R
BOLETIN DE LA
SOCIEDAD ESPAテ前LA DE
EXCURSIONES
T o m o LVIII
MADRID 1954
1
2
BIBLIOGRAFÍA RESEÑA DE: Arquitectura del siglo XVI, por Fernando Chueca Goitia. “Ars Hispanie. Historia Universal del arte hispánico”. Volumen undécimo. Madrid, [Barcelona] S.A.D.A.G., 1953. Fol. 401 páginas útiles. Tiene este volumen de Ars Hispanie el mismo defecto que todos sus precedentes, es decir, el escaso gusto en la presentación: feos tipos de imprenta, márgenes desproporcionados en las páginas, encuadernación editorial hermosa para 1885, pero inconcebible todo ello en fecha actual. Triste cosa es que en España –salvo honrosísimas excepciones- los libros y revistas consagrados al estudio del arte sean lo menos artístico que cabe. Salva a Ars Hispanie siempre lo cuidadoso de sus reproducciones en negro o sepia y casi siempre el texto de sus colaboradores, aunque a veces se noten desproporciones. El volumen XI, que acaba de aparecer, está consagrado a la Arquitectura del siglo XVI, y en menos de 200 páginas de texto se hace un resumen de lo ya conocido sobre el tema ampliando los datos de la erudición precedente con observaciones propias, críticas a menudo. Ocho partes pueden distinguirse en el tomo, que comienza con unas generalidades sobre el Renacimiento y sus orígenes en España para arrancar la exposición histórica desde el tronco burgalés siguiendo por Toledo, Andalucía, Corona de Aragón, un capítulo sobre los maestros del casticismo plateresco, el País Vasconavarro y finalmente, otro acerca de el estilo viñolesco y Juan de Herrera. A nuestro modo de ver, las páginas más logradas del volumen son las relativas a Andalucía (190-275): con gusto se lee lo relativo a la Catedral de Granada (páginas 231-237) o al Palacio de Carlos V (páginas 211-220). De las novedades del volumen, la afirmación de un “estilo príncipe Felipe” nos parece excesiva y tal vez anime a otros historiadores del arte a atomizar períodos o momentos que no son más que lógicas transiciones sin que voluntades superiores ordenen directrices. Se puede señalar en este volumen una riqueza del vocabulario técnico y artístico clásico notable: el autor conoce y circula esas hermosas palabras de los antiguos tratados y documentos sin que su uso se resuelva en pedantería o pastiche. Buen ejemplo que debe ser seguido. Cuando se leen ahora tantos libros o artículos de revista de arte con escuchimizado y paupérrimo vocabulario, solaza encontrar bien engastados estos limpios y claros verbos de antaño.- A. R.-M. 3
RESEÑA DE: Las estampas y el Sumario de El Escorial, por Juan de Herrera, por Luis Cervera Vera, Arquitecto.- Madrid, Tip. Artística, 1954. Fol. 164-[2] páginas…, acompañado de una reproducción en facsímil a su tamaño del Sumario (Madrid, 1589), y 13 láminas en fototipia. Es el Sr. Cervera Vera uno de los pocos arquitectos españoles que día a día demuestran su capacidad técnica en multitud de edificios y su capacidad científica en tantas otras publicaciones irreprochables. Poco amigo de la vulgarización de conocimientos en obras de tipo manual, acude a las fuentes documentales, y uniendo en feliz coyunda las noticias recónditas, arrancadas por su constancia a los archivos y bibliotecas, y los conocimientos profesionales acreditados a lo largo de una vida activa de constructor, va labrando con materiales de primera mano, entre la de de otros monumentos o ciudades, la historia técnica del Monasterio de San Lorenzo el Real. El volumen que hoy nos ocupa, en el que no se sabe qué admirar más, si lo magnífico del contenido o la irreprochable presentación tipográfica, es una excepción en la bibliografía artística española, que suele olvidar que “el vino de Chipre se bebe en rosas” y a menudo nos brinda excelentes trabajos en la más bellaca vasija. Reprodúcese aquí en soberbias láminas fototípicas, a su tamaño, todas las estampas de El Escorial que dibujó Herrera y grabó Pedro Perret, se historía la intervención de Toledo en las obras del Monasterio, su continuación por Herrera, la creación de las rarísimas estampas por éste, la historia bibliográfica sin faltar punto o coma, la redacción y edición del Sumario, localizando uno por uno los ejemplares existentes y anotando melindrosamente sus livianas diferencias. Todas las reproducciones –más o menos libres- de las estampas van catalogadas con cuidado, desde las de Abrahan Ortelius (1591) hasta las de Rotondo en 1863. Concluye con el estudio del Sumario desde el punto de vista bibliográfico, mencionando con detalles los siete ejemplares conocidos hoy. En suma, un libro de arte realizado artísticamente: los bibliófilos y coleccionistas (a los cuales se ofrecen 300 ejemplares numerados) están de enhorabuena.- A. R.-M.
4