Cuadernos Cecilia #1 by cuadernos cecilia

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Número 1 - Ano 1 – Maio/2009

Capa: Tragedia, de Paola Gaviria Colaboraram neste número: Antônio Xerxenesky, Arturo Font, Carol Bensimon, Eduardo Sancinetti, Esteban Ocampo Giraldo, Federico Durand, Gustavo Gialuca, Gustavo Tabares, Hlalla Íris, Jóvenes y Sexys, Juliana Soares, Laura Wrona, Luis Valenzuela Prado, Mtatheus Chiaratti, Mercedes Bustelo, Paloma Vidal, Paola Gaviria, Rodrigo Maceira. Fotos: Alice Lancaster, Amber Marie Chavez, Ana Kras, Billy Kraft, Caitlin Molloy, Chend Ting, Chiara Balza, Elina Nilsson, Heather Marlatt, Houman Momtazian, Ivan Franco Falcão, Joe Bonomo, Jonas Loiske, Juan Saez, Leon Batchelor, Lew Manchu, Lewis Chaplin, Manbo Key, María del Rosario Cardona, Mariana Higa, Marina Fernández, Nicolas Dodi, Nicole Denton, No.223, Shawn C. Smith, Topoleanu Ioan-Mircea, Valentina Ovalle.

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Sumário

pg.6

BLANCO

pg.8

SEM RIMA, SEM VERSO

pg.12

ONDE AS NOITES SãO CLARAS

pg.20

LA MUJER CON LA CÁMaRA

pg.38

AUTORRETRATO

pg.42

10 canciones que

pg.46

PORQUE SIM Não é resposta

pg.52

Cx. Postal 14765

pg.54

paloma vidal

pg.59

mão dupla

pg.68

marte upmarket

pg.72

encontrados

pg.90

noites de hotel

pg.92

laura wrona

pg.98

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BLANCO | Luiz Valenzuela Prado

Blanco Luis Valenzuela Prado

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Luis Valenzuela Prado (Santiago, Chile, 1978) é escritor e professor. Publicou contos no livro de fotografia Díaz de espera (2003) e nos sites: www.elmostrador.cl (2005), www.lanzallamas.com (2006) e www.lasiega.org (2007). Participou, com uma pequena antologia, do livro de narrativas Lenguas: dieciocho jóvenes cuentistas chilenos (JC Sáez Editor, 2005). Colabora como crítico literário, desde 2004, com o site www.sobrelibros.cl. Recentemente, publicou Jueves, seu primeiro romance, pela editora independente La Calabaza del Diablo.

BLANCO | Luiz Valenzuela Prado

Bostezó y se vio mirando el techo blanco. Lo último que recordaba era que había bostezado y que estaba mirando el techo blanco. No se acordaba si estaba despierto hace mucho rato o recién lo estaba haciendo, cuando se encontró bostezando y mirando al techo blanco. Bostezó nuevamente y recién pensó en moverse. Solo lo pensó, porque el acto, aunque parezca simple, implicaba un arduo despliegue corporal y mental para ser llevado a cabo en ese estado. Bostezó nuevamente, pero ahora cerró los ojos. Bostezó y se vio mirando el techo blanco. Lo último que recordaba era que había bostezado y que estaba mirando el techo blanco. Se acordaba de esto y pensó en moverse. Pensó que ir hacia la izquierda sería mejor y así lo hizo. Sin embargo, no vio nada, porque solo estaba la pared blanca. Intentó volver, pero solo lo pensó, porque el acto, aunque parezca simple, implicaba un arduo despliegue corporal y mental para ser llevado a cabo en ese estado. Bostezó nuevamente y cerró los ojos. Bostezó y se vio mirando la pared blanca. Lo último que recordaba era que había bostezado y que estaba mirando la pared blanca. Se acordaba de eso y de un techo blanco. Por la posición de su cuerpo pensó que podía girar hacia el otro lado. Pensó que la única opción era ir a la derecha. Comenzó a girar, pasó por el techo blanco, similar a uno que recordaba y luego su cabeza chocó con la cama y quedó mirando la habitación con una mejor panorámica que la primera que tenía al despertar mirando la pared blanca. Observó todo lo que había frente a él y no entendió nada. Bostezó nuevamente y cerró los ojos.

Bostezó y se vio mirando la habitación que estaba frente a él. Reparó en algunos detalles, sin embargo, no entendía lo que había pasado, si es que algo había pasado. Recordaba el blanco de un techo, de una pared, de una habitación. Pensó que parándose podría tener un mejor panorama de la situación. Solo lo pensó, porque el acto, aunque parezca simple, implicaba un arduo despliegue corporal y mental para ser llevado a cabo en ese estado. Bostezó nuevamente y cerró los ojos. Bostezó y se vio mirando la habitación que estaba frente a él. Reparó en algunos detalles y se detuvo en un peluche café que estaba al otro lado de la habitación. Recordaba un techo y una pared blancos y la habitación que ahora podía ver nuevamente y reparaba en que en todos esos recuerdos nadie había aparecido para explicarle lo que había sucedido. Pensó que solo el peluche podía darle alguna pista. Solo lo pensó. Bostezó nuevamente y ahora cerró los ojos. Bostezó y se vio mirando el peluche que estaba al otro lado de la habitación. Pensó que el juguete podía decirle cualquier cosa y él la creería, porque recordaba un techo y una pared blancos y la habitación que ahora podía ver nuevamente y reparaba en que en todos esos recuerdos nadie había aparecido para explicarle lo que había sucedido. Solo lo pensó. Bostezó nuevamente y cerró los ojos. Bostezó y se vio mirando el peluche que estaba al otro lado de la habitación y que quizá era la única opción de saber realmente lo que había sucedido. Pensó en eso y se rió. Bostezó nuevamente y cerró los ojos. Cuadernos Cecilia | 7

SEM RIMA, SEM VERSO | Federico Durand

Sem rima, sem verso “

“

Entrevista com Federico Durand, por Rodrigo Maceira*

Season of mist and mellow fruitfullnes.

Quando sentei no café, numa esquina da Santa Fé, pensei duas e uma terceira vez no gosto que tenho por qualquer coincidência. Admito ser um pouco místico. Por sorte, em Buenos Aires, Federico e eu. Depois de trocas de e-mail e música, essa oportunidade imprevista de um encontro à la Borges. O café era bastante pequeno. Cheguei alguns minutos adiantado, adivinhando, de fora, ambiente todo envidraçado, o artista cujo rosto conhecia de poucas, e distantes, fotografias. Como não visse nada familar, decidi ficar, entre a porta e o balcão, numa mesa de dois lugares. Pedi um capuccino, acompanhado de uma água com gás. Em quase dez minutos, Federico entrou com um livro do Keats nas mãos. Todos deberían leer a John Keats, en especial sus Odes. Hay versos memorables como: Season of mist and mellow fruitfullnes. Se alguém me perguntasse, antes da entrevista, arriscaria Fernando Pessoa. Melhor: Caeiro. 8

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Consigo enxergar uma conexão natural entre Elin e O guardador de rebanhos. Enfim, Federico se aproximou, eu tinha deixado uns discos à vista, à maneira de anunciação. A barba volumosa chamou atenção. Acho que a barba e o contraste com uma expressão mansa, doce e triste, montando o rosto. Exatamente como a sua música. Creo que todo esto tiene que ver con la necesidad de modular un mundo, de darle forma a una visión: en mi caso, paisajes que son palpables durante la duermevela, en el preciso instante en que estoy a punto de dormirme: sólo comunicables mediante melodías - y en ocasiones, poesía. Tengo plena confianza en el poder evocador de la música, en la posibilidad concreta de modificar la realidad hasta modelar un instante de belleza perdurable. Fui me dando conta de que Federico fazia questão de poesia. Sem precisar da palavra enquanto compunha. Sem rima, sem verso.

SEM RIMA, SEM VERSO | Federico Durand

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SEM RIMA, SEM VERSO | Federico Durand

Elín, 2006

Hlaðgerður Íris,

Óleo sobre tela

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SEM RIMA, SEM VERSO | Federico Durand

Com rimas e versos. Os sons derramados em forma de gota, como a água que desmancha e escorre do outro lado do vidro do carro, em dias frios, de geada. Pediu um suco de laranja, sem gelo. Disse gostar de Buenos Aires, muito, apesar da predileção inconstestável pelos bosques da Argentina. A los seis años hice con mis abuelos mi primer viaje a los bosques del Sur. Quedé impactado: una especie de epifanía. La experiencia más significativa de mi vida. Nieve, árboles y montañas. La Naturaleza desplegaba para mis ojos de niño algo enorme y difícil de explicar. Más tarde, la poesía pobló mi vida: Friedrich Hölderlin, Georg Trakl, Juan L. Ortiz. John Keats me enseñó que las palabras pueden ser música. Este diálogo no es un vínculo forzado. Por el contrario, es lo más simple: mi mirada se detuvo en la proximidad de lo que es siempre “ahora”. Acabo de llegar de las sierras de Córdoba, donde mis padres tienen una cabaña. Me tranquiliza saber que existen espacios donde aún podemos estar en relación con el agua, la madera, los ríos y el pan. A associação entre pão e natureza, pensei, não pode ficar de fora do texto, da matéria. De jeito nenhum. Comentei que tinha baixado Elin, pagando umas caras libras pelo disco, lançado somente em mp3, por um selo inglês. Curioso, Federico quis saber como tinha conhecido seu trabalho. Não soube dizer em detalhes, via myspace, se não me engano. Editar un álbum de manera virtual es útil si puede accederse a él de manera gratuita, es una forma eficaz de difusión. Sinceramente, no creo mucho en el valor estético de tal difusión. Ese ep es caro para comprar, más el agravante de que no hay objeto: y yo creo firmemente en el “objeto artístico” - en la obra acabada. Nunca quise que Elin fuera un disco virtual. Pero las circunstancias se dieron de ese modo y estoy agradecido. As circunstâncias, repeti; Federico um tanto sem jeito. Chamei o garçom e pedi um tostado. Antes, porém, sem entender bem o motivo, perguntei seu nome. O do garçom, claro. Abelardo, respondeu. E eu imediatamente passei a apresentar uma das grandes cabeças da nova música argentina. Federico, Federico Durand, anunciei, solenemente. Algumas pessoas, sentadas, prestaram atenção. Em breve, continuei, terá um disco publicado por um cultuado selo japonês. Japonês, enfatizei. O garçom agradeceu, sí, sí, cómo no?, sem entender muita coisa. Deu as costas e seguiu para a cozinha. Sua música é avant?, quis saber do poeta barbudo que tinha na cadeira da frente. O catálogo da Spekk é “para frente”, insisti. Federico ignorou educadamente a pergunta, limitando-se a comentar generi-

camente o lançamento eminente do seu primeiro disco cheio. Las expectativas son inmensas. Antes que nada, el sello está curado por Nao Sugimoto quien además de ser un gran artista es una persona muy gentil. Spekk es delicadísimo. El diseño de los discos es increíble: son objetos artísticos. Todo esto es ciertamente impactante pero lo más valioso es la mirada, el concepto. Spekk es una obra sin fisuras… y que La siesta del ciprés forme parte del catálogo de Spekk me hace feliz. Por otra parte, muchos de los músicos que admiro y que escucho continuamente han editado sus trabajos ahí. La palabra “Japón”, creo, es para nosotros latinoamericanos una especie de apertura al misterio. E a arte?, emendei. O trabalho gráfico, quis dizer, aludindo ao maravilhoso retrato que a artista plástica islandesa Hlaðgerður Íris emprestou para a capa de Elin. Federico acenou positivamente com a cabeça, alegre, visivelmente feliz com a colaboração de Hlalla, como chamou em seguida. Hlaðgerður, Hlalla, es para mí una artista que tiene una mirada pura, casi imposible. Yo admiro a Hlalla. Elin está determinado por la apreciación de su obra. Conocí sus pinturas a través de Internet, y el poquísimo pero intenso contacto que tuvimos fue para mí como si un puente se levantara entre su casa en Reykjavik y la mía en Buenos Aires. Elin existe porque Hlalla pintó una obra llamada así - Elin es una niña que vive o vivía en su edificio de departamentos. Hay algo en esa pintura que me identifica, como las estaciones del año. Mi música es visual, pero no sé si es figurativa –como la obra de Hlalla. Me cuesta decir qué de visual tiene mi música. Olhei no relógio e vi que estava atrasado para o meu segundo encontro do dia, Galeria Crimson. Posso fazer uma última pergunta, antes do último gole, brinquei. E lembrei a primeira vez em que ouvi a palavra sorbo, gole em espanhol. “Claro”, disse o artista e professor do primário, já amigo meu, de sobrenome Durand. Um disco triste, falei, só um disco, que seja definitivo, insubstituível e profundamente triste. Federico respirou, tímido, com pouco de receio, indicativo tremendo de que seria espontâneo e sincero. Perfeito, estudou o terreno. Digo um livro e uma paisagem, de acordo? Of Beauty Reminiscing, de Vikki Jackman es ciertamente triste, melancólico. E concluiu: En Colonia Suiza, el viento inclinaba los copos de nieve, mientras hacía y deshacía en las tejas de las cabañas una música compleja, misteriosa y apenas perceptible. *Entrevista realizada por e-mail, em fevereiro de 2009. Cuadernos Cecilia | 11