03 LIBROS. La casamata y fortificaciones de la Heroica Matamoros, Tamaulipas

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LA CASAMATA Y FORTIFICACIONES DE LA HEROICA MATAMOROS TAMAULIPAS. Eliseo Paredes Manzano. Cronista de la Ciudad. 1974. La Casamata, teatro de sangrientas batallas y de hechos históricos, con sus paredes marcadas con las huellas de los proyectiles de su enemigo, narra con su señero aspecto las acciones que tuvieron lugar frente a sus muros.

PRÓLOGO. UN FRAGMENTO DE HISTORIA FRONTERIZA. Florentino Cuellar. Existe en Matamoros, y seguramente en toda la frontera mexicana, una clase social minoritaria, cuyos individuos proceden del recio tronco fronterizo español, hoy mexicano a mucha honra, y cuyas personas no tienen más cultura que la elemental pero de una capacidad de asimilación autodidacta que daría envidia al mejor estudiante universitario; conocedores de ambos idiomas, identificados con todos los problemas de la frontera y sus soluciones, trabajadores incansables, calladamente valientes y tan francos que tocan los lindes de la grosería, en cuanto a extracción racial, predomina la sangre blanca y de ahí que muchos, poseyendo más cultura sajona que latina, tienen más amplia y comprensiva aceptación en el lado americano, donde progresas y se nacionalizan y se pierden para la Patria. Pero algunos de Tamaulipas se quedan, y siendo descendientes de los colonos que trajo Don José de Escandón, que sufrieron con el la absurda incomprensión del centro, guardan fervoroso respeto hacia sus padres y abuelos, que lucharon una y cien veces contra la indiada apache y comanche, que los norteamericanos azuzaban, se han dedicado algunas de estas personas, ya en la edad provecta, pero cuando todavía hay sol en las bardas, a historiar su región, no desde el punto de vista ideológico y didáctico, sino fungiendo de simples relatores de acontecimientos que sucedieron en el Noreste de México desde que dependíamos de su Católica Majestad el Rey de las Españas hasta principios de este siglo. 2


Tal es el caso de el señor Eliseo Paredes Manzano un tipo representativo de esa minoría autodidacta y patriota a que antes nos referimos; un comerciante de Matamoros, pues debemos agregar que estos señores fronterizos, como los nuevoleoneses; heredaron la reciedumbre y pobreza de su tierra, su cambiante fortuna, su extremoso clima y a todo se dedican con Éxito, lo mismo al comercio que a la ganadería, pero sobre todo a la agricultura. Pues bien Eliseo Paredes hurgador de papeles antiguos captador de relatos históricos, se propuso, con esa paciencia infinita que solo puede poseer quien lleva la herencia ancestral de la familia que ha sufrido porque la cosecha que esperaba óptima, resulto hoy magra por los voraces insectos, mañana destruida por la inundación del Bravo o después desaparecida prematuramente por la desesperante sequía, solo esos espíritus, repetimos, tolerantes y serenos, que ven transcurrir los 365 días del año tras una esperanza que a la postre se esfuma para luego volver a emprender, pueden tener la paciencia de obtener este dato aquí, aquella información allá, una edición en inglés ampulosa y presuntuosa, acullá, para lograr, a petición de sus amigos, la edición de un somero estudio, sobre "La Casamata y fortificaciones de la H. Matamoros Tam."; Una "fábrica ", esta Casamata , de mediados del siglo pasado, único símbolo que perdura del Matamoros guerrero, patriota e indómito de los agitados años en que a duras penas conservamos nuestra nacionalidad y reafirmamos para siempre nuestra condición de mexicanos. Paredes, de paso, o mejor dicho con este pretexto de la casamata estudia, confronta y repasa con pinceladas a veces someras y a veces recargadas las vidas de los personajes que intervinieron en proyectar, construir o utilizar esas fortificaciones y para hacer relatos de historia Patria, y una muy sintética de nuestra ciudad de Matamoros, pero no de la Historia sofisticada y apasionada oficial de México, ni la jactanciosa y "ad hoc" a sus conveniencias de los textos americanos, ni la sectaria, lagrimeante y amargada de los conservadores, sino que escribe Paredes la Historia tal como la ve un fronterizo mexicano de los pocos que se quedaron, apartándose de los muchos que se fueron a dar sus energías, su valor, su trabajo y hasta su sangre a los primos de yanquilandia. Escribe el autor sin seguir las normas clásicas de los historiadores y quizá para algunos lectores exigentes, aparezca monótono su trabajo por la sucesión infinita de levantamientos militares y un interminable desfile de personajes que llegan y se van de Matamoros. Recordemos que tal fue nuestra historia del pasado siglo, no solo de Matamoros y la Frontera, sino de casi todas las ciudades del país, pero en su abono, digámoslo en voz alta, todo lo aquí escrito es verdad, las fechas 3


son tomadas de los libros de actas del Ayuntamiento de Matamoros, no es una novela de frases galanas, lo aceptamos. Observamos también en este opúsculo del amigo Paredes, como los famosos cuartelazos, mal llamados revoluciones, que la ambición de los militares, el egoísmo del clero mexicano y la ignorancia popular realizaron con aterradora frecuencia en la capital de la República, repercutían en la olvidada provincia del Noreste con un sobresalto de angustia; Si en la ciudad de México un levantamiento no tenía más importancia para sus habitantes, según lo vemos a través del Diario de Sucesos Notables del Señor José R Malo, que abrir las ventanas y ver desfilar a la tropa sublevada, a cuyo frente iba el autor de la revuelta, acá en el viejo Santander y recién nominado Tamaulipas, los pocos y aislados vecinos, nuestros bisabuelos limpiaban sus viejos fusiles de chispa, tallaban pedernales, afilaban su espada y aguzaban su lanza no para revolucionar, sino para defenderse del salvaje que el sajón hipócrita azuzaba y hasta se unía con él. Para robar y depredar aquella Patria en ciernes de nuestros mayores. Crecimos los fronterizos independientes, sin ayuda paterna; subsistimos por selección natural, gracias a la ley del más fuerte y en todos los aspectos, primero luchando contra la naturaleza ingrata y extremosa o contra el indio astuto, trashumante y feroz que impulsados por nuestros vecinos para que desocuparan las llanuras en que vagaban, los incitaban a que se arrojara sobre los inermes colonos españoles primero y mexicanos después; luchamos contra los avorazados soldados de fortuna de Texas que eso fueron los "Patriotas" que hoy ensalzan como héroes los paisanos de Johnson; guerreamos sin jefes y casi inermes con las columnas de Taylor y nuestras abuelas se fueron a las nopaleras y a las cuevas huyendo del bárbaro, sanguinario invasor rubio y, como no había más que correas hechas de cuero crudo lazaron nuestros abuelos a oficiales "gringos" provocando sobresalto en éstos a la vez que brutales represalias... Pero enterremos el pasado y solo recordémoslo como lección amarga para evitar su repetición. Que Matamoros tiene importancia nacional más que todo geográfica, no hay duda: su pródiga aduana despertaba envidias a propios y extraños; El enorme interland de su precario puerto fluvial, lo convertía en una ciudad comercial activísima. Cada cuando que venían jefes de importancia, y algunos los hubo técnicos y patriotas, como Mier y Terán y como Nicolás Bravo, ambos discípulos del gran Morelos, se daban cuenta de las ninguna defensas que tenía la población inerme, y la trascendental importancia de éstas y del peligro de perderla, entonces se 4


pensaba en las obras de defensa y se procuraba suplirlas haciendo algunas de prisa y provisionales, a veces con el trabajo forzado de la prisión, otras con la tropa, en ocasiones el ayuntamiento pagaba, etc. se rodeaba y amurallaba la ciudad. Pero ... ¿cuándo y quién construyó la Casamata? Necesitamos leer el presente opúsculo del Señor Paredes donde se insertan estas líneas para saberlo en detalle pero adelantemos esta conclusión: La construyeron los mexicanos como mexicanos han construido todas las casas de Matamoros y las principales ciudades de Tamaulipas, aquí no hubo más herencia española que la altiva, ardiente e inquieta sangre que corre por nuestras venas, ya lo dijimos alguna vez en nuestra columna de reminiscencias históricas que por años hemos venido publicando diariamente en la prensa local: "Ya hemos mencionado que el estado de Tamaulipas puede ufanarse orgullosamente, de ser la única entidad de la república que tiene sus principales ciudades fundadas por mexicanos, trazadas por éstos y habitadas por raza mestiza, cósmica, como le llamaba don José Vasconcelos". "Tampico, la más importante, fue repoblada, dicen los historiadores, en nuestro concepto fundada en 1823; Matamoros, la segunda ciudad tamaulipeca, se constituyó apenas en villa con este nombre en 1826 y hasta 1834 se convierte en ciudad. En 1848 Nuevo Laredo fue fundado gracias al patriotismo de los tamaulipecos que vivían en Laredo Texas y que al saber que, conforme a los tratados de Guadalupe, quedarían bajo soberanía americana, cruzaron el Bravo y se establecieron fundando la misérrima Nuevo Laredo que comenzó a crecer cuando Don Santiago Vidaurrri, cacique neoleonés, estableció la aduana de la nueva población. Le gustaban las aduanas a Vidaurrri como las mordidas a un burócrata de nuestros días También es cierto que Tampico y Madero tuvieron su auge a su calidad de puertos; La República Mexicana, recién emancipada de España, abría sus puertas al comercio mundial. Terminaba en nefasto monopolio de la Casa de Contratación de Sevilla que solo permitía el comercio con Veracruz y Acapulco y éste solo se hacía con España. La Expedición de Mina y el regreso de Iturbide fueron costeados por comerciantes ingleses y americanos que anhelaban poner un pie en nuestro suelo para meter su veliz de viajeros vendedores". "En cuanto a El Mante, es de las pocas ciudades fundadas después de nuestra lucha armada, cuando la Revolución de hizo Gobierno; Primeramente, se cambió la cabecera del municipio de Villa Quintero al nuevo lugar y por decreto Número 13 del 19 de abril de 1921 del gobierno de César López de Lara se erigió bajo el 5


nombre de Villa Juárez. Posteriormente, en octubre 28 de 1937 el gobierno de Don Marte R. Gómez la elevó de categoría y le reinstaló su primitivo nombre de Ciudad Mante. Fue el enérgico y progresista gobierno del General Calles el que estableció los primeros Distritos de Riego, pero para utilizar la alta producción de caña de azúcar que se auguraba era menester construir un ingenio, y ahí nació la idea del que funciona en la cañera y ardiente ciudad y a cuyo alrededor creció la población". El Plan de La Loba de 1851, que amenazó con cercenar la Patria, se extinguió gracias a la defensa que hizo el pueblo de Matamoros. Sin el concurso de la población matamorense para enfrentar a los filibusteros de Carvajal, nos confirma Paredes, era popular en extremo hasta que se le unieron los filibusteros tejanos y lo repudiaron los patriotas Matamorenses; se trataba de algo que en nuestros días reclama la población: facilidades para traer mercancía extranjera barata. El poco ingreso del pueblo no le permite comprar caro y esto no le ven los "sabios" del interior. El defensor de la Plaza: Gral. Francisco Ávalos, en 1851 decretó "de sus pistolas" una reducción al interés aduanal y por ello lo procesó el centro. Es muy cómodo hacer elucubraciones patrioteras bajo el pesado cortinaje de los despachos metropolitanos y mucho más fácil que luchar en la línea de fuego cuando de una decisión así de arriesgada depende el destino de la Patria. Ávalos y el pueblo de Matamoros la salvaron entonces. El gobernador de Tamaulipas, Ramón Guerra, decretó el establecimiento de la Zona Libre en 1858 y los considerandos relativos deben servir para expedir otro similar en la frontera de nuestros días, si se le quiere sacar de su marasmo o al menos para que se conozcan sus necesidades; Juárez ratificó lo hecho por Guerra y cuando Limantour la suprimió definitivamente, en 1905, condenó a la miseria a las "Villas del Norte" tamaulipecas: todavía en nuestra lejana niñez oímos los corridos que ensalzaban a Mariano Reséndez y a otros valientes fronterizos, que se batían con el contra resguardo aduanal. Jamás escuchamos una rapsoda popular elogiando al gobierno. No es aventurado decir que la enorme e inmensa simpatía hacia la Revolución que encontró aquí Lucio Blanco en 1913 se debía al estúpido muro proteccionista que se había alzado a lo largo del Bravo y que hoy seguimos soportando so pretexto de proteger una industria avorazada, generalmente de extranjeros, que nunca acaba por desarrollarse lo suficiente para competir con la del exterior. si bien no se ha registrado una explosión popular, se debe a la tolerancia del personal aduanal que permite el paso de su "Mando" y compras a la población. Nuestros "sabios" mandones en México han creído, sin duda de buena fe, que construyendo edificios del PRONAF para tiendas populares haciendo la competencia a los propietarios de la localidad, resuelven el problema. Pero... preguntamos ¿Se ha consultado alguna vez a los habitantes 6


fronterizos sobre el particular? Mueve a indignación que se transforma en risa este absurdo y moderno centralismo y recalcamos que mientras se siga ignorando al fronterizo pensante y patriota, cayado y retraído que aquí vive no al que se va al centro o al extranjero, pues éste a los cinco años de ausencia se descasta, seguirán cometiéndose errores. ¡Quiera el cielo y ninguno vaya a ser irreparable! Indudablemente la Intervención Francesa que arrolló hacia el Norte del país al gobierno de Juárez, trajo un fortalecimiento del patriotismo en esta frontera; la tragedia imperialista dio origen al nacimiento de valores auténticos de la Patria Mexicana. El cacique pueblerino se dio cuenta que no solo militarones arbitrarios mandaba el centro a robar en la aduana; también bajaban del Altiplano legisladores como Manuel Ruiz, civiles metidos a militares como Felipe Berriozábal, Santiago Tapia, etc. y todos dejaron en el pueblo grata memoria. Desafortunadamente para Tamaulipas los muy ilustrados miembros del gabinete de Juárez que veían y pugnaban por una Patria libre y soberana con perspectiva de nación grande que abarca de Sonora a Yucatán, tenía que chocar con los jefes tamaulipecos, exageradamente localistas y celosos de mandar en su propio pueblo a lo que no era ajena su ambición personal y vanidad de hombres impreparados; por eso, si exceptuamos a don Juan José de la Garza de los muy pocos tamaulipecos ilustrados de aquella época y al propio Carvajal, quienes actuaban como jefes militares nativos de nuestra cueruda entidad, merecieron la desconfianza de Juárez; Siempre vivió el estado, durante la invasión y el Imperio sin autoridades propias hasta el advenimiento de don Servando Canales a quien el propio Juárez había mandado fusilar en un esfuerzo por terminar los desórdenes y veleidades de los tamaulipecos; Faltaba la cultura y sobraba acción, se necesitaba paz y solo existía la guerra, aquí y en el lado americano y el remedio, las escuelas no había tiempo ni clima propicio para establecerlas, y hasta que se impuso Don Servando, repetimos, con su cachazuda e inteligente personalidad y su profundo conocimiento del medio social terminaron los desórdenes en Tamaulipas. Tan importante era la aduana de Matamoros, que no teniendo el Imperio de Maximiliano más que dos divisiones de soldados mexicanos: la de Leonardo Márquez y la de don Tomás Mejía, envió esta última a posesionarse de Matamoros y a cuidar su aduana; fue cuando no pocos extranjeros hicieron inmensa fortuna, siempre en el mar trágico de las guerras civiles nadan los tiburones buscando su 7


presa en metálico alimento. Paredes da informe de esto pues todo su opúsculo en un apasionante relato de lo acaecido en esta región fronteriza y una sucinta y verdadera historia de la ciudad. Fue durante la época de Don Tomás Mejía cuando se trabajó con más intensidad en las fortificaciones de Matamoros, pues casi continuamente la tuvieron asediada los republicanos y eran indispensabilísimas. Corre una anécdota que pinta como cuando se ven las cosas a distancia no se entienden. Cuando los planos de la defensa de Matamoros contra los republicanos se revisaron en la ciudad de México y en Francia, los consideraron buenos, solo que estaban volteados o al revés pues las fortificaciones hacían frente al sur y según ellos deberían instalarlas hacia el norte donde estaba el enemigo sajón. Dejemos pues la miga sabrosa del relato de Paredes para el acucioso que continúe su lectura después de esta introducción. Se complementa el opúsculo con unas notas que constituyen biografías sintéticas, desafortunadamente muy compendiadas, pero algunas con datos verdaderamente originales como la semblanza de Samuel Houston, los antecedentes del propio Carvajal, etc. El trabajo del Sr. Paredes dentro de su sencillez, es una veta de la rica cantera fronteriza de donde tanto material hay que sacar y donde existen tantos relatos que lindan con la leyenda y que ojalá el apoyo oficial ayude a rescatar su absoluta extinción. Ojalá y que el ejemplo que ha puesto este fronterizo, decente, callado y sobrio funda en todos los de su clase y salgan a la luz muchos relatos aún cuando sea más íntimos y más localistas todavía, para que atreves de su literatura se conozca la historia, se comprendan las necesidades y se apliquen las soluciones a este jirón de la Patria, cuyos habitantes ponen a prueba a cada rato su patriotismo no solamente la noche del 15 de septiembre en el zócalo de la metrópoli. Pero espigando el trabajo del Sr. Paredes nos hemos olvidado de presentarlo al lector. Nos conocimos allá por los 20 de este siglo en Brownsville Tex. a donde la falta de escuela en México y la sobra de trabajo en Texas, nos habían arrojado las circunstancias, en los escasos minutos que robábamos a diario y que escabullíamos a la severa vigilancia del patrón yanqui, recordamos la Patria ausente, la tierra bronca y áspera pero muy amada que habíamos dejado, la energía que entregábamos al 8


extranjero, el descastamiento de los nuestros por la falta de cultura y el eterno deseo de volver a establecernos en Matamoros o en cualquier lugar de México. Así lo hicimos en cuanto hubo propicia oportunidad. Aquí en Matamoros, en Tamaulipas donde ha transcurrido casi toda nuestra vida ¿Qué asunto, qué problema, qué detalles, de la vida pública podíamos ignorar? que no discutiéramos a veces disintiendo, pero jamás disgustándonos. Fue Paredes comerciante en el Mercado Juárez. Ingresó a la masonería, esa soberbia escuela para descarriados ideológicos, donde las máximas y preceptos judíos son norma de conducta y de convivencia, de moral estricta y de obligación ciudadana y ahí hizo carrera. Un hombre de tan honestas costumbres, de tan definido modo de pensar de tan arraigado espíritu de equidad, como Eliseo Paredes ¡Cómo no iba a hacer carrera masónica! Luego, ya vocal, ya presidente de la Cámara de Comercio, institución que regenteábamos nosotros, ya miembro de comisiones cívicas, ya regidor del ayuntamiento y últimamente encargado de los archivos municipales, en resumen; la carrera pueblerina pero qué importante, de un ciudadano ejemplar. Había casado con la Srita, María Guadalupe Rangel, una agraciada y agradable damita cuya familia procedía de Guanajuato y procreó numerosa y hermosa progenie. Desgraciadamente ella murió en un accidente automovilístico en 1947 y entonces vimos a Eliseo hacer frente solo y personalmente a la atención de su familia; Pudo haberse casado y aligerado su faena, pero prefirió valientemente enfrentarse al grave problema de sus hijos huérfanos y vigilar amoroso su crecimiento y educación. El catedrático de la preparatoria, Arq. Sergio Paredes Rangel, el Ing. y próspero agricultor y ganadero Eliseo Paredes Rangel, la Sra. Josefína Paredes de Gutiérrez esposa del Dr. Arnoldo Gutiérrez López, Graciela Irma Paredes de Salinas esposa del Ing. Francisco Salinas, Isaura Paredes de Boone, esposa del Dr. Juvenal Ariel Boone, María Guadalupe Paredes de García Sáenz esposa del Sr. Carmelo García Sáenz y Sara Alicia Paredes de Garduño Sáenz esposa del Ing. Jorge Luis Garduño Sáenz, son descendientes del historiador Paredes Manzano. Don Eliseo nació el 8 de diciembre de 1899 en el rancho "La Esperanza" municipio de Matamoros, rumbo al mar de Doña Cleotilde Manzano Vidal nieta de Don José María Vidal alcalde de Bagdad en 1864, población desaparecida en la boca del Bravo por un huracán en 1867. Fue su padre Don Justo Paredes Cisneros, un soldado del rebelde antiporfirista Catarino Garza, de la numerosa "Cisnerada" de la orilla del río rumbo al golfo; fue su abuelo Pedro Paredes Cabrera, un militar que 9


lucho contra el imperio y su bisabuelo Leonardo Paredes Ibarra perteneció a los guerrilleros que con Román Falcón hostilizaron y le mataron algunos oficiales a Taylor hasta que los regaño el Gral. Arista porque no peleaban "limpio" sino que guerrilleaban al estilo indio; mejor y as arraigada ascendencia fronteriza Tamaulipeca no podría tener el autor de la "CASAMATA" y Fortificaciones de la H. Matamoros. Un hermano de Eliseo, Lorenzo posee una gasolinera en Brownsville, otro hermano Américo Paredes Manzano, honra con sus conocimientos y preparación a la Universidad de Texas donde sirve, y otros dos hermanos Amador y Eleazar también se dedican al magisterio. Al prologar esta obra deseamos rendir homenaje a su autor; nunca han sido los que exclusivamente ganan pesos y amasan una fortuna, individuos de nuestra simpatía, sin que nos desmerezca su esfuerzo, eso les enseñaron y eso hacen; pero estimamos que mas sirven a la sociedad quienes robando comodidad y descanso a su diaria faena se proponen dejar huella de su paso por la vida a través de un trabajo de naturaleza histórica que enseña como vivieron nuestros ancestros, las vicisitudes del pasado, los esfuerzos de la comunidad para sobrevivir y que nos preparan para enfrentarnos valientemente con el futuro, tienen mas méritos, repetimos, estos románticos que los que pasan su vida amontonando millones para que pleiteen sus parientes, sus herederos y el físico; pero todos estos tipos fronterizos reconozcámoslo, ricos y pobres, cultos o ignorantes, poseen un común denominador: Son mexicanos de "acá de esta lado", son representativos de nuestra raza y de nuestra nacionalidad, son, los descendientes del viejo árbol fronterizo que aquí sembró Escandón, el único autentico colonizador español en los tres siglos de expansión hispana, aquí prendió este roble, creció y se fortalecido al clavar muy hondas sus raíces en esta bronca y amada tierra tamaulipeca. H. Matamoros, Tamaulipas; Julio de 1974 Florentino Cuéllar

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La Historia es el testigo de los tiempos, la antorcha de la verdad, la vida de la memoria, el maestro de la vida, el mensajero de la antigüedad. Cicerón.

LA CASAMATA Y FORTIFICACIONES DE LA HEROICA MATAMOROS, TAMAULIPAS.

La antes vetusta ruina conocida por el nombre de "casamata", mudo testigo de nuestras numerosas, por fortuna ya terminadas, luchas fratricidas, está situada frente a la que se llamó Plaza de Iguala, más tarde De los Cuarteles, posteriormente Plaza de la Independencia y finalmente Plaza Mata y ahora ocupado dicho predio por el Parque y Alberca Chávez; Está limitada al norte por la calle Guillermo Prieto (antes San José) al sur por la cale Santos Degollado (antes México), al oriente por la Calle República de Guatemala (antes Cortés) y por el poniente colinda con la propiedad de la Sra. Felipa Pineda Viuda de Ramírez que da precisamente a la calle cero (antes Guadalupe). Ocupa una superficie total 2,550.33 metros cuadrados y siempre ha sido considerada propiedad municipal, no obstante, los diversos cambios de titulación, apareciendo últimamente como propiedad federal, sucediendo con este terreno y finca, lo que aconteció con el Hospital Civil "Florencio Anaya Ruiz" que finalmente pasó a poder del municipio. Las fortificaciones y fosos que circundaban al Matamoros antiguo ya desaparecieron totalmente por el natural crecimiento de la población y solo nos quedan recuerdos de éstas en los mapas de los años de 1845 a 1876. En los años de 1913 y 1915 se reconstruyeron parcialmente y en algunos sectores se mejoraron con casetas de ladrillo, para el uso de ametralladoras por las fuerzas constitucionalistas que defendieron Matamoros contra las embestidas de los villistas. Empezando por el oriente en dirección al sur y poniente se iniciaba la cadena de fortines con el de Guerrero frente a la Casamata, el Del Estero, Puertas Verdes Matamoros, Garita y Fortín de San Fernando, Hidalgo, Iturbide, Garita y Fortín de Monterrey, del Bravo y terminaba en la orilla del Bravo con el Fortín de Paredes, siguiendo hacia Santa Cruz, el fortín Independencia y entre Santa Cruz y el Fortín 11


de Guerrero había una batería en un lugar equidistante entre dicho punto y otro fortín que estaba al pie de la calle Abasolo en el antiguo embarcadero que ahí existió por muchos años, habiéndose construido este fortín y la batería en julio de 1845 previendo la próxima Guerra con los Estados Unidos de Norteamérica.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASAMATA, FORTINES Y TRINCHERAS. En tiempos de la Colonia, con fecha 22 de febrero de 1819 se firmó el tratado de límites con los Estados Unidos, entre Don Luis de Onís, representante de España y John Quincy Adams representante de los norteamericanos quienes obsesionados con su famosa "Doctrina del Destino manifiesto", con cualquier pretexto invadían nuestro territorio, violando el mismo tratado que ellos habían firmado, utilizando bandoleros, maleantes o ex soldados que cruzaban la frontera internándose en Texas para robar caballada y ganado mesteño que en cantidades de cientos de millares, pastaban en las inmensas llanuras tejanas, entonces mexicanas. Una expedición de 300 de estos aventureros se organizó en Natches, estado de Mississipi encabezada por un tal Long que fue derrotado por el gobierno virreinal con tropas de frontera o presidiarios formadas entre los colonos españoles, criollos o mexicanos; posteriormente se organizó otro grupo en Nueva Orleáns, atacando el fuerte de la Bahía del Espíritu Santo donde naciera don Ignacio Zaragoza el 24 de marzo de 1829 y fueron derrotados nuevamente capturándose a 180 de estos filibusteros que fueron enviados presos a México. En el año de 1820, Moisés Austin alegando ser ciudadano español por haber vivido en la Louisiana cuando pertenecía a España, consiguió del gobierno español una concesión para colonizar con 300 familias una parte del vasto territorio texano, muerto Austin quedó encargado de la empresa el Barón de Bastrop, socio de Austin y su hijo Esteban F. Austin, que don el tiempo llegó a ser miembro del Congreso de Coahuila y Texas; Ganada nuestra independencia el entonces Emperador Iturbide les confirmó sus derechos de colonización el 14 de enero de 1823. Derrocado Iturbide el presidente Don Guadalupe Victoria, atendiendo a los juiciosos informes del General Don Manuel de Mier y Terán y sabedor del inhumano negocio que hacían los tejanos comerciando con esclavos negros, práctica condenada por nuestras leyes, ordenó la reorganización del sistema español de 12


puertos y presidios en la frontera Norte de la República, con el propósito de impedir que siguieran introduciéndose al país los "espaldas mojadas" de aquella época y controlar mejor a los indios bárbaros y elementos levantiscos por una parte y otros que, obedeciendo consigna de los gobiernos norteamericanos llegaban hasta el Bravo para hacer "estudios" sobre la calidad de las tierras o como comerciantes que se establecían en el naciente puerto del Refugio, hoy nuestra H. Matamoros. Con todo y la vigilancia establecida, otro grupo de aventureros capitaneado por John H Hunter, Richard Bowler y Hayden Edward formaron la llamada República "Feedoneana" en territorio texano, sin embargo, estos nuevos invasores de nuestro suelo también fueron expulsados y muerto Hayden Edward, los filibusteros traían la consigna de soliviantar a los indios bárbaros que abundaban en Texas y Nuevo México vendiéndoles armas para que hostilizaran a los pobladores mexicanos de la frontera llegando su osadía hasta penetrar en los estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, robando reses y caballada, quemando rancherías, asesinando a sus pobladores y llevándose cautivos a los niños. Los norteamericanos no solamente azuzaban a los indios, sino que muchas veces los acompañaban en sus correrías disfrazados de indios y ya en los Estados Unidos les compraban el fruto de su rapiña repitiéndose estas hazañas de acuerdo con las prácticas indígenas en cada temporada de luna llena.1 Nuestros pobladores, frente a estas acometidas de aventureros y salvajes tuvieron que recurrir al viejo sistema español de sostener tropas de fronteras o presídiales para defenderse, reconcentrando a sus familias en las poblaciones o rancherías de mayor importancia, y siendo nuestro Matamoros la población de mayor valor en la frontera como por el número de sus habitantes tanto como por suposición estratégica y económica era también la más codiciada por los caudillos de nuestra frecuentes revueltas y asonadas debido a sus fuertes ingresos aduanales. No solamente sufría Matamoros los ataques de los bárbaros, sino también la amenaza de los piratas como Jean Lafitte quien con no buenas intenciones visitara Matamoros2 y la de los colonos norteamericanos en Texas que aprovechaban a la 1Informe

de la Comisión pesquisidora de la Frontera del Norte. Imprenta de Díaz de León y Whit. calle Lwerdo No. 2 Monterrey N: L: (1873) Century of Conflict (1821-1913) por John C. Rayburn Virginia Kemp Rayburn, Texan Press, Waco Texas, (1966). 2

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perfección nuestras revoluciones y luchas entre federalistas u centralistas, recrudecidas desde la llegada de Joel R. Poinsett a México. El 7 de marzo de 1829 llegó a Matamoros al frente de la Comisión de Límites que había terminado un estudio sobre la flora y la fauna de los estados Texas, Tamaulipas, y partes de San Luis Potosí el sabio insurgente General Don Manuel de Mier y Terán cuyos informes sirvieron tardíamente de base para las medidas legales que como en la Ley del 6 de Abril de 1830 tomara el Gobierno de México para salvar a Texas de las garras de los esclavistas, recibiendo órdenes y contraórdenes quedándose al fin como Jefe de la Línea del Bravo en dicha plaza. En otra de nuestras revoluciones: la de Veracruz en favor del farsante de Santa Anna, el que había sido su auxiliar y cómplice en algunas fechorías, el cubano Coronel José Antonio Mejía, ocupó Brazo de Santiago, y poco después La Burrita, donde se registró una escaramuza con sus defensores, tomando la plaza de Matamoros el 29 de junio de 1832, por haberla abandonado su defensor, el Coronel Don José Mariano Guerra Manzanares, dirigiéndose éste a Padilla donde creía encontrar el apoyo militar del General Don Manuel de Mier y Terán que venía de Cd. Victoria después de haber instalado en el Gobierno del Estado al Sr. José Honorato de la Garza. Este insigne militar, afirma uno de sus biógrafos conocedor de Texas y sus problemas, desesperado por lo que él ya consideraba inminente pérdida de un imperio, como lo era Texas ante la inconsciencia de nuestros dirigentes políticos a quienes repetidamente había informado de la situación texana, pidiendo auxilio sin ningún resultado se suicidó en Padilla el 3 de julio de 1832. No fue simple coincidencia el que John Austin se levantara en armas en Texas, que Mejía tomara Matamoros con la bandera del Federalismo, que ahora defendía Santa Anna, el antiguo realista, iturbidista y centralista y que Esteban F. Austin el líder principal de los tejanos se encontrara en Matamoros, precisamente esperando el resultado de la Revolución Santanista en Veracruz. En el trayecto a Padilla, Guerra Manzanares logró comunicarse con el jefe militar más inmediato que lo era el entonces coronel Mariano Paredes y Arrillaga, quien le informó de la muerte del General De Mier y Terán y que pasaría a Matamoros con suficientes elementos para expulsar a Mejía. Guerra Manzanares impaciente por tomar posesión de Matamoros, hizo un convenio con Mejía por el cual éste se comprometía a dejar la plaza, llevándose a Austin y a un coronel John T. Mason que le acompañaba y de

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paso $15,000 que había sacado del comercio de Matamoros 3 Estos señores se hicieron a la vela en Brazo de Santiago, llegando al puerto tejano de Anáhuac donde fueron recibidos con grandes demostraciones de júbilo, celebrando el triunfo santanistas con fiestas y salvas de artillería. Paredes y Arrillaga llegó a Matamoros y se dedicó inmediatamente a construir un fortín al poniente de la ciudad, frente al Paso de la Anacuita, embarcadero conocido años después con el nombre de Freeport (Puerto Libre) Así como algunas trincheras para evitar una sorpresa de los tejanos, pero la sorpresa la recibió él de sus subordinados santanistas que con la simpatía del gobernador Gral. Francisco Vital Fernández se levantaron en armas en favor de Santa Anna, apresándolo en 19 de agosto de 1832. En enero de 1833 el nuevo gobierno de México designó al Santanista de entonces Gral. Vicente Filizola, comandante de la Plaza de Matamoros pues era evidente su importancia para cualquiera de los bandos en pugna. Desgraciadamente, contados eran los mexicanos que se daban cuenta de la necesidad de procurar por todos los medios posibles la construcción de fortines y trincheras para defender la única plaza importante en el nordeste de Tamaulipas, tanto por su riqueza como por ser puerto de altura. Todos los partidos, así como los tejanos, deseaban controlarla y siendo más frecuentes los ataques de los indios bárbaros por la ausencia de tropas de frontera que los militares profesionales arrastraban en cada asonada o cuartelada, se agudizó la necesidad de construir algún fuerte para defenderla. En unos cuantos meses ocuparon la Presidencia de la República Gómez Pedraza, Bustamante, Gómez Farías, Santa Anna y el Gral. Miguel Barragán, siendo bajo la presidencia de éste último que, el Coronel Guerra Manzanares recibió órdenes de mejorar las defensas de Matamoros por la otra banda del estero Cuarteles, llamado anteriormente de San Juan, al Oriente y sur de la ciudad puesto que, ya existía el Fortín de Paredes al Poniente de la población y para esa fecha ya el movimiento rebelde texano se había descarado completamente, cambiando sus líderes de federalistas a autonomistas, pero nuestros políticos cegados por sus ideas creían que aún estaban por el federalismo, entre otros Vital Fernández de Tamaulipas que se expresaba con admiración de los ilustrados texanos. Don Memorias para la Historia de la Guerra de Texas. Por Vicente Filisola-Tipografía de R. Rafael. Calle de Cadena No. 13 (1848-49) México D. F. 3

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Francisco García en Zacatecas y don Agustín Viesca en Coahuila que exhortaba a los texanos diciéndoles "Ciudadanos de Texas, levantados en armas o dormid para siempre". Más tarde trataron de justificar su conducta, pero los hechos demuestra que Austin y otros texanos prominentes los habían convencido de la sinceridad de sus acciones, CONSTRUCCIÓN DEL FUERTE GUERRERO. Era gobernador del Estado don José Antonio Fernández Izaguirre y Presidente Municipal de Matamoros Don Francisco García Treviño, Regidores Don Macedonio Capistrán, Don Juan José de la Garza, Don Bernardo de la Garza, Don Emilio Manautou, Don Agapito Longoria y Don Arcadio Salinas, cuando se dio cuenta en sesión del Ayuntamiento correspondiente al 28 de diciembre de 1835, por un oficio del Coronel Guerra Manzanares en el que se insertó una suprema orden del gobierno de la nación para "que se levante una fortificación o ciudadela en el terreno que está de la otra banda del estero por la parte de oriente", previniéndole que para que tenga efecto tal disposición se disponga por la corporación se desocupe por los dueños que la tienen ocupada y se les indemnice con otras tierras, que las fábricas que tengan puestas en él sean avaluadas por un perito que nombre la corporación y otro el comisario para que se les pague su importe por la comisaría. "En tal virtud, la corporación impuesta de la suprema comunicación y de la necesidad que hay para fortificar la ciudad, aunque cree no ser a propósito el terreno que se pide y de los males que van a resentir los vecinos que actualmente lo poseen, acuerda se le dé de entero cumplimiento a lo que se previene y a fin de que tenga todo su efecto en los términos en que está dispuesto por la superioridad, resultan nombrados los señores regidores, Don Emilio Manautou y Don Manuel Garza Sosa para que poniéndose de acuerdo con el Sr. Comandante se informen quienes son los dueños del terreno a los que se les prevendrá la desocupación en el término que se les prefije. Así mismo para que nombren el evaluador que ha de justipreciar las fábricas, para que se les indemnice por la comisaría y también para que faciliten los terrenos que sean necesarios para remunerarles los que tengan, siempre que no se les paguen con otros practicando cuanto sea conducente a tal objeto hasta que quede enteramente concluido este negocio. Tan grave era la situación de Matamoros ante la amenaza de los colonos sublevados en Texas que, para la fecha de estas decisiones, ya habían celebrado su convención en San Felipe el 1 de noviembre de 1835, declarándose independientes. 16


Figuraban en dicha convención los traidores Lorenzo de Zavala y Juan A. Padilla. Tres acciones bélicas se habían efectuado para esa fecha, la primera en la misión de la Concepción cerca de Béjar (San Antonio, Texas) el día 28 de octubre de 1835, la otra en Lipantitlán el 5 de noviembre y la decisiva el 12 de diciembre de 1835 en que acatando unas capitulaciones entre el jefe texano Burleson y el General Martín Perfecto Cos, abandonó Béxar el ejército mexicano después de una lucha estéril iniciada el 5 de diciembre. Aún se debatía la cuestión de sostener la constitución liberal de 1824 y los mexicanos Antonio Menchaca, Juan N. Seguin y J. M. J. Carvajal entre otros, seguían creyendo a Esteban F. Austin en su apoyo al federalismo.4 El 15 de noviembre de 1835, el coronel José Antonio Mejía con una fuerza de filibusteros y mexicanos atacó Tampico y fue rechazado por nuestras tropas; Este Mejía fue el mismo que tomara Matamoros en junio de 1832. Por lo tanto, el peligro de un nuevo ataca a Matamoros era inminente y se hacía necesario construir algunas fortificaciones para defender la ciudad por el lado oriente. Con toda rapidez se iniciaron los trabajos de construcción del fuerte en la Banda oriental del Estera Cuarteles ahora aterrado en la curva o recodo que hace el Bravo en ese punto a unos 100 metros de donde actualmente está la Casamata y llamaron el conjunto de fortificaciones, Fuerte Guerrero en honor del héroe insurgente, don Vicente Guerrero. También se levantaron algunas trincheras hacia el poniente rumbo al fortín de Paredes, protegiendo con los cañones de ambos fuertes la población en caso de ataque. Hicieron los texanos algunos intentos de invasión de Tamaulipas, llevando como objetivo principal la captura de Matamoros, siendo el más serio el que organizara el Dr. James Grant, Francis N. Johnson y James W. Fannin entre los días 3 al 14 de enero de 1836. Para coordinar sus movimientos con los de Santa Anna, ahora GeneralPresidente y jefe de la campaña en contra de sus antiguos partidarios, el Gral. Don José Urrea inició en Matamoros una marcha victoriosa, siguiendo la costa del Golfo, derrotando a los texanos en Goliad, Victoria, y La Vaca, desapareciendo por el Biographical Congresses. 4

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Texas

Convention

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momento el peligro de una invasión, pero el execrable Santa Anna se dejó sorprender por Houston cuando dormía su sienta en San Jacinto, sufriendo vergonzosa derrota y ya prisionero de los texanos le ordenó al no menos traidor de Filísola, su segundo, que retrocediera a Matamoros con los 5,000 soldados que traía para salvarle la vida al "Napoleón de Occidente", como se hacía llamar el funesto Santa Anna, pues Houston, el falaz agente de Jackson, inteligentemente le conservó la vida a pesar de que sus subordinados querían matarlo para vengar el exterminio de los defensores del Álamo y el fusilamiento a sangre fría de los 330 texanos que mandaba Fannin en Goliad. Coinciden todos los autores de la época que, para el mes de junio de 1836, no quedaba un solo soldado mexicano en Texas y para cubrir las apariencias se declaraba Texas "República Independiente" dorándole así la píldora a los pocos mexicanos que de buena fe aún creían que se luchaba por el federalismo, por la soberanía del Estado y la vuelta a la constitución de 1824. Para agravar la situación precaria en que quedaba colocado Matamoros por la derrota de San Jacinto y la enorme carga económica que significaba los miles de hombres de Filísola, la mayor parte de soldado de leva sin pagar y que había que alimentar, el alcalde Don Juan Nepomuceno Molano informa al gobernador del Departamento con fecha 14 de abril, una semana antes del combate de San Jacinto, que una numerosa partida de indios salvajes de la nación comanche había atacado los ranchos de la costa de Matamoros, matando a varias personas llevándose todos los caballos que encontraron y unos cuantos días después el 5 de mayo, el comandante general de Tamaulipas y Nuevo León, informaba al gobernador que había sabido por los comandantes de las guarniciones fronteriza que un gran contingente de indios se encontraba cerca de los pueblos de Mier, Camargo y Guerrero, pidiéndole al gobernador que convocara a una junta de los hombres más prominentes en la jurisdicción, junta que se verificaría precisamente en Matamoros, para reunir elementos con qué combatir a los salvajes que sincronizaban sus movimientos con los de los texanos, sus aliados temporales ya después de utilizarlos en su guerra contra México iniciaron su exterminio. El 5 de agosto de ese mismo año "El Mercurio", periódico de Matamoros publicaba un artículo quejándose de que los indios tuvieron el atrevimiento de acercarse a tiro de bala del ejército acuartelado en Matamoros, capturando caballos, asesinando a 11 personas y apoderándose de sus familias se las llevaron cautivas a 18


sus guaridas en Texas; los firmantes del mencionado artículo observan que "Estas depredaciones no han despertado el valor que se le atribuye al ejército cuando ve los ultrajes perpetrados en las propiedades y las seguridad de sus conciudadanos, para cuya seguridad han sido dotados de armas y son sostenidos por el erario". Reconocían los autores del citado artículo que el Gral. Don José Urrea, ahora Comandante de la Línea del Bravo, había mandado una pequeña partida de soldados, pero esta fue insuficiente para detener a los salvajes, "Combatir indios que roban y pillan es preferible a pelear guerras civiles sobre puntos de gobierno", continuaba el artículo referido. Pero lo peor del caso era que ahora los salvajes victoriosos serían más audaces que nunca, pues habían llegado sin peligro hasta las fortificaciones de Matamoros, cosa que nunca había sucedido cuando la población era defendida por fuerzas de frontera o presídiales ayudada por los vecinos. En febrero de 1837 el alcalde de C. Reynosa, Don Luis Guerra agobiado por los sufrimientos de su pueblo, le escribe al gobernador en forma por demás patética, "Es un milagro que las villas fronterizas estén aún intactas; la gente de Reynosa combate a los bárbaros viendo a sus padres morir, sus hermanos y amigos quemados, sus hijos capturados y su capitalito, acumulado a través de diez o veinte años de sacrificios y privaciones, terminado". Aún así manifestaban su fe en que el gobernador les ayudara y le estaban agradecidos por haber solicitado del gobierno central exceptuara a los pueblos rivereños de todos los impuestos y contribuciones. En 1837 llegó a Matamoros y tomó posesión de Comandante dela Línea del Bravo, el noble y magnánimo insurgente Don Nicolás Bravo y con su llegada se recrudecieron los ataques de los bárbaros llegando hasta las goteras de la ciudad una gavilla de más de mil comanches; Salieron algunos destacamentos militares de las trincheras y tuvieron varios encuentros con los salvajes, muriendo el Coronel Cortina en uno de éstos, llevándose los indios una numerosa cantidad de mulas y caballos, viéndose el Gral. Bravo imposibilitado para perseguirlos por falta de elementos. El Cónsul de los E. U. en Matamoros, D. W. Smith, refiriéndose a estos atentados, informaba a su gobierno, "estas incursiones hostiles de los indios se verifican casi cada luna llena obligando a la mayor parte de los habitantes fronterizos a abandonar sus ranchos ganaderos y cambiarse al lado sur del río Bravo". Sin mencionarlo, naturalmente, ese era precisamente el propósito de los texanos coludidos con los indios y funcionarios norteamericanos ya que los 19


propietarios entre los ríos Nueces y Bravo eran residentes de la Villas del Norte, Guerrero, Mier, Camargo, Reynosa y Matamoros. El Gral. Don Nicolás Bravo, viendo que no se le daban los recursos necesarios para combatir a los bárbaros y menos para recuperar la provincia de Texas, que fue la comisión que le diera el presidente Don José Justo Corro, renunció retirándose a la vida privada y fatal destino el nuestro, el que un año antes fuera el servil traidor ejecutor de la orden de Santa Anna, Vicente Filísola, llegó a Matamoros Nombrado por Bustamante para sustituirlo. LA REPÛBLICA DEL RÍO GRANDE.5 Todo conspiraba en contra de nuestra integridad nacional, los fronterizos desesperados al no obtener la más elemental y necesaria protección del Gobierno Central, inician un movimiento separatista organizándolo en Texas; cruzan el Bravo el 30 de septiembre de 1839 600 hombres al mando del Gral. Don Antonio Canales Rosillo padre del Gral. Don Servando Canales Molano y del Coronel Antonio de los mismos apellidos, conocido federalista y varios jefes filibusteros, entre ellos, el coronel Rubén Ross y S. W. Jordán, antiguos jefes texanos y bien conocidos soldados de fortuna; también figuraban entre los dirigentes, Don José Mª González, el Padre Lira de Camargo y Don José de Jesús Cárdenas. Sorprenden al coronel Francisco Gonzáles Pavón, jefe centralista en Guerrero el 3 de octubre de 1839 derrotándolo; sale de Monterrey, N. L. el Gral. Don mariano Arista, entonces también centralista a combatirlos con fuerzas suficientes para agravar la situación económica de la frontera y fomentar la rebeldía de los fronterizos, el 2 de diciembre de 1839 el gobierno Centralista de Bustamante aumenta en un 15% los derechos aduanales en todos los géneros frutas y efectos extranjeros. Canales permaneció inactivo en Mier durante 40 días, hasta que se resolvió a atacar la plaza de Matamoros pues ya contaba con 1000 hombres entre mexicanos y filibusteros texanos, pero los 1500 defensores de Matamoros, al mando del Gral. Don Valentín Canalizo, neolonés, que después fuera presidente de la república, jefe del Ejército del Norte, protegidos por una línea de trincheras levantadas rápidamente entre los fuertes Guerrero y Paredes, artillados éstos con 18 cañones, lo hicieron Coahuila y Texas. Por Vito Alessio Robles. Tomo II. pag. 215-223. 5

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desistir del ataque y contramarchó dirigiéndose a Monterrey donde lo esperaba Arista quien lo derrotó, sufriendo peor suerte su segundo, el Coronel Don Antonio Zapata, antiguo federalista y famoso por sus luchas en contra de los salvajes, quien fue derrotado en Santa Rita de Morelos, Coahuila, por el Gral. Isidro Reyes y fusilado sumariamente. Existe un condado fronterizo en el Estado de Texas que lleva el nombre de Zapata en honor de este famoso guerrillero federalista. Se retiró Canales a Texas donde siguió haciendo acopio de elementos de guerra en el condado de San Patricio, poblado por colonos irlandeses, organizando la famosa República del Río Grande el 1º de julio de 1840, designando a Don Jesús Cárdenas como presidente, contando desde luego con la interesada y convenenciera colaboración de los texanos Jordán y Fisher, además de los coroneles Juan N. Seguín y Juan Nepomuceno Molano, que había sido Presidente Municipal de Matamoros en 1837. Arista que mandaba a los centralistas, se dio tiempo de sus negocios de ganadería en Mamulique y de contrabando con el aventurero contrabandista, Coronel Henry Lawrence Kinney de Corpus Christi, organizando una campaña tanto militar como de soborno, derrotando a Canales y a sus secuaces en varios encuentros, capitulando Canales finalmente el 8 de noviembre de 1840, terminando así esta aventura en la que el Fortín de Paredes, el Fortín de Guerrero y demás fortificaciones de Matamoros, sirvieron para que el entonces separatista Gral. Canales Rosillo y sus aliados no se atrevieran a atacar la ciudad. LA INVASIÓN NORTEAMERICANA. Imaginemos la situación de nuestro México, Matamoros y villas del Norte en aquella época de tremenda luchas con los indios bárbaros, con el extranjero y las eternas luchas entre federalistas y centralistas para comprender la desorientación del fronterizo, hostilizado por todos los regímenes del centro, ya centralistas o federalistas que solamente veían en Matamoros una aduana productiva; analicemos la anarquía reinante en la Capital de la República: en 25 años se suceden 15 gobiernos, Anastasio Bustamante de 1830 a 1837, Miguel Barragán 1835 a 1836, José Justo Corro de 1836 a 1837, Don Nicolás Bravo de 1839 a 1842 y 1846, Francisco Javier Echeverría en 1840, Valentín Canalizo de 1843 a 1844, José Joaquín Herrera de 1844 a 1845, 1848 a 1851, Mariano Paredes y Arrillaga en 1846, Mariano Salas en 1846, Pedro María Anaya 1847 a 1848, Manuel de la Peña y Peña 21


1847 a 1849, Mariano Arista de 1851 a 1853, Juan B. Cevallos en 1853, Manuel maría Lombardini en 1853 y Antonio López de Santa Anna en 1833 a 1855, once veces. Nuestro pueblo, sin tener aún plena conciencia de su nacionalidad, confundido por los anteriores gobernantes, que con la sola excepción del Gral. Don Nicolás Bravo, del Gral. Pedro María Anaya y Juan B. Ceballos habían salido de las filas realistas, ¿Cómo era posible que se pudiera enfrentar con éxito a la intriga, ambición, fuerza económica y militar de un poder fuertemente organizado y con un solo mando como el de los Estados Unidos de Norteamérica? Cierto que hubo muchos mexicanos del tipo del Gral. De Mier y Terán, pero clamaban en el desierto ya que la mayoría fueron inconscientes ambiciosos y fanáticos sectarios que preferían sacrificar a la Patria antes que valorar el impulso de sus bajas pasiones personalistas. Ante la provocación injusta y descarada de los Yanquis, se inicia desigual guerra con ellos, saliendo el Gral. Zacarías Taylor del fuerte Jessup, Louisiana donde venía preparando la invasión de México, rumbo a Corpus Christi y de ahí a un lugar frente a Matamoros; De Corpus Christi salió el 11 de marzo de 1846 y por el Golfo de México despachó una escuadra naval el ministro de guerra William Marcy que se posesionó del Brazo de Santiago sin ninguna declaración de guerra, apoyados en el hecho deleznable y discutible de la anexión de Texas el 29 de diciembre de 1845, sosteniendo el absurdo de que el Río Bravo era la línea divisoria entre Texas y Tamaulipas cuando el Río de las Nueces los había sido siempre desde los tiempos de la Nueva España y durante toda la vida independiente de México, se presenta frente a Matamoros el 28 de marzo después de tomar posesión de las ruinas humeantes del Frontón de Santa Isabel que fuera incendiado por orden del prefecto de Matamoros Don Jesús Cárdenas. Meses antes, en julio de 1845, el comandante militar de Matamoros Gral. Don Francisco Mejía previendo la próxima invasión de los norteamericanos, reinició con toda actividad la construcción de obras de defensa, reforzando los fuertes de Guerrero y Paredes, levantando parapetos entre ambos, uno al pie de la calle Abasolo y otro entre éste y Santa Cruz, frente a siete jacales que estaban a la otra banda del Bravo, propiedad de un mal mexicano Miguel Salinas, quien contrató con Taylor el 14 de abril rentándole los mencionado jacales y el terreno que formaba parte del ejido de matamoros y donde más tarde se construyera el Fuerte Brown, 22


estas propiedad fueron propiedad de Doña Francisca Cavazos, viuda de don Blas María de la Garza Falcón, descendiente de Don José Salvador de la Garza propietario del predio llamado del Espíritu Santo. Existían en ese tiempo dos pasos sobre el río, uno que ya mencionamos anteriormente, el de la Anacuita, frente al fortín de Paredes y el otro llamado Paso Real, al oriente y terminación de las calles Herrera e Iturbide, pasos o embarcaderos a donde llegaban los vapores de Bagdad y que servían a los residentes de Matamoros que tenían labores al otro lado del Bravo, puesto que no había ninguna población donde ahora está ubicada la Ciudad de Brownsville, Texas. Con el Gral. Don Francisco Mejía, Colaboraba su ayudante de campo, el sabio naturalista que viniera a Matamoros con el Gral. De Mier y Terán en 1829, Don Juan Luis Berlandier y en el informe de éste al Gral. Mejía, le hace ver lo difícil que es defender a Matamoros con los elementos que tienen y el coronel Carrasco también informa al mencionado General en su carácter de encargado de la obras de fortificación los siguiente: "Las obras que existen en la plaza y que malamente les han dado ese nombre, se construyeron para detener a los federales (federalistas) y de componían de un pozo que rodea la población formando una sección de líneas tiradas sin aplicación al terreno ni al alcance de las armas". En otra parte de su informe dice el coronel Carrasco, "El Señor Gral. Manuel Rodríguez de Cela construyó bajo su dirección una Casamata, en cuya construcción se amplió el presidio, una parte de los ladrillos que se fabrican en la ladrillera de la Nación; Esta Casamata no está techada ni concluidos sus muros. Igualmente construyó el presidio, bajo la dirección del Sr. Gral. Cela y de su ayudante el Teniente de Infantería Don Manuel Ochoa, un reducto cuadrado en su ángulo en frente de la línea de defensa, con foso de una vara de profundidad revestido de césped etc." Prueba evidente de la falta de recursos de nuestros soldados, es la de que el Gral. De Cela recibió la plaza de manos del Gral. Rómulo Díaz de la Vega el 22 de febrero de 1844 y para julio 29 fecha del mencionado informe del coronel Carrasco ya habían transcurrido más de cinco meses y aún no estaban terminadas las fortificaciones y la casamata; en el mencionado informe de queja el coronel Carrasco de no tener suficientes hombres ni material ni útiles de zapa suficientes para realizar la obra con la rapidez que ameritan las circunstancias 6.

Archivo de mexicano en la 6

Don Juan Luis Berlandier naturalista suizoBiblioteca del Smithsonian Institution de 23


El autor norteamericano Ripley describe las fortificaciones de Matamoros de la siguiente forma: "Las fortificaciones mexicanas consistían principalmente en una línea de baterías destacadas entre los embarcaderos. El fuerte principal, denominado Paredes es un pentágono grande y saliente sobre el embarcadero de arriba. Las demás fortificaciones eran abiertas por la retaguardia y habían sido construidas para impedir el paso directo del río y hostilizar la línea americana, las que venían a quedar frente a ésta (la línea y los fortines del Paso Real quedaban frente al enemigo) tenían cañones de diferentes calibres y las baterías más balas, obuses y morteros de escaso calibre en su totalidad". El día 11 de abril de 1846 llegó el Gral. Don Pedro Ampudia a relevar al Gral. Mejía y tres días después recibió una comunicación en donde le decían que el Gral. mariano Arista se haría cargo de las tropas, ordenándole Arista que suspendiera todo movimiento de tropas hasta que él llegara a Matamoros, dándole a Taylor 15 días para que perfeccionara sus fortificaciones frente a Matamoros y preparar su magnífica artillería en el Frontón de Santa Isabel. También ordenó a dos buques de guerra que tenía fondeados en el Brazo de Santiago que bloquearan la boca del río a fin de que no entraran víveres por agua a Matamoros. Vergonzoso es tener que anotar aquí que el Sr. Arista demoró su llegada a Matamoros por atender sus asuntos particulares en su hacienda de Nuevo León descuidando la defensa de la Patria que en esos días estaba en mejores manos pues Ampudia siempre fue mejor militar como lo demostró en la brillante defensa de Monterrey meses después. El Día 3 de mayo se rompieron los fuegos de la artillería enemiga y la nuestra entablando un duelo que duró 160 horas y a pesar de lo anticuado de nuestros cañones mandados por Ampudia, éstos subieron sus efectos en el campo enemigo, muriendo el comandante del fuerte el Mayor Jacobo Brown. Consumada la derrota de nuestras tropas en Palo Alto y Resaca de Guerrero los días 8 y 9 de mayo, Taylor tomó posesión de la Plaza de Matamoros el día 18 de mayo sin disparar un solo tiro; Una parte de sus tropas izó la bandera de los Estados Unidos en el Fortín de Paredes y la otra que entró por el oriente pasó frente a los inconclusos muros de la Casamata. Arista había iniciado la evacuación desde la Washington, D. C. Copias obtenidas por cortesía de Don Alfonso A. Champion. 24


noche anterior abandonando enfermos, heridos y muchos elementos de guerra que en su precipitada huida no pudo destruir, dirigiéndose a Linares, Nuevo León donde fui destituido del mando y se la abrió un proceso inútil, puesto que no podrían castigarlo aquellos que habían sido sus cómplices en cien asonadas y cuartelazos, pasándole lo que a Santa Anna y a Filísola en casos semejantes. Después de la honrosa capitulación de Ampudia en Monterrey, la entrega estúpida de la victoria mexicana en La Angostura, las batallas de Molino del Rey, Churubusco y Chapultepec donde se rubricó el triunfo del invasor con la sangre de nuestros Niños Héroes que así enseñaban a la vieja camarilla militar cómo se moría por la Patria, al igual que nuestros sufridos soldados, muchos de ellos semidesnudos, mal armados peor alimentados y dirigidos por un Santa Anna a quien la marina de guerra de los Estados Unidos le había permitido entrar a México a hacerse cargo de su defensa después de la caída del ambicioso Paredes y Arrillaga, Santa Anna, el que siempre atribuía sus derrotas a sus subalternos, el que recibiera una oferta de Winfield Scott, jefe norteamericano, de un millón de pesos y que posteriormente un tribunal militar en los Estados Unidos, no pudo justificar lo que había gastado en sobornar a traidores en la campaña de México, pues según sus acusadores, gastaba más en sobornos que en gastos efectivos de campaña. Muy acertado estuvo Polk al permitirle a Santa Anna entrar por Veracruz a encabezar, primero, la rebelión en contra de Paredes y Arrillaga y después la defensa de la Patria; con Santa Anna en México, había ganado la guerra. Firmada la paz el 2 de febrero de 1848, quedó la frontera en ruinas, grande pérdida había sufrido Matamoros durante la ocupación norteamericana, pues llegó Taylor a exigir a los matamorenses compensación por la destrucción que hacían nuestros guerrilleros de víveres y equipo de su ejército en su avance a Monterrey. centenares de familias emigraron al país vecino que ahora ofrecía grandes facilidades a los inmigrantes y la miseria se enseñoreaba en las Villas del Norte. EL PLAN DE LA LOBA, ORÍGENES DE LA ZONA LIBRE. El pueblo envía un memorial al Ayuntamiento de Matamoros, pidiéndole se dirija al Gobierno Federal solicitando exención de derechos en aquellos artículos de primera necesidad para la vida como: harina, maíz, aceites, grasas, etc. y el gobierno

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de Herrera con fecha 4 de abril de 1849 autoriza por un período de tres años una considerable reducción en los derechos de dichos comestibles7. Sin embargo, esa franquicia fue del todo ineficaz, pues continuó la crisis y como consecuencia de ésta se inició un movimiento revolucionario encabezado por el General José María de Jesús Carvajal y el Teniente Coronel José María Canales, tendiente a lograr la implantación de ciertas medidas arancelarias que, permitirían la tácita existencia de una zona libre en la frontera. Esta revuelta se organizó al amparo del "Plan de la Loba" en el que, entre otras cosas, se pedía el retiro de las tropas federales de la frontera por ser perniciosas, opresoras e inútiles, así como la creación de un fondo con el objeto exclusivo y sagrado de hacer la guerra a los indios salvajes. Las fortificaciones de Matamoros con su inconclusa Casamata y fuertes Guerrero y Paredes son puestas nuevamente a prueba, ahora en contra de los nuestros. A pesar de la gran popularidad que tuvo el Plan de la Loba en las villas fronterizas, al saberse que el general Carvajal había reclutado entre sus hombres un buen número de filibusteros mandado s por antiguos líderes texanos, su simpatía se tornó en antipatía y el pueblo matamorense hizo a un lado toda consideración de beneficio personal, aportando su contingente de sangre a favor del Gral. Ávalos y sus soldados, defendiendo la plaza con bizarría durante un sitio que duró del 20 al 30 de octubre de 1851; los invasores incendiaron buena parte de la población capturando el Fortín Paredes donde establecieron su Cuartel General, mientras que el Gral Ávalos se mantuvo en el interior de la ciudad, apoyándose en las fortificaciones que se levantaron en la Plaza Hidalgo y Fuerte Guerrero que no pudieron capturar las fuerzas de Carvajal, viéndose éste finalmente obligado a levantar el sitio, desbandándose su gente después de la derrota que le infligieran en Cd. Camargo el 30 de noviembre de 1851 y en Cerralvo, N. L. el 22 de febrero de 1852. Este combate del 20 al 30 de octubre de 1851 dio motivo al congreso de Tamaulipas para que con fecha 7 de noviembre de 1851 decretara y le otorgara a Matamoros el título de "Invicta y Heroica" recomendando que el salón de sesiones del H. Ayuntamiento se inscribiera dicho título con letras de oro y hasta la fecha El problema económico de las fronteras mexicanas. Por Ulises Irigoyen. Tomo I. Páginas 33-36. 7

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podemos leer en una placa de bronce colocada en la pared, la siguiente leyenda: "INVICTA Y HERICA CIUDAD DE MATAMOROS, OCTUBRE 30 DE 1851". Más tarde, con fecha 28 de mayo de 1852, por acuerdo del Congreso General de la Nación, siendo presidente Arista, se le concedió a Matamoros el título de "LEAL", por lo tanto, desde entonces lleva los títulos de: LEAL, INVICTA Y HERICA CIUDAD DE MATAMOROS". LA ZONA LIBRE. Siguió Matamoros sufriendo las consecuencias de tanta guerra, destrucción de hogares y la creciente competencia y desarrollo del comercio de Brownsville, Texas, que, aprovechando toda nuestra experiencia de puerto, pero con la gran ventaja de la libertad de comercio de que allá disfrutaban y la inteligente administración de que gozaba, estuvieron a punto de dejar despoblada y en ruinas a Matamoros y Villas del Norte. El pueblo nuevamente se dirige a sus mandatarios estatales pidiendo la franquicia de una zona libre. El gobernador interino del estado, Don Ramón Guerra, en decreto fechado en Cd. Victoria el 17 de marzo de 1858, dice entre otras cosas que debieran recordar siempre nuestros gobernantes: "Considerando que los pueblos de la frontera del norte de hayan en un verdadero estado de decadencia por falta de leyes protectoras de su comercio; que situados al frente de una nación mercantil que goza de un comercio libre necesita de iguales ventajas para no perder su población, que constantemente emigra al país vecino; deseando poner un término a tan grave mal, por medio de franquicia que tanto tiempo ha reclamado el comercio de la frontera, atendiendo la petición que ha hecho el vecindario de Matamoros y usando de las facultades extraordinarias de que me hayo investido por decreto del 28 de diciembre último, de la H. Legislatura del Estado, por consulta del Consejo, he tenido a bien decretar lo siguiente: Artículo 1º.-"Los efectos extranjeros, que se destinen al consumo de la ciudad de Matamoros y de los demás pueblos de la orilla del río Bravo, Reynosa, Camargo, Mier, Guerrero y Laredo y el comercio recíproco de estos mismos pueblos, serán libres de todos los derechos". Más tarde el presidente Don Benito Juárez, por decreto de fecha 31 de julio de 1861 sancionó la implantación de la Zona Libre de Tamaulipas. Lo que no pudo conseguirse con el bélico Plan de La Loba en 1851, el gobernador Don Ramón Guerra, haciendo uso de la soberanía tamaulipeca, lo hizo por medios pacíficos en 1858. 27


El establecimiento de la Zona Libre en la frontera fue el origen de un período de gran prosperidad para Matamoros que creció rápidamente, asegurando algunos autores que llegó a tener una población de 40,000 habitantes; se establecieron grandes almacenes importadores y exportadores, surtiendo al norte de la República con mercancías europeas y norteamericanas a bajo costo, igual cosa, pero en menor escala sucedió con Reynosa, Camargo, Mier y Laredo. También es cierto que el contrabando en gran escala floreció en toda la frontera. Audaces contrabandistas con numerosas recuas de mulas se internaban al país por diversos puntos, desafiando a los empleados fiscales con los que se batían para defender sus cargamentos, aún se cantan corridos en la frontera recordando las hazañas de los contrabandistas y fiscales de la frontera. El puerto de Bagdad, la antigua Boca del Río, surgió como por encanto y para la Época de "los Algodones", durante la Guerra de Yanquis y Confederados legó a contar con 12,000 habitantes siendo cabecera del municipio de Villa Cortina, nombre que le puso el General Don Juan N. Cortina el 22 de junio de 1864. Don José María Vidal Millán fue el primero y el único presidente municipal de Villa Cortina. Muchas de las grandes fortunas de Matamoros, Reynosa, Camargo, Mier, Monterrey, Laredo, Brownsville, Corpus Christi y otras poblaciones de la frontera, tuvieron su origen en tiempos de la Zona Libre. LA GUERRA DE REFORMA, GUERRA DE ROJOS Y CRINOLINOS E INVASIÓN FRANCESA. Después del golpe de estado de Comonfort en diciembre de 1857, se inicia la Guerra de Reforma siendo Tamaulipas teatro de muchas y sangrientas batallas; el norte siempre fue liberal por la forma independiente en que logró su desarrollo económico y evolución social y política, así como por la gran distancia del centro de la República y la falta de vías de comunicación. Lo mismo sucedía con los Estados Norteños de Nuevo León, Coahuila, Chihuahua y Sonora. Muchos de los conflictos en Tamaulipas tenían en el fondo el mismo origen, el abandono en que lo tenía el Centro, tanto liberales como conservadores, pero también las pasiones políticas entre los mismos caudillos fronterizos provocaron cruentas luchas. Veamos el número de gobernantes que hubo en Tamaulipas durante un corto período de tiempo: El 17 de diciembre de 1857 cuando ocurrió el golpe de estado de Comonfort, era gobernador el Lic., y Gral. Juan José de la Garza, deja 28


interino de Don Ramón Guerra el 12 de marzo de 1858 y reasume el gobierno el 30 de julio, actuando hasta el 16 de marzo de 1859, fecha en que deja de interino al matamorense Don Andrés Treviño, después General, gobernado ésta hasta el 16 de abril de 1860; en dicha fecha reanuda sus labores el Lic. De la Garza, durando en el poder hasta el 1º de agosto de 1861, sin embargo, del 15 de diciembre de 1860 al 16 de febrero de 1861, por ausencia del Lic. De la Garza ocupó interinamente la gubernatura el Lic. Don Miguel Saavedra; el 28 de marzo de 1861 hay un motín en Tampico en el que proclamaron gobernador al maestro de música Don Juan García Tovar, quien derrotado por el Lic. De la Garza, muere en la refriega, gobernador de un día, continuando el Lic. De la Garza hasta el 1º de abril, fecha en que tomó posesión del gobierno Don Modesto Ortiz, presidente del Supremo Tribunal de Justicia en del Estado, pues el Gral. De la Garza fue llamado a México por Don Benito Juárez. La Guerra de Reforma de había ganado definitivamente por los liberales en la batalla de Calpulalpan el 22 de diciembre de 1860 y la entrada a México del Gral. Don Jesús González Ortega el 1º de enero de 1861. Don Modesto Ortiz, en funciones de gobernador, convoca a elecciones participando en éstas: Don Cipriano Guerrero, notario público, jefe del partido denominado "Los Crinolinos, por el color del distintivo que usaban Don Jesús de la Serna, jefe de la partida llamado "Los Rojos" también por el color de su insignia. El triunfo le correspondió a Los Rojos, pero inconformes los crinolinos del Sr. Guerrero protestan, decretando el Congreso del Estado nuevas elecciones para el 8 de julio, pero los rojos no acatan el mandato del Congreso por considerarlo ilegal y deponen a Ortiz, obligándolo a salir de Cd. Victoria tomando posesión del gobierno el Sr. Jesús de la Serna el 1º de septiembre de 1861, declarándose en abierta rebelión los Crinolinos y el 8 de septiembre se apoderan de Tampico y También de Matamoros los coroneles Don Miguel Tijerina y Don Matías Longoria, así como los jefes Don Guadalupe García y Don Macedonio Capistrán, todos ellos defensores de Matamoros en 1851, iniciándose de esta suerte otra larga contienda civil en el Estado. Los Rojos al mando de Don José María de Jesús Carvajal, el que atacara Matamoros en la ya citada batalla de octubre de 1851 defendiendo el Plan de la Loba secundado por los jefes Andrés Treviño, el coronel insurgente Don Leonardo Manzo, padre del Héroe Camilo Manzo, y Don Miguel Echazarreta inician el ataque a Matamoros el día 21 de octubre de 1861, triste destino el nuestro en aquellos 29


terribles días; cuando la escuadra española llegaba a Veracruz y los ingleses y franceses se preparaban para invadirnos, apoyando a los conservadores que aún seguían combatiendo en algunos rincones del país, en lugar de ahorrar la energía y la sangre de tantos valientes mexicanos para ofrendarla en aras de la Patria amenazada, se repetían los hechos bochornosos del 46 al 47 las facciones ciegas se lanzaban unas en contra de otras en combates diarios que duraron 96 días con toda su cauda de destrucción de propiedades y vidas; de nada sirvieron los buenos oficios de Don Santiago Vidaurri, entonces gobernador de Nuevo León, quien por fin designó al Gral. Don Ignacio Comonfort, que había regresado a la Patria Comandante Militar y Gobernador del Estado. Comonfort, con su carácter conciliador logró a principios de enero de 1862 que tanto los partidarios de Guerrero como los de Serna, suspendieran las hostilidades y pusiera a su disposición sus fuerzas organizando con ellas la Primer División del Norte que saliera por Tula el 8 de agosto de 1862 rumbo al interior del país a luchar por la integridad nacional colaborando con el Gobierno Republicano de Don Benito Juárez hasta lograr la expulsión del invasor y la derrota de sus aliados los conservadores. Pero antes de lograr el triunfo final de la República, las fortificaciones de Matamoros y su Casamata fueron testigos de otra larga serie de luchas sangrientas, una interna y otras contra los invasores y sus aliados. Invadido nuestro territorio por los franceses, habían transcurrido ya casi cuatro meses desde la gloriosa batalla el 5 de mayo en Puebla, ganada por el insigne General Don Ignacio Zaragoza encontrándose en el centro del país la Primer División del Norte compuesta de Rojos y Crinolinos, como citáramos anteriormente, los Crinolinos que aun formaban parte del ayuntamiento, simpatizaban con los conservadores en la sesión del 3 de septiembre de 1862 dan entrada a un memorial en el que piden se levante el Estado de Sitio en que se encontraba el Estado y que se hagan nuevas elecciones para gobernador. Desgraciadamente la mayoría de los regidores aprobaron dicho memorial, con excepción de los ciudadanos Don Bernardo Yturria y Don Roberto Fragoso, en ese mismo mes y año los buenos patriotas tamaulipecos organizan la Segunda División del Norte, la que se presentó al Gral. Comonfort, quien designó a su jefe, el Gral. y Lic. Juan José de la Garza como jefe de la División del Centro. A la salida de Comonfort de Tamaulipas quedó como Gobernador del Estado el Gral. Don Albino López y durante su gobierno se sucedieron varios 30


acontecimientos de suma gravedad; Los Confederados, aliados de los conservadores, violando nuestro territorio penetraron a Bagdad a las 3 de la mañana del día 15 de marzo de 1863, apoderándose de tres funcionarios yanquis que esperaban la salida de uno de los vapores, ahorcando al capitán W. W. Montgomery y llevándose presos a los Srs. A. T. Hamilton y E. J. Davis quien posteriormente fuera gobernador Yanqui de Texas. Protestó enérgicamente el gobernador López y el jefe confederado le dio algunas satisfacciones protocolarias entregando al prisionero Davis. Después del fracaso de los republicanos en San Lorenzo y la toma de Puebla por los franceses, el Ejército del Centro se disolvió y marcharon a Tamaulipas por distintos rumbos los jefes tamaulipecos, acompañando al presidente Juárez el Gral. De la Garza, haciéndole los honores de ordenanza a nuestra Bandera al arriarse ésta en México el 31 de mayo de 1863, escoltando a Don Benito Juárez con fuerzas tamaulipecas en su marcha al norte, estableciendo su gobierno en San Luis Potosí. El 8 de septiembre de 1863 designó don Benito Juárez gobernador al Gral. y Lic. Don Manuel Ruiz, y el inquieto Gral. Juan N. Cortina lo depone el día 6 de noviembre nombrando en su lugar al Gral. Don José María Cobos que se encontraba refugiado en Brownsville y quien tres días antes, con permiso de las autoridades confederadas, había organizado al pueblo de Brownsville para extinguir el incendio y explosiones hechas por los militares confederados al abandonar la ciudad. Los matamorenses ayudaron a los refugiados de Brownsville proporcionándoles víveres y alojamiento además de cruzar un buen número el Bravo para salvar una gran cantidad de algodón de consumía el fuego. No parí ahí el movimiento rebelde de Cortina, sino que al darse cuenta de que Cobos preparaba un plan reaccionario, fiel a sus ideas conservadoras y que era responsable del asesinato de muchos liberales en el sur, lo fusiló sumariamente un día después de haberse hecho cargo del gobierno, reponiendo en su puesto a Don Manuel Ruiz. La escuadra francesa que estaba frente a Bagdad inició movimientos amenazantes y el coronel Servando Canales que estaba encargado de la defensa del entonces rico puerto, lo puso en estado de alerta construyendo algunos fortines y trincheras mientras el Gral, Juan N. Cortina, en estrecha colaboración con el gobernador Ruiz trabajaba activamente construyendo la Casamata y fortificaciones de H. Matamoros. 31


El levantisco Gral. Cortina no podía estar sujeto a nadie y el 12 de enero de 1864 inició otra de sus cuarteladas derrocando nuevamente al Gral. Ruiz autonombrándose gobernador y comandante militar de Tamaulipas, durante el motín el Gral. Don Albino López, ahora jefe de la Guardia Nacional muere asesinado por su asistente que quiso hacer méritos con Cortina cuando llegaba López al paso del Bravo frente a Brownsville y, justo es decirlo, Cortina lo castigó severamente, fusilándolo como se lo merecía. El presidente Juárez viose obligado a reconocer a Cortina en virtud de la rebeldía de Don Santiago Vidaurri que se había negado a entregarle los fondos de la aduana de Piedras Negras y las participaciones federales de Nuevo León terminando por apresar a los artilleros Gral. Doblado declarando a Nuevo León y Coahuila separados de la Federación Mexicana el 16 de febrero de 1884. También era evidente el juarismo en Cortina y su amor a la causa republicana ya que con frecuencia enviaba los fondos de la aduana de Matamoros para ayudar en la causa republicana contra el imperio y sus aliados. Por otra parte, el general francés Castagny y el Gral. Don Tomás Mejía avanzaban simultáneamente hacia el norte, uno rumbo a Monterrey y el otro a Matamoros, viéndose el presidente Juárez en la necesidad de salir de Nuevo León (saltillo) hacia Monclova y de ahí a Paso del Norte Chihuahua hoy Cd. Juárez. Si los fondos de la aduana eran remitidos al Gobierno Republicano, los fondos municipales no estaba ociosos; al mismo tiempo que llegaba el Gral Negrete a Monterrey el 2 de abril de 1864, prácticamente perseguido por Castagny, el ayuntamiento de Matamoros, en esa misma fecha es informado por su alcalde Don Agapito Longoria, que el Gral. Cortina le había dado una orden verbal a la Tesorería Municipal para que pagara a los albañiles Abrahán Pineda y Cía. la cantidad de $500.00 a buena cuenta de un contrato que tenía hecho con el mismo gobierno para la construcción de los cuarteles y que se había dirigido oficialmente al gobierno se sirviera comunicar por escrito esta orden, en términos de poder salvar su responsabilidad y la del cuerpo municipal. También informa que el comandante de la guarnición obtuvo del pósito municipal 30 cargas de maíz y $60.00, valor de seis caballos para la tropa de Cd. Reynosa. En la sesión del ayuntamiento del día 16 de abril de 1864, se dio cuenta de una comunicación del gobernador Gral. Cortina manifestando que: "Destinados los fondos que se recaudan en la aduana marítima de ese puerto para las grandes atenciones del Gobierno General en la actual guerra extranjera y considerando que 32


es absolutamente necesario construir en esta ciudad un edificio para cuartel de las tropas nacionales, ha dispuesto que de los fondos de esta municipalidad, se eroguen los gastos que sean precisos para construcción de esta finca en el concepto de que las cantidades que para este fin se tomen de la Tesorería Municipal serán en calidad de préstamo que satisfará la misma aduana tan pronto como las circunstancias lo permitan, pues con fondos de esta oficina deben cubrirse el total importe de este edificio consagrado unidamente al servicio nacional". Discutido este asunto, prevaleció la opinión del alcalde, Sr. Longoria, en el sentido de que, se dé cumplimiento a la orden del gobernador, prestándole las cantidades que se necesiten de la Tesorería Municipal para la construcción de los cuarteles, pero que al mismo tiempo se recabe del Señor Gobernador la orden respectiva, para que la jefatura superior de Hacienda, libre los correspondientes certificados de entrega de las cantidades que salgan de la Tesorería Municipal a fin de que haya constancias para que en todo tiempo la Corporación pueda cobrar estas cantidades de la aduana marítima de este puerto... El anterior acuerdo fue aprobado por unanimidad. En la sesión del Ayuntamiento correspondiente al 28 de mayo de 1864, también se dio cuenta de un comunicado del Gobernador Gral. Cortina, transcribiendo la que le dirige el ministerio de Guerra y Marina, manifestando que "con motivo de la derrota que acaba de sufrir el Ejército del Norte se hace sentir la urgente necesidad de armas y que teniendo noticia de que el Gobernador del Estado puede disponer de $80,000.00 pertenecientes a los fondos municipales y que iban a destinarse a la construcción de unos cuarteles, el Señor Presidente se sirvió resolver que se emplearan precisamente en la compra de las armas que fuera posible conseguir con la cantidad expresada y que en caso de que haya disminuido dicha cantidad por estar invirtiéndose en la construcción de dichos cuarteles se la procurara de la manera que le sea más oportuna". Transcribe el Gobernador al Ayuntamiento la anterior comunicación, previniéndole entregar al Sr. Francisco Espíndola oficial primero de la secretaría de aquel gobierno y Comandancia militar la suma de $30,000.00 de las existencias del fondo referido... El Presidente Municipal informa que se había cumplimentado lo dispuesto por aquella superioridad, mandando entregar de la tesorería municipal la suma referida. Como lo anotamos anteriormente, el gobernador republicano, Gral. Cortina con fondos municipales continuó construyendo fortificaciones y cuarteles sin 33


descuidar la compra de armas para la causa nacional. Los acontecimientos se desenvuelven rápidamente; Los marinos franceses al mando de su Capitán A. Verón bombardean y capturan el puerto de Bagdad el 22 de agosto de 1864 sincronizando sus movimientos con los del General Tomás Mejía que avanzaba por tierra rumbo a Matamoros, estando la costa bloqueada desde hacía algunos meses por el almirante francés Bosse que tenía una escuadrilla compuesta por los barcos la "Darién", la "Colbert", la "Drone" y la "Bellone". El General Cortina mandaba cerca de mil hombres y tenía 12 cañones en Matamoros, sin embargo, no pudo auxiliar al coronel Servando Canales que con un pequeño destacamento defendía el puerto viéndose obligado a abandonarlo concentrándose a Matamoros. Quince días después el 6 de septiembre, el Gral Cortina simula atacar a los franceses en Bagdad y éstos salen en su persecución, cruzando el río 300 hombres de Cortina, al mando del coronel Miguel Echazarreta, en un punto llamado Rancho Blanco, cerca de La Burrita, allí fueron recibidos por el Coronel Yanqui H. M. Day, quien para acallar las protestas del comandante Francés A. Verón simula y ejecuta el desarme de los republicanos de Cortina. Tres días después el Comandante Confederado Showalter ataca al coronel yanqui Day y éste rearma a Echazarreta y juntos rechazan a Showalter derrotándolo en una batalla que duró de la tarde del día 9 a la mañana del día 11, regresa la gente de Cortina a Matamoros y el 22 del mismo mes éste finiquita un convenio con el jefe Confederado, Coronel John Salmon Ford ("Rip Ford") su enemigo de muchos años, por medio del cual "pueden pasar a ambos lados del Bravo, tanto los Confederados como los Republicanos Juaristas". Al amparo de este convenio cruzaron el Bravo los jefes Republicanos Servando Canales, Aureliano Rivera y Miguel Echazarreta con 200 de sus hombres siendo bien recibidos por los confederados. Días después remontaron río arriba, cruzando nuevamente hacia México en un punto cercano a Cd. Guerrero para continuar la lucha por la República.8 El día 26 de septiembre de 1864, para salvar la ciudad de una destrucción segura, Cortina le entregó la plaza de Matamoros al General Imperialista Tomás Mejía sin disparar un tiro, entregándole las armas y parque que quiso pues ocultó en lugar seguro lo mejor para tomarlo en cuanto fuera pertinente. Los fortines, trincheras y demás fortificaciones de Matamoros no se utilizaron para nada y hubo A Brief History of the Lower Rio Grande Valley. Por el Lic. Frank C. Pierce (1917) The Collegiate Press. Menasha, Wis. 8

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muchas personas que consideraban la capitulación del juarista "Cheno" Cortina, como un acto de traición a la causa de la República. Pero el astuto guerrillero fronterizo tenía sus planes y su rendición fue solo un capítulo más en su ya azarosa vida de tretas, arreglos y convenios con extranjeros y nacionales. El General Mejía conocido en la frontera con el mote de "El Indio Mejía", por ser indio de raza pura, era un hombre activísimo buen soldado y organizador; También tenía sus ribetes de político y cuatro días después de estar en Matamoros, redacto un Acta de Adhesión al Imperio que firmaron muchos de los conservadores y que fue motivo durante muchos años después del triunfo republicano, para que se les considerara con toda razón, Traidores a la Patria e incapaces de ocupar puestos. El Ayuntamiento, con la sola excepción de Don Agapito Longoria siguió funcionando, algunas veces presidido por el conservador Prefecto político Tomás García y por los también conservadores Miguel García Cavazos y Reyes Apresa. TERMINACIÓN DE LA CASAMATA Y FORTIFICACIONES DE LA HEROICA MATAMOROS. Con la actividad que le era característica, el Gral. Mejía pidió a las autoridades municipales rindieran cuentas cabales de los dineros invertidos por el Ayuntamiento, pues en esos tiempos hasta el sueldo de un gendarme tenía que ser autorizado por la Prefectura y en la sesión del sábado 15 de octubre de 1864, informó el alcalde primero Don Miguel García Cavazos que el alcalde saliente, Don Agapito Longoria, le había entregado por inventario, todos los documentos, muebles y enseres pertenecientes a la municipalidad el mismo alcalde manifiesta también que: "para que el Ayuntamiento sepa cuáles son las cantidades prestadas al anterior gobierno de la nación, así para la construcción de cuarteles como para otras atenciones, con el objeto de que la Corporación pueda reclamarlas al gobierno actual, para que le sean reconocidas y pagadas de la manera que lo juzgue conveniente, hace proposición para que del ceno del Ayuntamiento se nombre una comisión que se encargue de hacer una liquidación con vista en el libro de la Tesorería Municipal de todas las cantidades que se han gastado por disposición del gobierno en la hechura de los cuarteles y otras atenciones de marzo hasta fines de septiembre anterior". Se aprobó esta moción y quedaron nombrados para el desempeño de esta comisión los Señores Regidores Leandro Leal, José María de la Portilla y Cipriano Villanueva, quienes presentarán al Ayuntamiento la liquidación que formen para hacer el reclamo correspondiente a la Comandancia General. 35


Escribe el Lic. Frank C. Pierce en su obra A Brief History of the Lower Rio Grande Valley ("Breve Historia del Bajo Valle del Río Grande”) ... Apenas había transcurrido un mes de la Toma de Matamoros por el General Mejía cuando se inició la Guerra de Guerrillas y no pasaba un día en que no hubiera de uno a 15 muertos entre los defensores de la Plaza o atacantes de la misma. Entre los muertos y heridos de los Imperialistas podemos citar a D. McCaskill, Jacobo Schneider y P. G. Chamond. Algunos de estos hombres eran encabezados por el Teniente Sullivan, el Mayor Garard, el Capitán Morris y J. P. St. Clair. Entre los liberales encontramos los nombres de Birch, Gholson, McKinney, Miller y Granger". Frecuentes eran los tiroteos y no escapaba barco de vapor que no fuera tiroteado a lo largo del trayecto de Bagdad a Matamoros. Muchos Confederados se alistaron en las filas Imperialistas, especialmente aquellos pertenecientes a la fe católica, mientras que en las filas liberales se contaban muchos unionistas (yanquis). Los guerrilleros liberales que asediaban Matamoros respondían en esta forma a las fiestas ordenadas por Mejía para celebrar el acta de adhesión al Imperio que había firmado apenas el 30 de septiembre, fiestas que duraron tres días, el 24, 25 y 26 de octubre de 1864. Que Matamoros era de mucha importancia para el Imperio lo demuestra el interés que tenía Maximiliano en colocar hombres de su entera confianza en los puestos de mayor responsabilidad, designando a Don Jacobo Sánchez Navarro como Prefecto Político del Distrito, puesto que transitoriamente ocupó Don Tomás García, quien le dio posesión el 8 de noviembre de 1864. La comisión nombrada el 15 de octubre para presentar la liquidación respectiva con números sacados de la Tesorería Municipal lo hizo el 7 de diciembre, resultando una cantidad de: $55,643.47, valor de ladrillo, cal, arena, tierra, madera, etc. $16,000.00 en mano de obra y fletes gastados en la construcción de la fortificaciones y cuarteles, acordándose enviar esta liquidación al Gral. Mejía, así como el inventario de la madera que había en existencia. Deseamos hacer un paréntesis aquí la relación de reclamaciones que hace el ayuntamiento imperialista, de los dineros gastados por el Gral. Cortina en cuarteles y fortificaciones para relatar algunos hechos relacionados con la vida política del Matamoros de entonces. El 21 de noviembre de 1864 la prefectura del Distrito 36


participa al Ayuntamiento que, mientras S. M. El Emperador no resuelva la manera en que deba hacerse la renovación en los cuerpos municipales del Distrito, deben seguir los que existen actualmente sin alteración alguna y sin proceder, por las autoridades, a nueva elección. El 22 se designa a Don Antonio R. Cárdenas, Director de Juzgados con la dotación mensual de $60.00. Se designa una comisión para levantar un plano del mercado que se pretende construir en la Plaza de la Libertad, hoy Mariano Escobedo. Se inicia un litigio con el fin de nulificar la venta de las fincas alrededor del mercado, hoy Juárez, venta que hizo el General Cortina. Se aprueba el gasto de $40.00 mensuales a la maestra Doña Carmen Herrera en calidad de auxilio, para que admita en su escuela a 10 niñas pobres. Se levanta estadística sobre las escuelas, alumnos que reciben instrucción, materias que se enseñan, etc. Se toma el acuerdo por el Ayuntamiento de suscribirse al Periódico Oficial titulado "El Monitor de la Frontera", en el que se insertan disposiciones y decretos vigentes expedidos por la Regencia y el Imperio. Continuando con el asunto de los Cuarteles, la comisión nombrada al efecto que ya había rendido cuentas del material existente informa nuevamente haber prestado al Gral. Mejía 198,300 ladrillos y 63,000 tejas cuadradas, así como madera, cal, vigas y demás para dichas construcciones, esto según consta en acta de la sesión del 10 de diciembre de 1864. En la sesión del Ayuntamiento de fecha 11 de enero de 1865 se da cuenta con un recibo de la Comandancia General por materiales de construcción que se le prestaron pertenecientes a la Fábrica de los Cuarteles, quedando a disposición del Ayuntamiento alguna cantidad de material que no se ocupó y que le será entregada a la hora que disponga la Corporación. El Presidente Municipal Imperialista, Sr. Manuel Reyes Apresa, manifiesta en la sesión del Ayuntamiento correspondiente al 8 de febrero de 1865 que, no habiendo recibido por inventario los materiales sobrantes de los cuarteles que estaban construyendo exige que el Presidente Municipal anterior haga entrega escrupulosa de dichos materiales para que se vendan, exceptuando aquellos que puedan usarse para la construcción de la escuela. Por fin, en la sesión del 22 de febrero la Corporación autoriza al presidente para que venda las existencias de ladrillo, etc. de los Cuarteles de "Abajo" en venta privada, dando cuenta al Ayuntamiento del resultado. 37


El 27 de mayo de 1865, el Presidente Municipal informa que, la Comandancia Militar había dispuesto de $3,000.00 de los fondos municipales para continuar las fortificaciones, los que le habían sido entregados en virtud de órdenes de la Prefectura de fecha 10 y 24 de abril próximo pasado. En la sesión del 28 de junio también informa el Sr. Presidente que por órdenes de la Comandancia Militar se entregaron $6,000.00 para las fortificaciones; En esa misma sesión la Sra. Simona García pide que se le indemnice por un solar que le quitaron para ocuparse en las fortificaciones e igual reclamación hacía la Sra. Mariana Hinojosa, reclamaciones que eran turnadas a la comandancia militar. No hay duda que se trabaja intensamente en reconstruir no solamente la Casamata, polvorín y todas las fortificaciones que circundaban la población, puesto que los Republicanos tenían en constante asedio a la plaza, mencionándose esta circunstancia en forma oficial en la sesión del Ayuntamiento correspondiente al 29 de julio de 1865; Uno de los regidores, Don Dimas Torres Velázquez se queja de "la ninguna entrada de efecto del país a causa de las partidas armadas que atraviesan los caminos e impiden el tráfico", nulificando en parte el negocio de un concesionario del mercado que pedía disminución de impuestos por ser muy onerosos los que pagaba. Consecuente con su plan original cuando capituló, el Gral. Cortina huye a Matamoros a fines de marzo de 1865; reúne a los elementos militares que estaban dispersos por las rancherías del Norte hostilizando a los imperialistas y se dirige a San Fernando donde lanza una proclama el 1 de abril explicando su actitud para con Mejía y declarando su absoluta adhesión a la República y a su Presidente don Benito Juárez. Inicia "El Colorado" sus actividades derrotando al imperialista Larrambide y sorpresivamente se presenta en Matamoros, penetrando a la plaza el día 11 de abril, burlando la cadena de fuertes y trincheras, inclusive la Casamata apenas terminada en el mismo mes, recupera el parque y armas que tenía ocultas, se provee de caballada para su gente y se retira al interior en virtud de no tener suficientes elementos para controlarla. En esos días los Confederados estaban nuevamente en poder de Brownsville, listos para proporcionarle la artillería a Mejía, como lo hicieron posteriormente, así como también, tropas bien fogueadas. Los hombres de Cortina mataron a un Coronel Imperialista y seis hombres en el asalto a Matamoros y seis días después le envió un mensaje al jefe Yanqui en el Brazo de Santiago 38


coronel R. B. Jones Concebido en estos términos... "Si su jefe ordena la recuperación de Brownsville, yo tomo Matamoros en menos de una semana". No hubo tal cosa y Cortina se retiró a su campamento hostilizando continuamente a Mejía, capturando el vapor "Señorita" que según informe del General yanqui Sheridan, estaba cargado de algodón confederado que le fue entregado a los yanquis. La hazaña de Cortina fue suficiente para poner de cabeza al "Indio Mejía” y sobre todo a los ricos conservadores mexicanos y confederados como Richard King y Mifling Kennedy que habían acumulado grandes fortunas, ahora amenazados por los descamisados liberales que alertas y vigilantes operaban por todos los caminos de Tamaulipas. Los Ingenieros Militares belgas y franceses al servicio de Mejía al continuar la construcción de la Casamata, lo hicieron porque el terreno escogido por el General Mexicano Manuel Rodríguez de Cela era el más alto contiguo al antiguo fuerte de Guerrero construido con ladrillo de la Ladrillera de la Nación con sus troneras, torreón y una rampa por donde subían las tropas que, colocadas en la azotea de la misma fortaleza, dominaban por todos los rumbos. Circundaba la Casamata un muro de ladrillo y por el exterior de dicho muro, un foso, quedando a 100 metros aproximadamente de la línea de trincheras y fortines que rodeaban la población. Empezaban éstas a poca distancia de la orilla del Río Bravo a corta distancia del camino que conducía al Paso de Los Tomates donde se construyó el primer fortín que se llamó Del Estero, seguía la línea hacia el Sur hasta llegar al fortín de Puertas Verdes, también llamado Bravo, donde existía un puente levadizo comunicando al camino a Bagdad y ranchos circunvecinos; de allí seguían las trincheras en una línea oblicua rumbo al Suroeste hasta llegar al fortín Hidalgo, de Matamoros y de este fuerte continuando en la misma dirección continuaban hasta llegar al Fortín y Garita de San Fernando, donde existía otro puente levadizo comunicando con el camino de San Fernando; de este fortín seguía la línea de trincheras rumbo al Noroeste hasta llegar al Fortín Hidalgo, continuando en la misma dirección hasta llagar al Fortín Iturbide, siguiendo la línea hasta llegar al Fortín de Monterrey, de este punto seguía la línea directamente al Norte, cortando el antiguo camino a Monterrey por la Calle Matamoros, siguiendo hasta el Fortín del Bravo donde estaba el puente y salida a Monterrey, lugar de donde partía la línea hasta llegar al antiguo Fortín Paredes y de éste hasta la orilla del Río Bravo. Total, nueve fortines, la Casamata y en el exterior de las trincheras, un profundo foso. 39


Formidable conjunto de fortines y trincheras contra el que se estrellaron los republicanos en más de una ocasión. Escribe el Gral. y Dr. Tamaulipeco Don Ignacio Martínez que, Mejía envió los planos de defensa de Matamoros a una casa impresora de París para que hiciera algunas copias y ésta los regresó pidiendo explicaciones, pues no creían posible que las trincheras y fortines estuvieran orientadas hacia el interior del país, lo lógico es que estuvieran dando frente al Río Bravo. Con el consiguiente bochorno tuvieron que confesar que los planos estaban hechos correctamente9. Veinte días después del ataque a Matamoros por el Gral. Cortina, que sí penetró a la ciudad, atacó nuevamente la plaza el Gral. Don Miguel Negrete, uno de los héroes del 5 de mayo en Puebla, al frente de 2,000 soldados, siendo rechazado después de tres días de combates en que la artillería y hombres proporcionados por los confederados del Gral. Slaughter jugaron un papel muy importante. Por algo el Gral. Cortina pedía al yanqui Jones que recuperara Brownsville y que él tomaría Matamoros en menos de una semana. El 3 de mayo de 1865, el Gral. Negrete se vio obligado a levantar el sitio y el 30 del mismo mes al recuperar Brownsville el yanqui Gral. E. B. Brown, el Gral. Confederado Slaughter, varios de sus oficiales y un buen número de soldados engrosaron abiertamente las filas de Mejía. Además de la artillería y hombres, Slaughter pasó a Matamoros 1000 pacas de algodón Confederado. No eran ajenos a estos negocios algunos grandes comerciantes que tenían establecimientos en Matamoros y en Brownsville. El Presidente Municipal Imperialista, Manuel Reyes Apresa en sesión del 12 de julio da cuenta de que la tropas francesas habían desocupado las Casas Consistoriales donde se alojaban, pidiendo autorización para hacer las reparaciones y aseo necesarios en virtud del estado de deterioro en que se encontraban; es interesante observar la antipatía de los mismos imperialistas para los franceses al celebrar con alborozo la designación que el Emperador Maximiliano hiciera del Sr. Don Nicolás de la Portilla para el puesto de Comisario de la 5ª División Territorial. Recuerdos de un viaje. Por el Dr. y Gral. Don Ignacio Martínez. París. Librería de P. Bregi. (1884). Pag. 501. 9

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El coronel José Nicolás de la Portilla había participado brillantemente en la campaña contra los texanos en 1836 y fue de los defensores de Matamoros en octubre de 1851, por lo tanto, era justificado el alborozo manifestado por los imperialistas de la región. Al retirarse el Gral. Negrete de Matamoros continuó el asedio de la Plaza por el Gral. Cortina. La importancia estratégica de Matamoros era tanta que el Gral Escobedo, ahora comisionado para organizar el Ejército del Norte se reunió con el Gral. Cortina y el coronel Servando Canales, atacándola los días del 17 al 25 de octubre de 1865 al frente de 2,500 hombres, capturando dos de los fortines, los que luego tuvo que abandonar con la pérdida de más de 300 hombres ante la imposibilidad de darles ayuda, en virtud del fuerte aguacero que inundó los fosos haciendo imposible el avance. El día 7 de noviembre el Gral. Escobedo inició un nuevo ataque permaneciendo los soldados republicanos casi dos semanas hundidos en los pantanos que se formaron frente a las fortificaciones, luchando en contra de los imperialistas cuya superioridad numérica era indiscutible, así como sus posiciones inexpugnables, retirándose Escobedo el 14 de noviembre, quedando el asedio nuevamente a cargo del Gral. Cortina y del Coronel Canales. Los sitiados recibieron ayuda de los franceses en el vapor "Antonia", que llegó el día 7 de noviembre a Matamoros procedente de Bagdad, esta victoria de los Imperialistas de Mejía y sus aliados fue motivo para que el Presidente Municipal, Manuel Reyes Apresa propusiera y fuera aprobada en sesión del 29 de noviembre una moción para celebrar el triunfo con un solemne Te Deum, fiestas y banquetes para Mejía y sus soldados y una espada diseñada especialmente para "Su Excelencia" el general imperialista. Sabedor Escobedo que los franceses tenían un buen cargamento de pertrechos de guerra en Bagdad, comisionó al Coronel Adolfo Garza y al Mayor Enrique Mejía para que trataran de capturarlo consiguiendo la ayuda del Coronel Yanqui Crawford quien mandaba una fuerza de negros; Estos yanquis de color cometieron toda clase de excesos con la población civil, saqueando la ciudad durante varios días, pues el ataque principió en la madrugada del 5 de enero de 1866, retirándose los negros el día 10, fecha en que se presentó el Gral. Escobedo con suficientes elementos republicanos; sin embargo el informe oficial del comandante yanqui afirma que Escobedo se hizo cargo de la situación el día 7, pero 41


otros autores más veraces afirman que Escobedo llegó el día 10 reclamándole de apuñalarlo. Este saqueo y los asesinatos cometidos por la gresca en Bagdad solo entre cuyos muertos figuraron dos damas norteamericanas motivaron fuertes reclamaciones ante el gobierno de los Estados Unidos, tanto el Gral. Escobedo como el Gral. Tomás Mejía y los comerciantes de Bagdad y Matamoros seriamente afectados por los latrocinios cometidos. Dichas reclamaciones no tuvieron ningún resultado práctico ya que los yanquis alegaron que las soldadesca negra y Crawford estaban fuera del servicio de la Unión y que además Escobedo había solicitado su ayuda. Sheridan, el jefe yanqui nunca pudo detener a Crawford que emigró a Cuba en esos días. El sitio de Matamoros por los militares y guerrilleros tamaulipecos ya era demasiado grave y de consecuencias para la población viéndose obligados los comerciantes a pedir autorización el día 17 de marzo de 1866 para aumentar el precio del maíz, así como el de la carne. Para la fecha de la sesión de cabildo del día 18 de abril dejaron de asistir algunos de los ediles, imponiéndoles el presidente fuertes multas por su inasistencia, entre otros al síndico Don Pedro José García, haciendo extensiva estas multas a cualquier miembro faltista de la Corporación; ya era evidente la desbandada de los partidarios del Imperio. Con la recaptura de Brownsville, Texas por los yanquis el día 30 de mayo de 1865, los republicanos del Gral. Cortina cobraron nuevos bríos estrechando más el sitio de Matamoros y a punto de tomar la plaza estuvo el Gral. Escobedo en sus ataques del 17 al 25 de octubre, así como los del 7 al 22 de noviembre de 1885, sin embargo, fracasó tanto por las bien construidas trincheras y fortines como por la efectividad de la artillería confederada que había obtenido Mejía del Gral. Slaughter. Al levantar el sitio el Gral. Escobedo se dirigió a Monterrey a combatir a los Imperialistas de Quiroga, dejando al Gral. Cortina nuevamente encargado del sitio de Matamoros. Los imperialistas también tomaban medidas para controlar el puerto de Bagdad y el de Matamoros durante aquel tormentoso año de 1865, llegando al primer punto el Almirante francés de la Bedoliere a fines de diciembre en el buque de guerra "Tisiphone", trayendo armas municiones y alimentos, así como algunos franceses para auxiliar a Mejía. Este mismo almirante De la Bedoliere vivía a principios de la Primera Guerra Mundial en 1914 y era entonces el almirante de la Marina Francesa de Mayor Rango. Los franceses controlaban algunos vapores, entre 42


otros el "Antonia" y el "Eugenia" que les servían para proveerse de elementos y mover tropas que, como citábamos anteriormente, eran frecuentemente tiroteadas por los liberales. Era indiscutibles que había una perfecta inteligencia entre los liberales y los yanquis que mandaban Brown y Weitzel y que éstos recibían instrucciones del General en Jefe en Nueva Orleans Philip Sheridan, para cooperar con los liberales y que este interés de Cheridan era completamente interesado puesto que así lo demuestran sus informes a Washington en los que manifiesta su temor de que el Gral. Confederado Salughter, que no solo le vendió la artillería a Mejía sino que ya formaba parte de sus tropas así como los "10,000 Confederados " que según él mandaba el General Shelby y que apoyarían a Maximiliano cruzando el Bravo. También informaba a sus superiores que los Generales Confederados, Magruder, Price, Maury, el ex gobernador de Tenesee y otros prominentes militares ya iban en camino de Córdoba, Veracruz con el propósito ostensible de formar una colonia agrícola pero que en cualquier momento pedían aportar su contingente en favor de Maximiliano. Todos estos temores de Sheridan explican el complot para asesinar a Mejía en el que participaron los yanquis, Capitán Gholson y el teniente Burch durante el ataque republicano del mes de noviembre de 1865. Sheridan estaba atento a nuestros asuntos e informaba el 6 de julio al alto mando yanqui que, "los asuntos en la frontera del Río Grande se están resolviendo hermosamente "... "El Comandante en Brownsville, Gral. Steele, me informa que los oficiales y soldados francesas están indignadísimos en contra de nosotros y que el nieto del mariscal Ney se aproxima a Matamoros con 2000 hombres de caballería francesa y que va a invadir a Texas"... "Los nativos y fuerzas liberales se dice que están de parte de nuestro gobierno y desean desterrar al gobierno francés". En otro de los mensajes de Sheridan al Gral Grant le dice: "Las autoridades francesas se encuentra muy preocupadas. Cortina arrea las avanzadas de Mejía a su gusto y la llegada de nuestras numerosas fuerzas al Rio Grande, así como las pequeñas irritaciones que he alentado a lo largo del Río, los han alarmado tanto que hay un perfecto éxodo de Matamoros...se están desertando los soldados franceses y existe un estado de verdadera inquietud"... "Cortina controla todos los caminos 43


alrededor de Matamoros y dice que puede tomar la plaza si obtiene suficientes municiones". El 1º de agosto, Sheridan describe al Gral Grant, "accidentalmente vi a Cortina en Brownsville y lo encontré muy optimista, ha apretado los hilos de la línea de aprovisionamiento de Mejía y cortado toda comunicación con Monterrey". Se enteró Cortina de que un numeroso grupo de confederados cruzaría el Bravo y les puso una emboscada, capturando al desprestigiado coronel (Juez) Terry de California y 650 hombres, les quitó toda la impedimenta, armas y parque dejándolos en libertad. Montholon, el ministro francés en los Estados unidos, fingiendo ignorar el programa de coalición entre los confederados y Maximiliano o deliberadamente ocultando el asunto mencionando otro, se quejaba ante el Secretario de estado. Se Ward, de nuevas violaciones de la neutralidad en el Río Grande. Acusaba a Cortina de reclutar hombres en Texas para combatir a Mejía; que los hombres de Cortina abiertamente se paseaban por las calles de Brownsville usando listones en sus sombreros indicando el número de la banda o guerrilla a la que pertenecían; afirmaba que Cortina había alistado un grupo de emergencia en Texas para atacar uno de los convoyes imperiales que se dirigían a Monterrey. Sería muy difícil, decía Montonón, que la neutralidad se violara más abiertamente. En una conferencia de prensa sobre el tema, el Gral Grant dijo: "Me permito discrepar cono Monsieur de Montonón. en mi concepto no hay necesidad de que vaya al Río Grande ni más allá de los acontecimientos de los últimos dos años, para encontrar ejemplo de las más flagrantes violaciones de la neutralidad y donde ayuda material le ha sido proporcionada a los rebeldes (confederados) en contra de los Estrados Unidos". Seguramente se refería a la complicidad de las fuerzas confederadas en Texas con las del Capitán A. Verón de la Armada Francesa y las del Gral Mejía. Además, decía Granmt, "Como el Gobierno liberal está reconocido por los Estados Unidos, no podemos hacer ninguna objeción a ninguno de nuestros conciudadanos que deseen ir a aquel país y tomar el partido que deseen". 10

10Cortina,

Rough of the Rio Grande. Por el Mayor Lyman L. Goodman . The Nylkon Company, San Antonio, Texas (1950. 44


Sin lugar a duda, todo este juego diplomático de palabra solamente trataba de encubrir la verdad: Los Confederados colaboraban abiertamente con los imperialistas de Mejía y los yanquis hacían lo mismo con los liberales de Cortina. LA BATALLA DE SANTA GERTRUDIS Y LA CAPITULACIÓN DE LA HEROICA MATAMOROS. El cerco que le habían puesto los liberales a Mejía en Matamoros, no le dejaba más salida que la que le proporcionaban los vapores que navegaban por el Río Bravo a Bagdad y que eran tiroteados siempre por los guerrilleros de Cortina y Canales. Por tanto, se habían acumulado grandes cantidades de mercancías para el comercio de Monterrey y Mejía organizó un gran convoy de 200 carros que salieron de Matamoros, custodiados por una fuerza de 2,000 hombres compuesta de franceses, austriacos, confederados y mexicanos imperialistas al mando del Gral. Feliciano Olvera. De Monterrey salió el general francés Jeannigros con un convoy de caudales para Matamoros, custodiado éste por una fuerza de 1,500 imperialistas, calculando prestarles ayuda a medio camino a los imperialistas de Olvera. Los Republicanos, que tenían espías en Matamoros, se dieron cuenta de esta maniobra por informes que envió el Gral. Andrés Treviño al Coronel Canales, quien a su vez se los transmitió al General Escobedo, además de los que Escobedo obtuvo de los correos enemigos que lograron interceptar sus fuerzas, tomando las disposiciones para atrapar a Olvera y su valioso convoy. Por otra parte, le ordenó al aguerrido Coronel Ruperto Martínez que detuviera a De Tuce que mandaba en jefe a los Imperialistas de Jeannigros en Cerralvo, donde con solo 600 hombres tuvo en jaque a los imperialistas impidiéndole todo contacto con Olvera y en tremenda jornada de 40 leguas en un día, el Gral. Escobedo llegó al rancho "Los Derramaderos", donde organizó y proyectó su plan de combate en la Loma de Santa Gertrudis, municipio de Camargo, Tamaulipas. Afirman algunos testigos presenciales de la acción de armas que el Gral. Escobedo no quería iniciar el ataque por el mal estado de la tropa y caballada, pero que Canales insistió en que se atacara luego, generalizándose la batalla cuyos resultados fueron una completa victoria para los republicanos en aquel memorable día del 16 de junio de 1866. Después del desastre imperialista en Santa Gertrudis, era imposible que Mejía pudiera resistir los ataques de los liberales, viéndose obligado a capitular con el Gral. José María de Jesús Carvajal, Gobernador Republicanos de Tamaulipas y 45


Comandante Militar del Estado, era evidente que al aceptar esta capitulación Carvajal lo hizo para evitar el inútil derramamiento de sangre y la segura destrucción de buena parte de la ciudad. La capitulación tuvo lugar el 23 de junio de 1866, saliendo Mejía de Matamoros embarcándose ese mismo día en el vapor "Antonia", dirigiéndose a Bagdad para de ahí. trasladarse a Tampico. El presidente, Lic. Don Benito Juárez, sabedor de esta capitulación la desconoció y ordenó se les abriera proceso tanto al Gobernador Gral. Carvajal como al Lic. y Gral. Juan José de la Garza refugiándose ambos en Brownsville el 12 de agosto de 1866. Un día después de la capitulación de Mejía, el Jefe Político designado por el Gral. Carvajal, Don Emilio Velazco, convocó a una asamblea popular con el fin de proceder a nombrar la nueva administración municipal, empezando por designar al Tesorero, recayendo esta elección en el Señor Don Emilio Manautou y la del secretario en el Ciudadano Don Rafael Cuevas; Comandante de Policía, Don José María Cisneros y Juez Civil, Don Pedro Grima. El 27 de junio se organizó el Ayuntamiento, recayendo el nombramiento de Presidente Municipal en el Dr. Miguel Tovar, se le tomó la Protesta de Ley y en esta forma se reinició el régimen liberal en Matamoros. El sitio y los numerosos ataques a Matamoros durante el tiempo que los imperialistas del Gral. Mejía ocuparon la plaza, fue el período de mayor prueba a que se sujetó la Casamata y sus fortines. Sin embrago, nuestros caudillos militares ambiciosos y envalentonados por sus triunfos, pronto olvidaron que los franceses ocupaban parte del territorio nacional y apenas se dúo cuenta Don Servando Canales del proceso contra el General Carvajal, alegando que la guardia personal del gobernador estaba compuesta por texanos reclutados por él, con al apoyo del Gral Don Pedro Hinojosa inició un pronunciamiento dándole el carácter de popular, consiguiendo la adhesión del Ayuntamiento con fecha 12 de agosto de 1866. El Gral. Cortina, ni tardo ni perezoso, muy ducho en estos ataques se retiró a Camargo donde se proclamó gobernador y Comandante Militar el día 21 del mismo mes de agosto paro al saber que el 26 de ese mes, el presidente Benito Juárez había designado a Don Santiago Tapia Gobernador en sustitución del Gral. Carvajal desistió su pretensión y se puso a las órdenes del Gral. Tapia iniciándose otro episodio sangriento entre hermanos, precisamente cuando más se necesitaban sus 46


servicios en contra de los enemigos de la Patria; La Casamata, fortines y trincheras de la Heroica Matamoros son el escenario de esa nueva lucha fraticida. MATAMOROS ES ATACADO POR LOS GENERALES DON SANTIAGO TAPIA Y DON MARIANO ESCOBEDO. El ameritado General Don Santiago Tapia se presentó solo en Matamoros el 7 de septiembre de 1866, creyendo que Canales acataría las órdenes del gobierno republicano y también confiado en las seguridades que le había ofrecido Don Pedro Hinojosa quien le proponía al Gral. Tapia esperara a que Don Benito Juárez conociera los hechos antes de aceptarlo como gobernador; pero esto era solamente para ganar tiempo a fin de que Canales consiguiera el apoyo del pueblo de Matamoros. La trágica comedia del Gral Soto, de Don Rómulo Cuéllar, pariente de Don Servando y demás militares partidarios de Canales simulando un movimiento revolucionario, la ocultación de Canales hasta que sus fieles partidarios y parte del pueblo de Matamoros lo colocaron nuevamente en el poder fue para justificar la expulsión del Gral Tapia a quien el mismo secretario del Gral. Canales, Don Camilo Argüelles lo acompañó al vado para pasarlo a Brownsville, Texas, de donde se trasladó a Monterrey. Canales quedó dueño de la situación, pero el 15 de octubre, el Gral. Tapia salió de Monterrey al frente de 1,500 soldados para hacer respetar las órdenes del Señor Presidente Juárez, fracasando en su intento en virtud de la tenaz resistencia armada del Gral. Canales, pocos días después, el 3 de noviembre de 1866 muere del cólera el noble Patriota Gral. Tapia frente a las fortificaciones de la Heroica Matamoros. Sabedor de estos sucesos el Gral. Escobedo, cumpliendo órdenes del Sr. Juárez, se trasladó personalmente a Matamoros, encontrando a Canales en abierta rebelión y con un grave problema internacional, pues el Gral. Sedgwick, Comandante Yanqui de Brownsville había cruzado el Bravo en un puente de pontones el 23 de noviembre al frente de dos compañías de caballería y cuatro cañones, rodeando la manzana donde estaba el consulado de los Estados Unidos, diciendo que, a petición del cónsul americano iba a dar garantías al comercio extranjero. Esta invasión del territorio nacional no fue objetada entonces por Don Servando quien, antes de la entrada de Sedgwick se había dirigido al Gral. Escobedo oponiéndose a la designación de un gobernador que no fuera de Tamaulipas y que 47


para conservar la paz y continuar la lucha en contra del extranjero (franceses y austriacos) se le escuchara. Escobedo le dúo un plazo para entregar la plaza pacífica y voluntariamente, de lo contrario lo haría por medio de las armas. Al mismo tiempo el Gral. Escobedo se dirigió en términos enérgicos al Gral. Sedgwick conminándolo a retirarse de Matamoros, pues no quería combatir con soldados de un país amigo. Por otra parte, Segwick y Canales llevaban otro género de pláticas y según convenio firmado con el Coronel J. G. Perkins, representante de Sedgwick rechazado el 24 de noviembre, Canales rinde la plaza a los Estados Unidos y en el mismo convenio estipula que ninguna otra fuerza, excepto la de Estados Unidos debía entrar en la ciudad. Al mismo tiempo que esto sucedía, Sedgwick le envía un representante a Escobedo solicitándole una conferencia y que el Gral. Canales Estaría presente. El Gral. Escobedo no asiste y exige nuevamente la desocupación de Matamoros por Sedgwick quien se niega a hacerlo diciendo que esperaba órdenes del Gral Sheridan, falsedad evidente puesto que Sheridan vino a enterarse de esto posteriormente. Agotados todos los recursos de persuasión, el Gral. Escobedo inicia la madrugada del día 27 de noviembre uno de los ataques más sangrientos que jamás haya sufrido Matamoros en toda su historia, muriendo muchos valientes mexicanos que tanta falta hacían en la lucha contra el invasor y sus aliados los conservadores, entre las víctimas de estos asaltos se encuentra el prototipo del valor extraordinario el del cuerpo de 37 heridas, el patriota Gral. Albino Espinosa que, según el Gral. Torrea, cayo muerto por una bala de cañón que le voló la mitad del cuerpo y según el Señor Camilo Argüelles, secretario de Canales, lo recogieron gravemente herido y murió al amputársele las piernas. Dice el historiador tamaulipeco Profr. Gabriel Saldívar al referirse a este hecho de armas: "El cólera y otras pestes habían diezmado las fuerzas de la federación, que sufría escasez de haberes y aún de alimentos. El 27 inició el asalto sobre los fuertes de Guadalupe, Monterrey y San Fernando como a las 4:30 de la mañana. La primera columna fue desorganizada por los fuegos del frente y enfilada de la artillería de los fortines de la cuerería, Monterrey y Mirador, recibiendo órdenes de atacar la columna de reserva logrando llegar hasta la escarpa del foso y apagar enteramente los fuegos del Fortín Monterrey; pero no pudieron pasar aquel por haber sido ensanchado un día antes y los que intentaron pasarlo a nado se 48


ahogaron o fueron arrastrados por la corriente permaneciendo ahí por dos horas hasta que se les ordenó la retirada". El Gral. Escobedo envió una tremenda requisitoria a Sedgwick culpándolo de su fracaso, diciéndole que las fuerzas norteamericanas se habían constituido en reserva de los sublevados, "El jefe americano me ha hecho imposible la victoria y le dice que los gobiernos de México y los Estados Unidos juzgarán de los hechos, diciéndole también que ya no le dará a conocer cual será su conducta ulterior. Sedgwick lamenta la mala inteligencia sobre sus actos y le dice que ordenará a sus tropas trasladarse a Santa Cruz, donde esperará hasta nuevas órdenes de su Cuartel General. El día 29 de noviembre se dirige el Gral. Canales al Gral. Escobedo proponiéndole un avenimiento, diciéndole que él defiende los intereses del pueblo y que le entregará la plaza bajo determinadas condiciones, pero el Gral. Escobedo las rechaza diciéndole: "El precepto es que V. y los autores de esta asonada una vez reducidos al orden, vayan a responder de su conducta ante el gobierno supremo" y "respecto a la Persona de Ud. dos veces le he significado que me bastaría su palabra de honor para ir en libertad a cumplir ese mandato". Finalmente el Gral. Canales entra en razón dirigiéndose al Gral. Escobedo en los siguientes términos refiriéndose a nuevas comunicaciones con Sedgwick: "Como dichas comunicaciones entrañan un peligro más o menos encubierto para el decoro y la dignidad nacional, he resuelto con toda la guarnición que me obedece lo que indico a Usted en mi referida nota, es decir, quedar a disposición de Usted, para que ordene lo que crea conveniente, pudiendo ocupar esta plaza cuando lo juzgue oportuno y dictar las órdenes que guste, pues desde ahora lo obedece esta guarnición". Entre los documentos que adjunta el Gral, Canales al Gral. Escobedo esa noche del 30 de noviembre, está una nueva intimación de Sedgwick para que rinda la plaza a los Estados Unidos y Canales le manifiesta a Escobedo lo siguiente: "Como no estamos en guerra con esta nación considero tal intimación como un principio de ella y en tal caso, mexicano antes que todo, me pongo a las órdenes de Usted para que defendamos esta plaza si Usted así lo dispone o para hacer lo que usted crea más conveniente". Sedgwick regresó a su cuartel el 1 de diciembre levantando el puente de pontones que había utilizado para invadir a Matamoros. Afirma nuestra historiador, 49


el Lic. Don Ciro R. de la Garza que Sedgqwick fue dado de baja por el gobierno yanqui por su conducta irregular. Aquel mismo día, 1 de diciembre de 1866, el patriota Gral. Don Mariano Escobedo se dirige a los tamaulipecos en una bien razonada exhortación: "Para que colaboren en la victoria que ya se aproxima de la lucha nacional, que Tamaulipas invariable, inflexible en esta materia de nacionalidad y de principios liberales, tiene un lugar en esta gran contienda, yo me tendré muy honrado con asociarme a sus dignos hijos así como a los de Chihuahua, Sinaloa, Oaxaca y todo los que nos esperan con los brazos abiertos en el teatro de los acontecimientos". Muchos fueron los tamaulipecos que dieron sus energías y su vida para derrumbar al Imperio que ya estaba tambaleante y para la fecha del anterior manifiesto del Gral. Escobedo ya habían ofrendado sus vidas por la Patria el héroe matamorense, uno de los "Mártires de Uruapan", el Gral Carlos Salazar y el digno y joven Gral. Don Pedro José Méndez, el "Colorado" Cheno Cortina con su ayudante el Subteniente Lauro Villar acompaña a Escobedo hasta la toma de Querétaro donde, con el Gral. Don Ramón Corona son los primeros en encontrarse con Maximiliano indicándole que el jefe es el Gral. Escobedo a quien debe entregar la espada que caballerosamente rehusó el Gral. Corona. Quiero referirme a otros tamaulipecos que también lucharon valerosamente en aquellos aciagos días de la Intervención Francesa: Macedonio Capistrán, Manuel González Flores, Juan José de la Garza, José María de Jesús Carvajal, Carlos Núñez de Cáceres, Ascensión Gómez, Martín Zayas, Fabián Arreguín, Tomás Salazar, Agapito Villegas, Rómulo Cuéllar, Cristóbal Bujanos, Francisco Estrada, Joaquín Z. Kerlegand, Benito Coronado, Ramón Terán, Modesto Vargas, Francisco Puente, Modesto Rodríguez Garza, Juan C. Doria, y tantos otros héroes ignorados luchan en todas partes por la República y como dice el Gral. y Profr. Juan Manuel Torrea: "Así como estas tradiciones muertas vemos pasar desapercibidos héroes auténticos reconocidos por viejos luchadores de ayer y crear después al amparo de las sombras que han dejado al partir los héroes de estas epopeyas inmortales, falsos héroes que han cobrado honores y pensiones a la nación al amparo de las revueltas y de los generales poco escrupulosos que faltando a su deber han signado hechos que no han existido". Breves días dedicó el Gral. Escobedo a reorganizar el gobierno liberal de Matamoros, dejando al frente del mismo al patriota y digno Gral. Felipe B. 50


Berriozábal como Gobernador y Comandante Militar ratificándole dicho nombramiento el Lic. Don Benito Juárez con fecha 27 de febrero de 1867. Se intensifica la luchar contra el Imperio y el Gral. Escobedo con sus norteños establece contacto con el Gral. Ramón Corona que mandaba las fuerzas del Sur y del Pacífico circunvalando los muros de Querétaro donde un tamaulipeco, el Gral. Juan de Doria se cubre de gloria con sus "Cazadores de Galeana" que en número de 240 derrotaron decisivamente a 2,000 que mandaba personalmente Miramón, encerrándolo en Querétaro, rescatando los elementos de guerra que ya llevaba en son de triunfo; se consuma la toma de aquella plaza epilogándose el drama con el fusilamiento en el Cerro de la Campanas del iluso Maximiliano y sus lugartenientes Miguel Miramón y Tomás Mejía. Volviendo a Matamoros y al Gral. Berriozábal, distinguido por su valor, tino y ecuanimidad que le adornaban querido por los matamorenses, tuvo serias dificultades con las bandas de gente armada que azulaban los caminos del Estado y al Ayuntamiento en su sesión del 16 de febrero de 1887, comisionó al Lic. Juan n. Margain para que entregara al C. Presidente de la República un memorial así como para que de viva voz le patentizara la necesidad de que, cuanto antes dictase las providencias necesarias para salvar al estado de la anarquía en que se debatía. El Gral. Don Sóstenes Rocha fue enviado poco tiempo después a Tamaulipas, al mandato de una División con el propósito de poner fin a las disensiones de nuestros políticos y caudillos militares. Sucedieron en una serie de gobernadores en el Norte, Centro y Sur del Estado y finalmente durante el gobierno de Don Francisco L. Saldaña, presidente de la Suprema Corte de Justicia del Estado y Gobernador por ministerio de ley, fue electo gobernador el Lic. y Gral. Juan José de la Garza, tomando posesión de su puesto el 1 de agosto de 1868; sin embargo, para terminar, con las ambiciones de algunos políticos de vio precisado a renunciar, entregando el gobierno nuevamente al Sr. Saldaña, el 1 de diciembre de 1869. En aquel año de 1869, siendo presidente municipal de Matamoros el Gral. Don Pedro Hinojosa, en sesión extraordinaria del ayuntamiento de fecha 8 de julio, se trató lo relativo a la reclamación que el Ayuntamiento de Matamoros Haría al Gobierno Federal de los dineros que le fueron proporcionados, tanto al Gral. Juan N. Cortina del gobierno Republicano como al Gral. Mejía del gobierno Imperialista, para construcción de cuarteles, fortificaciones y otros gastos; El C. Regidor Don 51


Juan Mainero hace resaltar de presentar los recibos originales y órdenes que obran en poder de la secretaría y tesorería municipales a fin de apoyar la reclamación que se pretende hacer y cita los siguientes: Orden del Gral. Santiago Vidaurri, Gobernador y Comandante militar del estado ordenando que de le faciliten en calidad de pronto reintegro a la pagaduría de la Brigada Capistrán la suma de $10,686.00. Orden del Gral. Juan N. Cortina, fecha en abril de 1864 para que la corporación hiciera los gastos necesarios a fin de construir un cuartel en esta ciudad y que las cantidades que con tal objeto se gastan serían en calidad de pronto pago, tan luego como la aduana marítima de este puerto pudiera hacer el pago de aquellos fondos. Continúa diciendo el Sr. Mainero que: "se requiere también extraer de los archivos una orden del Gobierno General en que se pide al Gral. Cortina invierta la mayor suma posible en la compra de armas, siendo la fecha de dicho documento de mayo de 1864, transcribe dicha orden el Gral. Cortina ordenando a la tesorería municipal le de $30,000.00, Además la comunicación del mismo General Cortina , en que se le previene al tesorero Municipal, ponga a disposición del Sr. Espíndola en agosto de 1864, la cantidad de $11,000.00. Todas estas proposiciones fueron aprobadas sin discusión, autorizándose el gasto de papel y demás que fuere necesario. En la sesión del 19 de julio de 1869, informa la comisión nombrada al efecto que los documentos existentes en el archivo son por un valor de $107,892.72. Y en la sesión del ayuntamiento del 24 de agosto de 1869, se informa a los ediles que los fondos retirados de la tesorería municipal durante la época del llamado Imperio, con el pretexto del acueducto y otros diversos gastos, estos gastos suman la cantidad de $75,159.95. Entonces a moción del Regidos don Luis Emiliano Manautou, se acordó buscar en los archivos los datos que se sabe existen de las cantidades desembolsadas, para el acueducto y demás cantidades gastas en negocios ajenos al municipio. Otro dato interesante relacionado con las fortificaciones de Matamoros es el asentado de las actas del 30 de noviembre de 1869, donde la Sra. Petra Buentello se opone al denuncio de un terreno de labor que hacen Don Luis Jáuregui por ser de su 52


propiedad, diciendo que no tiene cercas porque la contraguerrilla americana las destruyó en tiempos de la ocupación de la plaza por el Gral. Don Tomás Mejía. Por lo expuesto, el Gral. Mejía además de soldados confederados utilizó guerrilleros americanos o filibusteros, para combatir a las guerrillas republicanas y para limpiar el terreno entre las fortificaciones, destruyó las cercas de labores como la de la Sra. Buentello, Cerca que en esa época se construían de palos entrelazados. Probablemente existan documentos de fechas posteriores en que haya alguna prueba de que el Gobierno Federal Reintegró estos desembolsos al municipio de Matamoros, desembolsos que se hicieron por órdenes, tanto del Gral. Cortina como del Gral. Mejía que terminaran la Casamata y Fortificaciones del H. Matamoros, pero hasta la fecha no los hemos encontrado. Bajo el Régimen del Lic. Saldaña, tuvo el gobierno que peregrinar de ciudad Victoria a Villagrán y nuevamente de esa población a Cd. Victoria, donde se hizo entrega de los poderes a Don Servando Canales el 1 de septiembre de 1870, continuando los cuartelazos y asonadas como el de Tampico el 2 de mayo de 1871. Sucediéndose varios interinatos de personas adictas a Don Servando, entre otras Don Ramón Guerra y Don Francisco Echartea, terminando este gobierno de Canales el 6 de noviembre de 1876, viéndose el caso muy común entonces de que siendo gobernador del Estado, se revelara en contra del Gobierno Federal encabezado por Don Sebastián Lerdo de Tejada el 16 de junio de 1876, casi tres meses después del proclamado Plan de Tuxtepec reformado en Palo Blanco por Don Porfirio Díaz y sus aliados tamaulipecos. Separado del Ejército el Gral. Don Juan N. Cortina participa en una enconada lucha política por la presidencia Municipal de Matamoros, ganándole a su contrincante y aunque se hizo cargo del Gobierno Municipal en enero de 1874, no fue sino hasta julio de ese año que el Congreso reconoció su triunfo, sus enemigos políticos en Matamoros, que eran muchos y poderosos como el mismo Gral. Canales, siguieronle creando problemas; también los norteamericanos de Brownsville, antiguos confederados víctimas de sus andanzas en Texas, por medios diplomáticos consiguieron que Lerdo de Tejada ordenara su arresto que verificó por sorpresa el Coronel Parrat, en el camino al rancho "La Unión" el 18 de junio de 1875, siendo enviado a México internándosele en la Prisión Militar de Tlatelolco.

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EL PLAN DE TUXTEPEC, REFORMADO EN PALO BLANCO. ATAQUE Y TOMA DE MATAMOROS. Habiéndose fracasado Don Porfirio Díaz en sus levantamientos en el Sur, Salió del país con el pretexto de llevar a sus hijos al colegio en Estados Unidos, pero pronto apareció en la frontera texana en Brownsville en diciembre de 1875, acompañado del General matamorense Don Manuel González y otros simpatizadores. Estableció su centro de conspiración en la casa de Don Manuel Treviño por la calle Washington y 13ª, donde recibía la visita de personas prominentes, entre otras de Don Sabás Cavazos, medio hermano del Gral. Cortina y rico terrateniente y ganadero texano, del Gral. Don Baltasar Fuentes Farías, Presidente Municipal de Matamoros y jefe de la Guardia Nacional y del Coronel yanqui F. J. Engin, unos organizando la campaña de intrigas y sobornos para ganarse la guarnición de Matamoros y otros como Don Sabás Cavazos proporcionando, según algunos, mil caballos y según otros $50,000.00 dólares. Los ex confederados adinerados también le ofrecieron su ayuda a Díaz condicionada a que no permitiera el regreso de Cortina a la frontera sabiendo que ganando Don Porfirio era muy probable fuese puesto en libertad. De pronto empezaron a circular noticias alarmantes para el Gobierno de Lerdo de Tejada; el cónsul de México en Brownsville Texas informó al departamento de Estado por conducto de Don Ignacio Mariscal, embajador en Washington sobre los movimientos de Don Porfirio, igual cosa hizo el cónsul de los Estados Unidos en Matamoros, Thomas F. Wilson, dando detalles del incipiente movimiento revolucionario el 8 de enero de 1876; sin embargo, Don Porfirio tuvo tiempo para organizarse y consiguió la firma de Bloomberg y Raphael, que tenían un negocio en Brownsville y otro en Matamoros por las calles de Comercio (hoy González) entre 8 y 9 le vendiera armas y parque que durante la noche del 27 de marzo fue retirado de las bodegas del ferrocarril de Punta Isabel siendo llevadas al rancho "La Palma" donde las esperaba el Coronel Magdaleno Flores, partidario de Don Porfirio. Una semana antes, el 21 de marzo de 1876, Don Porfirio proclamaba su plan revolucionario en el rancho "Palo Blanco", municipio de Matamoros firmándolo muchos jefes, la mayor parte tamaulipecos y matamorenses, entre los que podemos anotar a Don Manuel González que posteriormente fuera Presidente de la República, Don Pedro Hinojosa que fuera Ministro de la Guerra, Don Eugenio Loperena 54


Paredes, que muriera en la batalla de Las Antonias, el 18 de noviembre de 1876, Don José María Amador, Don Matías Hinojosa, el Coronel Pragedis Cavazos y Don Santos Garza.11 Habíanse ganado por medio de sus agentes y simpatizadores la mayor parte de la guarnición de Matamoros con la sola excepción de los Generales Bernabé León de la Barra y Toledo, del coronel José Leónides Cristo y del Teniente Juan Treviño que permanecieron fieles al gobierno de Lerdo de Tejada, el Gral Díaz inició el ataque a Matamoros el 2 de abril de 1876, fecha de grata memoria para los liberales que no olvidaban la famosa batalla del 2 de abril en Puebla y su jefe Porfirio Díaz. El mando directo de los porfiristas estaba al mando del matamorense Gral. Manuel González y el más imparcial y mejor relato de esta acción por su imparcialidad, brevedad y claridad es el que rindiera el cónsul de los estados Unidos en Matamoros Thomas F. Wilson a William Hunter fechado el 3 de abril de 1876. Título-despachos consulares recibidos, Matamoros, Vol. XII. Departamento de Estado N. A. RG59. "Al acercarse las fuerzas del Gral. Díaz, La guardia Nacional (Se) rehusó a obedecer (las órdenes) al Gral. de la Barra, comandante de las fuerzas del Gobierno e inmediatamente fraternizaron con los insurgentes después de tratar de controlar las fuerzas del gobierno, De la Barra retrocedió con unos cuantos soldados que aún eran leales a la causa de Lerdo, hacia otro de los fortines donde fueron recibidos con una descarga de sus propios hombres, escapándose posteriormente a Brownsville Texas, El Coronel José Leónides Cristo con un pequeño grupo de soldados de línea del gobierno, no pudo sostenerse durante una hora en uno de los fuertes (Casamata) mientras tanto los partidarios del Gral. Díaz habían capturado el resto de la ciudad y sus fortificaciones. Entonces el coronel Cristo se rindió viendo que toda resistencia era inútil, A la mayor parte de los oficiales les fue permitido escapara a Brownsville.12 Durante la hora de resistencia que hiciera el coronel Cristo, viéndose rodeado por las huestes porfiristas hizo algunos disparos de cañón de la Casamata así como de fusilería registrándose algunas bajas entre muertos y heridos pero ante la

Historia de Tamaulipas (Análisis y Efemérides) Por el Lic. Ciro R. de la Garza Treviño.Cd. Victoria, Tam. Página 166. 11

Century of Conflict (1821.1913). Por John C. Rayburn y Virginia Kemp de Rayburn. Texian Press. Waco, Texas (1966) 12

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superioridad numérica del enemigo y la ciudad ya no en poder de los porfiristas tuvo que rendirse. Esta fue la ultima acción de guerra verificada frente a la casamata y fortificaciones de la Heroica Matamoros en el siglo pasado. Durante todo el régimen Porfirista y Gonzalista se uso como arsenal hasta el año de 1911 en que fue abandonado el viejo fuerte, así como el polvorín, otro edificio de ladrillo que estaba situado al suroeste de la Casamata cerca de la antigua garita de San Fernando. La captura de Matamoros y la ayuda que le dieron a Don Porfirio los matamorenses y tamaulipecos en general, fue determinante en su triunfo final en contra del régimen de Lerdo. El Gral. Don Juan N. Cortina, al saber de estos acontecimientos se escapa de Santiago Tlatelolco y en Azcapotzalco lanza una proclama el 18 de mayo de 1876, en favor de Don Porfirio y el Plan Tuxtepecano reformado en Palo Blanco. Un mes después, el 16 de junio, su antiguo subordinado y eterno rival, Don Servando Canales, Gobernador del Estado, también se va a la cargada y se declara por Don Porfirio y su Plan, apoyándolo nada menos que l Congreso Local, lanzando el consabido decreto. Si bien Don Porfirio, atendiendo a intereses tanto nacionales como internacionales, acabó con la Zona Libre trayendo esto como consecuencia la ruina económica de Matamoros y la fuga de la mayor parte de los grandes capitales que se habían amasado durante aquella época, le dio a muchos matamorenses y tamaulipecos capacitados la oportunidad de figurar en puestos importantes dentro de su gobierno; Además de los citados anteriormente, se destacaron prominentemente, Don Domingo López de Lara, Tesorero General de la Nación, el Gral. Rafael García Martínez que ocupara puestos importantes, el Gral. Don Lauro Villar, el Gral. Don Rómulo Cuéllar, el Lic. Guadalupe Mainero, el Coronel Pedro Argüelles y muchos otros que sería largo enumerar. Durante la época Porfirista, se conservó la Casamata en más o menos condiciones de servicio, así como del corto período de Don Francisco León de la Barra y don Francisco I. Madero: Las demás trincheras y fortificaciones se fueron borrando con el tiempo y solamente se conservaban algunas en ciertos trechos al sur y poniente de la población.

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LA REVOLUCIÓN MADERISTA, LA CONSTITUCIONALISTA Y EL VILLISMO. Después de la prolongada dictadura porfirista, el 29 de noviembre de 1910 se inicia la revolución Maderista que tuvo muchos simpatizadores en toda la República que cansada de soportar la tiranía de los científicos más que la de Don Porfirio, fue secundada en todas partes pero en forma pasiva, pues si bien es cierto que hubo algunos brotes revolucionarios en algunos lugares el país, solamente en Chihuahua se luchó en forma, en Casas Grandes, donde fueron derrotados los maderistas por el tamaulipeco Samuel García Cuéllar y en Ciudad Juárez donde se rindieron las fuerzas federales después de ruda pelea en la que hubo muchas bajas por ambas partes. Al darse cuenta el viejo dictador de que ya no era grato al país renunció al poder declarando su propósito de que, "no permitiría se derramara más sangre mexicana por su causa", saliendo para Europa en el Ypiranga para nunca más volver a la tierra donde naciera y a la que dedicara toda su vida sirviéndola en contra del invasor extranjero y en sus guerras civiles como actor y dirigente. Después del interinato de Don Francisco León de la Barra vinieron las elecciones de octubre de 1911 triunfando en forma arrolladora el iniciador de la Revolución, Don Francisco I. Madero, tomando posesión de la presidencia el 6 de noviembre de 1911. El Presidente Electo Don Francisco I. Madero, hombre de nobles sentimientos y de grandes propósitos para conseguir la felicidad de nuestro pueblo, era sencillo y confiado hasta con sus enemigos. Se revelaron algunos inconformes que suspiraban por los privilegios de la Era Porfiristas, así como algunos maderistas inconformes con el nuevo régimen y Madero en lugar de fusilarlos como lo hubiera hecho cualquier otro gobernante, se concretó a perdonarles la vida y ponerles en prisión. Estos mismos militares, entre otros Don Bernardo Reyes, Don Félix Díaz y Don Manuel Mondragón organizaron el Cuartelazo que trajo como consecuencia la dimisión del Señor Madero y su vil asesinato por el mismo en quien había puesto y confiado la seguridad de su gobierno Victoriano Huerta, apodado "El Chacal". Inútil fue la defensa que le hicieran hombres como el Tamaulipeco y matamorense Gral. Lauro Villar, que logró detener la avalancha de rebeldes frente al Palacio Nacional, pues terminada La Decena Trágica donde fueron enviados a una 57


muerte segura por Huerta las Fuerzas Irregulares Maderistas, El Sr. Madero fue asesinado alevosamente por órdenes de Huerta el 22 de febrero de 1913. Tres días después del asesinato de Madero, son arrestados en Matamoros los Ciudadanos, Anacarsis López de Lara, Raúl Gárate Legleu, Martín Espinosa y Miguel Garibay acusados de conspirar en contra del usurpador Huerta, siendo enviados a Monterrey. De ahí fueron despachados a México donde gracias a los buenos oficios del tamaulipeco Gral. Samuel García Cuéllar, pudieron escapar a la frontera, uniéndose al movimiento revolucionario para oír al Ilustre Varón de Cuatro Ciénegas, Coahuila, Don Venustiano Carranza. Desgraciadamente algunos matamorenses engañados por la demagogia huertista o por lealtad a sus antiguos jefes reconocieron al gobierno espurio de Huerta, organizado después del consabido cuartelazo, un gobierno municipal, desplazando al legítimo que encabezaba Don Casimiro Sada jefaturaba dicho cuartelazo el Mayor Esteban Ramos, designándose a un distinguido expresidente municipal al Dr. Miguel Barragán para ocupar el lugar de Don Casimiro Sada. Don Venustiano Carranza se lanzó a la Revolución en contra del usurpador y asesino Victoriano Huerta, publicando el 26 de marzo de 1913 en la hacienda de Guadalupe el Plan que lleva el mismo nombre; organízanse inmediatamente fuerzas militares para combatir al tirano, ordenando Don Venustiano al Gral. Lucio Blanco, el Caballero Bayardo de la Revolución como fue conocido después que organizara la revolución en los estados de Nuevo León y Tamaulipas. Organiza sus huestes el Gral. Blanco llevando como objetivo el puerto de la H. Matamoros que siempre fue punto clave para el triunfo de todo movimiento armado por su situación geográfica y ventajas aduanales de puerto internacional. OTRO EPISODIO HEROICO FRENTE A LA CASAMATA. TRINCHERAS Y FORTINES DE LA H. MATAMOROS. El Mayor Federal, Esteban Ramos, sabedor de la importancia de Matamoros y del rumbo que traían los Constitucionalistas, con la ayuda del Dr. Barragán organiza la defensa de Matamoros; desentierran un viejo cañón de tiempos del Imperio y reconstruyen las trincheras y fortificaciones que iniciara el Gral. Valentín Canalizo en 1839, reconstruyera el Gral. Juan N. Cortina en 1864 y que terminara el imperialista Gral. Tomás Mejía en 1865. De algunos fortines solamente quedaban 58


huellas, del Fortín de Paredes nada había, puesto que ahí existía entonces la Planta Eléctrica y solamente quedaba en pie la Casamata. sin fosos, el muro exterior casi desaparecido por el vandalismo de gentes sin escrúpulos que se habían robado el ladrillo; colocan el viejo cañón por el rumbo de la Planta Eléctrica y construye una serie de trincheras en el interior de la Ciudad a corta distancia y circundando la Plaza de Armas y el Mercado Juárez. Se organizaron varios cuerpos de voluntarios al mando de matamorenses como Don Lorenzo López e hijo, los hermanos Hilario y Antonio Echazarreta así como los sanfernandenses Eugenio y Rómulo Cuéllar hijo; Todo estaba listo para el desarrollo y ejecución de otro episodio sangriento en torno a la Casamata y sus fortificación de esta Heroica Matamoros. Después de capturar Cd. Reynosa, el día 10 de mayo, el Gral. Blanco se posesionó de Río Bravo, la antigua Colombres, donde el entonces Mayor Don Luis Caballero se le incorporó con 150 rancheros tamaulipecos, el 29 de mayo de 1913 y tres días después el 1 de junio le envía un ultimátum al Mayor Ramos, haciéndole ver la consecuencias de una lucha estéril así como lo inútil de inmolar hombres fuertes para el trabajo con el solo objeto de sostener a un hombre traidor y a un régimen, el militarismo que no puede ser tolerado ya por el pueblo mexicano. Ramos no hizo caso alguno del mensaje del Gral Blanco y vino lo inevitable, el asalto a las reconstruidas trincheras y fortificaciones. A las 10 de la mañana del día 3 de junio de 1913 se inició el ataque en toda la línea, haciendo prodigios de valor los constitucionalistas que a pecho descubierto se lanzaron a la captura de las trincheras exteriores entre los más audaces estaba el Mayor Luis Caballero que fue ascendido a grado inmediato superior por el Gral. Blanco frente alas trincheras de Matamoros y para las 3 de la tarde ya se habían capturado todas las fortificaciones que circundaban a la ciudad, habiendo huido a Brownsville, Texas por el puente de ferrocarril el Mayor Ramos y todos los soldados de Línea que mandaba quedando solamente los voluntarios matamorenses y el Mayor Crispín G. Medina, con la fracción del 10º de rurales que mandaba defendiendo las trincheras interiores de la Plaza, todo el resto del día y toda la noche se combatió encarnizadamente, la fusilería, el estallido de las bombas de mano que lanzaban los constitucionalistas y los incendios que se veían por todos los rumbos de la población le daban un aspecto dantesco a Matamoros en aquella noche terrible. 59


Al amanecer el día 4 había un pequeño grupo de 13 voluntarios no mayores de 18 años, en las trincheras del Mercado Juárez haciéndole frente a las huestes constitucionalistas que mandaba el después Gral. Francisco J. Múgica y al acabárseles el parque no se rinden ni piden cuartel, ordenando Mújica al Capitán Otilio Falcón fueran fusilados en el acto. 13 vidas tronchadas en flor, víctimas de la demagogia de sus jefes y de la ciega violencia de Mújica; Murieron estoicamente lanzando imprecaciones al vencedor que luchaba precisamente por el progreso de la Nación. El Cónsul de los Estados Unidos en Matamoros, Don Emilio Puig se trasladó al Cuartel del Gral. Blanco para interceder por la vida de aquellos muchachos, fue testigo del serio disgusto que le ocasionó al Gral. Blanco el fusilamiento de aquellos muchachos ordenando posteriormente fuesen liberados otros de los presos que tenía en su poder, después de arengarlos desde el balcón del Hotel Moctezuma, lado norte de la Plaza Hidalgo. Grandes fueron las pérdidas materiales y vidas en aquella lucha fraticida; un cálculo conservador es el de 300 muertos y heridos ya que no es posible confiar en los informes oficiales de ambos contendientes siendo que testigos oculares tanto nacionales como extranjeros aseguran haber visto no menos de 200 cadáveres incinerados en aquel día fatídico epilogándose así un episodio más frente a la Casamata y fortificaciones de la Heroica Matamoros, donde en holocausto sangriento dejaron sus vidas un gran número de compatriotas. Ya en posesión de Matamoros el Gral. Blanco con la colaboración de los que posteriormente darían prestigio y fuerza a la Revolución Constitucionalista, los jefes Cesáreo Castro, Emiliano P. Nafarrate, Andrés Sauceda, Francisco J. Mújica, Absalón Lozano, Luis Caballero, J. Agustín Castro y muchos más empezó la organización de las Divisiones que más tarde salieron rumbo al Sur al mando de Pablo González, Antonio I. Villarreal y demás jefes que con las fuerzas del Gral. Álvaro Obregón y Francisco Villa lograron derrocar al usurpador Victoriano Huerta. Aquí, en esta Heroica Matamoros se preparó el triunfo final del Constitucionalismo, millares de magníficos caballos sirvieron en las caballerías y centenares de miles de reses se exportaron convirtiéndose en parque y armas para la Revolución. No fue este el último episodio sangriento presenciado por los vetustos muros de la Casamata y sus reconstruidas fortificaciones, aún no se saciaba el apetito del feroz y cruel Dios de la Guerra. Matamoros estaba llamado a sufrir otra lucha fraticida no menos sangrienta y terrible que las anteriores. 60


ÚLTIMA ACCIÓN DE ARMAS FRENTE A LA CASAMATA Y FORTIFICACIONES DE H. MATAMOROS. Apenas llegaban los Constitucionalistas a la capital cuando ya se perfilaba claramente la división entre las facciones Villistas y Carrancistas. Esta división se hizo más patente durante la Convención de Aguascalientes de donde salieron los convencionistas dispuestos a dirimir con las armas lo que no pudieron resolver en los debates parlamentarios empezando la parte más cruenta y destructora de la Revolución. Definido los campos, estando la Plaza de Matamoros en poder de las fuerzas carrancistas al mando del valiente Gral. Emiliano P. Nafarrate y colaborando con en él en su defensa el Gral. Ildefonso V. Vázquez y un grupo de oficiales valerosos y resueltos, nativos de esta tierra la mayor parte de ellos, entre los que podemos anotar a Procopio Elizondo, Porfirio Villanueva Garza, Pedro A. Chapa Quiroga, Antonio Cavazos, Pelayo Quintana y otros de diversos lugares del país como el Coronel Miguel Barrera Guerra, el Teniente Coronel Alfonso Velasco y el Coronel Teódulo Ramírez que fuera enviado en ayuda de Nafarrate por el Matamorense Gral. Eugenio López. A tomar Matamoros fueron enviados por Villa los no menos valerosos generales José Rodríguez y Absaúl Navarro con un numeroso grupo de valientes oficiales de la aguerrida División del Norte. Los efectivos villistas ascendían a 3,000 hombres y los carrancistas eran poco más de 300, que con los 400 enviados por el Gral. Eugenio López, ascendían a cerca de 700 hombres.13 Las fortificaciones de Matamoros con su Casamata que dos años antes habían sido reconstruidas por el Mayor Esteban Ramos, Fueron nuevamente renovadas, pero ahora con mayores ventajas. Las trincheras fueron levantadas a mayor altura y los fosos al exterior de las mismas fueron profundizados, colocando una alambrada de púas para evitar alguna sorpresa por la caballería villista. se limpió y desenraizó el terreno frente a las fortificaciones y trincheras, preparando compuertas, por donde permitir el paso del agua a los fosos, que tendría que salvar el enemigo. Se Historia de Tamaulipas (Análisis y Efemérides) Por el Lic. Ciro R. de la Garza Treviño. Pág. 222. 13

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construyeron "casetas" de ladrillo de trecho en trecho, donde hacían esquina las trincheras, repartiéndose 16 de estas a lo largo de la línea de fortificaciones y en cada una de ellas una ametralladora bien dotada de parque, abiertas las compuertas por el lado del Bravo se inundaron los fosos y parte de la planicie frente a las trincheras, haciendo casi imposible el avance villista por el terreno inundado. En esta forma de defensa el Gral. Nafarrete anticipó a Hindemburg en la famosa batalla de Tannemberg que resolvió la impresionante caída de Nicolás II de Rusia.14 El 27 de marzo de 1915 a las 9 de la mañana los Generales Absaúl Navarro y José Rodríguez con sus huestes villistas iniciaron el ataque a Matamoros y para las 10 se había generalizado la primera de las tres furiosas cargas de caballería, con la acometividad características de los centauros del Norte de Francisco Villa; Hubo jinetes que rebasaron el alambrado y foso, trepándose a las trincheras para caer abatidos por el fuego cruzado de la ametralladores y fusilería carrancistas. Mas de un Caballo sin jinete se internó a las calles de Matamoros; Terrible fue la carnicería hecha a los villistas. Escribe el Coronel Villista Ignacio Muñoz en su obra "Verdad y Mito de la Revolución Mexicana", Tomo III, "El Gral. Rodríguez vistiendo pantalones de montar, camisa blanca de seda, fino sombrero texano con águila de oro y jinete en hermoso caballo pura sangre, daba el ejemplo de bravura lanzándose sobre las trincheras carrancistas en asaltos suicidas". "Pero el valor inconmovible de los carrrancistas sostenidos por el admirable y nutrido fuego de sus ametralladoras, barría por completo nuestras tropas destrozándolas de modo lamentable". El sector más duramente atacado estaba a cargo del indomable Coronel Procopio Elizondo, que habiendo recibido grave herida fue sustituido por el no menos valiente Teniente Coronel Alfonso Velazco. Durante la batalla, el Gral. Nafarrate montando su famoso caballo, "El Borracho", despreciando la muerte que le asechaba a cada instante, se presentaba en los puntos de mayor peligro, alentando a sus soldados, acompañándole siempre su ayudante, el no menos valiente matamorense, Mayor Antonio Cavazos. De los defensores muere el coronel Miguel Barrera Guerra y resulta gravemente heridos, además del coronel Elizondo, el Teniente Coronel Alfonso Velazco. Los muertos

Verdad y Mito de la Revolución Mexicana (relatada por un Protagonista) Por Ignacio Muñoz. Tomo II. Pág. 331. 14

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entre los defensores fueron pocos, afirmando algunos autores que no pasaron de 12 y 10 herido grave y veintitantos con heridas leves. Las pérdidas villistas fueron tremendas, muriendo el valeroso Gral. Absaúl Navarro y 250 hombres, contándose cerca de 300 heridos; De estos fueron llevados a Brownsville, Texas, 232 que fueron gentilmente atendidos allá por médicos y damas norteamericanas y mexicanos así como médicos mexicanos residentes en Texas, entre ellos el Dr. Miguel Barragán, el Dr. Antonio García Padilla y el Dr. José A. del Castillo, yerno del Gral. Don Rómulo Cuéllar; Estos habían luchado poco tiempo antes en contra de los Constitucionalistas, ahora villistas. A todos los heridos les dieron la más esmerada atención hasta que recuperaron su salud, regresando sanos a la Patria. Triste y abatido se retiró el Gral. Rodríguez a su campamento, para de allí dirigirse a Monterrey destruyendo la vía férrea a fin de evitar la persecución que podría hacerle el Gral. Nafarrate, pero éste se concretó solamente a darle un albazo el 13 de abril, pues no contaba con elementos suficientes para organizar una persecución en forma. Por este triunfo obtenido en contra de los Villistas por el Gral. Nafarrate el estado lo nombró "Hijo predilecto de Tamaulipas". Con el anterior hecho de armas se epilogó toda la serie de combates heroicos, todas las hazañas de abnegación realizadas por hombres de nuestra raza que, en algunos casos equivocados, pero siempre leales a sus ideales dejaron su vida frente a las fortificaciones de Matamoros y su Casamata, prolongación del antiguo Fuerte Guerrero. Rogamos al Supremo Hacedor de los Mundos que, efectiva y realmente sea el último holocausto de nuestros hermanos de raza y nacionalidad, que el recuerdo de tantas vidas inmoladas en aras de nuestra superación, nos galvanice y fortalezca en otro género de luchas, en otra forma de esfuerzos constructivos para lograr el progreso de nuestra Patria y de nuestro querido Matamoros. Y para perpetuar eternamente este recuerdo, para que todos los verdaderos hijos de este pueblo ya sean nativos o por adopción, hagan memoria de los hechos heroicos de nuestros antepasados, no importa a qué bando político hayan 63


pertenecido, se hizo necesario la reconstrucción de este símbolo de nuestro pasado histórico. Recogió el reto de esta empresa la Cámara de Turismo presidida en ese entonces por un matamorense de arraigo, el Sr. Roberto Guerra Cárdenas quien en forma particular y con la cooperación de algunos matamorenses inició la reconstrucción, sin embargo la obra requería de fuerte inversión para realizarse y se apeló a la ayuda de un distinguido tamaulipeco, matamorense de muchos años, el Sr. Dr. Don Emilio Martínez Manautou entonces Secretario de la Presidencia de la República, descendiente de don Emilio Manautou, inmigrante Francés de AlsaciaLorena que figurara prominentemente en nuestra vida comercial, social y política a principios del siglo pasado. El Dr. Martínez Manautou haciéndose eco del sentir de nuestro pueblo, puso todo su empeño y su valiosa intervención gestionando la reconstrucción de la Casamata, para hacer de ella un museo regional a la altura de la época conservando sus características originales de antigua fortaleza militar. Muchos y complicados trámites hubo que realizar a fin de legalizar la propiedad y construcción de la Casamata y para dejar constancia de los datos esenciales relacionados con la adquisición de dicho predio por el ayuntamiento presidido por el Ing. Óscar Guerra Elizondo quien, con todo su entusiasmo de matamorense bien nacido, puso lo necesario de su parte para que el sueño de muchos años se convirtiera en realidad, anotaré aquí, aunque sea bravamente dichos datos. La Mayor parte de la información que a continuación daré se la debo al Sr. Francisco Covarrubias ex Presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales que fue el encargado de vigilar y administrar las reparaciones y construcción del tantas veces mencionado edificio. El Decreto No. 922 de fecha 12 de agosto de 1963 firmado por Don Adolfo López Mateos como Presidente de la República y publicado en el Diario Oficial No 7 de fecha 9 de septiembre de 1963, dice en su artículo 1º.-"Se incorpora a los bienes del dominio público de la federación y se destina al H. Gobierno Constitucional del Estado de Tamaulipas el Inmueble conocido con el nombre de Casamata, delimitado en el primer considerando de este decreto para que, con la cooperación de la Universidad de Tamaulipas, Cámara de Turismo, Iniciativa Privada y autoridades municipales de Matamoros se instale en él un museo histórico y otras actividades educativas". Artículo 2º.-"Si el inmueble de referencia no fuere empleado en el servicio que se destina, o se diere un uso distinto del previsto, se procederá al retiro del 64


mismo para que vuelva a la posesión, control y administración del Gobierno Federal, con todas las mejoras y accesiones". Artículo 3º.-"La Secretaría del Patrimonio Nacional hará entrega al H. Gobierno constitucional del estado de Tamaulipas el inmueble mencionado, con las formalidades de ley y vigilará el cumplimiento del presente ordenamiento". La secretaría del Patrimonio Nacional, por medio de su dependencia, Dirección General de Bienes Inmuebles, Departamento de Titulación, Registro y Catálogo, Oficina de Titulación en su oficio No. 5,021-00-2026, expediente 34, reg. 502/282, dirigido al C. Presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales con fecha 17 de febrero de 1964, le informa que, ha dado instrucción al c. jefe de la Oficina federal de Hacienda para que en representación de dicha Secretaría intervenga en la entrega del inmueble denominado "Casamata" al Gobierno Constitucional del Estado de Tamaulipas. El Gobernador del Estado Lic. Praxedis Balboa en su oficio No. 63/4051, expediente 88/06 de fecha 23 de octubre de 1964 dirigido al C. Roberto Guerra Cárdenas, Jefe de la Oficina Fiscal del Estado lo nombra para que en su calidad de representante del gobierno del Estado reciba, de la Junta Federal de Mejoras Materiales con intervención del Jefe de la Oficina Federal de Hacienda, el terreno denominado "Casamata" a fin de que se utilice para instalar un museo Histórico y otras actividades educativas en esta ciudad. Finalmente, de acuerdo con acta de fecha 30 de octubre de 1964 el Jefe de la Oficina Federal de Hacienda, Lic. Ciro Domínguez C. en su carácter de representante de la Secretaría del Patrimonio Nacional, entrega y el Sr. Don Roberto Guerra Cárdenas en representación del Gobierno del Estado recibe el predio y construcciones denominadas Casamata, interviniendo en esta acto los Srs. Raúl Garza González, Presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales y su secretario Roberto Pacheco Martínez y como testigos los Srs. Arnulfo García Gracia y Arnulfo Flores Chapa. Ya en poder del Gobierno del Estado, el predio y construcciones de la Casamata, por decreto No. 135 de fecha 5 de marzo del mismo año (copia fotostática incluida en este libro), se autoriza al H. Ayuntamiento de la H. Matamoros para que ocupe el predio mencionado y con la cooperación de la iniciativa privada de la 65


Universidad de Tamaulipas y de la Cámara de Turismo, construya un Jardín de Niños y un Jardín Público, adaptando el antiguo edificio para museo histórico y biblioteca pública. Firma el anterior decreto el C. Gobernador del Estado Lic. Praxedis Balboa. Más tarde la Dirección General de Obras Públicas del Estado a cargo del Ing. Antonio Carlos Valdés en su oficio No. 109/7281, expediente 22/68 dirigido al C. Francisco Covarrubias C. Presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales, le dice: "me permito manifestar a Ud, que el gobierno del Estado por conducto de esta Dirección a mi cargo entrega a esa Junta Federal de Mejoras Materiales el edificio y las instalaciones que se localizan en la Ciudad de Matamoros conocidas mismas de acuerdos con su amable ofrecimiento. Hemos de agradecer a Ud, que una vez efectuados los trabajos nos sea devuelto para continuar dedicando el inmueble a museo histórico y otras actividades educativas". En contestación al anterior oficio el Sr. Covarrubias dice el suyo No. 8722/822 de fecha 6 de noviembre de 1968 lo siguiente: "me refiero a su atento oficio No. 109/281 de fecha 31 de octubre último, por el Gobierno del Estado, por el conducto de Esa a su cargo, hace entrega a esta dependencia del edificio e instalaciones conocidos por "Casamata", de esta ciudad con el objeto de que se proceda a la reparación de la misma, para manifestarle que recibimos dichos edificio el cual una vez concluidas las reparaciones necesarias, será entregado nuevamente al gobierno del Estado para destinarlo a Museo Histórico". Ya terminadas las obras de reconstrucción realizadas por la Junta Federal de Mejoras Materiales fueron devueltas al C. Gobernador del Estado Don Manuel A. Ravizé y éste a su vez la entregó al C. Ing. Óscar Guerra Elizondo, entonces Presidente Municipal de esta Heroica Matamoros, volviendo al dominio del pueblo mejorada y embellecida esta joya histórica de nuestro pasado heroico. En solemne ceremonia verificada el día 12 de septiembre de 1969, recibió el Ing. Óscar Guerra Elizondo el terreno e instalaciones de la "Casamata", la que puso al cuidado del autor de esta obra quien, con el auxilio de los miembros de la Sociedad Tamaulipeca de Historia y Geografía se dedicaron a reunir material para el museo y hemeroteca la que con la valiosa ayuda del ciudadano Presidente Municipal logramos inaugurar formalmente el día 30 de diciembre de 1970. Asistieron al acto inaugural el C. Lic. Mario Garza Ramos con la representación del C. Gobernador del Estado D. Manuel A. Ravizé, el C. Presidente Municipal, Ing. Óscar Guerra Elizondo, autoridades 66


civiles y militares y numeroso público, desarrollándose un emotivo programa culminando con el corte del listón simbólico por el autor de este opúsculo puesto que, C. Presidente Municipal al igual que el Sr. Representante del Gobernador gentilmente le cedieron ese honor. Hacemos votos al Altísimo porque este museo se conserve y mejore en todos sus aspectos para el bien de las generaciones venideras, como una remembranza del ayer a fin de que nos guardemos en todo tiempo, de que se repitan hechos que atenten contra nuestra existencia de pueblo libre y que las luchas tradicionales entre liberales y conservadores se borren para siempre como se borraron las fortificaciones y trincheras que circundaban al Matamoros de Antaño, dando paso a la civilización y progreso del Matamoros de hoy; que el celo patriótico del Gral. Don Manuel Rodríguez de Cela iniciador de la construcción de esta fortaleza y el espíritu audaz y combativo del juarista Gral. Juan N. Cortina "Cheno Cortina" que reiniciara la construcción de la misma y de las fortificaciones y cuarteles de Matamoros y el espíritu estoico y abnegado del imperialista Gral. Tomás Mejía "Indio Mejía" que terminara la casamata y fortificaciones en abril de 1865, así como los de todos aquellos mexicanos que ofrendaron sus vidas y dieran sus energías en aras de una Patria mejor se unan en un estrecho abraso simbólico que nos permita olvidar las pugnas del pasado, inspirándonos a los matamorenses de hoy a trabajar unidos, fraternal e intensamente por un brillante porvenir para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

DOCUMENTO COMPLEMENTARIO NO. 1. EXTRACTO DEL DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL SOBRE LA CASAMATA. DECRETO: que incorpora a los bienes del dominio público de la Federación y se destina al Gobierno del Estado de Tamaulipas, el inmueble denominado con el nombre de Casamata, ubicado en H. Matamoros Tam. Al margen un sello con el escudo nacional que dice: ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. ADOLFO LÓPEZ MATEOS, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a sus habitantes sabed: 67


En ejercicio de las facultades, etc. etc. CONSIDERANDO: Que la Federación es propietaria del terreno y construcción del antiguo fortín denominado "Casamata" ubicado en la H. Ciudad de Matamoros Tam, con superficie de 2,987.40... CONSIDERANDO: Que dicho inmueble no reporta ninguna utilidad al Gobierno Federal y que el H. Gobierno Constitucional del estado de Tamaulipas, estimando su valor histórico, estrechamente ligado a la fundación de la H. Matamoros, lo ha solicitado para instalar un museo histórico y otras actividades educativas en esta ciudad, con la cooperación de la Universidad de Tamaulipas, Cámara de Turismo, Iniciativa Privada y autoridades Municipales de Matamoros, he resuelto expedir el siguiente: DECRETO ARTICULO 1º.-Se incorpora a los bienes del Dominio Público de la Federación y se destina al H. Gobierno Constitucional del Estado de Tamaulipas, el inmueble conocido con el nombre de "Casamata", delimitado en el considerando de este decreto, para que, con la cooperación de la Universidad de Tamaulipas, Cámara de Turismo, Iniciativa Privada y autoridades Municipales de Matamoros, se instale en él un museo Histórico y otras actividades educativas. ARTICULO 2º.-Si el inmueble de referencia no fuere empleado en el servicio a que se destina, o se le diere un uso distinto al previsto, se procederá al retiro del mismo para que vuelva a la posesión, control y administración del Gobierno Federal con todas sus mejoras y accesiones. ARTÍCULO 3º.-La Secretaría del Patrimonio Nacional entrega al H. Gobierno Constitucional del Estado de Tamaulipas el inmueble mencionado... con las formalidades de ley y vigilará el cumplimiento del presente ordenamiento... Dado en la residencia del Poder Ejecutivo Federal de la Ciudad de México, Distrito Federal, a los 12 días del mes de agosto de 1963.-Adolfo López Mateos. -Rúbrica El Secretario del Patrimonio Nacional, Eduardo Bustamante. Rúbrica

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DOCUMENTO COMPLEMENTARIO NO. 2 En la carpeta relacionada con la "Casamata" de la Junta Federal de Mejoras Materiales de la H. Matamoros Tamaulipas, está archivado el oficio No. 62-4051 expediente 88-06 del Gobernador del Estado de Tamaulipas, Lic. Praxedis Balboa, en el que designa representante del Gobierno del Estado al Sr. Roberto Guerra Cárdenas, para que reciba de la Junta Federal de Mejoras Materiales, con intervención del Jefe de la Oficina Federal de Hacienda, el terreno denominado "Casamata" y que en el Diario Oficial de la Federación núm. 7 de fecha 9 de septiembre de 1963,el C. Lic. Don Adolfo López Mateos, Presidente de la República, decretó que: "El mencionado terreno pasa a poder del H. Gobierno Constitucional del Estado de Tamaulipas, el cual deberá utilizar para instalar un museo histórico y otras actividades educativas en esa ciudad" DOCUMENTO COMPLEMENTARIO NO. 3. Dependencia: Dirección General de Bienes Inmuebles. Dept. de titulación, registro y catálogo. Oficina de titulación. UN SELLO. Poder Ejecutivo Federal México D. F. Secretaría del Patrimonio Nacional.

Núm: 5021-00-2026 Expediente; 34-Reg. 502282.

ASUNTO: Se informa que ya se ordenó la entrega del Predio denominado "Casamata" en Matamoros, Tam. a favor del Gobierno del Estado. México D. F., 17 de febrero de 1964.

C. PRESIDENTE DE LA JUNTA FEDERAL DE MEJORAS MATERIALES. H. MATAMOROS TAM. Su Oficio No. 8722/052 de 4 del actual. 69


Con relación a su oficio citado en antecedentes me permito informar a Usted que esta Dirección a mi Cargo en Oficio No. 5042-24786 del 18 de noviembre de 1963, Giró instrucción al C. Jefe de la Oficina Federal de Hacienda en H. Matamoros Tam. para que en representación de esta Secretaría interviniera en la entrega del inmueble denominado "Casamata", ubicado en esa ciudad y que fue destinado al Gobierno Constitucional del Estado de Tamaulipas mediante Decreto publicado el Diario Oficial de la Federación con fecha 9 de septiembre anterior. ATENTEMENTE. SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN. EL DIRECTOR GENERAL. (firma) LIC. MANUEL GARCÍA DE LA TORRE. RCD/ome. 24-11-64.

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DOCUMENTO COMPROBATORIO NO. 5. ACTA En la H. Matamoros Tamaulipas siendo las 10 horas del día de octubre de 1964, se reunieron en la Oficina Federal de Hacienda, ubicada en la calle 6ª entre Guerrero y Morelos del Plano oficial de esta ciudad, los CC. Lic. Ciro Domínguez C., Roberto Guerra Cárdenas, Raúl Garza González y Roberto Pacheco Marroquín, Jefe de la Oficina Federal de Hacienda, Representante del C. Gobernador de Tamaulipas, Presidente y Secretario de la Junta Federal de Mejoras Materiales respectivamente, para dar cumplimiento con lo ordenado con el oficio No. 504224783 de fecha 18 de noviembre de 1963, girado por la Dirección General de Bienes Inmuebles, Departamento de Titulación, Registro y Catálogo, Oficina de Titulación en el cual se giran instrucciones del C. Jefe de la Oficina Federal de Hacienda en esta ciudad, para que en representación de la Secretaría del Patrimonio Nacional, intervenga en la entrega del inmueble denominado "Casamata", ubicado en esta ciudad y que fue destinado al Gobierno Constitucional del Estado de Tamaulipas mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 9 de septiembre del año de 1963. El C. Roberto Guerra Cárdenas interviene en representación del C. Gobernador del Estado según oficio 4051 de fecha 23 de octubre de 1964 y los CC. Raúl Garza González y Roberto Pacheco Marroquín como Presidente y Secretario de la Junta Federal de Mejoras Materiales, ya que en el inmueble mencionado está bajo la vigilancia de la Junta. Una vez impuesto de los artículos 1º, 2º y 3º del decreto No. 7 de fecha 9 de septiembre de 1963, publicado en el Diario Oficial de la Federación, se trasladaron los CC. citados al predio "Casamata", ubicado en la calle Guatemala al Oriente, Santos Degollado al Sur y Guillermo Prieto al Norte y de acuerdo con los usos y costumbres establecidos, el C. Jefe de la Oficina Federal de Hacienda en nombre y representación de la Secretaría del Patrimonio Nacional, Dirección General de Bienes Inmuebles, Departamento de Titulación, Registro y Catálogo, Oficina de Titulación, hace entrega al C. Roberto Guerra Cárdenas, representante del C. Gobernador Constitucional del Estado de Tamaulipas, del inmueble tantas veces mencionado, recibiendo este a entera satisfacción a nombre del Gobierno del Estado que representa. Se levanta la presenta acta en original y 10 copias firmando para constancia los que en ella intervinieron. ENTREGUÉ El Jefe de la Oficina

RECIBÍ. El Representante del Gobierno 71


Federal de Hacienda. del Estado. (firma) (firma) Lic. Ciro Domínguez C. Roberto Guerra Cárdenas

El Presidente (firma) Raúl Garza González.

INTERVINIERON El Secretario (firma) Roberto Pacheco Marroquín.

UN SELLO JUNTA FEDERAL DE MEJORAS MATERIALES H. MATAMOROS TAM. UN SELLO OFICINA FEDERAL DE HACIENDA. H. MATAMOROS TAM.

TESTIGO

TESTIGO

Manejador "B" de Fondos. Oficial Administrativo "K" (firma) (firma) Arnulfo García Gracia Arnulfo Flores Chapa.

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DOCUMENTO COMPROBATORIO NO. 6. Dependencia: Dirección General de Obras Públicas . Sección: Núm. de Oficio: 109-7281 Expediente: 22-68. UN SELLO GOBIERNO DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE TAMAULIPAS. ASUNTO: Cd. Victoria, Tam. Octubre 31 de 1968. C. FRANCISCO COVARRUBIAS COVARRUBIAS. Presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales. H. Matamoros Tam. Me permito manifestar a Ud. que el Gobierno del Estado por conducto de esta Dirección a mi cargo, entrega a esa Junta Federal de Mejoras Materiales el edificio y las instalaciones que se localizan en la Ciudad de Matamoros conocidas por "Casamata", con objeto de que se proceda a la reparación de las mismas de acuerdo con su amable ofrecimiento. Hemos de agradecer a usted, que una vez efectuados los trabajos no sea devuelto para continuar dedicando el inmueble a Museo Histórico y otras actividades educativas. ATENTAMENTE SUFRAGIO EFECTIVO NO REELECCIÓN EL DIRECTOR GENERAL (firma) LIC.ANTONIO CARLOS VALDEZ.

LACV/Mlsz

UN SELLO Dirección de Obras Publicas. 73


DOCUMENTO COMPROBATORIO NO. 7.

Junta Federal de Mejoras Materiales 8722-822. Relativo a la "Casamata".

H. Matamoros, Tam. 6 de Noviembre de 1968.

C. ING. ANTONIO CARLOS VALDÉS Director General de Obras Públicas. Palacio de Gobierno. Cd. Victoria Tam. Me refiero a su atento oficio 109-7281 de fecha 31 de octubre último, por el que el Gobierno del Estado, por conducto de esa Dirección a su Cargo hace entrega a esta dependencia, del edificio e instalaciones conocidas por "Casamata" de esta ciudad, con objeto de que se proceda a la reparación de la misma, para manifestarle que recibimos dicho edificio, el cual, una vez concluidas las reparaciones necesarias, será entregado nuevamente al Gobierno del Estado para destinarlo a Museo Histórico. ATENTAMENTE SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN. EL PRESIDENTE DE LA JUNTA.

FRANCISCO COVARRUBIAS COVARRUBIAS.

FCC-JAP/cgc. 74


DOCUMENTO COMPROBATORIO NO. 8. CONVENIO de entrega que hace el C. Presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales de H. Matamoros Tam. al H. Ayuntamiento de la obra consistente en la reconstrucción y adaptación de la "Casamata" para museo. Al Margen un sello que dice: PODER EJECUTIVO FEDERAL. ESTADOS UNIDOS MEXICANOS: Secretaria del Patrimonio Nacional. Junta Federal de Mejoras Materiales. H. Matamoros Tam. CONVENIO de entrega que hace el C. Presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales de H. Matamoros Tam. al H. Ayuntamiento de la obra consistente en la reconstrucción y adaptación de la "Casamata" para museo. CONVENIO CONVENIO que en acatamiento de lo que dispone el Artículo 15 de la Ley para el Funcionamiento de las Juntas Federales de Mejoras Materiales celebran por una parte el C. Francisco Covarrubias C., en representación de la Junta Federal de Mejoras Materiales de la Ciudad de H: Matamoros Estado de Tamaulipas, por la otra el C. Ing. Óscar Guerra Elizondo, Presidente Municipal de la Ciudad Mencionada, con apego a las declaraciones y cláusulas que a continuación de contienen: PRIMERA. -Declara el presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales: Que con autorización de la Secretaría del Patrimonio Nacional y en ejercicio de las funciones que le compete a la Junta que preside por Ley, se procedió a ejecutar la obra consistente en la reconstrucción y adaptación de la "Casamata" para museo, en la ciudad de H. matamoros Tamaulipas, con un costo total de $236,788.79 (doscientos treinta y seis mil setecientos ochenta y ocho pesos 79/100 moneda nacional) Según contrato No. 2549, registrado bajo el número 29162. SEGUNDA. -Declara el C. Presidente Municipal que en su carácter de representante del H. Ayuntamiento de esta ciudad de H. Matamoros Tamaulipas, a quien en términos de Ley le compete la conservación de obras, entre las que se encuentran las construidas por la Junta Federal de Mejoras Materiales de esta ciudad. 75


TERCERA. -Declaran ambos firmantes: que en acatamiento de lo que dispone el artículo 15 de la Ley para el Funcionamiento de las Juntas Federales de Mejoras Materiales, debe hacerse entrega de la obra aludida, requiriéndose de manera necesaria por imperativo del artículo que se cita, de la Ley expresada, la celebración de un convenio que se concreta a los siguiente. CLÁUSULAS. PRIMERA. -El C. Francisco Covarrubias C. en su carácter de Presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales de H. Matamoros Tamaulipas, entrega y el C. Ing. Óscar Guerra Elizondo Presidente Municipal de la misma ciudad, en su carácter ya expresado de representante del H. Ayuntamiento Constitucional recibe las obras consistente en la reconstrucción y adaptación de la "Casamata" para museo de esta ciudad. SEGUNDA.-El C. Ing Óscar Guerra Elizondo, Presidente Municipal, por su representado se obliga a que desde el día 5 del mes de julio de 1969, fecha en que fueron puestos en servicio dichas obras consistentes en la reconstrucción y adaptación de la "Casamata" para museo de esta ciudad y que realmente tomó posesión de la obra el H. Ayuntamiento, se hará cargo de todos los gastos que amerite la conservación y funcionamiento de las mencionadas obras, liberando desde la citada fecha a la Junta Federal de Mejoras Materiales de H. Matamoros Tamaulipas de cualquier obligación que pudiera tener sobre el funcionamiento y conservación de la misma. TERCERA.-El presente convenio podrá ser recindido por falta de cumplimiento en lo estipulado en la forma y términos que consigna el Código Civil vigente en este Estado, en la inteligencia de que los firmantes desde ahora se someten a la jurisdicción de los tribunales competentes de la ciudad de H. matamoros Tamaulipas, para todo lo relativo a la interpretación y cumplimiento del convenio, obligándose a enviar un ejemplar del mismo a la Dirección General de Juntas Federales de Mejoras Materiales para que se publique en el "Diario Oficial" de la Federación. Para su constancia lo firmaron a los 28 días del mes de julio de 1979.-El Presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales, Francisco Covarrubias C..-Rúbrica.-El presidente municipal Ing. Óscar Guerra Elizondo Rúbrica. 76


BREVES BIOGRAFÍAS DE ALGUNOS DE LOS PERSONAJES QUE APARECEN EN ESTA RESEÑA HISTÓRICA.

ARISTA, GRAL. DON MARIANO (1802-1855). Militar y Presidente de la República; Nació en San Luis Potosí el 26 de julio de 1802, sirvió al Ejército Realista presentándose a Iturbide a raíz del Plan de Iguala, siendo ascendido a Capitán, luchó en favor de Bustamante y en contra de Don Vicente Guerrero en 1830, ascendiente a General en 1831. En 1833 se pronunció con el Gral. Durán en favor del Plan de Religión y Fueros, proclamando el Régimen Centralista y a Santa Anna como dictador, habiendo fracasado se expatrió. Rehabilitado en 1836 sirvió en la administración de Bustamante operando en el Norte de la República donde poseía la Hacienda de Mamulique; Combatió a los federalistas de Don Antonio Canales Rosillo y Don Antonio Zapata. Siendo presidente el Gral. Paredes y Arrillaga lo llamó a hacerse cargo de la defensa de la Patria, demorando su llegada a Matamoros Tam., amenazada por el Ejército Norteamericano de Taylor para atender sus negocios particulares, sufriendo las derrotas de Palo Alto y Resaca de Guerrero, abandonando Matamoros el 18 de mayo de 1846, dejando heridos y enfermos a su suerte. Después de la Guerra con los norteamericanos y vuelto Herrera al poder en 1851, recibió de éste la Presidencia, renunciando el 15 de enero de 1853 debido a la oposición de Santa Anna. Emigró a España fijando su residencia en Sevilla, pero sintiéndose enfermo decidió regresar a México, muriendo en Lisboa Portugal el 7 de agosto de 1855. Posteriormente su cuerpo fue traído a México haciéndole los honores de ordenanza una División al mando del Gral. Porfirio Díaz; Está sepultado en el Panteón de Dolores. AUSTIN, ESTABAN FULLER. -(1793-1836) Nació el 30 de noviembre de 1793 en Virginia Estados Unidos de Norteamérica; Hijo de Moisés Austin Concesionario de bastos terrenos en Texas al amparo de su ciudadanía española, concesionas que fueron posteriormente confirmadas por el gobierno de Iturbide. Tajo un buen número de inmigrantes esclavistas que más tarde se revelaron en contra de México, pretextando un federalismo que olvidaron al triunfo de Houston 77


en San Jacinto, declarándose independientes. Poco tiempo saboreó su triunfo pues al igual que el traidor Lorenzo de Zavala murió en diciembre de 1836. BLANCO, GRAL. DON LUCIO. -(1886-1922). Nació en Nadadores estado de Coahuila y obtuvo su educación primaria en Múzquiz del mismo Estado, distinguiéndose por su buena letra, destreza en los números, entre sus antepasados contaba el gran Miguel Blanco que defendió las Leyes de Reforma y Combatió a los franceses. se alistó en las filas maderistas combatiendo al orozquismo y a raíz del Cuartelazo acompañó al Gral. Carranza, en su lucha en contra del usurpador Victoriano Huerta, habiendo sido uno de los firmantes del Plan de Guadalupe, el 26 de marzo de 1913. Fue designado por Don Venustiano para revolucionar en Nuevo León y Tamaulipas internándose a este estado por Burgos en mayo de 1913; el 10 de mayo capturó Reynosa y el 4 de junio después de un reñido combate capturó Matamoros. Aquí verificó el Primer reparto de tierras en la Hacienda "Los Borregos" propiedad de Don Félix Díaz el 30 de agosto de 1913. Posteriormente militó con sus caballerías en Sonora y Sinaloa; fue secretario de Gobernación del Presidente Convencionista, Gral. Eulalio Gutiérrez. Emigró a los Estados Unidos radicando en Laredo Texas en donde fue secuestrado el 7 de junio de 1922 Cobardemente asesinado y su cuerpo arrojado a las aguas del Río Bravo. así murió uno de los revolucionarios más limpios, de quien dice don Ramón Puente: "La figura de Lucio Blanco es algo insólito en la Revolución mexicana. juventud, nobleza, valor, fidelidad, se aúnan en este tipo que además es virilmente hermoso"; Otros autores le llaman "El Caballero Bayardo" de la Revolución. BRAVO, GRAL. DON NICOLÁS (1776-1854) Caudillo preclaro de la Independencia, nacido y muerto en Chilpancingo Gro. su juventud la pasó en su hacienda paterna de Chichihualco Gro. En 1811 se adhirió a las fuerzas del gran Morelos, tomando parte relevante en varios combates. Perdonó la vida a 300 españoles después de la acción del Palmar a pesar de haber recibido órdenes de Morelos para fusilarlos en represalia del fusilamiento por los realistas. Fue Comandante de la línea del Bravo en 1837, viéndose obligado a renunciar en virtud de que el Gobierno Federal no le envió auxilios, para combatir a los texanos y a los indios bárbaros. Siempre fue generoso habiendo libertado a 14 prisioneros texanos presos en Matamoros. Fue de los primeros que se opusieron al sueño imperial de Iturbide. Ocupó la Presidencia de la República en varias ocasiones y defendió a 78


Chapultepec contra los norteamericanos mandando a los cadetes, Niños Héroes en esa acción de 1847. Murió el 22 de abril de 1854 en el mismo día, y casi a la misma hora que su esposa. Está considerado por todos nuestros historiadores como uno de los patriotas más limpios de nuestra nación. BUSTAMANTE, GRAL. DON ANASTACIO. -(1780-1853). Presidente y militar nacido el 27 de julio de 2780 en Jiquilpan Michoacán y muerto en San Miguel Allende Guanajuato en 1853. Estudió en el Seminario de Guadalajara y después pasó a México para cursar sus estudios de medicina. Practicó su profesión en San Luis Potosí, pero a raíz de la Guerra de Independencia se afilió en las fuerzas realistas luchando contra los insurgentes hasta que se firmó el Plan de Iguala. Ocupó varias veces la Presidencia de la República y se le acusa de ser uno de los responsables de la muerte de Don Vicente Guerrero a quien traicionó. Al morir ordenó que su corazón fuera llevado a México y colocado junto a los restos de Iturbide. Su nombre fue inscrito con letras de oro en la Cámara de Diputados de la Unión y retirado por iniciativa del zapatista Antonio Díaz Soto y Gama. CABALLERO, GRAL. DON LUIS. -(1877-1932) Nació en la antigua capital de Tamaulipas: Santander (hoy Jiménez) el 8 de marzo de 1877; Típico norteño, de elevada estatura, blanco, ojos claros, sencillo y franco de carácter alegre. De mediana cultura obtenida en su pueblo natal, se levantó en armas contra el régimen de Huerta el 5 de mayo de 1913, incorporándose al Gral Lucio Blanco el 29 del mismo mes, tomando parte en el ataque a Matamoros el 3 de junio de 1913 siendo ascendido a Coronel en el campo de batalla rente a las fortificaciones de Matamoros por su comportamiento valeroso participó en muchas acciones de armas en el norte del país. Fue Gobernador de Tamaulipas del 18 de noviembre de 1913 al 26 de julio de 1916. Desempeñó peligrosas comisiones militares en Sonora y Chihuahua. Posteriormente, por la política en el Estado tuvo dificultades con Don Venustiano y reconciliándose con él fue nombrado embajador de México en Guatemala. Retirado de toda actividad política muere en su pueblo natal, Jiménez el 8 de octubre de 1832. CANALES ROSILLO, GRAL. DON ANTONIO. -Nació en Monterrey N. L. y militó en las filas federalistas, iniciando con el coronel Antonio Zapata, el Cura Rafael de Lira, Don Jesús Cárdenas y otros un movimiento revolucionario conocido en la Historia con el nombre de "La República del Río Grande", se le dio un carácter separatista, sin embargo, en el fondo eran las exageradas gabelas que cobraba los 79


pueblos de la frontera. Intimó rendición a Matamoros, defendida por Don Valentín Canalizo a fines de 1839 fracasando en su intento y después de algunos meses de lucha capituló con el General Arista en Monterrey el 8 de noviembre de 1840. Mas tarde colaboró con el Gral. Ampudia en la derrota de los filibusteros texanos que tomaron Mier el 26 de diciembre de 1842 otorgándole el Gobierno Central una Medalla por su comportamiento en dicha acción; esta medalla se conserva en el Museo Casamata. Fue gobernador interino de Tamaulipas en 1851. Caso con Doña Refugio Molano procreando, entre otros hijos al después coronel Antonio Canales que fuera gobernador de Tamaulipas y al también Famoso Antonio Canales Molano uno de los héroes de la Batalla de Santa Gertrudis y también Gobernador de Tamaulipas. CANALES MOLANO, GRAL. DON SERVANDO. -(1830-1881) Nació en Camargo Tam. el 23 de octubre de 1830. No era hombre de cultura, pero tenía un talento natural asombroso y una gran experiencia como guerrillero adquirida al lado de su padre Gral. Antonio Canales Rosillo luchando contra los Bárbaros y los invasores norteamericanos en la guerra de guerrillas, que hicieran en el norte los generales Don José Urrea y su padre. Se distinguió en la Guerra de Intervención Francesa, sobre todo en la Batalla de Santa Gertrudis, sin embargo, su exagerado localismo lo hizo cometer fatales errores que causaron muchas víctimas; rectificó más tarde y se puso a las órdenes del Gral. Don Mariano Escobedo, continuando la lucha contra el Imperio hasta su terminación. Fue muy querido y estimado en Tamaulipas, así como en los EU por sus dotes de hombría y generosidad con los vencidos; se podría escribir muchos capítulos sobre la vida de este jefe tamaulipeco. Murió el 28 de junio de 1881 en antiguo palacio de gobierno en las calles Morelos y 6ª lado Suroeste de la Cd de Matamoros Tam. Siendo su muerte muy sentida por todos sus conciudadanos y hasta las autoridades militares norteamericanas guardaron luto por su muerte. Sus restos fueron depositados en la Bóveda Familiar en el Cementerio Antiguo de Matamoros hasta el 16 de junio de 1966 en que fueron trasladados al pie del monumento a que se levanta en el campo de batalla de Santa Gertrudis, cerca de su pueblo natal. CARVAJAL, GRAL. DON JOSÉ MARÍA J.-(1810-1873) Nació en San Antonio de Béjar cuando Texas pertenecía a México y habiendo quedado huérfano se fue al Estado de Kentucky en 1823 Con el Sr. Littlebury Hawkins, ingresando en el taller de curtiduría de un Sr. Blancher, aprendiendo el inglés rápidamente, regresó a Texas de donde se trasladó a Nethany en el estado de Virginia. Estudiando en el 80


colegio que dirigía el famoso educador Alexander Campbell. Nuevamente en Texas fue comisionado por Don José Francisco I Madero para medir terrenos a los colonos norteamericanos de Texas; En ese trabajo fue arrestado por el General Juan David Bradburn junto con el Sr. Madero por infringir las nuevas leyes de colonización, siendo puesto en libertad por orden del Gral Don Manuel de Mier y Terán. Se casó con doña Refugio de León, hija de Don Martín de León fundador de Victoria Tex. Tanto los de León, como Carvajal ayudaron a los texanos en el movimiento revolucionario, creyendo de buena fe que se peleaba por el federalismo. Decepcionado por el curso que tomaron los asuntos de Texas, donde perdió su capital, se vino a México luchando contra la invasión norteamericana en 1846 y fue el jefe principal en el movimiento emanado del Plan de la Loba en 1851, revuelta causada por la miseria imperante en las villas del norte, así como por el despotismo militarista de es época. Atacó a Matamoros en octubre de 1851, siendo rechazado después de 10 días de combate en que el pueblo, al darse cuenta de que con él venían filibusteros texanos, le dio su apoyo al Gral. Don Francisco Ávalos; de ese hecho de armas terminado el 30 de octubre de 1851, le viene a Matamoros el Título de Heroica, Leal e invicta. Tomó parte en la Guerra de Rojos y Crinolinos en 1861, como militando siempre en las filas del federalismo que representaban los rojos. Durante la Invasión Francesa luchó tenazmente en favor de la causa Republicana y fue agente financiero del Gobierno de Don Benito Juárez en los Estados Unidos siendo más tarde gobernador de Tamaulipas y de San Luis Potosí. Como Gobernador de Tamaulipas recibió la Plaza de Matamoros del Gral. Imperialista Tomás Mejía el 23 de junio de 1866, Capitulación desaprobada por don Benito Juárez. Injustamente se le tacha de traidor por algunos historiadores mal informados que desconocen su labor en pro de la República Liberal y su papel en la Adquisición de Armas y parque para las huestes norteñas, así como su constante lucha en favor del bienestar económico de las Villas del Norte, entonces olvidadas por los gobiernos centralistas. murió en Soto la Marina Tam. el 19 de agosto de 1873. COMONFORT, GRAL DON IGNACIO. -(1812-1863) Nació en Puebla, desempeñando importantes cargos tanto en lo político como en el orden militar, combatió a los norteamericanos en 1847 siendo más tarde jefe de la aduana de Acapulco y alma del Plan de Ayutla en 1854. No sintiéndose fuerte en la revolución 81


antisantanista se marchó a los Estados Unidos de donde regresó a fines de año con armas y recursos para los liberales. Triunfante la Revolución de Ayutla fue nombrado por Don Juan Álvarez Ministro de Guerra; el 11 de diciembre de 1855 fue electo Presidente sustituto, puesto que desempeñó durante dos años. Promulgada la Constitución de 1857 resultó electo por votación popular Presidente Constitucional, haciéndose cargo de la Presidencia el 1 de diciembre de ese año. Se adhirió al golpe de Estado de Tacubaya por considerar extremista a la constitución siendo despreciado tanto por liberales como por los conservadores, viéndose obligado a expatriarse, Se radicó en Nueva Orleans y más tarde se trasladó a Brownsville Tx. donde su vida estuvo amenazada gestionando con Don Santiago Vidaurri el cacique neolonés su regreso a la Patria, consiguiéndolo a pesar de la oposición de Don Benito Juárez. Vidaurri lo envió a Matamoros Tam. poniendo fin a la inútil guerra entre Rojos y Crinolinos, formando con los combatientes de ambos bandos, la Primera División del Norte que salió a combatir a los franceses en el interior del país, donde murió defendiendo a la república en una emboscada que le pusieran los traidores en el Molino de Soria, Gto. el 11 de noviembre de 1863. CORTINA GOSEASCOCHEA, GRAL. DON JUAN N. (1824-1894) Personaje típicamente fronterizo, Nació el 16 de mayo de 1824 en Cd. Camargo Tam. Cursó su instrucción primaria en su pueblo natal. No quiso continuar en la escuela y se dedicó a atender los cuantiosos intereses de su madre en Texas; durante la Guerra con los EU se alistó de soldado raso en nuestro Ejército Mexicano, concurriendo a varias acciones de armas en contra del invasor, en Palo Alto y Resaca de Guerrero; Durante la Invasión Francesa participó en la Batalla del 5 de Mayo en Puebla, en San Lorenzo, asedio y ataque de Matamoros y asalto de Querétaro así como el de México D. F. Separado del Ejército del año de 1855 al de 1860, vive una época tormentosa en Texas, donde provocado por un empleado municipal norteamericano de Brownsville lo hiere y organiza a los méxico- texanos en una rebelión que tenía por objeto principal recuperar sus tierras y ganado, capturando la Cd. de Brownsville y algunos poblados de la banda izquierda del Bravo, hasta que fue derrotado por el ejército de los EU, pasándose a México con todos sus elementos, luchando desde entonces al lado de los liberales. Siendo Gobernador y comandante Militar en Matamoros, Reinició la construcción de cuarteles y fortificaciones para su defensa, pero acosado por los 82


franceses y conservadores, que habían capturado Bagdad el 22 de agosto de 1864, hizo una calculada adhesión al Imperio el 22 septiembre de 1864, y meses después vuelve a la defensa de la causa republicana, atacando a Matamoros y penetrando al interior de la ciudad, recuperando el parque y armas que dejara ocultos en la fecha de su capitulación. Continuó luchando por la república en escaramuzas y combates; Hombre acostumbrado a largas caminatas a caballo, bien fogueado en la Guerra con los Bárbaros y Texanos, con gran capacidad para el mando y ambicioso se autonombró en alguna ocasión gobernador de Tamaulipas. también fue presidente Municipal de Matamoros. en el período de 1874 a 1875. Sus múltiples enemigos consiguieron que fuera enviado preso a México donde se le dio la ciudad por cárcel, muriendo en Azcapotzalco el 30 de octubre de 1894, otorgándosele los honores militares de ordenanza por una brigada de las tres armas. Sus restos descansan en el Cementerio de Dolores en la Cd. de México. DÍAZ, GRAL. DON PORFIRIO. (1830-1915) Nació en la ciudad de Oaxaca el 15 de septiembre de 1830; estudió en el seminario de su ciudad natal y más tarde en el Instituto de Ciencias de la misma ciudad. Se inició en la carrera de las armas durante la Invasión Norteamericana en 1847. combatió en las filas liberales durante las Guerras de Reforma y de la Intervención Francesa. Sus hechos de armas le dieron gran fama como soldado, lo mismo en Puebla el 5 de mayo, el 2 de abril en la Carbonera y en Miahuatlán. Fue un hombre extraordinario como militar y como estadista; proclamó los planes de La Noria y Tuxtepec contra Juárez y Lerdo de Tejada siendo derrotado por el Gral. Escobedo y más tarde en Brownsville Tx. organizó una revolución proclamando el 21 de marzo de 1876, el Plan de Tuxtepec reformado en Palo Blanco, rancho de Tamaulipas y con la ayuda de tamaulipecos de la talla del Gral. Don Manuel González, Don Pedro Hinojosa, Eugenio Loperena, José María Amador, Praxedis Cavazos, Matías Hinojosa y Santos Garza, captura la Plaza de Matamoros el 2 de abril de 1876, iniciando con esta victoria una carrera de triunfos y derrotas como la de Icamole, que lo llevaron al poder, gobernando hasta el año de 1911, Con la excepción de los cuatro años que gobernó Don Manuel González. Según algunos autores, entre ellos León Tolstoi, fue el estadista más destacado del siglo pasado. se perpetuó en el poder perdiendo su popularidad por la nefasta influencia del grupo científico, cayendo de la presidencia como consecuencia del movimiento revolucionario iniciado por Don Francisco I Madero el 20 de noviembre de 1910. Se expatrió y viajó por varios países de Europa donde fue 83


objeto de muchos honores, muriendo en París en 1815. Ahí descansan los restos de este distinguido militar y estadista mexicano lejos de la Patria que tanto amara y sirviera. ESCOBEDO, GRAL. DON MARIANO (1826-1902) Nació este distinguido militar neolonés en Galeana N. L. el 15 de abril de 1826, donde recibió su instrucción elemental y como todos los guerrilleros fronterizos se ejercitó en el uso de las armas peleando con los indios bárbaros que azolaban el norte. En 1847 luchó contra la invasión norteamericana y terminada la guerra, como Cincinato regresó a sus labores del campo. En 1855 se afilió al Ejército Liberal, distinguiéndose en las guerras de Reforma al lado del Gral. Don Santiago Vidaurri y más tarde a las órdenes del Gral Don Ignacio Zaragoza. Durante la Intervención Francesa peleó denodadamente, destacándose el 5 de mayo en Puebla. Posteriormente organizó el Ejército del Norte, que bajo su mando triunfó en Santa Gertrudis y San Jacinto; Finalmente puso sitio a Querétaro rindiendo la Plaza y capturando a Maximiliano, Miramón y Mejía. En el régimen Juarista fue gobernador de San Luis Potosí y Ministro de la Guerra. Combatió siempre por la legalidad y por algún tiempo estuvo postergado hasta que su antiguo compañero de armas, Don Porfirio Díaz le dio oportunidad de obtener la elección de diputado al Congreso Gral. en cuyo cargo murió el 22 de mayo de 1902. Participó en 147 combates de importancia en su larga carrera militar, siendo poseedor de muchas condecoraciones. El presidente Díaz presidió su entierro. FILIZOLA, GRAL. DON VICENTE (1785-1850) Nació en Italia y murió en la Cd. de México. Sirvió en las filas del ejército virreinal hasta la firma del Plan de Iguala, habiendo sido uno de los que custodiaron al Gral. Don Mariano Matamoros antes de ser fusilado. fue comandante militar en Matamoros Tam. en varias ocasiones y en la Guerra de Texas fue el segundo de Santa Anna, cometiendo la traición a México de obedecer a aquel jefe, cuando era prisionero de los texanos abandonando Texas con un ejército de 5,000 hombres que habían salido victoriosos en todas las batallas con los texanos, entregándole a Houston un imperio como lo era Texas. Escribió una muy interesante Historia de la Guerra de Texas para justificar su traición cuya mayor importancia es la serie de documentos que se hubieran perdido para la historia si no los menciona, pero jamás borrarán la mancha de traidor que se llevó a la tumba. 84


GARZA, GRAL. Y LIC. DON JUAN JOSÉ DE LA (1826-1893) Nació en Villa de Cruillas Tamaulipas el 6 de mayo de 1826 recibiendo su instrucción Primaria en Soto la Marina y en Cd. Victoria pasando más tarde al Colegio de San Ildefonso en México donde cursó su educación superior. En 1852 vuelve a su estado natal y ocupa diversos empleos en el Gobierno del Estado, destacándose por su espíritu liberal y democrático; Ocupó el Gobierno del Estado siete veces habiendo secundado el Plan de Ayutla el 7 de julio de 1854, defendiendo Cd. Victoria con 370 liberales contra 2,000 santanistas rompiendo el sitio y saliendo rumbo al Norte, formando una Junta Revolucionaria en Brownsville Tx. con los patriotas Don Melchor Ocampo, Don José María Mata y Don Ponciano Arriaga; se organizó en 1855 derrotando en "Piedra Agujerada" a los conservadores de Paulin y Adrián Woll, posesionándose de Tampico el 5 de diciembre de ese año. Restablecido el Gobierno Federal y siendo comandante Militar y Gobernador de Tamaulipas se reveló en Monterrey, el Gral. Don Santiago Vidaurri el 12 de junio de 1856, movilizando sus fuerzas ocupando dicha ciudad el 1 de noviembre. El Gral. De la Garza prestó trascendentales servicios a la República durante la Guerra de Reforma, llegando a Veracruz en 1858 al frente de sus tamaulipecos para ponerse a las órdenes de Don Benito Juárez, durante la Invasión Francesa organizó al Ejército Republicano en Tamaulipas, luchando en el centro del país al lado de Comonfort en San Lorenzo, Prestándole seguridad al Lic. Juárez desde que abandonó la Capital el 31 de mayo de 1863, hasta llegar al norte donde continuó luchando por la Patria en contra del invasor francés y los conservadores, contribuyó eficazmente al triunfo de las armas republicanas y con el entonces Gobernador de Tamaulipas, Gral. Don José María J. Carvajal, Formularon las bases de la capitulación del Gral. Don Tomás Mejía en Matamoros el 23 de junio de 1866. También ocupó el puesto de Primer Magistrado en la Suprema Corte de la nación. Murió en la Cd. de México el 16 de octubre de 1893. Su monumento, con el de otro prócer tamaulipeco el Gral. Don Pedro José Méndez, figura entre los de otros patriotas en el Paseo de la Reforma en la Capital de la República. GÓMEZ PEDRAZA, GRAL. DON MANUEL. (1789-1851) nació el 22 de abril de 1789 rodeado de misterio en Soto la Marina Tam. figurando en las filas Realistas desde muy joven, adhiriéndose al Plan de Iguala en 1821. Contendió con Don Vicente Guerrero en las Elecciones Presidenciales hacia fines de la Presidencia de Don Guadalupe Victoria y a pesar de haber ganado tratando de evitar males al 85


país, males que de todos modos vinieron con movimiento de La Acordada y La Ciudadela, cedió en favor de Don Vicente Guerrero. Posteriormente fue presidente en 1833, obrando siempre con una prudencia y patriotismo desusado en esa época tormentosa en que le tocó actuar. Fue notable orador y magnífico jinete, fogoso escritor, siendo el creador del Partido Moderado y jefe de la masonería escocesa. Según Don Guillermo Prieto era pródigo hasta la exageración habiendo pedido licencia del ejército por considerar no tener los estudios y aptitudes necesarias para ser un buen General de División. Era Admirador del mérito ajeno, ensalzaba aún a sus enemigos, encarecía sus talentos, sus virtudes y su valor y era modesto y sencillo. murió siendo director del Montepío el 14 de mayo de 1851 y el Congreso declaró que sus restos pertenecían a la nación disponiendo se le construyera un monumento para depositarlos en la Cd. de México, puesto que él ordenó ser sepultado en una huerta de San Ángel por no querer morir en el seno de la Iglesia Católica Romana que entonces disponía de los cementerios. GONZÁLEZ FLORES, GRAL. DON MANUEL (1832-1893) Nació el 17 de junio de 1832 en el rancho El Moquete, jurisdicción de la H. Matamoros Tam. distinguiéndose en la escuela primaria, llegando a ser ayudante del Director. Se dedicó al comercio por algún tiempo dándose de alta en el ejército el 5 de abril de 1853, ascendiendo de soldado raso de infantería, grado por grado hasta obtener el de General de División con antigüedad de 2 de abril de 1876. Inició su carrera militar en el Ejército Conservador, estando separado del servicio algún tiempo a partir de junio de 1871. Luchó en contra de los franceses habiendo sido prisionero de guerra de éstos en dos ocasiones, siempre volviendo a la lucha y perdió el brazo derecho en el asalto a Pueblo el 2 de abril de 1867 en que por su bizarría fue citado en la Orden del Día; aún convaleciente concurrió al Sitio de México, rechazando a los citados varias veces que intentaron romper el sitio; herido en varias ocasiones en diversas batallas le fueron conferidas 8 condecoraciones por su mérito y valor. Fue diputado al congreso, Secretario de Guerra, Presidente de la República de 1880 a 1884 y gobernador del Estado de Guanajuato. También fue jefe de las fuerzas federales en diversos estados de la República y comandante de las fuerzas que tomaron Matamoros Tam el 2 de abril de 1876. En los combates dio siempre muestra de valor, talento, previsión y serenidad; de carácter de hierro en los momentos más arduos, de una lealtad a toda prueba. Siendo Gobernador del Palacio Nacional al mando del célebre Batallón Supremos Poderes, daba guardia y protección al Lic. Don Benito Juárez y como amigo de Don Porfirio al Reelegirse Don Benito presentó su renuncia al Benemérito, diciéndole: "Estoy comprometido con la Revolución, voy a la Cámara a defender los principios que establece el Plan de la Noria y por lo 86


tanto es incompatible el puesto que tengo con los deberes que me impone el Partido Porfirista al que me hayo afiliado". Juárez le contestó: "General, tengo absoluta confianza en su lealtad... vaya Ud. a la Cámara a cumplir con sus compromisos de partido, pero no le admitiré la renuncia de este cargo". Días después insistió el Gral. González en renunciar y Juárez colocó la renuncia dentro de una carpeta, expresándose en estos términos: "Ahí donde deja Ud. su renuncia la encontrará cuando vuelva a mi lado, con la misma seguridad y confianza le conferiré el puesto que ahora deja". Después del triunfo Porfirista y ocupando la Presidencia de la República, Don Manuel fue el blanco de muchas críticas de la prensa que gozó de una libertad que jamás había conocido; lo atacó furiosamente por errores de algunos de sus colaboradores, sin embargo, su labor fue constructiva en muchos aspectos; inauguró la construcción del Ferrocarril a Cd. Juárez con una extensión de 1970 kms y como gobernador de Guanajuato se distinguió por su buena administración y medidas progresistas; se retiró de la política, viviendo en su hacienda de Chapingo (hoy Escuela Nacional de Agricultura) donde murió el 8 de marzo de 1893 siendo sepultado su cuerpo en la Rotonda de los Hombres Ilustres, donde se levanta un monumento que dice: que ahí ha sido enterrado con carácter provisional aquel que. "Tenía un solo brazo, pero de hierro y una sola mano, pero de amigo". GONZÁLEZ ORTEGA, GRAL. DON JESÚS. (1822-1881) Nació en la hacienda de San Mateo Zacatecas, el 19 de enero de 1822, desde su juventud se distinguió por sus ideas liberales combatió al lado del liberalismo en la Guerra de Tres Años mandando en la batalla de Calpulalpan, México que le diera el triunfo al Partido Liberal. De carácter inquieto tuvo pugnas hasta con Don Benito Juárez y durante la Guerra de Intervención Francesa, después de la muerte del Gral. Zaragoza sostuvo el Sitio de Puebla durante 62 días. Citándose su rendición por los franceses como ejemplo de pundonor militar. a fines de 1867 trató de derrocar a Juárez, fue derrotado y aprehendido poniéndosele en liberad en atención a sus méritos; se retiró a la vida privada muriendo en Saltillo el 28 de febrero de 1881. Sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres en la Cd. de México. GUERRERO, GRAL. DON VICENTE. (1783-1831) Nació este noble insurgente el 10 de agosto del año de 1783 en Tixtla hoy estado de Guerrero; Fue uno de los más destacados libertadores que lucharan por nuestra Independencia y cuando el Régimen Virreinal había extinguido casi todos los brotes revolucionarios en el país, él fue el único que siguió combatiendo en la sierra hasta que Iturbide 87


logró convencerlo de sus deseos de ver a México libre, adhiriéndosele y ofreciéndole su generosa colaboración en Iguala, consumando de esta suerte nuestra Independencia. Fue hombre de escasa cultura, pero de un carácter a toda prueba, desgraciadamente, así como cedió ante Iturbide también fue dócil instrumento en manos de Joel Poinsett que abusó de su sinceridad logrando sus propósitos de dividir al pueblo mexicano fomentando el odio a todo lo español, retrasando nuestra unificación entre aborígenes y peninsulares proclamada en el Plan de Iguala. Ocupó la Presidencia de la República en 1829 y pronto fue derrocado siendo víctima de una traición nefasta urdida por sus enemigos políticos, Bustamante, Alamán y Facio; lo entregó el vil italiano Picaluga siendo fusilado en Cuilapan Oax. el 14 de febrero de 1831. Dice de él el ilustre José María Lafragua, refiriéndose a su actitud en Iguala después de ver a Iturbide durante once años, trata de exterminar todo brote de libertad "aquella generosa abdicación aquella voluntaria obediencia, prueban la grandeza del alma de Guerrero, que todo lo olvidaba, orgullo, resentimiento, honores, gloria, ambición, poder, todo, ante el servicio de la Patria". Sus restos descansan en el Panteón de San Fernando, México D.F. HINOJOSA, GRAL. DON PEDRO. (1822-1903) Fue su cuna la H. Matamoros Tam. donde nació el 31 de enero de 1822, iniciando su carrera militar de soldado raso en octubre de 1840, distinguiéndose en sus luchas contra los salvajes y contra los norteamericanos en 1846, así como en contra de los filibusteros texanos a quienes persiguió hasta Corpus Christi sobre el río de las Nueces. En la Guerra de Reforma y durante la Invasión Francesa prestó señalados servicios cayendo prisionero en Pueblo en 1863, escapándose continuó la lucha en contra del Imperio tomando parte en los asaltos a Matamoros en 1865 y 1866 así como en la ocupación de esta plaza el 2 de abril de 1876. Militó en casi todos los estados de la República, fue ministro de la Guerra por breve tiempo en el gabinete de Don Benito Juárez y casi 12 años en el gabinete del Gral. Porfirio Díaz. También fue diputado al XII Congreso de la Unión en 1861 y Presidente Municipal de la H. Matamoros Tam, en los años de 1869 y 70. Falleció en la ciudad de México el 5 de marzo de 1903 haciéndole los honores correspondientes a su jerarquía en el ejército una división de las tres armas. HOUSTON, GRAL. SAMUEL. (1793-1863) "El Gran Maquinador" Según la autora norteamericana Llerena Friend, como Austin, nació en Virginia el 2 de marzo de 1793. A la edad de 20 años se alistó en el Ejército de los Estados Unidos donde conoció al Gral. Andrew Jackson con quien coincidió en sus ideas del "Destino Manifiesto" fue acusado de dedicarse al contrabando y venta de esclavos negros; 88


Jefe de las milicias del Estado de Tennessee y gobernador del mismo estado; vivió entre los indios cherokees, casándose con una india de esa tribu sin divorciarse de su primera esposa; Era un borracho consuetudinario dotado de una ambición de poder incontenible, fue con Poinsett y Jackson los mejor instrumentos de la anexión de Texas a los Estados Unidos, lograda por la bajeza y traición de Santa Anna y el servilismo de Filizola y demás jefes mexicanos que ejecutaron las órdenes de un prisionero de Guerra. Fue Houston el jefe de los texanos en San Jacinto, ocupando la Presidencia de Texas antes de su anexión a los Estados Unidos y posteriormente gobernador del Estado. A pesar de todas sus flaquezas y vicios figuró como socio fundador de una sociedad filosófica en Texas. Murió en 1863 y es venerado por los texanos como uno de los hombres más notables de Texas, llevando su nombre la ciudad más grande y progresista de ese estado. ITURBIDE. GRAL. DON AGUSTÍN DE. (1783-1824) Nació en Valladolid (hoy Morelia) Mich. el 27 de septiembre e 1783 dedicándose a la milicia desde sus primeros años en las fuerzas realistas combatiendo a los insurgentes en forma cruel y sanguinaria durante 6 años, puesto que en 1816 fue procesado por sus innumerables abusos tanto de autoridad como en el mercado negro de granos, cuando mandaba en el Bajío. Regresó al ejército realista como consecuencia del complot de la Profesa en que jugó papel muy importante la famosa Güera Rodríguez", saliendo a combatir al insurgente Don Vicente Guerrero; traicionó al Virrey y viendo que no podía conquistar a Guerrero por medio de las armas, logró convencerlo de que colaborara con él para hacer la independencia en nuestra Patria y Guerrero generosamente aceptó poniéndose a sus órdenes. La nación entera aceptó el Plan de Iguala y en siete meses Iturbide hizo su entrada triunfal a México, al frene del ejército trigarante, el 27 de septiembre de 1821. Poco tiempo después se hace proclamar Emperador, burlándose de los que habían creído en su sinceridad, iniciándose entonces la larga historia de cuartelazos y asonadas militares que por fortuna han cesado desde el año de 1929. Diez meses duró el Imperio de Iturbide, viéndose obligado a abdicar en marzo de 1823, expatriándose para regresar en 1824 por Soto la Marina Tam, donde fue apresado y llevado a Padilla, siendo juzgado por el Congreso del Estado conforme al decreto que él ignoraba y en el que se le ponía fuera de la Ley. Fue fusilado el 19 de julio de 1824 en el mismo pueblo, entonces Capital de Tamaulipas y sus restos fueron sepultados en el patio de la Iglesia y posteriormente, durante el Régimen de Bustamante se trasladaron a México, siendo sepultados en la Catedral el 27 de octubre de 1838, con gran pompa y acompañamiento de los principales corifeos del gobierno. 89


JACKSON, GRAL. ANDREW. (1767-1845) Fue General del Ejército de los EUA y Presidente de ese país, amigo y protector del Gral. Houston, colaborador de sus planes expansionistas y esclavistas para llevar a cabo la doctrina Monroista de "América para los Americanos", fue el protagonista en la cuestión de Texas, recibiendo en Washington al funesto Santa Anna enviado por Houston en 1836, después de la Batalla de San Jacinto, Murió el 8 de junio de 1845. JUÁREZ GARCÍA, LIC. DON BENITO. (1806-1872) Nació el 21 de marzo de 1806 en Guelatao Distrito de Ixtlán Oaxaca. Huérfano en los primeros años de su vida trabajó cuidando ovejas de su tío y a la edad de 12 años huye de su casa yéndose a Oaxaca con una hermana que lo llevó con el Carmelita Salanueva. Indio de raza pura ignoraba el castellano, idioma que le enseñó aquel buen religioso y a los 18 años ingresó al seminario por influencia de su protector Salanueva, Más tarde dejó los estudios religiosos y se dedicó a estudiar leyes en el "Instituto de Ciencias y Artes" siendo estudiante enseñaba al mismo tiempo. Fue regidor del ayuntamiento y Diputado local en 1832, recibiéndose de abogado en 1834. En 1844 fue secretario del Gobernador Antonio de León, distinguido militar oaxaqueño. Fue Juez Civil y Gobernador de Oaxaca en 1847. Vuelto al poder Santa Anna en 1853 lo desterró con otros políticos que se habían manifestado antisantanistas. Fue miembro del gabinete del Gral Don Juan Álvarez al terminar la Revolución de Ayutla y en 1856 a instancias de Comonfort fue Gobernador Interino de Oaxaca. Hacia fines de 1857 siendo Gobernador Constitucional fue requerido por Comonfort para el cargo de vicepresidente. Después del Golpe de Estado de Comonfort, el 19 de enero de 1858 se declaró Presidente por Ministerio de Ley, estableciéndose en Veracruz hasta su regreso a México en enero de 1861, después del triunfo de González Ortega en Calpulalpan. Arrojado por los franceses de la Capital escoltado por tropas tamaulipecas al mando del Gral. y Lic. Juan José de la Garza empezó su peregrinación rumbo al norte. Derrotados los franceses y sus aliados los Conservadores, fusilados Maximiliano, Miramón y Mejía en Querétaro, regresó a México en 1867, de donde ya no salió más pues la muerte le sorprendió después de su segunda reelección el 18 de julio de 1872. Su labor patriótica y resuelta en favor de la legalidad y de los principios liberales es bien conocida de todo mundo; fue ejemplo de rectitud ciudadana y su heroica defensa de la República le ganó el título de Benemérito de las Américas, título otorgado por el Congreso de Colombia y confirmado por el nuestro y su 90


famosa frase de: "Entre los hombres como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz", está grabada para siempre en los anales de la Historia de México. LÓPEZ DE SANTA ANNA, GRAL DON ANTONIO. (1794-1876) Nació el 21 de febrero de 1794 en Xalapa Ver. iniciándose en la carrera de las armas muy joven, luchando en favor del régimen virreinal hasta la proclamación del Plan de Iguala. Uno de los hombres más funestos que haya pisado el suelo mexicano; fue ferviente iturbidista, y a poco se revela el 2 de diciembre de 1822 proclamando la república. Ocupa la Presidencia de México 11 veces, perteneció a todas la ideologías, fervoroso católico, masón yorkino o escocés, figuró en todos los partidos y defendió todas las formas de gobierno, sobre todo el que él encabezaba pues lo mismo se aliaba con los liberales que con los conservadores; Fue con Filizola el responsable de la pérdida de Texas y más tarde del desmembramiento de nuestro territorio en la injusta guerra con los Estados Unidos, como presidente ordenó al Jefe de la marina que bloqueaba Veracruz, le diera protección permitiéndole la entrada al país para que se hiciera cargo de la presidencia que Salas puso en sus manos, al derrocar a Paredes y Arrillaga. Reorganiza la defensa nacional y entrega la victoria mexicana en La Angostura, niega traidoramente ayuda al Gral. Bravo y a sus valientes aguiluchos en Chapultepec y consumada nuestra derrota sale del país. Desterrado por todos los regímenes ofrece sus servicios a Maximiliano y a Juárez, pero ninguno lo acepta; Ya viejo y enfermo el Lic. Lerdo de Tejada le permite regresar al país muriendo en la Cd. de México, odiado y despreciado por todos, el 21 de junio de 1876. MEJÍA, GRAL. DON TOMÁS. (1820-1867) Nació en el Pinal de los Amoles Qro. Militando siempre en las filas conservadoras desde soldado raso hasta General de División; Fue uno de los más distinguidos soldados conservadores tanto en la Guerra de Reforma como en el Segundo Imperio. Indio de raza pura, era de carácter tenaz y organizador, libró grandes batallas casi siempre ganadas brillantemente. Mandó las caballerías mexicanas en la Guerra con los norteamericanos en La Angostura en 1847; Terminó la Casamata y fortificaciones de la Heroica Matamoros en 1865. Fortificaciones y cuarteles reiniciadas por el Gral. Don Juan N. Cortina, de quien recibiera la Plaza de Matamoros previa capitulación, el 26 de septiembre de 1864 y durante casi dos años sostuvo el asedio y varios sangrientos ataques de los liberales, entre estos, Escobedo, Negrete, Canales, Cortina y Carvajal, capitulando con este último una semana después de la Batalla de Santa Gertrudis, el 16 de junio de 1866; salió de Matamoros el mismo día 23 de junio embarcándose para Tampico y no siendo posible sostenerse ahí marchó al sur muriendo fusilado con 91


Maximiliano y Miramón en Querétaro en el Cerro de las Campanas el 18 de junio de 1867. MEJÍA, CORONEL JOSÉ ANTONIO. - Cubano de origen llegó a México como intérprete de los indios Cherokees en el año de 1823; pronto se afilió al partido yorkino, tomando parte en nuestra contiendas políticas. Ascendió al grado de Coronel en el Ejército Nacional. Era hombre audaz, valiente y de carácter aventurero; fue santanistas cuando Santa Anna simulaba ser federalista y con ese carácter tomó la H. Matamoros el 29 de junio de 1832; Al salir de Matamoros lo acompañaron Esteban F. Austin y un coronel masón que hacían campaña federalista en los estados del Norte, así como $15,000 que se llevó de las arcas oficiales, yéndose a Texas donde fueron recibidos con grandes demostraciones de simpatía por los colonos texanos. Fue propietario y concesionario de grandes extensiones de terreno en Texas al igual que Vicente Filizola y Lorenzo de Zavala. El 13 de noviembre de 1835, ahora enemigo de Santa Anna, atacó Tampico al mando de 200 norteamericanos y aventureros reclutados en Nueva Orleans, más fue derrotado y en 1839 en colaboración con el Gral. Don José Urrea y al grito del "Federalismo" marcharon de Tampico y Tuxpan hacia el interior del país donde el Gral. Valencia estuvo a punto de ser derrotado por ellos, pero recibiendo oportunamente refuerzos de Santa Anna fueron derrotados en Acajete, Pue. el 3 de mayo de 1839, siendo Mejía capturado y fusilado sumariamente pocas horas después de su captura diciendo de él el Gral. Valencia que, "murió sin que por un momento decayese su indómito valor y notable sangre fría". Los texanos lo honraron dándole su nombre a un condado de Texas. MIER Y TERÁN, GRAL. DON MANUEL DE (1789-1832) Nació este insigne militar en la Cd. de México el 18 de febrero de 1789; Hijo de familias acomodadas, fue uno de los insurgentes más distinguidos por su sabiduría y preparación cultural. Se incorporó a las fuerzas del Gral. Don Ignacio López Rayón cuando la causa insurgente iba declinando el 22 de marzo de 1811, luchando por la independencia en el sureste y oriente de la República. Disolvió el Congreso de Chilpancingo a la muerte del Gran Morelos con quien estuvo en el sitio de Cuautla y aislado de los demás jefes insurgentes siguió combatiendo a los realistas por cuenta durante más de dos años, hasta el año de 1817 en que obligado por los realistas hizo unas capitulaciones honrosas, salvándoles la vida a sus compañeros de armas 92


retirándose a Puebla donde se dedicó a trabajar por un peso diario hasta el año de 1821. Proclamado el Plan de Iguala, se incorporó a las fuerzas del Gral. Don Nicolás Bravo a fines del año de 1821, mandando la artillería en la batalla de Puebla; entró a México formando parte del Ejército Trigarante el 27 de septiembre de 1821. Fue ministro de la guerra y jefe de estudios de la primera Academia de Cadetes del Ejército Mexicano, precursora del Heroico Colegio Militar; Formó parte del congreso que dictó el terrible decreto contra Iturbide en el que se le ponía fuera de la Ley. Más tarde en 1828 fue comisionado para definir los límites con los Estados Unidos y estudiar la forma de controlar la invasión de colonos estadounidenses en Texas, realizando un magnífico estudio sobre la flora y fauna de aquel basto territorio. Era Comandante Militar de la Línea del Bravo con Cuartel General en la H. Matamoros cuando la invasión de Barradas en Tampico y el fue quien tomara las disposiciones estratégicas que le dieran el triunfo sobre Barradas, triunfo que Santa Anna aprovechó para su propio prestigio personal. Amargado por la inminente pérdida de Texas que él avizoraba y que no podía remediar por las innumerables intrigas políticas, asonadas y Cuartelazos en la República, se suicidó en Padilla Tam, el 3 de julio de 1832. Sus restos permanecieron ignorados durante 140 años en el pequeño cementerio de la Iglesia de Padilla Tam. En la fosa que ocuparan los restos de Iturbide, el realista y el insurgente hermanados en la muerte, hasta que la Sociedad Tamaulipeca de Historia y Geografía lo rescató de las aguas de la Presa Vicente Guerrero el 5 de diciembre de 1972 depositándolos en una urna guardada celosamente "en el museo Casamata de la H. Matamoros Tam. NAFARRATE, GRAL. DON EMILIANO P. Algunos escritores afirman que nació en Sinaloa, otros que, en Tuxpan, Ver. a fines del siglo pasado; desde muy joven se afilió a la Revolución Maderista perteneciendo al 21 de rurales cuando a raíz de los sucesos de la Decena Trágica en febrero de 1913, se revelaron en contra del usurpador Victoriano Huerta con su comandante, el después Gral. Don J. Agustín Castro, atacando Cd. Victoria, Tam. el 22 de abril de 1913, siendo rechazado; Posteriormente se incorporaron a las fuerzas del Gral. Don Lucio Blanco, entrando a matamoros el 3 de junio de 1913. Se distingue en su Carrera Militar el Gral. Nafarrate por su valor y serenidad en los combates tanto en Tamaulipas como en otras regiones del país, sobre todo en 93


la brillante defensa que hiciera de la H. Matamoros contra las famosas huestes villistas el 27 de marzo de 1915. Fue diputado constituyente por Tamaulipas en 1917, con los Srs. Ceferino Fajardo, Fortunato de Leija y coronel Pedro A. Chapa. Finalmente muere en Tampico en abril de 1918 cobardemente asesinado; existen varias versiones sobre su muerte, pero todas coinciden en que fue arteramente victimado por un sargento juchiteco a quien se le pagó por ejecutar el crimen, temerosos los criminales intelectuales de que hiciera armas en favor del Gral. Don Luis Caballero, candidato al Gobierno del Estado de Aquella época. NEGRETE, GRAL. DON MIGUEL. (1821-1897) Nació en Tepeaca, Pue. el 8 de mayo de 1821, y desde muy joven adoptó la carrera de las armas. luchó en contra de la Invasión norteamericana en 1847 y en abril de 1855 se pronunció en Zamora Mich. por el Plan de Ayutla, destacándose hasta alcanzar el grado de coronel. Después del Golpe de Estado de Comonfort se adhirió al partido reaccionario participando en numerosos combates y las batallas de Toluca y Calpulalpan, ascendiendo a General. Acogiéndose a la amnistía decretada el 1 de diciembre de 1861 se le dio el mando de una División del Ejército de Oriente distinguiéndose en la Batalla del 5 de mayo en Puebla, más tarde fue ministro de la guerra en el gabinete del Presidente Juárez. Continuó luchando por la república en el Norte, habiendo participado en uno de los ataques a la H. Matamoros defendida por Mejía el 30 de abril de 1865 y finalmente indignado por la reelección de Don Benito Juárez se expatrió a los EU, regresando en 1869, participando en agitaciones contra Juárez, fue capturado el 12 de julio de 1870 y condenado a muerte, pero el Presidente Juárez lo indultó en atención a sus méritos en la Guerra contra los invasores franceses. Murió en México D. F. el 1 de enero de 1897. ONIZ GONZÁLEZ, DON LUIS DE. -Embajador de España en los Estados Unidos comisionado para arreglar los límites con aquel país formulando los tratados que llevan su nombre el 22 de febrero de 1829. Tuvo el acierto de descubrir el ambicioso plan de los EU de apoderarse de toda la América y así lo Hizo saber al Virrey de la Nueva España a fin de que tomara las medidas necesarias para evitar la expansión del país del norte. A pesar de la firma de dicho tratado, pronto fueron violados por los norteamericanos auspiciando las frecuentes invasiones de Texas y expediciones que a la postre con las torpes leyes de colonización iniciadas por el Gobierno de Iturbide y continuadas por los federalistas y centralistas que tardíamente trataron de corregirlas ocasionaron la pérdida de aquel basto territorio.

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PAREDES Y ARRILLAGA, GRAL. DON MARIANO. (1797-1849) Nació este discutido militar en México D. F. el 17 de enero de 1797 y desde muy joven estuvo al servicio del virreinato, adhiriéndose al Plan de iguala en 1821, defendiéndolo en la famosa acción de guerra de 30 contra 400 en Querétaro. Se declaró enemigo de Iturbide al igual que de Santa Anna, contribuyendo o iniciando rebeliones y cuartelazos en su contra en varias ocasiones; Operó en el Estado de Tamaulipas durante varios años y estando al mando del Gral. Don Manuel de Mier y Terán fue enviado por el Gral. Mora a recapturar Matamoros de manos del cubano coronel José Antonio Mejía en 1832, construyendo el Fortín de Paredes frente al Paso de la Anacuita llamado posteriormente Free Port o puerto libre. Predio ahora ocupado por la aduana fronteriza; de dicho punto arrancaba el camino a la Bahía del Espíritu Santo. Fue de ideas monarquistas como Don Lucas Alamán y durante su gobierno en Jalisco realizó notables progresos públicamente reconocidos por los tapatíos. Después de la vergonzosa rebelión de San Luis Potosí, ocupó la Presidencia de la República iniciándose la Invasión Yanqui en 1846. Fue derrocado por uno de los mismos militares que lo habían llevado al poder, el Gral. José Mariano Salas que siempre había sido santanista. Perdida la guerra se opuso a cualquier entendimiento con los Estados Unidos, regresando del destierro organizó con el Padre Celedonio Domenico Jarauta de origen español. una guerra de guerrillas en contra de los norteamericanos y de los partidarios de la paz que encabezaba el presidente De la Peña y Peña y Don José Joaquín Herrera; Tomaron Guanajuato y nombraron a Don Manuel Doblado Gobernador pero derrotados los guerrilleros por tropas norteamericanas y mexicanas mandadas por el traidor Coronel Domínguez y sus lanceros, Jarauta fue fusilado y Paredes huyó escondiéndose en la Capital donde pasó los últimos días de su vida víctima del alcoholismo muriendo en 1849. URREA, GRAL. DON JOSÉ (1797-1848) Nació en Tucson Arizona cuando era parte de la Nueva España el 19 de marzo de 1797. También fue realista adhiriéndose al Plan de Iguala al consumarse la Independencia; Participó en el Plan de Casamata y en la Campaña de Texas, se distinguió por sus constantes triunfos en contra de los colonos rebeldes, derrotándolos en San Patricio, Goliad, La Vaca y Copano. Fue de los militares mexicanos que se opusieron a la desocupación de Texas ordenada por Santa Anna en Velasco, presionado por Houston y por el miedo de perder la vida a manos de los texanos. Desocupación servil y traidoramente ejecutada por Filizola. 95


Inició un levantamiento federalista en Sonora y otro en Tampico; Más tarde, el 15 de julio de 1840, en unión de Gómez Farías se apoderó del Palacio Nacional haciendo huir a Bustamante que 15 días después recuperó el poder. El Gral. Urrea, por su valor u audacia siempre ocupó puestos de importancia en el ejército. Murió de Cólera en Durango el 31 de agosto de 1848. VICTORIA, GRAL. DON GUADALUPE. (1786-1843) Nació el 16 de septiembre de 1986 en Tamazula Dgo. siendo su verdadero nombre Miguel Fernández Félix que cambió por el de Guadalupe por su devoción a la virgen de Guadalupe y Victoria para simbolizar la victoria sobre los realistas. Estudió en el seminario de Durango y durante la guerra de Independencia combatió en las filas insurgentes sin admitir jamás el indulto, viviendo en los bosques hasta que se proclamó el Plan de Iguala uniéndose a los Ejércitos Trigarantes. Al hacerse emperador Iturbide fue uno de los que más lo combatió procurando su derrocamiento. En los años de su mandato como Presidente acontecieron cosas importantes en la vida del país, unas funestas como la expulsión de los españoles, la fundación del rito de York por Zavala, Poinsett y Guerrero y otras constructivas como la Toma del Castillo de San Juan de Ulúa, la fundación del Colegio Militar y el intento de organizar el primer congreso Hispanoamericano en Panamá, idea del gran libertador Bolívar para unificar a los pueblos hispanoamericanos; También se sentaron las bases del primer gobierno republicano fundado en la constitución de 1824. Murió el Gral. Victoria en la Fortaleza de Perote en marzo de 1843. ZARAGOZA SEGUIN, GRAL. DON IGNACIO. (1829-1862) Hijo de una descendente de los pobladores españoles de Texas, Doña María de Jesús Seguín nativa de Béjar, Texas y del Capitán de Plana Mayor Don Miguel G. Zaragoza Valdez nativo de Veracruz y acantonado en la Bahía del Espíritu Santo; Nació nuestro héroe el 24 de marzo de 1829 en una época difícil de nuestra historia en que los colonos anglosajones de Texas preparaban ya su separación de México. Su padre el Capitán Zaragoza que había ingresado al Ejército en 1822 como cadete, se embarco en la goleta "San Cayetano" con destino a Tampico, siendo entonces subteniente del 8º Batallón y en 1825 fue trasladado a Béjar donde contrajo matrimonio con Doña María de Jesús el 15 de julio de 1826 y para la fecha del desastre en San jacinto en abril de 1836, se componía la familia de 4 hijos, Miguel de 9 años, Ignacio de 7, Genoveva de 5 y Dionicio de 1 año. Para el mes de junio de 1836, ya el traidor Filizola, acatando órdenes de Santa Anna había trasladado el Ejército a Mexicano a Matamoros y la familia Zaragoza 96


radicó desde entonces ahí hasta que nuestro héroe terminó su educación primaria en la escuela local, pasando a Monterrey N. L. donde cursó su segunda enseñanza en el seminario de entonces, retirándose del seminario a la edad de 15 años; Se dio de alta en el Regimiento de Húsares el 23 de octubre de 1846, para combatir contra los norteamericanos y terminada la lucha se trasladó a Zacatecas donde estaba su padre de guarnición. Retirado del servicio de las armas su padre, se traslada la familia a Monterrey donde el joven Ignacio empieza a trabajar de dependiente de una casa comercial, pero poco tiempo después, a la edad de 23 años se alista en las Guardias Nacionales continuando más tarde sirviendo en el ejército de línea. Con el Grado de Capitán, emprende su primera campaña en Tamaulipas donde se adhirió al Plan de Ayutla en Victoria el 30 de mayo de 1855, defendiendo desde entonces la causa liberal. El 21 de enero de 1857 se casó con la Srita. Rafaela Padilla y de la Garza de Monterrey viéndose obligado a abandonar su hogar para defender la legalidad a raíz del golpe de estado de Comonfort; Luchó denodadamente en Zacatecas, en San Luis Potosí tiene triunfos y sufre derrotas, pero siempre tenaz y disciplinado al lado de los Grals. Escobedo, Aramberri y Garza Ayala y más tarde con el Gral. González Ortega, triunfa en Silao y por enfermedad de González Ortega consigue la capitulación de Guadalajara participando más tarde en la batalla de Calpulalpan que consumó el triunfo republicano. Dice de él Don José María Iglesias, "En la terrible prueba de los combates no tardó en llamar la atención un joven fronterizo, bizarro en la pelea, obediente a sus jefes, suave con el soldado, leal, pundonoroso, sin pretensiones, sin recelos; era el ciudadano Ignacio Zaragoza". Habiendo renunciado al Ministerio de Guerra el Gral. González Ortega, el presidente Juárez lo nombra Ministro de la Guerra en su lugar y Zaragoza suavizando asperezas acepta comer en banquete público con González Ortega 15 días después de aceptar el ministerio. Con su vigorosa actitud combate a los reaccionarios en todas partes y ante la desmoralización de los generales viejos frente al invencible ejército francés acepta la designación de jefe del ejército de Oriente y a tres meses de esa fecha, el 5 de mayo de 1862 derrota a los franceses y traidores en Puebla, dándole a la Patria uno de sus mayores días de gloria. Pero conforme a los inescrutables designios del creador, muere joven a la temprana edad de 33 años 5 meses víctima del tifo contraído en las fatigas de la campaña el 8 de septiembre de 1862.

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El presidente Juárez lo asciende a General de División con antigüedad del 5 de mayo, el 11 de septiembre de 1862 y lo declara benemérito de la Patria en Grado Heroico, ordenándose se escriba su nombre en letras de oro en el salón de sesiones del Congreso de la Unión y a su muerte decreta también nueve días de Luto Nacional. Francisco Zarco dice de él entre otras cosas: "Su nombre no perecerá jamás, será transmitido a las más remotas generaciones, y figurará al lado de los de Hidalgo y de los padres de nuestra Independencia". "En Zaragoza no hemos perdido solo a un caudillo militar, no, en él se unían el ciudadano eminente, el demócrata sincero, el magistrado prudente y enérgico, el patriota con todas sus virtudes, que lo hacían superior a su época, y le daban el aire de los héroes de la antigüedad". "Qué vida tan corta y tan bien empleada". Su cadáver fue inhumado con gran solemnidad en el panteón de San Fernando el día 13 de septiembre de 1852. ZAVALA, DON LORENZO DE (1788-1835) Nació en Conkal Yucatán el 3 de octubre de 1788, pertenecía a una familia criolla de posición y fue hombre de esmerada cultura, demostrando sus relevantes cualidades en todos los congresos de los que formó parte, tanto en España como en México; varias veces gobernador, diplomático y de ideas democráticas definidas, escribió algunas obras que aún son motivo de consulta por los estudiosos de nuestra historia como el "Ensayo Histórico de las Revoluciones de México". Su desmedida ambición y pretendido liberalismo lo llevó a hacer con Don Vicente Guerrero, Ramos Arizpe y José María Alpuche. los mejores instrumentos de Poinsett en el establecimiento del Partido "Americano" nacido de las logias yorkinas que dominaron la política nacional durante los primeros años de nuestra vida independiente. se le ha considerado siempre traidor a la Patria por sus conexiones con los rebeldes texanos de quienes aceptó la vicepresidencia de la República de Texas, habiendo firmado antes la declaración de independencia de aquel territorio mexicano con José Antonio Navarro, el 2 de marzo de 1836. Tenía grandes extensiones de tierra en Texas al igual que don Vicente Filizola y José Antonio Mejía, muriendo precisamente en una de sus propiedades cerca del campo de batalla de San Jacinto, el 15 de noviembre de 1836.

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