LIBRO MITOS, LEYENDAS Y MENTIRAS DE LA H. MATAMOROS VOLUMEN III -MENTIRAS
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La mentira es aquella expresión contraria a lo que se sabe, se cree o piensa. También, a la tergiversación de algún hecho o expresión se lo considerará una mentira. Generalmente, la finalidad de la mentira suele oscilar entre varias razones, como ser: evitar un reproche, una sanción, hacer algún daño, obtener algún tipo de beneficio o bien la estima de alguien, para ocultar alguna realidad dolorosa que no se quiera por x motivo dar a conocer, para evitarle a alguien un sufrimiento, por hábito, entre las más recurrentes. La mentira siempre será subjetiva, es decir, si una persona sostiene algo que no es verdad pero está convencido que sí lo es, entonces, no se podrá decir que miente, pero si una persona afirma una determinada cuestión sabiendo que la misma corresponde a una realidad inexistente, aquí se podrá asegurar que la misma está mintiendo. Una mentira puede ser total (nada de lo que se está afirmando es real) parcial (algunas cuestiones que se afirman son verdad) y por omisión (cuando se oculta toda la verdad o una parte pero sin ser consciente de que se lo está haciendo; no existe una deliberación de mentir). También existen algunas mentiras que el único objetivo que tienen es el de bromear o engañar, pero que desafortunadamente con el paso del tiempo pueden llegar a tener credibilidad entre los indoctos del tema. Se puede decir que "Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad". Suele pasar que las mentiras se vuelven verdad para quien las dice y ya no distingue lo falso en ello...A la persona que miente se la conoce popularmente como mentiroso y entre ellos están incluidos algunos historiadores, cronistas y demás gente fantasiosa. En este libro el Autor ha compilado las aseveraciones más populares que la tradición oral matamorense ha mantenido como verdaderas, y aunque de la mayoría de estas afirmaciones o testimonios se desconoce la causa que les dio origen, en estas páginas se dará la explicación más razonable posible basada en meticulosa investigación y confrontación de la información disponible.
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3.1 Barcos con lastre de ladrillos El lastre es la piedra, arena, agua u otra cosa de peso que se pone en el fondo de la embarcación, a fin de que ésta entre en el agua hasta donde convenga, es decir se modifica el calado a voluntad. Probablemente a causa de la admiración que causaba a los visitantes al ver los majestuosos edificios construidos con ladrillos en el Matamoros del siglo XIX, existe la creencia que algunos barcos que arribaban al puerto de Matamoros procedentes de Europa, Estados Unidos del Norte, Cuba y puertos del litoral mexicano, venía lastrados con ladrillos para ser utilizados en su edificación, y que estos eran muy especiales: grandes y de buena calidad.
Hotel El Golfo de México en el Parián (Calle de Matamoros entre 9a. y 10a.)
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Casa Moya (Calle de Morelos con la 6a.)
Revisando los reportes anuales de la Junta de Fomento del Puerto, entre las mercancías importadas no se hace mención de ninguna clase de ladrillo. Tampoco en las de exportación, que en su mayoría eran pieles, vellones, plata acuñada o en lamina, y mulas. En estas publicaciones se hace la relación y tipo de embarcaciones que entraban y salían del puerto, las cuales en su mayoría eran bergantines, pailebotes, balandras y goletas.
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Bergantín
Goletas
Balandra
Para ayudar a dilucidar esta mentira es necesario considerar que en Matamoros se inició la fabricación de ladrillos a inicios de la década de 1820. También que de acuerdo a las descripciones de visitantes a los poblados que existieron en la Boca del Río y en el puerto de Brazo de Santiago las casas estaban construidas en su totalidad de madera. En 1842 el célebre escritor Manuel Payno relató que "Llegamos a la boca del río. La población se compone de unas veinte o treinta casitas de madera colocadas sobre los médanos". Años antes en 1829, Jean Berlandier mencionó que "El puerto de Matamoros, llamado el Brazo de Santiago, solo recibe buques de poco calado. La barra es tan variable, que aun los navíos que calan poca agua, tocan y encallan fácilmente en ella. El fin del año de 1829, ha sido fértil en desastres". Refiriéndose a la Boca del Río Berlandier dijo: "Es preciso observar que esta barra es más mala que la del brazo de Santiago". No obstante la baja profundidad de las barras, frecuentemente menos de 3 brazas en ambos fondeaderos, las corrientes marítimas cruzadas y los fuertes vientos, algunos veleros alcanzaban la seguridad para desembarcar las mercancías en Brazo de Santiago y Punta de Santa Isabel ubicados en la Laguna Madre (al Norte del río Bravo), y por el río en el paso de la Burrita o en el mismo Matamoros. Aún los pequeños barcos de vapor tuvieron dificultades para cruzar las traicioneras barras de arena. Es poco probable que los barcos navegasen rumbo a Matamoros desde lejanos lugares transportando una carga de ladrillos, lo que es equivalente a "Traer hoyos en donde hay tuzas". La ladrillera de la Nación que por muchos años fue propiedad del municipio, los producía buenos y baratos. Además de ocupar valioso espacio en la bodega del navío, su peso incrementaría innecesariamente el calado haciendo más peligroso el cruce de las barras. Para evitar encallar, es de suponer que los ladrillos se echasen por la 6
borda o que se desembarcasen en lanchas para depositarlos en la playa para luego ser utilizados en algo. Transportarlos en carreta a Matamoros incrementaría su costo, no hay que olvidar que era necesario cruzar el río en lancha y atravesar lagunas en tiempo de lluvias.
Mercaderías siendo descargadas
Además de ocupar valioso espacio en la bodega del navío, su peso incrementaría innecesariamente el calado haciendo más peligroso el cruce de las barras. Para evitar encallar, es de suponer que los ladrillos se echasen por la borda o que se desembarcasen en lanchas para depositarlos en la playa para luego ser utilizados en algo. Transportarlos en carreta a Matamoros incrementaría su costo, no hay que olvidar que era necesario cruzar el río en lancha y atravesar lagunas en tiempo de lluvias. Ahora bien, aunque no existe prueba fehaciente de que los barcos trajesen lastre de ladrillos, todavía hoy se pueden ver en la desembocadura del río Bravo trozos de ellos. Esparcidos entre la arena hay fragmentos de botellas, cerámica, piezas de hierro y ladrillos: de los cuales se han encontrado pedazos con marca del fabricante francés o inglés en cantidad muy pequeña. Extranjeros en Matamoros había muchos, por lo que esto tampoco es indicio que los ladrillos hayan llegado por barco ya que La Fon era el fabricante de mayor prestigio en Matamoros. 7
Pedacería de vidrio y ladrillos
Fragmento con leyenda en inglés
Desde siempre lo jacales más chimenea, las actividades para preparar a veces empleando hornos de adobe encendía alguna fogata en el interior abertura practicada en el techo
Ladrillos de Matamoros. Colección Casamata Todos tienen la marca del fabricante
humildes no contaban con hogar y los alimentos se efectuaban al exterior, para la cocción del pan. Cuando se de la cabaña el humo salía por una
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Otros jacales, casas de adobe o madera si tenían chimenea, la cual estaba construida con ladrillos por ser más resistentes al fuego que los adobes. Con certeza hubo chimeneas en la Boca del Rio, Frontón de Santa Isabel, y en Brazo de Santiago.
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Según relatos de la época, en Puerto Bagdad (Boca del Río) existieron elegantes hoteles los cuales con debieron haber tenido chimeneas de ladrillo de acuerdo a los restos que "in situ" hemos encontrado, como lo es un cepillo de cerdas con mango de plata utilizado para limpiarlas de cenizas
CONCLUSIÓN.
“No obstante todo lo expuesto, existe La Duda, por lo que la afirmación de los barcos con lastre de ladrillos puede ser una verdad a medias”.
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EL AUTOR Nació el 30 de Abril de 1947 en la Ciudad de México, D.F. Estudió las escuelas primaria y secundaria en la H. Matamoros, finalizando en 1970 la carrera de Ingeniería Química Industrial en el Instituto Tecnológico de Cd. Madero, Tam. Con treinta y ocho años de experiencia en la Industria Química de Proceso, ha prestado sus servicios para Petróleos Mexicanos (PEMEX), Bayer de México, y Química Flúor. En el año del 2008 culmina su carrera profesional como Consultor de Servicios de Seguridad para DuPont, S.A. de C.V. Hoy en día dedica gran parte de su tiempo a difundir la Historia de la H. Matamoros, Tam. Libros publicados 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12.
Uso del Ácido Sulfúrico en la Agricultura (1989) El Sulfato de Calcio - 10 años después (1991) Historia del Casino de Matamoros (coautor en 1999) Viva Matamoros (coautor en 2002) Cartografía Histórica de Matamoros (Julio del 2004, marzo del 2012) Matamoros La Gran Puerta de México (coautor 2005) Historia de Puerto Bagdad, Tamaulipas, México (Diciembre 2005) H. Matamoros en la Revolución Mexicana (Octubre del 2009) Las Fortificaciones de la H. Matamoros, Tam. 1772-2010 (Julio del 2010) Matamoros Futuro Año de 1854 (Agosto del 2010) Historia Ilustrada de la Aduana de H. Matamoros, Tam. México (2011) Mitos, Leyendas y Mentiras de la H. Matamoros, Tam. Volúmenes I y II (2012) 13. Compilación e Ilustración del Álbum de las Fiestas del Centenario de la H. Matamoros, Tamps. 1826-1926 (Octubre del 2013) 14. ¡¡3 DE JUNIO!! La Ocupación de Matamoros (Noviembre del 2013) Desde 1995 ha sido colaborador de los periódicos El Bravo, El Mañana, y el Expreso de Matamoros, con más de 600 crónicas de Historia, Geografía y Estadística de la Heroica Ciudad. Ing. Manuel Humberto González Ramos Vera Cronista y Cartógrafo Vitalicio de la H. Matamoros, Tam., México Teléfono móvil: Correo electrónico: Facebook: Issuu:
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Los libros están disponible para su consulta en la biblioteca pública municipal Prof. Juan B. Tijerina y en la del Parque Olímpico. Se pueden adquirir en las librerías Nilo, Proceso, en el Museo Casamata.
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