y sobre él, dialoguen; nunca permitas que brinque de un tema a otro, (esa es su táctica), a ti solo te confundirá. Ten preparadas preguntas Por ejemplo, ¿Cuándo fundó Cristo tu Iglesia? ¿Cuántas Iglesias fundó Cristo? ¿Conoces a profundidad la historia de la Iglesia Católica? ¿Quién elaboró el canon de las Sagradas Escrituras? ¿Cuándo eras católico conocías y practicabas tu fe? ¿Qué apostolado realizabas cuando eras católico?. Sólo habla con una persona, no permitas que entren en el diálogo, otras personas que generalmente acompañan a tu interlocutor. 8. DEJA ACTUAR A DIOS. Tu trabajo es establecer el puente de confianza, Dios es el único que puede tocar su corazón. Si tú no estás convencido no podrás convencer a nadie.
9. AMA LA VERDAD. Si no sabes: dí, “no sé…” y añade que la siguiente vez que se vean lo investigarás. No te avergüences de no saber algo, la humildad mueve más que la soberbia. Si te señalan errores de la Iglesia, reconócelos pero aclara que el 100 % de los errores son humanos, y no deja de ser por eso la Iglesia de Cristo. Preséntale otra cara de la verdad, el heroísmo de los mártires, el celo de sus misioneros, la caridad de tantas mujeres consagradas al servicio de los pobres, etc. 10. INVITALO A TU IGLESIA. Tal vez esa persona nunca haya recibido esa invitación. Recuerda que el Buen Samaritano llevó al herido a la posada. Háblale a Jesús en la Eucaristía de él.
¡RESPETO, CARIDAD, TOLERANCIA Y AMOR AL PRÓJIMO!.
CON LO QUE MÁS ATACAN A NOSOTROS LOS CATÓLICOS La Cruz ¿Por qué los católicos adoran la Cruz?, No adoramos la Cruz material, sino “el misterio de la Cruz”, es decir a Cristo que por nosotros murió en la Cruz. (1 Cor 1, 23).
La Eucaristía ¿Por qué los católicos comulgan? Porque así lo ordeno Jesús. “El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de vida eterna, y yo le resucitaré en el último día. Mi carne es comida verdadera y mi sangre es bebida verdadera” (Jn, 52-57). “Después tomo el pan y, dando gracias, lo partió y se los dio a sus discípulos diciendo: Este es mi cuerpo que será entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía …” (Lc 22, 19-20).
Hermanos de Jesús ¿Es cierto que María tuvo otros hijos aparte de Jesús? La Biblia habla de hermanos de Jesús y no de hijos de María: “Estaba todavía hablando con el pueblo, cuando su madre y algunos parientes, que estaban afuera trataron de hablar con él. Alguien dijo a Jesús: Mira tu Madre y tus hermanos están afuera y preguntando por ti”. (Mt 12, 46-47). “¿No es el hijo del carpintero? ¿No se llama María su Madre? ¿No son sus hermanos Santiago, Simón, José y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas viviendo entre nosotros? De dónde, pues, le viene todo esto? No creían en él, todo lo contrario” (Mt 13, 55-56) La palabra hermano en la Biblia significa sobrino (Gén 11, 27), prójimo (Mt 5, 23), primo (Tob 7, 12), pariente (Tob 7, 10).
Además si María hubiera tenido más hijos, Jesús no la hubiera encomendado a Juan. “Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, María la esposa de Cléofas, y María Magdalena. Jesús, al ver a la Madre y junto a ella a si discípulo que tanto amaba dijo a la Madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dijo al discípulo: Ahí tienes a tu Madre. Desde ese momento, el discípulo se la llevó a su casa (Jn, 25-27) Por lo tanto, los “hermanos de Jesús” posiblemente fueron parientes más o menos cercanos a él.
Imágenes ¿Por qué los católicos usan las imágenes y las estatuas, puesto que están prohibidas por la Biblia? “No te hagas estatuas ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra” (Ex 20, 4). La Biblia no prohíbe imágenes ni las estatuas, sino los ídolos. En la cita anterior, se habla precisamente de ídolos y no de imágenes y nada más. “No te postres ante esos dioses” (Ex 20, 5) No es lo mismo imágenes que ídolos. La imagen es un retrato o fotografía de algo o alguien, mientras un ídolo es un dios de pintura, oro o plata. La Biblia prohíbe los ídolos (Dt 4, 28) y admite las imágenes (Ex 25, 18; Núm 21, 8; Jue 17, 4-5). El mismo templo de Salomón estaba adornado con pinturas de querubines, toros, leones, palmas y olivos (1 Re 6, 23-35). Además los mismos protestantes ¿Acaso no usan imágenes de Cristo, la Virgen y otros personajes bíblicos en sus libros y revistas?.
Santos ¿Quiénes son los santos? Los Santos son los discípulos de Cristo, que están gozando en la gloria y la Iglesia presente oficialmente como ejemplo a seguir para una mejor vida cristiana. ¿Cómo se llama el homenaje que se rinde a los santos? Se llama veneración. La adoración consiste en someterse completamente a una persona, reconocida como ser supremo, y por lo tanto, se debe solamente a Dios; mientras la veneración consiste en rendir un homenaje a una persona por algún mérito especial (excelente santidad, ciencia eminente, etc.), y es la que se atribuye a los ángeles y santos.
Virgen María ¿Por qué se dice que María fue Virgen? Porque lo dice a misma Biblia “María antes que vivieran juntos, quedó esperando por obra del Espíritu Santo” (Mt 1, 18). “Sepan que una Virgen concebirá y dará a luz a un hijo, que será llamado Emmanuel, que significa Dios con nosotros” (Is 7, 14)
VIACRUCIS ORACIÓN Señor, ayúdanos para que aprendamos a aguantar las penas y las fatigas, las torturas de la vida diaria; que tu muerte y ascensión nos levante, para que lleguemos a una más grande y creativa abundancia de vida. Tú que has tomado con paciencia y humildad la profundidad de la vida humana, igual que las penas y sufrimientos de tu cruz, ayúdanos para que aceptemos el dolor y las dificultades que nos trae cada nuevo día y que crezcamos como personas y lleguemos a ser más semejantes a ti. Haznos capaces de permanecer con paciencia y ánimo, y fortalece nuestra confianza en tu ayuda. Déjanos comprender que sólo podemos alcanzar una vida plena si morimos poco a poco a nosotros mismos y a nuestros deseos egoístas. Pues sólo si morimos contigo, podemos resucitar contigo. Amén.
1. Jesús es condenado a muerte Guía: te alabamos Cristo y te bendecimos Todos: que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador
Llegada la mañana todos los príncipes de los sacerdotes, los ancianos del pueblo, tuvieron consejo contra Jesús para matarlo, y atado lo llevaron al procurador Pilato (Mt 27, 1-2) El pequeño niño que tiene hambre, que se come su pan pedacito a pedacito porque teme que se termine demasiado pronto y tenga otra vez hambre. Esta es la primera estación del calvario.
Guía: Señor peque, ten misericordia de mí Todos: Pecamos y nos pesa; Ten misericordia de nosotros que por nosotros padeciste.
Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICCIÓN Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
2. Jesús carga con la cruz Entonces se lo entregó para que lo crucificasen. Tomaron, pues, a Jesús, que llevando la cruz, salió al sitio llamado Calvario, que en hebreo se dice Gólgota (Jn 19, 16-17). No tengo razón? Muchas veces miramos pero no vemos nada! Todos nosotros tenemos que llevar la cruz y tenemos que seguir a Cristo al Calvario, si queremos reencontrarnos con Él. Yo creo que Jesucristo, antes de su muerte, nos ha dado su Cuerpo y su Sangre para que nosotros podamos vivir y tengamos bastante ánimo para llevar la cruz y seguirle, paso a paso.
3. Jesús cae por primera vez Dijo Jesús: El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y sígame, pues el que quiera salvar su vida la perderá: pero el que pierda su vida, ese la salvará (Mt 16,24) En nuestras estaciones del Via Crucis vemos que caen los pobres y los que tienen hambre, como se ha caído Cristo. Estamos presentes para ayudarle a Él? Lo estamos con nuestro sacrificio, nuestro verdadero pan? Hay miles y miles de personas que morirían por un bocadito de amor, por un pequeño bocadito de aprecio. Esta es una estación del Via Crucis donde Jesús se cae de hambre.
4. Jesús encuentra a su Madre Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí (Lc 1, 45-49). Nosotros conocemos la cuarta estación del Vía Crucis en la que Jesús encuentra a su Madre. Somos nosotros los que sufrimos las penas de una madre? Una madre llena de amor y de comprensión? Estamos aquí para comprender a nuestra juventud si se cae? Si está sola? Si no se siente deseada? Estamos entonces presentes?
5. El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz Cuando le llevaban a crucificar, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venía del campo y le obligaron a ayudarle a llevar la cruz (Lc 23, 26).
Simón de Cirene tomaba la cruz y seguía a Jesús, le ayudaba a llevar su cruz. Con lo que habéis dado durante el año, como signo de amor a la juventud, los miles y millones de cosas que habéis hecho a Cristo en los pobres, habéis sido Simón de Cirene en cada uno de vuestros hechos.
6. La Verónica limpia el rostro de Jesús Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me distéis de beber (Mt, 25,35). Con respecto a los pobres, los abandonados, los no deseados, somos como la Verónica ? Estamos presentes para quitar sus preocupaciones y compartir sus penas? O somos parte de los orgullosos que pasan y no pueden ver?
7. Jesús cae por segunda vez Quiénes son mi madre y mis parientes? Y extendiendo su mano sobre sus discípulos dijo Jesús: he aquí a mi madre y a mis parientes quienquiera que haga la voluntad de mi Padre (Mt 12, 48-50). Jesús cae de nuevo. Hemos recogido a personas de la calle que han vivido como animales y se murieron entonces como ángeles? Estamos presentes para levantarlos También en vuestro país podéis ver a gente en el parque que están solos, no deseados, no cuidados, sentados, miserables. Nosotros los rechazamos con la palabra alcoholizados. No nos importan. Pero es Jesús quien necesita nuestras manos para limpiar sus caras. Podéis hacerlo?, o pasaréis sin mirar?
8. Jesús consuela a las mujeres Le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se lamentaban y lloraban por Él. Vuelto hacia ellas les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos (Lc 23, 27-28). Padre Santo, yo rezo por ellas para que se consagren a tu santo nombre, santificadas por Ti; para que se entreguen a tu servicio, se te entreguen en el sacrificio. Para eso me consagro yo también y me entrego como sacrificio con Cristo.
9. Jesús cae por tercera vez Os he dicho esto para que tengáis paz conmigo. En el mundo tendréis tribulaciones, pero confiad: yo he vencido al mundo (Jn 16, 33). Jesús cae de nuevo para ti y para mí. Se le quitan sus vestidos, hoy se le roba a los pequeños el amor antes del nacimiento.
Ellos tienen que morir porque nosotros no deseamos a estos niños. Estos niños deben quedarse desnudos, porque nosotros no los deseamos, y Jesús toma este grave sufrimiento. El no nacido toma este sufrimiento porque no tiene más remedio de desearle, de amarle, de quedarme con mi hermano, con mi hermana.
10. Jesús es despojado de sus vestiduras Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, haciendo cuatro partes, una para cada soldado y la túnica (Jn 19,23) Señor, ayúdanos para que aprendamos a aguantar las penas, fatigas y torturas de la vida diaria, para que logremos siempre una más grande y creativa abundancia de vida!
11. Jesús es clavado en la cruz Cuando llegaron al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí con dos malhechores Jesús decía: padre, perdónales porque no saben lo que hacen (Lc 23, 33). Jesús es crucificado. Cuántos disminuidos psíquicos, retrasados mentales llenan las clínicas! Cuántos hay en nuestra propia patria. Les visitamos? Compartimos con ellos este calvario? Sabemos algo de ellos? Jesús nos ha dicho: Si vosotros queréis ser mis discípulos, tomad la cruz y seguidme y Él opina que nosotros hemos de coger la cruz y que le demos de comer a Él en los que tienen hambre, que visitemos a los desnudos y los recibamos por Él en nuestra casa y que hagamos de ella su hogar.
12. Jesús muere en la cruz Después de probar el vinagre, Jesús dijo: Todo está cumplido, e inclinando la cabeza entregó el espíritu (Jn 19,30). Empecemos las estaciones de nuestro vía crucis personal con ánimo y con gran alegría, pues tenemos a Jesús en la sagrada Comunión, que es el Pan de la Vida que nos da vida y fuerza! Su sufrimiento es nuestra energía, nuestra alegría, nuestra pureza. Sin Él no podemos hacer nada.
13. Jesús es bajado de la cruz Al caer la tarde vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era discípulo de Jesús tomó su cuerpo y lo envolvió en una sábana limpia (Mt 27, 57.59). Vosotros jóvenes, llenos de amor y de energía, no desperdiciéis vuestras fuerzas en cosas sin sentido!
14. Jesús es sepultado Había un huerto cerca del sitio donde fue crucificado Jesús, y en él un sepulcro nuevo, en el cual aún nadie había sido enterrado y pusieron allí a Jesús (Jn 19, 41-42). Mirad a vuestro alrededor y ved, mirad a vuestros hermanos y hermanas no sólo en vuestro país, sino en todas las partes donde hay personas con hambre que os esperan. Desnudos que no tienen patria. Todos os miran! No les volváis las espaldas, pues ellos son el mismo Cristo!
SIETE PALABRAS Oración. Jesús en la Cruz aboga, da al ladrón, lega su Madre, quéjase, la sed le ahoga, cumple, entrega el alma al Padre. Al Calvario hay que llegar porque Cristo, nuestra Luz, hoy también nos quiere hablar desde el ara de la Cruz. ¡Virgen de dolores y Madre mía! Que, como Tú, acompañe yo siempre a tu Hijo en vida, redención y muerte. Y después de glorificado en la tierra, le glorifique por toda la eternidad, junto a Él y junto a Ti. Te lo pido por tu aflicción y martirio, al pie de la Cruz. Asísteme siempre especialmente en este último momento del combate cristiano que abrirá la eternidad feliz, en compañía de tu Hijo. Así sea.
Primera Palabra. "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34). Aunque he sido tu enemigo, mi Jesús, como confieso, ruega por mí, que, con eso, seguro el perdón consigo. Cuando loco te ofendí, no supe lo que yo hacía: sé, Jesús, del alma mía y ruega al Padre por mí Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la cruz para pagar con tu sacrificio la deuda de mis pecados, y abriste tus divinos labios para alcanzarme el perdón de la divina justicia: ten misericordia de todos los hombres que están agonizando y de mí cuando me halle en igual caso: y por los méritos de tu preciosísima Sangre derramada para mi salvación, dame un dolor tan intenso de mis pecados, que expire con él en el regazo de tu infinita misericordia.
Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.
Segunda Palabra. "Hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23, 43). Vuelto hacia Ti el Buen Ladrón con fe te implora tu piedad, yo también de mi maldad te pido, Señor, perdón. Si al ladrón arrepentido das un lugar en el Cielo, yo también, ya sin recelo la salvación hoy te pido. Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y con tanta generosidad correspondiste a la fe del buen ladrón, cuando en medio de tu humillación redentora te reconoció por Hijo de Dios, hasta llegar a asegurarle que aquel mismo día estaría contigo en el Paraíso: ten piedad de todos los hombres que están para morir, y de mí cuando me encuentre en el mismo trance: y por los méritos de tu sangre preciosísima, aviva en mí un espíritu de fe tan firme y tan constante que no vacile ante las sugestiones del enemigo, me entregue a tu empresa redentora del mundo y pueda alcanzar lleno de méritos el premio de tu eterna compañía.
Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.
Tercera Palabra. "He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre" (Jn 19, 26). Jesús en su testamento a su Madre Virgen da, ¿y comprender quién podrá de María el sentimiento? Hijo tuyo quiero ser, sé Tu mi Madre Señora, que mi alma desde ahora con tu amor va a florecer.
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y , olvidándome de tus tormentos, me dejaste con amor y comprensión a tu Madre dolorosa, para que en su compañía acudiera yo siempre a Ti con mayor confianza: ten misericordia de todos los hombres que luchan con las agonías y congojas de la muerte, y de mí cuando me vea en igual momento; y por el eterno martirio de tu madre amantísima, aviva en mi corazón una firme esperanza en los méritos infinitos de tu preciosísima sangre, hasta superar así los riesgos de la eterna condenación, tantas veces merecida por mis pecados.
Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.
Cuarta Palabra. "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27, 46). Desamparado se ve de su Padre el Hijo amado, maldito siempre el pecado que de esto la causa fue. Quién quisiera consolar a Jesús en su dolor, diga en el alma, Señor, me pesa, no mas pecar. Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y tormento tras tormento, además de tantos dolores en el cuerpo, sufriste con invencible paciencia la mas profunda aflicción interior, el abandono de tu eterno Padre; ten piedad de todos los hombres que están agonizando, y de mí cuando me haye también el la agonía; y por los méritos de tu preciosísima sangre, concédeme que sufra con paciencia todos los sufrimientos, soledades y contradicciones de una vida en tu servicio, entre mis hermanos de todo el mundo, para que siempre unido a Ti en mi combate hasta el fin, comparta contigo lo mas cerca de Ti tu triunfo eterno.
Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.
Quinta Palabra. "Tengo sed" (Jn 19, 28). Sed, dice el Señor, que tiene; para poder mitigar la sed que así le hace hablar, darle lágrimas conviene. Hiel darle, ya se le ha visto: la prueba, mas no la bebe: ¿Cómo quiero yo que pruebe la hiel de mis culpas Cristo? Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz, y no contento con tantos oprobios y tormentos, deseaste padecer más para que todos los hombres se salven, ya que sólo así quedará saciada en tu divino Corazón la sed de almas; ten piedad de todos los hombres que están agonizando y de mí cuando llegue a esa misma hora; y por los méritos de tu preciosísima sangre, concédeme tal fuego de caridad para contigo y para con tu obra redentora universal, que sólo llegue a desfallecer con el deseo de unirme a Ti por toda la eternidad.
Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.
Sexta Palabra. "Todo está consumado" (Jn 19,30). Con firme voz anunció Jesús, ensangrentado, que del hombre y del pecado la redención consumó. Y cumplida su misión, ya puede Cristo morir, y abrirme su corazón para en su pecho vivir. Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz, y desde su altura de amor y de verdad proclamaste que ya estaba concluida la obra de la redención, para que el hombre, hijo de ira y perdición, venga a ser hijo y heredero de Dios; ten piedad de todos los hombres que están agonizando, y de mí cuando me halle en esos instantes; y por los méritos de tu preciosísima sangre, haz que en mi entrega a la obra salvadora de Dios en el mundo, cumpla mi misión sobre la tierra, y al final de mi vida, pueda hacer realidad en mí el diálogo de esta correspondencia amorosa: Tú no pudiste haber hecho más por mí; yo, aunque a distancia infinita, tampoco puede haber hecho más por Ti.
Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.
Séptima Palabra. "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23, 46). A su eterno Padre, ya el espíritu encomienda; si mi vida no se enmienda, ¿en qué manos parará? En las tuyas desde ahora mi alma pongo, Jesús mío; guardaría allí yo confío para mi última hora. Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz, y aceptaste la voluntad de tu eterno Padre, resignando en sus manos tu espíritu, para inclinar después la cabeza y morir ; ten piedad de todos los hombres que sufren los dolores de la agonía, y de mí cuando llegue esa tu llamada; y por los méritos de tu preciosísima sangre concédeme que te ofrezca con amor el sacrificio de mi vida en reparación de mis pecados y faltas y una perfecta conformidad con tu divina voluntad para vivir y morir como mejor te agrade, siempre mi alma en tus manos.
Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.
Oración Final Padre Nuestro, Ave María, Gloria
VIACRUCIS VIVIENTE
Diálogos para la representación
Esta representación va acompañada de las oraciones que encontramos en las estaciones del “viacrucis”, las intervenciones de los personajes son para reforzar el sentido de la pasión de Cristo y hacer partícipe a la comunidad del trabajo misionero.
PREPARACIÓN Necesitarás de la participación de los jóvenes de la comunidad, o al no haber jóvenes se puede hacer con niños, pero recuerda que trabajamos por y para los jóvenes. Antes que nada deberás ubicar que tengas todo el material o algo que lo pueda sustituir, tendrás que trazar una ruta de inicio y termino del Viacrucis Viviente, toma en cuenta que abarque la mayor parte de la comunidad, y que el lugar de Crucifixión sea común para todos, un cerro, el atrio, una presa, tendrás que revisar que haya donde poner la cruz para el culmen de la representación.
Material:
Cruz de madera grande (para cristo) Corona de espinas Maderos largos (para los ladrones) Bandeja con agua y toalla Vestuarios completos (para todos personajes) Papel en colores (para soldados) Lazos y de ser posible lanzas Un paño con el rostro de Jesús pintado
Personajes:
los
Jesús María María Magdalena Juan Poncio Pilato 2 Soldados Simón de Cirene Verónica Mujeres Piadosas
PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES SENTENCIADO A MUERTE Pilato: ¿Eres tú el rey d elos judíos? Jesús: ¿Eso lo preguntas tu por tu cuenta o te lo han dicho otros? Pilato: ¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los Sumos Sacerdotes te han entregado a mí, ¿Qué es lo que has hecho?
Jesús: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí. Pilato: ¿Con que tú eres rey? Jesús: Tú lo has dicho, Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz. Pilato: ¿Y que es la verdad? No encuentro el Él ninguna culpa, entre ustedes es costumbre que por Pascua ponga en libertad a un preso. ¿Quieren que les suelte al rey de los judíos? o a Barrabás que ha asesinado y robado. Soldado: No a ese no, ¡A barrabas!
(Pilato toma a Jesús y lo manda azotar) Pilato: Aquí tienen a su rey, ¿A su rey voy a crucificar? Soldado: ¡No tenemos más rey que el César! ¡Crucificalo! Pilato: Hablame, tengo el poder para crucificarte o para dejarte libre Jesús: No tienes más poder sobre mí, que el que se te ha dado en lo alto. Por eso el que me entrego a ti tiene mayor pecado Soldado: Si lo liberas, no eres amigo del César, ¡Debes crucificarlo! Pilato: Son ustedes los que quieren crucificarlo, no yo, haganlo ustedes. Yo soy inocente de la sangre de este hombre
SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS ES CARGADO CON LA CRUZ TERCERA ESTACIÓN: JESÚS CAÉ POR PRIMERA VEZ CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE (María entra con desesperación, los soldados le impiden el paso) Juan: Dejenla pasar, es su madre Jesús: Madre llena eres de gracia, conten ya tu llanto María: Deja que llore en tus brazos, mis lágrimas son gotas de sangre de mi corazón herido por siete espadas de dolor, hijo de mi alma. Jesús: Madre, a ti una espada te atravesará el alma mientras yo camino al encuentro de mi padre. María: Parece mentira que detrás de tu malñtratado rostro, vea yo a aquel pequeño al que he acunado. Que se dormía tan pronto en mis brazos, este mismo hombre el que carga esta cruz, eres tu hijo divino, el rey de los hombres, eres tu Jesús.
Jesús: Mírame madre, ya puedo caminar, ya se andar y hacía mi padre voy. Vuelve hacia mi tus purísimos ojos y dejame ver tu amorosisimo rostro, te prometo madre santísima que mi Padre te exaltará en los cielos, desde ahora te felicitarán todas las generaciones, porque Dios, mi Padre ha mirado la humillación de su esclava. (Entra María Magdalena)
Jesús: Magdalena, también tu lloras Magdalena: Tú me hiciste buena Señor, yo quiero llorar y sufrir por ti (Un soldado la aparta de Jesús)
QUINTA ESTACIÓN: EL CIRENEO AYUDA A JESÚS A CARGAR LA CRUZ (Simón de Cirene pasa por el lugar) Soldado: ¡Tu! ¡Leñador! Simón: ¿Yo? ¿Qué quieren de mí? ¿Qué quieren de un simple leñador? Soldado: Ayudale a este con la cruz, que no ves que ya no puede con ella Jesús: Simón, por tus buenas obras recibirás de mi Padre la bendición, y generación tras generación te recordarán como Simón de Cirene, el que tomo la cruz del Hijo. Y todos los hombre verán en tu ejemplo el rostro de la bondad, la humildad y la caridad para con los demás.
SEXTA ESTACIÓN: VERÓNICA CONSUELA A JESÚS Verónica: Jesús, yo no se si eres culpable o inocente, yo solo se que eres bueno, y que has amado siempre, deja que esta humilde pecadora limpie el sudor y la sangre de tu rostro. Jesús: Mujer caritativa, anda, ve y cambia tu nombre, no serás más Serafia, ahora te llamarán Verónica, porque en mi has limpiado al necesitado y en él serás recordada. En ti ha quedado plasmado mi verdadero rostro. Verónica: ¡Milagro! ¡Milagro!, en verdad es el Mesías.
SEPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ OCTAVA ESTACIÓN: LAS MUJERES LLORAN AL VER A JESÚS (Las mujeres se acercan a Jesús llorando)
Jesús: Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí, lloren más bien por sus hijos. Porque llegará un día en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, los vientres que no concibieron, los pechos que no amamantaron!.
NOVENA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ DÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS DECIMO PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ (A partir de esta estación y en adelante se harán en el lugar que se tenga para la crucifixión) En esta estación, además de las oraciones para la estación, se harán las siete palabras, incluidas en esta manual.
Jesús: Padré, perdónalos porque no saben lo que hacen (Tiempo para la reflexión y meditación) Gestas: ¡No que eres Dios!, ¡Bajate de esa cruz!. ¡Si tu eres el cristo, sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros! Dimas: ¡Gestas, no blasfemes, no dudes del poder de Dios, regocíjate de la gloria que te cabe por morir al lado del Mesías verdadero!. ¡Nosotros, a la verdad, aquí estamos sufriendo el castigo afrentoso de la cruz con justicia, pues pagamos la pena que merecen nuestros delitos!. ¡Más Jesús no ha hecho daño a nadie! Señor, acuérdate de mi, cuando estés en tu santo reino. Jesús: En verdad te digo... que hoy estarás... conmigo en el paraíso. (Tiempo para la reflexión y meditación) He aquí a tu hijo, he aquí a tu Madre (Tiempo para la reflexión y meditación) Dios mío, Dios nío, ¿Por qué me has abandonado? (Tiempo para la reflexión y meditación) Tengo sed (Tiempo para la reflexión y meditación) Todo esta consumado (Tiempo para la reflexión y meditación) Padre, en tus manos encomiento mi espíritu (Tiempo para la reflexión y meditación)
DECIMO SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ (Terminando esta estación se entona un canto apropiado y se guarda silencio para la meditación)
DECIMO TERCERA ESTACIÓN: JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ DECIMO CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES SEPULTADO (Al finalizar, se recuesta a Jesús, en los brazos de María, juento con Juan y María Magdalena, se invita a la gente a que se acerque a Jesús, se puede entonar un canto)
También a considerarse será:
Tendrás que realizar ensayos, pruebas de vestuario y alaboración de materiales así que procura revisar con los encargados todo desde el día que llegues a la comunidad. Preveen tu propio material para que no sea la gente de la comunidad la que te apoye con todo. Las estaciones de la primera a la novena se reparten en el camino al lugar de crucifixión en las casas se instalan altares con colores en blanco o morado, con flores sin veladoras. Ubica a las personas que te ayudarán para que te dirijas con ellos. Trata de conseguir una bocina para que te escuche toda la gente. Invita a las personas a que ese día eviten el utilizar sombrillas o gorras en señal de penitencia, y vistan todos de negro, con el mismo sentido.
Mediante la práctica del visiteo, el misionero cumple con varios objetivos: El primero y más importante es la predicación de la palabra de Dios, pero a la vez se forman relaciones con los habitantes de la comunidad en la que se está llevando a cabo la misión, el visiteo permite compartir con los habitantes sus actividades diarias, las cuáles se convierten en experiencias de vida para los jóvenes que intervienen en la misión.
ACTITUDES EN EL VISITEO
Mostrarse contentos de estar ahí Tener presente que toda la misión es una experiencia espiritual Apertura a todos. Trato igualitario Disponibilidad a colaborar en los oficios religiosos y de la comunidad (esto supone la disposición a ayudar en todo lo necesario con respecto a lo religioso, ya que ante ellos, ése es el trabajo que nos corresponde) Ser respetuosos de su modo y nivel de vida (costumbres, lenguaje, limitaciones económicas, nivel cultural; supone nuestra actitud humilde y sencilla) Mostrarse siempre agradecidos con lo que ellos nos dan. Esto supone la profundización y valoración continua de las experiencias Buscar ser un buen testimonio permanente No llevar ni consumir bebidas alcohólicas Nunca desacreditar a los compañeros, sino más bien apoyarlos e impulsarlos. La confrontación a los compañeros hacerla siempre en privado. Cuidar la relación hombre-mujer incluso entre misioneros (observar primero los modos de relación en el lugar, sobre todo abrazos, muestras de afecto) Fomentar el diálogo oportuno (hablar a tiempo las molestias, no guardarlas) La labor del coordinador debe ser humilde y alentadora Acoplarse al horario de la gente (comidas, hora de levantarse y de dormir) Respetar las tradiciones y costumbres del pueblo (no fumar o usar cachucha en la capilla o en los lugares que son sagrados para ellos)
PASOS EN EL VISITEO
(No son obligatorios, pero pueden servir de guía) 1. Saludo Cordial 2. Explicar la Visita (aclarar que van enviados por el Párroco) 3. Observar (las personas, la casa, si hay imágenes religiosas, etc.) 4. Empezar con preguntas acerca de cosas cotidianas como el clima, por ejemplo. 5. Hablar un poco de la actividad misionera 6. La lectura de la Biblia siempre sirve para darle un sentido a la conversación. 7. No ahondar tanto en la plática 8. Invitar a las personas a las actividades que se estarán haciendo. 9. Despedirse cordialmente y ponerse al servicio de ellos.
Algunas lecturas bíblicas que pueden ayudar en el visiteo: “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a
su Hijo Único para que todo el que crea en Él tenga vida eterna”. (Jn 3, 16). “Con amor eterno te he amado, por eso prolongué mi favor contigo”. (Jr.31, 3). “Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo” (1 Jn. 3, 23).
HAY QUE ENFATIZAR EL VISITEO CON ENFERMOS, ANCIANOS O FAMILIAS ALEJADAS DE DIOS.
ORACIONES BÁSICAS Señal de la Cruz Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Padre Nuestro Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal.
Credo Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a, vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Acto Penitencial Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mi ante Dios, nuestro Señor. Amén
Doxología (Gloria) Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN DE LA MAÑANA Petición Inicial
Señor y Padre mío, inspira mis pensamientos, palabras y acciones y acompáñalas con tu ayuda, para que todas nuestras actividades comiencen y terminen según Tu voluntas y por amor a Ti. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Ofrecimiento de Obras
Te doy gracias, Dios mío, por haberme creado, redimido, hecho cristiano y conservado la vida. Te ofrezco mis pensamientos, palabras y obras de este día.
No permitas que Te ofenda y dame fortaleza para huir de las ocasiones de pecar. Haz que crezca mi amor hacia Ti y hacia los demás.
Padre Nuestro Ave María Gloria
ORACIÓN DE LA NOCHE Oración Inicial
Señor y Dios mío, te doy gracias por los innumerables beneficios que me has concedido y muy especialmente por haberme creado, redimido, llamado a la fe católica y elegido para ser apóstol entre mis hermanos, por haberme librado de tantos peligros de alma y cuerpo, ilumina mi entendimiento para que reconozca mis culpas y concédeme la gracia de un verdadero dolor y una sincera enmienda. Así sea.
Padre Nuestro Ave María Gloria
Oración para antes de dormir
Te adoro Dios mío, te amo con todo el corazón, te agradezco haberme creado, hecho cristiano y conservado en este día. Perdóname el mal que haya cometido, y si algún bien he hecho, acéptalo. Custódiame en el reposo y líbrame de los peligros. Tu gracia esté siempre conmigo y mis seres queridos. Amén.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a veces pasan nuestras familias. Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda cumplir fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú, que eres la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu santo.
ORACIONES POR LOS ALIMENTOS General
Bendice Señor esta mesa, y enséñanos a compartir nuestra alegría aleluya, y nuestro pan también. Papá Dios, te damos gracias por alimentos que nos das sin merecer, te pedimos por todos los niños que no tienen de comer, y por todos los que te necesitan. Amén
Tradicional
Señor, bendice estos alimentos que recibimos de tu generosidad Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor Amén.
En Cuaresma
Oración a la familia por Juan Pablo II Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de Mujer", y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida y del amor para las generaciones porque siempre se renuevan. Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo. Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Padre, que durante este tiempo de penitencia seamos verdaderos peregrinos y extraños en este mundo. Te damos gracias por todos los dones de la creación, y te pedimos que nos fortalezcas mediante el compartir de esta cena, danos las fuerzas para continuar nuestro camino de arrepentimiento y conversión. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
En Pascua
Bendito seas Señor Dios nuestro. Tu Hijo nos dice en la Pascua: "la Paz sea con ustedes." Te damos gracias por estos alimentos. Que sepamos vivir agradecidos siendo instrumentos de tu paz. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
DESPUÉS DE COMULGAR Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN PARA ENFERMOS Y DIFUNTOS Oración a los enfermos en general
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Oración para un enfermo en especial
Señor Jesucristo, que para redimir a los hombres y sanar a los enfermos quisiste asumir nuestra condición humana, mira con piedad a N., que está enfermo y necesita ser curado en el cuerpo y en el espíritu. Reconfórtalo con tu poder para que levante su ánimo y pueda superar todos sus males; y, ya que has querido asociarlo a tu Pasión redentora, haz que confíe en la eficacia del dolor para la salvación del mundo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Oración al fallecimiento
¡Oh Jesús, único consuelo en las horas eternas del dolor, único consuelo sostén en el vacío inmenso que la muerte causa entre los seres queridos! Tú, Señor, a
quién los cielos, la tierra y los hombres vieron llorar en días tristísimos; Tú, Señor, que has llorado a impulsos del más tierno de los cariños sobre el sepulcro de un amigo predilecto; Tú, ¡oh Jesús! que te compadeciste del luto de un hogar deshecho y de corazones que en él gemían sin consuelo; Tú, Padre amantísimo, compadécete también de nuestras lágrimas. Míralas, Señor, cómo sangre del alma dolorida, por la pérdida de aquel que fue deudo queridísimo, amigo fiel, cristiano fervoroso. ¡Míralas, Señor, como tributo sentido que te ofrecemos por su alma, para que la purifiques en tu sangre preciosísima y la lleves cuanto antes al cielo, si aún no te goza en él! ¡Míralas, Señor, para que nos des fortaleza, paciencia, conformidad con tu divino querer en esta tremenda prueba que tortura el alma! ¡Míralas, oh dulce, oh pidadosísimo Jesús! y por ellas concédenos que los que aquí en la tierra hemos vivido atados con los fortísimos lazos de cariño, y ahora lloramos la ausencia momentánea del ser querido, nos reunamos de nuevo junto a Ti en el Cielo, para vivir eternamente unidos en tu Corazón. Amén.
Oración por nuestros seres queridos
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor. Amén. Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.
Oración de recomendación del alma a Cristo Señor, te encomendamos el alma de tu siervo(a) ... (mencione su nombre) y te suplicamos, Cristo Jesús, Salvador del mundo, que no le niegues la entrada en el regazo de tus patriarcas, ya que por ella bajaste misericordiosamente del cielo a la tierra. Reconócela, Señor, como criatura tuya; no creada por dioses extraños, sino por ti, único Dios vivo y verdadero, porque no hay otro Dios fuera de Ti ni nadie que produzca tus obras. Llena, Señor, de alegría su alma en tu presencia y no te acuerdes de sus pecados pasados ni de los excesos a que la llevó el ímpetu o ardor de la concupiscencia. Porque, aunque haya pecado, jamás negó al Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu Santo; antes bien, creyó, fue celoso de la honra de Dios y adoró fielmente al Dios que lo hizo todo.
ORACIONES POR LAS MISIONES
Oración de la mañana
Oración Misionera
Señor Jesús, en el amanecer del día que comienza para la juventud misionera de todo el mundo te doy gracias y te pido fortaleza.
Señor Jesucristo, Tú que derramaste tu sangre, para lavar los pecados de todos los hombres, haz que ninguno de ellos quede sin recibir los beneficios de la redención.
Que yo como Joven Misionero sea testigo para convencer al mundo de que sigues vivo entre nosotros. Ayuda a los que han seguido tu ejemplo repartiendo tu palabra por el mundo y da la salvación a los que no te conocen. AMÉN. María Reina de las Misiones Ruega por el mundo Liga Misional Juvenil Por la salvación de todo el mundo
Infunde en el corazón de todos los bautizados el deseo de propagar la fe. Cultiva en el corazón de los jóvenes el sublime ideal de entregarse al servicio del prójimo. Sostén el ánimo de aquellos que, abandonándolo todo, cumplen tu mandato de ir por el mundo anunciando la buena nueva. Crea en mí un corazón misionero
Oración de la noche Padre Santísimo, hoy que termina mi día, te pido por los misioneros del mundo, porque mientras yo duermo ellos predican tu palabra dales la luz que necesitan para que no pierdan la fe en ti. Virgen María, estrella de evangelización, cúbrenos con tu manto intercede por nosotros y danos un sueño conciliador. Ponemos en tus manos Señor, cada integrante de la Liga Misional Juvenil, ayudanos a que nuestro espíritu misionero tenga más sed de anunciar tu palabra. AMÉN. María Reina de las Misiones Ruega por el mundo Liga Misional Juvenil Por la salvación de todo el mundo
AMÉN.