Boletin Trimestral de información al regante IFAPA SAR

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Nº 9 Octubre-Diciembre 2008

Boletín Trimestral de Información al Regante Sistema de Asistencia al Regante (SAR)

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Cómo evaluar una instalación de riego localizado

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Fertirrigación con nitrógeno, fósforo y potasio en cítricos (2ª parte)

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Necesidades de agua en las plantaciones de naranjo en Andalucía

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Riego de cultivos hortícolas bajo abrigo con agua desalada. Desaladora de Carboneras

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Necesidades estimadas de riego de la alfalfa en el Bajo Guadalquivir

Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera CONSEJERÍA DE AGRICULTURA Y PESCA

Unión Europea


CÓMO EVALUAR UNA INSTALACIÓN DE RIEGO LOCALIZADO INTRODUCCIÓN El conocimiento de la uniformidad en el reparto del agua en un sistema de riego localizado es fundamental para dosificar el agua de las plantas y los elementos aportados con ella (abonos, ácidos, pesticidas, etc.). Si no es así, supondrá una gran alteración de desarrollo que será mayor cuanto menor sea la uniformidad y por lo tanto la producción se verá afectada. En el caso de instalaciones bien diseñadas, la falta de uniformidad significa problemas de funcionamiento: obturaciones, caídas de presión por el mal estado de algún elemento del cabezal de riego, etc. Se recomienda que el agricultor haga al menos dos evaluaciones durante la campaña de riego, una al inicio y otra a mediados de la misma. EVALUACIÓN DE LA UNIFORMIDAD

BOLETÍN TRIMESTRAL DE INFORMACIÓN AL REGANTE CÓMO EVALUAR UNA INSTALACIÓN DE RIEGO LOCALIZADO

En primer lugar es necesario hacer la evaluación de los componentes de la instalación y efectuar una revisión y limpieza, en su caso, de todos los elementos del cabezal. EVALUACIÓN DE LOS COMPONENTES PUNTOS DE CONTROL O RECOGIDA DE INFORMACIÓN

MATERIA

Si existe bombeo en la instalación, comprobar que la potencia instalada se corresponde con la necesaria q ⋅ s ⋅ h P: Potencia necesaria en la instalación (CV); q: Caudal del emisor (l/h); s: Superficie del mayor sector de P = 5 , 291 ⋅ 10 −6 ⋅ riego (m2); h: Presión necesaria a la salida de la bomba (m.c.a.); M: Marco de los goteros (m2/gotero) M

POTENCIA

Capacidad de filtrado Igual o superior al máximo que circula por el cabezal Presiones a entrada y salida de los filtros Limpieza cuando diferencia presión sea > 0,5 kg/cm2 Características y estado del elemento filtrante en buenas condiciones Manejo del sistema de filtrado Frecuencia de limpieza, fecha de la última... Estado general de los filtros Tipo de equipo, capacidad y características Ubicación del equipo en el cabezal Comprobar que existen filtros de malla o anillas a continuación del equipo de fertirriego

FILTRADO

FERTIRRIEGO

ELEMENTOS DE CONTROL, AUTOMATISMOS... UNIDADES DE RIEGO

Presiones a entrada y salida Determinación de las pérdidas de carga Estado general de inyectores (si hay) y de los depósitos Contadores, reguladores, válvulas, limitadores, etc. Anotar la cantidad, situación, diámetro y otras características (estado de las conexiones, juntas...) Automatismos: anotar tipo de sistema utilizado, componentes y estado de los mismos Unidad de riego (sector): Conjunto de subunidades que se riegan de forma simultánea desde el mismo punto (inicio de la secundaria) Anotar nº Unidades de Riego, superficie de cada una y nº de subunidades Presencia o no de contadores al comienzo de unidades y/o subunidades Laterales: señalar los diámetros, posición respecto a las plantas, disposición de emisores en cada lateral, existencia de fugas, roturas, etc. Emisores: tipo (ejemplo: integrados, autocompensantes...), caudal nominal, diámetro mínimo de paso del agua, tratamientos para prevenir obturaciones, etc.

1 LATERALES Y EMISORES

Para llevar a cabo la evaluación de la uniformidad es necesario elegir la unidad de riego (sector) más representativa de la instalación, es decir, aquella que tenga un tamaño medio, con una pendiente que represente la media de la instalación y que esté situada a ser posible en una zona central y cuyos laterales tengan una longitud media. En el caso de que existan unidades con condiciones más desfavorables se recomienda efectuar la evaluación también en ellas. La evaluación se llevará a cabo en la subunidad de riego también más representativa dentro del sector y se determinará el CUC, Coeficiente de Uniformidad de Caudales. Se eligen 16 emisores distribuidos uniformemente dentro de la subunidad. Para ello se escogen los laterales más cercano y más lejano de la toma de la terciaria y los dos intermedios. En cada lateral se seleccionan cuatro emisores siguiendo el mismo criterio (Figura 1). Tubería terciaria Emisor a evaluar

Tubería secundaria

Emisor

Laterales

Figura 1. Esquema de una subunidad de riego. En rojo, los emisores que se deben elegir para realizar una evaluación de riego localizado.

Primero

1/3

2/3

Último


Con una probeta o vaso graduado en unidades de 2 cm3 como mínimo se medirá el volumen de agua (previamente recogido en un pluviómetro o recipiente de plástico) suministrado por los emisores que se hayan seleccionado en un tiempo determinado (Figura 2). Este tiempo será igual para todos ellos y es conveniente que sea al menos de 3 minutos para goteros y 1 minuto para microaspersores o difusores, tuberías goteadoras y exudantes.

cilitado por el fabricante u obtenida en un banco de pruebas. Para la medición de estas presiones es necesario hacer una incisión (con un sacabocados) en los ramales portagoteros, en la cual se introduce el manómetro. Posteriormente tapar con un taponcillo. Una vez conocido el CUC de la subunidad de riego, se podrá calcular la uniformidad de distribución de la unidad (sector) aplicando un factor de corrección de la siguiente manera:

siendo : Figura 2. Determinación del caudal en una evaluación de un sistema de riego localizado. El valor del índice CUC (Coeficiente de Uniformidad de Cau-

dales) se calcula con la siguiente expresión:

Pt 25 % : valor medio de los valores de presión del 25% de las subunidades más desfavorables. A diferencia del CUP, en el fc las presiones se miden en cada terciaria del sector y no en los emisores. Pt :valor medio de las presiones medidas en la totalidad

de las subunidades siendo:

q 25 %

:caudal medio recogido en el 25% de los pluviómetros que menos agua reciben, es decir, elegimos un número de emisores que sea el 25% del total (16), en este caso por lo tanto serían 4 y que serán además, aquellos que hayan aplicado menos cantidad de agua. Una vez localizados, calculamos la media de los cuatro.

q : caudal medio recogido en la totalidad de los pluviómetros. Para concluir el estudio de la Uniformidad en la subunidad de riego se calcula el CUP, Coeficiente de Uniformidad de Presiones, que es un índice complementario muy útil para identificar si la existencia de una baja uniformidad es consecuencia de una distribución de presiones inapropiada o proviene de cualquier otra circunstancia, como por ejemplo, la existencia de obturaciones. La expresión de cálculo es la siguiente:

siendo:

Para realizar las medidas habrá que tener en cuenta si la tubería terciaria está situada a favor o en contra de la pendiente: • Si la tubería terciaria está a nivel o en contra de la pendiente, la presión más desfavorable se medirá al final de la tubería, donde comience el último lateral. • Si la tubería terciaria está colocada a favor de la pendiente, la presión más desfavorable se podrá medir aproximadamente en los 2/3 de su longitud. La primera vez que se realice esta prueba es conveniente medir varias veces al final de la tubería terciaria por si acaso el punto situado a los 2/3 no fuese el de menor presión. Si resultara otro punto distinto a éste, se marcaría en la tubería y éste sería el punto de referencia para todas las evaluaciones posteriores. Dependiendo del valor de Uniformidad de Distribución obtenido, la calificación de la instalación puede hacerse siguiendo el criterio de la Tabla 1, para sistemas de riego localizado. Tabla 1. Calificación del funcionamiento de la instalación en función del valor obtenido para la Uniformidad de Distribución de Caudales (CUC), en sistemas de riego localizado.

P25 % :presión media correspondiente al 25% de los emi-

sores que menos agua reciben. Selección de emisores igual que en el caso de los caudales.

P :presión media correspondiente a la totalidad de los emisores. x :exponente de descarga del emisor que ha de ser fa-

MÁS INFORMACIÓN www.juntadeandalucia.es/innovacioncienciayempresa/ifapa/sar. Ver “Biblioteca Virtual”

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de donde:

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FERTIRRIGACIÓN CON NITRÓGENO, FÓSFORO Y POTASIO EN CÍTRICOS (SEGUNDA PARTE) CÁLCULO DE LA DOSIS ANUAL DE ABONADO Determinación de las dosis anuales Con los datos expuestos en la Tabla 1 (Boletín nº 8, www.juntadeandalucia.es/innovacioncienciayempresa/ifapa/sar) y aplicando el incremento necesario en función de la eficiencia media de los fertilizantes de uso habitual en riego localizado por goteo, podemos establecer las dosis para las recomendaciones de abonado. En las Tablas 2, 3 y 4 se presentan las dosis por árbol recomendadas de N, P2O5, K2O (Cadahía, 2005), donde se ha tenido en cuenta el diámetro de copa de la especie cultivada, parámetro relacionado con el tamaño del arbolado de manera más fiable que la edad de plantación, porque se evitan posibles interferencias debidas a la combinación variedad/patrón y a las condiciones de cultivo.

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La expresión para calcular la dosis anual de abonado es la siguiente:

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Siendo: F1 = 100/Porcentaje de eficiencia de uso para fertilizantes en riego localizado por goteo. (Para un suelo de tipo medio, los porcentajes establecidos de eficiencia de uso son los siguientes: Nitrógeno, 75-85%; Fósforo, 55-70%; Potasio, 75-90%). F2 = Factor de conversión de elementos nutritivos en unidades fertilizantes. A partir de que los árboles alcancen el máximo diámetro de copa que permite su marco de plantación, la dosis máxima quedará establecida de manera definitiva con independencia de la edad de la plantación, siempre y cuando no se modifique el diámetro de copa (ver datos sombreados en color gris en Tablas 2, 3 y 4). En cuanto a la dosis máxima por hectárea, su valor es función de la densidad de plantación e independiente de la variedad cultivada.


Con la información suministrada por el análisis foliar, del suelo y del agua de riego, podremos corregir por exceso o por defecto las dosis recomendadas en las Tablas 2, 3 y 4. Corrección según el análisis foliar

Corrección según el análisis de suelo

El análisis de las hojas de cítricos es una técnica que permite conocer el estado nutritivo de las plantaciones, ya que informa sobre la existencia de estados de deficiencia o de exceso de nutrientes y también sobre la posible aparición de antagonismos entre ellos.

Es recomendable conocer las características físicas y químicas del suelo que pueden influir en el desarrollo del cultivo (contenido de calcio total y activo, contenido de arcilla, pH, conductividad eléctrica, etc.), así como en las reacciones de las soluciones fertilizantes.

En la Tabla 5 se presentan los niveles foliares estándar de referencia para distintas especies de cítricos (Legaz y Primo-Millo, 1988; Legaz ,1995), que también proporcionan información sobre los niveles de reserva de elementos móviles en la planta.

Corrección según el análisis del agua de riego Este análisis nos informa sobre las aportaciones de nutrientes por el agua de riego, así como la calidad de ésta que va a determinar la necesidad o no de tratamiento para evitar obturaciones en los emisores. Las aportaciones de nutrientes por el agua de riego pueden calcularse empleando la expresión:

Siendo: [NUTRIENTE] = Concentración del nutriente en el agua de riego (mg/l = ppm) VR = Volumen total de riego (m3/ha), para el periodo de tiempo considerado Ctr = Coeficiente de transformación (NO3- = 22,6; MgO = 166,6; K2O = 182) F = Factor de eficiencia de aplicación del riego y que considera las pérdidas de agua (en riego por goteo, valores adecuados entre 0,8 y 0,9). * Niveles basados en concentraciones en hojas de la brotación de primavera, de 7 a 9 meses de edad, procedentes de ramas terminales sin fruto.

A partir de las dosis de abonado expuestas en las Tablas 2, 3 y 4, se realizarán las correcciones que resulten necesarias, según los resultados del análisis foliar, utilizando los factores de corrección asignados a cada estado nutritivo del árbol (Tabla 6).

En este apartado, la corrección más significativa suele ser la debida al aporte de N. Para concentraciones de NO3superiores a 50 mg/l en el agua de riego, será necesario reducir las dosis de N recomendadas (Tabla 2). MÁS INFORMACIÓN www.juntadeandalucia.es/innovacioncienciayempresa/ifapa/sar. Consultar “Técnico Virtual”

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OPTIMIZACIÓN DE LAS DOSIS ESTÁNDAR RECOMENDADAS

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En los últimos años la superficie destinada al cultivo del naranjo dulce ( L. Osbeck) en Andalucía se ha incrementado paulatinamente (Figura 1). Este incremento, conlleva a un aumento de diversos recursos necesarios para el mantenimiento del cultivo, entre ellos el agua. Al ser un cultivo de hoja perenne, el consumo de agua del naranjo es bastante elevado. Una plantación de 2 años puede consumir de 200 a 250 mm año, y una plantación de 10 años de 700 a 800 mm.

de agua. La ETc puede ser determinada en base a la demanda de evaporación de referencia, ET0, (necesidades de agua de un cultivo de referencia que puede ser una pradera de gramínea), y de un factor de corrección (Kc) mediante la ecuación:

Gran parte de las necesidades del árbol son cubiertas por las precipitaciones, en forma de lluvia, que se producen desde octubre a abril. Sin embargo, las necesidades de agua desde mayo hasta finales de septiembre, que pueden representar el 65% de las necesidades anuales, deben cubrirse con el riego.

La ET0 puede determinarse por medio de formulas semiempíricas, como la ecuación Penman-Monteith-FAO56 que utiliza diversas variables meteorológicas. En Andalucía, la red RIA (Red de Información Agroclimática, www.juntadeandalucia.es/innovacioncienciayempresa/ ifapa/ria) cuenta con 100 estaciones agroclimáticas distribuidas en las principales zonas de regadío. Dichas estaciones facilitan diariamente, desde el año 2000, la ET0, además de otros parámetros climatológicos.

La escasez cada vez mayor del agua ha llevado a las administraciones reguladoras a limitar su utilización, lo que hace muy necesario optimizar al máximo dicho recurso. Un primer paso para este objetivo ha sido la remodelación de las instalaciones de riego, ya sea desde la modernización de las Comunidades de Regantes como de los sistemas de riego en parcela. Esta notable mejoría está permitiendo una mejora de la eficiencia en el uso del agua. Un segundo paso es la determinación de las necesidades óptimas de agua que requiere el cultivo del naranjo.

Superficie (Miles de Has)

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NECESIDADES DE AGUA EN LAS PLANTACIONES DE NARANJO EN ANDALUCÍA

5 Figura 1. Distribución de la superficie en hectáreas destinada al naranjo dulce en Andalucía en los años 2000 y 2007. Figura interior: Porcentaje de superficie destinada al cultivo del naranjo para cada provincia en relación a la superficie total de este cultivo. Fuente: Consejería de Agricultura y Pesca (Junta de Andalucía 2000 y 2007).

Para un adecuado crecimiento vegetativo y desarrollo de las estructuras reproductoras de un cultivo, se debe cubrir las perdidas de agua producidas desde la superficie del suelo por la evaporación (E) y por la transpiración desde las hojas (T). En conjunto estas pérdidas se conocen como evapotranspiración (ET), y son dependientes de factores climáticos (temperatura y humedad del aire, radiación solar y velocidad de viento), de las características específicas del cultivo (estado de desarrollo, área foliar, densidad de la plantación, etc.) y del suelo. La demanda de agua desde un cultivo que esté libre de enfermedades, bien regado y fertilizado, representa la evapotranspiración del cultivo (ETc), o las necesidades netas

El Kc es propio para cada cultivo. La FAO (Allen ., 1998) recomienda para los cítricos diferentes valores generales de Kc. Utilizando un lisímetro, Castel (2001) determinó que el Kc del naranjo está directamente relacionado con el porcentaje de área sombreada (PAS), alcanzando valores máximos cuando el PAS es mayor al 75%. Estos nuevos valores de Kc son inferiores a los recomendados por la FAO, lo que implica también una disminución de las necesidades de agua estimadas. Conscientes de la problemática que supone la reducción del recurso hídrico, el Sistema de Asistencia al Regante (SAR) ha elaborado un cuadro de necesidades de agua para los naranjos en Andalucía. Estas necesidades se determinaron utilizando los datos diarios de la ET0 desde el 1 de enero del 2001 al 31 de diciembre del 2007, facilitados por la RIA, y la estimación del Kc utilizando la ecuación de Castel (2001). Así, las Tablas 1, 2 y 3 muestran las necesidades brutas de agua al mes de naranjos, cultivados a diferentes marcos y con diferente tamaño de copa, para las zonas de Hornachuelos (Córdoba), La Rinconada (Sevilla) y Gibraleón (Huelva), respectivamente. Las necesidades de agua incrementan según aumenta el diámetro del árbol, y la densidad de plantas. En la mayoría de los casos, la demanda de agua del naranjo desde octubre a abril es cubierta completamente por la lluvia. Esto reduce el periodo de riego, en el peor de los casos, a 5 meses. En el caso de las plantas pequeñas, las lluvias primaverales podrían satisfacer incluso las necesidades de agua del mes de mayo. Las primeras lluvias de septiembre también reducirían una parte importante de las necesidades. Para estimar las necesidades netas, es decir, el volumen del agua de riego, se ha de tener en cuenta la eficiencia del sistema de riego, la calidad del agua de riego y las características físicas del suelo. Esto sugiere que a las necesidades brutas habrá que incrementar, según sea el caso de la finca, un ligero porcentaje a fin de asegurar los requerimientos de la planta.


Tabla 2. Necesidades de agua (mm mes) del naranjo dulce bajo diferentes marcos de plantación y diámetro de copa en La Rinconada (Sevilla).

Tabla 3. Necesidades de agua (mm mes) del naranjo dulce bajo diferentes marcos de plantación y diámetro de copa en Gibraleón (Huelva).

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Tabla 1. Necesidades de agua (mm mes) del naranjo dulce bajo diferentes marcos de plantación y diámetro de copa en Hornachuelos (Córdoba).

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MAS INFORMACIÓN

www.juntadeandalucia.es/innovacioncienciayempresa/ifapa/sar . Ver “recomendaciones de riego.” REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Allen, R.G., Pereira, L.S., Raes, D., Smith, M., 1998. Crop Evapotranspiration: Guidelines for Computing Crop Water Requirements. FAO Irrigation and Drainage Paper No. 56, FAO, Rome. Castel, J. 2001. Consumo de agua por plantaciones de cítricos en Valencia. Nutrifitos, 27-32. Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía. Avances Superficies y Producciones 2000 y 2008. www.cap. junta-andalucia.es/agriculturaypesca


BOLETÍN TRIMESTRAL DE INFORMACIÓN AL REGANTE RIEGO DE CULTIVOS HORTÍCOLAS BAJO ABRIGO CON AGUA DESALADA

RIEGO DE CULTIVOS HORTÍCOLAS BAJO ABRIGO CON AGUA DESALADA. APROVECHAMIENTO DEL AGUA DE LA DESALADORA DE CARBONERAS POR LA COMUNIDAD DE USUARIOS COMARCA DE NÍJAR: UN MODELO DE ‘AGUA A LA CARTA’ El empleo de agua desalada se está convirtiendo en una alternativa real para el abastecimiento en zonas áridas. En concreto, España se ha situado como una potencia tanto en aprovechamiento como en tecnología de este tipo de aguas, siendo el cuarto productor mundial. La gran ventaja de la utilización de la desalación es, claro esta, el que se dispone de una fuente inagotable de agua. No obstante, su empleo para el riego de cultivos es más discutible, a causa principalmente del elevado coste energético que presenta su proceso de producción. Para poder rentabilizar el riego con agua desalada se tienen que dar dos condiciones: déficit de otras fuentes de agua y cultivos de alta eficiencia en el uso de la misma. Esta situación se presenta en la provincia de Almería, donde desde hace unas décadas se riegan cultivos de primor, principalmente hortícolas en invernadero, con una eficiencia en el uso del agua muy elevada.Con la inversion de 1m3 de agua se ofrece al mercado un valor en producto de 12€. Una de las principales áreas de cultivos bajo invernadero de la provincia de Almería es la Comarca de Níjar. Allí el abastecimiento de agua para riego se encontraba en una situación crítica debido a que el agua utilizada procede de acuíferos subterráneos de escasa potencia que, como consecuencia de su sobreexplotación, estaban perdiendo calidad, situándose los niveles de conductividad eléctrica en un rango de 2 a 7 dS/m. Con estos índices de salinidad en el agua, las alternativas de cultivo se encontraban muy limitadas.

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Figura 1. Fotografía satélite del municipio de Níjar (Almería) La superficie invernada (en azul) ascendía en la campaña 2003-2004 a 3.639 Ha. Fuente: Sanjuán (2007).

En 2005 finalizó la construcción de la desaladora de Carboneras con la que se pretende dar solución a los problemas de abastecimiento de agua, tanto urbano como agrícola, en la zona. Ya en 1999 se había constituido la Comunidad de Usuarios del Agua de la Comarca de Níjar (CUCN), corporación encargada de la distribución del agua para riego de la desaladora y se iniciaron las obras de instalación de la red de distribución. El proyecto de obras de la CUCN está dividido en tres fases de ejecución

y cuenta con un presupuesto total de 67 millones de euros. Abastecerá a 1.700 regantes y la red de riego está preparada para abastecer una superficie de 12.000 ha. Ya se encuentran finalizadas las dos primeras fases y hay más de 3.000 ha de invernaderos abastecidas. Primera fase terminada, segunda en fase final. El objetivo no es emplear este agua como única alternativa, sino su mezcla con las fuentes hasta ahora utilizadas, aumentando su salinidad, “excesivamente” baja.

Figura 2. Análisis del agua suministrada por la desaladora de Carboneras a la Comunidad de Usuarios de Aguas de la Comarca de Níjar. Obsérvese el valor de CE inferior a 0.6 dS/m. Fuente: Escribano (2008).

En un principio se barajaron dos sistemas de distribución y manejo del agua, uno con reparto y mezcla en cada una de las comunidades de regantes y otra de distribución a cada uno de los usuarios finales y mezcla particular en su propia balsa. La primera de las alternativas requiere una inversión inicial más pequeña pero obligaría a todos los regantes de la misma comunidad a emplear agua con características uniformes. Finalmente se ha decidido emplear el segundo sistema que permite a cada regante hacer una mezcla según sus necesidades. Es lo que se ha llamado “agua a la carta”. De esta forma el regante elige el cultivo y en función de las necesidades de éste, prepara un agua más o menos salina, permitiéndole un importante ahorro en cuanto a consumo de fertilizantes y agua desalada en aquellos cultivos más tolerantes a la salinidad. El esquema de distribución sería el siguiente: RED DE RIEGO CUCN AGUA DESALADA ARQUETA DE DISTRIBUCIÓN

AGUA ABASTECIMIENTO TRADICIONAL

BALSA DE ACOPIO AGUA DESALADA

AGUA “A LA CARTA”

RED DE RIEGO PARTICULAR

BALSA DE MEZCLA

Figura 3. Esquema de manejo del agua desalada por parte del usuario final.


Un manejo correcto de la mezcla de agua más la solución nutritiva incorporada debe permitir al agricultor mantener unos niveles de salinidad en el suelo óptimos para su cultivo. La tabla siguiente puede servir de orientación al regante, siempre teniendo en cuenta que los niveles de CE alcanzada en el extracto de saturación no coinciden con los de la solución de riego aportada. A modo de referencia se puede considerar la relación:

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Tabla 1. Niveles de referencia de la CE en el extracto de saturación del suelo. Fuente: Casas y Casas (1999).

Actualmente los regantes de la comarca del Campo de Níjar han reservado agua desalada para abastecer a 7.500 ha. Los consumos están aumentando gradualmente conforme avanzan las obras de instalación de la red de distribución. Los usuarios son los que deciden en cada momento el consumo de agua que van a realizar. La desaladora puede suministrar a la Comunidad de Usuarios hasta 27 Hm3/año. En cualquier caso el consumo se realizará a la demanda, por lo que tardará en alcanzarse cifras límite.

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Figura 4. Consumos de agua desalada en miles de m3 por la Comunidad de Usuarios de Aguas de la Comarca de Níjar.

Figura 6. Zona de actuación y red de distribución principal de la CUCN.

BIBLIOGRAFÍA Casas Castro, A., Casas Barba, E. 1999. Análisis de suelo-agua-planta y su aplicación en la nutrición de los cultivos. Instituto La Rural. Escribano Fornieles, P. 2008. Comunicación personal. Comunidad de Usuarios del Agua de la Comarca de Níjar.

Figura 5. Instalaciones de la CUCN . Toma agua desalada en unos de los embalses de regulación.

Sanjuán Estrada, J.F. 2007. Detección de la superficie invernada en la provincia de Almería a través de imágenes Aster. Fundación para la Investigación Agraria en la Provincia de Almería.


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NECESIDADES ESTIMADAS DE RIEGO DE LA ALFALFA EN EL BAJO GUADALQUIVIR

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INTRODUCCIÓN

METODOLOGÍA

El cultivo de la alfalfa en el Bajo Guadalquivir es actualmente una de las alternativas más consolidadas a los cultivos tradicionales extensivos industriales, como el algodón y la remolacha, ambos con una tendencia a la baja en su rentabilidad.

Según Allen (1998) es posible relacionar la productividad del agua de riego con el uso del agua por un determinado cultivo:

La alfalfa es un cultivo cuyas necesidades de agua serían más elevadas que otros cultivos, como pueden ser los cultivos tradicionales del Bajo Guadalquivir, principalmente debido a su mayor ciclo. Este cultivo se adapta muy bien a zonas regables con las características de la zona del Bajo Guadalquivir: Suelos arcillosos retentivos de humedad. Irregularidad en las precipitaciones. Irregularidad en la oferta de agua a través de turnos de riego. Condiciones de frecuentes restricciones por sequía en las dotaciones anuales. Se pueden establecer para la alfalfa dos planteamientos para producir utilizando menos cantidad de agua:

• Se trata de un cultivo con una profundidad radicular

que puede llegar incluso a 2 m, por lo que puede contar con un almacén de agua en el suelo mayor que cualquier cultivo extensivo alternativo. Así mismo, el ritmo de extracción del agua del suelo es similar al de estos cultivos extensivos, con lo que se favorecerá un mayor aprovechamiento del agua de lluvia.

• La recolección en este cultivo se realiza de manera

fraccionada, en varios cortes a lo largo del año, con lo que el posible estrés hídrico previo a la recolección sólo afectaría a la producción de ese corte. Esto nos permite sin mucho riesgo, adaptarnos a épocas con restricciones de agua.

El objetivo del presente trabajo es analizar cual sería la productividad del agua de riego en la alfalfa en distintas condiciones de disponibilidad de agua ya sea de precipitación o de riego.

donde: • Ya: producción esperada del cultivo (variable independien- te). • Ym: producción máxima del cultivo. • Ky: factor de respuesta de la productividad . • ETc_aj: evapotranspiración ajustada del cultivo (mm/d). (Variable dependiente). • ETc: evapotranspiración del cultivo en condiciones están- dar (mm/d) sin estrés hídrico. Para el sistema de cultivo de la alfalfa en el Bajo Guadalquivir los datos para desarrollar esta metodología son los siguientes: • Ym: 30.557 Kg/ha de materia seca al 12% en peso. • Ky: 1,1 • ETc: 1.404 mm/año (CAP, 2001) La producción máxima esperada del cultivo (Ym), 30.557 Kg/ha, ha sido obtenida de los registros de la única empresa transformadora de la zona regable (Agroquivir S.C.A.). El factor Ky describe la reducción relativa de la productividad del agua en función a la reducción de la ETc generada por la falta de la misma. El valor de Ky para el cultivo de la alfalfa está en torno a 1,1. En general, la reducción de la productividad debido al déficit de agua es relativamente pequeña durante los períodos de desarrollo vegetativo y de maduración, siendo mayor fundamentalmente durante el periodo de floración. La ETc se refiere a las necesidades de agua del cultivo de la alfalfa sin tener en cuenta la precipitación. Por tanto, para nuestro trabajo se puede traducir este concepto a necesidades de riego, teniendo en cuenta la lluvia promedio de la zona y la eficiencia de aplicación (Ea) del sistema de riego más frecuente para este cultivo (0,85). Este último dato se ha recogido de una campaña de evaluaciones de sistemas de riego realizadas en el Bajo Guadalquivir y correspondientes a instalaciones con un adecuado diseño y manejo (Salvatierra, 2001. Comunicación personal). Los valores de pluviometría medios para la comarca del Bajo Guadalquivir se presentan en la Figura 1, siendo la precipitación media total de 584,8 mm.

Figura 1. Riego del cultivo de la alfalfa en el Bajo Guadalquivir.


Por lo tanto, con todos estos datos, podemos decir que las necesidades netas de agua para el cultivo serían las resultantes de restar la precipitación a la Evapotranspiración del cultivo (Riego Neto, Rn):

ETc – P = Rn 1.404 mm (ETc) – 584,84 mm (P) = 819, 16 mm (Rn)

El Riego Bruto (Rb) resultante, una vez aplicada una Eficiencia de la Aplicación (Ea) del 85% sería:

RB = RN / Ea 819, 16 mm / 0,85 = 963,7 mm

Este riego bruto se corresponde a las necesidades de agua para un rendimiento máximo del cultivo. La distribución del riego se puede observar en la Figura 2.

Figura 3. Función de producción de la alfalfa (Kg/ha) en las condiciones del Bajo Guadalquivir correspondiente a un riego por aspersión eficiente.

Se representa en la Figura 3, la función de producción del cultivo (Ya) de la alfalfa para diferentes situaciones de disponibilidad de agua para riego en el Bajo Guadalquivir. Actualmente las producciones normales de alfalfa en el Bajo Guadalquivir, están en torno a los 18.000 Kg/ha para un año de pluviometría normal. Este valor se corresponde con un consumo de riego bruto de 6.000 m3/ha, valor correspondiente a la concesión de agua existente en la zona. Dado que este cultivo puede disponer de un mayor almacén de agua en el suelo y que la recolección se realiza de manera fraccionada, los valores de producción pueden verse significativamente aumentados. Además, en un año donde la dotación esté por debajo de la normal (situaciones de sequía), se podrán asegurar los rendimientos descritos en la Figura 3, con la posibilidad de verse incrementados por posibles lluvias en la primavera. Estos trabajos previos, forman parte del grupo de trabajo del Sistema de Asistencia al Regante (SAR), que pretende en este y en años posteriores, ajustar los valores estimados a situaciones reales en campo. Para contactar sobre este tema: sar.ifapa@juntadeandalucia.es

Figura 2. Calendario medio de riego de la alfalfa para el Bajo Guadalquivir (CAP, 2001)

RESULTADOS Y CONCLUSIONES De la estimaciones anteriores podemos extraer gráficamente la función de producción siguiente:

BIBLIOGRAFÍA Allen, R.G., Pereira, L.S., Raes, D., Smith, M., 1998. Crop Evapotranspiration: Guidelines for Computing Crop Water Requirements. FAO Irrigation and Drainage Paper No. 56, FAO, Rome. CAP, 2001. Mejora del Uso y Gestión del Agua de Riego. Consejería de Agricultura y Pesca, Junta de Andalucía. CDRom. Salvatierra, B. 2001. Base de Datos de Evaluaciones de Sistemas de Riego. Comunicación personal.

BOLETÍN TRIMESTRAL DE INFORMACIÓN AL REGANTE NECESIDADADES ESTIMADAS DE RIEGO DE LA ALFALFA EN EL BAJO GUADALQUIVIR

Figura 1. Datos medios de precipitación para la comarca del Bajo Guadalquivir. (Fuente: Agencia Estatal de Meteorología, AEMET).

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Edición y Dirección: Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera

DIRECCIÓN DE CONTACTO Sistema de Asistencia al Regante de Andalucía (SAR): sar.ifapa@juntadeandalucia.es www.juntadeandalucia.es/innovacioncienciayempresa/ifapa/sar

Dep. Legal: CO-673/06 ISSN edición impresa: 1886-3884 ISSN edición digital: 1886-3906

Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera CONSEJERÍA DE AGRICULTURA Y PESCA

Unión Europea


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