LIBRO MITOS, LEYENDAS Y MENTIRAS DE LA H. MATAMOROS LEYENDAS DE MATAMOROS
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Entrando en materia y para mayor conocimiento e inteligencia de mis lectores, es importante explicar el significado de LA LEYENDA: Sus orígenes son cristianos; los frailes la utilizaban para narrar la vida de un santo o de un mártir y era leída en los servicios religiosos o durante las sobremesas del pasado. Sin embargo, con el transcurso del tiempo la leyenda, como concepto, tomó otro giro, pues al añadírsele motivos de mitología y al popularizarse se convirtió en el relato folclórico de sucesos reales o fantásticos. Por lo tanto, ahora la leyenda es una narración basada en hechos supuestos que incluye una mezcla de elementos tradicionales y dramáticos para hablar sobre una persona, un lugar específico o algún incidente ocurrido en un lugar determinado, pero que son aceptados como reales por narradores y escuchas. Lo interesante de la leyenda es que en ocasiones se da una singular combinación de hechos reales y de ficción, cuyo punto de partida muchas veces suele ser una anécdota o una situación históricamente verídica. Cuando la leyenda es creada y con el tiempo se consolida en el folclor de un pueblo, éste la adopta como suya y por eso se le considera como patrimonio popular, pues va estrechamente vinculada a un pueblo concreto, a un país o a una religión. Sin embargo, la leyenda también puede ser considerada como patrimonio de la humanidad cuando narra sucesos comunes a todas o a un buen número de culturas. Tradicionalmente, y dentro de su estilo narrativo muy particular, la leyenda es ubicada en un lugar específico y en una época concreta y, por lo general, parte de hechos reales aunque estén idealizados o dramatizados. La leyenda se diferencia de la historia propiamente dicha tanto por el énfasis de la narración como por su propósito, que algunas veces es de tipo didáctico o nacionalista. Asimismo, la leyenda suele versar sobre un héroe humano – conocido como héroe cultural– o un pueblo. Las leyendas incluidas en este libro forman parte importante de la cultura matamorense. Se han transmitido de generación en generación, y con frecuencia experimentan supresiones, añadidos o modificaciones, porque contienen con mayor o menor proporción elementos imaginativos y que generalmente quieren hacerse pasar por verdaderas o basadas en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad.
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2.5 EL ALTO DEL BURRO Manuel Humberto González Ramos Dicen los viejos que el Alto del Burro era una angosta loma con dirección Norte a Sur desde las calles Primera, de Ocampo y la calle de Juan Álvarez, hasta la Estación de autobuses foráneos por la calle de Servando Canales. Siendo relativamente, elevado, en este altozano se refugiaban para pastar los burros ladinos cuando el río al desbordarse hacia derramar al Estero de los Cuarteles e inundaba la planicie del Estero Seco, cuyos remanentes son los dos esteros del Parque Niños Héroes, denominados por el vulgo El Laguito. Hay quien recuerda haberlos visto bajo la sombra de un centenario y frondoso mezquite, para protegerse del candente sol matamorense.
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No obstante la versión anterior, después de una ardua y minuciosa investigación entre los vetustos folios resguardados en el archivo histórico municipal, y confirmando con mi amigo el investigador Ing. Jaime Erick Paredes, se puede afirmar con propiedad, que el Alto del Burro era la antigua calle de San Fernando que antaño fue salida hacia la población de este nombre. Hoy es la calle Tres que inicia al norte en la calle de Guerrero. En el plano elaborado por don Luis Berlandier entre los años de 1836 y 1845, se pueden apreciar los esteros Nuevo al norte y el de San Juan al sur (posteriormente de los Cuarteles). Al extremo sur se perfila la Garita de San Fernando. En ocasiones el nivel del agua de la Laguna de Matamoros ubicada al sur poniente de la Ciudad subía hasta llegar a una cuadra de distancia de la calle de San Fernando y a dos de la Plaza de Hidalgo. Hoy en día se puede observar por la calle Tres las pendientes descendientes hacía los antiguos cuerpos de agua.
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Muchos años después se comenta que los matamorenses se divertían en los bailes del Casino organizados por la gente “de razón”, y para los de clase “inferior” polcas de tambora y acordeón en el Alto del Burro, en donde por la calle de Rayón había un célebre lugar de “rompe y rasga”, de “gozo” y “retozo”.
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En el plano de la H. Matamoros elaborado por el Sr. Juan SĂĄnchez Osuna, se puede observar el canal de desagĂźe que conducĂa desde la Calle Primera hacia el Estero Seco las aguas llovedizas acumuladas al suroriente del Alto de Burro.
Moraleja: "Desde el Alto del Burro a ratos a pie y a ratos andando se llega a San Fernando".
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El libro está disponible para su consulta en la biblioteca pública municipal Prof. Juan B. Tijerina y en la del Parque Olímpico. Se puede adquirir en las librerías Nilo, Proceso, en el Museo Casamata y en Emma´s Café. Nota: En el libro no están incluidas todas las fotografías que aquí se exhiben IN OMNIBUS VERITAS Correos e:
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