Karen Schwend
La pistola del director El director provenía de una antigua familia de intelectuales de Stuttgart. La casa familiar, de 3 pisos junto al Neckar era señorial y muy elegante. Conseguir un trabajo de mucama ahí en 1932 fue una gran suerte para mí, por lo que me esforzaba en ser diligente y no llamar la atención. El aseo de la casa terminaba cada día en el escritorio del director. El dirigía una escuela de niñas y nunca volvía antes de las 5 de la tarde a la casa. Entrar en ese salón con muros de madera y cortinas de terciopelo, con una librería que llegaba hasta el cielo, repleta de libros que yo no sabía leer, siempre me inmovilizaba por algunos segundos. Mi ritual antes de empezar a limpiar y ordenar era disimuladamente, tantear la pistola que estaba debajo de la cubierta del escritorio, en su escondite secreto. 174