Leyenda 2 33 Los fantasmas del Cuartel del 10o

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LIBRO MITOS, LEYENDAS Y MENTIRAS DE LA H. MATAMOROS LEYENDAS DE MATAMOROS

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Entrando en materia y para mayor conocimiento e inteligencia de mis lectores, es importante explicar el significado de LA LEYENDA: Sus orígenes son cristianos; los frailes la utilizaban para narrar la vida de un santo o de un mártir y era leída en los servicios religiosos o durante las sobremesas del pasado. Sin embargo, con el transcurso del tiempo la leyenda, como concepto, tomó otro giro, pues al añadírsele motivos de mitología y al popularizarse se convirtió en el relato folclórico de sucesos reales o fantásticos. Por lo tanto, ahora la leyenda es una narración basada en hechos supuestos que incluye una mezcla de elementos tradicionales y dramáticos para hablar sobre una persona, un lugar específico o algún incidente ocurrido en un lugar determinado, pero que son aceptados como reales por narradores y escuchas. Lo interesante de la leyenda es que en ocasiones se da una singular combinación de hechos reales y de ficción, cuyo punto de partida muchas veces suele ser una anécdota o una situación históricamente verídica. Cuando la leyenda es creada y con el tiempo se consolida en el folclor de un pueblo, éste la adopta como suya y por eso se le considera como patrimonio popular, pues va estrechamente vinculada a un pueblo concreto, a un país o a una religión. Sin embargo, la leyenda también puede ser considerada como patrimonio de la humanidad cuando narra sucesos comunes a todas o a un buen número de culturas. Tradicionalmente, y dentro de su estilo narrativo muy particular, la leyenda es ubicada en un lugar específico y en una época concreta y, por lo general, parte de hechos reales aunque estén idealizados o dramatizados. La leyenda se diferencia de la historia propiamente dicha tanto por el énfasis de la narración como por su propósito, que algunas veces es de tipo didáctico o nacionalista. Asimismo, la leyenda suele versar sobre un héroe humano – conocido como héroe cultural– o un pueblo. Las leyendas incluidas en este libro forman parte importante de la cultura matamorense. Se han transmitido de generación en generación, y con frecuencia experimentan supresiones, añadidos o modificaciones, porque contienen con mayor o menor proporción elementos imaginativos y que generalmente quieren hacerse pasar por verdaderas o basadas en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad.

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LIBRO MITOS, LEYENDAS Y MENTIRAS DE LA H. MATAMOROS Confusa pero interesante es la leyenda 2.32 Los fantasmas del cuartel del 10o Atribuida a Florentino Cuéllar Martínez Existe en la esquina suroeste de las calles González y 8ª una vieja casona que hacia el último tercio del siglo antepasado mandó construir el propietario del solar, Don Jesús Lira, vieja familia de abolengo en Matamoros. Esta casa que por largos años, hasta la Revolución de 1913 fue ocupada por la Botica De León de los Señores Bremer hasta 1908, aproximadamente, y luego por la Botica Barragán, para después de 1920 y hasta 1962 servir de oficina de Correos de Matamoros.

Es muy conocida por estar en el centro histórico de la ciudad. El señor. Lira la vendió a los señores Bremer y éstos al Dr. Miguel Barragán, personaje casi de leyenda en Matamoros. 4


El Dr. Miguel Barragán fue en dos ocasiones Alcalde, y precisamente desempeñaba este cargo cuando las fuerzas de Lucio Blanco tomaron la ciudad el 4 de junio de 1913. Don Miguel nunca creyó que los "sombrerudos" rebeldes pudieran apoderarse de la plaza y cuando intentó cruzar el puente para refugiarse en Brownsville ya éste lo habían ocupado las tropas de Cesáreo Castro, que primero dominaron la Planta de Luz y Fuerza ubicada en Galeana y 13ª precisamente donde hoy está el edificio de la Aduana Fronteriza y siguieron rápidamente la desierta orilla del Bravo hasta el Puente Internacional del Ferrocarril por lo que impidió la huida de los federales huertistas que aún quedaban en Matamoros. Entonces el Dr. Barragán se fue al antiguo atracadero del puerto fluvial, ya desaparecido, donde la calle Matamoros desemboca en el río Bravo, cerca de la casa del poeta José Arrese y se ocultó el conocido médico entre las enormes jaras del río esperando la llegada de la noche, en que un buen nadador X Castillo, se encargó de pasarlo al lado americano pues no sabía nadar el doctor, quien, al fin se puso a salvo. Contaba después que oculto entre los jarales escuchaba las voces de sus perseguidores y los denuestos que expresaban.

La familia del doctor, su hija Rebeca y su yerno don Juan S. Cross, ya estaban en Brownsville una semana antes, pues no confiaban en las seguridades que el médico les daba de que los "gorrudos" carrancistas no tomarían la plaza de Matamoros. 5


Pero se equivocó, pues bien que la tomaron y retuvieron en su poder hasta el término de la revolución Constitucionalista que se proveyó con los miles de vacas “sauteñas” (de la hacienda La Sauteña) y “cuellareñas” que exportaban y vendían a vil precio. Las vacas se vendía a 5 y 6 dólares, éste se cotizaba a dos pesos por uno. Vivía la familia de don Juan Cross en los altos de la Botica Barragán pues ya el Doctor Don Miguel había adquirido la propiedad de los Bremer, comerciantes de origen alemán que se fueron a residir a Monterrey. Lindaba la propiedad con el terreno que ocupaba el Cuartel del 10º, terreno que también perteneció a la familia Lira, pero parece que por remate quedó en poder del Gobierno Federal. Una alta tapia y paredes de la botica dividían a ésta del Cuartel. La Botica era la mejor de Matamoros y en ella practicaban muchos boticarios que después tuvieron negocios propios.

Dr. Miguel Barragán 6


Yo alcancé a conocer la Botica Barragán, muy niño en 1913, se le había mal borrado el nombre de Barragán y se le había sobrepuesto el de "Botica Constitucionalista". Nuevos hombres, nuevos nombres aunque estos se impongan por la fuerza y en menosprecio de la tradición. Petrogrado se convirtió en Leningrado, Porfirio Díaz, Coahuila, volvió a llamarse Piedras Negra. Los triunfadores creen que van a reformar el mundo. Hitler cuando ordenó la invasión de Bélgica y Francia dijo a sus legiones esvásticas: "Vais a luchar por establecer una civilización germana que durará mil años"; No duró seis y a base de torrentes de sangre. Pero para relatar lo que nos proponemos retrocedamos a los años inmediatamente anteriores a 1910. Don Juan Cross estaba recién casado con doña Rebeca Barragán y vivían, como llevo dicho, en los altos de la casa 8ª y González que lindaba con el Cuartel del 10º. Tenía la familia una criada de nombre Felipa, que a pesar de sus humildes servicios y de la pacífica época en que se vivía, también tenía su corazoncito y palpitaba como el de cualquier mortal. Dada la cercanía del Cuartel, comenzó un tórrido romance entre Felipa y un soldado, también muy humilde pero de corazón bien puesto; El problema era verse, pues la guardia por la calle lo impedía.

La garita del cuartel 7


Para dos amantes no hay imposibles, estaban en la flor de la edad, cerca de los 30 años y se les ocurrió hacer un pequeño agujero en la tapia de ladrillo que mañosamente cubrían de día y lo abrían de noche. Aquel romance aumentaba, pues bien sabido es que las dificultades estimulan a los corazones ardorosos para realizar sus propósitos; Vencen cuanto obstáculo se presenta y salen adelante. Crecía, crecía aquel amor como alud que se despeña, pero la vida es cruel, demasiado cruel con los humildes. ¡Qué porvenir para el soldado! ir a quedar en el campo de batalla obedeciendo órdenes superiores, pues ya comenzaba a agrietarse el grueso muro de la Paz Porfirista. ¿Y el porvenir de Felipa? Cierto, sus patrones eran muy humanos y bondadosos. ¿Qué podían darle? Un pequeño local para que viviera, alimentación y ropa, menos mal, resolvía su problema. Pero el de Juan Sánchez, el soldado amado, no tenía solución. ¿Cómo salirse del ejército? Imposible. Hasta que surgió la tragedia y con ella la leyenda. Dilación se le hacía a Felipa terminar sus trabajos domésticos y marcharse a su habitación y esperar la noche para ver a su Juan del alma por quien sentía esa atracción y deleite que solo los que han estado enamorados pueden comprender. En tanto Juan contaba las campanadas del nuevo reloj del Mercado Juárez, situado a dos cuadras de distancia esperando que el negro manto de la noche encubriera de miradas extrañas las mutuas caricias con que se extasiaba con su bien amada Felipa.

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Pero el incierto porvenir de la cruel carrera de soldado era un obstáculo para poder gozar plenamente de aquellos amores desorbitados y una buena noche, o mala según se le vea, decidieron entre ambos poner fin a su incertidumbre, lo meditaron larga y profundamente, sin duda alguna; puesto que nos queremos intensamente, se decían: puesto que aquí no podemos gozar de nuestro idilio y puesto que, según dicen todos, hay una vida en el más allá de la muerte donde todo es dicha y dulzura para los buenos y como nosotros lo somos, vayamos a ese mundo desconocido partiendo de este Valle de Lágrimas. Aceptaron ambos el mutuo sacrificio y Juan, utilizando el arma que el Supremo Gobierno había puesto en sus manos, hizo dos únicos disparos, uno a Felipa, y viéndola agonizante, volvió el arma contra sí mismo y los dos emprendieron el viaje hacia la ignota región del Más Allá. Pero sucedió algo raro: nadie escuchó los balazos; pero que estos habían sido disparados, no había la menor duda. Los cuerpos ensangrentados, según dio fe la autoridad municipal al día siguiente, probaron que habían sido muertos por bala de máuser, los casquillos de los cartuchos lo probaban. Abrazados, tal y como deseaban estar en el mundo al que partían, así se les encontró. Infeliz pareja inmolada en aras de sus precarias condiciones de vida y de sus creencias ancestrales. En la paz matamorense de principios de siglo pasado y cuando la ciudad de Matamoros tendría 7 u 8,000 habitantes, un acontecimiento de esta naturaleza tendría que llamar la atención y más cuando comenzó la leyenda: que las ánimas de Felipa y Juan, por no haberse confesado previamente, vagaban en las noches como bultos luminosos apenas perceptibles pero que se parecían a los difuntos. Él en el cuartel y el de ella en la casa de la familia Cross, ella con su atuendo de criadita de casa rica y él con su uniforme de color caqui-verduzco que usaba la tropa. Dizque, platicaban los soldados que el fantasma se acercaba al agujero de la tapia de ladrillo que habían hecho los amantes y junto al cual quedaros sus cuerpos y como que hacía guardia y esperaba hasta que, inclinándose, aparecía la brillante cabellera de Felipa; por un rato veían la visión y luego, como por encanto, desaparecía la pareja de fantasmas, sobre todo cuando se acercaba un agnóstico oficial a comprobarlo. Cuando la Revolución arrojó a la familia Cross al lado norteamericano, donde tenía grandes propiedades: dos rústicos enormes "La Mata de Sandía" cerca del latifundio de la Quineña y "El Mirasol", otro predio que quedaba a la altura del aeropuerto de Mouldin, por el camino a San Benito y que se extendía hasta el camino a Los Fresnos; tenía, además, un Banco de madera y 9


ferretería frente a la Corte de Brownsville y una enorme cuerería atrás. Vivió la familia pues en Brownsville hasta 1917 intentando siempre regresar a Matamoros. Pero el general Blanco y quienes lo sustituyeron no se lo permitían; como hasta amenazas recibió cambió su residencia a Nueva York, donde la antigua Casa Cross tenía una sucursal. Allá vivió hasta que regresó en 1921.

Procrearon don Juan y doña Rebeca hijos: Juan, Gloria, Luis y Melitón. Los años en el exilio había borrado el recuerdo de su fiel Felipa y en cuanto al cuartel, cada nueva tropa que a él llegaba desconocía el origen de la leyenda de las ánimas que vagan por el lugar donde sus dueños decidieron suicidarse. Sin embargo, alguien vio a los fantasmas y rápidamente fue por el sacerdote José Macario Narváez Guzmán que regó con agua bendita los límites de ambas propiedades y con ellos desapareció aquel penar de seres que vivían, pero en el Más Allá y cuyas ánimas volvían por haber muerto sin confesión al lugar que fue escenario de sus tórridos amores

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Tal es la historia de estos predios que ahora se han revivido con motivo de la construcción que el general Sánchez Rocha, actual Jefe de las Armas ha hecho de un nuevo edificio en el cuartel para oficinas de la Guarnición Militar de la Plaza. Moraleja: “El verdadero amor es como los espíritus, todos hablan de él, pero pocos lo han visto”

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IN OMNIBUS VERITAS El libro está disponible para su consulta en la biblioteca pública municipal Prof. Juan B. Tijerina y en la del Parque Olímpico. Se puede adquirir en las librerías Nilo, Proceso y en el Museo Casamata.

Correos electrónicos manuelhumbertogonzalezramos@yahoo.com.mx elcronistadematamoros@hotmail.com Tel. Cel. 8681206978. Facebook: Manuel Humberto González Ramos Vera Historia de la H. Matamoros, Tam Issuu: http://issuu.com/cronistadematamoros/docs

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