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1994 EL AMERICAN STAR
1994
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Hablar del American Star es referirnos a un lujoso trasatlántico construido en 1940 por la compañía estadounidense United States Lines. Fueron varios los nombres que lo bautizaron desde su construcción hasta su naufragio en 1994. Con 49 metros menos de eslora que el Titanic, fue uno de los barcos más grandes y lujosos de Norteamérica.
Su construcción fue realizada a base de bronce y aluminio. Tenía una capacidad de 1.046 pasajeros y una tripulación de 643 hombres. Fue bautizado por Eleanor Roosevelt el 31 de agosto de 1939, ante 30.000 espectadores. Sin embargo, debido a la Segunda Guerra Mundial, el viaje inaugural fue pospuesto.
Durante el conflicto bélico, fue militarizado. Al terminar la guerra, el buque fue devuelto a sus propietarios recuperando su lujo original. El 14 de diciembre de 1946 realizó su verdadero viaje inaugural; el recorrido se llevó a cabo desde Nueva York hasta Southampton. El buque cruzó el Océano Atlántico varias veces, hasta que los aviones comerciales fueron desplazando gradualmente a los cruceros. Fue sucesivamente vendido y rebautizado hasta que sus máquinas se tornaron inservibles. En 1993, en el puerto griego de El Pireo, el barco fue comprado por un armador tailandés por dos millones de dólares para reconvertirlo en hotel flotante de lujo en Bangkok; para ello fue nuevamente rebautizado como American Star. En ese trayecto hacia su destino final sufrió una fuerte tormenta el 15 de enero de 1994 en Canarias, cuando era remolcado por el barco ucraniano Neftegaz 67.
Debido a la tormenta el American Star quedó
EL AMERICAN STAR RECALA EN LAS COSTAS DE FUERTEVENTURA
a la deriva. Tres días más tarde, tras varias discusiones entre los intereses implicados, el buque encalló definitivamente en la playa de Garcey, en el municipio de Pájara, en la costa suroeste de Fuerteventura. La mitad de popa se hundió definitivamente en el océano. La otra mitad, la de proa, permaneció en la playa reconocible durante años. El naufragio constituyó un auténtico atractivo turístico. Varias personas perdieron la vida tratando de hacerse con partes y elementos del barco. Muchos majoreros se refieren a él como un barco fantasma. Desde el año 2007, y tras el definitivo hundimiento, la proa dejó de verse dejando así de formar parte del horizonte de la playa de Garcey.
María Doménech Juan Carlos Mateu