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La madurez de las muestras y festivales de historieta

La identidad sexual era un tema omitido o esquivado en la historieta cuando esta alcanzó la categoría de industria cultural. Sencillamente porque en esa época la historieta era vista como un producto infantil y se evitaba hablar de este tema a los niños.

El desarrollo de la historieta le permitió apuntar a complejas estructuras de argumento y montaje narrativo; así como también a un discurso social cuestionador. Este progreso en nuestro medio, donde la historieta nunca alcanzó categoría de industria cultural, se sintió con un retraso de varias generaciones.

El incremento de personajes y relatos testimoniales, en toda la amplitud de la diversidad de género, se hace cada vez más imperioso en nuestra sociedad que necesita verse representada en su ficción narrativa. La historieta es un lenguaje narrativo singular y potente para cimentar un refuerzo positivo que, consciente o inconscientemente, invite a celebrar y expresar libremente la identidad sexual, sin miedos, dudas y con la pertinente sensación de normalidad y pertenencia al “statu quo” presente.

No nos quedemos en los lectores de la comunidad LGTB+, para quienes resulta inspirador encontrarse con estas historietas, y pensemos en los demás lectores. Visibilizar es imprescindible para trabajar por la integración. La tolerancia no implica aceptar que los miembros de la comunidad existen escondidos en sus casas o en locales de ambiente, sino que significa asumir que son parte de nuestra sociedad de forma plena.

Por un lado, en nuestra historieta las obras se desarrollan como discursos que nos resultan próximos porque se ambientan en contextos cercanos, con matices a veces risueños y a veces agobiantes. También están los relatos simbólico - alusivos, con importante carga de poesía visual, en los que la fantasía a veces se desborda. Otra vertiente bien recibida es la que versiona libremente a partir de personajes preexistentes.

La construcción de personajes con categoría de ícono o héroe inspirador, capaz incluso de transmitir ideología, es algo que todavía no sale del umbral de la incursión; sin embargo, ha tenido importantes presencias con personajes como “Mujer Mosca” o “Tunky”, los cuales en el nicho de consumo en el que se mueven, vienen teniendo la justa aceptación.

Pensemos en la importancia de la historieta LTGB+ para la historieta misma. Hace algunos años la preocupación inicial era el fomento de la misma, un arte y lenguaje bastante discriminado en esos tiempos. Ahora nuestra preocupación es el fomento de una especialización temática dentro de la historieta; esto revela claramente un avance en la profesionalización de la disciplina. Si bien la preocupación inicial no ha terminado de resolverse, darnos cuenta de que empezamos a preocuparnos por el fomento de la historieta LTGB+ es un reconfortante indicador de que nuestra historieta está madurando. Le seguirá el desarrollo de otras especializaciones.

Lo mismo podríamos decir de las muestras y festivales de historieta, que en este siglo lentamente vienen intentado especializarse temáticamente. “Lakita y las historietas LTGB+ peruanas”, es una muestra que contribuye en gran medida a este proceso y que además es el núcleo de un festival LGTB+ en el que confluyen otras disciplinas como la literatura, el cine, el ballet, la performance y la música, hilvanadas por la misma especialización temática.

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