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¡VIVA LA CIERVA!
from LA CERVEZA
La pobre Ceres, la diosa de la agricultura, hija de Saturno y Cibeles, se entristeció cuando supo que no era ella la que diera nombre a la cerveza, sino la cerva, la latina cierva, que en su derivación se convirtiera en la española cerveza y en la portuguesa cerveja. Fuese el color del pelaje rubio de los cérvidos al coincidir con el color tostado de aquella bebida de cereales fermentados por pueblos germánicos. Siendo que los galos, también en tiempos guerreros, la conocieran como cervesia, aunque para ellos hoy sea bière. Los romanos, más dados al vino que a la cerveza, llamaban a aquella levadura fermentada cerevisia (léase kervisia ), al tener raíz de origen céltico. Pero a través de otras raíces latinas (hervir/fermentar, Fer…) aparecen denominaciones en francés (Bière), inglés (Beer), alemán (Bier) y hasta del italiano (Birra), la forma coloquial con la que muchos también la piden en España.
Publio Cornelio Tácito (siglo I d.C.) habló de las tribus bárbaras, las que nos acercaron en aquel tiempo el hoy tan popular brebaje, “un líquido que lo obtienen de la cebada o del trigo y que al fermentar obtienen cierta semejanza con el vino (…) para los germanos no es vergonzoso pasar el día y la noche bebiendo continuamente cerveza”.
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Juan Carlos León Brázquez