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MARIO VARGAS LLOSA Premio Nobel de Literatura “Una sociedad con buenos lectores y espíritu crítico es más difícil de manipular” 6-7
HERÁLDICAS 2.330 escudos con más de un siglo de antigüedad, al acceso de un clic 8-9
OPINIÓN HISTORIAS FAMILIARES ‘La urna o la vida’ 11
lasemana
CONCEPTOS ESPARCIDOS ‘El cliente y la razón’ 12
Aula magna A la izquierda, en el taller auspiciado por Cruz Roja, José Miguel Imas García imparte una sesión a su alumnado aventajado en la experiencia de la vida.
EDUARDO BUXENS
MAYORES DE 60 AÑOS ACTIVAN SU MEMORIA Y SUS RECUERDOS DE SU ETAPA EN LA ESCUELA CON EJERCICIOS DE LÓGICA MATEMÁTICA Y LENGUAJE DE CUARTO DE PRIMARIA PASA A PÁGINA SIGUIENTE m
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Regreso al aula: El mérito de aprender a los 70 años de edad
Idoia Urmeneta, del Área de Personas Mayores de Cruz Roja.
m VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR
PERSONAS MAYORES ASISTEN A TALLERES DE PENSAMIENTO LÓGICO MATEMÁTICO Y LENGUAJE, IMPARTIDOS POR CRUZ ROJA, SOBRE LA BASE DE MATERIA DE 4º DE PRIMARIA. AYUDA A LA ESTIMULACIÓN COGNITIVA. EL PROFESOR, JOSÉ MIGUEL IMAS GARCÍA, SE SIRVE DE MEDIOS SIMILARES A LOS QUE UTILIZABA EN EL COLEGIO. TEXTO NATXO GUTIÉRREZ FOTOGRAFÍAS EDUARDO BUXENS
C
UANDO viajar en un camión comportaba mayor riesgo, sin el auxilio técnico en carretera a la menor avería que ralentizase la marcha, Emilio Martínez Baztan salía presuroso con su máquina de herramientas al volante de una furgoneta del Servicio Oficial Pegaso. “Igual me llamaban a las tres de la tarde y regresaba de madrugada”, rememora. Tan pronto se adentraba por carreteras nacionales como tomaba la ruta del norte que avanzaba hacia países como Bélgica. No había secretos que se le escapasen al menor síntoma de fatiga que emitiese un motor lastimado. Las salidas laborales a deshoras interrumpieron su aprendizaje en el turno nocturno en Maestría de Salesianos, pero no aplacaron su afán de saber más cada día hasta que, a base de esfuerzo sobreañadido, consiguió el título de FP en Mecánica.
En la pizarra, José Miguel Imas García imparte una lección sobre fracciones decimales.
do iba a la escuela o a trabajar”, recalca el primero. “Hago lo que puedo”, tercia con sinceridad y humildad ella. El reencuentro con sus compañeros y la atención que presta durante las sesiones le ayudan -afirma- a centrarse. Las clases, en este caso de lógica matemática, complementadas con un segundo ciclo de profundización en el lenguaje (Comprendo y me expreso), discurren sobre la base de un material currícular utilizado en cuarto curso de Primaria. El recurso activa la memoria y aviva reminiscencias de la olvidada Educación Elemental, que anticipó a la EGB como fundamento en la preparación de los que podían dar el salto al Bachillerato con miras a procurarse un porvenir halagüeño. Lo que sucede es que no todos hallaban en los estudios una fuente en la que poder abrir su mente y preparar su futuro sin las ataduras a jornadas sin descanso de sus antepasados. Las obligaciones del hogar en una economía doméstica renqueante por los años de posguerra obligaba a no pocos a arrinconar los libros y a echar una mano en el sustento familiar.
Recordar
Aún hoy cuando se le pregunta por su etapa de estudiante y trabajador habla de “valencias y polivalencias” como también de raíces cúbicas, que aprendió a resolver. “Las matemáticas -confiesase me daban bien. Siempre me han gustado”. A sus 66 años de edad es habitual en el taller de Pensamiento Lógico Matemático, dentro de la oferta de Participación Social que Cruz Roja dirige a las personas mayores en su denominado Espacio Activo. Todas las actividades que cuajan en su interior tienen el fin común de asegurar calidad en la atalaya de la vida. Como Emilio, su compañera de aula, María Pilar Goicoechea Vera, de 71 años, valora el ámbito de relaciones que le proporciona dos veces por semana (lunes y jueves, de 11.00 a 13.00 horas) los talleres que son, a un tiempo, educativos y, a otro, iluminadores de recuerdos. “Es como si tuviera una obligación. Como cuan-
Hoy, José Miguel Imas García, docente jubilado a sus 61 años de edad, se encuentra en su clases en Cruz Roja con alumnos ávidos de poblar su mente con conocimientos nuevos o rescatados de alguna capa recubierta por el cúmulo de saberes y atenciones en la vida. “Son personas -dice- que vienen a recordar cosas que aprendieron de niño. Los hay que tuvieron que dejar la escuela antes de tiempo, porque tenían que ayudar en casa. Mujeres, por ejemplo, que llevaban la comida a sus padres que estaban en el campo al cuidado de las vacas”. Con 38 años y dos meses de experiencia en las aulas, Imas, pamplonés apegado a sus raíces familiares de Larraga, encuentra en su nueva faceta de voluntariado una oportunidad de ampliar su vocación docente y, lo mejor, de sentirse feliz de poder hacerlo, como indica. Hace un año aproximadamente -accedió en marzo de 2018 al merecido descanso tras completar su última etapa en el CP Ermitagaña-, se tomó un breve respiro
“Es como volver a la escuela”, destacan los destinatarios, expertos en la vida y con gran afán de aprender
El profesor recurre a su creatividad para plantear problemas a partir de historias conocidas que aumentan la motivación
con “un año sabático” que, en realidad, fue de pocos meses. Coincidió con un conocido de Larraga, Javier Sanz Colomo, que le invitó a participar de su experiencia altruista en Cruz Roja. Sin pensárselo dos veces, animado por su espíritu inquieto que le impide estar de brazos cruzados y el entusiasmo de la docencia apegado a su trayectoria, se entrevistó con la Trabajadora Social de Cruz Roja en el Espacio Activo, Elena Arboleda. Tras “un curso de una mañana” de conocimiento de la entidad, puso a su disposición su experiencia y su saber con una propuesta de cursos basados en programas de enseñanza que había impartido en 4º, 5º y 6º de Primaria. En otras palabras, rescató asignaturas y materia, frescas en su memoria, para un perfil de alumnado diferente al que había escuchado sus explicaciones durante cuatro décadas. A partir de ese momento, los destinatarios
de sus enseñanzas superaban, en la mayoría de los casos, su propia edad. Se sitúan en la franja de 60 a 75 años, con la excepción de algún prejubilado al que una limitación le había retirado del mercado laboral. El profe, como es conocido en el Espacio Abierto de Cruz Roja, mantiene encedida su ilusión de enseñar con un plan ideado sobre la base académica que hasta un año antes había utilizado en el colegio. Con modelos de fichas obtenidos a través de Internet de los programas currículares de 4º de Primaria, diseñó problemas de lógica matemática. Su sello personal, que explotó con intuición y acierto en el reto de cada educador por motivar a su alumnado, fue añadir una dosis creativa a los ejercicios matemáticos con historias fácilmente entendibles, cercanas y reconocibles. La semana pasada, por ejemplo, planteó a sus alumnos aventajados en
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la sabiduría de la vida un problema: “Imaginaros que unos alumnos del colegio Ermitagaña van de excursión al Parque de Atracciones de Zaragoza. Se han metido en la piscina 120. Y la profesora que está al cuidado de esos alumnos quiere saber cuántos llevan bañador rojo. La única referencia que tiene es que representan dos quintos del total. ¿Cuántos alumnos llevan bañador rojo?”. El jueves de esta semana, la clase estuvo centrada en las fracciones decimales. “Pensad en una tienda, donde hay un 30% de descuento. Podemos hablar de 30%, de 30 cienavos o de 0,30. Es lo mismo. ¿Hemos entendido?”, interpela a sus destinatarios. Emilio Martínez revela su sinceridad. “No del todo bien”. La paciencia anima a repetir la explicación al profesor. “Ahora sí he pillado”, atiende por respuesta del mismo alumno, sin descuidar lo más mínimo los trazos del ro-
tulador que se deslizan por la pizarra blanca.
Ortografía y redacción En las semanas en que el lenguaje toma el relevo de la lógica matemática, el profesor echa mano de fichas, obtenidas vía ordenador, “de lectura comprensiva”. Sigue su propio instinto para motivar a su alumnado con debates en torno a una temática central. “Se les anima para que puedan opinar. Podemos trabajar un texto, por ejemplo, sobre la caza de ballenas que da pie a un intercambio de opiniones”, afirma. Como sucedía en las clases de 4º de Primaria, no falta el repaso a la ortografía ni el ejercicio de redacción con un planteamiento de una “descripción de una persona o una noticia”. No varía, en ese sentido, el esquema que utilizaba “con los chavales”. Más allá de lo que a simple vista pueda parecer, la adaptación
En lenguaje no falta la ortografía como tampoco la redacción. No varía la estrategia que utilizaba el profesor en el colegio
de la lógica matemática y el lenguaje de 4º de Primaria a un tipo de destinatario con experiencia acumulada en la vida tiene su valor e importacia. “En el proceso de envejecimiento, la lógica matemática y el trabajo del lenguaje sirven para la estimulación cognitiva”, destaca la responsable del Área de Personas Mayores en Cruz Roja, la pamplonesa Idoia Urmeneta Varona. En su nueva etapa como educador, de la que, según dice, nunca se reniega si “realmente hay vocación”, José Miguel Imas comparte las razones que dan sentido a los talleres que imparte. “En primer lugar, ayudan a salir de casa. Los alumnos tienen la obligación de venir a clase”, señala. Coincide con Idoia Urmeneta en la estimulación cognitiva que acompaña todo esfuerzo de aprendizaje. “Recuerdan cosas que aprendieron de pequeños y que les ayuda a tener activa la mente. Claro está tienen que ra-
zonar y al hacerlo su mente está activa”. La sincronía profesor-alumno excede del código del entendimiento. El ingenio que destila Imas es correspondido con porciones de creatividad de sus interlocutores. “En lenguaje han podido preparar poesías y ciertamente salen cosas majillas”, expone con el orgullo sano de acompañar a personas a reencontrarse con el poder creativo que nace de la originalidad. Aunque las comparaciones son de partida odiosas, en actitud y, sobre todo, saber estar sin la menor expresión de queja, los mayores procuran un ambiente de silencio y coordialidad. No hay llamadas al orden y atención, que son un desgaste en la difícil tarea educativa. “Son personas que quieren aprender. Son educadas y respetuosas. Ponen atención e interés en todo. Las admiro”, se deshace en alabanzas el veterano profesor hacia sus nobles pu-
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pilos. “¡Que a sus años quieran aprender es una cosa positiva!”, agrega. En un plano de mayor intimidad, José Miguel Imas confiesa sentirse más que satisfecho por la nueva oportunidad brindada de ejercer la pasión que le condujo durante 38 años a recorrer escuelas de Pamplona, Basaburua y Larraga. En esta ocasión, sin obligación por medio, descubre un rol difícil de separar de esa parte de la naturaleza que acompaña a todo ser humano a dar lo mejor de sí por el bien de los demás. “Confieso que me gusta más dar clases que recibirlas”, puntualiza sin disimular la felicidad de reencontrarse con el profesor que siempre ha sido y es. Su dedicación, como la de cualquier voluntario que participa de los programas en Cruz Roja, no tiene precio, a los ojos de Idoia PASA A PÁGINA SIGUIENTE m
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La actitud de los destinatarios en los talleres impartidos por Cruz Roja es un rasgo destacado por los responsables de impartirlos.
Paseos saludables para mayores, rematados con una degustación
Así que cuando Emilio Martínez pregunta a su profesor cuando no entiende algo, recibe una respuesta más que satisfactoria que aclara sus dudas y le ayuda a recordar al alumno que fue de FP en Mecánica. Las matemáticas no eran arduas a su entendimiento como tampoco el quejido de un motor dañado de un camión en una carretera perdida de Europa. Allí estaba Emilio, el mismo que hoy sigue los trazos de la pizarra y replica con aprobación a las explicaciones del profesor: “Ahora sí que he pillado”.
Talleres, como los de Pensamiento Lógico Matemático que estos días entretiene a José Miguel Imas en la búsqueda de problemas que iluminen la mente de sus alumnos, son parte de un programa de Participación Social de mayor amplitud y hondura en Cruz Roja. Su desarrollo se enmarca, a su vez, en lo que se denomina Promoción del Envejecimiento Activo. “Tenemos un coro, escritura creativa, nuevas tecnologías...”. La Participación Social abarca igualmente las iniciativas englobadas en Promoción de la Salud, siempre orientadas al cuidado de la calidad de vida de personas mayores. Las sesiones de “yoga, movilidad articular o baile” se encuadran en esta sección. La Participación Social y la Promocion de la Salud confluyen en una dinámica que anima cada jueves a una treintena de mayores a compartir Paseos saludables. Existen -dice Idoia Urmeneta- dos itinerarios, de mayor o menor distancia, que confluyen en un mismo punto de llegada. “La media del paseo ronda los cinco kilómetros”, apunta. Al finalizar, los participantes coinciden en torno a una mesa para compartir una degustación. El componente social, tan necesario a cualquier edad con el poder revitalizador que emana de unas relaciones
“Las personas envejecen con calidad de vida y necesitan espacios de participación que estén a la altura de su evolución”
“Son personas que quieren aprender. Ponen atención e interés en todo. Las admiro”, apunta José Miguel Imas
Dos alumnos se disponen a resolver unos ejercicios de lógica matemática.
Urmeneta, quien descubre el voluntariado como el alma de la entidad filantrópica. “Cruz Roja es una institución de voluntariado”, ensalza como principio fundante que sigue vigente. En el Espacio Activo, ideado para mayores, 10 personas dan de forma altruista consistencia a los talleres. Son parte del engranaje de 75 voluntarios que sustentan el apartado de Promoción del Envejecimiento Activo. Sin ellos no sería posible la tan necesaria labor de acompañamiento a personas con edad. “Cada vez son o seremos más y cada vez más mayo-
res. Las personas envejecen con una calidad de vida buena y necesitan espacios de participación, que estén a la altura de un crecimiento sano”, razona Idoia Urmeneta, con 14 años de experiencia en el área dentro de Cruz Roja Navarra. Las “sinergias” creadas con sus destinatarios a partir del aporte de voluntarios en edad de jubilación, que fueron maestros en su dedicación y oficio, como es el caso de José Miguel Imas, obran el milagro diario de asegurar la calidad de vida que merecen los mayores.
sanas, proporciona un valor al encuentro semanal. CUIDAR AL CUIDADOR
Existe un segundo bloque, dentro del Área de Personas Mayores de Cruz Roja, centrado a día de hoy en “la atención a personas que tienen a su cuidado a algún familiar en su domicilio”. Favorecer “un espacio de respiro, de descanso” está a la base de cualquier iniciativa de desahogo que ayude a cuidar al cuidador. “Tenemos un recurso de apoyo a familias que quieren contratar a una persona en el domicilio. Siempre hay mucha incertidumbre a la hora de meter a una persona ajena en una casa”, observa Urmeneta.
1.900
personas mayores se han acercado en lo que va de año a alguno de los programas coordinadores desde el Área de Personas Mayores de Cruz Roja Navarra.
5.000
personas. Es la media de asistencia anual en el conjunto de sus dinámicas e iniciativas.