Muralismo mexicano

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MURALISMO MEXICANO Realizado por: Cristian Segarra Xavier Salazar

Es uno de los géneros artísticos más distintivos de América Latina. Con imágenes que retratan temas como la revolución, la lucha de las clases y el hombre indígena, este modo de expresión tuvo como sus principales exponentes a los tres grandes: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Más que sólo una corriente artística, el muralismo fue un movimiento social y político de resistencia e identidad nacional y uno de los logros más destacados del arte público del siglo XX. El nacimiento del arte mural en los años 20's fue uno de los eventos más revolucionarias se podría decir en la historia de México por el impacto social del mismo, porque reconoció el poder político del arte. El nuevo régimen tenía una conciencia general del poder del arte como agente de cambio y subversión. El movimiento del arte mural era una

nueva manera de modernismo que no utilizaba los estilos modernos como el cubismo y el surrealismo, sino que regresaba al realismo para expresar ideas revolucionarias. Octavio Paz visiones: la pintura mural examina, desde sus posturas políticas y estéticas, la historia, forma y legado moral del muralismo mexicano. En principio, ubica al movimiento históricamente. Considera que la Revolución mexicana, con su retórica nacionalista y su reconocimiento de las culturas populares y precolombinas, y las revoluciones estéticas europeas (desde el romanticismo del XIX) fueron determinantes para la formación ideológica y artística movimiento muralista mexicano. No se trató de un fenómeno desligado de su tiempo ni apartado de los cambios políticos. Rivera fue un gran estudioso del arte precolombino. El de David Alfaro Siqueiros, por su lado, era más bien barroco y futurista. El de José Clemente Orozco, expresionista. En otras palabras, para Paz, se trató de un arte ontológicamente distanciado y se diría que orientalista que no pudo asumir, por ejemplo, el “hieratismo y geometría” de los artistas precolombinos.

Historia y principales características El movimiento formalmente empezó en 1921 cuando José Vasconcellos, uno de los principales intelectuales mexicanos, asumió funciones como Secretario de Educación Pública bajo el gobierno del presidente Álvaro Obregón y comisionó a distintos artistas a pintar una serie de murales en las paredes de la Secretaría Nacional y la Escuela Nacional Preparatoria. El muralismo, sin embargo, no surgió en un vacío y de hecho tuvo como antecedente la fuerte necesidad de encontrar un mecanismo de expresión auténticamente nacional.


Diego Rivera es uno de los pintores más importantes de la historia mexicana. Nació en Guanajuato en 1886 y a temprana edad comenzó a estudiar pintura. Su padre lo apoyó para que viajara a Europa, y gracias a una beca, conoció el

trabajo de grandes referentes como Matisse y Renoir. Como dedicado marxista, su obra refleja preocupaciones respecto al progreso tecnológico y el crecimiento de las industrias y el papel que ocupa la clase trabajadora en ese contexto. Rivera también tuvo una fuerte presencia en Estados Unidos e influenció el arte de ese país.

Descripción Artista. Cuando Diego Rivera tomó por primera vez un pincel en sus manos, el arte mexicano no volvió a ser el mismo. Más tarde, junto a otros colegas, fue parte de uno de los más grandes movimientos artísticos que haya vivido el género humano. Los colores, las dimensiones de las figuras y la dinámica de las ideas, cambiaron para siempre la percepción que se tenía de la plástica latinoamericana. Su vida tuvo los mismos tormentos, a nivel personal, que su obra. Su relación con la pintora Frida Kahlo, su controversial militancia política, su expulsión de la Unión Soviética durante el periodo Joseph Stalin, y la otra, la expulsión del Partido Comunista de México, lo convierten en una figura no sólo

polémica, sino enriquecida por los acontecimientos. Tanto fue así, que su figura aparece por lo menos en dos películas importantes de Hollywood, y en libros. Pero Rivera fue fiel a lo suyo: el arte. Sobre todo, al arte que refleja las inquietudes de su época. Gran parte de su obra consiguió liberarse, mayormente, de las cuatro paredes de una galería, de un museo. Sus murales están a la vista de la gente, en tamaños diversos, a veces enormes. Rivera tiene obras extraordinarias en la Ciudad de México, Chapingo, Cuernavaca, San Francisco, Detroit, Los Angeles y Nueva York, entre otras ciudades. Nació en 1886 en Guanajuato, estado de Guanajuato, México.


Todo comenzó con una mezcla entre el arte y la política, especialmente dentro de los grandes movimientos socialistas de la época. Aquellas ideas se plasmaron en muros de importantes espacios mexicanos. Más tarde cubrieron paredes de otras naciones, de una manera más modesta. Apenas una década después del fin de la Revolución Mexicana de 1910. "El primer encargo lo recibió Diego Rivera, a quien asignaron los muros del Anfiteatro Bolívar.


En la temprana fecha de 1931, se realiza una exhibición retrospectiva de la obra de Rivera, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. En 1921, con el nombramiento de José Vanconcelos al cargo de secretario de Educación, Rivera regresa a México. El arte mexicano recibe un gran apoyo del gobierno, especialmente a través de programas concebidos por Vasconcelos. De ello se benefician no sólo Rivera, sino también otros grandes de la plástica mexicana como José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo. Estilo Artístico: El estilo de Diego Rivera era el producto de la influencia de varios movimientos pictóricos como el cubismo, el impresionismo, el estilo clásico europeo y el arte azteca. Sus murales estaban tan repletos de figuras que nos recuerdan al estilo barroco que cubría iglesias con imágenes y minuciosos detalles. Algunos críticos se referían al estilo particular de Diego como "agorafóbico" porque parecía tener miedo

de tener cualquier espacio abierto en sus pinturas. En algunas de sus pinturas podemos ver una utilización del espacio que viene del cubismo (ej. "Retrato de Guadalupe") y un uso de la perspectiva que viene de sus estudios clásicos. En los dibujos preliminares de los murales podemos ver que Diego utilizaba sus conocimientos de arquitectura y geometría para crear las grandes figuras de los murales

Diego se interesa en el muralismo: Diego llegó a la ciudad de México en julio de 1921. Inmediatamente después de su llegada conoció a José Vasconcelos, un filósofo a cargo del ministerio de educación. Vasconcelos era parte del nuevo régimen después de la revolución y tenía muchas ideas innovadoras para cambiar el sistema educativo en México. Una de sus ideas más importantes fue la creación de murales en edificios públicos para que el arte pudiera compartirse con el pueblo. Los temas de los murales intentarían ilustrar a la identidad mexicana. Comunista convencido, Rivera viajó a Moscú en el otoño de 1927 por invitación del gobierno soviético para participar en décimo aniversario de la Revolución de Octubre. Surgió entonces la idea de que pintara un mural en el club del Ejército Rojo.


En agosto de 1929, pasó algo importante en la vida privada del artista. Contrajo matrimonio con la también artista plástica Frida Kahlo, luego de divorciarse de su primera esposa Guadalupe (Lupe) Marín. Posteriormente, el revolucionario ruso y enemigo de Stalin, Leon Trosky, vivió en la casa que Rivera compartía con Kahlo, en México. Hubo especulaciones de que tuvo una relación con Kahlo. Y también en 1929, Rivera fue expulsado del Partido Comunista de México.

Entre sus obras para flipar la realizada en el Palacio Nacional de la Ciudad de México, de 1929 a 1935 narró en imágenes la historia de México, desde los aztecas hasta el siglo XX.

OBRAS:

El agitador, 1926


Diego Rivera: La muerte del capitalista(detalle), fresco, 1928, muro sur, Patio de las Fiestas, SEP, Ciudad de México.Imagen tomada del libro: Desmond Rochfort, Pintura mural mexicana. Orozco, Rivera, Siqueiros, México, Limusa,

Diego Rivera: Alianza obrero campesina, fresco, 1924, muro norte, vestíbulo del segundo piso, edificio administrativo, Universidad Autónoma de Chapingo, México. Imagen tomada del libro: Desmond Rochfort, Pintura mural mexicana. Orozco, Rivera, Siqueiros,México, Limusa, 1993, p. 68.


Diego Rivera: La liberación del peón,fresco, 1923, muro sur, Patio de las Fiestas, SEP, Ciudad de México.Imagen tomada del libro: Desmond Rochfort, Pintura mural mexicana. Orozco, Rivera, Siqueiros, México, Limusa, 1993, p. 55.

Diego Rivera: El abrazo y Campesinos, muro este, Patio del Trabajo, SEP, Ciudad de México. Imagen tomada del libro: Desmond Rochfort, Pintura mural mexicana. Orozco, Rivera, Siqueiros,México, Limusa, 1993, p. 53.


La

Reforma,

1929-1931. Geniuses of

Art.

Diego Rivera, México, Banco de México, 2004, p. 9.

Diego Rivera: Día de muertos (detalle), fresco, 19231924. muro sur, Patio de las Fiestas, SEP, Ciudad de México.Imagen tomada del libro: Desmond Rochfort, Geniuses of Art. Diego Rivera,México, Banco de México, 2004

Para 1933, se da uno de los sucesos más controvertidos en su vida. Cuando el industrial John D. Rockefeller Jr. contrata a Rivera para pintar un mural en el vestíbulo de entrada o "lobby" del edificio RCA en la ciudad de Nueva York. Este era el edificio principal de un conjunto de construcciones que se habría de denominar como "Rockefeller Center". El edificio, situado en "Fifth Avenue", una de las avenidas más famosas, se posicionaba como uno de los emblemas más importantes del capitalismo. Diego Rivera, diseñó para esta ocasión, el mural denominado El hombre en el cruce de caminos o El hombre en una encrucijada. Pero cuando Rivera se encontraba a punto de completarlo, incluyó un retrato de Lenin. La reacción de la prensa y la controversia que suscitó el retrato de Lenin, fue inmediata y vocífera. Rockefeller, vio el retrato como insulto personal y mandó cubrir el mural y más tarde ordenó que


fuera destruido. Rivera poco después regresó a México y en 1935, donde pintó el mismo mural "El hombre en el cruce de caminos" en el tercer piso del Palacio de Bellas Artes de México." El hombre en una encrucijada, 1935


Detail of Diego Rivera, “Man at the Crossroads” (1933), mural at Rockefeller Center, New York City, photographed by Lucienne Bloch before it was destroyed on Nelson Rockefeller’s orders in 1934.

Detalle de "La Historia de México" (Palacio Nacional)

Escuela de la ciudad de San Francisco


Diego Rivera: Los murales industriales de Detroit Diego Rivera pinto entre 1932 y 1933, además consideraba como su “obra maestra”, muestran todo el proceso de la fabricación de autos, Los murales presentan todo el proceso de producción automotriz en dos enormes muros (identificados como “norte” y “sur) y en las partes superiores de las paredes (“este” y “oeste”) que forman la sala del Instituto de Artes de Detroit (DIA) y que se llama “Rivera Court” (“Sala Rivera”).

En abril de 1932, Rivera se trasladó a Detroit acompañado de Frida Kahlo. La pareja se instaló en un hotel cerca del Instituto de Artes de Detroit en cuyo jardín interior (llamado Rivera Court) pintó los murales. A Frida no le gustaba la ciudad por su clima extremoso, además, de haber sufrido un aborto no deseado y de enfermarse constantemente. Así que ella esperaba con ansias el momento en que Rivera terminara su obra para abandonar la ciudad.

Diego Rivera y Frida Kahlo en Detroit. 1932 Durante siete meses, Rivera presenció la vida fabril en la planta de la Ford a la orilla del río Rouge en Dearborn, Michigan. Durante las largas horas dentro de la planta, Rivera tomó nota de la actividad industrial, entrevistó a los trabajadores automotrices, a los mayordomos y al personal administrativo. Rivera elaboró muchos bocetos, en distintos tamaños, así como los famosos “cartones” que utilizó como plantillas para trazar las imágenes en los muros. La pintura se impregnaba formando parte de la capa del yeso. Esta es la técnica de pintura al fresco, similar a la que Miguel Angel utilizó para pintar la Capilla Sixtina en el Vaticano. Rivera utilizó pinturas elaboradas por él mismo, es decir pinturas orgánicas. Sin embargo, lo extraordinario de todo, es que los cartones que utilizó de modelo y para trazar las figuras estaban en blanco y negro y fue hasta que empezó a pintar en los muros cuando Rivera escogió los

colores de su maravillosa obra de arte.

Los murales de Diego Rivera empiezan en la pared del este, la “East Wall”, con el génesis de la producción industrial. En esta parte aparece, una figura infantil dentro de la matriz de una planta simbolizando la creación de la vida. La figura tiene la posición adoptada por el cuerpo humano cuando aún se encuentra en el vientre materno. Solo que aquí se encuentra dentro del bulbo de una planta. A ambos lados de esta parte, aparecen dos mujeres, robustas y desnudas, que cargan en sus brazos granos y frutas y debajo de ellas, frutas y verduras aparentemente típicas de la región de Detroit El mensaje es claro; antes que la producción industrial, primero fue la agricultura.


Volteando a nuestras espaldas, está el muro del sur, el “South Wall”, donde Rivera plasmó la parte final de la fabricación industrial del automóvil. El ensamble del motor y la transmisión al chasis aparece al frente, dominando el centro del mural, mientras que arriba aparece el acabado del auto, hasta que la línea de montaje lo lleva al patio de la planta. Sería difícil mencionar todos los detalles de este mural, pero en los lados de esta representación laboral, aparecen dos aspectos importantes que si merecen ser comentados.

Del lado derecho, aparece una enorme maquina prensadora que casi ocupa una cuarta parte del mural. Rivera se basó en Coatlicue, la diosa azteca de la vida y la muerte para representar la máquina y expresar simbólicamente que si en el pasado los seres humanos estuvimos bajo el control divino, ahora, bajo el capitalismo, los seres humanos estamos bajo el control de la máquina.


Siguiendo con el mural norte, encontramos los primeros pasos del proceso manufacturero automotriz. Los colores utilizados por Rivera, así como la ubicación del proceso de fundición, permiten que en ciertas horas del día, cuando el sol ilumina con su fuerza esta parte del muro, el fuego y el humo que salen de los hornos adquieren un efecto impresionante. Y luego, en la parte central de mural, aparece un grupo de trabajadores jalando unos bloques del motor. Se trata de obreros automotrices de varias nacionalidades. Y alrededor de estos obreros, aparecen otros aspectos, pintados con lujo de detalles, de los distintos procesos productivos en la fábrica de la Ford Rouge.

Por cierto, en la parte media izquierda, aparece un grupo de obreros con rostros verdosos, que a la luz natural adquieren un efecto fluorescente, y entre los cuales Rivera se pintó así mismo, con una especie de bombín en la cabeza, no como un obrero más, sino más bien como un observador de la actividad fabril.


En el primero, al lado izquierdo, aparece un grupo de obreros laborando bajo la mirada del mayordomo. En realidad es el retrato de un personaje que Rivera conoció en la planta Rouge, un tal Charles Sorensen que entonces era el jefe de producción de la planta y además, el jefe de las operaciones internacionales de la Ford en 1932. Pero su rostro es duro y adusto simbolizando la típica relación tensa de la patronal y los trabajadores del proceso productivo capitalista.

El mural oeste complementa la obra de Rivera. El panel principal, dividido en tres partes, nos presenta la producción aeronáutica en grandioso detalle. En la parte inferior, a los lados de la entrada, aparecen dos imágenes familiares, el trabajo y el capital. Diego Rivera concluyó los murales industriales de Detroit en marzo de 1933, nueve meses después de su llegada a Detroit. Cuando el público los vio por primera vez se quedó asombrado, nunca se había visto algo igual. El 24 de noviembre de 1957 fallece, cuando el apogeo del movimiento muralista mexicano, del cual fue una figura protagónica indiscutible, había llegado a su fin. Su trabajo como muralista se desarrolló fundamentalmente entre 1922 y 1953.


David Alfaro Siqueiros José de Jesús Alfaro Siqueiros, más conocido como David Alfaro Siqueiros, (Ciudad de México; 29 de diciembre de 1896 – Cuernavaca; el 6 de enero de 1974) fue un pintor y militar mexicano. Es considerado uno de los tres grandes exponentes del muralismo mexicano junto con Diego Rivera y José Clemente Orozco.   

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Durante su etapa como estudiante participó en la huelga estudiantil de 1911 en la Academia San Carlos y de 1911 a 1913 en la Escuela al Aire Libre. En 1921 publicó la revista Vida Americana desde Barcelona, la cual contenía su "Manifiesto para los Artistas de América". En marzo de 1924 fundó el periódico El Machete, publicación oficial del Sindicato de Obreros, Técnicos, Pintores y Escritores junto con Diego Rivera, José Clemente Orozco, Xavier Guerrero, entre otros. Luego de la protesta del 1º de Mayo de 1930 fue encarcelado por un año (sería encarcelado 6 veces más a lo largo de su vida). En 1932 organizó el Sindicato de Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios junto con Diego Rivera. De 1936 a 1939 luchó como voluntario en la Guerra Civil Española. En 1936 fundó la Escuela Experimental Siqueiros (Siqueiros Experimental Workshop) en Nueva York. El 24 de mayo de 1940 participó en el intento de asesinar a León Trotsky. Con la complicidad de Shelton Harte, guardaespaldas de Trotsky, penetró en la casa de Coyoacán acompañado de veinte hombres, todos ellos comandados por Leopoldo Arenal Bastar (cuñado de Siqueiros). Realizaron más de cien disparos, sin embargo los guardaespaldas fieles a Trotsky repelieron la agresión evitando que hubiera heridos. En 1941 parte a Chile exiliado debido al atentando contra León Trotsky. En 1962 fue encarcelado de nuevo, por organizar disturbios estudiantiles de extrema izquierda. Recibió el indulto dos años después. Estuvo presente en Egipto en 1956, cuando Gamal Abdel Nasser nacionalizó el Canal de Suez. Fue militante del Partido Comunista Mexicano hasta su muerte.


El Coronelazo, autorretrato 1945. Piroxilina. Museo de Arte Moderno, México DF, México.

Detalle del Retrato de la clase media de Siqueiros

Un Pintor y muralista mexicano. Activo políticamente desde muy joven, interrumpió sus estudios de arte para alistarse en el ejército de Venustiano Carranza. Al finalizar el conflicto, se trasladó a Europa para continuar sus estudios. Tras su regreso a México en 1922 participó en la elaboración de los murales de la Escuela Nacional Preparatoria. Siqueiros fue, junto con Rivera y Orozco, uno de los padres de la escuela muralista mexicana. Al igual que ellos, compartió su fervor por la revolución y la exaltación del pasado precolombino, siempre desde Un enfoque nacionalista y marxista, que plasmó en un arte de dimensiones monumentales y gran fuerza dramática.

De la dictadura de Porfirio Díaz a la Revolución. Detalle. 1957-65. Acrílico sobre madera contrachapada. Salón de la Revolución, Museo de Historia Nacional, el Castillo de Chapultepec, México City, México.


De la dictadura de Porfirio Díaz a la Revolución. Detalle. 1957-65. Acrílico sobre madera contrachapada. Salón de la Revolución, Museo de Historia Nacional, el Castillo de Chapultepec, México City, México De la dictadura de Porfirio Díaz a la Revolución. Detalle. 1957-65. Acrílico sobre madera contrachapada. Salón de la Revolución, Museo de Historia Nacional, el Castillo de Chapultepec, México DF, México

De la dictadura de Porfirio Díaz a la Revolución. Detalle. 1957-65. Acrílico sobre madera contrachapada. Salón de la Revolución, Museo de Historia Nacional, el Castillo de Chapultepec, México DF, México


De la dictadura de Porfirio Díaz a la Revolución - La Montada y Mártires Revolucionarios. 1957-65. Acrílico sobre madera contrachapada

Historia del Teatro y Cinematografía. Detalle. 1958-63. Mural, acrílico. Teatro Jorge Negrete, México, México De la dictadura de Porfirio Díaz a la Revolución - El Pueblo en Armas. 1957-

65.

Acrílico

sobre

madera

contrachapada

Historia del Teatro y Cinematografía. Detalle. 1958-63. Mural, acrílico. Teatro Jorge Negrete, México, La marcha de la humanidad en la tierra y el cosmos 1964-1970. México, DF, Parque Lama Cultural Polyforum Siqueiro


José Clemente Orozco Muralista mexicano. Unido por vínculos de afinidad ideológica y por la propia naturaleza de su trabajo artístico a las controvertidas personalidades de Rivera, Siqueiros y Tamayo, José Clemente Orozco fue uno de los creadores que, en el fértil período de entreguerras, hizo florecer el arte pictórico mexicano gracias a sus originales creaciones, marcadas por las tendencias artísticas que surgían al otro lado del Atlántico, en la vieja Europa. Orozco colaboró al acceso a la modernidad estética de toda Latinoamérica, aunque la afirmación tenga sólo un valor relativo y deban considerarse las peculiares características del arte que practicaba, poderosamente influido, como es natural, por la vocación pedagógica y el aliento político y social que informó el trabajo de los muralistas mexicanos. Empeñados éstos en llevar a cabo una tarea de educación de las masas populares, con objeto de incitarlas a la toma de conciencia revolucionaria y nacional, debieron buscar un lenguaje plástico directo, sencillo y poderoso, sin demasiadas concesiones al experimentalismo vanguardista. A los veintitrés años ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Carlos para completar su formación académica, puesto que su

familia había decidido que aprovechara sus innegables condiciones para el dibujo en "unos estudios que le aseguraran el porvenir y que, además, pudieran servir para administrar sus tierras", por lo que el muchacho inició la carrera de ingeniero agrónomo. El destino profesional que el entorno familiar le reservaba no satisfacía en absoluto las aspiraciones de Orozco, que muy pronto tuvo que afrontar las consecuencias de un combate interior en el que su talento artístico se rebelaba ante unos estudios que no le interesaban. Y ya en 1909 decidió consagrarse por completo a la pintura. Durante cinco años, de 1911 a 1916, para conseguir los ingresos económicos que le permitieran dedicarse a su vocación, colaboró como caricaturista en algunas publicaciones, entre ellas El Hijo del Ahuizote y La Vanguardia, y realizó una notable serie de acuarelas ambientadas en los barrios bajos de la capital mexicana, con especial presencia de unos antros nocturnos, muchas veces sórdidos, demostrando en ambas facetas, la del caricaturista de actualidad y la del pintor, una originalidad muy influida por las tendencias expresionistas. De esa época es, también, su primer cuadro de grandes dimensiones, Las últimas fuerzas


españolas evacuando con honor el castillo de San Juan de Ulúa(1915) y su primera exposición pública, en 1916, en la librería Biblos de Ciudad de México, constituida por un centenar de pinturas, acuarelas y dibujos que, con el título de La Casa de las Lágrimas, estaban consagrados a las prostitutas y revelaban una originalidad en la concepción, una búsqueda de lo "diferente" que no excluía la compasión y optaba, decididamente, por la crítica social.

sobrenombre para dar testimonio de la Revolución Mexicana con sus caricaturas en La Vanguardia, uniéndose de ese modo a la tradición satírica inaugurada, a finales del siglo XIX, por Escalante y Villanuesa. Un año decisivo

Puede hallarse en las pinturas de esta primera época una evidente conexión, aunque no una visible influencia, con las del gran pintor francés Toulouse-Lautrec, ya que el mexicano realizó también en sus lienzos una pintura para "la gente de la calle", lo que se ha denominado "el gran público", y ambos eligieron como tema y plasmaron en sus telas el ambiente de los cafés, los cabarets y las casas de mala nota.

Una fecha significativa en la trayectoria pictórica de José Clemente Orozco es el año 1922. Por ese entonces se unió a Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y otros artistas para iniciar el movimiento muralista mexicano, que tan gran predicamento internacional llegó a tener y que llenó de monumentales obras las ciudades del país. De tendencia nacionalista, didáctica y popular, el movimiento pretendía poner en práctica la concepción del "arte de la calle" que los pintores defendían, poniéndolo al servicio de una ideología claramente izquierdista.

Orozco consiguió dar a sus obras un cálido clima afectivo, una violencia incluso, que le valió el calificativo de "Goya mexicano", porque conseguía reflejar en el lienzo algo más que la realidad física del modelo elegido, de modo que en su pintura (especialmente la de caballete) puede captarse una oscura vibración humana a la que no son ajenas las circunstancias del modelo. Conservó este

Orozco era pues un artista que optó por el "compromiso político", un artista cuyos temas referentes a la Revolución reflejan, con atormentado vigor e insuperable maestría, la tragedia y el heroísmo que llenan la historia mexicana, pero que dan fe también de una notable penetración cuando capta los tipos culturales o retrata el gran mosaico étnico de su país.

Embajador artístico e incansable viajero En 1928 el artista decide realizar un viaje por el extranjero. Se dirigió a Nueva York para presentar una exposición de sus Dibujos de la Revolución; inició de ese modo una actividad que le permitirá cubrir sus necesidades, pues Orozco se financia a partir de entonces gracias a sus numerosas exposiciones en distintos países. Pero pese a haber roto con los moldes academicistas y a su rechazo a las innovaciones estéticas de la vieja Europa, el pintor sentía una ardiente curiosidad, un casi incontenible deseo de conocer un continente en el que habían florecido tantas civilizaciones.


Con la clara voluntad de ser un intérprete plástico de la Revolución, José Clemente Orozco puso en pie una obra monumental, profundamente dramática por su contenido y sus temas referidos a los acontecimientos históricos, sociales y políticos que había vivido el país, contemplado siempre desde el desencanto y desde una perspectiva de izquierdas, extremadamente crítica, pero también por su estilo y su forma, por el trazo, la paleta y la composición de sus pinturas, puestas al servicio de una expresividad violenta y desgarradora. Su obra podría enmarcarse en un realismo ferozmente expresionista, fruto tal vez de su contacto con las vanguardias parisinas, a pesar de su consciente rechazo de las influencias estéticas del Viejo Mundo; el suyo es un expresionismo que se manifiesta en grandes composiciones, las cuales, por su rigor geométrico y el hieratismo de sus robustos personajes, nos hacen pensar, hasta cierto punto, en algunos ejemplos de la escultura precolombina. Para la Suprema Corte de Justicia de México D. F., Orozco realizó dos murales que son un compendio de las obsesiones de su vida: La justicia y Luchas proletarias, pintados durante 1940 y 1941. Miembro fundador de El Colegio Nacional y Premio Nacional de Artes en 1946, practicó también el grabado y la litografía. Dejó, además, una abundante obra de caballete, caracterizada por la soltura de su técnica y sus pinceladas amplias y prolongadas; sus lienzos parecen a veces una sinfonía de tonos oscuros y sombríos, mientras en otras ocasiones su paleta opta por un colorido brillante y casi explosivo. Entre sus cuadros más significativos hay que mencionar La hora del chulo, de 1913, buena muestra de su primer interés por los ambientes sórdidos de la capital; Combate, de 1920, y Cristo destruye su cruz, pintado en 1943, obra de revelador título que pone de manifiesto la actitud vital e ideológica que informó toda la vida del artista. De entre sus últimas producciones en caballete, el Museo de Arte Carrillo, en México D. F., alberga una Resurrección de Lázaro, pintada en 1947, casi al final de su vida.

Detalle del mural de José Clemente Orozco en la Biblioteca Baker, Dartmouth College, Hanover, New Hampshire.


Sección mural titulado "La acechanza" de José Clemente Orozco en uno de los muros del Colegio San Ildefonso en el centro histórico de la ciudad de México. Este mural corresponde a la libertad de Panorama bajo la ley mexicana.

Sección mural titulado "La basura social" de José


Clemente Orozco en uno de los muros del Colegio San Ildefonso en el centro histórico de la ciudad de México. Este mural corresponde a la libertad de Panorama bajo la ley mexicana.

Sección mural titulado "La libertad" de José Clemente Orozco en uno de los muros del Colegio San Ildefonso en el centro histórico de la ciudad de México. Este mural corresponde a la libertad de Panorama bajo la ley mexicana.


Una vista de la escalera principal con obras de José Clemente Orozco en el Colegio de San Ildefonso en el centro histórico de la Ciudad de México.


"La gran legislación revolucionaria mexicana y la abolición de la esclavitud" de José Clemente Orozco, pintado entre 1948 y 1949. Guadalajara, Jalisco. El mural de la entrada es espectacular, tiene 4,000 m.² está situado sobre las escaleras, está dedicado al Padre Miguel Hidalgo con la antorcha de la libertad en mano.


El Hombre de Fuego, donde se aprecia una figura humana envuelta en llamas, la cual muchos consideran que, junto a las cuatro que le rodean, significa los cuatro elementos de la naturaleza; pero para otros podría representar la métafora de la mitológica Ave Fénix.


Ciudad de MĂŠxico. Palacio de Bellas Artes: Pintura mural "Catarsis" (1934) de JosĂŠ Clemente Orozco (detalle).


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