“DICTADOS TÓPICOS EXTREMEÑOS. QUINIENTOS DOCUMENTOS FOLKLÓRICOS DE EXTREMADURA.

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Filosofía, Historia Arte, Literatura, Derecho.

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S U M A R I O UNIVERSIDAD NUEVA: El reconocimiento de las Asociaciones de Estudiantes.- GUILLERMO DÍAZ PLAJA: Greguería y glosa.- E. H.: Notas para la biografía de Lope de Vega.- ANTONIO R. RODRÍGUEZ MOÑINO: Dictados tópicos extremeños.MANUEL BALLESTEROS GAIBROIS: Las representaciones en la Mitología griega.- CONCEPCIÓ CASANOVA: Castilla. Catalunya.- CRÍTICA: Pintura: G. Olivares (Amalio Gimeno).- Galeries Dalmau: Exposició d’Art modern nacional i extranger (CLAVERÍA).IX Salón de Otoño (ESTEVE).- Música: Directores de orquesta (GODSCHMAN, LABER) (GENOVÉS).Villalobos a Barcelona (MASOLIVER).- Cinema: Hall Roach (M. D. BERRIO).- Joaquín de Entrambasaguas: Ante el Centenario del Romanticismo.- URSICINO ALVAREZ SUÁREZ: El Derecho subjetivo y las nuevas tendencias normativistas.LA CULTURA.- BIBLIOGRAFÍA. AÑO II = NÚM. 10 DICIEMBRE DE 1929 Redacción y Administración SAN BERNARDO, 51

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DICTADOS

TÓPICOS POR ANTONIO

EXTREMEÑOS

R. RODRÍGUEZ MOÑINO

CAPÍTULO PRIMERO DEL LIBRO EN PRENSA “DICTADOS TÓPICOS EXTREMEÑOS. QUINIENTOS DOCUMENTOS FOLKLÓRICOS DE EXTREMADURA.

I

Un poco de historia y bibliografía de los dictados tópicos.- Breve reseña de algunas colecciones y noticias de su aparición. Se entienden por dictados tópicos unos documentos folklóricos que, afectando cualquier forma literaria vulgar, se refieren a nombres de pueblos, de sus habitantes, características y relaciones entre unos y otros, o simplemente referencias calificativas de los mismos. Distintas denominaciones ha tenido esta rama del folklore, v. gr.: geografía popular, canciones de lugares, toponimia folklórica y dictados tópicos. Nosotros hemos preferido esta última, siguiendo la opinión del maestro Menéndez Pidal, quien la cree más acertada que las restantes (1). La historia de los dictados hay que buscarla en España. Mucho antes que esta clase de estudios figurase con propia vitalidad en todos los países cultos, antes de que diese una adecuada denominación a esta disciplina Ambrosio Merton, ya había un español culto e inteligente que se preocupaba de recopilar los cantares, refranes y modismos referentes a pueblos de su patria. Fué el ilustre conquense D. Fermín Caballero, quien en 1834 coleccionó en un tomito bastantes documentos de esta índole, y hasta esbozó el ensayo de una clasificación provisional que, aunque inaceptable hoy, significa un adelanto en la curiosidad erudita por los temas populares (2). Con posterioridad a Caballero, aparecieron dos colecciones de cantares en las que también se recopilaban documentos tópicos. Fué la una –1859 – de doña Cecilia Böhl de Faber y Larrea –Fernán-Caballero– en su Cancionero popular (3), y la otra –1864 – de D. Emilio Lafuente Alcántara, más deficiente en cuanto a la elección y más útil por lo completa (4). Pero cuando con mayor interés comienza a investigarse en este sentido es a partir de la creación de la Folk-lore Society en Londres, 1878 (5). Los estudios sobre conocimientos y costumbres del saber popular se extienden rápidamente a todos los países europeos, y con la creación de los nacientes centros franceses y alemanes concuerda el establecimiento de El Folk-lore 3


Andaluz, debido a los constantes esfuerzos de D. Antonio Machado y de un grupo de colaboradores tan competentes como Romero Espinosa, Torre Salvador y Rodríguez Marín. La naciente sociedad había tenido sus antecedentes en las campañas que durante largo tiempo sostuvieron sus fundadores en las columnas de la revista hispalense La Enciclopedia (6). Sumóse al movimiento español un buen número de ingenios lusitanos, como Antonio Tomás Pirez, José Leite de Vasconcellos, Z. Consiglieri Pedroso, etc., que aunaron sus esfuerzos en pro de la causa común y lograron sacar a la luz pública un periódico tan interesante como El folklore Andaluz, que, con el título de la sociedad, dióse a estampa en 1882. Efímera vida tuvo, sin embargo, porque a fines del año siguiente hubo de fundirse con otra revista extremeña –filial suya– , El Folklore Frexnense, para constituir lo que desde entonces se llamó El Folklore Bético Extremeño, que sucumbió en 1884, dada la apatía proverbial de nuestros coterráneos por este linaje de estudios (7). Buscaron refugio los ingenios portugueses en algunas prensas de su nación, y la Revista de Estudios Libres, de Lisboa, brindóles una entusiasta, aunque por desgracia corta, acogida. En sus páginas, o en las de alguna publicación similar, debieron de editarse por aquella fecha las cuartillas de un estudio muy interesante para nuestro objeto –aparecido luego en forma de folleto–, y que es lástima grande que no se haya reimpreso, porque, además de su mucha rareza bibliográfica, ofrece la peregrina curiosidad de ser la primera obrita en que se estudian y coleccionan de un modo científico los documentos que hacen a nuestro propósito.

_____________ (1) “…entre los títulos que usted propone para su publicación, me parece el mejor el de Dictados tópicos, porque Toponimi Folklorica parece que trataría solamente de los nombres de lugar y no es así, pues no trata de los nombres, sino de las propiedades de los pueblos o de sus habitantes… -R. MENÉNDEZ PIDAL.” Esto nos escribía el docto maestro en 9 de agosto del año 1928 . (2) Fermín Caballero: Nomenclatura Geográfica de España. Madrid. Imp. de Aguado, 1834, VII h., 240 páginas. Merecía reimprimirse este opúsculo, tanto por su rareza como por su curiosidad folklórica. (3) Fernán Caballero [Cecilia Böhl de Faber y Larrea]: Cuentos y poesías populares andaluzas. Sevilla, año 1859. (4) Emilio Lafuente y Alcántara: Cancionero Popular, colección de coplas. Madrid, Imp. BaillyBaylliére, año 1865. (5) La palabra folklore se empleó por primera vez en un artículo de Ambrosio Merton publicado en la revista de Londres The Atheneum, en 1846. (6) Pueden verse los orígenes de la historia –compendiada- del folklore español en el tomo V de los Cantos populares, de Rodríguez Marín, Post-Scriptum, páginas 156-238. Antes hay una bibliografía del folklore, que hoy puede aumentarse en más de ochocientos números. (7) Esta revista es hoy tan extraordinariamente rara, que no hemos logrado ver más que un par de ejemplares, uno de ellos en la Biblioteca de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, de Badajoz.

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Titúlase Dictados tópicos del pueblo portugués, recogidos de la tradición oral y comentados por J. Leite de Vasconcellos. Tal es su rareza, que han sido baldíamente infructuosas cuantas investigaciones hemos hecho en la nación hermana para encontrarle, pues el mismo autor no le tiene, como nos consta por la gestión que cerca de él efectuase nuestro querido amigo el cultísimo bibliófilo portugués excelentísimo Sr. D. Antonio José Torres de Carvalho (8). Tiráronse sólo cien ejemplares, y se divide el opúsculo en tres partes: a) elogios; b) apodos y dicterios, y c) referencias diversas. Esta clasificación, naturalmente muy rudimentaria y susceptible de mejoras, provocóle una polémica algo violenta con D. Matías Ramón Martínez y con D. Luis Romero Espinosa en las columnas del Folk-lore Frexnense. Pero si esta polémica pudo entibiar en algo las relaciones entre tan ilustres folkloristas, nos reportó, sin embargo, una positiva ventaja, puesto que ambos dieron a estampa los materiales hispanos que habían recogido, llegando a imprimir ciento cinco, entre los cuales pueden contarse muchos extremeños. En el mismo año –influenciado tal vez por los folkloristas iberos– escribió Giuseppe Pitrè sus artículos, curiosos e interesantes, sobre Dictados tópicos tridentinos (9). Este favorable ambiente hizo que el eximio Joaquín Costa se preocupase de la materia e imprimiera –1883– los Dictados tópicos del Alto Aragón, continuados luego con el artículo – también de igual año y autor– Una forma típica de canción geográfica (10). Rodríguez Marín, que por entonces daba a estampa la gran colección de Cantos populares, incluye en la sección de Coplas locales –tomo IV– muy curiosos dictados españoles (11). Se inicia entonces una curiosa derivación del tema, tan interesante para el folklore como para la historia. Nos referimos a los Mapas topográficos tradicionales, de los que sólo nos ha quedado una completa y excelente muestra en el tomo de la Biblioteca de las tradiciones populares españolas, referente a Burguillos del Cerro, y debido a la competente pluma del docto escritor D. Matías Ramón Martínez y Martínez (12). Siguiendo este mismo criterio, quiso hacer desde las postrimerías del siglo XIX –en la Revista de Extremadura– lo que llamaba Geografía popular extremeña un literato tan culto como modesto: D. Rafael García-Plata de Osma. No consiguió –desgraciadamente– ese propósito, porque dicha benemérita revista murió antes de insertar completo el estudio, cuyo plan estaba ya trazado desde 1898 (13). Y ya desde aquella fecha, sólo un distinguido folklorista, el Sr. D. Gabriel María Vergara Martín, se ha preocupado de la realización de estos trabajos en España, iniciando –1906– con una conferencia en la Real 5


sociedad Geográfica la extensa lista de sus publicaciones, cuyo colofón ha sido el comprensivo e irregular Diccionario Geográfico Popular en 1923. De esa colección hemos incorporado bastantes a la nuestra, aunque a veces con distinto criterio y fuentes que su erudito autor (14).

________________ (8) El libro está impreso en Barcellos, Est. Typ. de Aurora Cavado, 8º, 1882, 32 págs. (9) En forma de artículo en Archivio per lo studio delle tradizione popolari, tomo II, fasc. I, Palermo, 1883. (10) Estos artículos están incluidos en la revista El Folklore frexnense. 1883-4. (11) Impreso en Sevilla, Est. tipográfico de F. Alvarez y Compañía, 1882 y siguientes. (12) En la Biblioteca de las tradiciones populares españolas, que fundó y dirigió Machado Alvarez, Sevilla, 1884. (13) Se nos dice que estos estudios fueron continuados después en la Revista de Moron; pero no hemos logrado verificar esta cita. (14) Pasan de 20 publicaciones folklóricas del señor Vergara Martín, algunas de las cuales pueden verse reseñadas más adelante.

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