Los botines del Lobo
Texto e ilustraci贸n:
Lorde
cuentalunas
Los botines del lobo Texto e ilustraci贸n Lorde
c u e n t a l u n a s
(C) 2014 del texto e ilustraciones: Lourdes García Esperón (C) Edición: Cuentalunas Estrella 45 Fraccionamiento La Lejona 37765 San Miguel de Allende, Guanajuato Impreso en México 1a. edición: enero 2014
Había una vez... un lobo bohemio
que vivía en Brabante vendiendo buñuelos.
El lobo bohemio querĂa unos
botines
bonitos, baratos color de burgundy... y con muchos broches.
Buscaba y buscaba y nada encontraba. Se fue a Barcelona,
después a Bizancio también Budapest. Pasó por Bruselas, llegó a Bucarest,
de ahí a Brandenburgo y a Baden-Baden.
Se embarc贸 en un
buque
hacia el mar Caribe. Naufrag贸 el barco
y el lobo bohemio que obstinado era en una balandra
desembarc贸 en Cuba y a La Habana fue
buscando botines bonitos, baratos, color de burgundy.
Llegó hasta Colombia
y en ese país de buenaventura se fue a Bogotá.
En Plaza Bolívar
no encontró botines.
Por fin en Umbría en una buhardilla
encontró a un barón
de nombre Balduino que coleccionaba
botas y botines. El lobo pidió al noble barón si podría buscarle un par de botines color de burgundy.
bar贸n busc贸 dentro del bargue帽o botines enormes para pies de lobo. El
- Tenemos problemas -le dijo el bar贸n
al lobo bohemio. - Tienes pies
bombachos y unos buenos callos.
El bar贸n Balduino hall贸 unos botines
bonitos y buenos pero sin un broche y color bugambilia.
El lobo observó
el par de botines
y un poco abatido
al verlos sin broches y color bugambilia así balbuceó:
- Con estos botines podría ser bufón
ya sea en Basilea. en Boca del Río
o en las Bermudas.
Bastante tiempo le tomó al lobo meter sus pies bastos en esos botines color bugambilia. Hasta que lucubró buscar un jabón y al baño subió.
Aburrido el
barón
por tal trabazón
de los pies del lobo
en sus bellos botines,
bostezaba y dormitaba y después hambre le dio.
El lobo bohemio
que estaba en el baño nada percibía
arriba del lavabo;
pero en la bañera
el lobo descubrió un blanco jabón
que aguardaba ansioso
burbujear espuma.
Sus bombachos pies asĂ enjabonĂł.
y obedientemente
sus pies resbalaron en cada botĂn
de color bizarro.
Mientras allá abajo el noble barón
sacó del bargueño ricos bocadillos
y algún embutido.
¿Qué hay de beber?
bebidas gaseosas, botella de brandy y vino de Burdeos.
Sentados en bancos el lobo bohemio
y el bar贸n Balduino
brindaron contentos.
Ya embotinado
el lobo bohemio, era tal su júbilo
de haber descubierto lo que ambicionaba
que abrazó al barón;
brincó varias veces bailó y se tumbó.
Balduino y el lobo comieron, bebieron bromearon y rieron en esa buhardilla de la calle Bremen. Se despabilaron bebiendo cafĂŠ.
El lobo bohemio
que venĂa sin blanca, se atemorizaba
que el barĂłn cobrara los bellos botines
que ahora calzaba.
La noble mansi贸n
del bar贸n Balduino
blas贸n ostentaba de benevolencia y generosidad.
Le dice el bar贸n
al lobo bohemio: - Soy benefactor
de lobos y b煤hos.
cabras y borricos.
Me embarga el placer si puedo obsequiarte mis bellos
botines color bugambilia.
El lobo bohemio
dijo: – ¡Qué agradable! Y en retribución
al barón Balduino
por tan noble gesto
y su mucha bondad, cantó una balada
y bailó belly-dance.
En el arrebato
de calzar botines
color bugambilia, el lobo bohemio se fue a Badajoz,
abri贸 una taberna,
se mont贸 un tablao y ahora es bailaor.
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Había una vez
un lobo bohemio que vivía en Brabante vendiendo buñuelos.
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