La impresionante escala, la iconografía y el simbolismo de la decoración escultórica son fruto de la imaginación del arquitecto Antonio Gaudí, que estuvo al frente del proyecto desde 1884 hasta su muerte, en 1926. Su original estilo arquitectónico se sustentaba en una profunda fe religiosa, causa de su entrega en la construcción del templo en honor de la Sagrada Familia. El fluido tratamiento de la piedra y del hormigón se logra mediante una compleja geometría de estructuras abovedadas rodeadas por torres en las fachadas, más y más fantásticas conforme se elevan, hasta culminar en las superficies cerámicas polícromas de los remantes de los pináculos. Aunque inacabada, la Sagrada Familia rivaliza en ambición y escalas con las catedrales de la Europa medieval. Gaudí tenía un talento intuitivo para concebir las estructuras, influido por su conocimiento de la arquitectura gótica y de la construcción tradicional catalana de ladrillo, piedra y baldosas cerámicas esmaltadas.
Antonio Gaudí
Reus (1852) Barcelona (1926)
Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Barcelona.1884 - Sin terminar. Piedra y hormigón.