Un torbellino de formas y colores crean una imagen dinámica y visionaria del cielo. El personaje central del cuadro, el conde de Orgaz, era un dignatario toledano tan piadoso que, según la leyenda, san Agustín y san Esteban aparecieron milagrosamente en su sepelio para depositar su cuerpo en la tumba. En la parte superior, un ángel de cabellos dorado introduce su alma al reino de los cielos, mientras nobles y clérigos de la ciudad contemplan la escena. Nacido en Creta, El Greco se formó en Roma y en Venecia antes de trasladarse a Toledo. El estilo dominante en la época era el clasicismo de Miguel Ángel, Rafael y Ticiano. El Greco transformó estas poderosas influencias en un estilo propio y característico, de intensa espiritualidad, con figuras alargadas, movimientos acentuados y radiante colorido, a veces sobrenatural. Aunque fue altamente reputado en vida, El Greco fue posteriormente tildado de incapaz en cuanto a técnica y mentalmente inestable, hasta que en el siglo XX lo “redescubrieron” artistas de vanguardia como Picasso. Su obra puede ser considerada como un ejemplo del manierismo en su máxima expresión.
el GRECO Creta (1541) Toledo (1614)
El entierro del conde de Orgaz. 1586 Óleo sobre lienzo, 487,5 x 360,7 cm Manierismo Iglesia de Santo Tomé. Toledo
Andrea del Sarto, Miguel Ángel, Rafael, Ticiano