2 11 Leyenda el Fantasma Justiciero

Page 1

LIBRO MITOS, LEYENDAS Y MENTIRAS DE LA H. MATAMOROS LEYENDAS DE MATAMOROS

1


2


Entrando en materia y para mayor conocimiento e inteligencia de mis lectores, es importante explicar el significado de LA LEYENDA: Sus orígenes son cristianos; los frailes la utilizaban para narrar la vida de un santo o de un mártir y era leída en los servicios religiosos o durante las sobremesas del pasado. Sin embargo, con el transcurso del tiempo la leyenda, como concepto, tomó otro giro, pues al añadírsele motivos de mitología y al popularizarse se convirtió en el relato folclórico de sucesos reales o fantásticos. Por lo tanto, ahora la leyenda es una narración basada en hechos supuestos que incluye una mezcla de elementos tradicionales y dramáticos para hablar sobre una persona, un lugar específico o algún incidente ocurrido en un lugar determinado, pero que son aceptados como reales por narradores y escuchas. Lo interesante de la leyenda es que en ocasiones se da una singular combinación de hechos reales y de ficción, cuyo punto de partida muchas veces suele ser una anécdota o una situación históricamente verídica. Cuando la leyenda es creada y con el tiempo se consolida en el folclor de un pueblo, éste la adopta como suya y por eso se le considera como patrimonio popular, pues va estrechamente vinculada a un pueblo concreto, a un país o a una religión. Sin embargo, la leyenda también puede ser considerada como patrimonio de la humanidad cuando narra sucesos comunes a todas o a un buen número de culturas. Tradicionalmente, y dentro de su estilo narrativo muy particular, la leyenda es ubicada en un lugar específico y en una época concreta y, por lo general, parte de hechos reales aunque estén idealizados o dramatizados. La leyenda se diferencia de la historia propiamente dicha tanto por el énfasis de la narración como por su propósito, que algunas veces es de tipo didáctico o nacionalista. Asimismo, la leyenda suele versar sobre un héroe humano –conocido como héroe cultural– o un pueblo. Las leyendas incluidas en este libro forman parte importante de la cultura matamorense. Se han transmitido de generación en generación, y con frecuencia experimentan supresiones, añadidos o modificaciones, porque contienen con mayor o menor proporción elementos imaginativos y que generalmente quieren hacerse pasar por verdaderas o basadas en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad. 3


LIBRO MITOS, LEYENDAS Y MENTIRAS DE LA H. MATAMOROS La leyenda 2.11 EL FANTASMA JUSTICIERO, rescata del olvido por el Sr. Rafael Olivares, nos recuerda aquellos lejanos días en que la siembra del algodonero era muy importante para el Valle de Matamoros. Era el año de 1938 y en el rancho Pozo San Juan, todo era bonanza y paz. El algodón se cosechaba dejando grandes ganancias que hacían temporalmente ricos a sus dueños, y parecía que el futuro estaba asegurado. El dinero de la cosecha era tanto que parecía inagotable, y quien lo dedicaba sólo al gasto familiar lo veía acumularse a la cosecha siguiente. A un lado de Pozo San Juan, vivía don Joaquín Mendoza en una pequeña parcela. Era un hombre enamorado de la tierra, dedicado en cuerpo y alma a su trabajo, y seguido experimentaba con otro tipo de sembrados en algunas áreas del rancho. Así que junto a su algodonal, había siempre maíz, frijol, sorgo, verduras, legumbres, sandías y melones. La tierra respondía generosa al trato amoroso y lleno de fe que don Joaquín le prodigaba, y le llenaba la alacena con cebolla, tomate, chile y demás verduras de su mano cultivadas.

4


Llegó el día en el que los habitantes del Pozo San Juan, vieron atónitos como las matas del algodonero crecían endebles, con poca hoja, y capullos anormalmente pequeños, en verdad muy chicos. Se pensaba que la tierra se había agotado, ya que no se veían huellas de plaga alguna. Trajeron especialistas tras analizar las plantas y la tierra, nada encontraron que explicase aquel fenómeno que haría perder la cosecha.

La gente del Pozo San Juan, atribulada al enfrentar la primera desgracia en su productivo rancho, recurrió a los servicios de un curandero. Aquel charlatán se aplicó a la oración rodeada de íconos y colguijes para espantar el mal agüero; y entre las oraciones, cánticos y sahumerios, pasó las horas buscando entre los espíritus una respuesta a la interrogante general. Al fin, como todo falso espíritu, encontró no una cura; pero sí un culpable. Señalo al rancho vecino concluyendo que la siembra de maíz había traído plagas desconocidas para la ciencia, que habían arruinado las tierras del Pozo San Juan. Después de lanzar aquella terrible culpa sobre don Joaquín, cobró sus mal habidas treinta monedas y presuroso se retiró a continuar con su vida de mediocridad y mentira.

5


Los agricultores del rancho Pozo San Juan hervían en ira por su ignorancia alimentada en la fe ciega hacia la brujería ramplona de tantos curanderos que habitaron esta tierra. Caminaron decididos hacia la casa de don Joaquín y entre gritos, apedrearon su casa haciéndolo despertar sobresaltado de su plácida siesta vespertina. Lo maltrataron vociferando culpas sin darse tiempo a escuchar explicaciones que el pobre hombre gemía. Fue golpeado sin piedad, lapidado y, aún vivo, enterrado por los inmisericordes rancheros que trataban de acabar con el mal que amenazaba a extenderse por toda la región. La infamia que se había consumado. La familia de don Joaquín Mendoza recuperó el cuerpo torturado y lo llevaron al santo entierro en el antiguo panteón del Longoreño. No hubo castigo para los culpables, y ahí quedó la historia...

Las semanas y los meses marcharon lentamente hacia el lugar incógnito donde los tiempos mueren; y un año pasó dejando rencor y amargura en los Mendoza y nueva bonanza en el Pozo San Juan, pero, una noche, un regante observó a un hombre todo de blanco, caminando en el viento sobre las siembras del rancho. Corrió a casa de un compañero, quien le contó conmovido que él también había visto aquélla aparición. Y tras analizar los rasgos, quedaron de acuerdo: era el fantasma de don Joaquín Mendoza. Pero quedaba una interrogante: 6


“¿Qué quería aquel espíritu?” la respuesta la tuvieron al salir el sol: las plantas en las melgas donde lo avistaron, amanecieron marchitas, como si hubieran sido eclipsadas.

La hermana de uno de ellos vio también aquel espectro de terrible estampa y además observó que el área donde lo avistó, amaneció seca. De ahí en adelante, varias melgas de Pozo San Juan siguieron marchitándose una tras otra, bajo el influjo de aquella fantasmal visita en busca de venganza. Los especialistas, después de reírse de las creencias de los lugareños, tuvieron que aceptar que no había causa aparente para aquéllos daños; y tras declarar su impotencia, vieron perderse cosecha tras cosecha mientras en el rancho de al lado, la justicia floreció en generosas recolecciones como premio a cambio de tanto dolor que la vida les causó. Hoy todavía, la gente cree que el fantasma de don Joaquín Mendoza amenaza los cultivos. Y don Abel Abasta y don Eugenio y María Guerrero se suman a las generaciones que han asegurado ver por sobre los sembradíos, la siniestra presencia del espíritu devastador que aún amenaza las cosechas con insaciable sed de venganza. Moraleja: “Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible” 7


IN OMNIBUS VERITAS El libro está disponible para su consulta en la biblioteca pública municipal Prof. Juan B. Tijerina y en la del Parque Olímpico. Se puede adquirir en las librerías Nilo, Proceso, en el Museo Casamata y en Emma´s Café.

Correos electrónicos manuelhumbertogonzalezramos@yahoo.com.mx elcronistadematamoros@hotmail.com Tel. Cel. 8681206978. Facebook: Manuel Humberto González Ramos Vera Historia de la H. Matamoros, Tam Issuu: http://issuu.com/cronistadematamoros/docs

8


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.