2.3 Cuando Porfirio Diaz regalò la aduana de la H. Matamoros

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LIBRO MITOS, LEYENDAS Y MENTIRAS DE LA H. MATAMOROS LEYENDAS DE MATAMOROS

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Entrando en materia y para mayor conocimiento e inteligencia de mis lectores, es importante explicar el significado de LA LEYENDA: Sus orígenes son cristianos; los frailes la utilizaban para narrar la vida de un santo o de un mártir y era leída en los servicios religiosos o durante las sobremesas del pasado. Sin embargo, con el transcurso del tiempo la leyenda, como concepto, tomó otro giro, pues al añadírsele motivos de mitología y al popularizarse se convirtió en el relato folclórico de sucesos reales o fantásticos. Por lo tanto, ahora la leyenda es una narración basada en hechos supuestos que incluye una mezcla de elementos tradicionales y dramáticos para hablar sobre una persona, un lugar específico o algún incidente ocurrido en un lugar determinado, pero que son aceptados como reales por narradores y escuchas. Lo interesante de la leyenda es que en ocasiones se da una singular combinación de hechos reales y de ficción, cuyo punto de partida muchas veces suele ser una anécdota o una situación históricamente verídica. Cuando la leyenda es creada y con el tiempo se consolida en el folclor de un pueblo, éste la adopta como suya y por eso se le considera como patrimonio popular, pues va estrechamente vinculada a un pueblo concreto, a un país o a una religión. Sin embargo, la leyenda también puede ser considerada como patrimonio de la humanidad cuando narra sucesos comunes a todas o a un buen número de culturas. Tradicionalmente, y dentro de su estilo narrativo muy particular, la leyenda es ubicada en un lugar específico y en una época concreta y, por lo general, parte de hechos reales aunque estén idealizados o dramatizados. La leyenda se diferencia de la historia propiamente dicha tanto por el énfasis de la narración como por su propósito, que algunas veces es de tipo didáctico o nacionalista. Asimismo, la leyenda suele versar sobre un héroe humano – conocido como héroe cultural– o un pueblo. Las leyendas incluidas en este libro forman parte importante de la cultura matamorense. Se han transmitido de generación en generación, y con frecuencia experimentan supresiones, añadidos o modificaciones, porque contienen con mayor o menor proporción elementos imaginativos y que generalmente quieren hacerse pasar por verdaderas o basadas en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad. 4


Leyenda 2. 3 CUANDO DON PORFIRIO DÍAZ REGALÓ LA ADUANA Por Florentino Cuéllar Martínez

En 1876 don Porfirio Díaz Morí hizo armas contra el gobierno federal del Presidente don Sebastián Lerdo de Tejada y tomó el 2 de Abril de aquel año la ciudad de Matamoros, defendida por los coroneles Cristo y de la Barrera. Se había unido a los rebeldes el gobernador de Tamaulipas don Servando Canales. Los insurrectos planearon bien su estrategia, sabían que permaneciendo aquí la federación enviaría sus mejores tropas y los aniquilaría; se dice que hubo este dialogo. -Antes que lleguen las tropas de Lerdo, me voy al sur a expandir la revolución y si Fidencio Hernández me sostiene en una batalla decidiremos la suerte del gobierno y la nuestra - dijo don Porfirio-Y yo aquí solo ¿qué hago? arguyó don Servando.

Servando Canales

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-Mira, les das largas y ten ocupadas a las tropas federales, reclutas a soldados y entretienes a los del gobierno mientras yo doy el golpe en el sur. -Sí, ¿pero con que compro armas, con que pago los soldados? -Tienes todo lo que da la Aduana de Matamoros, que no es poco. -Bueno, quiere decir que das la Aduana. -dijo don Servando.

Edificio de la aduana en la Heroica Ciudad año de 1884

-Si hombre; si tú eres el personaje fuerte aquí, ¿quién te lo va a disputar?, concluyó don Porfirio. -Bueno, pues acuérdate siempre lo que hemos convenido, porque cuando estés arriba, si te rajas, yo me levanto en armas y estoy seguro que no podrás conmigo. Sellaron el pacto. Se separaron ambos personajes y por noviembre del mismo 1876 daba don Porfirio la batalla de Tecoac al general Ignacio Alatorre derrotándole y abriéndose las puertas de la ciudad de México y Canales con dos días de 6


diferencia, se enfrentaba en las Antonias al precavido general lerdista Pedro Martínez, derrotándolo gracias a una estratagema con las soldaderas. Total quedó al comenzar el año de 1877 don Porfirio de Presidente de la República y don Servando Canales como Gobernador y cacique indisputable de Tamaulipas. .

Don Porfirio que fue un magnifico administrador de la hacienda pública, tras cambiar a tres ministros, comenzó a poner en orden todos los ramos de la administración y en especial en las aduanas que mejores rentas rendían, y notando el Secretario de Hacienda, don Matías Romero, que ninguna cuenta mensual, ni informa llegaba a México de Matamoros, envió un visitador - que entonces eran temibles -. Llegó el experimentado funcionario, selló la caja y pidió los libros a don Guadalupe Fernández, entonces administrador, quien le dijo: -No ponga sellos, ni pida libros, aquí quien manda es don Servando; vamos a verlo ahí está enfrente. El Palacio de Gobierno de Tamaulipas estaba en el antiguo edificio junto al palacio municipal que hoy ocupa el edificio Magdalena, esquina noreste calles de Morelos y Sexta.

Hubo un tiempo que la H. Matamoros fue sede de los poderes del Estado de Tamaulipas: el Palacio de Gobierno estuvo ubicado contiguo a la Casa Municipal

Don Servando, aquí viene este señor dizque en Visitador de Hacienda, y quiere poner sellos, ver libros en la Aduana. Y en esa Hacienda ¿tiene algo que ver Porfirio? Pregunta el cacique que aparentaba ser más rustico de lo que realmente era. 7


-Sí, el señor general Porfirio Díaz, Presidente de la República, ya lo creo que es jefe del señor ministro. -Pues mire, no haga Ud. nada hasta que no me conteste Porfirio un telegrama que ahorita le voy a poner, aunque ha de estar muy ocupado sembrando muchas fanegas de maíz en esa haciendota de donde viene Ud. El burócrata, no obstante su rigidez y órdenes que traía, se sentía solo y no tuvo más remedio que acceder. Además vislumbraba un ascenso en su carrera si obtenía la amistad de aquel amigote del mero jefe.

José de la Cruz Porfirio Díaz Mori en su primer período presidencial

Entonces don Servando llama a un secretario particular, el poeta José Arrese y le dice “Ponle este telegrama a Porfirio: “SOBRE LA ADUANA DE MATAMOROS O LE HACES COMO QUEDAMOS O LE HAGO COMO TE DIJE”. No hay noticia cierta del final de este episodio, solo se sabe que el visitador recibió órdenes de marchar a visitar otras aduanas. Moraleja: “No cabe duda que se batalla para poner orden donde ha imperado el caos”. 8


El libro está disponible para su consulta en la biblioteca pública municipal Prof. Juan B. Tijerina y en la del Parque Olímpico. Se puede adquirir en las librerías Nilo, Proceso, en el Museo Casamata y en Emma´s Café. Nota: En el libro no están incluidas todas las fotografías que aquí se exhiben IN OMNIBUS VERITAS Correos e:

manuelhumbertogonzalezramos@yahoo.com.mx elcronistadematamoros@hotmail.com Tel. Cel. 8681206978.

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