Cuba Nuestra número 16, otoño 2000
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" No tengas nunca " miedo de sufrir. Sufrir bien, por algo que lo merezca, da juventud y hermosura." José Martí
Mi diario: ”He aprendido a esperar y dudar” Helena Söderqvist. Página 33
Cuba Nuestra
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Otoño 2000
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Editorial Sobre el intercambio de experiencias entre periodistas suecos y cubanos
El intercambio de experiencias entre periodistas suecos y sus colegas cubanos de la prensa independiente ha sido un éxito total; un proyecto tomado con absoluta seriedad por todos los que hemos participado en él, por ambas partes. Considero que lo más importante ha sido el contacto personal, directo, entre los profesionales de la prensa sueca con sus colegas libres del control gubernamental en Cuba; que hayan podido constatar las condiciones en que trabajamos, nuestra indigencia tecnológica, los peligros que enfrentamos; conocer las leyes dictadas contra la prensa independiente. Siempre he notado que los colegas suecos se avivan cuando traban contacto con nosotros en Cuba. Es como si constataran cuánto sentido tienen esas libertades que ellos defienden en Suecia, pero que les vinieron dadas por generaciones anteriores. Nosotros hemos perdido todo eso; nuestro legado es cero. Supongo que para ellos será como si vieran a Robinson Crusoe. A mí me ha impresionado la calidad personal y profesional de todos los que han venido, que son nueve. Otra gran ventaja ha sido la posibilidad de publicar nuestros artículos allá, dar a conocer la verdad sobre algunos aspectos de la vida en Cuba que el régimen oculta hábilmente. También hemos podido constatar nosotros que la defensa de las libertades es permanente, y que nunca se terminan los problemas. Nosotros estamos llenos de esperanza; aún no se ve la luz al final del túnel, no sabemos cuándo ni cómo llegaremos a la Democracia, pero estamos seguros de que así será. La prensa es uno de los instrumentos más eficaces, pero hay que saber usarla con prudencia y responsabilidad. No podemos esperar a que comience la transición para emprender el camino, porque en cualquier momento nos damos cuenta que la transición ha comenzado, y entonces no estamos listos. Nuestros problemas aquí son absolutamente distintos a los de Suecia. Algunos de nosotros hemos empezado a trabajar de periodistas con un bolígrafo y una libreta, y hasta con falta de ortografía (no me apena decirlo), pero sintiendo que hay mucho que no se puede dejar de decir. Nos ha impresionado desde el primer momento el código de ética de la prensa sueca. Como el Gobierno no puede tener secretos para los ciudadanos, ¡e incluso para quienes no lo son! Nosotros estamos a años luz. En Cuba había muchos problemas en el pasado, pero teníamos mucha prensa y muy buena. El número de periódicos, revistas y estaciones de radio era asombroso. Tuvimos TV desde el año 1950. Pero también 40 años sin libertad de prensa serán un lastre difícil de dejar atrás. Un periodista hablaba a favor de la dictadura, pero otro decía algo en contra. Ahora no hay nada de eso; no hay debate. Nosotros estamos logrando ese espacio que hay
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que defender. También está la tendencia a convertirnos en un anti-Gramma; a no querer decir nada que pueda favorecer al Gobierno. Nuestra prensa debe ser plural y objetiva. Todas estas opiniones se oxigenan cuando trabamos contacto con colegas extranjeros. En la época del Internet no tenemos computadoras ni acceso a fuentes oficiales. Ni siquiera podemos ir a una biblioteca a consultar periódicos viejos. Es muy poco lo que podemos hacer nosotros solos: somos pocos; no tenemos periódicos, ni radio, ni TV; sólo Radio Martí, que es una emisora extranjera que transmite para Cuba; americana por si fuera poco. Pero lo hacemos de todo corazón. Nos formamos para el futuro. Entretanto, si pudiéramos lograr un debate serio e inteligente sobre la situación y la vida en nuestro país y sus perspectivas, estaríamos más que satisfechos. El Gobierno ha reaccionado, no contra nosotros sino contra los suecos. No queremos que esto vuelva a suceder. Incluso hubiéramos preferido que hubiera sido al revés. Pero nuestra alternativa no puede ser el silencio. Es triste tener que hablar con uno mismo. El Gobierno dijo que los tres suecos no eran periodistas y que estaban en actividades subversivas. Todo falso. Todo cuanto hicimos fue perfectamente inocuo y no nos ocultamos para hacerlo. Después de cada visita yo mismo me encargaba de redactar una nota con los
nombres de los visitantes y sus actividades y la hacía pública. Nunca hubo nada oculto. Sólo aspiramos a un debate de ideas en un ambiente de respeto por el otro. Agradecer a Silc, que nos ha permitido crear una red de contactos. Agradecer a Cuba Nuestra por su constante desvelo por las cosas del terruño. Y en especialagradecer a los que vinieron de tan lejos con su mensaje de solidaridad; Peter, María, Ann, Jan, Eric, Kerstin, Agneta, Birger y Helena.
Contenido 3-21 Historia: Páginas del movimiento sindical . La Iglesia Católica y la revolución. 21-26 Cubanos en Suecia: Delegación ecuménica en Estocolmo. ”La democracia del Reino de Dios” ¡Qué Suecia se abra a Cuba! 27-30 Perspectivas suecas sobre Cuba: ¿Chance para la revolución política? Contrarrestan liberales suecos evento. Institución del movimiento obrero blanco de crítica. Interés en Suecia por destino de líder sindical. 30-42 Periodistas suecos arrestados en Cuba: Periodismo alternativo deplora arresto. La"subversión sueca". Periodistas Suecos Arrestados no han sido los Primeros. La dictadura caprichosa. Mi diario; "He aprendido a esperar y dudar". Ante mí se abrió un mundo carcelario. ¿Por qué Fidel Castro le teme a las personas libres? La esperanza de libertad. Retorno de periodistas suecos repercute en prensa nacional. Seminario en Amnistía Internacional. 43 Cultura: El poeta, el infierno y la cruz
Cuba Nuestra Número 16, otoño 2000 ISSN 1401-889 La Voz en Suecia de los Hijos Rebeldes de la Revolución Publicación del Grupo de Estudios Cubanos en Suecia. Dirección y diseño: Carlos Manuel Estefanía. Teléf: 46-(08)-531780 32 e-mail: estefaniaulet@hotmail.com Coordinación y Revisión General: Alexis Gainza Solenzal Telef: 070-743-08-76 solenzal@hotmail.com
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Historia
Páginas del movimiento sindical cubano: Década del 30. Enfrentamiento a la contrarrevolución. La muerte de Sandalio Junco estructuración e influencia, era la
En la segunda mitad del siglo XIX se iniciaron las primeras actividades de organización sindical. Muy pronto comenzó la inquietud por crear la Central Obrera Nacional. A ningún activista se le ocurrió la idea de que hubiera más de una central sindical, ni de que en la misma no estuvieran presentes todas las corrientes de pensamiento. En Cuba, el período que nos interesa enfocar del movimiento sindical moderno lo enmarcaremos entre 1902, fecha de la huelga portuaria, y 1973, fecha del XIII Congreso de la CTC. En la huelga portuaria de 1902, quizás la más larga y sangrienta en nuestra historia, fue tan golpeado el sindicalismo que no pudo reponerse hasta 1908, cuando los trabajadores portuarios, los tabacaleros y los albañiles hicieron un paro solidario. Años después, en 1973, después del XIII Congreso de la CTC., el actual gobierno produjo su parálisis.
Por Roberto Simeon Soreb123@aol.com*-En 1924, con la fundación del A.P.R.A. en México, tomó cuerpo lo que pudiéramos llamar un “nacionalismo socialrevolucionario latino-americano”, que ejerció singular influencia en Cuba. La represión a los sindicalistas se incrementó en 1923 cuando el gobierno de Alfredo Zayas. Este resultó muy agresivo contra los anarco-sindicalistas;
Socialistas no marxistas y anarcosindicalistas se disputaron el liderazgo obrero durante las tres primeras décadas de la república. A pesar de las rivalidades entre ámbos, se alcanzaron logros trascendentes como la limitación de la jornada de trabajo en las tiendas, la jornada de 8 horas para los trabajadores del gobierno y la prohibición del trabajo de los menores de 14 años . Todo esto en 1910. En 1916, se aprobaron, primeramente, la ley que después se llamara “Ley Arteaga”, que precisó más aún la proscripción del trabajo de los menores, y la primera “Ley de Accidentes del Trabajo”. En 1924 se creó la “Comisión de Inteligencia del Puerto” mediante la ley luego conocida como “Ley de Benito Lagueruela”. Durante las cuatro primeras décadas del siglo XX los acontecimientos internacionales fueron determinantes para definir las corrientes del pensamiento político y sindical latinoamericano. En Cuba, muy especialmente, se formularon tajantes definiciones y se dieron pasos determinantes. Así se diferenciaron unas de otras por la posición que cada una asumió en situaciones específicas.
tanto que inició una política de deportación masiva de españoles que profesaban esas ideas, o a quienes se les imputaba una militancia ácrata, fuera cierta o no. En 1925 comenzaron a formarse dos vertientes sindicalistas. Por una parte, estaba la Federación Obrera de La Habana, de clara orientación anarcosindicalista, a la que se sumaron algunos activistas de otras corrientes de pensamiento. Por la otra, la Federación Cubana del Trabajo, integrada por socialdemócratas e independientes. Desde la primera guerra mundial hasta la fecha de la constitución de ambas federaciones, la organización que aparece como lideral, por su
Hermandad Ferroviaria, preponderantemente social-demócrata. Esta comenzó a perder su liderazgo ante el crecimiento en número, combatividad y organización de la de los tabacaleros. El Sindicato de Torcedores, la más antigua de las organizaciones sindicales de Cuba, fue el bastión del movimiento anarcosindicalista. En 1925 la Federación Obrera de La Habana convocó a un congreso nacional en Camaguey. Allí se fundó la Confederación Nacional Obrera, con el firme propósito de constituir una central única de trabajadores. Anarcosindicalistas, predominantemente, y socialistas — marxistas o nó — integraron la misma. Muy pronto se produjo un fuerte antagonismo entre la dicha Confederación Nacional Obrera y la Federación del Trabajo. Esta última no había participado en el congreso. Estaba dirigida por Juan Arévalo. Como no se oponía al gobierno del Gral. Gerardo Machado, recientemente inaugurado, gozaba de cierta tolerancia. Logró la creación de la Dirección del Trabajo, institución en aquel entonces de gran importancia para el desarrollo del movimiento obrero porque establecía el principio de la intervención del gobierno como mediador en los conflictos obreropatronales. En Junio de 1929 se reunió en Buenos Aires la primera Conferencia Comunista Latino-Americana, presidida por un búlgaro de apellido Stepanov, quien se hacía llamar “Luis” y fungía como Secretario de la Sección Latinoamericana de la Internacional Comunista. Junto a él estaba Codovila, quien de hecho actuaba como el principal funcionario del Partido para asuntos sindicales en América Latina. Por Cuba, en representación de la Federación Obrera de La Habana, participó en la Conferencia el líder panadero Sandalio Junco, quien asumió esa representación porque la Federación Obrera de La Habana tenía el mayor prestigio sindical en el movimiento obrero internacional. Por esa fecha el Partido Comunista de Cuba contaba con menos de 300
4 Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 Historia miembros, entre afiliados y militantes. Se había fundado el 16 de Unión Soviética. Salidos los presos políticos de las cárceles, Agosto de 1925, en los salones del Lyceum Lawn Tennis Club, muy pronto se conformó lo que se llamó la “Oposición aristocrática sociedad femenina de la Habana. Su núcleo central Comunista”, que luego tomó el nombre de “Partido Bolchevique estuvo formado por elementos representativos de pequeños Leninista”. Fueron la Universidad y la Confederación Obrera de grupos compuestos por artesanos y profesionales de clase media Cuba las áreas de confrontación de las dos corrientes marxistas. formados en las últimas décadas, con poca coherencia Por una parte, se daba esta confrontación; por otra, el ideológica, al calor del entusiasmo despertado por la revolución acercamiento táctico y estratégico del ya reconocido Partido rusa. Este partido no fue reconocido por la Internacional Comunista de Cuba con la Confederación Obrera de Cuba. Muy Comunista hasta 1929, cuando comenzaban a imponerse la pronto las consignas que denunciaban a Arévalo y Fabregat, disciplina y la “teología” soviéticas. dirigentes de la Federación del Trabajo, de “agentes patronales”, fue sustituida por la de: “Villarreal y Junco: renegados”. En la Conferencia de Buenos Aires se reclamó la capacitación política y sindical para los cuadros del partido en la América En 1932 el dictador Machado convocó a unas elecciones Latina. La U.R.S.S. ofreció un plan de becas, doce en la inconfiables. Los sectores democráticos rechazaron la Universidad “Lenin” y veinticinco en la “Universidad de convocatoria. No existían las mínimas condiciones necesarias Oriente”. Sandalio Junco, quien se ha para un verdadero proceso electoral. No destacado brillantemente en la obstante, los comunistas continuaron su línea Conferencia, fue enviado a la U.R.S.S.. Allí, de acercamiento al gobierno. En consecuencia, a la vez que se esmeraba en sus estudios, acordaron participar en el mismo. El proceso comenzó activamente a participar en la electoral no llegó a realizarse. Los comunistas creación de la Federación Sindical aumentaron entonces sus ataques contra los Mundial. Este hecho, aparentemente que tildaban de “anarcosindicalistas” o anecdótico, iba a tener especial repercu“trotskistas” y los demás grupos de sión en el movimiento sindical cubano orientación social-revolucionaria. durante las décadas siguientes. A la sazón, los comunistas controlaban la La Confederación Sindical Latino Confederación Obrera Nacional (CON). Los Americana (CESLA), regida por el anarquistas, los trotskistas y los demás que “Profiterm”, agencia estatal soviética para se les aliaban se concentraban en la Federación la política sindical que, durante este Obrera de La Habana, contra la cual el gobierno período, tratará prioritariamente de lograr intensificó la represión. En aquel tiempo, la una relación comercial de carácter preferenCON tenía su mayor influencia en el sector del cial entre la URSS y los Estados Unidos. transporte. En el de los ferroviarios, la Por ello, en su propaganda, los pronuncompartía con la Federación Cubana del ciamientos “antiimperialistas” referentes a Trabajo (FCT). También la tenía entre los los Estados Unidos eran débiles. Sin embargo, frente al azucareros, especialmente en las provincias orientales. Los imperialismo “francés” e “inglés” fue intensa, y esto resultaba trotskistas, en cambio, tenían a Juan Medina, un líder muy desproporcionado en la realidad latinoamericana. respetado de la Federación Obrera de La Habana. Las bases más sólidas de ésta estaban, pues, en los sectores del comercio, los El APRA., lidereada por Víctor Raúl Haya de la Torre, del Perú, tabacaleros, los gastronómicos y, por supuesto, también en el en cambio, sí concentró su acción frente al imperialismo sector azucarero. Para la FCT, el punto de apoyo era el sector norteamericano. La CSLA lo acusó de ser “agente del marítimo. Pero tenía notable influencia entre los ferroviarios y imperialismo inglés”. Esta política era, a todas luces, en el mejor los del comercio. de los casos, una falta de ubicación en la realidad, pues enfrentaba a los seguidores del CESLA con los sectores A principios de agosto se inició la huelga general revolucionaria nacionales no comprometidos con intereses extranjeros. contra el gobierno de Machado. Todos los sectores, salvo la FCT, apoyaron la huelga. Pero todos, inclusive los que apoyaban En lo nacional propiamente dicho, se presentaba como un factor al gobierno, confundieron la verdadera naturaleza de la misma. más de clara implicación partidista. Su trabajo facilitaba la división Creían que se limitaría a una demanda de reivindicaciones del movimiento sindical a favor del engrosamiento de su facción socioeconómicas. No podían prever que derivaría en la exigencia . Poco después, cuando se fundó el “Ala Izquierda Estudiantil”, política de que se fuera el gobierno. La FCT había mantenido la comenzaron a perfilarse dos tendencias entre los proclamados táctica de no confrontación con aquél. Pensaba de esta manera marxistas. Una estaba liderada por Ladislao González Carvajal; aliviar un poco la represión, conseguir algunas ventajas laborales la otra, por Marcos García Villareal. Ambos fueron enviados a y alcanzar ciertos logros institucionales. Se había ganado una presidio por su oposición al gobierno. Allí se incrementó la imagen de “machadista” que la invalidaba en el conflicto real divergencia. que se estaba planteando. Se produjo entones una amnistía política dictada por el Presidente Machado, gracias a la cual regresaron al país Sandalio Junco, quién ya había denunciado que “el gobierno de Stalin no era la dictadura `del’ proletariado, sino la dictadura `sobre’ el proletariado”, y Juan Breá, poeta, escritor y pensador marxista, reconocido en Europa por su enfrentamiento al régimen de la
En el Palacio Presidencial, el propio 8 de agosto de 1933, veinticuatro horas después de la masacre cometida por la policía en la Habana contra los grupos de ciudadanos que celebraban la falsa noticia de la caída del gobierno, se reconciliaron la FCT y la CNOC. Juan Arévalo representaba a la primera. En representación de la segunda y del Partido Comunista se
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 encontraban Rubén Martínez Villena –ya enfermo de muerte-, José Vivó y Joaquín Ordoqui. Firmaron todos con Machado un pacto mediante el cual se acordaba el cese de la huelga general. A cambio de lo cual, el gobierno aceptaba el reconocimiento de las organizaciones obreras, la jornada diaria de ocho horas de trabajo, la libertad de los presos políticos y la posible legalización del Partido Comunista. La huelga siguió por propio impulso, la orden de regresar al trabajo no fue acatada ni siquiera por los sectores controlados por la FCT y la CNOC. En los casos donde se presentaron algunos obreros al trabajo, los choques con los miembros del Directorio Estudiantil y la Federación Obrera de La Habana fueron de intensa violencia. El cambio de postura del Partido Comunista y de sus cuadros sindicales en relación con el gobierno de Machado, y la caída de éste, hicieron que las diferencias entre los sindicalistas se tornaran más profundas. El intento de mediación de los E.U. provocó que estas discrepancias se incrementaron. Se entró en franca e irreversible crisis cuando tomó el poder el gobierno revolucionario de GrauGuiteras. Unos decidieron apoyarlo y otros, específicamente el Partido Comunista y los factores cercanos a los E.U., optaron Grupos de acción, por rechazarlo y combatirlo.
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Era inconcebible para muchos que se consideraban marxistas no dar su apoyo a un gobierno revolucionario que había derogado la Enmienda Platt, en el mismo momento en que el gobierno estadounidense amenazaba con la invasión militar del país. Con ese propósito, en Virginia, E.U., se habían concentrado los cuerpos de “marines”, y frente a las costas cubanas se hacían presentes amenazadoramente el acorazado “Mississipi”, los cruceros “Richmond” y “Wyoming” y los destructores “237” y “246”de la flota de estadounidense. El 7 de septiembre se sumó el acorazado “Indianápolis”, a bordo del cual se hallaban el Sec. de Marina, Mr. Swanson, y el Almirante Freeman. Consideremos la posición que en defensa de la independencia nacional estaba asumiendo el gobierno revolucionario presidido por el Dr. Ramón Grau San Martín, a la vez que estaba dictando las medidas que transformarían definitivamente la estructura social del país: 1) creación de la Secretaria del Trabajo y establecimiento de la función arbitral del gobierno en las relaciones obrero patronales; 2) institucionalización del sindicato 3) salario mínimo; 4) protección a la mujer y el niño 5) nueva Ley de Accidentes del Trabajo; 6) jornada de diaria de ocho horas de trabajo; y 7) contratación colectiva del trabajo. Los conflictos entre la FOH y la CNOC se intensificaron y se volvieron sangrientos. La CNOC languidecía a consecuencia
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Historia de los acontecimientos ocurridos entre 1933 y 1934. Mientras tanto crecía notablemente la organización de los trabajadores azucareros. Elementos del empresariado de esta industria -la fundamental en el país- comenzaron a inquietarse por la situación. La CNOC decidió disponer, pues, de mayores recursos económicos, y se esforzó por ampliar su militancia. Su oposición al gobierno de Ramón Grau San Martín y Antonio Guiteras y a “Joven Cuba”, la organización revolucionaria que éste último dirigía, se hizo total. Los sindicalistas estalinistas, que controlaban la CNOC, ahora en disposición de mayores recursos, dedicaron toda su energía a combatir el gobierno revolucionario, muy especialmente a la persona de Antonio Guiteras, y a la Federación Obrera de la Habana, organización nacional de sindicalistas dirigida por trotskistas, apristas, anarquistas y sindicalistas de diversas formaciones políticas. Así hacían evidente su alianza tácita con los empresarios azucareros y con los demás elementos vinculados por sus intereses comerciales a esta industria – entiéndase: los viejos caciques políticos y los nuevos fascistas tropicales—. Pero, sobre todo, prestaban su apoyo a la política ingerencista estadounidense. Esta conducta de los estalinistas y el pacto realizado con el gobierno del Gral. Gerardo Machado, a contrapelo de las ansias populares y del mas elemental pragmatismo político, no podían justificarse por la aspiración de apoderarse del poder, pues para ello no tenían posibilidad alguna. Esta política sólo puede explicarse si atendemos a la subordinación del “Partido Comunista Cubano” al “Buró del Caribe de la III Internacional”, el cual, en primer término, no comprendía la dinámica de los acontecimientos, y, en segundo, estaba en colaboración con la política del gobierno de los Estados Unidos a fin de obtener de éstos, en primer lugar, el reconocimiento del gobierno de la Unión Soviética y , en segundo, la asistencia económica al mismo. El enfrentamiento a todo lo largo y ancho del territorio nacional con los elementos de más definida posición revolucionaria es ampliamente conocida por el relato de los que participaron en aquellos acontecimientos, y puede ser textualmente comprobada por los documentos firmados por la Confederación Nacional Obrera de Cuba ( C.N.O.C.) y por el Partido Comunista de Cuba, los días 25 de octubre, 8 de diciembre, 21 de diciembre del año de 1933 y 25 de enero de 1934. Sin necesidad de analizar estos documentos en particular, porque en gran parte son repetitivos, hacemos referencias al conjunto de los mismos. En ellos se percibe claramente el trabajo del Partido y de su aparato sindical dirigido a impedir que se consolidara el gobierno revolucionario. En los documentos emitidos se hacía referencia al “terror sanguinario” del gobierno presidido por el Dr. Ramón Grau San Martín. A las organizaciones que se enfrentaban a la injerencia extrajera se las denominaba “porras del Ejercito del Caribe y de Pro-Ley y Justicia”. A la posición política del gobierno, “...la patriotería de la propaganda del gobierno...”, y a las denuncias
Historia de los sindicalistas revolucionarios, “las calum-nias de los líderes traidores de la Federación Obrera de La Habana”. Además, el proyectar su plan de acción, definían como “las tareas más importantes de la CNOC y de sus sindicatos” el insistir en la agitación contra todas las medidas patronales, y ligarla estrechamente con los paros obreros existentes a fin de ampliar el movimiento huelguístico y derivarlo hacia la huelga política de masas...”
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Se entró en franca e irreversible crisis cuando tomó el poder el gobierno revolucionario de GrauGuiteras.
El Partido Comunista estimulaba la mayor perturbación social posible entre los trabajadores y marginados sociales; el ABC, partido de inspiración fascista, ampliaba su acción terrorista, y el binomio de Wells-Caffery (embajadores de los Estados Unidos) concertaba a los sectores de los partidos tradicionales y a los representantes de los interese empresariales azucareros para derrocar al gobierno. Así se constituía, mediante la acción múltiple, una poderosa entente contrarrevolucionaria. Los ataques contra la Federación Obrera de La Habana se acrecentaban en relación directa a que ésta se acercaba a Antonio Guiteras. Los comunistas decían, en el mismo momento en que dividían a las organizaciones sindicales en la zona de La Habana, estar “forjando la unidad revolucionaria de los obreros de la Región y barriendo con los lideres reformistas, anarco-reformistas y junquistas que se han posesionado de la Mesa Ejecutiva de la Federación Obrera de la Habana”. El Partido calificaba la legislación que institucionalizaba la protección del trabajador cubano como “la política antiobrera del actual gobierno, que pretende, por las medidas de su legislación fascista del trabajo, de sus decretos de sindicalización gubernamental y arbitraje obligatorio, la exclusión de los jóvenes extranjeros de la dirección de los sindicatos y de los obreros agrícolas de la jornada de ocho horas, y el ochenta por ciento (de aumento de salario a los trabajadores), que no resuelven ningún problema real.” En diciembre anunciaban los llamados comunistas la convocatoria de un IV Congreso de Unidad Sindical, donde excluían a una larga lista de dirigentes sindicales a nivel nacional y sectorial —
“los Junco, Villareal, Varela, Llano, los Pedro Peña, Sanfiel, etc...”—. La lista se extendía con los nombres de los activistas más consistentes de los distintos sectores laborales. Provocaban demandas y reclamaciones e instigaban a huelgas políticas para que se incrementara la inestabilidad gubernamental y la colisión social; pero ni una manifestación de apoyo al gobierno que se enfrentaba a la confabulación –que era de publico conocimiento— del ABC –organismo con manifiesta connotación fascista—, los viejos políticos, los intereses azucareros y el embajador norteamericano. Es curioso que el Partido hiciera resaltar el liderazgo de Batista en el ejército cuando el Coronel estaba todavía muy lejos de lograrlo. El documento del 27 de diciembre de 1933, firmado por el Partido Comunista de Cuba (stalinista) , refiriéndose a las tareas organizativas y objetivos del IV Congreso, expresa claramente que: “En la celebración de este Congreso está empeñado el prestigio y la autoridad del Partido, así como la posibilidad de movilizar a los sectores proletarios decisivos para las próximas grandes luchas”. Aunque no se expresaba en este documento, sí estaba implícita, en toda la extensión del mismo, su coincidencia con el injerencismo norteamericano en cuanto al primer objetivo de éste, que era lograr el rápido derrocamiento del gobierno revolucionario. En el mencionado documento se proporcionaba a los sectores injerencistas motivos sobre los cuales apoyarse, como proclamar “la creación de milicias armadas obreras y campesinas”, e incrementar el socavamiento divisionista del movimiento obrero organizando sindicatos paralelos a los orientados por la Federación Obrera de La Habana.
Es necesario tener en cuenta que el Partido Comunista -stalinista- que estaba poniendo en práctica toda una estrate-gia a fin de derribar al gobierno revolucionario, era una organización que no contaba con mucho mas de doscientos mi-litantes. No podía enga-ñarse en cuanto a que su acción divisionista de la clase obrera y su desviada agitación política no podían tener otra consecuencia que la restauración o instauracíón de un gobierno, éste sí ciertamente contrarrevolucionario. Esta intención divisionista se hace manifiesta en el capítulo B de las conclusiones del IV Congreso de la CNOC. Se usan expresiones como: ... “frente a las tentativas de los renegados que dirigen la Federación Obrera de La Habana de convertir a ésta en una organización nacional, y frente al peligro de la creación de una central sindical (cubana) chauvinista”...; y se reitera entonces la consigna central de la siguiente manera: ...“en los actuales momentos, mas que nunca,”... “intensificando los esfuerzos por liquidar la influencia de los sindicatos junquistas y anarquistas...” Sus acuerdos, claramente divisionistas de la clase obrera, definen que “el papel de las organizaciones sindicales revolucionarias en la lucha por el frente único es muy importante para la liquidación de la influencia que aún tienen en algunos sectores los renegados de la Federación Obrera de la Habana y los líderes junquistas, anarco-sindicalistas” y “...Esta táctica de crear federaciones regionales o sindicatos en medios donde ya existían sindicatos dirigidos por reformistas, junquistas o anarquistas, no debía aplicarse en general, sino sobre la base de cada situación concreta”. En la Sección H de las conclusiones del IV Congreso se proclama la lealtad a la Unión Soviética y a su gobierno stalinista, y se acuerda que la prioridad de toda acción obrera ha de ser la defensas de la Unión Soviética. Esta cuestión se planteaba sobre el plano de la acción diaria del movimiento sindical...”, “... no de una campaña para otra, sino de un trabajo sistemático diario, realizado día a día, hora por hora”.
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 Extendernos en los comentarios del documento mencionado en los párrafos anteriores –que fuera publicado en el periódico “Bandera Roja”, de La Habana, el 20 de enero de 1934—cuando ya se había establecido el gobierno contrarrevolucionario de Mendieta, sería monótono y agotador. Sólo es válido afirmar que no aparecía en el mismo un solo comentario en relación de la posición de Grau y Guiteras en defensa de la soberanía nacional, las realizaciones de clara orientación social revolucionaria y su frontal lucha frente al injerencismo extranjero. Se mostraba en forma evidente la alianza táctica de comunistas, injerencistas, norteamericanos, el “manenguismo” (oficio ramplón de políticos corruptos) y la “sacarocracia” (poder de los grandes intereses de la industria azucarera). Posiblemente fue éste un caso único en la historia de conjunción política subversiva de estas carac-terísticas frente a gobierno alguno en América.
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represivo de Batista y Mariné, se dispuso ha impedir que la huelga tuviera éxito. La movilización popular comenzó, prácticamente sin organización, por dirigirse los huelguistas masivamente al Palacio Presidencial para manifestar su respaldo al gobierno revolucionario que se desplomaba. La contrarrevolución reaccionó de inmediato. Cuando los obreros y simpatizantes comenzaron a agruparse frente a la residencia del ejecutivo, el Cap. Belisario Hernández, ayudante de Batista, mandó a balearlos. Hubo dos muertos y decenas de heridos.
Es probable que tanto la conducta del Partido Comunista de no enfrentarse con los Estados Unidos como la del silencio cómplice de la Unión Soviética, tuvieran que ver con el propósito de lograr el reconocimiento del gobierno de esta última por parte de los E.U., pues esta acción era coetánea con los sucesos en nuestra patria. Cuando se produjo la crisis del gobierno revolucionario, alentada por el injerencismo norteamericano y por la entente contrarrevolucionaria (fascistoides, representantes de interés económicos vinculados a los E.U., políticos “plattistas” tradicionales y el Partido Comunista – stalinista-), los campos quedaron delimitados: por una parte, la entente contrarrevolucionaria, y por otra, Antonio Guiteras y los sindicatos no manipulados por los stalinistas. Guiteras de inmediato se dispuso a organizar una huelga general contra la injerencia norteamericana y los intereses domésticos vinculados a ella. El Partido Comunista, utilizando su órgano sindical la C.N.O.C. y su aparato de propaganda, ya subvencionado por intereses antiobreros, y contando con el aparato
Historia El gobierno de los Estados Unidos reconoció inmediatamente al gobierno de Mendieta, a pesar de no tener éste elemento alguno de legitimidad, y saludó el acontecimiento con veintiún cañonazos desde el acorazado Wyoming anclado a la sazón en el puerto de La Habana con una importante dotación de infantes de marina lista para desembarcar. La CNOC ordenó regresar al trabajo y cooperar en forma activa con la política del gobierno norteamericano. Las instrucciones fueron dadas por Palmiro Togliatti, director de asuntos latinos y del continente latinoamericano, quien estaba subordinado al Guralski, letón así llamado que era encargado de Latino-América y del “camarada” Juan, polaco o checo, que los representaba en Cuba. En esta organización, Earl Browder que fuera dirigente del Partido Comunista de los Estados Unidos, ejercía una labor de supervisión sobre el Partido Comunista Cubano. Así quedaba establecida una vinculación más estrecha entre el partido comunista de los E.U. y el de Cuba, en tanto se producía un distanciamiento y separación entre el partido comunista cubano y los demás partidos comunistas de la América Latina. El gobierno inició una política de tolerancia para con los comunistas. El Partido celebró su II Congreso en La Habana con pleno conocimiento público y en el él recibió al dirigente norteamericano Bob Minor como invitado especial. Este, a su vez, fue quien pronunció discurso principal mediante el cual se impartía la orientación política a los participantes. La tolerancia del gobierno para con los comunistas contrastaba con la persecución violenta emprendida contra la militancia de la Federación Obrera de La Habana.
La huelga fue bastante efectiva en los servicios público y el comercio. Pero no tenía la adecuada organización, y el pueblo, por otra parte, se hallaba exhausto por los múltiples esfuerzos revolucionarios. La prensa, propiedad de elementos económicamente pudientes, trató de minimizar la huelga. Las campanas de la publicidad tocaron a rebato por el derrocamiento del gobierno revolucionario. Los tres frentes contrarevolucionarios movilizaron todos sus recursos para hacer fracasar el movimiento social. Fue un gran revés para el movimiento obrero en particular y el proceso social- revolucionario en general.
A partir del 15 de enero de 1934, Antonio Guiteras tuvo que sumergirse en la clandestinidad. La lucha insurreccional se arreció. Se llevaron a cabo conversaciones con otros sectores que habían participado en el gobierno revolucionario, muy especialmente con la Federación Obrera de La Habana a fin de constituir un instrumento político genuinamente socialrevolucionario. El primer paso fue la fundación de “Joven Cuba”, nombre adoptado en recuerdo la “Joven Cuba” fundada en Estados Unidos en 1852, por cubanos enemigos del colonialismo español. Otras organizaciones emergieron
Historia en el proceso, como el Partido Aprista de Cuba, el Partido Agrario Nacional y algunas organizaciones de menor definición ideológica, pero todas ellas acariciaban la idea de un partido obrero revolucionario y de una huelga revolucionaria que daría al traste con el gobierno establecido bajo el tutelaje norteamericano. En marzo de 1935, los elementos más impacientes precipitaron la huelga en contra de la opinión de las mismas organizaciones que la habían concebido y que consideraban que no estaban dadas las condiciones para que el movimiento tuviera el éxito y alcanzar sus fines. Se trataba de una huelga política y revolucionaria y no había equipo armado suficiente para respaldarla; el país estaba violentamente sacudido, fraccionado en múltiples facciones y las fuerzas contrarevolucionarias podían presentar una acción combinada. Así ocurrió que la acción ingobernable arrastró a las organizaciones revolucionarias, que se vieron incapaces de maniobrar acertadamente. En los primeros momentos, el Partido Comunista pareció comprometerse con la huelga. Pero apenas iniciado el movimiento, le retiró su apoyo, por instrucciones que provinieron directamente de Guralski y del Camarada Juan. En un primer momento, no fue fácil imponer las órdenes de la Internacional a los cuadros de la CNOC que no estaban no subordinados al Partido, ni a muchos militantes comunistas que continuaron activos en el proceso revolucionario. La brutal represión policíaca, con la asistencia técnica suministrada desde el exterior, acabó por aplastar la huelga, las protestas y el movimiento popular y sus organizaciones. Los viejos políticos volvieron por sus fueros en un medio de nue-
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vo bajo el control de los intereses foráneos. A consecuencia del fracaso de la huelga, la represión se enseñoreó del país. Los cuadros revolucionarios fueron cazados como ratas. Antonio Guiteras y Carlos Aponte cayeron en una emboscada militar el 8 de mayo de 1935. En esta operación, paso final de una traición y delación consecuente, intervinieron muy diversos factores tanto nacionales como extranjeros. En un futuro trabajo explicaremos este triste episodio del proceso revolucionario cubano. General de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL) Vicente Lombardo Toledano. La organización, pluralista en su nacimiento, fue progresivamente politizándose e imperando la línea estalinista hasta su final desaparición. En la misma ocasión y escenario, los sindicalistas cubanos que asistieron a la convocatoria de la CTM, apoyados por Vicente Lombardo Toledano, firmaron el “Pacto de Unidad” cuyo objetivo era la creación de la Central Sindical Nacional. En junio de 1938, en la finca de José Manuel Castillo, el zar del juego ilícito en Cuba, se celebró la X Asamblea Plenaria del Partido Comunista. En la misma se acuerda respaldar a un posible acuerdo con el jefe del ejército Cnl. Batista. Una semana después se reunieron en la “ciudad militar” (campamento de Colombia, donde residía el estado mayor) con el Cnl. Batista, en representación del P.C., Blas Roca y Joaquín Ordoqui. En dicha reunión el P.C. se comprometió a apoyar la agenda política del caudillo militar a cambio de la legalización del partido y de los medios necesarios para la reorganización del movimiento sindical bajo el control de aquél.
Antonio Guiteras y Carlos Aponte cayeron en una emboscada militar el 8 de mayo de 1935.
El proceso de dispersión de los social revolucionarios y sus afines que se había producido en los últimos tres años a causa de la violenta re-presión y de la diversidad de concepciones tácticas y estra-tégicas,
co-mienza a re-vertirse, pues se llega a comprender que la división era un apoyo indirecto a las fuerzas contrarrevolucionarias. Se celebra en la Sociedad de Torcedores de La Habana una asamblea a la que con-currieron representantes de la Federación Obrera de La Habana, Joven Cuba, ABC radical, los troskistas, el Partido Aprista y militantes independientes. En la misma se constituyó la “Comisión Obrera del Partido Revolucionario Cubano”. El 23 de enero de 1939, en el Teatro Nacional de La Habana, se inaugura el “Congreso Nacional Obrero”, conforme al “Pacto de Unidad” concertado en México. Participaron en el mismo 1500 delegados que representaban 576 sindicatos. Conservadoramente, podemos estimar que el 30% de los mismos eran organizaciones “fantasmas” creadas al efecto. Los delegados fraternales no ostentaban representación obrera alguna. La coincidencia en fines políticos de Batista y del Partido Comunista aseguró su mutua colaboración para que este congreso pudiera realizarse. En todo este periodo, la Federación Estudiantil Universitaria cuestionaba al gobierno, los sindicalistas no oficialistas; entre los que se destacaba vigorosamente Sandalio Junco, que lidereaba la Comisión Obrera del PRC, y a los anarcosindicalistas e independientes, que cuestionaban la política social y económica del gobierno y al Partido Comunista –stalinista- que era su instrumento en el movimiento obrero organizado. La batalla sindical de la Comisión Obrera lidereada por Sandalio Junco, frente a la dirección oficialista, cada vez se hace mas intensa, especialmente en los sectores azucarero, ferroviario, gastronómico y marítimo. Se acercaba la conmemoración del séptimo aniversario de la muerte de Guiteras. Charles Simeón y algunos otros activistas sociales decidieron conmemorar esa fecha, como expresión del mensaje social-revolucionario implicado en la gestión del gobierno revolucionario de 1933-34. Se acordó que el orador principal de esa noche debería ser Sandalio Junco. Sandalio Junco, hombre negro, perteneciente a las clases más humildes de la sociedad cubana, emergió públicamente como líder de los trabajadores panaderos, quienes en su mayoría eran asturianos. Proyectado a nivel nacional, se incorporó
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El reto al gobierno era preocupante, pero sobre todo, era inadmisible para la Unión Revolucionaria Comunista. En consecuencia, Joaquín Ordoqui estructuró un operativo, primero de intimidación, a fin de que la tribuna no se levan-tara. Publicación Propagó rumores de violencia en toda la de los sociedad e hizo circular guiteristas volantes donde deexiliados en claraban que: “...los renegados Sandalio México Junco y Charles Simeón no podrán hablar en Sancti Spiritus”. Otros calificativos se propalaron en manifiestos y corrillos, alegando además la U.R.C. que el acto era “divisionista” en ese momento y que se requería una firme unidad nacional junto a Batista, y apoyando su al Partido Comunista. Adquirió relieve esfuerzo en la II Guerra Mundial. El objeto internacional en el congreso celebrado en de la campaña era sentar la convicción de Buenos Aires en 1929. Viajó a la URRS que si se conmemoraba el aniversario de con el propósito de alcanzar una mayor la muerte de Guiteras era inevitable la capacitación política. Residió en ella, violencia. comprendió la naturaleza contrarevolucionaria del stalinismo, acabó El alcalde de la ciudad, Sr. Escribano, cedió los salones del ayuntamiento para el acto por denunciarlo públicamente. y pidió protección a la policía nacional. Políticamente culto, orador pausado y Esta, a su vez, se comprometió a impedir conceptuoso, al frente de la Comisión que personas armadas penetraran en el Obrera que se sustentaba en las salón municipal. SE destacaron allí varios realizaciones del gobierno de Grau- números al objeto de mostrar que estaban Guiteras (1933-34), desenmascaraba la dispuestos a cumplir la promesa. conducta contrarrevolucionaria y antinacional de los stalinistas, y El acto se inició a salón lleno. El pueblo desarrollaba una intensa campaña para estaba movido a en escuchar el mensaje rescatar al movimiento obrero organizado social-revolucionario, y a rendir tributo a del control de la Unión Revolucionaria quien consideraba la representación Comunista, nombre que tomaba entonces genuina de la Revolución Cubana. El la facción publica del P.C. en Cuba. alcalde de la ciudad y Sandalio Junco ocupaban la posición central del estrado La tribuna se levantó en Sancti Spiritus, presidencial y Charles Simeón la tribuna. prov de Las Villas. Era un reto a los sectores retardatarios del país, pero sobre Desde ella comenzó a proyectar la razón todo, a la Unión Revolucionaria del acto y la inquietud de la juventud Comunista. La conmemoración de la cubana que ya se articulaba para una muerte de Antonio Guiteras, hombre nueva jornada revolucionaria, ahora vilipendiado por la propaganda stalinista, dentro de un marco institucional. En el pero para muchos el eje neural del público, situado en posiciones pensamiento y la acción revolucionarios estratégicas se encontraban, entre otros, en el gobierno de Grau-Guiteras, tenía los militantes stalinistas Armando Acosta, especial trascendencia política. Era la Catalino Monteagudo, Delfín Capote, coincidencia de dos movimientos para la Zenón Rodríguez, Neftalí Pernas, Isidro realización de un mismo objetivo. Pérez y Chacón, el boxeador. Comenzaron
Historia los gritos. Se ordenó tocar el himno nacional para silenciar a los provocadores. Pero, como respondiendo al llamado a la cordura, comenzaron los disparos. Una bala mortal, dirigida a Charles Simeón, fue desviada por el micrófono. Fracasaba así Neftalí Pernas en su misión. José Maria Martín, combatiente agrarista, se abalanzó entonces sobre la tribuna y lanzó al orador al suelo, recibiendo varias heridas mortales de bala. Como justificando su conducta, balbuceó: “Más vale que caiga un pino viejo que un pino nuevo”. Chacón, armado de un puñal, se acercó a la escena aparentemente con la intención de rematar a Charles Simeón. Un violento silletazo lo derriba mortalmente herido. La pelea se generalizó. Allí, de bruces sobre la mesa presidencial, Sandalio Junco, muerto de un certero balazo en el pecho. Isidro Pérez había tenido éxito en su misión (1). Los politiqueros de todos los partidos trataron de minimizar los hechos. Una grave preocupación había desaparecido. El gobierno tergiversó lo ocurrido para amparar a los ejecutores y no poner en peligro la coalición de gobierno. >La Unión Revolucionaria Comunista (stalinista) consideraba que había dado un golpe mortal a sus contradictores en las clases populares y el proletariado. Notas: (1) Sandalio Junco fue asesinado en la conmemoración del séptimo aniversario de la muerte de Antonio Guitera: el 8 de Mayo de 1941. * Este trabajo es parte de un libro en preparación. Roberto Simeón, es secretario del Comité de Dirección del Partido Social Revolucionario Democrático de Cuba.
Cuba Nuestra recomienda en Internet: http://www.cubaliberal.org/ http://frontpage.shadow.net/~psrdc/ http://www.corriente.org/ http://www.infoburo.org/ http://www.vitral.org/ http://www.cosodecu.org/ http://webstc.com/ http://www.cubanet.org/ http://www.cubaencuentro.com/ http://www.bpicuba.org/ http://www.cartadecuba.org/ http://www.cubacenter.org/ http://www.exilio.com/CubaPLey/ LeyCuba.html http://www.contactomagazine.com/ http://lacc.fiu.edu/cri/ http://www.cubasource.org/html/ http://www.cubafacts.com/ http://www.hispanocubana.org/ http://www.gacicuba.org/ http://www.angelfire.com/fl/ cubabrains/indexespa.html http://www.nacub.org/ http://members.tripod.com/~Nexos2/ http://www.pdc-cuba.org/ http://www.sigloxxi.org/ http://www.seanet.com/Users/ efunmoyiwa/ochanet.html http://www.cubaeuropa.com/ http://www.cubancenter.org/ http://www.cambiocubano.com/ http://www.cubaweb.cu/esp/main.asp
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Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 Nota de la redacción: Para ilustrar el artículo de R. Simeón, se utilizaron imágenes de publicaciones no referidas por él, pero que abordan el tema de su artículo: en la pag. 3, de “Orígenes del Movimiento Obrero y el Pensamiento Socialista en Cuba”, de Ariel Hidalgo, Editorial Arte y Literatura, La Habana, 1976, [prestado por el Instituto Latinoamericano de la Universidad de Estocolmo]; en la página 4, de “El Anarquismo en Cuba”, de Frank Fernández, Fundación Anselmo Lorenzo, Madrid, año 2000 [nos lo envió el autor, quien también nos hizo llegar la versión en inglés (Sharp Press, Tucson, Arizona 2001)]; en las páginas 7 y 10, del número 3, volumen 7 de la serie “Revolutionary History” (publicación inglesa sobre historia del trotskismo), en esta edición, bajo el título: “The Hidden Pearl of the Caribbean; Trotskysm in Cuba” (La Perla Oculta del Caribe; Trotskismo en Cuba), aparece el estudio más completo que se haya escrito sobre trotskistas cubanos [su autor; Gary Tennant realizó esta investigación bajo el auspicio del Departamento de Estudios Europeos de la Universidad de Bradford, Inglaterra. Nos la envía con una calurosa dedicatoria. Sobre ella se encontrará el lector una nueva referencia en la página 27 de esta edición de Cuba Nuestra]. La redacción de CN recomienda la lectura de estos magníficos materiales a los interesados en la historia del movimiento obrero cubano.
Lea en nuestro sitio de internet: ( http://hem.passagen.se/ cubanuestra/ ) otros trabajos de los colaboradores: Manuel David Orrio, Cuba Adolfo Fernández Saínz, Cuba Oscar Espinosa Chepe, Cuba Juan F. Pulido, Cuba Ricardo García, Hungría Pablo J. Hernández , Puerto Rico Federico Campbell Peña, México Manuel de Paz Sánchez, Canarias Manuel Díaz Martínez, Canarias Gertrudis Gómez, España José J. Moreno Masó, España Elias Amor, España Alfonso A. Pérez , España Carlos A. Montaner, España William Navarrete, Francia Elisabeth Burgos, Francia Roberto Madrigal, Francia Dominique Gay-Sylvestre, Francia Asley Marmol, Holanda Ernesto Bravo, Inglaterra Monika Krause-Fuchs, Alemania Erik Jennische, Suecia Peter Isling, Suecia Lasse Morin, Suecia Peter Götell , Suecia Helena Söderqvist, Suecia Birger Thureson, Suecia Henrik Klemetz, Suecia Maria Elisson, Suecia Johan Andersson, Suecia. Jesús Hernández, Suecia. Ricardo Mederos, Suecia Marifeli Pérez-Stable, EUA Juan F. Benemelis, EUA Roberto Simeon, EUA Emilio Ichikawa, EUA Jorge Machado, EUA Marcelo Fernández-Zayas, EUA
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La Iglesia Católica y la revolución cubana: Un informe del embajador Lojendio Por Manuel de Paz Sánchez* "La juventud de Acción Católica justificaba en su declaración - al hacer el franco elogio de los jóvenes heroicos “nuevos mártires de un ideal patriótico” - la rebelión contra un sistema que, sin duda alguna, bajo la apariencia del “orden” conculcaba principios sagrados para la conciencia cristiana."
Juan Pablo de Lojendio, embajador de España. El embajador de España en Cuba, entre 1952 y enero de 1960, Juan Pablo de Lojendio e Irure mantuvo informado en todo momento al Ministerio de Asuntos Exteriores de cuantos asuntos se relacionaban con la labor eclesial e institucional de la Iglesia Católica en Cuba. Las especiales características del régimen español en sus vínculos con la institución eclesiástica, la presencia en Cuba de numerosos sacerdotes e, incluso, de miembros destacados de la jerarquía católica de origen español y, sobre todo, de varias órdenes religiosas, la mayoría de cuyos integrantes y sus principales responsables tenían nacionalidad española justificaban sobradamente la especial preocupación de España por el asunto [1], como se pondría de relieve en las más diversas circunstancias. LOS CATÓLICOS Y LA INSURRECCIÓN CONTRA BATISTA En julio de 1956, cinco meses antes del histórico desembarco de Fidel Castro y sus hombres, la revista La Quincena, una publicación socio-religiosa editada por los franciscanos españoles de Cuba, dedicó uno de sus jugosos editoriales a enjuiciar la situación política del país y, más concretamente, la solución ofrecida por Batista a la oposición, que consistía en esencia en la celebración de elecciones parciales a las que seguiría una convocatoria general. Las elecciones de 1954, aunque sirvieron para cubrir el expediente formal, sólo habían satisfecho a los Estados Unidos, que valoraron positivamente el afán democratizador del general Batista. El órgano de los franciscanos de Cuba, una de las organizaciones religiosas más progresistas e implicadas en la dinámica social y política de la Isla, no ahorró críticas al sistema y, en este sentido, no tardó en observar, con acierto, que Cuba se encontraba ante el dilema político más importante de su historia republicana. “El país está frente a un dilema tajante: o elecciones o revolución. Situarse de espaldas a la solución electoral es aceptar
o el ostracismo o la vía conspirativa. El continuismo por elecciones unilaterales significa la guerra civil. Y eso hay que evitarlo de todas maneras, porque los llantos, la sangre y los odios que conlleva no tendrían sino una ridícula compensación, un menguado provecho en el caso de que la revolución triunfara. No se habrán resuelto los problemas fundamentales del país, pero se irrogaría un daño inmenso a la paz ciudadana” [2]. Los franciscanos, la masa católica e, incluso, elementos significativos de la jerarquía eclesiástica de Cuba, empero, no tardarían en cambiar de opinión, sobre todo cuando los acontecimientos, desarrollados en una cascada explosiva y abrumadora, demostraron que la única solución posible a la crisis institucional pasaba por la desaparición del usurpador Batista y por la instauración de un sistema político transformador, en el que todas las opciones revolucionarias, católicas y progresistas, quisieron ver su modelo político ideal y que, desde la nostalgia de la propia historia, parecía reconciliar a los cubanos consigo mismos a través del viejo sueño martiano de una república con todos y para el bien de todos. Enrique Chirinos Soto, corresponsal del periódico limeño La Prensa, describió la realidad política cubana a principios de noviembre de 1956, y puso de relieve, precisamente, la grave contradicción en que parecía envuelto el presidente Batista, esto es, su afán de aparentar, ante sus conciudadanos, una acrisolada tradición democrática, sobre todo mediante la indiscutible libertad de prensa con la que contaba el país y, por el contrario, la existencia de una oposición cada vez más creciente e irresistible contra un go-bernante y un sistema que no habían conseguido establecer, pese a sus empe-ños, unas mínimas bases de credibilidad política e institucional. “Típico hombre fuerte latinoamericano en muchos as-pectos –escribía Chirinos Soto-, Batista es, ante todo, un usurpador”. A menudo, subrayaba el periodista, había pretendido explicar el
cuartelazo, pero nunca lo había conseguido. En 1954, Batista “llamó a elecciones y también bajó al llano. Previamente, había modificado, en el sentido de sus conveniencias, las leyes electorales. El ex presidente Grau San Martín intentó oponer su candidatura a la de Batista, tal como Montagne, en el Perú, intentó enfrentarse a Odría en 1950. A última hora, Grau se retiró de la contienda y, en consecuencia, no hubo necesidad apremiante de recluir en la cárcel al candidato de la oposición” [3]. Pero había más. En muchos sectores, sinceramente opuestos al régimen de Batista, existía la firme convicción de que la única salida era que el antiguo sargento taquígrafo abandonase el poder y que, en definitiva, cualquier solución electoral planteada por el usurpador, estaba constitucionalmente viciada en origen. Sobre todo porque, como recordaban los franciscanos de La Quincena, existían obvias razones para dudar de la sinceridad del presidente. “Los suspicaces ven en este juego electoral una trampa a la que se quiere atraer a la oposición, dividiéndola y utilizándola para sus fines. Si esta intención macabra existe, será descubierta a tiempo, cuando la oposición fije las condiciones ineludibles y lógicas con que ha de estar asistida una consulta popular”. El punto neurálgico de la solución electoral era, pues, el sistema de garantías electorales, según concluía la aún condescendiente revista religiosa. Mas, como recordaba Chirinos Soto, el pueblo cubano, en su inmensa mayoría, desconfiaba de la política y de los políticos profesionales. Había dejado de creer en un sistema democrático cimentado, históricamente, en la corrupción y en la vulneración continuada del pacto institucional, y, desde luego, necesitaba de un fuerte revulsivo para salir de su modorra política. “El pueblo cubano, que no quiere a Batista, permanece prácticamente al margen de la polémica constitucional entre políticos de oficio. La estrategia de los opositores de extrema se dirige, por lo tanto, a excitar al pueblo. Y
Historia para excitar al pueblo, procuran que Batista tome los caminos más descaradamente dictatoriales. Tal es la razón de ser de las conspiraciones, de las proyectadas aventuras expedicionarias desde México y de los actos de terrorismo. Que Batista se convierta en tirano y que el pueblo se enfurezca, aunque haya después un diluvio de sangre. He ahí el peligroso estado de ánimo de los opositores radicales de Batista” [4]. El ex presidente derrocado, Carlos Prío Socarrás, aparecía, por aquel entonces, en el epicentro de la conspiración contra Batista, y había sido acusado por el gobierno cubano de connivencia con Rafael Leónidas Trujillo, a quien los periódicos de La Habana describían, “tal vez apropiadamente, como la bestia del Caribe”. Así, pues, a principios de noviembre de 1956, la situación política cubana carecía, como mínimo, de dos elementos fundamentales para coordinar una acción decisiva contra el hombre fuerte de Cuba. Por un lado, faltaba cohesión y unidad de criterio entre las disímiles fuerzas de oposición y, por otro, no parecía que los ex presidentes Grau San Martín y Prío Socarrás, aplastados por el peso de sus propias biografías, fueran los dirigentes políticos más adecuados para protagonizar un liderazgo aglutinador de las fuerzas contrarias al régimen de Batista. Nada une, escribía también el corresponsal de La Prensa, a las dispares fuerzas de oposición, “salvo la común odiosidad a Batista”. Pero, además, “no hay por el momento ningún dirigente de envergadura. No hay ningún caudillo que capitalice la fe de un pueblo que ha perdido la que tenía en sus hombres públicos. Grau San Martín representó, en una época, la mejor esperanza de Cuba. Llegó al poder…, y su administración fue escandalosamente deshonesta. Tampoco Prío Socarrás dictó cátedra de virtud”. Batista, en consecuencia, estaba en condiciones de resistir, no sólo por la falta de alternativas reales, sino porque, también, contaba con una basa fundamental, la representada por las fuerzas armadas. El aparente fracaso de la insurrección en la provincia oriental de Cuba, en momentos próximos al desembarco del Granma, los dramáticos avatares iniciales de la propia expedición rebelde y, además, la escasa iniciativa popular a la hora de secundar a los insurgentes, hicieron afirmar al representante acciden-
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tal de España –que estaba en estrecho contacto con la representación consular en Santiago de Cuba -, que “la impresión general que se tiene aquí es que el movimiento revolucionario está prácticamente dominado, constituyendo la persecución y captura del grupo rebelde una labor de la policía”. El descalabro revolucionario fue atribuido por Eduardo Groizard, entre otros factores, al hecho de “contar el Gobierno con el apoyo del Ejército”, y, desde luego, a “la excelente situación económica de Cuba, ya que debido a la
escasez de azúcar en el mundo entero y la consiguiente alza de precios, va a ser este año la zafra libre, con lo cual se va a beneficiar de una forma o de otra la mayor parte de la población de este país”. Sus palabras resultaban tranquilizadoras, aunque, como buen observador, dejó cierto margen a la incertidumbre. “El movimiento que dirige Fidel Castro – subrayó- cuenta por el momento con el apoyo de un sector muy limitado aun dentro del conjunto de la oposición, sin que se pueda decir que constituye un peligro para el Gobierno” [5]. Días después, sin embargo, se mostró alarmado por el incremento de las “prácticas terroristas”, especialmente en las zonas montañosas de Oriente, lo que constituía un indicio evidente del propósito rebelde de crear, “mediante estos métodos de fuerza, un clima revo-
lucionario”. El gobierno, para hacer frente a la situación, mantenía la ley marcial en todas las provincias, excepto en La Habana y Matanzas, y la fuerza pública y el ejército se encontraban en estado de alerta, protegiendo los puestos estratégicos, los edificios públicos y las vías de comunicación. El régimen, en efecto, no tardó en dar muestras de su vocación represiva, y, según destacaba Groizard, se habían practicado numerosas detenciones en todo el país y, además, acababa de conocerse la “ejecución de veintiuna personas pertenecientes a partidos antigubernamentales en la ciudad de Holguín, provincia de Oriente, sin que hasta el momento el Gobierno haya dado explicación alguna sobre ello”. Naturalmente, la opinión pública, la prensa y algunos políticos pidieron el esclarecimiento de los hechos y el castigo de los culpables, y las propias “clases responsables” del país no dudaron en condenar unos acontecimientos que, como poco, tendrían “un efecto retardatario en el propósito de restablecer la normalidad política y hallar una salida a la crisis nacional” [6]. La Quincena tampoco guardó silencio y, a principios de enero de 1957, aplaudió los rumores sobre una “nueva mediación” que, como en tantas otras ocasiones, tendría que venir de la mano de Estados Unidos. Una mediación que garantizase, de una vez por todas, “una solución genuina y permanente a la crisis política”. Pero, al mismo tiempo, la revista se interrogó sobre las causas de los males que aquejaban a Cuba y, en este sentido, no dudó en atribuir tales problemas al propio gobierno de Batista. “¿De quiénes y de qué depende hoy por hoy el logro de esos objetivos? Depende, ante todo, de los hombres que nos gobiernan. Ellos, gestores de la crisis iniciada con el golpe de Estado, están en el deber de arribar a un concreto desenlace. Ellos tienen la fuerza y el poder, y con dos o tres decisiones viriles e inteligentes pueden encaminar al país hacia la normalidad institucional y política”. La gestión de concordia, en este sentido, debería depender de un organismo adecuado, como el propio Bloque de Prensa, cuya actuación inmediata podría poner fin a las “trágicas consecuencias de estallidos de violencia, crueldad, terrorismo y represión” que sacudían la sensibilidad popular [7]. Las palabras de La Quincena apuntaban, también, a una realidad que, ya desde entonces, mostraba perfiles
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 ciertamente preocupantes. La falta de una verdadera oposición institucional, la carencia de alternativas reales - desde la “propia legalidad”-, al régimen de Batista, la desconfianza popular hacia la actividad política más o menos oficial, y la necesidad de que los movimientos cívicos ocupasen el lugar que los partidos, con sus continuas disputas de intereses y su sistemático usufructo de la zafra del poder, se mostraban incapaces de ocupar, al menos dignamente. Esta realidad marcará la historia política de Cuba durante los dos largos años de la etapa insurreccional contra Batista. En mayo de 1957, el arzobispo de Santiago de Cuba, el español Enrique Pérez Serantes, rompió su silencio. Hombre de carácter rudo pero profundamente amante de su pueblo, el prelado gozaba de cierta fama de progresista porque, en julio de 1953, con motivo del asalto al cuartel Moncada por Fidel Castro y sus hombres, garantizó, con su prestigio institucional y personal, la vida del joven dirigente rebelde, ciertamente amenazada en los momentos de represión y brutalidad que siguieron a la debacle insurgente. En una carta a sus diocesanos –34 parroquias y casi dos millones de fieles católicos [8]-, el prelado oriental comenzaba por deplorar el “estado de terror y violencia que venimos contemplando, en una rápida carrera de disgustos, de incomprensión y de represalia, provocados por hechos de todos conocidos”, y, acto seguido, tras justificar su evidente prudencia a la hora de hacer público un pronunciamiento eclesial, conminaba a los responsables de la caótica situación del país a una rápida terminación de la contienda, “pero no a sangre y fuego, por no ser estos los elementos que pueden propiciar la paz verdadera y estable que necesitamos urgentemente”, sino que, “siendo el sacrificio la medida del amor”, se debería estar dispuestos a “abrazarnos con el sacrificio, el que sea, el más costoso, en aras de la paz, por la cual debe interesarse todo el que en verdad ame a Cuba”. Consciente, sin embargo, de la dificultad de su rogativa, Pérez Serantes invocaba el favor de Dios, ordenaba la exposición del Santísimo y el rezo del rosario en todas las parroquias de su jurisdicción y establecía la terminación de las ceremonias con la “bellísima oración por la paz” que había redactado el obispo de Pinar del Río [9]. El embajador de España, Juan Pablo de Lojendio, se hizo eco de la exhortación episcopal y destacó su
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contenido en telegrama del día 31 [10]. Las palabras de Pérez Serantes venían a unirse a las voces de protesta que, “casi todas las instituciones de carácter social de Santiago de Cuba”, habían hecho llegar a Batista en un escrito en contra de la brutal represión protagonizada por las fuerzas armadas y sus sicarios locales. En este sentido, subrayaba el diplomático, el propio texto del documento episcopal dejaba ver claramente, aunque entre líneas, “su protesta por la situación imperante”. Además, subrayaba Lojendio, “monseñor Enrique Pérez Serantes, Arzobispo de Santiago de Cuba, español de nacimiento, es personalidad de gran prestigio y popularidad en este país y en diversas ocasiones ha intervenido eficazmente para cortar los brotes de violencia que se producen en el mismo estos últimos años. Por ejemplo, fue a él a quien se entregó después del movimiento insurreccional de 1953 su Jefe el Dr. Fidel Castro, el mismo que figura ahora de nuevo al frente de la rebelión actual” [11]. Por otro lado, la propia prensa, aun la más timorata y conservadora, pareció adherirse al llamamiento por la paz y, para ello, periódicos como el famoso Diario de la Marina, no dudaron en resaltar el pronunciamiento episcopal [12], la condena de las instituciones cívicas de Oriente “al modo de reprimir empleado allí”, y, naturalmente, aunque en titulares de menor relieve, la respuesta del alto mando militar: “El general Rodríguez Ávila, tras dolerse de que esos organismos no hayan protestado de los atentados a la Fuerza Pública y colocación de bombas, recaba que se ayude a mantener la paz y orden en la ciudad” [13]. Las críticas de Pérez Serantes no cayeron en saco roto. Batista, en un discurso dirigido a sus seguidores, omitió intencionadamente cualquier referencia al documento pastoral, sin duda para tratar de orillar la interpretación del mismo como “una censura a la política del Gobierno frente a la insurrección armada” y, en cambio, como subrayaba Lojendio, elogió otras intervenciones de elementos de la jerarquía eclesiástica, como las del condescendiente cardenal arzobispo de La Habana y las del obispo de Pinar del Río, “cuyo texto ha sido mejor acogido en el campo gubernamental” [14]. Poco a poco, sin embargo, la imagen de Fidel Castro como una alternativa real y en absoluto desestabilizadora para el futuro de Cuba fue tomando cuerpo en la conciencia ciudadana. Desde tan tempranas fechas, el
Historia embajador de España, en contacto con “persona de mi muy antigua y buena amistad y al parecer estrechamente vinculada a ciertos aspectos directivos del movimiento revolucionario”, pudo trazar un panorama relativamente alentador sobre la personalidad del líder rebelde y de sus seguidores, jóvenes de buena familia cuyo objetivo moral resultaba evidente, salvar a Cuba de la dictadura del usurpador y de los malos políticos profesionales. “Mi interlocutor y amigo –afirmaba el representante de España -, me ha puesto en guardia respecto a las versiones que circulan en torno a las ideas extremistas de Fidel Castro, a quien considera ante todo un idealista, pero hombre en suficiente contacto con la realidad para darse cuenta de que Estados Unidos no consentiría jamás la instauración en Cuba de un poder capaz de turbar la política general del hemisferio. Me dijo mi amigo que para el Movimiento 26 de Julio, que el Dr. Castro encabeza, cotizan económicamente gentes de elevada condición social y acreditada seriedad, que entre los muchachos que acompañan en su aventura a Castro los hay de muy buena formación católica y que, de momento, prima también en ellos un sentimiento idealista y una protesta contra las formas habituales –y no precisamente ejemplaresde la política de Cuba, por lo que no solamente están en contra del régimen de Batista, sino también en contra de los partidos de oposición que sólo aspiran a la obtención de las ventajas materiales del poder”. Además, estaba fuera de duda la general simpatía hacia el movimiento insurreccional en la provincia de Oriente, “avivada por la represión dura y poco inteligente de las fuerzas de la policía en dicha región de la isla, y con importantes adhesiones por todo el territorio nacional, sin que esto signifique que sus dirigentes piensen de momento en la posibilidad de derribar al Gobierno del General Batista que es fuerte y cuenta con el apoyo de las fuerzas armadas” [15]. En un corto espacio de tiempo, sin embargo, la situación iba a presentar perfiles sorprendentes e imprevisibles. LOJENDIO, LA IGLESIA CATÓLICA Y LA CAÍDA DE BATISTA: UN INFORME CONFIDENCIAL La meticulosa información suministrada por Lojendio al Ministerio de Asuntos Exteriores permite reconstruir, con gran precisión, la evolución experimentada por los católicos cubanos y por sus pastores a lo largo de 1958, año
Historia en el que la caída del régimen de Batista comenzó a perfilarse claramente a partir de la primavera, cuando el movimiento civil decidió unir sus esfuerzos, aún a pesar del fracaso de la huelga general de abril, para dar un giro radical a la política del país y, en este sentido, otorgó su apoyo a la única opción realmente sincera y plausible en aquellos momentos, la que representaban Fidel Castro y sus jóvenes compañeros de la Sierra Maestra [16]. En este sentido, el documento inédito que reproducimos a continuación, un despacho “muy reservado” de Lojendio de marzo de 1959, contiene no sólo una descripción pormenorizada de los principales acontecimientos relacionados con los católicos cubanos en el último año de la insurrección contra Batista sino, también, valiosas observaciones personales sobre la frustración de sus esperanzas a partir del triunfo revolucionario el 1º de enero de 1959, frustración que se relaciona, sobre todo, con algunos aspectos esenciales del credo católico en lo tocante a la labor social de la Iglesia, especialmente en el campo pedagógico. El giro hacia un radicalismo extremo, como apuntaría Lojendio en diversas ocasiones, acabó con las ilusiones de importantes sectores del catolicismo local que vieron en la revolución la posibilidad de construir una República en la que todos los cubanos tuvieran su espacio propio. “El fantasma del comunismo ha hecho su aparición en forma temible en el panorama nacional. En los medios católicos más res-ponsables la preocupación es muy grande”, aseguraba Lojen-dio ya desde el propio mes de marzo de 1959. La actuación católica, durante el proceso insurreccional, fue resumida por el embajador español en estos términos: “Una inclinación cada día mayor de una parte de la Jerarquía, una gran parte del Clero y una gran mayoría de la masa católica hacia la simpatía, primero, y la abierta colaboración, más tarde, con la causa revolucionaria. Una actitud más cauta y reservada de otros Prelados y una creciente crítica de su actitud por parte de muchos católicos”. Pero, en cualquier
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caso, se trató de una colaboración espontánea, sin acuerdo previo, entre los más diversos sectores de la vida nacional, y donde los católicos, como otros colectivos, no exigieron ninguna condición previa. “Debo señalar también subrayaba el diplomático- dos puntos esenciales para la comprensión de todo este panorama en su conjunto: Uno de ellos es la inexistencia de pacto o convenio
alguno entre representantes del catolicismo con dirigentes revoluciona-rios, la falta de compromiso para el futuro, la ausencia de acuerdo o programa ideológico o de acción”; y, en segundo lugar, se hacía necesario precisar que, en términos generales, la actitud de Batista hacia la Iglesia no había sido hostil, como había acaecido en otros lugares de la geografía americana. “Otro - matizaba Lojendio- es el hecho de que, aunque en la lucha con la policía cayeron algunos jóvenes católicos, no puede decirse, como ya antes ha quedado indicado, que el Gobierno de Batista persiguiese a la Iglesia o a los católicos. La verdad es la contraria y en ello hubo de influir una gestión personal
que hice en Abril del año pasado”. El 1º de enero de 1959, “la masa casi total del catolicismo cubano estaba sumada a la Revolución” y, en tal sentido, añadía el representante de España: “Yo creo que la actuación de todos los sectores del catolicismo cubano, con sus diferencias de matiz que he señalado, no solamente es defendible sino que ha sido la adecuada a la realidad política del país y al cumplimiento de su deber”, puesto que, en definitiva, “el régimen caído no merecía la adhesión de las conciencias católicas”, aunque, por otra parte, la citada actitud del gobierno de Batista “de consideración a la Iglesia y sus autoridades no daba ocasión a la más alta Jerarquía de adoptar las medidas extremas que algunos revolucionarios exigían”, y que, a la postre, aceleraron el proceso de identificación de la masa católica con el ideal revo-lucionario. La batalla de la Iglesia por ocupar un espacio propio en la nueva sociedad y por difundir sus principios morales con libertad y eficacia, empero, no tardó en convertirse en una causa perdida. Incluso aquellos sectores del catolicismo rebelde más allegados al gobierno revolucionario se vieron desplazados, algún tiempo después, de su menguada situa-ción de cercanía al poder. Pérez Serantes, el casi mítico prelado oriental, utilizó todo su prestigio revolucionario para exigir, al menos, el derecho a la educación religiosa, pero sus empeños fueron vanos. Tampoco las grandes mani-festaciones de fe popular, como la acaecida en el congreso Mariano celebrado en La Habana a fines de 1959, con la visita a la capital de la Patrona de Cuba; los comportamientos espectaculares de algunas indivi-dualidades del clero que optaron por el exilio o, avanzada ya la implantación del régimen socialista y la presión desde el exterior, las propias protestas colectivas del episcopado cubano permitieron un cambio mínimamente significativo de la situación. La voz de la Iglesia en Cuba acabó siendo silenciada por el peso de los acontecimientos y, a partir de entonces, tras la expulsión masiva de numerosos
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 sacerdotes y miembros de las órdenes religiosas, especialmente de origen español, los prelados y sus escasos sacerdotes se limitaron, durante décadas, a realizar una mínima labor pastoral en condiciones precarias. El sueño de libertad se había convertido, para muchos de ellos, en una dramática pesadilla, y el futuro de la nación, oculto tras un espejismo socialista y tropical, parecía haber prescindido de la religión para siempre. FUENTE: DESPACHO MUY RESERVADO DE LOJENDIO SOBRE “ACTUACIÓN IGLESIA Y ORGANIZACIONES CATÓLICAS CUBANAS DURANTE PERÍODO REVOLUCIONARIO” [17] La Habana, 18 de marzo de 1959. DIRECCIÓN GENERAL DE POLÍTICAEXTERIOR AMÉRICA MUY RESERVADO
Excmo. Señor: Tengo el honor de cumplimentar telegrama Reservado de V.E. número 51 de 14 de este mes. Para formar cabal idea del asunto a que el mismo se refiere es preciso tener en cuenta determinados antecedentes que seleccio-naré de la amplia información que en el curso del año pasado tuve el honor de hacer llegar a V.E. a través de mis Despachos y cartas. Por mi despacho número 65 de 4 de marzo de dicho año, di cuenta a V.E. de la primera actuación pública del Episcopado cubano en relación con el problema político del país. Creo de interés reproducir ahora los párrafos iniciales de aquel Despacho que como he señalado a V.E. en mi telegrama son de útil recordación en este momento a los fines que V.E. interesa. Decía así en mi citado Despacho: [18] Antecedentes.- V.E. conoce por mis anteriores y periódicas informaciones la forma en que se ha ido desenvolviendo y agravando la crisis interna de Cuba, que tiene su origen en las mismas condiciones de la vida política del país que ha sufrido largos años agitaciones, períodos de intervención de grupos armados de carácter “gansteril” que perturbaban el orden público e influían en la vida política provocando una situación que sirvió de pretexto para que el 10 de marzo de 1952 el General Batista apoyado en elementos de las fuerzas armadas y en grupos políticos minoritarios encabezase un golpe de estado que le dio rápidamente el Gobierno del país. No han ido desde entonces mejor las cosas. Una situación económica extremadamente floreciente no bastaba
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para encubrir la inquietud de algunos grupos políticos contrarios al Gobierno que no han cesado de actuar sobre la opinión pública valiéndose muchas veces de las facilidades que las Leyes y la interpretación de las mismas por los Tribunales y por el propio Gobierno del General Batista les permitía. La campaña contra el Gobierno fue cobrando mayor virulencia después de la confirmación (1954) del General Batista como Presidente de la República en unas elecciones en las que a última hora, alegando falta de garantías, dejó de concurrir el único candidato que se presentaba con carácter de oposición. En noviembre de 1956 el desembarco de un grupo de rebeldes encabezado por el Dr. Fidel Castro y el mantenimiento de su rebeldía en las Sierras de la provincia de Oriente así como el crecimiento del terrorismo, sobre todo en dicha provincia y cada vez más extendido en toda la República, ha ido agravando la situación como he ido señalando en mis Despachos. El terrorismo, de un lado, y la represión policial, de otro, han conducido paulatinamente a Cuba a un estado de creciente violencia. Ante esta situación, instituciones políticas y otras que no tienen tal carácter han ido manifestando su preocupación y su repulsión por este estado de cosas. En estas manifestaciones, casi siempre colectivas, participaban de manera constante las instituciones católicas y, últimamente, la Juventud de Acción Católica hizo público un manifiesto cuyo texto remití a V.E. como anejo a mi Despacho número 53 de fecha 18 de febrero. La Jerarquía eclesiástica entre tanto, permanecía en silencio. La causa de esta actitud la expliqué a V.E. en mi carta Reservada número 7 de 21 de febrero, señalando que el Gobierno del General Batista es sumamente cuidadoso en sus relaciones con la Iglesia y que esta no tiene en este sentido queja alguna contra él por lo que la Jerarquía ha mantenido hacia el Gobierno la actitud que es habitual cuando las relaciones entre ambos poderes son correctas y normales. Por otra parte, la Jerarquía se había abstenido de hacer declaración alguna con relación a problemas políticos que no le afectaban de manera directa y, por ello, los elementos que simpatizan con la revolución formaron la opinión de que la neutralidad de la Iglesia reflejaba marcada simpatía hacia el Gobierno. Algunos elementos católicos, especialmente los que están en contacto con la juventud en
Historia la cual el ambiente contrario a Batista es muy grande, se preocupaban ante la perspectiva de que si adviniese un cambio completo de régimen la Iglesia por la actitud silenciosa de su Jerarquía apareciese en situación difícil y, por otra parte, temían perder su influjo en amplias zonas de opinión, especialmente como digo juveniles, que simpatizan abiertamente con la rebeldía. Entre tanto, en este movimiento pendular de la Autoridad hacia la libertad, y posiblemente hacia la anarquía, que es el signo de la actualidad en los países de América, se ha visto a la Iglesia dar la nota contra los Gobiernos dictatoriales en la Argentina, Colombia y Venezuela y no faltaban quienes ponían en comparación esas actitudes con el silencio de la Jerarquía eclesiástica de Cuba ante el Gobierno, que también califican de dictatorial, de Batista. Argumento, debo aclarar, que no es válido en el caso de Cuba, puesto que en Batista no se da la circunstancia de agresión a los sentimientos católicos y a los intereses de la Iglesia que en un momento o en otro se dio en las dictaduras citadas. En todo caso, la presión de muchas asociaciones y personalidades católicas sobre la Jerarquía para que saliese de su mutismo ante la situación del país, se hizo más marcada últimamente y ella ha influido sin duda, en la declaración que firmada por el Cardenal Arzobispo de La Habana, Arzobispo de Santiago y todos los Obispos de Cuba se publicó el día 1º de marzo. Declaración episcopal.- El texto de la declaración es el siguiente: El Episcopado Cubano contempla con profundo dolor el estado lamentable a que hemos llegado en toda la República y en particular en la provincia de Oriente. Los odios crecen, la caridad mengua, las lágrimas y el dolor penetran en nuestros hogares, la sangre de hermanos se derrama en nuestros campos y en nuestras ciudades. Cargados de graves responsabilidades ante Dios y los hombres por nuestra condición de jefes espirituales de nuestro pueblo, sentimos la obligación de tratar por todos los medios a nuestro alcance de que reine de nuevo la caridad y termine ese triste estado de nuestra Patria. Guiados pues por estos motivos, exhortamos a todos los que hoy militan en campos antagónicos, a que cesen en el uso de la violencia, y a que, puestos los ojos única y exclusivamente en el bien común, busquen cuanto antes las soluciones eficaces que puedan traer de
Historia nuevo a nuestra Patria la paz material y moral que tanta falta le hace. A este fin no dudamos que quienes de veras amen a Cuba, sabrán acreditarse ante Dios y ante la Historia, no negándose a ningún sacrificio, a fin de lograr el establecimiento de un gobierno de unión nacional, que pudiera preparar el retorno de nuestra Patria a una vida política pacífica y normal. Cuenten para ello tanto el gobierno como los demás cubanos llamados a decidir en este importante asunto con nuestras más ardientes oraciones, y, en la medida que ello cayere fuera del terreno de la política partidarista, con nuestro apoyo moral. Firmado: Manuel Cardenal Arteaga, Arzobispo de La Habana Eduardo Martínez Dalmau, Obispo de Cienfuegos Evelio Díaz Cía, Obispo de Pinar del Río Enrique Pérez Serantes, Arzobispo de Santiago de Cuba. Alberto Martín Villaverde, Obispo de Matanzas. Carlos Rius Anglés, Obispo de Camagüey Alfredo Müller San Martín, Obispo Auxiliar de La Habana. Examen del texto.- Como se ve, el texto en sí es de carácter muy general, de contenido inocuo y redacción muy vaga. Aunque describe con palabras expresivas “el estado lamentable” a que se ha llegado en toda la República, no señala responsabilidad de nadie, ni a nadie achaca concretamente el estado actual de cosas. Su exhortación a que cese el uso de la violencia es muy genérica y su iniciativa de que “nadie se niegue a ningún sacrificio a fin de lograr el establecimiento de un Gobierno de unión nacional” no sale tampoco de los términos de la misma vaguedad. Quizás todo ello ha sido deliberado e incluso obligado, dado que no parece sea misión de la Iglesia la de llegar a manifestaciones más concretas en orden a problemas políticos. Pero esta misma vaguedad da ocasión a que el texto sea interpretado en formas diferentes y pueda servir de base para actitudes políticas dispares y totalmente ajenas algunas de ellas al espíritu que, sin duda, inspiró su redacción. Pero naturalmente, no se puede aislar el texto del documento de la actualidad política que lo promueve y cuyas circunstancias pueden darle más precisa significación. Así, cuando subraya el estado lamentable a que ha llegado el país, las lágrimas, dolor y la sangre de hermanos que se derrama en campos y ciudades, señala sin decirlo una
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responsabilidad indudable para el Gobierno cuya natural misión es la de mantener la tranquilidad y la paz y de evitar por consiguiente se llegue a la situación que el documento denuncia. Tal vez por eso, leo en una carta dirigida al señor Cardenal por la Presidenta de la Federación Nacional de Maestras Católicas de Cuba el siguiente párrafo: ”Aunque parezca un contrasentido, se necesitaba una arriesgada valentía, para declarar públicamente la ausencia de la paz, que es el estado en que se encuentra todo el país. Y ese valor han mostrado nuestros venerados cívicos Obispos al anteponer la defensa de la justicia y de la paz, a toda otra mira o interés, incluso la seguridad externa, y la prosperidad material de nuestros institutos católicos y de nuestras mismas Iglesias”. La condena a la violencia pero sin precisar a sus autores se presta a equiparar exactamente la culpa del Gobierno y la de los elementos revolucionarios lo que sin duda ha movido al periódico New York Times a publicar en editorial en su número de hoy el siguiente párrafo que recojo de una traducción publicada hoy mismo en La Habana: “La dictadura militar se ha dado cuenta con razón que lo que ha hecho la Iglesia constituye un golpe contundente al Gobierno. En primer lugar porque da al movimiento revolucionario una dignidad a la par con las fuerzas de Batista”, etc., etc. Declaración de la Juventud de Acción Católica y actitud de muchos católicos ante la realidad cubana. En la relación transcrita se hace referencia a un manifiesto que la Juventud de Acción Católica publicó en Febrero del año pasado y cuyo texto remití a V.E. como anejo a mi Despacho número 53 de 18 de dicho mes. Fue redactado con ocasión de la celebración del 30 aniversario de la Institución y con la intención de fijar la postura de la misma ante la actualidad política del país que revestía ya características de creciente gravedad. Es interesante recordar y releer ahora su texto - que vuelvo a remitir a V.E. anejo a este Despacho - ya que algunas de las ideas en él apuntadas forman parte del conjunto de tópicos que maneja el Dr. Fidel Castro en sus discursos: el terror policial de la época, el vicio del juego, la injusta distribución de la riqueza del país, los bajos salarios, las condiciones de existencia de las clases necesitadas, la proliferación de universidades privadas con ánimo de lucro y no de cultura... Con faltar en el documento, como lo advertí a
V.E. al enviárselo, referencias a graves y hondas causas de los males de Cuba: la lenidad de la Ley, la lenidad mayor aún de los Tribunales de justicia al aplicarla, la deficiente educación de la juventud, la facilidad del divorcio, la corrupción política y administrativa... el manifiesto es, como también lo señalé entonces, un documento importante, de evidente elevación y dignidad y todo cuanto en él se decía - y lo que, como digo, en él se olvidaba - es menester tenerlo en cuenta para situar en su verdadero lugar la realidad del país y comprender la actitud que ante ella habían de adoptar quienes mantuviesen principios e ideales cristianos. La juventud de Acción Católica justificaba en su declaración - al hacer el franco elogio de los jóvenes heroicos “nuevos mártires de un ideal patriótico” la rebelión contra un sistema que, sin duda alguna, bajo la apariencia del “orden” conculcaba principios sagrados para la conciencia cristiana. Por ello, desde un principio la Revolución contó con el apoyo de elementos católicos. El primero de ellos fue tal vez - en Santiago de Cuba, donde la Revolución nació - el Dr. Enrique Canto, prestigiosa figura de las actividades católicas de aquella Archidiócesis y hoy día Encargado de Negocios de Cuba en Madrid. Recuerdo que, cambiando impresiones con él, en los primeros tiempos del movimiento revolucionario, el Dr. Canto me habló con apasionado idealismo de la necesidad de acabar con esas lacras de la vida cubana que antes he señalado y que a su juicio una nueva generación, personificada con los incipientes revolucionarios, iba a hacer desaparecer. Y recuerdo también que al objetarle yo, con ánimo crítico, la dificultad de lograrlo por lo enraizadas que estaban en la mentalidad del país y por el poder de corrupción que pudieran ejercer sobre los pretendidos redentores, el Dr. Canto me dijo: “Sí. Es posible que todo termine en una frustración y un desengaño, pero esa posibilidad no quita nuestra obligación de ayudar ahora a estos jóvenes, pues de otra manera contribuiríamos a que continuase el actual estado de cosas”. Traigo a colación el recuerdo de aquella conversación porque la actitud del Dr. Canto es representativa de la que después fue ganando a toda la juventud católica y a sus dirigentes. Sin conocerla y comprenderla, no se puede comprender tampoco la vinculación que ha existido entre toda una
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 generación de católicos militantes y una revolución en la que se encuadraban también, y en posiciones más estratégicas - que ellos son especialistas en ocupar elementos de extrema izquierda y agentes del comunismo internacional. La fuerza y el prestigio de Fidel Castro, lo que ha hecho de él figura representativa y “líder máximo” de la revolución no ha sido la “doctrina” que hoy predica en sus inacabables discursos y que antes del triunfo revolucionario no se conocía. Fue su actitud medio militar y medio deportiva de aguantar durante dos años a pie firme la lucha contra el régimen la que polarizó y galvanizó a todos los que desde las más diversas ideologías y con dispares fines querían un cambio en la escena de Cuba. Con ellos iban a marchar los católicos que buscaban no un simple cambio sino una renovación radical y profunda. A partir de la declaración de la Juventud de Acción Católica a que he hecho referencia, menudearon las manifestaciones de personalidades e instituciones católicas en la línea de la revolución. Muchas de ellas fui dando a conocer a V.E. en su oportunidad. La represen-tación de la opinión católica no faltaba en las declaraciones y manifies-tos de grupos de opinión en la lucha contra Batista. Algunas veces en compañía de Iglesias protestantes y logias masónicas, como por ejemplo, en el manifiesto que remití a V.E. con mi Despacho número 95 de 1º de abril. De esta manera gran parte de la opinión católica - y desde luego sus institu-ciones seglares más representativas - se fue em-barcando en la nave revolucionaria. La actitud de la Jerarquía fue más cauta. Se definió en la Declaración antes transcrita, pero después de la fecha de su publicación tuvo lugar un suceso que frenó por unos meses el ritmo acelerado del avance revolucionario. El 9 de abril las fuerzas de la revolución intentaron un golpe definitivo contra el Gobierno de
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Batista y fracasaron en él. Al dar cuenta a V.E. de este fracaso por mi Despacho número 109 de 14 de abril, advertí: “Esto no quiere decir que la situación se haya aclarado, ni mucho menos que la “guerra” esté terminada”. En efecto, la Revolución revisó sus bases y métodos de acción. Los elementos católicos, integrados ya virtualmente en ella, también. Véase mi Despacho 116 de
22 de abril dando cuenta de la suspensión de actividades externas de la Acción Católica por propia decisión de ésta y el número 117 informando sobre diversas reacciones de los elementos católicos y del clero, las divisiones o diferencias de matiz en el seno de los mismos y la actitud más moderada de la más alta jerarquía de la Iglesia cubana. Me refería entonces a un proyecto de enérgica protesta contra el Gobierno por la muerte de unos jóvenes de Acción Católica a manos de la policía y de la forma en que la frenó Su Eminencia el Cardenal. La Jerarquía Eclesiástica de Cuba.Llegado a esta altura creo obligado hacer relación de los miembros del venerable Episcopado Cubano, cuya condición personal ejerce influencia en los distintos
Historia matices de la actuación de la Iglesia ante los sucesos políticos del país. Encabeza la jerarquía eclesiástica cubana Su Eminencia Monseñor Manuel Cardenal Arteaga y Betancourt, Arzobispo de La Habana, cuya nota característica, a efectos de juzgar aquí su actuación en estos difíciles momentos a que me estoy refiriendo, es su ancianidad, que limita grandemente sus facultades y su propia y directa intervención en los aspectos públicos. Sus más cercanos colaboradores a quienes se atribuye gran influencia sobre el Cardenal son el Dr. Arcadio Marinas, Vicario General de la Archidiócesis y Dr. Raúl del Valle, Secretario de Cámara de Su Eminencia. Se estima por muchos católicos que la actitud de ellos y la consecuente del Cardenal siguiendo su consejo ha sido demasiado contemporadizadora con el Gobierno de Batista y poco inclinada hacia la Revolución. Para juzgar a estas opiniones hay que tener en cuenta las especiales circuns-tancias que rodean la actuación del Arzobispo de La Habana que por razón de coincidir su sede con la del Gobierno tiene que mantener con éste más continua y sobre todo, más aparente rela-ción. El cubano se fija mucho en las fotografías de los diarios y juzga mucho por lo que en ellas ve. El recuerdo de la figura del Cardenal junto al Presidente de la República General Batista o de la Primera Dama en actos oficiales, su asistencia a recepciones en el Palacio Presidencial, se les antojan hoy a muchos cubanos, incluso a mu-chos católicos, manifestaciones de colaboración con el régimen que detestaban. De ello hacen responsables, más que al anciano Cardenal, a sus citados colaboradores. No es de hoy, en realidad, esta acusación de colaboracionismo. La recogí, ya sin concretarla y poniéndola en cuarentena, en mi Despacho Reservado número 80 de 15 de marzo de 1958. Monseñor Enrique Pérez Serantes, Arzobispo de Santiago, español de
Historia nacimiento, de más de setenta años pero vigoroso y enérgico, es un celoso varón apostólico de carácter brusco y rudo que, a juzgar por su actitud simpatizó desde su comienzo con la Revolución y ha sido considerado durante estos años como un héroe de ella. Tenía buena amistad con Batista y creo que en más de una ocasión le habló de la situación - especialmente grave en el territorio de su Archidiócesis y tengo la seguridad de que lo haría con su inevitable rudeza. Monseñor Pérez Serantes fue quien gestionó la entrega de Fidel Castro y las garantías de seguridad para su vida en 1953, al fracaso de su primera intentona revolucionaria. Los elementos católicos prorevolucionarios tenían a Monseñor Pérez Serantes como su guía y modelo y contraponían su actitud a la de los citados colaboradores de su Eminencia el Arzobispo de La Habana. Una y otra estaban muy influidas por los medios respectivos. Si el ambiente revolucionario de Santiago, el contacto con los jefes de la rebelión, el espectáculo de la represión policial especialmente cruel y generalizada en Oriente conformó la actitud del Arzobispo Pérez Serantes, el ambiente de La Habana menos tenso, el trato directo con el gobernante, la influencia de medios que en mayor proporción que en el resto de la Isla transigían con el Presidente influyó también en la postura del señor Cardenal y sus personeros, menos belicosa y más cauta en sus actitudes. Monseñor Alberto Martín Villaverde, joven y activo Obispo de Matanzas fue considerado siempre como afecto a la causa revolucionaria (Debo aclarar que se consideraba afectos a la revolución a aquellos que creían que el problema político de Cuba no tenía otra solución que la salida del poder del General Batista. Y debo decir también que todo lo acaecido con posterioridad ha demostrado que tal actitud no era desacertada). La misma actitud se atribuía al Obispo de Pinar del Río Monseñor Evelio Díaz, quien en momento álgido de la revolución redactó e hizo leer en todas las Iglesias de su Diócesis una “Oración por la paz de Cuba” que más tarde se rezó en todos los templos de la Isla y que causó gran disgusto a Batista, que seguía la política de avestruz de no querer darse por enterado de la grave situación del país. Una actitud más distante con la revolución y más tolerante con el Gobierno atribuía por razones muchas veces de apariencia al Obispo de Camagüey, Monseñor Ríus Anglés, catalán de nacimiento y a Monseñor Alfredo Müller Obispo Auxiliar
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de La Habana, persona muy tímida y callada que no juzgo simpatizase lo más mínimo, como tampoco el anteriormente citado, con los procedimientos del Gobierno de Batista. Un caso aparte es el de Monseñor Martínez Dalmau, hasta hace dos meses Obispo de Cienfuegos sede a la que renunció voluntariamente porque su actuación durante el período revolucionario le hizo aparecer excesiva y personalmente vinculado con el régimen. La ciudad de Cienfuegos fue teatro hace dos años de graves sucesos con ocasión de una rebelión de Oficiales de la Marina que provocó dura represión que causó gran dolor a la ciudad que simpatizaba con los rebeldes. En aquella oportunidad, el Obispo Martínez Dalmau no solamente no se solidarizó con la actitud de sus diocesanos en peticiones de clemencia y protestas por el excesivo rigor policial, sino que habiendo visitado al Presidente Batista recibió de este un cheque por sustancial cantidad para obras en la Catedral y se dijo - y me confirmó quien puede hacerlo - otro para atenciones de carácter privado del propio Prelado que se encontraba a la sazón en dificultades económicas derivadas de un negocio familiar. Aunque no hace relación con el asunto objeto de este Despacho, creo interesante informar a V.E. que Monseñor Martínez Dalmau, de quien constan antecedentes en ese Ministerio, fue muy contrario a España, razón que le hizo objeto de duros ataques de “Pepín” Rivero en el Diario de la Marina. Una alocución suya en la Catedral de La Habana, motivó la retirada espectacular del Encargado de Negocios de España Conde de Foxá y personal que le acompañaba en el acto, al que asistía el Cuerpo Diplomático. Monseñor Martínez Dalmau se encontraba en La Habana al triunfar el movimiento revolucionario. No regresó a su diócesis. Presentó su renuncia que le fue aceptada. En esta decisión, como he informado a V.E. no medió presión ni insinuación alguna del Gobierno revolucionario. En cuanto al clero lo mismo regular y secular la simpatía por la revolución era creciente. Como he señalado a V.E., más patente en directores y consiliarios de agrupaciones de miembros seglares y especialmente de las distintas ramas de Acción Católica. Entre los P.P. Jesuítas que recordaban todos ellos con una cierta satisfacción que Fidel Castro es antiguo alumno de Belén - los hubo que tuvieron que salir del país, por disposición de sus
superiores para evitar mayores complicaciones. Los P.P. Franciscanos procedentes de Aránzazu, dieron un buen número de activos simpatizantes con la causa revolucionaria. Entre todo el clero, el malestar por la forma en que el Gobierno actuaba o permitía actuar a su policía y ejército, era creciente. Con las naturales diferencias de matiz, él se sumaba al descontento general del país, y ponía, como la mayoría del mismo, de más en más sus esperanzas en el triunfo de la revolución. Actitud del Señor Nuncio.- Es Nuncio Apostólico en La Habana Monseñor Luis Centoz, de 77 años de edad, con quien me une además de la natural relación que impone nuestra convivencia en el Cuerpo Diplomático una amistad cordialísima que me ha hecho ser testigo y compartir muchas veces sus preocupaciones en el difícil período que estamos viviendo. Al señor Nuncio acudían y siguen acudiendo innumerables personas, no solamente procedentes del campo del catolicismo activo, dándole cuenta de penosas situaciones buscando su orientación, ayuda y consejo. Ha tenido que hacer frente por ello a una constante y gran responsabilidad. Redoblada esta cuando se le planteaban en el seno del clero y de la colectividad católica militante problemas relacionados con la revolución y la situación política del país. Soy testigo de la bondad, de la caridad, de la dignidad y del firme criterio con que el anciano Prelado he hecho en todo momento frente a la situación y ha tratado de buscarla remedio. El 23 de marzo del año pasado dirigí a V.E. una carta “muy reservada” en la que le daba cuenta de algunas de estas preocupaciones del Nuncio y de un proyecto de gestión cerca del Presidente de la República que el citado intento revolucionario frustrado de 9 de abril cortó. Su preocupación ha sido y es la de evitar que la intromisión de los debates políticos quiebre la unidad de la grey católica cubana y poner en todo momento a cubierto de ataques y críticas, inevitables en un medio tan apasionado, la figura del Sr. Cardenal. Por desgracia, como ha visto V.E. por mi Despacho número 99 de 7 de marzo el Sr. Nuncio ha alcanzado, con notoria injusticia, el grosero ataque con que Revolución, el órgano filocomunista del Movimiento 26 de Julio, ha tratado de ofender a la Iglesia de Cuba. Sacerdotes en el campo rebelde.- Una última nota que precisa apuntar al describir
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 la actuación del catolicismo cubano en el período revolucionario es la presencia en el campo rebelde de sacerdotes católicos, iniciada hace ya un año con la adscripción del Padre Sardiña a los campamentos de la Sierra Maestra y reforzada después, de acuerdo con el Arzobispo de Santiago, con la de otros religiosos y sacerdotes que ejercían su ministerio en la zona controlada por las fuerzas revolucionarias. Con ocasión de una noticia de supuesto secuestro de un religioso español por los revolucionarios, informé a V.E. de este interesante aspecto de la presencia católica en el movimiento revolucionario. Transcribo un párrafo de mi Despacho número 354 de 21 de Octubre pasado que contiene a su vez un texto de carta de Monseñor Pérez Serantes sobre el mismo tema. En todo caso, los religiosos que acuden a la llamada zona rebelde lo hacen no sólo de perfecto acuerdo sino siguiendo las instrucciones del señor Arzobispo de Santiago, Dr. Enrique Pérez Serantes. La actitud del señor Arzobispo por lo que respecta a la atención religiosa en el llamado campo rebelde está expresada en párrafos de carta que con fecha 11 de octubre ha dirigido al Visitador de los Padres Paúles en relación con el asunto objeto de este Despacho y que creo de interés poner en conocimiento de V.E.: Esté por esta parte muy tranquilo, e informe a sus Superiores que no ha habido secuestro ni aún in intentione; que el P. Bea fue al campo a trabajar en el sagrado ministerio libérrimamente y en cumplimiento de un gravísimo deber de justicia, caridad y de prestigio para la Iglesia (no es nada!). Sepa mi querido Padre, que el párraco de Baracoa, y el Arzobispo de Santiago de Cuba, y Dios nuestro Señor, están contentísimos de que el Padre Bea esté misionando y así atendiendo su parroquia, cuidando de una pequeña porción de 4.000 kilómetros cuadrados, por múltiples razones, y sin que yo culpe a nadie por eso, casi completamente en manos de los Protestantes. Si tiene ahí la colección de la Milagrosa, encontrará dos artículos, uno de ellos del P. F. García el cual anduvo misionando conmigo de parte a parte. Allí hemos encontrado cinco iglesias protestantes con culto habitual y ni una sola católica; hoy hay una católica y algunas más protestantes. Allí podrá ver el número ingente de misioneros y misioneras fijas que tienen, sin contar los Pastores cinco veces más en número que los sacerdotes católicos.- Allá está pues, el P. Bea al cual su celo y espíritu misionero
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no le permitía estarse estacionado en la ciudad. Y, ahora, lo mejor: allá está encontrando tantas facilidades, tanta ayuda, tanta atención y buenos servicios de todo género, como no se han visto jamás, de ello puedo dar fe, y los demás Padres que por allá anduvieron en otros tiempos. Allá goza de plena libertad para ir y venir y para salir cuando lo necesite o le venga en ganas. Y el Gobierno del Presidente Batista tendrá buen cuidado de no interferir el sagrado ministerio del P. Bea el cual creo está haciendo lo que nunca se pudo hacer. Hasta aquí he ido señalando, siguiendo mis informes anteriores, la actitud de las fuerzas católicas en el último período del Gobierno de Batista. Sus características fueron: Una inclina-ción cada día mayor de una parte de la Jerarquía, una gran parte del Clero y una gran mayoría de la masa católica hacia la simpatía, primero, y la abierta colaboración, más tarde, con la causa revolucionaria. Una actitud más cauta y reservada de otros Prelados y una creciente crítica de su actitud por parte de muchos católicos. Debo señalar también dos puntos esenciales para la comprensión de todo este panorama en su conjunto: Uno de ellos es la inexistencia de pacto o convenio alguno entre representantes del catolicismo con dirigentes revolucionarios, la falta de compromiso para el futuro, la ausencia de acuerdo o programa ideológico o de acción. Otro es el hecho de que, aunque en la lucha con la policía cayeron algunos jóvenes católicos, no puede decirse, como ya antes ha quedado indicado, que el Gobierno de Batista persiguiese a la Iglesia o a los católicos. La verdad es la contraria y en ello hubo de influir una gestión personal que hice en Abril del año pasado de la que di cuenta en telegrama reservado número 61 de 17 de dicho mes. Los católicos y el triunfo de la revolución.- Al triunfar el 1º de Enero con inesperada antelación a los más optimistas cálculos - el movimiento revolucionario, la masa casi total del catolicismo cubano estaba sumada a la Revolución. La acogió, por tanto con entusiasmo y con esperanza. En la proclamación del nuevo régimen e investidura del Presidente, en Santiago de Cuba, no faltó en lugar preeminente Monseñor Pérez Serantes. Los católicos se unieron a la algazara general, hubo Te Deums en las Iglesias y se aplaudió desde todos los ángulos del catolicismo cubano las
Historia disposiciones del Gobierno, las promesas de Fidel Castro y hasta la práctica de la justicia revolucionaria mereció el aplauso de algunos sacerdotes y desde luego de la revista Quincena en un artículo del P. Biaín franciscano, su Director. Sin embargo, en los nombres que se daban a conocer para ocupar los altos puestos del Gobierno no figuraba ningún católico militante y en las palabras del líder de la revolución no se escuchaba la menor alusión religiosa ni la apelación a la ayuda de Dios, habitual en la oratoria política de todo el Continente. Algunos factores protestantes aparecían en diarios y emisiones de radio y televisión como figuras más o menos destacadas del nuevo régimen y la tacha de vinculación con el comunismo y hasta de afiliación a él marcaba en el comentario público a algunos de los más populares personajes de la revolución triunfante. La Ley 11.- Ya en mi Despacho número 15, de 16 de enero señalaba a V.E. que “problemas de enseñanza han sido los primeros en plantear reacciones internas contra el Gobierno revolucionario” refiriéndome a la “Ley 11”, cuyo texto remitía anejo “que dejaba sin validez los títulos académicos conferidos por Universidades privadas que permanecieron funcionando durante los dos años de la llamada “guerra civil” en los que estuvo cerrada la Universidad oficial de La Habana”. Esta disposición significaba una directa agresión a los intereses y a los méritos de la Universidad Católica de Santo Tomás de Villanueva. Esta institución administrada por un Consejo de fidescomisarios en el que figuran destacadas personalidades de la vida cubana y regida por P.P. Agustinos norteamericanos y españoles - el Rector P. John J. Kelly es americano - ha tenido un éxito creciente desde su fundación hace unos años por el nivel docente y la seriedad de su funcionamiento. Ha permanecido abierta durante estos dos últimos años, con un gran concurso de alumnos pertenecientes en gran parte a los medios más acomodados de la sociedad cubana. Un doble motivo - su confesionalidad católica y la extracción social de sus alumnos - ha volcado contra ella la ofensiva de sectores extremistas de la acción revolucionaria, que han tachado de pasividad patriótica a quienes aprovechaban en estudiar el tiempo que los demás jóvenes de su generación dedicaban supuestamente a heroicas tareas beligerantes contra “la tiranía”.
Historia Su Rector ha sido el blanco predilecto de los ataques revolucionarios hasta el punto de acusarle el periódico Revolución de “chivato” por haber comunicado a las Autoridades de policía, a requerimiento de estas y con ocasión de un incidente en la Universidad la relación de sus alumnos y empleados. La Iglesia y amplios medios católicos y profesionales iniciaron una fuerte campaña contra la citada Ley 11 que preocupó al Gobierno y a los dirigentes revolucionarios como un incipiente movimiento de “la reacción”. Con mi Despacho número 82 de 21 de febrero, remití a V.E. el texto de una carta que con el título “Enseñanza Privada” publicó en casi todos los diarios de la República el Arzobispo de Santiago. En el mismo citado Despacho número 82 envié también el texto de una Pastoral conjunta del Venerable Episcopado cubano, en la que condenando la citada Ley 11 por atentatoria a la libertad de enseñanza relacionaba este asunto con otro de mayor hondura y trascendencia: el de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. La Enseñanza religiosa.- En mi Despacho número 82, de 21 de febrero, informaba a V.E.: Toda esta activa actuación pública de la Iglesia en estos últimos días ha obedecido a la noticia de que la Comisión encargada de redactar una reforma de la enseñanza tenía adelantados sus trabajos en forma que la nueva legislación venía a suprimir prácticamente la enseñanza privada, al imponer una severa intervención del Estado en la misma y exigir determinados títulos de que el profesorado actual carece en muchas de las Órdenes Religiosas, así como, a eliminar la posibilidad de la enseñanza de la Religión en las escuelas públicas. Frente a este panorama y la gravedad que reflejaba la situación, la Iglesia señala de manera firme los derechos de los padres a dirigir la educación de sus hijos y la necesidad de incluir la religión en la formación cultural de la niñez y de la juventud. Señalaba a continuación, remitiendo también los correspondientes anejos que “frente a esta actitud tan clara y responsable de los Prelados católicos, los dirigentes de las iglesias protestantes que representan una insignificante aunque activa minoría en el país, han hecho campaña por el mantenimiento del laicismo adoptando una postura que parece recordar a la de la madre falsa del juicio de Salomón”. La idea de que no conviene plantear en este momento problemas que
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puedan poner en peligro la unidad revolucionaria era uno de los argumentos de que se hacía uso en contra de las peticiones del Episcopado. La polémica se agrió entre los mantenedores de una y otra tesis y debo señalar como punto más álgido de ella el grosero artículo “Educación romana, ¿para qué?” publicado en el lugar reservado a sus editoriales por el periódico Revolución que remití anejo a mi Despacho número 99. En algunas zonas del catolicismo más adheridas a la revolución tomó también cuerpo esta idea y el 6 de marzo un grupo de sacerdotes hizo pública en los diarios una declaración en la que insistiendo en la razón teórica de la petición de la Jerarquía decían, sin embargo: “Pero si esta petición ha de crear dificultades insalvables en un momento que es ante todo de unión y de trabajo, estamos dispuestos a evitar todo obstáculo que pueda entorpecer el reordenamiento de la nación”. Esta declaración firmada por conocidos sacerdotes, no contaba aunque luego se ha tratado de aparentarlo - con el previo beneplácito de los Prelados que, sin embargo, han plegado posteriormente a ella su conducta suspendiendo, como informé a V.E. por mi telegrama 84 de 15 de este mes, su campaña por la enseñanza religiosa en las escuelas, con la esperanza de que en cambio de ello se solucione en forma aceptable el problema creado en torno a la Universidad de Villanueva. Desilusión de muchos sectores católicos.- Ya este incidente que he referido a V.E. demuestra como en el momento actual subsiste en el campo católico un germen de división que muy prudentemente la Jerarquía procura reducir. Pero lo que no se puede evitar es que por unas y otras razones la desilusión cunda en amplios sectores católicos que creían que el triunfo de la revolución iba a abrir la puerta de una época mejor para Cuba, libre de las taras que he señalado al comienzo de este Despacho. Pero no son razones internas del catolicismo cubano, sino el giro que la revolución va tomando el que está poniendo a muchos cubanos y entre ellos a muchos católicos militantes al borde de un sentimiento de frustración. A falta de un bien trazado programa de gobierno, a falta, me temo, de talento desde el triunfo mismo de la revolución he señalado a V.E. mis reservas sobre la capacidad de organización política del Dr.
Castro -, el líder revolucionario se ha lanzado por el camino más fácil: el de la extrema demagogia, que, como es sabido, rinde un fácil dividendo rápido pero tiene el riesgo de un también rápido desgaste. El del Jefe revolucionario se está produciendo más rápidamente de lo que hubiese podido preverse. Las críticas de su obra de gobierno son crecientes. La preocupación que causa el tono que está dando a la vida de este país alcanza a las personas y zonas de opinión más responsables de Cuba. Se está creando la conciencia de que hay que prepararse para graves eventualidades que pueden sobrevenir. El fantasma del comunismo ha hecho su aparición en forma temible en el panorama nacional. En los medios católicos más responsables la preocupación es muy grande. Impresión final.- Me pide V.E. en su telegrama número 51 mi opinión sobre la actuación del catolicismo cubano en relación con el movimiento revolucionario, fijada con el criterio y la perspectiva del momento actual. Voy a resumirla con toda sinceridad: 1º.- Yo creo que la actuación de todos los sectores del catolicismo cubano, con sus diferencias de matiz que he señalado, no solamente es defendible sino que ha sido la adecuada a la realidad política del país y al cumplimiento de su deber. La Curia Cardenalicia con su medida y cautela, los católicos de Oriente con su adhesión más activa a la causa revolucionaria, las Instituciones católicas manteniendo su presencia en las definiciones colectivas que la realidad del país demandaba, la Universidad Católica continuando sus actividades docentes, los jóvenes de Acción Católica participando en la acción revolucionaria, sus consiliarios amparándoles en momentos de peligro, han estado durante el período revolucionario a la altura de las circunstancias. El régimen caído no merecía la adhesión de las conciencias católicas. Por otra parte su actitud de consideración a la Iglesia y sus autoridades no daba ocasión a la más alta Jerarquía de adoptar las medidas extremas que algunos revolucionarios exigían. 2º.- A causa del ambiente de pasión en que se ha desarrollado la vida cubana de estos últimos años, se ha corrido el riesgo de que ahondándose en esas diferencias de matiz se pudo haber llegado a escindir en forma grave la unidad de la grey católica cubana. Gracias a Dios, ese peligro ha sido superado. Atribuyo gran parte del mérito, como he señalado, a la acción bondadosa
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 e inteligente del Sr. Nuncio, preocupado de salvar la unidad del catolicismo cubano y la dignidad del anciano Cardenal que figura a la cabeza del mismo. 3º.- Considero una gran fortuna para el catolicismo cubano el hecho de no participar en forma ostensible - en realidad no participaba en forma alguna, pues la colaboración personal de muy contados católicos militantes en puestos de segunda fila en nada compromete al catolicismo como tal - no participar, digo, en las responsabilidades de un Gobierno cuyo prestigio se deteriora rápidamente. 4º.- Creo que esta circunstancia puede significar para los católicos cubanos su gran oportunidad en el porvenir. Si actúan con prudencia y valentía pueden constituir en breve una fuerza de proyección política llamada a desempeñar papel de importancia, si no decisivo, en el inmediato futuro del País. Si el embate revolucionario sirve para cambiar la mentalidad cubana y los modos de su vida pública en el sentido de destruir la tolerancia con las lacras a que antes me he referido, la revolución habrá cumplido con su misión. Tras ella, al advenir el juego democrático, un partido de esencias católicas puede capitalizar todo ese desgaste que en la situación dominante se advierte ya. [1] . Manuel de Paz Sánchez: Zona Rebelde. La diplomacia española ante la revolución cubana (1957-1960), Gobierno de Canarias, Centro de la Cultura Popular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 1997. [2] . “¿Solución en dos etapas?, Editorial, La Quincena, año II, nº 13, La Habana, 22 de julio de 1956, p. 34-35. [3] . E. Chirinos Soto: “La XII Reunión de la SIP. Batista, dictador a pesar suyo”, La Prensa, Lima, 12 de noviembre de 1956 (recorte remitido a Madrid por la Embajada de España en Perú y reexpedido por Asuntos Exteriores a la Embajada de La Habana, AGA, C5356). [4] . Ibídem. [5] . Despacho de Groizard del 4 de diciembre de 1956, fols. 2-3 (AGA.Exteriores, C-5356). [6] . Despacho de Groizard del 30 de diciembre de 1956 (AGA. Exteriores, C-5356). [7] . “La Quincena sugiere”, La Quincena, III, 1, 15 de enero de 1957, p.37. [8] . “El arzobispo de Santiago de Cuba exhorta a la paz”, Ecclesia, Madrid, 8 de junio de 1957, p. 23-24. [9] . “Arzobispado de Santiago de Cuba. Al pueblo de Oriente”, 28 de mayo de 1957, en La Voz de la Iglesia en Cuba. 100 Documentos Episcopales, Obra Nacional de la Buena Prensa, México, D.F., 1995, doc. 8. [10] . “Telegrama cifrado número 38. La Habana, 31 de mayo de 1957” (AGA.Exteriores, C-5356). [11] . Despacho de Lojendio del 3 de junio de 1957, fol. 3 (AGA. Exteriores, C-5356). [12] . “Aquellos que de verdad amen a Cuba deben sacrificarlo todo en aras de la paz. Mons. Pérez Serantes”, Diario de la Marina, 31 de mayo de 1957, p. 1 (recorte en AGA. Exteriores, C-5356). [13]. “Condenan las instituciones cívicas de Oriente el modo de reprimir empleado allí”, Diario de la Marina, 1º de junio de 1957 (recorte en AGA. Exteriores, C-5356, ambos recortes adjuntos al despacho de Lojendio del 3 de junio). [14] . Despacho de Lojendio del 10 de junio de 1957, fol. 2 (AGA. Exteriores, C-5356). [15] . Despacho citado de Lojendio del 10 de junio de 1957, fols. 34. [16] . Manuel de Paz Sánchez: Zona Rebelde, cit., pássim. [17] . Despacho número 115, muy reservado, de Lojendio del 18 de marzo de 1959 (AGA. Exteriores, C-5359). [18] . Las referencias a documentos anteriores del propio embajador hemos decidido, para una mejor diferenciación del texto, publicarlas en cursiva, aunque en el original aparecen sangradas y entrecomilladas. *Manuel de Paz es Catedrático de Historia de la Universiddad de la Laguna, en Canarias. El presente trabajo se integra en la segunda parte de su libro "Zona de Guerra", cuyas carátulas del tomo I y II aparecen ilustrando el texto en las pagínas 14 y 17 respectivamente.
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Delegación ecuménica cubana en Estocolmo Por Carlos M. Estefanía.
Cubanos en Suecia cristiana en Cuba. La ceremonia reli-giosa también estuvo dedicada a los refugiados y a la búsqueda de la paz en Israel. Para sorpresa nuestra, nos encontramos con que Ortega estuvo directamente asistido, durante todo el servicio religioso, entre otras personas, por Germán Díaz Guerra, responsable de comunicaciones de Cuba Nuestra (y tal vez, de ahora en adelante «capellán» de nuestra redacción).
Una delegación ecuménica cubana visitó Suecia durante el mes de octubre, invitada por Caritas Suecia (Caritas Sverige) y la Iglesia Sueca (Svenska kyrkan). Al término de la misa, Jaime Ortega bajó, La delegación ecuménica la integraron, acompañado de su séquito, al primer piso entre otras personas, el Cardenal de La de la Catedral, donde radica una especie Habana; Jaime Ortega, el Reverendo Dr. de Café para quienes asisten a los Héctor Méndez, moderador de la Iglesia servicios. Allí, gracias a los «buenos Prebisteriana Reformada en Cuba, oficios» de nuestro común amigo, Díaz Prebístero de La Habana, el Lic. Joaquín Guerra, quien escribe tuvo la oportunidad Estrada Montalbán, de la Casa Diocesana de estrecharle la diestra a Ortega y de la Merced, Camaguey y la Lic. Maritza felicitarle por su grata presencia. Se ve, en Sánchez Abillud, Directora de Caritas este religioso cubano, un hombre suave, Cuba. amable, sencillo, de palabra fácil y con la El viernes 13 el grupo tuvo un encuentro inteligencia necesaria para hacer algo público en las oficinas de Caritas Suecia grande por su tierra. (Ölandsgatan 42 , estación de metro Skanstull, en Estocolmo). La actividad se desarrolló entre las 12:00 y las 14:00. El Cardenal Jaime Ortega no estuvo presente ese día pues aún no había llegado, arribó a Suecia el sábado 14 de octubre. El domingo 15, a las dos de la tarde, el Cardenal Ortega ofició una misa en español en la Catedral Católica de Estocolmo (Catedral de San Eric). En la iglesia atestada de feligreses, en su mayoría de origen latinoamericano, también se encontraban, entre los fieles, algunos cubanos. Allí estaban; Rigoberto Artiles, (funda-dor y ex director de «El Heraldo Cubano») y familia, el periodista Alberto Landa y el señor Marcelo Salazar (uno de los fundadores de la Unión de Cubanos en Suecia y delegado de Cuba Nuestra en diversos evenDetalle de tarjeta postal, con foto tos organizados por cubade F. Schneider. Se trata del nos en Europa). interior de la Catedral Católica de En su sermón, el Cardenal Estocolmo (de San Erik), donde de La Habana abogó por la solidaridad entre la ofició el Cardenal Jaime Ortega comuni-dad cristiana de asistido por Germán Díaz Guerra. Suecia y la comunidad
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Cubanos en Suecia
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"La democracia del Reino de Dios" La delegación ecuménica trata cuestión religiosa en Cuba Texto y fotos: Alexis Gainza Solenzal El 17 de octubre, la delegación ecuméncia cubana que visitaba Suecia ofreció una conferencia de prensa en los locales de Caritas Suecia, Estocolmo. La delegación clerical estaba compuesta por Jaime Ortega, Cardenal de Cuba y Arzobispo de La Habana, el Rev. Pastor Héctor Méndez, Iglesia Prebisteriana, Maritza Sánchez, Directora de Caritas Cuba, la Rev. Pastora Basilia Fuigueroa, Iglesia de Dios, Monseñor Salvador de Riberon, Joaquín Estrada, Comisión Episcopal de Cultura, asimismo como por Orlando Marquez, publicación Palabra Nueva. Carin Zetterlund-Brune, Caritas Suecia, abrió la charla explicando que la visita cubana era propiamente una respuesta a dos viajes realizados a la isla por la Iglesia Sueca y la Iglesia Católica de este país. El primero tuvo lugar en 1996, mientras que el último se realizó en noviembre de 1998. En aquella oportunidad el obispo Jonas Jonsson de la Diócesis de Strängnäs y el obispo católico William Kenney se encontraron con sus homólogos, extendiéndoles la invitación para que una delegación ecuménica cubana visitara Suecia. Otro objetivo con la visita cubana consistía en aportarle a los delegados mayor conocimiento sobre el ecumenismo y el funcionamiento de la sociedad en este Reino. Con este fín le mostrarían los aportes de la sociedad civil al desarrollo social y económico de Suecia en los dos últimos siglos. Además, se persigue fortalecer los lazos entre las comunidades eclesiásticas cubanas y suecas. En sus palabras iniciales el Cardenal Jaime Ortega subrayó que esta era la primera vez que la Iglesia Cubana entraba en contacto con el mundo nórdico, y que el viaje a Suecia de la delegación tenía una doble connotación: «Esta visita tiene un doble aspecto que la hace interesante; es ecuménica, es decir, está hecha por una invitación de la Iglesia Católica y de la Iglesia Sueca en Suecia y está correspondida por la Iglesia Católica en Cuba, por la Iglesia Presbisteriana y la Iglesia de Dios, representada aquí por sus
Jaime Ortega respectivos pastores. La presencia de la Directora Nacional de Caritas Cuba, Sra. Maritza Sánchez, indica el deseo también de que no sólo se pusiera en evidencia el espiritu ecuménico, el amor cristiano que debe unirnos a todos (…), sino el amor cristiano que se demuestra también en el servicio caritativo a los hermanos». Por su parte, Héctor Méndez, de la Iglesia Presbisteriana, disertó sobre la evolución de la relación Estado-Iglesia en el periodo postrevolucionario, resaltando sus distintas etapas históricas. «Después de iniciado el proceso revolucionario, explicaba el clérigo cubano, llegó el momento de mucha tensión, momento de mucha incompresión entre el Estado y las Iglesias. Durante esa época las iglesias quedaron muy reducidas, solamente pequeños grupos asistían a las iglesias. Sin embargo, poco a poco, con el testimonio de los cristianos, las iglesias se salvaron, se fue viendo el papel de servir al prójimo y de ayudar y colaborar en aquellas cosas que puedan ser de beneficio para el ser humano.» La siguiente etapa, según el Pastor, empieza a fines de la década de los 80as, «una etapa de apertura y de mayor compresión de parte del Estado hacia las iglesias. Llegaron visitantes internacionales que representaban a diferentes iglesias cristianas. Se celebraron distintas reuniones en Cuba. Las iglesias reflexionaron sobre su misión en Cuba». La década del 90a significa por otra parte el retorno de muchas gentes a la Iglesia, incluido jóvenes «que nunca habían conocido la vida de la Iglesia, ni la fé cristiana». «El momento culminante para mucho de lo que queremos llamar la vida de la Iglesia, finaliza Méndez, es la visita del Santo
Padre realizada en 1998.» Cuando se le preguntaba al Cardenal Ortega por la importancia de este contacto histórico entre las iglesias de Cuba y Suecia, este afirmaba que el encuentro con esta región del mundo significaba «una posibilidad de horizontes nuevos y de nuevas formas de cooperación y de intercambio que ayudan a esa apertura de la iglesia cubana al mundo entero y a que se conozca la realidad de nuestra presencia en medio de una realidad social tan especial como es la de Cuba». Otra de las interrogantes respondidas por el Cardenal Ortega giró en torno a la eventual apertura del gobierno cubano para con la Iglesia Cubana despúes de la visita papal. En opinión del metropolitano, la presencia en Cuba del Santo Padre «fue como una fiesta para todo el pueblo, se disfrutó de un clima distinto, dio la posibilidad de expresión de fé, de dejar traslucir lo que en realidad estaba en el corazón». Dicha visita, en palabras de Ortega, ha dejado «en los fondos de los corazones una semilla. Es decir que hay un sustrato que permanece como de una conciencia de una posibilidad real de vivir intensamente la fé no solamente en el interior de la propia conciencia, sino también de comunicarla, de manifestarla, de expresarla con otros de alguna manera y algunas posibilidades reales de expresión públicas, más públicas, en lugar abierto y demás, se han continuado después de la visita del Papa. Pero queda un largo camino por hacer para lograr que la vida de la Iglesia pueda desenvolverse con total normalidad y con la amplitud a que ella aspira y desea según su propia naturaleza. Y en ese sentido si no podemos decir que hayan habido cambios esenciales.»
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 Al centro, de izquierda a derecha; Maritza Sánchez, Jaime Ortega, Héctor Méndez y Salvador de Riberón
Al Cardenal Ortega se le indagó además sobre la posibilidad de educación religiosa en Cuba, la construcción o reconstrucción de iglesias, y el acceso de la Iglesia a los medios masivos de comunicación, aspectos que fueran tratados durante la visita del Papa a Cuba en 1998. El Arzobispo cubano aclaró inicialmente que «la visita del Papa a Cuba no incluía un programa donde pidiera este, aquel y el otro punto», puesto que eso «no es el modo de actuar de la Santa Sede». Según expresara Ortega, esos tres puntos eran peticiones que partieron de la Iglesia Cubana antes de la visita papal, y que aún se mantienen vigentes. Ortega admitió que se han ido reconstruyendo muchas iglesias en Cuba, «lo que hemos hablado es de la construcción de nuevos templos para barrios, y pueblos que no tienen iglesias. En este aspecto no se puede decir que haya habido ninguna evolución espec-tacular». En estado más precario parece encontrarse el acceso a los medios masi-vos. Al respecto el Cardenal expresó: «Acceso a los medios de comunicación, en alguna ocación eventual ha habido después de la visita del Papa. He hablado dos veces por radio: en una ocación por
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Cubanos en Suecia democracia, sea por un régimen de tipo socialista cerrado, sea por una monarquía de tipo absolutista, o que la misión de la Iglesia es predicar a toda criatura? ¿Cuál fue la misión de Jesús por Dios? ¡Predicar el Evangelio a toda criatura! Si al leer el Evangelio o al conocer a Jesú Cristo, el hombre descubre la verdad y la verdad lo hace libre -como dijo el Papa en la Plaza de la Revolución de La Habana-, y ese hombre totalmente liberado internamente es capaz de vivir con una actitud interior nueva transformada, creo que estaríamos trabajando un poco por esa única democracia en la cual creemos la Fiesta de la Virgen, Patrona de Cuba, en nosotros, la democracia del Reino de otra por la Navidad. Algún otro obispo ha Dios, que es lo que predicamos.» hablado por radio alguna vez, pero no hay La visita de la delegación ecuménica de un acceso sistemático de la iglesia católica Cuba se inició el 12 de octubre y se a los medios de comunicación.» extendió hasta el 20 del mismo mes, fecha El Cardenal cubano respondió retóricaen que los delegados regresaron a la isla. mente a la pregunta quizás más espinosa Según el programa de visita hecho público por las organizaciones anfitrionas, los representantes eclesiasticos cubanos tendrían encuentros en la Embajada cubana en Estocolmo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Asociación Sueca de Ayuda para el Desarrollo, la organización para la cooperación Forum Syd, asimismo como en el Comité de Asuntos Exteriores y el grupo cristiano del Riksdag (Parlamento Orlando Marquez y Joaquín Estrada Sueco). Los delegados visitarían, además de lugares históricos y de la conferencia, aquella que se refiriera culturales, iglesias y catedrales tanto de a la posibilidad de la Iglesia de trabajar Estocolmo como de otras ciudades del por el desarrollo de la democracia en Cuba. país. A esta interrogante, el Arzobispo de La Habana objetó: «No me gusta responderle a los periodistas con otra pregunta. Me darían ganas de preguntarle ¿Ud. cree que la misión de la Iglesia es trabajar sea por la
De izquierda a derecha: Orlando Marquez, Joaquín Estrada, Maritza Sánchez, Jaime Ortega, Héctor Méndez y Salvador de Riverón.
Cubanos en Suecia
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Cuba Nuestra número 16, otoño 2000
De izquierda a derecha: Rev. Pastora Basilia Figueroa (Iglesia de Dios), Orlando Marquez, Joaquín Estrada, Maritza Sánchez (Directora de Caritas Cuba), Jaime Ortega y Hector Méndez.
¡Qué Suecia se abra a Cuba! Texto: Germán Díaz Guerra Fotos:Alexis Gainza Solenzal En Suecia, cuando se habla de una delegación cubana, lo que se piensa es que la misma es "oficial". Ha sido así durante mucho tiempo, principalmente durante el romanticismo de la socialdemocracia sueca con la revolución cubana. Pero ya eso quedó atrás. Suecia ha avanzado en el conocimiento de la realidad cubana. Ya no son solamente delegaciones oficiales quienes tienen algo que decir sobre Cuba por estas tierras. Y no sólo la socialdemocracia y el Partido de Izquierda son los anfitriones de las personalidades cubanas que arriban a este país. Ha habido una apertura en la sociedad sueca en este sentido, comienza a escuchar voces que no vienen de la estructura estatal cubana. Llegan personalidades del ámbito independiente de Cuba, así, lo mismo hemos podido compartir con figuras del exilio cubano como Carlos Alberto Montaner, líder liberal [ver en Cuba Nuestra 6, artículo "De como tres esforzados Caballeros"], Frank Fernández, escritor anarquista [ver en C N 13 "El Poeta, el anarquista, la comunista y el pastror"], que con Manuel Cuesta Morúa, dirigente socialdemócrata cubano [ver C N número 16 dedicado a la visita de Manuel Cuesta Morúa a Suecia]. Dentro de este movimiento de apertura hacia Cuba, hay que destacar la visita de la representación ecuménica cubana, invitada por la Iglesia Luterana Sueca (Svenska Kyrka) y la sección nacional de
Caritas en Suecia (Caritas Sverige). Dicha visita ha sido de gran importancia para ambos países, dada la situación en que se encontraba el tema de la religión en las respectivas sociedades. En Suecia este era un tabú, algo que correspondía a la sociedad que habían dejado atrás, no compatible con la era socialdemócrata. En Cuba, desde la llegada de los comunistas al poder, la religión en general fue vista como aliada de la burguesía, algo que había combatir, siguiendo la experiencia de los países comunistas. El grupo ecuménico, como ya se ha dicho en la revista, lo integraron; Monseñor Jaime Ortega, Cardenal de Cuba y Arzobispo de La Habana, Monseñor Salvador Riverón, Obispo auxiliar de La Habana, el Rev. Pastor Héctor Méndez de la Iglesia Presbiteriana, la Rev. Pastora Basilia Figueroa de la Iglesia de Dios, Maritza Sánchez, Directora de Caritas Cuba, Joaquín Estrada, Comisión Episcopal de Cultura, y Orlando Márquez, de la publicación ”Palabra Nueva”. La delegación cumplió con una ajustada agenda de trabajo que la llevó por distintos lugares de interés histórico y religioso, de visita a instituciones suecas de ayuda , al Ministerio de Relaciones Exteriores y a encuentros en la Embajada cubana en Estocolmo. También hubo una reunión con el grupo cristiano del Parlamento Sueco. El día 15 de octubre, la delegación participó en la misa en español en la Catedral de Estocolmo (que acostumbra ser a las 2:00 pm). Yo estaba en la sacristía, quedaban unos minutos para empezar la misa, se vivía un ambiente de muchas expectativas en el lugar esperando por la entrada de los sacerdotes cubanos. Cuando llegó el momento, no lo creía; aún viéndolo entrar frente a mí, era el Cardenal Jaime Ortega. Para cualquiera en Cuba encontrar al Cardenal Ortega es motivo de alegría, por lo que él significa para muchos. Ahora,
después de tanto tiempo viviendo en el extranjero, encontrar esa persona-lidad frente a uno es una alegría que se multiplica. Esta era una visita que se esperaba desde hacie tiempo. El acto litúrgico transcurrió bajo una gran expectación. Presidió la misa el Cardenal Ortega y los cocelebrantes eran el Obispo auxiliar de La Habana, Salvador Riverón, el Obispo Auxiliar de Estocolmo, Willian Kenet, y el rector de la comunidad católica hispano hablante, el sacerdote franciscano Martín Ángel Navarro. Para todos nosotros; cubanos y latinoamericanos de otras nacionalidades, la misa de ese domingo fué un momento muy especial. Terminada la misma, la comunidad hispano-católica de Estocolmo le preparó una modesta, pero muy cálida bienvenida a los ilustres visitantes quienes se sintieron acogidos como en casa. De allí saldría toda la delegación para la ciudad de Vadstena, de gran significación histórica en Escandinavia. Dicha ciudad queda situada al sur de Suecia, en la provincia de Östergötland. Ciudad que guarda las huellas de Birgitta Birgersdotter, quien pasaría a la historia como ”Santa Birguita”. Fué declarada santa por la iglesia en 1391. Sus restos se guardan como reliquias en la iglesia azul de Vadstena. Santa Birguita ha recibido del actual Papa Juan Pablo II, junto a Santa Catalina de Siena, la custodia del viejo continente. Vastena vivió muy de cerca los hechos de la Reforma Luterana en el siglo XVI, que el rey Gustavo Vasa lideró junto al discípulo de Martin Lutero, Olaus Petri. Por último, el Cardenal Ortega y Monseñor Riverón participaron en una cena de despedida en los locales de la comunidad hispano católica de Estocolmo. La actividad transcurrió en un
Héctor Méndez
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misma organización de ayuda atiende a personas de la tercera edad que no pueden conseguirse la comida por sí mismas. Continuó el almuerzo no ya con preguntas, se fue despertando la alegría de la familia latina. Por que no contarlo, hubo poemas y canciones. Hasta el mismo Monseñor Jaime, con su gracia cubana, se puso a cantar una canción mexicana, bien conocida por él y por algunas de las señoras allí presentes, posiblemente recordada de sus años de adolescentes. Unos instantes después llegaba la hora de la despedida, del momento en que los trasladaron al aeropuerto, de donde partieron de Suecia.
"Histórica visita", declara el periódico Svenska Dagbladet ambiente familiar. Allí tomaron parte los cubanos que junto con sus hermanos iberoamericanos, integran esta comunidad. Fueron muchos los interesados por la labor de la Iglesia cubana. Como en todos los almuerzos familiares, la sobremesa dio a la familia allí reunida la oportunidad de oír sobre el tema. Una de las preguntas se refería a la labor de Caritas en Cuba, a lo que el Cardenal cubano respondió explicando en que consistía ese trabajo. Se refirió asi al centro de Alcohólicos Anónimos que realiza una mesurada tarea social, ayudando en la lucha contra el alcoholismo, epidemia que ha ido en aumento en los últimos tiempos. También hizo alusión al centro en el que Caritas lleva adelante un comedor para reforzar la dieta de aquellos enfermos del SIDA. Y sobre los comedores en que esta
Algunos periódicos recogieron la noticia del hecho. Entre ellos "Caritasnytt", hoja informativa de Caritas Sverige. En el número 5/6 del 2000, recogió Kaj Engelhart parte de las declaraciones de la delegación. A la pregunta de que si los cubanos están con Fidel Castro -es la pregunta más común que le hacieron a la delegación cubana en el extranjero-; la respuesta fue: " si y no " y explicaron que muchos lo alaban como el libertador, bajo su régimen Cuba ha sido líder en Latinoamérica en muchos campos, como la educación y la salud. Sin embargo por otra parte muchos la han tenido difícil con él. No menos los cristianos creyentes, comunidades, iglesias. También el mismo periodista describía sus impresiones del encuentro: Las imagenes de Cuba que salen en la conversación de la delegación ecuménica con el público son divididas y contradictorias, luz y oscuridad, esperan-zadoras y amenazantes al mismo tiempo. Los participantes dan diferentes conclusiones dependiendo de las experiencias de cada uno. Lo que se siente esperanzador, por que no hay en todo caso una opinión unánime. El articulista sigue recogiendo preguntas hechas al panel y las respuestas que ellos dan. Como, por ejemplo, si hay una sociedad civil en Cuba. La respuesta fue que está constituida de muchas organizaciones bajo el control del partido, sindicatos, comités de defensa que van a controlar al ciudadano. Luego surgió la interrogante de que si los ciudadanos están preparados para llevar en sus hombros una mayor responsabilidad social. La respuesta fue, que en 1994 demostraron 100 000 personas en La Habana por el derecho a emigrar, no por el de tomar su propia responsabilidad. Nos hemos acostumbrado a recibirlo todo de las manos del Estado. El artículo continúa afirmando que la única organización fuera del control estatal en Cuba es la Iglesia.
Cubanos en Suecia Un ejemplo de ello es la organización católica de ayuda ”Caritas Cuba". Se fundó en 1991 para canalizar la ayuda humanitaria a un país que había acabado en una crisis de falta de alimentos. Aunque, el Estado se reservó el derecho de disponer sobre los suministros que Caritas organizaba, pero tomando los consejos de esta sobre donde y cómo la distribución debería tener lugar. Desde 1995 tiene Caritas también su programa, a la par en colaboración con el estado sobre la ayuda humanitaria. Dicho programa se dirige más que todo a las personas de la tercera edad (mayores) con una pensión media de 50 coronas suecas al mes, si comparamos que el salario medio es de 100 coronas suecas. La organización tiene más de 30 empleados y más de 6000 voluntarios en todas las parroquias, y la ayuda alcanza a más de 40 000 personas. Refiriéndose a los exiliados de Miami, el panel ecuménico afirmó que ellos han sido un efecto negativo de la revolución, al obligarlos al exilio, pero afirmaron que de igual manera son tan cerrados en sí mismo como el más dogmático de los marxistas. También la revista ”Kyrkans Tidning”, de la Iglesia Luterana Sueca, en su número 44/45 del 2000, dedicó un artículo a los visitantes cubanos. Es de la periodista sueca Kerstin Elworth quien encontrándose en la rueda de prensa que se efectuó en Caritas recogió las palabras de los que en ella participaron. La articulista reproduce primeramente las palabras de Monseñor Riberón: ”El rechazo contra las iglesias en Cuba se ha reducido, pero todavía queda por recibir de vuelta la apertura que reside en la naturaleza de la Iglesia”. O cuando relata más adelante sobre la visita del Papa a Cuba en el año 1998: ”Entonces se convirtió aquello en una fiesta para todo el país. Se tuvo la oportunidad de expresar la fe que había estado guardada desde hacía tiempo, como una semilla plantada en la tierra. Y
Salvador de Riberón
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Cubanos en Suecia
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El viaje de la delegación ecuménica cubana acentuó la apertura de la sociedad sueca hacia Cuba. Repasando el acontecimiento me vienen a la mente las palabras del Papa Juan Pablo II en su visita a Cuba: "Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba". Palabras que comienzan ser una realidad con esta visita.
Catedral de San Erik (Tarjeta postal con foto de Leif Blom)
Arzobispo Ortega
continúa; afirmando que las comunidades pueden obtener permiso para restaurar sus locales, pero no construir nada nuevo. Ellas no tienen acceso a los medios masivos de comunicación. El mismo Arzobispo Ortega ha estado solamente dos veces en la televisión en su vida.” También las palabras del Pastor Méndez se ven reflejadas en el relato, en donde dice: ”Las Iglesias Cristianas esparcidas en pequeños grupos, a pesar del rechazo, continúan dando testimonio de su fe viviendo como cristianos y sirviendo a su prójimo”. Y comentando sobre la tolerancia hacia la religión: ”Así a comienzo de los años 90 eran muchos los que comenzaron a ir de vuelta las iglesias, aquellos mismos que abandonaron su fe 30 años atrás. Jóvenes, que nunca oyeron hablar del cristianismo, se acercaron a la Iglesia. Los pequeños grupos crecen”. No faltaron de ser recogidas por Elworth las palabras del Arzobispo Ortega, quien valorando la visita a Suecia dice: ”Nuestra primera visita a los países nórdicos nos ha dado una nueva perspectiva después que las organizaciones aquí son diferentes. Antes nos habíamos movido más en el ámbito cultural hispano”. Sobre el tema La Iglesia y la democracia, el Arzobispo dijo: ”La misión de la Iglesia es diseminar el Evangelio. Es donde está la verdad”. Al final del artículo, Kerstin citaba a Monseñor Jaime: ”El presidente Fidel Castro se inclinó ante el Papa cuando este visitó el país hace algunos años atrás y le dijo cuanto significó en su vida el haber ido a una escuela cristiana”. Pero, según la periodista, esto no significa que la concepción ateísta que tiene Castro de la vida haya cambiado. Entonces el Arzobispo habanero confió al periódico Kyrkans Tidnig: ”Pero yo rezo cada día por Fidel Castro.”
Revista del C.F.C.R. de Pinar del Río. El Centro de Formación Cívica y Religiosa de la Diócesis de Pinar del Río se creó con el fin de que los laicos católicos y otras personas de buena voluntad se instruyan y ejerciten en los principios cívicos, ético-religioso y culturales que les permitan capacitarse para la participación y la responsabilidad en la sociedad y en la Iglesia.
Revista Vitral No. 40 noviembre-diciembre 2000
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¿Chance para la revolución política? Arengando a los trotskistas Textoy fotos: Alexis Gainza Solenzal Tennant*. Lamentó que entre los números de la revista «Revolutionary History» que se estaban expendiendo a la entrada, faltara precisamente el Volumen 7, No. 3. (Spring 2000), en el que aparecía publicado íntegramente The Hidden Pearl Of The Caribbean - Trotskyism In Cuba, «La Perla Oculta Del CaribeEl Trotskismo En Cuba»**, un trabajo imprescindible para conocer el destino del trotskismo en la revolución cubana. Más adelante se refirió al exilio de los trotskista, poniendo como ejemplo de organización de esta tendencia al Partido Social Revolucionario Democrático de Cuba***. Estefanía explicó el nacimiento de una nueva sociedad civil conformada por bibliotecas, cooperativas, sindicatos y periodistas independientes y dejó sobre la mesa del panel abundante información sobre el tema. Nuestro compatriota también recordó que hacía varios años los anarquistas suecos habían viajado a Cuba a estudiar su situación y publicado un magnífico trabajo titulado «Cuba desde una perspectiva libertaria». Dijo que le gustaría leer algo similar pero desde una perspectiva trotskista. El cubano auguró el triunfo de una nueva revolución en la isla, solo que esta podría tener tres encauzamientos posibles; conservadora si era estimulada desde el exilio, liberal desde Europa, o «política» -término teórico que utiliza el trotskismo para definir el derrocamiento de los regímenes estalinistas y su sustitución por una democracia obrera-. Estefanía hizo un llamado a los trotskistas a demostrar con acciones prácticas, en el caso cubano, que realmente combatían al estalinismo. Que fueran a Cuba, que estudiaran cómo funciona la represión, que apoyaran a las bibliotecas independientes y que se convirtieran de echo en la vanguardia de esa revolución política que tanto proclaman. Al final de sus palabras unos de los activistas presentes ofreció la información necesaria para los interesados en adquirir el libro de Gary Tennat sobre el trotskismo cubano, cuya simple alusión por el director de Cuba Nuestra, había despertado un profundo interés entres los asistentes.
El domingo 20 de agosto el partido trotskista sueco «Rättvisepartiet» y su periódico «Offensiv» organizaron una reunión para conmemorar el aniversario de la muerte de León Trotsky. El encuentro tuvo lugar en Estocolmo, en un salón del edificio conocido como Brygghuset, situado en la calle Norrtullsgatan 12. La redacción de Cuba Nuestra fue invitada a participar. En la primera parte de la actividad, se hicieron referencias (y profundas reverencias) a la figura de Trotsky y de sus seguidores, se les definió como combatientes incansables contra el capitalismo y el estalinismo. Peter Taaffe, líder de la organización inglesa «Socialist Party», realizó una extensa exposición de la visión trotskista del mundo moderno. Al referirse a los regímenes chino, norcoreano, vietnamita y cubano, el trotskista inglés los catalogó de «estalinistas». En el caso específico de Cuba cuestionó su carácter de «democracia obrera» aun cuando reconoció la existencia de algunos elementos de participación popular. En la segunda parte de la actividad se dieron varias * http://atlas.cs.york.ac.uk/~gat100/index.htm. intervenciones, entre ella la de Carlos Manuel Estefanía, Director **http://www.revolutionary-history.co.uk/ de Cuba Nuestra. Nuestro amigo llevaba una camisa roja, (muy a ***http://frontpage.shadow.net/~psrdc/). tono con el carácter «socialista» del encuentro) y sobre el corazón, un sello con el siguiente texto: HUMAN RIGTS FOR CUBA NOW! (¡DERECHOS HUMANOS PARA CUBA AHORA!), muy a "Peter Taaffe [ al centro], líder de la organización inglesa propósito de la situación en nuestro país. Estefanía se presentó como «Socialist Party», realizó una extensa exposición de la visión especialista en Marxismo Leninismo, trotskista del mundo moderno" al que se le había inculcado que los trotskistas no eran más que agentes de la CIA y aliados de la burguesía. Un día comprendió que en Cuba no había un verdadero socialismo -lo que le ganó el asentimiento inmediato de las innumerables cabezas rubias. Entonces fue él quien resultó acusado por los estalinistas de agente de la CIA. El representante de Cuba Nuestra se refirió al estudio de la variante trotskista en Cuba realizado como doctorado por su amigo Gary
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Contrarrestan liberales suecos evento procastrista El sábado 25 de noviembre la organización procastrista Asociación Sueco-Cubana (ASC) debería realizar un seminario dedicado a la temática cubana. Dicho seminario, anunciado por el semanario Flamman (declarado «socialista independiente») en la edición del 23 de noviembre, trataría sobre el bloqueo de los Estados Unidos de América, la política de Suecia para con Cuba y la vida cotidiana en la isla. La actividad se desarrollaría entre las 10:00 AM y las 17:00 PM, hora local. Los seminaristas pagarían 100 coronas suecas en cuyo precio se incluían almuerzo y merienda. Sin embargo, Flamman omitió el lugar en que ocurriría susodicho evento, cosa extraña si se tiene en cuenta la labor propagandística de la ASC y sus encomiables anhelos de captar nuevos adiptos. Activistas liberales prodemocracia en Cuba tomaron por ende contacto con la sede de la organización anfitriona pudiendo de este modo conocer que Runö Folkhögskolan (Escuela Superior de Runö), cita en Upplandsgatan 49, sería el lugar del encuentro de la microsecta procastrista. Además, se supo que eminencias tales como Marianella Ferriol Echeverría, embajadora del régimen cubano en Suecia, y Eva Björklund, Presidenta (por entonces) de la ASC disertarían en el evento. Así, el aura de hermetismo que caracteriza últimamente a las actividades proselitistas de la ASC, no fue obstáculo para que tres jóvenes liberales, Fredrik Malm, Segundo Vicepresidente de la Asociación de Jovenes Liberales (LUF), Erik Jennische, responsable del Programa Cuba en el Swedish International Liberal Center (SILC) y Martin Kurz, se apostaran una hora antes del inicio del evento y protestaran, entre otras cosas, por la represión imperante en Cuba. Los jóvenes liberales repartieron a los transeúntes a la entrada de Runö Folklhögskola un volante con el sigueinte contenido: «¡Libetad para Pedro Alvarez Ramos! Pedro Alvarez Ramos es secretario general del sindicato independiente Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) en Cuba. Alvarez Ramos está encarcelado en la prisión de Valle Grande desde el 12 de octubre. El propósito de las autoridades con su encarcelamiento fue imposibilitar la realización del primer congreos del CUTC el 20-21 de octubre. La Asociación de Jóvenes Liberales exige que las autoridades cubanas liberen a Pedro
Alvarez Ramos, y que en el futuro respeten el derecho de las personas a organizarse en sindicatos.» El volante también afirmaba que la asociación liberal apoyaba al movimiento democrático en Cuba, lo cual se manifestaba, entre otras actividades, realizando demostraciones cuando tuvieran lugar reuniones propagandísticas en apoyo a la dictadura cubana. «La Asociación Sueco-Cubana es el brazo largo de Fidel Castro en Suecia. LUF continuará cortejeando a los románticos prodictadura hasta que la democracia, los derechos humanos y las elecciones libres sean una realidad en Cuba», constata el documento. Además del volante, la «vanguardia» liberal repartió una planilla simbólica en la que a modo de parodia se invitaba a los ciudadanos suecos a delatar a los seres más queridos a la Central de Delación de Castro. Según informó Fredrik Malm en un «Reporte desde la barricada», la presencia liberal en la entrada a Runö Folkhögskolan provocó la ira de la Máxima Líder Eva Björklund. Pero no solo esto. En el lugar de los hechos se encontraban dos fotógrafos (Expressen y Pressens bild) y un periodista del vespertino nacional Expressen. Cuando un auto plateado con chapa de Embajada se arrimó al frente de la Escuela Superior de Runö y notó la presencia de los hombres de prensa, este se escabulló del lugar. Seguramente era aquel el automóvil que transportaba a la embajadora de Castro Marianella Ferriol Echeverría al evento proselitista. Los
Volante que jóvenes liberales repartieron a la entrada de Runö Folkhögskola.
El volante, en su reverso, afirma el apoyo de los liberales al movimiento democrático en Cuba
jóvenes liberales sospechan que ésta de todas maneras entró a la institución por la puerta trasera, huyendo así a la confrontación con los medios suecos de comunicación. Otro incidente que esta vez provocó el asombro absoluto de los periodistas suecos, tuvo lugar cuando Eva Björklund, «doblemente irritada», según Malm, comunicó que haría una denuncia a la policía si se tomaban imágenes. Dicha declaración, como era de esperar, llevó a que los fotógrafos le tomaran más imágenes que las que ella seguramente se podría esperar. Sin duda alguna, después de un aviso a la policía por parte de los seminaristas, los representantes del orden público aparecieron en Runö Folkhögskolan. «Dos policías entraron en el seminario propagandístico para después de cinco minutos de intercambio de palabras con los comunistas comunicarnos que ´le habían informado sobre los derechos y libertades básicos´ en Suecia», escribe Malm. No cabe duda alguna que la microsecta Asociación Sueco-Cubana está cada día más y más aislada del mainstream de la sociedad sueca. Su discurso procastrista ha caducado, sus eventos y cabecillas ya no soportan la luz pública. Casi no quedan organizaciones que presten sus nombres para copatrocinar actividades con la ASC. Puede decirse con seguridad que el castrismo ha entrado en su estación otoñal. En Cuba como en Suecia.
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 Institución del movimiento obrero blanco de crítica liberal El enfrentamiento de los liberales no quedó, sin embargo, en la mera divulgación de volantes a la entrada de la institución educacional. Para mayor malestar de los epígonos de Fidel Castro, el vespertino Aftonbladet (de tendencia socialdemócrata independiente) recogió el 15 de diciembre, en la página de debate, un artículo inculpante firmado por Fredrik Malm. El blanco del debate no fue en esta oportunidad la ASC, aunque esta jugaba un papel imprescindible, sino la propia sede del evento, es decir, la Escuela Superior de Runö. Dicha institución está patrocinada por Landsorganisation (LO, principal sindicato sueco, aliado indiscutible del Partido Socialdemócrata) y por Arbetarnas bildningsförbund (ABF, Asociación para la Intrucción de los Trabajadores, esta también parte inseparable del movimiento socialdemócrata). A modo de introducción Malm y Jennische informan sobre la situación que en Cuba afrontan Pedro Pablo Alvarez Ramos, secretario general del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC), y Vladimiro Roca, presidente de uno de los partidos socialdemócratas no reconocidos por el régimen. Del primero se afirma que desde el 12 de octubre se encuentra en la prisión de Valle Grande en La Habana y que «el motivo de su encarcelamiento fue evitar que el CUTC realizara su primer congreso entre el 20 y 21 de octubre». En lo relativo a Roca, los polemistas destacan que «lleva más de 1100 días aislado en una celda por causa de sus ideas». Además, se explica que el derecho a la sindicalización está garantizado en Cuba solamente a los miembros de la oficialista Central de Trabajadores de Cuba, CTC. «Quienes se opongan a esta prohibición pueden contar con ser encarcelados, represaliados o despedidos de sus trabajos», constatan los liberales. Malm y Jennische son de la opinión de que el movimiento obrero sueco debaría actuar por la liberación de los encarcelados. Sin embargo, no sucede así: mientras que el régimen cubano caza a los sindicalistas independientes, una escuela superior que forma parte del movimiento obrero cede sus locales «para reunión propagandística en favor de la dictadura cubana». Se trata, por supuesto, del ya mencionado seminario auspiciado por la ASC.
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Para que no hubiese duda de que el evento era puramente propagandístico, los liberales denunciaron que Marianela Feriol Echeverria, la embajadora del régimen cubano en Estocolmo, se encontraba entre los participantes. Asimismo, que «la Asociación SuecoCubana es conocida por sus homenajes faltos de sentido crítico al régimen en La Habana y al sistema comunista en Cuba». Tras destacar la naturaleza procastrista del evento y el incuestionable compromiso ideológico de la Escuela Superior de Runö con el movimiento obrero, Malm y Jennische se preguntan: «¿Cómo es posible que la Escuela, si ésta parte de los ideales fundamentales del movimiento obrero, ponga sus locales a disposición de reuniones de homenaje a regímenes que prohiben sindicatos independientes, partidos democráticos, asimismo como el derecho de los trabajadores a realizar huelgas?». El 27 de diciembre el artículo de Malm y Jennische fue replicado por Martin Österlin, entonces vicepresidente de la ASC. El artículo de marras, «Traición no es lo mismo que socialdemocracia», citaba una carta secreta de Carlos Alberto Montaner, presidente de la Unión Liberal Cubana, catalogado por Österlin como «el hombre de la CIA» y «el arquitecto de la táctica contrarevolucionaria», donde el político cubano «instruía» a compatriotas en la isla referente a eventuales afiliaciones políticas. Österlin pone en duda que Alvarez Ramos sea secretario general de un sindicato aludiendo a textos que éste y su grupo han publicado. En dichos escritos, acorde con el «sueco-cubano», el sindicalista dicese aboga por «la privatización de la educación y la salud, contra las reuniones políticas en horario laboral, por la puesta en marcha de medianas empresas, asimismo como por la restauración del capitalismo en Cuba». Además, Österlin informó que Alvarez Ramos había recibido recientemente 6 000 dólares del extranjero. Con igual cortapisa fue medida la «socialdemocracidad» de Vladimiro Roca. En opinión del entonces vicepresidente de la ASC, Roca fue sancionado y encarcelado «por sedición, colaboración y recibimiento de ordenes de representantes del gobierno de los EE.UU.» Para mayor precisión, Österlin asegura que Roca habló en 71 ocasiones durante 6 meses en radio norteamericana. El debate en Aftonbladet continuó casi un mes más tarde, cuando el 26 de enero se publicase una «sorpresiva» réplica del atacado Carlos Alberto Montaner. El
Perspectivas suecas sobre Cuba artículo del liberal cubano titulabase «Un día Cuba dejará el comunismo». En él Montaner declaraba: «Acusar a los demócratas de ser agentes de la CIA es una vieja táctica empleada por los servidores del totalitarismo. Naturalmente, yo jamás he estado vinculado ni a esa ni a ninguna agencia de espionaje. Esa acusación es una infame mentira. Quienes sí están relacionados con un cuerpo de inteligencia son, precisamente, quienes me calumnian. Todos esos «Comités de Amistad con Cuba» son organizaciones impulsadas por la Dirección General de Inteligencia de Cuba a través del «Comité de Amistad con los pueblos», un organismo calcado del que poseía la desaparecida URSS por medio del KGB.» Tras esa aclaración, Montaner pasó a explicar las funciones de las llamadas asociaciones de amistad con Cuba: «Primero: manipular a la opinión pública y a la clase dirigente del país en el que actúan para crear una política que sirva a los intereses de La Habana. Segundo: desacreditar a la oposición para que las denuncias de las víctimas no sean creíbles. Tercero: conseguir ayuda financiera para el país al que sirven. En fin: lo que quiero decir es que no estamos ante angelicales suecos que le prestan su ayuda a la dictadura cubana porque están enamorados de un modelo de sociedad que les parece justo, sino estamos ante un cuerpo de auxiliares de una tiranía que cuenta con estos servicios para prolongar su permanencia en el poder.» Refiriéndose a la carta citada por Österlin, cuyo contenido ha sido distorsionado, según Montaner, el liberal replicó lo siguiente: «en 1991 les escribí a los líderes más destacados de la disidencia cubana para tratar de reproducir en Cuba una estructura opositora que incluyera a liberales, socialdemócratas y democristianos, semejante al movimiento opositor compuesto por liberales, socialdemócratas y democristianos que habíamos creado en el exilio con el objeto de intentar impulsar en la Isla un cambio pacífico y ordenado hacia la democracia semejante al que había tenido lugar en casi toda Europa del Este. Queríamos fortalecer en Cuba la llegada de la democracia y la libertad política fortaleciendo las mismas corrientes democráticas en Cuba que les dan forma y sentido a las democracias europeas y sacar a la Isla del eterno conflicto entre La Habana y Washington. Desgraciadamente, Fidel Castro se ‘bunkerizó’ en el estalinismo y aumentó la represión asegurando que <la Isla primero se
Periodistas suecos arrestados en Cuba hundirá en el mar antes que abandonar el comunismo>.» Finalmente, Montaner afirmó que todavía confiaba en que «Cuba no puede ser la excepción estalinista de Occidente. Más tarde o más temprano, ese absurdo sistema represivo, tremendamente empobrecedor en términos materiales y espirituales, está condenado a desaparecer. Ese día llegará.» Carlos Alberto Montaner fue presentado a la audiencia sueca como presidente de la Unión Liberal Cubana, Vice presidente de la Internacional Liberal, columnista y autor de una veintena de obras. Aftonbladet se considera, por tradición, la voz del movimiento obrero sueco. De aquí la importancia transcendental de este debate. Para más, la edición diaria del vespertino es de aproximadamente 425 mil ejemplares.
Interés en Suecia por destino de líder sindical cubano El 13 de diciembre Staffan Werme, parlamentario por el Folkpartiet Liberalerna (Partido Liberal Sueco) extendió una pregunta escrita a Anna Lindh, Ministro de Relaciones Exteriores en el actual gabinete socialdemócrata referente a materia de derechos humanos en Cuba. La pregunta recogía la preocupación del partido socioliberal por el destino de Pedro Álvarez Ramos, líder del sindicato independiente Consejo Unitario de Trabajadores de Cuba, CUTC. A modo de trasfondo, el parlamentario explicaba que Álvarez Ramos fue arrestado el 13 de octubre por los órganos de seguridad del régimen, los cuales lo mantienen encarcelado desde aquella fecha. Según Werme, el encarcelamiento del sindicalista cubano «forma parte con seguridad de la campaña del régimen contra los sindicatos independientes, puesto que en vísperas del arresto Álvarez Ramos participaba activamente en el trabajo a favor del congreso del CUTC que se debería celebrar a finales de octubre». En opinión de Werme, los derechos humanos son nuevamente violados por el régimen represivo de Fidel Castro. «Un líder sindical es mantenido encerrado por realizar una labor que alegraría a cualquier persona favorable a la democracia», explicaba Werme. A modo de conclusión el parlamentario indagaba sobre «qué iniciativas el Gobierno estaba dispuesto a tomar para lograr la liberación de Pedro Álvarez Ramos». La respuesta de la Ministro del gabinete socialdemócrata fue distri-buida por Tidningarnas Telegrambyrå (TT), la mayor
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agencia noticiosa de este Pedro Alvarez; país, y hasta donde Terminó hemos podido constatar liberado tras una fue reseñada en el campaña Göteborgs Posten (GP, internacional. (Foto: M. El Correo de Sjöstedt) Gotemburgo, uno de los mayores diarios de Suecia) el 23 de diciembre en la seción de política, pág. 27. La nota de GP se denomina «Lindh sobre nueva persecución en Cuba». Al describir la situación de los derechos humanos en la isla, Lindh explicaba que en la actualidad «es más habitual que los opositores sean arrestados por periódos cortos y perseguidos con métodos que son más difícil de probar que largas condenas a cárcel». Sin embargo, la socialdemócrata constataba que «datos dignos de crédito» demuestran que hay más de 300 prisioneros políticos en Cuba y que el pasado otoño tuvieron lugar muchas privaciones de libertad. Finalmente la Ministro de Relaciones Exteriores le aseguraba al parlamentario liberal que «Suecia a travéz de la embajada en La Habana sigue cuidadosamente estas cuestiones, incluída la situación del sindicalista Pedro Álvarez Ramos. Suecia ha procedido para que también la Unión Europea discuta esos asuntos con Cuba». Las notas desde la páginas 27 hasta aquí han sido escritas por Alexis Gainza Solenzal
Periodismo alternativo deplora arresto y expulsión de tres corresponsales suecos.
Foto: P. Isling
Por Raúl Rivero (Nueva Prensa Cubana). La Habana
El periodismo alternativo cubano deplora el arresto y la expulsión de trescorresponsales suecos que esta semana impartieron en La Habana un seminario sobre el desarrollo de la prensa en Suecia, y expresa su simpatía, solidaridad y agradecimiento por el gesto de viajar hasta aquí para dialogar en unt tono estrictamente profesional. Peter Götell, Birger Thureson y Helena Söderqvist conversaron con una veintena de periodistas independientes, en un diálogo respetuoso y moderado, sobre la situación de la prensa en su país, la ética periodística y la libertad de expresión. Poco después fueron arrestados y expulsados de Cuba. Consideramos excesiva y desproporcio-
nada la medida, y reclamamos nuestro derecho a reunirnos e intercambiar opiniones con colegas de otras regiones, nunca había estado en Cuba. Cada vez que vinieron los mencionados periodistas, este reportero hizo públicas sus visitas por todas las vías a nuestro alcance. Se enviaron despachos a la página Web de Nueva Prensa Cubana en Internet, y se dio la noticia a travéz de Radio Martí, y nunca se tomaron represalias a pesar de que el gobierno cubano monitorea sistemáticamente estos medios. Asimismo, al regresar a Suecia, los periodistas escribían sus impresiones sobre estos viajes a la isla, con toda la libertad que caracteriza a la prensa de ese país. También se han publicado en el país nórdico artículos de periodistas independientes cubanos. Los tres periodistas suecos detenidos llegaron a esta capital el jueves 24 de agosto, y pensaban marcharse una semána después. Tenían planeado reunirse con dos grupos de periodistas independientes, pero sólo lograron realizar el primero de estos encuentros.
La "subversión" sueca Manuel David Orrio, CPI LA HABANA, septiembre - Felipe Pérez Roque, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, parece acabado de descubrir y clasificar, cual Linneo caribeño, un nuevo tipo de subversión: la ”subversión” sueca. El aparente descubrimiento cancilleril se produjo después de que la policía política de Castro arrestó el 29 de agosto a tres ciudadanos del Reino de Suecia, que pretendieron impartir dos talleres a periodistas independientes cubanos sobre las leyes de libertad de expresión y el modo en que se aborda la ética periodística en su país, y de los cuales uno se logró y otro fue abortado por las detenciones. De manera que, parece, la ”subversión” sueca consiste en diseminar por esos mundos de Dios cómo se redactan noticias al estilo de una nación proverbialmente respetuosa de los derechos humanos, adversaria de las sanciones económicas unilaterales impuestas por Estados Unidos a Cuba y ejemplo de país de Primer Mundo comprometido con la ayuda al Sur empobrecido. Pérez Roque afirmó que los arrestados y posteriormente deportados no serían periodistas, como se ha dicho, sino ”disfrazados de turistas (...) que (...) violando las leyes de nuestro país, han estado aquí alentando acciones subversivas y contribuyendo (...) con
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dinero incluso del preno parecen muy molestados. supuesto norteameriEn Suecia, si mis noticias no cano (...) para alentar en son falsas, pagar por sexo ya Cuba la subversión ines delito. Allí no persiguen a terna”. Reporteros sin las infelices jineteras; allí Fronteras identificó a los castigan a quien las alquila. David Orrio detenidos Birger ThureBendita sea, semejante Foto: P. Isling son y Helena Söderquist ”subversión”. como periodistas de los rotativos suecos Sin embargo, ojo atento: el problema de la Nya Dagen y Arvika Nyheter, ”subversión” sueca va más allá de un mero respectivamente, y al también arrestado incidente diplomático entre gobiernos más Peter Götell como ex-reportero del o menos bien llevados como los de Cuba homólogo Sundsvals Tidning. ¿Quién dijo y Suecia, aunque en su declaración de verdad y quién miente? política exterior del año pasado el segundo Pérez Roque, la Seguridad cubana y haya incluido al primero como violador de alrededor de veinte periodistas derechos humanos por vez inicial. Sígase, independientes isleños deben de poseer una vez más, la pista del dinero. No los contundentes pruebas documentales de dólares del ”malvado imperialismo yanla ”subversión” sueca. Nada menos que kee”, sino las coronas de la Suecia un folleto de unas 50 páginas editado por opulenta, pero comprometida con el Sur el Centro Liberal Internacional Sueco empobrecido. Cabe aquí la frase del (SILC), contentivo de profusa información científico hindú Swaminathan: ”La mejor sobre las leyes de libertad de expresión y defensa contra el hambre es la libertad de el modo en que los periodistas de ese país expresión”. abordan la ética del oficio. La palabra Cuba y Suecia aceptaron en la Conferencia ”Cuba” aparece mencionada en dicho Mundial de Derechos Humanos el carácter folleto la ”subversiva” cantidad de una universal e indivisible de éstos, lo cual vez, junto a los nombres de naciones de significa idéntico y universal valor entre muy buenas relaciones diplomáticas con derechos políticos y civiles como las el gobierno de Fidel Castro como libertades de expresión y de asociación Sudáfrica, Tanzania y Zimbawe, donde el con fines pacíficos, y económicos y SILC ha llevado a cabo proyectos sociales como el acceso igual a ”encaminados a fortalecer organizaciones instrucción y salud. Tradicionalmente, y/o apoyar a individuos que lidian por la Suecia privilegió a Cuba en su loable democracia y los derechos humanos”. Por compromiso con los pobres del orbe. Misupuesto, el gobierno isleño conoce pelos les de niños iniciando el curso escolar, y señales del proyecto del SILC para apenas sin excepción en toda Cuba, dicen Cuba, que ha venido desarrollándose por qué, más allá de merecidas críticas a la desde año y medio atrás y algunas de sus política educacional isleña. Sólo que, incidencias hechas públicas en la prensa ahora, un debate sobre cómo esa ayuda de Suecia. Un único detalle, para que nadie tiene lugar gana terreno a la altura de sea engañado por esta historia truculenta Estocolmo. Más de uno se pregunta si el de suecos ”subversivos”: no menos de apoyo sueco al gobierno de Fidel Castro quince personas, residentes en Cuba, o debe equilibrarse con algo similar hacia Suecia, pueden jurar sobre la Biblia que el quienes dentro de la Isla promueven folleto de marras y por lo menos uno de derechos yugulados en ella, como los los talleres que debieron de efectuarse -el políticos y civiles aquí mencionados, lo frustrado- así como la totalidad de la cual podría significar, por ejemplo, dinero agenda prevista para el mismo, nacieron contante y sonante para el periodismo como insistente petición de su organizador independiente cubano. Dinero sueco, íntegro, un señor que tiene tanto de quede claro, para adquirir equipos de fax extranjero como las negras lindas que se o computadoras ya en venta legal en la pasean por las calles de La Habana, y cuyo Isla, o para contratar seguros de vida para nombre es Manuel David Orrio. Si para los reporteros libres de Cuba, aquí mismo, ello hubo dinero norteamericano -como a la Empresa del Seguro Estatal Nacional. dice Pérez Roque- investíguese lo delictivo Esa, exactamente ésa, es la profunda clave de escuchar una conferencia sobre de la ”subversión” sueca; causa de periodismo sueco, aún cuando sea pánico, lo asevero. financiada por los dólares del Tío Sam. Acostumbra a decirse entre cubanos que Rara, la forma en que el canciller cubano cuando uno quiere desentenderse de un percibe el delito. Los extranjeros y extranje- problema, pues se ”hace el sueco”. Según, ras que vienen a la Isla para pagar favores parece, hay suecos que ”no quieren carnales de compatriotas de ambos sexos serlo”.
Periodistas suecos arrestados en Cuba
Periodistas Suecos Arrestados no han sido los Primeros en Visitar Cuba Adolfo Fernández Saínz (Nueva Prensa Cubana) FFoto:
P. Isling
La Habana. - Desde hace más de un año, varios grupos de periodistas suecos, como el de los tres detenidos el pasado 29 de agosto en esta capital, han estado de visita en Cuba en calidad de turistas. En todas las ocasiones hicieron contactos con sus colegas de la prensa independiente, entrevistaron a disidentes y a otros sectores de la sociedad civil cubana, no reconocidos por el gobierno, sin ningún tipo de contratiempos. Incluso, dos de los tres apresados esta semana por el Departamente de Inmigración del Ministerio del Interior eran reincidentes en estas visitas promovidas por el Centro Liberal Internacional de Suecia. El primero de estos grupos lo componían Peter Götell, uno de los detenidos ahora, María Elisson y Ann Lystdt, quienes estuvieron aquí del 28 de abril al 5 de mayo del 99. Del 15 al 22 de noviembre del mismo año, coincidiendo con la 9a Cumbre Iberoamericana, nos visitaron otros tres colegas: Jan Fröman. Eric Erfors y Kersti Kollberg; y del 21 al 27 de enero del año actual vinieron Agneta Lokrantz y Birger Thuresson, otro de los detenidos desde el pasado lúnes. La tercera arrestada, Helena Söderqvist, nunca había estado en Cuba. Cada vez que vinieron los mencionados periodistas, este reportero hizo públicas sus visitas por todas las vías a nuestro alcance. Se enviaron despachos a la página Web de Nueva Prensa Cubana en Internet, y se dio la noticia a travéz de Radio Martí, y nunca se tomaron represalias a pesar de que el gobierno cubano monitorea sistemáticamente estos medios. Asimismo, al regresar a Suecia, los periodistas escribían sus impresiones sobre estos viajes a la isla, con toda la libertad que caracteriza a la prensa de ese país. También se han publicado en el país nórdico artículos de periodistas independientes cubanos. Los tres periodistas suecos detenidos llegaron a esta capital el pasado jueves 24 de agosto, y pensaban marcharse una semána después. Tenían planeado reunirse con dos grupos de periodistas independientes, pero sólo lograron realizar el primero de estos encuentros.
Periodistas suecos arrestados en Cuba
La dictadura caprichosa Por Jan Fröman. Periodista del semanario Nu (Ahora)
El seguro de vida de Adolfo, Orrio y Manuel está de vuelta en Suecia. En buen estado. Cuando el pasado miércoles se puso al descubierto que tres periodistas suecos, Peter Götell, Birger Thureson y Helena Söderqvist fueron encarcelados por la policía en La Habana un día antes, la conmoción fue grande en Suecia. La Ministro de Relaciones Exteriores Anna Lindh protestó rápida y meritoriamente, lo que muestra que también los socialdemócratas más y más empiezan a cansarse del régimen dictatorial de Cuba que anteriormente tanto se amparaba. Ella recibirá mayores honores por su reacción. Lo que ocurrió no era de todas maneras inesperado. Durante año y medio el SILC, la fundación de cooperación para la democracia del Partido Liberal Sueco, ha enviado periodistas a Cuba. Yo mismo estuve allí en noviembre del año pasado junto con Kersti Kollberg, de Uppsala Nya Tidning y Eric Erfors, de Expressen. Hicimos lo mismo que Peter, Birger y Helena; nos encontramos con periodistas independientes, pero también con políticos de principalmente los dos crecientes partidos liberales y del socialdemócrata. En el verano, el líder de este último partido nos visitó en Suecia. Los tres periodistas que fueron arrestados y deportados la semana pasada fueron denunciados por el régimen de haber llevado a cabo actividad periodística a pesar de no tener visa para esto sino que solamente turística. Es decir, la misma visa que yo tenía en noviembre. ¿Cometieron/cometimos algún error? ¿Tiene uno que echarse la culpa al no observar las leyes y reglas del país? La pregunta es totalmente aburrida. Discutimos ciertamente, antes que viajáramos, si debíamos solicitar visa periodística. En aquel entonces tenía lugar la Cumbre Iberoamericana en La Habana
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y hubiera sido interesante seguirla. Como un periodista normal. Al mismo tiempo, no era eso lo que íbamos a hacer. No éramos reporteros en el extranjero en función de servicio. Sin embargo, éramos periodistas que visitábamos colegas, y como ocurre con todo periodista, escribimos sobre lo que había ocurrido cuando regresamos a casa. Los dos últimos veranos he vacacionado en Francia. He estado solamente desocupado. De todas maneras algo he escrito en el periódico. No se pueden borrar las impresiones y experiencias. Uno no puede decirse a sí mismo: ”Sobre esto no voy a escribir.” Pero incluso este razonamiento más o menos teórico podemos omitirlo en el caso de La Habana. Porque de lo que se trata en Cuba es de que en una de las restantes dictaduras comunistas hay un grupo creciente de personas que se organizan a favor de los derechos democráticos. Las organizaciones son poco precisas. En algunos casos se trata de grupos más parecidos a partidos, como por ejemplo los dos partidos liberales y socialdemócratas. En otros casos se trata de grupos de profesionales que han sido creados bajo sombrillas como por ejemplo los agricultores, maestros, abogados, médicos y periodistas independientes. Por supuesto, esto no es permitido. Los disidentes son encarcelados y perseguidos, son escuchados y despedidos por largos años. Se podría afirmar que durante los últimos años el clima ha mejorado, pero es un mejoramiento que apenas depende de que el régimen de Castro haya estado mejor dispuesto hacia la democracia, más bien de que los grupos han recibido más y más simpatizantes. Es significativamente más fácil reprimir a 100 personas que a 10 mil. De esas organizaciones, los periodistas representan un grupo clave. En primer lugar, la mayoría se siente honrada de realmente comportarse y trabajar independientemente. En segundo lugar, los periodistas independientes son los ojos y oídos del mundo en Cuba. Son quienes envían faxs o transmiten artículos por teléfono sobre acontecimientos que posiblemente nunca llegarían a ser conocidos por el mundo, en todo caso no tan rápido. Por ejemplo, que tres periodistas suecos han sido arrestados por la policía secreta de Castro. Mantener contacto con esos periodistas es una importante medida de cooperación.
Si alguno de ellos es reprimido, encarcelado, maltratado, se expande la noticia rápidamente por el mundo. Eso no le gusta a Castro y secuaces. De la misma manera que no les gusta que pongan en duda su forma muy especial de ’democracia’ o su variante local de ’derechos humanos’. Por eso viajaron Birger, Peter y Helena la semana pasada a allí. Por eso viajamos Kersti, Eric y yo el otoño pasado allí. Por supuesto que la policía ha sabido sobre esto. Sabían que yo estaba allí, conocían sobre Peter Götell cuando éste estuvo allí la vez pasada, hace más de un año. Y sabíamos que sabían. ¿Por qué la policía no interveno anteriormente? Una respuesta posible es que se cansaron. Comprendieron que seguíamos llegando y que los primeros viajes no eran mera casualidad. Otra respuesta es que no sabemos. Las dictaduras son siempre impredecibles. Las detenciones son con frecuencia ilógicas vistas desde una perspectiva occidental. Además, es fácil que un régimen dictatorial juzgue erróneamente las reacciones que se producen en un estado democrático. La cooperación para la democracia, los contactos, por ejemplo, con los periodistas independientes, otros grupos profesionales y la iglesia, son por ende importantísimos. Éstos nunca pueden ser iguales de caprichosos como suelen ser los arrestos de la dictadura.
Nota del traductor: El artículo anterior fue publicado en la revista Nu (Ahora), órgano oficial del Partido Liberal Sueco, no. 36 del 2000, pág. 4
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Periodistas suecos arrestados en Cuba Birger irá a la iglesia. Peter y yo vamos a la Plaza de la Revolución. He visto imágenes de históricas reuniones masivas con Castro en la tribuna. El área es enorme. Los hombres vestidos de verde nos apartan cuando nos acercamos demasiado a las vallas y estacadas. Me gustaría tanto hablar con esos defensores del sistema. Escuchar sus argumentos y visiones futuras. A dónde quieren llegar y por qué temen tanto a un pequeño grupo de personas que piensa diferente. Estoy rebozada de preguntas y asombro. Lunes
Mi diario: ”He aprendido a esperar y dudar” Por Helena Söderqvist, Periodista de Arvika Nyheter. Viernes Una intensiva introducción a un calor de 35 grados con sol y lluvia torrencial sucesivamente. En el pequeño patio de la familia un papagayo está enjaulado. Él imita y parece totalmente satisfecho con su encerrada vida. Pero encerrar a criaturas que dominan sus alas es para mí un acto incomprensible. Birger y Peter ya han tenido tiempo para el café cubano antes del desayuno. En los sillones, allí bajo del naranjo. Yo pertenezco también a los cansados, pues la diferencia de tiempo es de seis horas. Adolfo, nuestro traductor y guía, aparece. Un cálido reencuentro entre los tres hombres tiene lugar. Para mí todo es nuevo. Conozco que nuestro amigo cubano abandonó el partido comunista, perdió el trabajo como traductor del gobierno y se ha dedicado durante los últimos diez años a trabajar por la democracia y los derechos humanos en su tierra natal. Hay algo desolado en su lindo rostro. Un rasgo apacible de balanceada melancolía lo acompaña constantemente. Adolfo nos guía todo el día a través de las calles calientes de La Habana. Nos muestra y relata. Hora tras hora. Se toma todo el tiempo para explicar y dar su punto de vista de la sociedad que tan profundamente considera necesita transformarse.
Sábado Subimos una escalera estrecha y desgarrada en la cercanía de la Avenida Salvador Allende. Los escalones se inclinan y el hedor es importuno. ”Cuba no puede seguir siendo una excepción latinoamericana. El cambio tendrá lugar.” Los hombres de los sindicatos independientes no quieren confrontación. Quieren sus derechos. Pedro, el líder de esta comunidad calificada por el régimen como ilegal, habla sobre la necesidad de oposición para un país. ”Se necesita un diálogo con el régimen.” La reunión tras la mesa de roble dura toda la mañana. Todos acentúan los valores de los contactos internacionales. Reconocimiento y apoyo para continuar adelante y alcanzar resultados. En el piso gañen dos pastores alemanes. El menor no se da por vencidos hasta que no recibe un lugar más prominente. En las rodillas de Pedro. Imagen y mensajes chocan. La descripción por parte del régimen de esas personas y su actividad subversiva se sienten absurdas. Elizabeth, la esposa de Pedro, se mueve en el trasfondo. Sirve café y cuida a un nieto. Nunca toma lugar en la mesa. Domingo El único día de descanso de la semana. Ninguna reunión acordada. Las exóticas frutas de Gisela están servidas. Papaya congelada, piña, mango, melón, guayaba. Jugo de naranja comprimido recientemente.
Vendrían seis periodistas. Somos 24. Apretados en un pequeño apartamento en el medio de la ciudad con la ventana abierta hacia la calle. Hablamos de asuntos cotidianos. Sobre ética y libertad de expresión. Quieren saber cómo hacemos. Sus deseos es lo obvio para mí. ”¿Ustedes pueden leer las cartas del gobierno?” El hombre se ríe y hace comparaciones tragicómicas. El ambiente es de curiosidad e informal. Es un día fantástico. Después de finalizado el seminario necesito un rato para mí misma. Bajo hasta el puerto de La Habana. Los tonos de salsa y jazz se encuentran mutuamente entre fachadas listas a derrumbarse. Una lluvia tropical me lleva más y más adentro de los viejos barrios. Sola con mis pensamientos. Me he encontrado con personas que han dejado de temer. Los ojos nostálgicos de Adolfo. Sus respuestas convincentes cuando reflexiono cómo él supera el terror. ”Ya no me pueden atrapar. Me pueden apresar. Pero nunca podrán quitarme mis pensamientos.” Martes ”Las autoridades de inmigración quieren hablar con usted.” El inglés, con acento, de Gisela me alcanza a través de los sueños. Es una mañana brutal. Empacar y viajar. Interrogatorio. ¿Por qué? ”It´s necessary.” Continuo preguntando pero la respuesta es la misma. Lo que ahora está ocurriendo sería por consiguiente necesario. Sumisión ciega y falta de información son dos cosas que nunca he podido aceptar, ni como niña, ni como adulta. La cara oscura e inmóvil afuera de mi puerta me incita a darme prisa. La espera toma tiempo. Y un día sin
Periodistas suecos arrestados en Cuba libertad. Sin ningún contacto. En una silla plástica negra. Birger, acostumbrado a ver resultado de sus peticiones, indica con toda la mano. ”It´s my right to ring the embassy.” Nuestros derechos no tienen mucho valor aquí. El poder sobre nosotros se encuentra en este momento en personas que han aprendido a no pensar ideas propias. Y que no se atreven a poner en duda. Eso asusta. El jefe del interrogatorio es escuálido con bigotes. Nunca un cambio en sus ojos. El tono es severo pero correcto. Hasta aquí todavía mantengo el control. No tengo nada que ocultar. La furia viene después. Cuando vacían mis maletas. Puede pensarse que es una nadería en el contexto. Tanto ropas limpias como sucias son registradas a mano en la cuartilla de color grisáceo. ”Inventario de propiedades.” El biquini rojo y azul, una camiseta negra, una saya roja, tres bragas rojas… Dinero, tarjetas, diario. Todo. Catalogan y violan mi vida. Y me piden firmar tanto la portada como el reverso de las ocho cuartillas. Miércoles Me han encerrado. Rejas. Oscuridad. Odio. ¿Dónde están los otros? Oigo la voz de Peter. Gritamos. Él promete que todo mejorará cuando venga la luz. Al amanecer. Todos prometen. Nada ocurre. Horas infinitas. Mi hijo. Mi niño querido. Son las nueve en casa. Estás sentado en tu banco entre Hanna y Daniel. Ves la rutina diaria de la cual ya no soy parte. Posiblemente nunca más. Quiero salir. Quiero ir a casa. La pila gotea. ¿Hay por fin agua? Me precipito al conducto que el guardián llama ducha. Sale un chorro, suficiente para lavar el cuerpo. Y como si todo se me fuera a quitar, me arranco la ropa. Me lanzo bajo las frías gotas. Me enjabono, busco a tientas, me apresuro. Quedar limpia es una liberación síquica. Después de esta difícil noche las fuerzas se recuperan un poquito. Pero tengo miedo. Mucho miedo. Por qué no nos han echado únicamente. Sentarnos en el primero de los aviones. ¿Resistiré lo que espera? Unas horas más tarde se abre la puerta de rejas. Esperanzarme con la noticia de a dónde seré llevada es una idea inocente. El joven cubano se encoge de hombros y no puede otra cosa que español. No hoy. El guardián se detiene ante la habitación de interrogatorio de la policía de
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Seguridad. Sin una palabra, sin un gesto. ¿Más preguntas? Cualquier cosa es mejor que la soledad en la celda. Tras la puerta está sentada una mujer de la embajada. Toma mi mano. ”El aparato está en marcha. El Departamento de Relaciones Exteriores trabaja por ustedes. Los periodistas de todo el mundo escriben. No tengas miedo.” Jueves La decisión está tomada. Seremos deportados tarde en la noche. El Ministro de Relaciones Exteriores ha explicado quiénes somos: ”Agentes de la CIA vestidos de turistas que se dedican a actividad subversiva.” ¿Ah, sí? Hasta el último instante todo se siente inseguro. Nuevos interrogatorios con Peter y un exitoso juego a los escondidos con la embajada. He aprendido a esperar y dudar. Ninguna noticia es cierta y de nadie se puede confiar. En una celda lejana llora una mujer desesperada. Ha llorado casi dos horas. Nadie se preocupa.Con qué derecho se tratan a las personas de esta forma. Furiosa nuevamente. Es el último de los sentimientos que dejo atrás. La furia contra un sistema que le ha privado a las personas su derecho a pensar. Que apresa y humilla. Que le teme a la libertad de su pueblo. Tres cuartos antes de la media noche veo las luces de La Habana. Lejos allá abajo. Nota del traductor: El artículo anterior fue publicado en el diario Arvika Nyheter (Noticias de Arvika), el viernes 8 de septiembre del 2000. Helena Söderqvist es la periodista sueca que, junto a los colegas Peter Götell y Birger Thureson, fuese arrestada por la policía política del régimen cubano el 28 de agosto y deportada días más tarde por el ”delito” de haber colaborado con los periodistas independientes cubanos.
"Ante mí se abrió un mundo carcelario" Por Birger Thureson, Editorialista de Nya Dagen (El Nuevo Día)
Birger Thurenson, al regreso de Cuba, es abrazado por el Redactor Jefe del "Nya Dagen"
Estoy sentado en un colchón inmundo en la prisión preventiva de Inmigración en La Habana y leo la biografía básica sobre Fidel Castro de Tad Szulc. Allí dice el hijo de un hombre acaudalado y estudiante de Derecho, que devendría en el liberador y dictador de Cuba en el orden ahora nombrado, que ”es mejor morir de pie que vivir de rodillas”. Hoy es él quien sostiene el látigo y obliga a la sumisión. Cuando junto con los colegas periodistas Peter Götell y Helena Söderqvist
entramos al vuelo de Air France 1763 en Arlanda el 24 de agosto, no sabía por supuesto que recibiría un azote de ese látigo. Pero tampoco estaba completamente inadvertido. Muchos en el grupo de periodistas independientes que encontraríamos han estado o están en la cárcel. Hostigamientos de diferente índole es parte de su rutina diaria. En el equipaje teníamos la traducción al sueco de las reglas de ética periodística y fragmentos de la legislación sueca sobre libertad de prensa y expresión.
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 El lunes se amontonaron unas 20 personas en la sala que constituye la redacción de Havanna Press. Una parte quedó parada para poder tener lugar. A través de la puerta abierta del balcón entraban a raudales todos los sonidos de la calle, sin embargo se necesitaba el ingreso de aire. Sobre todo porque a los periodistas cubanos les gusta fumar. Abrimos diarios suecos en el suelo. Contamos cómo trabajamos, cómo una redacción sueca está organizada, cómo buscamos noticias. Explicamos el sistema del Editor Responsable y el Defensor de Prensa para la Ciudadanía y respondimos a miles de preguntas. Al día siguiente encontraríamos a otro grupo. Sin embargo, el día siguiente sería el más largo de mi vida, y algo muy diferente a lo que había planificado. A las siete de la mañana me desperté debido a que alguien golpeaba a mi puerta. Sin malos presentimientos y ahogado en el sueño, me tambaleé hasta la puerta y abrí. Allí no estaban ni Peter ni Helena, como esperaba. Allí había dos policías uniformados y un hombre vestido de civil. En un pobre inglés recibí la orden de empacar las maletas y seguirlos. Inmediatamente. Siguieron algunos minutos desconcertantes antes que los tres estuviéramos listos. Luego nos atiborraron en un minibus. El auto daba tumbos en el asfalto lavado por la lluvia. El resto de la historia se desarrolló en una edificación grande tras una alta empalizada de hierro. Primero esperamos en una gran terraza. Exigí una y otra vez inútilmente llamar a la Embajada Sueca. Agité la tarjeta de presentación de la secretaria de la Embajada Marianne Lidskog ante los ojos de los oficiales. Recibí una negación categórica. Nos llevaron uno a uno al interrogatorio. Cuatro cinco policías de la Seguridad vestidos de civil revisaron todas las cosas en las maletas, controlaron todo papel, preguntaron sobre nuestros contactos, sobre las personas con las cuales nos encontramos, sobre nuestro asunto. Les relaté todo, justamente como nuestra persona de contacto Adolfo Saínz nos había incitado. No hay nada que ocultar. Los periodistas independientes están bien registrados por el Servicio de Seguridad. No teníamos ninguna información nueva que dar. Sin embargo, el interrogatorio continuaba de todas maneras. Aveces amistosamente y casi adulatorio, aveces duro y amenazador. Yo aguantaba mi botella de agua
35 Periodistas suecos arrestados en Cuba en la mano, la sentía entonces como mi propiedad más preciada, y secaba regularmente el sudor de la cara con un pañuelo de papel. Fuera, a la terraza, a la espera aislada. Ahora nos habían separado. Y Gracias a Dios, Marianne Lidskog de la Embajada Sueca apareció. Había sido alarmada por Adolfo Saínz, quien había entendido que algo había pasado y había contactado a nuestros anfitriones conociendo todo sobre nuestra deplorable historia. Tranquilo, dijo ella. El mundo lo sabe. El Departamento de Relaciones Exteriores tiene conocimiento. Trabajamos a toda máquina. Las preguntas del interrogatorio se transformaban a veces en conferencias: las personas con las cuales nos encontramos no son verdaderos periodistas porque no estaban aprobados por el gobierno, Foto tomada por Thureson a me hicieron saber. Eran solamente periodistas independientes tipos críticos que difamaban el gobierno. Las horas pasaban lentamente. especial después que Peter pudo pasar a Nubarrones oscuros de tormenta se la celda de su novia Helena, lo que la salvó amontonaban, y la lluvia tropical azotó al de caer en redondo al tiempo que me patio asfaltado hasta convertirse en una dejaba solo. Ningún libro. Ninguna libreta. Ninguna pluma. Solamente paredes neblina gris. La policía afirmó que querían continuar desnudas y pensamientos que no paralos interrogatorios la mañana siguiente. ban. Y la incertidumbre: ¿qué podrán Pasaríamos la noche en el lugar. Fue una inventar? noticia sombría, sin embargo todos Durante el miércoles llegó sin embargo la habíamos pensado que pernoctaríamos en noticia: podríamos regresar acaso el jueves en la noche. Pero el gran alivio la oficina. Entonces vino el choque. Fui conducido a través de una estrecha exonerante no quería hacerse sentir. Yo escalera de cemento al piso de abajo. Ante no me arriesgaba simplemente a asegurar mí se abrió un mundo carcelario. La puerta nada por adelantado. Pero sabía al mismo se cerró detrás de mí con un ruido sordo y tiempo que muchos amigos cristianos allá en Suecia pedían por mí, y que en alguna se clausuró con llaves chirriantes. Para adentro, a una celda apestosa de parte había una salida. cuatro camas con colchones y colchas El jueves en la tarde el guardián abrió la indescriptiblemente sucios. El retrete puerta de la celda. Le acompañé hasta el abarrotado no se había descargado en cuarto de equipaje. Recibí mis maletas. mucho tiempo, no había agua alguna en el Pagué el arriendo; sí, ¡tuvimos que pagar conducto. Cucarachas, grises y gordas, por cada noche, habitación y comida! Regresé a la celda y me cambié de ropa y se deslizaban por el suelo. A las tres de la noche entró Peter. Luego leí en la biografía sobre Castro de Tad de un rato escuchamos a Helena: ella Szulc. estaba unas celdas más allá de nosotros. A las tres de la tarde nos llevaron al Su voz apagada se cortaba de la angustia. aeropuerto, donde esperamos en una habitación vigilada hasta la salida del Tratamos de consolarla. No se lograba. El día siguiente pasó sin interrogatorios, avión a las 21.25. Unos minutos antes y con rutinas carcelarias que para bien se fuimos introducidos en el avión por la interrumpieron con la visita de Marianne policía, por delante de todas las colas. Lidskog. Ella resolvió lo del papel Solamente alcancé darle un rápido abrazo sanitario, el jabón y la toalla, y trajo café a Marianne Lidskog donde ella estaba consigo. Tranquila y maternalmente nos siguiendo nuestra partida. El avión despegó de verdad, y entonces llevó a pensar en una vida en libertad. Las horas pasaban lentamente. En pensamos Peter, Helena y yo levantarnos
36 Periodistas suecos arrestados en Cuba y cantar el himno nacional de Suecia. Pero no nos alcanzaban las fuerzas. Nos hundimos simplemente en la gran gratitud. Hoy lamento la perdida de las fotos de las misas cubanas que el Servicio de Seguridad decomisó. Lamento el no poder regresar. Y pienso en todos mis amigos y colegas que día tras día tienen que soportar la represión. ¿Hasta cuándo? Nota del traductor: El artículo anterior fue publicado en Nya Dagen (El Nuevo Día) el martes 5 de septiembre, pág. 2 y 3. La descripción del cautiverio en Cuba venía acompañada de dos imágenes. Una de ellas mostraba a tres periodistas independientes cubanos trabajando en la redacción de una noticia, la otra a Birger Thureson, con un buquete de flores en la mano siendo bienvenido por Daniel Grahn, jefe de redacción Periodistas de Nya Dagen. independientes retratados por Thureson
¿Por qué Fidel Castro le teme a las personas libres? Por Peter Götell A las siete de la mañana golpean a la puerta. Seguramente es Gisela, la propietaria de la casa, que quiere algo, pensamos. Pero cuando abro nos encontramos con un agente de la Seguridad junto a un par de policías uniformados del Ministerio del Interior. Nos incitan a empacar rápidamente y seguirlos. - Es solamente un control de rutina, dice el hombre de la Seguridad. ¿Por qué?, preguntamos. Tan sólo un severo: ”Es necesario”, recibimos por respuesta. No podemos saber nada Somos conducidos a una prisión preventiva. Luego siguen horas de larga espera e incertidumbre. No podemos saber nada. A pesar de la promesa de poder llamar por teléfono, se nos niega esto. Intento hablar con una turista alemana para que contacte la Embajada Sueca. Pero nuestra conversación se corta bruscamente. La sensación de que estamos solos y abandonados empieza a hacerse sentir. Posiblemente nadie sabe que hemos sido arrestados. ¿Estaremos aquí más días sin que nadie sepa dónde nos encontramos? Gracias a Dios nuestros amigos periodistas cubanos han alarmado, contactado la Embajada y también los medios de prensa extranjeros. Pero es algo que no conocíamos entonces; es primeramente cuando el personal de la Embajada, avanzada la tard,e aparece cuando comprendemos que nuestra situación es conocida. Más tarde entendemos también que muchos han comenzado a interesarse por nosotros y por liberarnos. Solamente saber esto, nos hace sentir bien. Somos sometidos a interrogatorios largos y agobiantes por parte de la policía de la Seguridad, la cual quiere saber, como ellos dicen, ”nuestro motivo real” con la visita a Cuba. Revisan nuestro equipaje. Cuatro oficiales de la Seguridad toman parte. Preguntan una y otra vez. Es muy duro. Los interrogatorios con cada uno de los tres duran horas. Nos mantienen separado. Luego llega la noticia de que nos quedaremos a pasar la noche, y una nueva ronda de
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000
El artículo fue publicado en el vespertino nacional ”Expressen” el domingo 3 de septiembre, pág. 25. interrogatorios hecha a andar. Tenemos que vaciar nuevamente todo nuestro equipaje y cada cosa es sacada y anotada. Todo ropa interior, medias, libros, calendario, monedero- todo es impeccionado. Hojean fotos privadas. Uno se siente totalmente abandonado y en una desventaja que se siente muy humillante. También tengo que quitarme los pantalones y calzoncillos frente a los policías. Cucarachas y hedor Son las tres de la noche cuando soy conducido a una celda, oscura, calurosa y hedionda. El amigo Birger ya está allí, pero se percibe de todas maneras horrible. La primera visita al baño no mejora nada: cucarachas y un retrete rebozado que no se puede descargar. Apesta. Cada hora se siente infinitamente larga. Lo más horroroso es la incertidumbre. No se puede dormir. El más fuerte de nosotros es Birger. Helena la pasa peor que nosotros. Duele tanto oír su desesperación. Solos en la oscuridad, nos gritamos unos a los otros: ¡Resistamos! ¡Tenemos que ser fuertes! Pero es fácil decirlo. El pánico está cerca. Después de 56 horas en la prisión preventiva podemos salir, luego de primero ser obligados a pagar ”el arriendo” por la ”hospitalidad” que el estado represivo cubano ha ofrecido. Solamente cuando el avión despega del aeropuerto de la Habana sentimos alivio. Tomará tiempo liberarse de esas experiencias. Pero nuestra situación es en el fondo menos importante, aunque haya sido bastante conmovedora para nosotros personalmente y probablemente nunca olvidáremos esos días de agosto del año 2000. Esta realidad es vivida diariamente por muchos cubanos. La lista de prisioneros políticos de Amnistía Internacional ocupa aproximadamente 400 nombres. Muchos otros miles están presos por motivos políticos. Miles han perdido su trabajo. Miles de niños han perdido su lugar en la educación porque alguien de la familia es crítico del régimen. Esa es la realidad. La escucha es rutina diaria Cuba es una de las dictaduras más fuerte del mundo. La red del aparato de control alcanza dondequiera, desde los Comités de
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 Defensa de la Revolución locales, hasta la policía del Ministerio del Interior, de la Seguridad y los órganos del Partido. Abarca más que en la ex Alemania Oriental. La escucha y vigilancia es rutina diaria. El miedo es su método. ¡Y que tenga suerte el que se oponga! El trato que recibimos en la prisión preventiva es bondadoso en comparación con al que someten a esas personas. Ellos son reprimidos y negados. Son encarcelados o desterrados. Los comunistas cubanos, y también sus partidarios aquí en casa, acostumbran a hablar sobre cuán ”democrático” y bueno es el sistema. Podría ser una ironía y humor si uno no supiera en realidad las terribles consecuencias para los individuos en la dictadura cubana. Entonces uno tiene que aguantar la risa. Porque si fuera así -todos naturalmente sabemos que no es el caso- ¿por qué entonces el régimen teme tanto a los textos de unos periodistas independientes? ¿Por qué teme a la palabra libre? ¿Por qué legisla leyes con sanciones de hasta 30 años de cárcel para aquél que ”difame” el sistema cubano? ¿Por qué teme a los sindicatos libres, partidos políticos, asociaciones independientes? ¿Por qué teme al libre ejercicio de la religión? ¿Por qué teme al libre intercambio de noticias? ¿Por qué teme a las elecciones libres? ¿Por qué tal control y vigilancia? ¿Por qué tal represión de los derechos humanos? ¿Por qué le teme a las personas libres? ”La Historia me absolverá”, ha dicho Fidel Castro en uno de sus más famosos discursos. También aquí está equivocado. La Historia lo acusará fuertemente a él, al sistema y a sus secuaces. La cara verdadera de Cuba es la represión. Nota del traductor: El artículo anterior fue publicado en el vespertino nacional ”Expressen” el domingo 3 de septiembre, pág. 25.
La esperanza de libertad Por Peter Götell. La primavera pasada ocurrió algo muy inusitado en Cuba. Fidel Castro atacó en un discurso público, mencionando por su nombre, a un número de disidentes y luchadores pro democracia. Éstos fueron calumniados al afirmarse que eran
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”agentes” del imperialismo norteamericano y de la CIA. El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba utilizó aproximadamente el mismo idioma ”matizado” cuando fuimos deportados del país. Afirmaron que éramos ”periodistas disfrazados”, en realidad agentes de quienes quieren invadir a Cuba. Con anterioridad el régimen ha negado que exista resistencia alguna. Sin embargo, ya no puede hacerlo después del enorme interés que el movimiento democrático despertó durante la Cumbre Iberoamericana en noviembre del año pasado. En aquella ocasión, tanto jefes de estado como diputados de gobierno de diferentes países hispanohablantes se encontraron con representantes de partidos libres, del movimiento sindical independiente y de otras organizaciones libre que, para gran fastidio del régimen, crecen en la sociedad cubana. En Granma, el periódico del Partido Comunista, ha continuado, fuerte e implacable, el ataque contra estas personas. Me he encontrado con muchos de los que han sido blanco de estos ataques. Ellos se sienten ”lisonjeados”. Esta es una de las pruebas de que el régimen en cierto sentido se siente presionado. La mayoría está también convencida de que un cambio tendrá lugar paulatinamente, a pesar de que las clavijas de la dictadura se han apretado el último año. Más son encarcelados, más son arrestados, más son amenazados y sometidos a presiones. ¡Recuerden que miles de cubanos son oprimidos! Están encarcelados, han perdido sus trabajos y su sustento, e incluso otros miembros de sus familias han sido perjudicado. La movilización contra el movimiento democrático ha tenido lugar al amparo del caso Elián, el cual fue utilizado magistralmente por el régimen. Por una vez el régimen tenía en esencia la verdad de su parte y pudo mostrar que el exilio más militante de Miami se comportaba deschavetadamente. Fidel Castro hasta llegó a elogiar a Bill Clinton. La movilización, entre otros en forma de manifestaciones masivas, ha continuado. Sin embargo, muchos cubanos están cansados de la constante politización del régimen. El último año varios periodistas independientes han sido encarcelados. Tan sólo un par de semanas atrás fue despedido también el jefe de una estación de radio local por haberse leído un poema del periodista Raúl Rivero. Una nueva ley (el decreto 88) ha sido legislada, según la cual ”la difamación” del socialismo, la revolución y ”los intereses de Cuba”
Periodistas suecos arrestados en Cuba puede castigarse con hasta 30 años de cárcel. El estado monopartidista está ratificado en la constitución, solamente organizaciones o partidos que ”defiendan el estado socialista” pueden trabajar abiertamente. A pesar de esto hay un amplio espectro de organizaciones y grupos que trabajan: partidos políticos (liberales, socialdemócratas, democristianos), grupos de activistas de derechos humanos, ecologistas, un movimiento sindical independiente, asimismo como varios grupos de profesionales (maestros, médicos, bibliotecarios, periodistas, etc.), los cuales se van organizando y creciendo. Tienen diferentes sueños, diferentes objetivos de cómo quieren que Cuba se desarrolle. El denominador común es que quieren suprimir la dictadura y poner a las personas en libertad. Tantos años de tono político idiotizante ha hecho que el idioma político sea pobre, lo cual es un problema. Esto es algo que dichas agrupaciones en conjunto intentan solucionar encontrándose y hablando civilizadamente sobre política y cuestiones sociales. La cultura política no vive por sí misma. Es muy importante que el mundo se interese por lo que allí acontece y que el movimiento democrático reciba apoyo y ayuda de diferentes maneras. Prestarles atención y contactos son como una cuerda de salvamento. He hablado con mis amigos cubanos varias veces luego de mi regreso a Suecia. Están contentos de la declaración, fuerte pero correcta, de nuestra Ministro de Relaciones Exteriores Anna Lindh sobre el régimen de Fidel Castro. Están ”contentos” de que el arresto de nosotros, los tres suecos, haya enfocado la realidad cubana como rara vez ha ocurrido. Sin embargo, muchos luchadores pro democracia viven bajo fuerte presión. No saben cuándo la policía se decidirá, muchos de ellos han estado encarcelado con anterioridad largo tiempo por motivo de sus convicciones. El amigo Adolfo Saínz, creyente y activo en el partido socioliberal PSD, es uno de los que se atreve a enfrentar la dictadura. Si alguien tuviera, como he tenido yo, el privilegio de conocer a una persona como él, entonces las acusaciones de que pudieran ser agentes de la CIA y lacayos serían totalmente ridículas. Habría que buscar a una persona más objetiva, mesurada, más honesta y simpática que él. Él ”solamente” sueña con ser libre. La otra tarde hablamos extendidamente por teléfono. Le pregunté nuevamente si no
Periodistas suecos arrestados en Cuba tenía miedo. Hemos hablado sobre el tema muchas veces: ”Peter, me dijo, si llega el momento de ir a parar a la cárcel, pues llegó. No he hecho nada criminal.” ”No tengo miedo. Prometo aguantar con toda mi fuerza y capacidad. Ellos me pueden apresar a mí, pero nunca podrán encarcelar mis ideas”, me dijo Adolfo. He pensado frecuentemente sobre mis encuentros y conversaciones con él. Éstas son también un contraste con mi realidad desde otra perspectiva. Adolfo y sus partidarios están dispuestos a ofrendar su libertad y toda su existencia por el sueño de poder votar libremente, por creer y decir lo que quieran sin tener que temer a los secuaces del estado y del Partido. ¿Aprovechamos nosotros en Suecia el sistema que tenemos? La democracia no crece en los árboles ni tampoco cae como maná del cielo. Tiene que ganarse y defenderse constantemente. Nunca debemos complacernos de que solamente nosotros tengamos ese derecho. La democracia y los derechos humanos son valores universales. Adolfo, su familia, amigos y compatriotas merecen también ser personas libres. Le prometo nunca olvidar, hacer todo lo que pueda para que su sueño se haga realidad. Adolfo es mi héroe. Hemos decidido que nuevamente nos veremos. Para cuando el régimen de Fidel haya caído nos podremos ver. Porque ese régimen caerá. Nota del traductor: El artículo anterior fue publicado en Nerikes Allehanda el 9 de septiembre, en la página editorial. Nerikes Allehanda es el mayor diario local de Suecia con una tirada de aproximadamente 68 mil ejemplares. "Ellos me pueden apresar a mí, pero nunca podrán encarcelar mis ideas" Adolfo Fernández Saínz Foto: Peter Isling
Los artículos de Jan Fröman, Helena Söderqvist, Birger Thureson, Peter Götell fueron traducido del sueco al español por Alexis Gainza Solenzal.
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Retorno de periodistas suecos repercute en prensa nacional Por Alexis Gainza Solenzal La llegada a Suecia de los periodistas suecos expulsados de Cuba luego de ser declarados persona non grata por el régimen de Fidel Castro tuvo amplia repercusión en los diarios nacionales. Tres de estos diarios, Dagens Nyheter, Expressen y Aftonbladet informaron el 3 de septiembre, sobre el retorno de los periodistas Peter Götell, Helena Söderqvist y Birger Thureson a su país de origen. Los periodistas ofrecieron conferencia de prensa en Arlanda, aeropuerto internacional de Estocolmo. Una treintena de periodistas nacionales y extranjeros indagaron sobres sus tribulaciones y vicisitudes en Cuba. Por su parte, la periodista Annika Folcker, del Dagens Nyheter (de tendencia liberal independiente), constató que los periodistas «estaban extenuados y cansados luego de dos días en una mugrienta prisión preventiva en Cuba”. Según Folcker, Peter Götell, que anteriormente trabajara para el diario Sundsvalls Tidning, fue el más fuertemente acosado por el aparato de Seguridad cubano por dirigir el grupo: ”Uno de los interrogatorios duro desde las 10:00 PM hasta las 3:00 AM de la madrugada”, confirmó el diario. Dagens Nyheter recoge el temor del periodista ante un futuro incierto: ”Yo estaba convencido de que me mantendrían en Cuba cinco años. Que me utilizarían para dar ejemplo.” Annika Folcker informó que los periodistas deportados se encontraban en Cuba para mostrarle a los periodistas independientes cubanos cómo funciona la prensa sueca. El argumento del régimen para devolverlos a Suecia fue que a pesar de ser periodistas se encontraban en Cuba con visas para turistas. Götell aprovechó la oportunidad para replicar las acusaciones del gobierno de Fidel Castro: ”La cuestión de la visa periodística es solamente una excusa. En realidad no nos estaban persiguiendo a nosotros, más bien a los periodistas locales que trabajan para las agencias de prensas
independientes. El régimen trata de aislarlos.” El vespertino Expressen, también de tendencia liberal independiente, sacó a la palestra pública el retorno de los colegas en un artículo sarcásticamente titulado ”Los detenidos tuvieron que pagar por ´el arriendo´”. Dicha noticia estuvo firmada por la reportera Christian Carrwik. La periodista informó a los lectores que los suecos estuvieron detenidos 56 horas en una prisión preventiva con cucarachas y un olor repelente. A pesar de esas condiciones, los suecos tuvieron que pagar 197 dólares de arriendo por los ”cuartos”. La cuenta que los suecos recibieron estaba muy bien especificada en dependencia del tamaño del cuarto y cuánto habíamos comido, cuenta Götell. Sin embargo, cuando los suecos exigieron el comprobante de pago no recibieron nada. Según palabras de Götell, ”eso fue una vivencia que no le desearían a [mi] peor enemigo”. El trío sueco fue arrestado en la mañana del jueves 29 de agosto. Ellos fueron cacheados y obligados a desnudarse completamente. La policía de Seguridad les explicó que pasarían la noche con ellos. ”Yo miré el cuarto a mi alrededor y creí que pensaban que pasaríamos la noche en el piso de la oficina, relata Götell. No parecía tan peligroso”. Pero en lugar de la oficina, Götell, Thureson y Söderqvist fueron encerrados en la prisión preventiva de inmigración que se encontraba en el sótano abajo de la oficina. Según transmite la reportera de Expressen, la periodista Söderqvist recibió una celda propia, mientras que Götell y Thureson compartieron una celda de 4x6 metros ”con un excusado rebosado que no se podía descargar”. Götell reconoce también en su relato que lloró en la prisión, que sentía una responsabilidad personal porque sus colegas fuesen arrestados: ”Yo era como un guía para ellos, tuve la impresión de que era a mí al que querían acosar.” En la noche del viernes Götell continuó su viaje a Örebro, su ciudad natal, acompañado de su hijo Martin Götell Amzoll. Expressen ilustraba su artículo justamente con una foto de Tommy Pedersen en la cual se abrazaban padre e hijo. Por último, Aftonbladet, vespertino de línea socialdemócrata independiente, publicó una corta nota sobre las experiencias de los periodistas suecos. El diario resaltó que lo peor para los periodistas fue la incertidumbre a que fueron sometidos. Además de recoger las condiciones infrahumanas en que los
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 periodistas pasaron los dos días de arresto, subrayaron lo humillante que fue el hecho de que estos hayan sido obligados a desnudarse.
¿Periodistas subversivos?
torpes
y
El arresto de los periodistas suecos Peter Götell, Helena Söderqvist y Birger Thureson por la policía política de Fidel Castro el amanecer del 28 de agosto desató una ola de protestas en el mainstream de la sociedad sueca. En los medios masivos del país hicieron eco declaraciones fuertes y transparentes como las de Anna Lindh, Ministro de Relaciones Exteriores (socialdemócrata) y la de Håkan Karlsson, presidente de la Asociación de Periodistas de Suecia, en apoyo implícito a los contactos con la prensa independiente cubana. Sin embargo, la posición del periodista Olle Svenning, del diario de corte socialdemócrata independiente Aftonbladet, divergió de las manifestaciones de solidaridad con los periodistas suecos y colegas cubanos, apartando por su puesto los epígonos de Castro representados por la voz anticubana de la microsecta Asociación Sueco-Cubana. A la autoría de Svenning perteneció así la nota «Periodistas torpes», publicada el 31 de agosto (sección de cultura, pág. 4), es decir, antes que a sus compatriotas se les permitiera abandonar el cautiverio castrista. En tono irónico, casi bordeando la humillación, Svenning informó entonces: «Tres periodistas de la prensa del Partido Liberal Sueco han sido arrestados en Cuba. No tenían acreditación de prensa. Todo periodista sabe que las autoridades cubanas exigen la misma. Los tres devendrán seguramente héroes y mártires de la libertad de expresión. Han puesto al descubierto que Cuba no practica la libertad de prensa. Tremenda sensación.» Según Svenning, los «torpes» periodistas arrestados «han dificultado seriamente el que otros periodistas suecos puedan reportar desde Cuba», además de «afrontar el riesgo de someter a los ya fuertemente acosados disidentes cubanos a mayores represión y control.» Svenning fue de la opinión de que una vez que se tenga la acreditación de prensa es posible trabajar en calidad de periodista en la isla. Se basó al respecto en sus «recientes experiencias de muchas horas de conversación con los opositores políticos y periodistas críticos del
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régimen». Aunque el periodista de Aftonbladet admite que las reuniones bien que pueden ser vigiladas, la formalidad de la acreditación limita, según él, la intervención del régimen. Acorde a la lógica de Svenning, dicha acreditación es también una manera de proteger a las personas de contacto, «lo más que se pueda». De tal forma, se mantienen también los lazos internacionales con la disidencia interna cubana, «tan frágiles pero al mismo tiempo tan importantes». Después de afirmar que los periodistas suecos «al parecer» viajaron en cometido político de un partido, Svenning cierra la sarcástica reprensión a los coterráneos afirmando: «Si el encargo era solamente poner al descubierto que Cuba no es una democracia, esta tarea bien pudo haberse resuelto desde casa.» Como fue de esperar, la irónica reprimenda de Olle Svenning fue replicada por uno de los periodistas declarado persona non
Elizardo
Gisela Felix Sánchez Delgado Bonne
Julio Aleaga
Osvaldo Alfonso
Alfonzo Fernández
Manuel Cuesta
Héctor Palacios
Fernando Sánchez
René Gómez Oscar Espinosa
Gustavo Arcos
Periodistas y opositores
Leonardo Calvo
Fotos: Peter Isling
grata por el régimen castrista. Se trató de Birger Thureson, miembro de la redacción de opinión de Nya Dagen, diario de tendencia cristiana y políticamente independiente. El 8 de septiembre Thureson publicó el artículo «Yo, revoltoso social y periodista torpe» en página editorial, en el cual arrostró las insinuaciones de Svenning. Sin embargo, el articulista de Nya Dagen no se limitó, como lo insinúa el título, a contrarrestar los argumentos del colega de Aftonbladet, sino que también utilizó la ocasión para enfrentar las declaraciones de Felipe Pérez Roque, Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Fidel Castro. En lo referente a esto escribía: «Felipe Pérez Roque explicó en conferencia de prensa que yo y mis colegas Peter Götell y Helena Söderqvist exhortamos a actividad subversiva durante nuestra visita a Cuba. Además, esta actividad, afirma él, tiene su origen en los EE.UU.» Según Thureson, dicha explicación exigía «una corrección».
Periodistas suecos arrestados en Cuba Thureson dijo no reconocer en sus anfitriones cubanos a personas subversivas, más bien a periodistas independientes que querían «reflejar la sociedad lo más objetivamente posible». Esas personas escriben tanto sobre cosas positivas como negativas e incluso muchos de ellos han emergido de la prensa estatal, donde se han agotado de la censura y autocensura. «Ellos quieren honestidad, apertura y verdad. Pero a los ojos del régimen cubano, el periodismo crítico es una forma de traición a la patria. El poder exige megáfonos porque de lo contrario, ¿cómo se podría controlar a los ciudadanos desde la cuna hasta la tumba?», se preguntaba Thureson. Tan o más notorio para Thureson pareció ser el ataque de Olle Svenning, quien, según él, «les quita el honor y la gloria a los tres que estuvieron encarcelados 56 horas en el poder de la policía de Seguridad cubana». Las especulaciones del periodista de Aftonbladet de seguro recibirán el aplauso de Felipe Pérez Roque, afirma el columnista de Nya Dagen. Tras esta introducción, Thureson pasa revista a los hechos. En primer lugar, tan sólo uno de los tres periodistas arrestados por la policía política de Castro provenía de un diario liberal, por lo cual se deduce que no se trataba de «periodistas del Partido Liberal Sueco». Para más, ninguno de los periodistas viajó a cumplir misión de su periódico. Más bien dispusieron sus vacaciones para encontrarse con los colegas cubanos tratando temas de ética periodística en Suecia. «Llamen esto de buena gana un aporte idealista», definió Thureson. En segundo lugar, al columnista del diario de corte cristiano no le pareció nada extraño ese trabajo idealista puesto que él mismo se desenvuelve en un periódico pobre con base en el movimiento popular sueco. Otra es la perspectiva de quienes se mueven por el mundo al amparo del capital de Schibsted, explicó Thureson, aludiendo al opulento consorcio noruego que compró al diario socialdemócrata independiente Aftonbladet. Tampoco tiene nada de política de partido el que el SILC, Centro Internacional Liberal Sueco, financiase los pasajes de los tres periodistas, puesto que esta organización de cooperación apoya la democracia en muchas partes del mundo. Por último, el columnista de Nya Dagen y los colegas Götell y Söderqvist han seguido al pie de la letra el pedido de sus hermanos de oficio de la isla, quienes, a pesar de lo que piense Svenning, «son los únicos expertos de su propia situación».
Periodistas suecos arrestados en Cuba «Y ahora, cuando nuestra aventura terminó felizmente, nos han agradecido la ayuda. Nuevamente han recibido la atención del mundo, que es la mayor protección que por el momento puedan recibir. Según sus propios juicios», constató Thureson. A pesar de todo, Thureson no descartó utilizar la accidental bondad del actual gobierno cubano: «Si el gobierno de Cuba da garantías de que periodistas suecos puedan sostener seminarios sobre ética periodística, libertades de prensa y expresión a colegas cubanos en caso de que los primeros vengan con visa periodística, pues naturalmente debe utilizarse dicha oferta.» Mientras tanto hay motivo para el consuelo, creyó Thureson: «En espera de que se expida tal garantía, nosotros los mofados por Aftonbladet podemos consolarnos con que la gratitud y exhortación de los periodistas independientes cubanos pesan más que todas las imputaciones del Ministro de Relaciones Exteriores Felipe Pérez Roque y de Olle Svenning.» Según Thureson le hizo saber a la redacción de Cuba Nuestra, Svenning no reaccionó a la crónica de su autoría en Nya Dagen.
¿Traidores, colaboradores o progresistas? Discuten disidencia interna a raíz de detención de periodistas suecos El 1ro de septiembre, el noticiario de la Radio Nacional de Suecia, Ekonyheterna, transmitió repetidamente sobre las dificultades que afrontó el Partido de Izquierda (ex comunista) cuando éste pretendió realizar un viaje a Cuba en el pasado verano (2000) por invitación del Partido Comunista de Cuba. Las revelaciones fueron relacionadas por la reportera del noticiario con la expulsión de Cuba de tres periodistas suecos que tomaron contacto con disidentes internos, y que se esperaba llegaran a Suecia en unas horas. A la sazón de su viaje a Cuba, la delegación del Partido de Izquierda incluyó en su agenda de trabajo encontrarse con representantes de la disidencia interna. Dicho deseo conllevó a que la Embajada del Gobierno de Fidel Castro en Estocolmo comunicase a los viajantes que no eran bienvenidos, lo que resultó en la
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cancelación del viaje. La dirección del Partido de Izquierda, con su actual presidenta Gudrun Schyman a la cabeza, pidió a sus correligionarios que no viajaran bajo tales condiciones. A pesar de ello, alguno invitados viajaron por iniciativa propia. De esto se trató el debate que sostuvieron alrededor de las 9:00 AM hora local dos representantes del Partido de Izquierda: Vilmer Andersen, miembro de la dirección de dicho Partido y Herman Schmid, parlamentario europeo de la misma organización. Las declaraciones de ambos políticos mostraron cuán escindido el Partido ex comunista aún se encuentra en su enfoque de la realidad cubana, además de los criterios por los cuales el actual gobierno cubano se rige para aceptar oficialmente delegaciones extranjeras. Entre los temas abordados se encontraron la explicación que el Partido Comunista de Cuba emitió entonces, a decir, que la reunión con los opositores se podía organizar pero que se había informado con muy poco margen de este deseo. Al respecto, el parlamentario europeo Herman Schmid, uno de los invitados, declaró: «Sobre eso no sé nada. Lo que sé es que cuando presentamos nuestro deseo pues llegó la noticia de la Embajada Cubana de que en tal caso no era bienvenido este viaje. … La dirección del Partido [de Izquierda] tomó entonces la iniciativa de suspender el viaje.» Relativo a los que de todas maneras aceptaron viajar, el político expresó: «Yo no creo que haya sido adecuado viajar, pero yo lo he entendido como que se trataba de un viaje privado. No es adecuado porque no podemos viajar a donde el intercambio de ideas será censurado.» Por su parte Vilmer Anderssen, invitado que finalmente viajó a la isla, dijo no compartir la opinión de su correligionario: «Yo considero que hay que tener un diálogo y contactos permanentes, no podemos tronchar los contactos solamente porque en este contexto no podíamos encontrar a los disidentes. Eso lo podemos hacer en otro contexto. Tenemos que discutir las presiones de los Estados Unidos, la guerra política y económica de los Estados Unidos.» Tras esta declaración la reportera le indagó a Vilmer Andersen sobre la opinión emitida por un alto político de su partido que llamase a los disidentes cubanos «nazistas». Al respecto, el miembro de la dirección del Partido de Izquierda respondió: «No comparto esa opinión. No creo que exista alguna prueba de esto. La impresión que hemos tenido de nuestro
viaje es que son muy pocas personas, que son apoyadas económicamente por los EUA, que no juegan ningún papel político en Cuba, y que cómo he entendido, le he preguntado a diferentes personas en Cuba durante el viaje, qué programa político, qué tipo de política los disidentes representan, y esas personas no lo pueden relatar.» … La reportera de Ekonyheterna insistió entonces en que los políticos del Partido de Izquierda definieran a la oposición cubana. Por su parte, Vilmer Andersen dijo: «opino que ellos son colaboradores, que tratan de llevar a cabo la ley Helms Bulton que se aprobó en los EUA en 1996. Ellos son un apoyo oficial de los EUA para derrocar a Cuba, es decir, a Castro.» Sin embargo, su colega Herman Schmid no fue de la misma opinión: «No soy ningún especialista sobre la situación cubana. Pero mi impresión es que esos disidentes son una oposición más o menos del mismo tipo que la oposición de Europa Oriental en sus tiempos, muchos de los cuales resultaron ser personas que tenían por objetivo ideas democráticas. Creo que así ocurre igualmente en Cuba, creo que es así y los considero críticos progresistas del régimen, diría.» Con respecto al hecho de que en su partido haya personas que opinen que los críticos del régimen son traidores, aliados de los Estados Unidos, el parlamentario europeo manifestó: «No lo considero así. Creo que Cuba está frente a grandes transformaciones, creo que dentro de poco se mostrará que estos disidentes jugarán un papel importante en la vida política de Cuba. La esencia de esto es que cuando emprendemos viajes políticos no podemos subordinarnos a este tipo de restricciones que eran habituales en Europa Oriental y que aún existen en Cuba.» Luego de las palabras de Schmid, Vilmer fue cuestionado de si consideraba a Cuba una dictadura. En su opinión, Cuba no es una dictadura, y rebatió a su compañero de partido afirmando que no se habían subordinado a ninguna restricción en su viaje a la isla. Ante la insistencia de la reportera de que describiese a Cuba, Vilmer Andersen la catalogó como una sociedad que tiene un sistema monopartidista y donde existe una participación [popular] en todo lo que ocurre a todos los niveles de la sociedad cubana.
Declaración sobre Cuba coloca Partido de Izquierda en mirilla pública El Partido de Izquierda (ex comunista) de
Cuba Nuestra número 16, otoño 2000 Suecia ha cosechado indiscutibles victorias los últimos años. En las elecciones de 1998 recogió el 12 por ciento de los votos del electorado, cifra enceguecedora si se tiene en cuenta que en las de 1994 sobrepasó con pequeño margen el cuatro por ciento que se exige para entrar en el Riksdag, parlamento sueco. Más tarde, el Partido de Izquierda fue invitado por el Partido Socialdemócrata a formar gobierno junto con los Verdes. Por últimos, las encuestas que regularmente se llevan a cabo muestran que entre un 14 y un 15 por ciento de la población simpatiza con los izquierdistas. No obstante estos incuestionables triunfos, el Partido de Izquierda se ha visto obligado a hacer concesiones en su política tradicional, en muchos casos ortodoxa, con el fin de dar una imagen más democrática ante las exigencias de los nuevos tiempos y las crecientes responsabilidades. Uno de esos compromisos ha sido su ruptura, al menos declarada oficialmente, con las dictaduras de corte comunista. Los años de colaboracionismo directo con Moscú y sus satélites son vistos como errores históricos y falta de juicio. Sin embargo, la condescendencia con el comunismo cubano continúa siendo el talón de Aquiles del mencionado partido. Esto lo vino a demostrar la anterior declaración de Vilmer Andersen, miembro de la dirección del Partido de Izquierda. Pero como el Partido de Izquierda está bajo lupa, aquella «inocente» declaración de principios no pasó inadvertida. Los mayores diarios y agencias del país le llamaron inmediatamente a contar. Así, al día siguiente, los medios masivos estremecían la fachada democrática del Partido de Izquierda. Tidningarnas Telegrambyrå, la mayor agencia noticiosa de Suecia, consultó, por ejemplo, la opinión de Gudrun Schyman, la actual presidenta de dicho partido. A ésta le tocó poner las cosas en su lugar: «Cuba es una dictadura. Todos los ingredientes que caracterizan a una dictadura existen en Cuba. No se permite oposición política, ni sindicatos independientes, ni libertad de opinión ni de expresión de la manera que opinamos debería existir cuando se habla de democracia.» Según Schyman, existe además consenso en la dirección del partido sobre lo expresado por ella: «Las personas que no coincidan en esto tienen una posición diferente a la del partido y deberían meditar sobre cuán importante es este asunto para ellos.» Aunque con un tono más suave, también el ex secretario del partido Lars Ohly,
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político que aún se autodenomina «comunista», criticó las declaraciones de su correligionario Andersen. Tras manifestar que su partido tiene una posición solidaria con mucho de lo que ha ocurrido en la historia de Cuba, y que no moralizaban sobre el desarrollo social de Cuba con un fuerte bloqueo de parte de los EUA, el izquierdista consideró que Cuba «tiene que seguir adelante, abandonar el síndrome de los países de Europa Oriental, de lo que es un ejemplo el encarcelamiento de los periodistas suecos». Según TT, tanto Schyman como Ohly compartieron opinión de que la declaración de Andersen no puso en duda la veracidad democrática del Partido de Izquierda: «Somos muy claros en las cuestiones democráticas. Pero Cuba es uno de los ejemplos que tenemos que discutir más para aclarar la posición del Partido, no puede haber ninguna duda», confirmó Ohly. Lo cierto es que los mayores diarios de Suecia no compartieron el punto de vista de Schyman y Ohly de que la veracidad democrática del Partido de Izquierda no estaba en juego. Por ejemplo Dagens Nyheter, el matutino con mayor número de lectores, publicó en la página editorial una nota de Hanne Kjöller. Éste expresaba que el viaje a la isla de una delegación del Partido de Izquierda por invitación del Partido Comunista de Cuba y las declaraciones de Andersen no merecían comentario: «La conclusión es que esta vez no es un líder de partido el que tiene problemas. Es todo un partido.» El diario Svenska Dagbladet, de tendencia moderada, tras constatar la detención y deportación de los periodistas suecos (y que los disidentes cubanos quedaban en Cuba sufriendo la misma represión que antes), estimó que las divergencias entre las diferentes falanges del Partido de Izquierda nuevamente salen a la luz. La explicación de Schyman de que el Partido piensa de una manera y los miembros de la dirección de otra, no fue considerada convincente: «Pero lo más notorio en esta historia no es que los siete [miembros del Partido] viajasen, sino que el Partido de Izquierda continúa manteniendo buenos contactos con Cuba: precisamente como siempre han hecho con las dictaduras comunistas. Sin duda la izquierda es fiable.» El vespertino Expressen también mostró su preocupación por los izquierdistas que no consideran a Cuba una dictadura, viajaron recientemente a la isla y manifestaron que muchos de los opositores cubanos
Periodistas suecos arrestados en Cuba eran nazistas: «La dirección del partido toma distan-cia de las declaraciones, escribió el periódico en página editorial, y dice que esto no rima con la posición sobre la democracia del partido. Pero teniendo en cuenta todos los servicios de urgencia a las que la dirección del partido es obligada, uno se debe preguntar cuántos de los miembros de la izquierda propiamente comparten la posición sobre la democracia del partido.» El diario de la ciudad de Gotemburgo, Göteborgs-Posten fue más fuerte en su crítica: «A pesar de todos los juramentos, el partido continúa colocando a secuaces de la dictadura en su dirección. ¡Por que por supuesto después de todas las discusiones se sabe qué tipo de personas han sido aceptadas en la dirección!» Por su parte la agencia de prensa liberal, que abastece de editoriales a una treintena de diarios locales del país, difundió el artículo «Tonterías sobre Cuba» de Ola Nordebo. Allí el articulista manifestaba entre otras cosas que Vilmer Andersen «no ve la represión, no oye el silencio, no tiene idea del miedo; él experimenta como huésped oficial de Castro solamente una `enorme participación` en la vida social. El nuevo perfil democrático del Partido de Izquierda se parece cada vez ser un leve barniz. No se necesita raspar largo tiempo para chocar con la gorda capa carmelitosa rojiza de un pasado comunista no tan lejano. Esta capa está allí como un recuerdo sobre los orígenes del partido y su historia al servicio de la dictadura.» Nerikes Allehanda fue otro diario que profusamente atacó al Partido de Izquierda debido a las declaraciones de Vilmer Andersen y otros izquierdistas. El artículo se titulaba «La tropa sueca de apoyo a Castro». Hasta donde la redacción de Cuba Nuestra ha podido conocer, Vilmer Andersen no ha afrontado públicamente la crítica de la prensa y correligionarios.
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Seminario sobre Cuba en Amnistía Internacional Sección Sueca Por Carlos M. Estefanía El 21 de noviembre tuvo lugar un seminario dedicado a los derechos humanos en Cuba en los locales de Amnistía Internacional cita en Hornsbruksgatan 11, estación del metro Hornstull, Estocolmo. La charla comenzó a las 19:00 y entre los ponentes se encontraban Mona Rosendahl, investigadora del Instituto Latinoamericano de la Universidad de Estocolmo, Erik Jennische y Peter Götell. La entrada era libre, no había necesidad de registrarse de antemano. La actividad tuvo lugar en un pequeño salón de Amnistía, abarrotado de personas interesadas en la problemática de los derechos humanos en Cuba. Mona Rosendahl abrió la charla, reconociendo que entre los presente había personas que con seguridad conocían mejor que ella la problemática cubana, e incluso, al menos, «un par de cubanos nacidos y crecidos en Cuba». Sin embargo, ella se referiría a sus impresiones personales durante su trabajo de campo en la isla, en particular en un pequeño pueblo en la zona montañosa de la Sierra Maestra. La investigadora constató el
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crecimiento de la actitud critica de los cubanos hacia el sistema imperante, aunque reconoció que no fue autorizada contactar con activistas de los derechos humanos. Por su parte Eric Jennische, hizo un recuento del apoyo prestado por el partido socioliberal sueco Folkpartiet al movimiento democrático interno, con el que personalmente ha entrado en contacto en Cuba. Como ejemplo de este respaldo puso el caso de la revista Cuba Nuestra, publicación creada por un grupo de disidentes cubanos establecidos en Suecia, y que intenta romper las barreras a la información creadas por el sistema. Varios ejemplares de la revista fueron repartidos entre el público, quien mostró ávido interés por la publicación. Las explicaciones de Jennische son de gran importancia en momentos en que sectores neocomunistas, y la organización del castrismo sueco, «Asociación Sueco Cubana», disemina el rumor de que el Folkpartiet «organiza» al movimiento opositor cubano ( http://home.swipnet.se/ ~w-30687/sidor/tidskrif.htm ). Con su exposición el joven activista democrático sueco dio constancia de la existencia dentro de Cuba de un auténtico movimiento de luchadores por la democratización, estructurado en todo el ámbito nacional. El tercer ponente, el periodista Peter Götell, describió cómo funciona la sociedad civil que conforman; partidos, periodistas, bibliotecas y sindicatos independientes.
Así mismo explicó los riesgos que ellos asumen, y su disposición de trabajar abiertamente por la democratización del país. Cuando una representante de Amnistía internacional preguntó cómo podría trabajar mejor esta organización por el respecto a los derechos humanos en Cuba, Götell, quien sufrió en carne propia la represión cubana, recomendó el contacto directo con los activistas cubanos, y también la búsqueda de información en diversas páginas de Internet entre ellas la de reporteros sin fronteras (www.rsf.fr). Al final del seminario fueron colocados a disposición de los asistentes diversos materiales, entre ellos, un pequeño ensayo de Jennische titulado: «Un corto manual sobre el trabajo con el Movimiento democrático en Cuba». Se trata de una serie de recomendaciones para trabajar con las organizaciones que integran dicho movimiento, y que puede ser solicitado al Swedish International Liberal Centre, Box 6508 S-113 83 Stockholm. Suecia, teléfono +46-8-20 8395. Email: silc@liberal.se http://www.silc.liberal.se
También fueron donados a Amnistía varios ejemplares del último número de Cuba Nuestra, verano del 2000, dedicado a la visita del líder opositor Manuel Cuesta Morua a Suecia en la primavera del 2000.
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Cultura
E l poeta, el infier no y la cr uz infierno cruz Por Germán Díaz Guerra ”EL INFIERNO DEL QUE PROCEDO ES TODAVÍA MÁS IRRESPIRABLE CUANDO UNO TEME CONTINUAR SIENDO PERSEGUIDO POR SUS IDEAS”.
Así define su patria el joven poeta cubano Almelio Calderón Fornaris, integrante de la generación de creadores del último periodo de la revolución. Vive en el exilio desde hace más de cinco años. Poseedor de una riquísima obra literaria, Calderón ha sido premiado en varias ocasiones. También ha colaborado con publicaciones como ”Naranja Dulce”, suplemento literario del periódico ”El Caimán Barbudo”, la revista literaria ”Letras Cubanas” y ”Plural”, revista cultural del periódico mexicano ”Excelcior”. A través de su ardua carrera literaria, Calderón Fornaris ha obtenido varios premios que destacan la importancia de su obra. Entre ellos tenemos: los premios de poesía de los talleres literarios del municipio Centro Habana, en 1984 y 1987, primera mención en el encuentro debate provincial de talleres literarios 1987, y mención en 1988, también dos menciones del premio ”David” por su obra.”Los Pardos Muros” en 1989 y por ”Las Provincias del Alma” en 1991. El joven poeta se sintió siempre comprometido con la causa de la libertad y la democracia. Ello lo llevó a pertenecer al grupo alternativo de creación literaria ”Paideia”, donde se expusieron iniciativas extraordinariamente novedosa para la cultura cubana, y que en todo momento fueron limitadas o prohibidas por las autoridades. Calderón Fornaris Firmó una carta colectiva de escritores cubanos, protestando por la inaccesibilidad a deternimados libros de autores del exilio como Reynaldo Arenas, Guillermo Cabrera Infante, Rene Ariza, Severo Sarduy y Carlos Alberto Montaner, archivados en la Biblioteca Nacional de La Habana. Desde entonces la entrada del poeta a dicha biblioteca quedó absolutamente prohibida por parte de su Dirección Administrativa. Nuestro inquieto creador también firmó, a treinta intelectuales y
artistas cubanos (entre otros, Rolando Sánchez Mejías, Rolando Prats, Radamé Molina, Omar Pérez y Judit Pérez Herrera) un manifiesto colectivo en protesta por la detención de la escritora María Elena Cruz Varela. Durante los disturbios políticos de agosto de 1994, Amelio, tuvo que esconderse por temor a represalias de parte de las autoridades. Intentó huir del país en una balsa construida por él mismo, la que naufraga. Salvó su vida nadando hasta la playa. En Octubre del mismo año, la Unión de Escritores del País Valenciano (España), con la que colaboraba en la publicación española de una ”Antología de joven poesía cubana”, le invita a un acto literario a celebrar en Valencia. Dicho acto nunca existió, pues fue la excusa que sus amigos escritores urdieron para responder a su desesperada petición de salir del país. En el aeropuerto de La Habana, ya en sus últimos instantes en Cuba, la policía lo detiene y le interroga. Allí le confiscan, a un paso de la libertad, parte de su equipaje; libros y una comprometedora carta dirigida a un escritor cubano exiliado en España. Nuestro joven poeta fijó su refugio en Valencia, España. Desde allí ha continuado su ardua labor literaria, junto a su compromiso de dar lo mejor de su arte a Cuba. Y hoy día, va nuestro poeta recogiendo los frutos de su talento sembrados en una sociedad libre, ganándose una beca en el Heinrich Böll Haus, cede de La Unión de Escritores de Alemania. Nadie como un poeta para no olvidarse de su patria, nadie como Amelio Calderón para que siga viva, en él su inspiración mayor, Cuba. En medio de esa desgarradora separación, tan lejos de ella, confiesa ante el mundo: ” Como una nueva cruz acepta mi cuerpo resignado el exilio y la ausencia de la Isla”
Como dos remos en medio del oceano Amelio Calderón Fornaris
Esto podría ser el residuo de un suicidio o la complicidad de una mirada líquida hacia la extensión del vacío. Partimos con las palabras llegamos con las palabras cultivamos la poesía y el poema para la muerte y la muerte para él deshojamiento del hombre. En el poema se encuentran los caminos, las hogueras, las deducciones y todos los actos de los hombres algún día se borraran como las hojas arrastradas por el viento. Hace cuatro años me desligue de mis amigos, de mi País para entrar en insomnio y vagabundeo perpetuo. La FE, la complicidad y los riesgos de la vida me mantienen en un constante latir. El surrealismo detonó hacia el principio de todas las estéticas. Ha puesto un huevo en mi obra. Tiño a las ciudades de otra lluvia. Sembró los océanos de árboles. Bañó los bosques de peces. El surrealismo enseñó su sangre negra, le otorgó más poder al suicidio, hizo más feliz a la muerte. Creo a su hombre nuevo. Creo su propio surrealismo; despertó al poeta de su timidez. Con el surrealismo aprendí los distintos de cavar un túnel. Con la misma fuerza que los dioses conquistaron el cielo debo de volver a empezar. VIVIR EN EL EXILIO es no abandonar el cordón umbilical de la vida. Es proseguir con las inaccesibles dudas. Es reconquistar el espacio ya vivido; seguir mirando la voluptuosidad del mar y sus iluminaciones. VIVIR EN EL EXILIO no es jugar a ser héroe. Es renunciar a lo perdido para alcanzar lo perdido. Sólo la felicidad del escape y la sed de cambiar los límites me han salvado. Necesito otra ondulación para mi ciudad.
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Necesito poner en orden mis tierras Ordenar aquellos lugares donde Dios existió. Como una nueva cruz acepta mi cuerpo resignado el exilio y la ausencia de la Isla. He querido hacer algo que nunca había intentado, enfrentarme a mis miedos. Yo hallaré el modo de estallar lo que aprisiona a mí ciudad. Como dos remos en medio del océano que recuerdan sus primeros naufragios así es nuestra existencia. El poema es como el espejo que da la otra imagen en busca de su otra identidad ya sepultada por la última cicatriz de la luz que aún permanece en mi cuerpo. Se empieza a escribir cuando las palabras de una forma muy extraña te seducen. Amelio Calderón Fornaris