LIBRO MITOS, LEYENDAS Y MENTIRAS DE LA H. MATAMOROS LEYENDAS DE MATAMOROS
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Entrando en materia y para mayor conocimiento e inteligencia de mis lectores, es importante explicar el significado de LA LEYENDA: Sus orígenes son cristianos; los frailes la utilizaban para narrar la vida de un santo o de un mártir y era leída en los servicios religiosos o durante las sobremesas del pasado. Sin embargo, con el transcurso del tiempo la leyenda, como concepto, tomó otro giro, pues al añadírsele motivos de mitología y al popularizarse se convirtió en el relato folclórico de sucesos reales o fantásticos. Por lo tanto, ahora la leyenda es una narración basada en hechos supuestos que incluye una mezcla de elementos tradicionales y dramáticos para hablar sobre una persona, un lugar específico o algún incidente ocurrido en un lugar determinado, pero que son aceptados como reales por narradores y escuchas. Lo interesante de la leyenda es que en ocasiones se da una singular combinación de hechos reales y de ficción, cuyo punto de partida muchas veces suele ser una anécdota o una situación históricamente verídica. Cuando la leyenda es creada y con el tiempo se consolida en el folclor de un pueblo, éste la adopta como suya y por eso se le considera como patrimonio popular, pues va estrechamente vinculada a un pueblo concreto, a un país o a una religión. Sin embargo, la leyenda también puede ser considerada como patrimonio de la humanidad cuando narra sucesos comunes a todas o a un buen número de culturas. Tradicionalmente, y dentro de su estilo narrativo muy particular, la leyenda es ubicada en un lugar específico y en una época concreta y, por lo general, parte de hechos reales aunque estén idealizados o dramatizados. La leyenda se diferencia de la historia propiamente dicha tanto por el énfasis de la narración como por su propósito, que algunas veces es de tipo didáctico o nacionalista. Asimismo, la leyenda suele versar sobre un héroe humano –conocido como héroe cultural– o un pueblo. Las leyendas incluidas en este libro forman parte importante de la cultura matamorense. Se han transmitido de generación en generación, y con frecuencia experimentan supresiones, añadidos o modificaciones, porque contienen con mayor o menor proporción elementos imaginativos y que generalmente quieren hacerse pasar por verdaderas o basadas en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad.
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LIBRO MITOS, LEYENDAS Y MENTIRAS DE LA H. MATAMOROS En esta ocasión tenemos la oportunidad de publicar una leyenda que es poco conocida, pero importante, al formar parte del folclor del noreste de Tamaulipas. 2.21 LA MUERTE DE JOSÉ ÁNGEL o LA CABEZA DE LA VÍBORA Dice el inefable Andrés F. Cuellar, que el siguiente relato fue escuchado a fines de la década de 1940 en el rancho El Mortero, situado a unos cinco kilómetros al poniente del ejido Francisco Villa, en el municipio de San Fernando, Tam.
A los 22 años José Ángel Leal era uno de los trabajadores más destacados de La Mesa León, rancho que pertenecía al General Rómulo Cuéllar. De complexión robusta, estimulada por el rudo trabajo de campo, a su edad ya había domado media docena de caballos mesteños y otras tantas mulas ariscas. Competía con sus compañeros de trabajo en hacer los surcos más derechos y en trabajar todo el día después de haberse pasado la noche en un baile.
En el rancho La Mesa de León
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Pero de nada se sentía más orgulloso que de dominar a un macho cerrero con sus propias manos, sin usar la reata de lazar. El General se sentía especialmente satisfecho con José Ángel y le gustaba presumir de la especial habilidad de su jornalero, principalmente cuando venían compradores de ganado. A veces con algunas copas de fino mezcal entre pecho y espalda, mandaba llamar a José Ángel y le decía como en son de reto: "A ver, demuéstrales a estos rancheros de ciudad como se domina una mula". Podía seguir la huella de un atajo de cabras cortadas sin bajarse del caballo, de tal manera que cuando faltaban algunas, don Silvestre Berlanga, administrador de La Mesa decía: "A ver, háblenle a José Ángel para que vaya a buscar las cabras”. José Ángel inmediatamente ensillaba y no tardaba en regresar arreando el atajo cortado.
El machete era la herramienta más utilizada y necesaria en aquella época, en que, salvo las pequeñas .labores que rara vez excedían las 20 hectáreas, todo era monte, no se conocía el pavimento y la obra más importante de La Mesa del León era una presa cuyo bordo se hizo “a cal y canto” al viejo estilo español. Los campesinos andaban a caballo o a pie por veredas que muy frecuentemente tenían las ramas tan bajas que había que cortarlas con el machete o “chapolearlas” como todo buen ranchero decía. Una tarde José Ángel salió en busca de un atajo cortado de cabras. Eran los primeros días de abril, Semana Santa, cuando se decía que las víboras de cascabel andan en celo y es frecuente encontrarlas en los 5
caminos. También se comentaba que el Diablo anda suelto y muchos campesinos aseguran haberlo visto en alguna de sus formas: perro negro, hombre con cuernos, mujer con patas de chivo, etc.
Presa cuyo bordo se hizo “a cal y canto” al viejo estilo español.
Esa tarde, al oscurecer, José Ángel iba siguiendo la huella de las cabras, cuando observó una imponente víbora de cascabel. Matarla era de lo más sencillo, en un minuto cortaba una vara de poco más de una pulgada de diámetro y con ella le aplastaba la cabeza... Pero en esa ocasión vio el monte y se trataba de un ebanal y pensó que le costaría más trabajo cortarla, además de las duras espinas que le pudieran rasgar su ropa.
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Bajó del caballo y se le hizo fácil hacer un experimento, esta vez la mataría cortándole la cabeza de un machetazo. Con la energía de sus 18 años midió la distancia y con hábil movimiento acertó el machetazo. Observó que el corte había coincidido exactamente en el cuello del animal, la víbora se retorcía en sus últimas contorsiones, la cabeza había desaparecido, pues con el machetazo había saltado y no vio donde había caído.
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José Ángel decide continuar su viaje y al montar a caballo siente una punzada en el pie, y luego sintió como que la pierna se le adormecía, por lo que decide regresar pero es atacado por una fuerte fiebre y se cayó del caballo, El penco regresó solo al rancho, e inmediatamente todos se dieron cuenta que algo grave había pasado y salieron inmediatamente en su busca. Por fin lo encontraron, había perdido el conocimiento, lo llevaron con premura a la casa y al observarle el pie vieron la huella inconfundible de los colmillos que atestiguan la mordedura de víbora de cascabel.
Había sucedido que cuando cortó la cabeza del animal, esta salto y la casualidad hizo que cayera en el estribo de la montura, de tal manera que cuando José Ángel metió el pie para subir, la cabeza de la víbora le mordió ocasionándole una dolorosa muerte. Moraleja: “Debajo de la mata florida está la culebra escondida”
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IN OMNIBUS VERITAS El libro está disponible para su consulta en la biblioteca pública municipal Prof. Juan B. Tijerina y en la del Parque Olímpico. Se puede adquirir en las librerías Nilo, Proceso y en el Museo Casamata.
Correos electrónicos manuelhumbertogonzalezramos@yahoo.com.mx elcronistadematamoros@hotmail.com Tel. Cel. 8681206978. Facebook: Manuel Humberto González Ramos Vera Historia de la H. Matamoros, Tam Issuu: http://issuu.com/cronistadematamoros/docs
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