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CARTAS INEDITAS DE DON BARTOLOME JOSE GALLARDO A DON MANUEL TORRIGLIA (1824 – 1833)
Treinta años hace que mi ilustre amigo el docto historiador don Félix de Llanos y Torriglia, estimulado por la aparición del libro del también muy querido amigo don Pedro Sáinz Rodríguez 1, dió a luz, en las páginas del BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA 2, un puñado de interesantes cartas del eruditísimo bibliógrafo don Bartolomé José Gallardo. Llegadas a él por herencia, la tradición familiar consignaba que procedían de un abuelo materno llamado don Manuel Torriglia, hombre de cierto viso social en Málaga al comenzar la tercera década del siglo anterior. Pocos datos pudo adquirir don Félix de su antepasado, limitándose a decirnos que figuró entre los paquetes y lechuguinos malagueños de su tiempo, calificado en un folleto satírico de la época 3 como “literato metido a filósofo” con “talento y ocurrencias felicísimas” y que fué ilustre abogado. Las cartas, sin embargo, no estaban dirigidas a él sino, según logró averiguar su editor, a don José Fernández Guerra 4 y a la Condesa de Luque 5, señora de fina inteligencia a quien Gallardo apellidaba la Dama Duende y cuya correspondencia, modelo de buen escribir castellano, publicaremos en otra ocasión. No son, como creyó Llanos, autógrafas de Gallardo, sino copias hechas por Fernández Guerra. __________________ (1) (2) (3) (4)
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Pedro Sáinz Rodríguez, Don Bartolomé José Gallardo y la crítica literaria de su tiempo. New York-París, 1921, 4º [4]-387-[1] pp. Félix de Llano y Torriglia, Unos autógrafos de don Bartolomé José Gallardo, art. en BRAH, LXXXIV (1924), 403, completado con una nota en el tomo C. Semblanzas de los paquetes y lechuguinos de Málaga, manuscrito que poseyó mi difunto amigo don Narciso Díaz de Escobar. Sobre don José Fernández Guerra, padre de don Luis y don Aureliano, muy doctos investigadores los tres, véase el libro de mi querido amigo don Agustín G. de Amezúa, La batalla de Lucena y el verdadero retrato de Boabdil, Madrid, Imp. Clásica Española, 1915, especialmente las pp. 94-99 y 175-177. La condesa de Luque era doña Micaela Díez de Tejada Díez de Tejada y González de Villalta, casada con el titular en Antequera el 28 de diciembre de 1818. Su esposo se llamaba don Cristóbal Fernández de Córdoba y Pérez de Barrada.
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En cuanto a las relaciones de Torriglia con Gallardo, tampoco tuvo mayor fortuna el nieto ya que solamente tres citas halló en el epistolario conocido del bibliógrafo: una 1 en carta a don José Pérez Torroba (Sevilla, s. a., 8 de octubre) en la cual, como postdata figura la memoria “Torrilla me da expresiones para V.” y otras dos, en textos de los por él exhumados, en los cuales se cita al “ami[ig]º T[orrigli]ª”. Había, sin embargo, mención expresa de esa amistad en una nota de Gallardo publicada en el Ensayo, artículo relativo a Pedro Rodríguez de Ardila 2, en el cual se dice: “Don Manuel Torrilla, colegial que fué del Sacro-Monte de Granada, me dijo en Cádiz el año de 1824 que en la librería de dicho Colegio existía un tomo entero de poesías de Ardila, manuscrito antiguo, que él recogió en la época fatal de la irrupción francesa y que entiende le quemaron después en su casa con otros papeles curiosos.” Cuatro noticias nos facilita este apunte gallardino: primera, testimonia el conocimiento y amistad de Gallardo y Torriglia; segunda, fecha ésta en 1824; tercera, nos hace saber que fué el malagueño colegial del Sacro-Monte de Granada; cuarta, nos revela que era hombre aficionado a la literatura clásica española hasta el punto de registrar manuscritos del siglo XVI. Apurando el rastro marcado, encontramos en el Libro VI de entradas de Colegiales del Sacro-Monte 3 el asiento correspondiente a nuestro malagueño, año 1816: “El Lidº don Manuel Torrillas, natural de la ciudad de Málaga, hijo legítimo de don Francisco Torriglias y doña Rosalía Alarcón, entró en este Colegio el día 2 de octubre incorporado al segundo año de Filosofía, habiendo sido examinado y aprobado en el primero de la misma Facultad y se le confirió la beca en el día 12 del mismo mes y año. Este colegial tuvo una lección en Filosofía por espacio de media hora, con puntos de veinticuatro, ante este Ilmº Cabildo e Insigne Colegio. Pronunció un Panegírico en alabanza de Nuestra Señora del Rosario con asistencia de los mismos señores. Se graduó de Bachiller en Filosofía, cuyo grado le fué conferido nemine discrepante. Pronunció una oración latina en honor de Santo Tomás y otro sermón Moral Cuadragesimal ante los expresados ilustres Cuerpos. Este colegial tuvo otra oración retórica en loor del Ilmº señor don Juan Miguel Pérez González con ocasión de su ascenso a la mitra de Gerona. ¿Qué fué de Torriglia entre 1816 y 1823? Probablemente acabó sus estudios, comenzó a figurar en la abogacía y ensayó sus primeras armas literarias. Del texto de las cartas se desprende que le cogió en Cádiz la __________________ (1) (2) (3)
Publicada en la obra citada de Sáinz, Apéndice 5º. B. J. Gallardo, Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, IV, nº 3.665, col. 210. Folio 447 v. Archivo del Sacro-Monte.
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intervención francesa, que allí – un poco antes – había hecho amistad con Gallardo, nacida tal vez de comunidad de aficiones e ideas políticas, y que al sobrevenir la dispersión de los nacionales pudo tomar un barco que le dejó en Málaga sano y salvo. Justamente por entonces es cuando empieza su correspondencia gallardina. Por desgracia sólo conocemos una voz del diálogo y así poco es lo que se puede rastrear del estilo y garbo de Torriglia, alabados más de una vez por su corresponsal. El cruce de cartas comienza en 1824 para concluir en 1833 y se refiere a la segunda persecución política de Gallardo, período el más oscuro de su vida y del cual el propio Sáinz Rodríguez reconoce que apenas hay datos para reconstituirlo 1. Torriglia no alcanzó la longevidad de Gallardo y aunque en ninguna parte hemos hallado la fecha exacta de su muerte, don Serafín Estébanez Calderón, en carta 2 contestada por el Marqués de Gerona en 10 de enero de 1854, le dice “Don Manuel Torriglia, Director del Instituto de Málaga, ha muerto”. Constituyen el conjunto que hoy publicamos treinta y cuatro epístolas de don Bartolomé José, por desgracia ninguna autógrafa y figuran copiadas, de letra contemporánea a sus fechas, en un manuscrito que se describirá extensamente cuando publiquemos completo el Epistolario de Gallardo. 10-V-55.
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En mi libro Don José Bartolomé Gallardo (1776-1852), Valencia, Tip. Moderna, 1955, pp. 287 a 346, van publicadas en Apéndice gran cantidad de cartas que arrojan mucha luz sobre este obscurísimo período de Gallardo. Poseemos el original, donativo del querido amigo y compañero don José López del Toro.
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I Julio 23, 1824. Amigo mio: = Supone V. mui bien: supe i supe con gusto por Gr. del buen vïaje de V., i me alegré. Supe tambien qe al saltar en la madretierra, â abido V. de saltar de la sarten al fuego ( = eso del chopo, qe anda por äí); pero como no siempre corren mas los galgos qe las liebres, espero en Dios y en su buen ajibílibus qe sabrá V. sacudir el ascua. La 2ª parte es la mas lastimosa = la pérdida qe me cuenta de sus papeles i Ms. – Esta pérdida me toca en lo vivo del alma; i no puedo ponderar-le mas mi sentimiento qe diziendo-le la siento como si ellos fueran mios propios. – ¡Maldizion de franzeses, qé estrago an causado a las Letras en España en sus dos irrupziones! Pasan de 300 las librerïas destruidas, i de ellas an perezido en estos pocos años códizes venerandos qe se habian 8 u 10 siglos defendido del fuego i ierro sarrazeno. I con todo osan esos ipócritas i sus paniaguados vociferar-se amantes i propagadores de las luzes!! Mas la luz qe de ellos podemos esperar los españôles nunca será otra ni mas qe la umosa vislumbre qe puede dar un tizon o una tea mortezina. – “Pues volviendo a lo del chucho”
¿será posible qe aya perezido todo, todo el Alonso? ¿No conserva V. nada en la memoria? ¿No se han sacado copias de algunas piezas suyas, aunqe sean de esas picarescas? Espero qe todo aqello de qe V. vaya aziendo memoria, o pueda ajenziar entre los curiosos, relativo a ese obscurezido injenio, me lo vaya mandando por el correo. – La pérdida del Salinas no es tan sensible, porqe es mas reparable. Sé de varias copias, y antiguas algunas, si bien ninguna tan cabal en todas líneas, como una qe yo adqirí despues de la publicación del Decreto, y ê perdido en la de márras… de Trïana – V. me habla de Yéregui. – ¡Qé bueno fuera qe ese escrito qe acaba V. de perder de él, ubiera sido mio! Uno con esas señas poseïa yo al tiempo de mi ejira a London; i no me es difícil imajinar el modo como puede aber llegado de unas manos blancas a qien le confiê a las pecadoras de V., i de êstas al brazo secular de la maldita tia o sobrina qe an echo ese nuevo escrutinio. – Ilustreme V.; aunqe tôdo al cabo sea ya razon de carta rota. – Gracias por la remesita de frutas de la tierra con qe me favoreze, aunqe parte de ella se cria tambien en la mia. – El punto qe me toca de plantas, pezes &ª es justa-mente el mas delicado i llamativo para mi paladar: de-me V. por ese manjar, que es mi comidilla. 4
Mas por esto no me crea tan melindroso qe asqee los otros. Venga de todo, dello con dello; qe en un Destierro sabe V. qe tôdo cabe, i debe aber de todo. – Y aöra bajando a lo llano, y ablando sin tropos, le digo qe no me desprezie ninguna voz de las que äí oiga, por mas chavacana y bárbara qe a primera oida le parezca; porqe vozes corren entre el vulgo qe al primer zumbido suenan tales, i despuês tomando-las por su cuenta un buen linajista de palabras, una por una me las emparenta luego con lo mas esclarezido de griegos, de romanos, y aun mas adelante. – Vayan sinô en apoyo de mi dicho un par de ejemplos tomados de los mismos vocablos qe V. me envïa. “Cujon = Lo mismo qe cogujón.” Zierto, como qe es contraczión de esta voz, la cual viene de la latina cucullio compañera de cuculla ( = cogulla, capucha) del ablativo cucullione; qe sabe V. es la terminazion de donde suele el español formar los nombres qe toma del latin, aunqe algunas vezes los tomamos del nominativo, como v. g. de curculio = gorgojo. La trasmutaczion es clara: co de cu, u en o es mui comun; gu de cu, c en g letra afin i mas suäve, id: jo de llio es pronunziazion i mundanza arabesca, frecuente, cômo de alio, ajo &ª &ª. “Terne = Valiente (derivado de ternejal, voz de Jermanïa)”. ¿De donde le pareze a V. qe me pareze a mí qe viene la palabra terne, muy usada tambien por acá? Pues, señor, viene de Roma, i sin bula. A la prueba. Terne se deriva de la terminazion ténere o ténero ( = tierno) del latino téner. Ecsaminemos sinó su mecanismo i significado, terne significa “jóven, valiente, bravo, jaqe”: i la palabra latina ademas de “tierno” significa tambien “manzebo garrido, jayan &.” De la fuerza al esfuerzo el paso es llano i corto. – Vamos aöra al mecanismo. Es mui comun al trasladar vozes del latin al castellano omitir las vocales (con especialidad si son breves): así de libero dezimos libre, de lîtera letra &. De ténere puês diríamos tenre; pero como esta pronunziazion es dura a causa de qe tras ne no puede pronunziar-se re sinó rre, apelamos al arbitrio de trastocar los sonidos diziendo terne por no dezir tenrre. A mas de la trasposizion está en uso tambien entre nosotros la interposizion de un terzer sonido entre los dos qe son incompatibles. De uno i ôtro tenemos ejemplos en el verbo tener, segun se conjugaba antigua i se conjuga modernamente. En el futuro y el condizional, qe regularmente se forman del infinitivo del verbo y el presente &c de aber, como leer-é, ás: leer-ia, ias & suprimian la e final de tener para acortar la voz; i como resultase el mismo inconveniente qe se â evitado con dezir terne a lo jácaro, dezian terné por tenré, ternïa por tenria. Ejemplo: “Cobdizio yo, señor, asaz de cada dia Los bienes de mi emano τ toda su cantïa; 5
τ qe lö él perdiese yo poco curaria; τ poca caridad sobre esto le ternia”. P. López de Ayala, Rimado del Palazio, copla 56.
Y últimamente â prevalezido el uso de intercalar entre los dos sonidos incompatibles ne i re un de qe conserva su pronunziazion al re, diziendo tendre &. A este recurso han acudido igual-mente otras lenguas románicas en igual caso. Los franzeses, para dezir “tierno” como dezimos en castellâno de ténero latino (pues terne i tierno son ermanos) dizen tendre; y en sentido analogo a nuestro ternejal i ternejon con qe significamos el mozo nuevo i rezio, llaman ellos tendron a la moza de buen rejo. Conclusion. Si pues “Yo qe entiendo poco griego”
alcanzo esta esplicazion tan allegada a la verdad (si nó es la verdad misma) ¿qé no ará qien sepa tanto i tanto como yo ignoro i qisiera saber? – Capítulo de otra cosa. Azepto la correspondencia (puramente literaria) con qe V. me brinda, i no solo la azepto sino qe le doi las grazias por la bondad de ser el mediadero: sí zierta-mente, porqe en tratar con serafines imajina qe no puede ménos de ganar un pobre-diablo como su afmo., Be. José. II Agosto 9 [18 ]. Amigo querido: El dador de êsta “Dios delante, I S. Cristóvan jigante”,
es mi amigo d. Francisco Pavano, i no digo mas. Lo demas buen pico tiene él para dezir-lo. – Entretánto, salud. De V. imvariable, B. José. P. D.: Mil cosas a nuestro Poëta Marinesco. 6
III Agosto 10 [1824]. Querido amigo: Sea en ora buena el allazgo del Yéregui, nó por él solo, sino porqe a vueltas de él me lisonjeo qe á de andar el buen Alonso, por qien ando yo muerto i penado. Estas esperanzas galanas de qe parezerá êste i todos los demas dispersos, me las pone de bulto delante de mis ojos echas realidades la considerazion de qe pues â parezido lo que más pica en istoria, â de qerer S. Antonio bendito qe parezca todo lo perdido, i quizá algo más. Lisonjeado sí mi desëo, ya no me contento con la copia qe V. tiene encargada á sus concolegas: â de venir el orijinal en cuerpo i alma, i… säumado. (Segunda enorabuena, entre-paréntesis, por lo del chopo. I prosigo mi epistolario.) Por las señas qe V. me da del Ms. de Yéregui veo qe puede ser otro qe el mio. Êste con otros muchos más i mas preziosos, qedaron en manos de una dama el año de 1814; para llegar a las mias (los qe llegaron) pasaron por muchas; i de unas en otras se me desaparezieron algunos. La dama tiene afinidad con alguna de qien ê oído ablar a V. con encarecimiento. – I vea V. por donde traia yo el agua a mi molino. No lo estrañe V.; porqe el refrán viejo dize qe “qien bueyes â perdido, zenzerros se le antojan”. – Grazias por la oferta: (no es por äí por donde yo peco.) Ya habrá V. visto por la qe dirijí el corrëo pasado a nuestro D. Serafín de Zentellas (pues por mio le cuento ya, visto lo visto) cômo rezibi el poëma, i cômo me lo popé de un tiron aun sin aber apénas medio leido su carta, y aun me quedé saboreando. Ê querido leer-le segunda vez mas a mi sabor, i con la pluma en la mano; pero, amigo mio, no haze tiempo de eso. Porqe qiero qe V. sepa, si es qe no lo sabe, qe se â soltado por aqí una lejion de demonios negros qe a blancos i todo nos traen éstas cabezas echas un enbolismo de asombros, esperanzas i dudas. Nuestros carísimos uéspedes los cristianísimos nietos de S. Luis los an salido a conjurar; y ellos, anda un rum-rum de qe les an roto la cabeza a los conjuradores… I no digo mas; qe para señas basta lo dicho: i no se puede ablar de esto porque se enfada el Sr. Intendente de Polizia; i no es política tanpoco ablar de esta materia donde lo puedan sentir nuestros uéspedes: qe más an echo ellos en venir a poner-nos en paz, qe nosotros en dar-les tan mal pago. Pero eso se saca sienpre qien se mete a despartir a dos qe riñen: i por eso diria Sancho “entre dos dientes molares nadie meta sus pulgares”… y emfin, al llegar aqí se me qitó la gana de escribir, porqe dan las 7, y es ora de ir a la Alameda a ver a las nonbradas danzar con los nonbrados la contradanza de sienpre. Adios. 7
IV [Septiembre 4, 1828]. Mi estimado amigo: Jentil resuello dirá V. que (sic) tengo para buzo, al ver qe he estado tanto tiempo hundido, sin resollar, chistar ni mistar. Pero ha de saber V. qe cuando en Sevilla rezibí su mui deseada (por favor de nuestro tremebundo trajediante) me hallaba en el mas apurado tranze. – I va de cuento. Despues qe nos vimos en la misma Babilonia el año anterior, hize un vïaje á mi país, á donde me llevó en busca de alivio aquella enfermedad incurable qe nuestro Qevedo llama libropesïa: el cual vïaje (Dios y en hora buena) me acarreó un destierro a Chiclana. Nunca peor. Pero la segunda parte es la mas lastimosa. – De allí fui redesterrado á Córdoba. Considere V., V. qe me conoze bien, i conoze por relazion de nuestro buen Marques (sic) de Gua…nches la tierra que iba á pisar, – considere V., Amigo mio (y ayude-me V. a sentir) á donde i qien; amén de las jenerales consideraziones del cômo i el cuândo. Pues no pâra aqi mi historia: ni allí me dejaron mos favorezedores parar arriba de una 30 y tantas horas, al cabo de las cuales fué tataradesterrado á esta insigne villa de Castro del Rio. – Desde aqí al zielo; adonde cuando de aqí salga, me podré ïr vestido y calzado, seguro de qe no tengo qe purgar. Volvamos ahora da-capo. – Con el pie en el aire estaba en Sevilla, cuando llegó a mis manos la favorezida de V., pero estaba tambien con propincuas esperanzas de sentar allí los Penates. Hasta ver-las, pues, realizadas no qise contestar á V.; porqe a mis amigos no gusto yo de contar-les mis duelos i quebrantos (y a los enemigos ménos.) Suponiendo á V. ya instruido por pública voz i fama de los qe en aquel (sic) punto crudo me asaltaron allí, i de los qe aqí he pasado (e ancor si muove); i por no desmentir a renglon seguido con mi dicho mï hecho, no se los cuento aqí tôdos ze por bé. Así en vez de andar-me en oziosos jemidicos i lloramicos, será mejor hablar de nuestras dulzes Camenas. – El Diablo tentador me ha tentado de firme en mi soledad última-mente, i me ha tentado por los versos, i versos de amor. (A la vejez viruelas.) Hasta ahora, aunqe pecador trobante, habia tenido la prudenzia de encubrir al mundo mi flaqeza i el mundo me conozia por mero prosista (i, tal vez por mis pecados, prosador); i si de vez en cuando componia 4 versillos vergonzantes, era a la sordina, en casos que son forzosos, i siempre pour mes menus plaisires. Pero, amigo, ya como tengo poco que (sic) perder, he perdido hasta la vergüerza de hazer malos versos. Los últimos qe he echado á volar son esos (êse es mi pecado fresco): “Perdonad sus muchas faltas.” 8
¿Y V. qé haze? ¿qé heze nuestro Poeta Marinesco? ¿Y un zierto dramatista, consonante de Zelemin, á quien conozco por su buena fama, i qisiera conozer por sus obras?... De tôdos espero me able V. a la larga, como igualmente de cuanto toqe i ataña a Literatura Española, libros raros, espezialmente de injenio… emfin ya V. sabe mi gusto i mi apetito rabioso. ¿No ha parezido nada de aquel (sic) malogrado Codize de Poesïas del consabido injenio Granadino, de aquellos (sic) tiempos gloriosos de nuestra Poesïa? ¡Qé dolor, si se ha perdido todo! Encomiende-me V. á esos buenos Amigos de las Letras, qe en serlo, me los puede V. contar por mui suyo. De V. siempre afmo., B. José. P. D.: Cuando en Sevilla copié á V. de cásqis la Epístola de Dª Marïa de Elva, qiero acordar-me de qe por no tener tiempo para sacar otra copia dejé correr un par de coplas qe tenia descartadas: i temo-me qe se me hubo de qedar en el tintero ûna muy esenzial. – Mande-me-la V. para emendar-se-la conforme al prototipo orijinal, a qe me remito. Otro-si. – Las señas de la casa de V.; porque hai de aqí para êsa portador a la mano todos los dias, i tengo qe mandarle un zierto cartapazio. El pecado fresco es el siguiente: La niña retrahida: Canción romántica “¿A qué es puertas y ventanas… … las puertas del corazón. B. – J. Gallardo 1.
V Septiembre, 28 [1928]. Amigo mio: Nada tendria de estraño qe un sujeto a qien se tarda un año en contestar a una carta mui recuca, pague la peonada tardando otro año en dar él su contestazion: (Estocada por cornada); pero no será mucho tampoco qe yo esté con cuidado en vista de su silenzio, y en oidas de las vozes qe por aqí andan de qe por ahí anda la muerte lista. El dia 11 escribí a V.; yo no pido que V. prezisamente responda a mi carta, sinó 1 [Copia aquí Gallardo esta poesía, aparecida en el Diario Mercantil de Cádiz, nº 4.404, del domingo 24 de agosto de 1828. No la reproducimos por haberlo sido ya muchas veces.]
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qe me diga qe está bueno, como lo desea su afmo. B. José. El sobre, por si V. quiere disparar la respuesta por elevazion: “A Pedro Ruiz Bujalanze, Castro del Rio”. VI Noviembre, 13 [1828]. Amigo querido: Soplar y sorver no puede ser. Una remesa de lo ranzio qe por chiripa se me ha proporzionado de estos contornos, me ha tenido sin levantar cabeza todo el tiempo qe ha qe rezibí la favorezida de V. Ocupado en esta tarëa no me ha quedado ozio para contestar-le tan a plazer, como quisiera; esto de leer i estractar y copiar, mácsime cuando se toma a desëo i como a destajo, quebranta mucho. Ya (¡Dios loado!) despachada mi gustosa tarëa, soi de V. Contesto pues, i digo ante-omnia qe la Oda á los cabellos de Anjelida es mui bonita; i, si mal no imajino, lo fuera mas todavïa embebiendo-la un tanto cuanto para aprovechar los toqes mas felizes. Como el Poëta, se conoze qe habla de abundancia de corazon i fantasïa, no es maravilla qe adjetive nada zicatera-mente; yo quisiera, noobstante, qe recojiese un poco la mano en los epítetos, porqe si bien éstos arguyen riqeza de vena, la mucha riqeza tambien carga i no adorna. Esa entrada imvocatica de la oda, en qe al Rizo se le llama en retahíla don prezioso, emblema misterioso, talismán venturoso, joya de amor, presëa de un Dios… para mis oidos profanos tiene un no-sé-qé sonsonete de letanïa, qe está pidiendo un ora-pro-no-bis. – (Consúltelo V. con nuestro Poëta Serafino.) Este asunto de los cabellos pareze qe es rejistro de Poëtas enamorados (si lo poëta puede ecsistir sin lo galante). En castellano son varias las composiciones consagradas a los cabellos; qe no todo es. “Un Soneto al bostezo de Belisa, y al resbalon de Ines otro Soneto.”
La mas zelebrada es el Madrigal de Gutierre de Zetina. Este bizarro injenio Sevillano, qe apenas es conozido entre los mas afizionados a nuestras Musas mas que por este madrigal, i tal cual soneto qe intercaló Herrera en su comentario a Garzi Laso, – para mí lo es por todo un tomo de Poesïas Ms. del siglo XVI, – qe perdí en Sevilla (¡perdida dolorosa!) En él me acuerdo qe había una larga Canzion al mismo asunto, y aun (no quisiera engañarme), pero de esta canzion es una mera estanzia el madrigal. 10
¿Ha visto V. una cantata de Sanchez Barbero á una trenza de cabellos, impresa no me acuerdo si en las Variedades o en su Poetica?; tiene cosas mui lindas. Hasta un poema entero hai escrito sobre un Rizo. Supongo habrá V. visto el injenioso i rico poema del inglés Pope, intitulado El robo del Rizo. Aun yo pecador, qe no soi Poëta, ni Cristo qe lo fundó, he querido dos vezes poetizar sobre este argumento; pero ninguno lo he hecho á satisfaczion mia (aunque ámbas lo fué á la de las descabelladas.) La una es un Madrigal, solemne atrevimiento despues del incomparable madrigal de Zetina; i la otra glosando esta copla vieja de nuestro Romanzero. “Si me das de tus cabellos, Hermosa niña un cordón; Daré-te yo en trueqe d’ellos El alma y el corazon.”
Pero basta de cabellos. – Repito, la Oda de V., es mui bonita. Mucho zelebro que nuestro Poëta Liz. (es decir Poëta Laureado) frecuente el trato de las Musas; lo contrario serïa imperdonable. El nuevo argumento qe ha elejido para ejerzitar su númen tiene mucho de poético en lo qe tiene de fantástico. Mas lo serïa äun i mas sublime bajo todos los conzeptos, si en lugar de dirijir-se a los habitantes del N. M. se dirijiera a los del globo de la Luna. La predicazion tendria igual logro. – La zítola es por demas: Pájaro viejo no entra en jaula. – Memorias. Zelebro qe la Niña haya a V. parezido tan bien. Su padre da á V. grazias por la mucha qe la haze. Grazias tambien por haber-me V. emendado en mas de un sentído el consonante de ese injenio qe yo crei lo era de “Zelemin”. Las notizias qe yo tenia de él son de parte muy apasionada, y encontraron ademas gran disposizion al asenso en mi corazon agradezido. Lo que sabïa, antes de V. ilustrar-me, lo sabïa tôdo por su familia. V. quiere saber cômo van mis planes literarios: como pueden ir en un païs de garamantas, donde los hombres si rebuznan como jumentos, muerden como lobos rabiosos. En lo que he adelantado algo es en el Diczionario: aqí encuentro mucho vandalismo, i mucho arabismo ignorado u despreziado por los que solo tienen por lenguas la Griega i Latina. De salir de este Arjel no ha lugar por ahora, ni ahora es cuando mas lo desëo: la razon es porque aqí ya vivo bien quisto, i porqe los hombres curiosos de estas zercanïas me van mandando todo cuanto libro u Ms. curioso pueden haber; y entretenido así mato el ozio, y esperando la ventura sufro mi negra desdicha, inalterable siempre en mi amor á las Letras y a mis Amigos. 11
De V. lo es invariable su afmo., B. José. P. D.: ¿Qién es ahí un curioso qe posehe una coleczion de farsas ant. en letra gótica? VII 10 enero 30. Amigo qerido: El buzo de márras, resuella ahora al cabo de una tan larga zabullida. Rezibí en su dia su lata, sustanzial i sabrosa carta, y el enpeño de herir por los mismos filos respondiendo en ôtra igual punto por punto me la ha dilatado tanto. Dize-me V. qe cômo es qe yo solo callo, cuando tôdos chillan literatura por todas partes: nuestro insigne don Telesforo por allá con su Niña de Gomez Arias dando quinze i falta al Zervántes de Calidonia, Guálter Escot, – el Marqesito de La-rosa por acullá con su Arte poética, con sus trajedias & – el feo Hermosilla por acá con su Arte de hablar (mal) en prosa o verso, – la Gazeta de Bayona trincha i raja sobre literatura española como así me lo qiero… – Amigo, V. habla de perlas; pero yo infeliz ¿qé quiere V. qe diga á todo eso, cuando desterrado, preso, i puesto al blanco de mil tiros alevosos con qe ha zerca de un año me asesinan estos alarbes la vida i la honra, apénas puedo articular voz qe no sea lamento? Dejemos pues todas esas bellas cosas para sazon mas oportuna. Ahora lo qe mas importa i urje es qe vea V. i vean esos buenos amigos qé relaziones tienen en Granada en la Sala del Crímen, donde luegoluego va á ver-se mi pleito. Cualquiera recomendazion qe Vds. me ajenzien puede dirijir-se desde luego bajo sinple cubierta á Granada á mi Procurador don Tomás Miguel Sanz. Salgamos de êsta, i luego hablarémos. – Entre tanto i sienpre de V. invariable. B. José. P. D.: Ese bárbaro Gasco es el qe aquí me ha asesinado, haziendose vil instrumento del odio ajeno. Si V. me contesta acá, el sobre esterior: A D. Antonio del Rei: del Comercio.
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VIII Castro del Rio, 21 de enero de 1830. Amigo qerido: Grazias por el papel misto de padrinos qe ha deparado V. a mi malandante i peor estante lizenziado. Mientras en grazia de este hazen aqellos por allá lo qe se a de hazer, qe para qe desde luego deje de padezer la ansiedad penosa en qe vivo bajo el cuchillo de palo de estos caribes, con solo arrancar de aqí los autos es bastante: demos nosotros un rato pasto al alma paloteando sobre literatos y literatura. Deus nobis haec otia fecit. Enpezemos por nuestro insigne don Telesforo, ó él se ha vuelto como un guante, ó, digan lo qe qieran los papelistas ingleses i franzeses, él será sienpre el qe se era: es dezir, el mismo mismísimo qe V. i yo hemos conozido. Su tan decantado Gomez Arias en lo bueno qe tenga, se reduzirá en caracteres i enredo á la comedia famosa de Calderón, donde hai pasos i rasgos mui bien sentidos: “Señor Gomez Arias, duélete de mí: no me dejes sola en Benamejí.”
Sobre la tela urdida por el insigne don Pedro habrá el don Telesforo tramado cosas a gusto del pais, i del tiempo, arañando de otras piezas españolas qe por allá no son conozidas; i héteme inventor al qe no es sinó torpe copiante. Estoi zierto, segun los elojios de las gazetas inglesas, de qe en el Gomez Arias no faltarán espantajos de horrenda catadura, atrozes y truculentos casos de ladrones bandoleros i jente del bronze i cosas á este son qe son música zelestial para los tímpanos británicos. I para el gusto franzes (qe ha bastardeado infinito) eszenas varias de fantástico paisaje, personajes i costunbres de exótica peregrinidad; i basta ya para qe pongan la novela á par de su zelebrado Don Alonso, de su último abenzerraje, infelizísimas producziones a todas luzes. De Güalter Scot me habla V. – Este es el reverso de la medalla: injenio singular, gusto verdaderamente zervántico (hablando á estilo de su pais). Scot i Báiron me merezen el conzepto de ser los injenios de primera fuerza en nuestros dias, conozco personalmente al primero; i aun he tenido el gusto de tomar una noche té con él en casa de una paisana suya. Es injenio nazido para la novela; i grande admirador, como lord Báiron, de los injenios de España, grande noveladores en verso, aunqe sus invenziones no tengan título de novela; nuestras comedias antiguas tienen todas las formas novelescas qe caracterizan este jénero de conposizion; con otra zircunstanzia mui relevante, qe es el haber puesto sus novelas á la prueba mas dura qe pueden pasar las invenziones de 13
hechos imajinados, qe es la aczion, donde se ve mas á las claras si se ha observado ú no aqel sabio documento del venusino: “Ficta voluptatis gratia sint proxima vero.”
De los vozingleros qe á la banda de allá del Vidasöa estan chapurreando la lengua i literatura española, qisiera dezir á V. aqí en buen romanze lo qe siento; pero eso pide mas vagar. Qede esta hoja doblada para otro dia. Entónzes hablaré tanbien del insigne Panduntur ( = Q.) 1 su antiguo protector, i ahora protejido. – Vamos á otro punto. Dezíame V. en su estimada anterior qe ¿cómo era qe yo nada hazia, cuando todos ó tantos hazen (al ménos ruido)? – Respondo á eso qe no hago, porqe este no es para mí tienpo de hazer sinó de padezer. Sin enbargo no dejo de hazer cuanto las perras zircunstanzias de este tienpo crudo para mí me permiten. V. habrá visto una zierta Historia de la literatura española de Federico Bouterwek, traduzida i aumentada del aleman por un don Tal Hugalde i don Cual Gomez de la Cortina. Pues, señor, yo sin verla tengo hecha una crítica qe dos meses ántes de publicarse la obra criticada estaba ya presentada á zensura; i ya con la rejia está ha zerca de un año pronta para la inpresion. Para escribir la crítica no hube menester mas qe ver el anunzio de la dichosa historia; i cuando he visto ya esta, tengo la satisfaczion de no haberme fallado ni uno de los puntos de aqella. Ya discurrirá V. por qé no se ha inpreso mi opúsculo, el cual conpondrá como unos seis pliegos de inprenta. – Pienso publicarle todavía, é ir publicando cuadernos segun vayan saliendo tomos de la obra: el 1º no me da poca mies en qe meter la hoz. El título de mi primer papel era: “Desengaño antizipado á la publicazion de la tan cacareada historia de la literatura española de F. Boutervvek traduzida i adizionada por los señores &.” Con un epígrafe tomado de Mr. Arouet: Au peu d’esprit que le pauvre homme avait, L’esprit d’autri par supplement servait… Il compilait, compilait, compilait…
Pero ya el título deberá ser calendario nuevo del año pasado, ó desengaño (qe hubo de ser) antizipado á &. Se le mandará a V., para qe me digan Vds. qé les pareze, i enmienden lo enmendable. Vale.
1 [Alude a los versos macarrónicos conpuestos por Sanchez Barbero en contra del Duqe de Viseo, qe prinzipian: Panduntur porta. Nota del amanuense.
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IX 24 de enero, 30. Amigo qerido: Enhorabuena en verdad; doísela á V., i me la tomo ú al partir, como dos qe se qieren bien, i muerden en un confite. Hoi ha llegado la Real Provision para qe, suspendiendo aqí todo prozedimiento, se remitan los autos á la Real Chanzillería. No sabe V. con esto el peso enorme qe he sacudido de mis hombros: me siento como de muerte á vida, al considerarme fuera ya de las garras de estos caribes, cuyo vivo enpeño es matarme con cuchillo de palo. Contestar punto por punto á los de su regalada no es para mi cabeza en este momento. – Cuando la tenga mas asentada haré por acordarme de unos versos amorosos (poesía casera) escritos últimamente en mi prision. El Desengaño irá el lúnes, si el lúnes va conductor á la mano, como espero. Irá tanbien otra friolerilla en prosa, escrita tanbien entre hierros. A nuestro don Serafin de Zentellas mil i mil grazias; hoy le escribo cuatro líneas, con pena de qe ni con 4 mil podría espresar á Vds. la satisfaczion y reconozimiento de su afectísimo invariable, B. José. X Castro’l-rio, 1º febrero, 30. Amigo qerido: No hai tienpo para mas: el portador marcha. Allá va el Desengaño, i los artículos de Mudez: “Perdonad sus muchas faltas.”
He rezibido su última regalada del 27: contestaré por el corrëo. Al seráfico Zentellas mil cosas. Salud. B. J. XI 4 febrero, 30. Amigo qerido: De perlas es todo cuanto V. me dize en su regalada del 27. El bocadito de peregrina historia qe V. me cuenta del pavo, está espezial: ¡ojalá podamos con la nuestra añadirla un buen postre! 15
Escribí á los amigos P. i M. J. (Peña i Mendoza-José): del primero he tenido ya contestazion: en ella se retrata como Vds. me le habian pintado: él es mï hombre: lo qe yo andaba buscando. Máteme Dios con qien me entiende. Ya estoi entre los mios. ¡Plazer del alma! Los autos fueron el 28; ahora falta qe vaya yo i todo. Así se me logrará el ver ese hermoso monumento venerable de tan románticas memorias, i teatro sienpre de grandes injenios. De camino trastearé por aqellos escondrijos de librerias viejas, i ya qe no encuentre nada de Rodriguez-Ardila ¿qé sabemos lo qe se me puede deparar de otros? A nuestro Zentellas mil i mil grazias: el 24 le escribí cuando á V.: digo-lo por si la carta se ha estravïado. Por lo mismo aviso á V. tanbien qe el 21 mandé á V. tanbien una carta larga de re-literaria. Otro-sí: en 1º del corriente he dirijido a V. á la mano el Desengaño i los artículos sobre Sordo-mudez estanpados en el Diario de Cádiz (de los versos no he podido hazer cabal memoria). – Vengan los de doña María de Alva, i se correjirán. El avestruz de ahí es pintiparado al evestruz de aqí; pero el bicho aqí mas dañino es uno qe deshonra el nombre de nuestro Zentellas; este tal asistido de un maldito Escriba i un Farisëo, Rábula de los qe estudian la lei para ejerzitar la tranpa, qe le sirven de demonios familiares, son aqí mis sayones: Gens inimica mihi. – Mil i mil cosas al amigo. Salud. B. J. XII 17 febrero, 30. Amigo qerido: Perdone-me Dios si peco, mas ello es así (¡humana flaqeza!) qe no puedo disimular la gran satisfaczion de qe me hincha el alma la aprobazion qe V. dispensa a mis pobres borrones. Yo no soi como aquel insigne Dr. J. Perez, a qien nuestro chusco Qevedo hizo bailar sin son en su Perinola; el cual Dr. hizo un libro Para todos. Yo escribo para pocos: digo como Séneca: “Pôcos me bastan”, como esos pôcos sean ellos entendidos: Satis est unus: y V. es mi ûno. V. me entiende i cala hasta las tázitas mas reservadas de mi mente. No nezesito mas. V. solo eqivale para mí a todo un mundo de aprobantes y aplaudientes. (En V. veo unipersonados a los amigos. Sin embargo, desëo saber el voto del Sr. de la Mar). Mûcho zelebro qe ese bocadillo de Historia, de qe por variar he qerido hazer plato al gusto de los qe le tiene fino, le haya á V. sido tan sabroso. E ïo anche: tanbien yo me las entiendo en las veras, aunque el Público me conoze casi solo por las burlas. ¡Oh, si en la fatal de Trïana 16
no me hubieran desvalijado, como V. sabe!, entónzes sabria V. lo qe en ese punto no pretendo qe V. me crea sino sobre prenda. (Entre amigos, y en cosas tales, con ver-lo basta). ¡Algun dia, si Dios qiere! Mi pensamiento en cuanto a Boutervveck es críticamente el mismo qe V. insinua; y en buena fe qe el tomo qe va publicado, no me da ya poca márjen donde correr la pluma. Siento en verdad tener qe emendar ajenos yerros; mejor qeria ejerzitar (en vano) la zensura pública contra los propios; pero ¡dolor de mí! ¿qé puedo yo hazer despues de la fatal banca-rota qe he padezido de todos mis escritos, cuando haze 6 años qe el azote de la persecución cruje tan barbaramente sobre mí, qe apénas me dejan el uso del sentido comun? Ya V. sabe lo de Sevilla: aqí ya ve V. la crujía qe estoi pasando: 155 dias me han tenido en una inmunda cárzel. Sin libros, i robada hasta la paz del alma, amenazada aqí de continuo mi vida i mi honra por la calumnia i el puñal asesino… ¡Jentil aliño porDios para escribir Historias Literarias! – La Historia no se escribe sin documentos. No obstante, aseguro á V. y aseguro-se-lo [sic] V. así en mi nombre a tôdos los qe bien me qieren, qe si muero sin haber re-escrito i puesto en molde la Historia crítica del Injenio Español, muero cuando ménos contra toda mi voluntad. Dize-me V. qe le he de dezir hazia qé tienpo cae el lenguaje anticuado de las Trobas con qe me favoreze. – Apuro es ziertamente en el qe V. me pone: mas hazedero será para mí dezir-le qien es el Autor, pues qe no le conoze. Es paisano i amigo mio, musa primeriza; yo al ménos jamas le habia conozido esa grazia hasta la presente; puede qe el aura palaziega se la haya infundido; él es hijo político de Cuervo el Arqitecto de Palazio. Sé qe ha publicado un Romanzero Morisco entresacado del Jeneral; no le he visto, pero no nezesito ver-le para saber lo qe será (para saber hablar de nuestro Romanze se nezesita saber mucho latin). Ha publicado tanbien un Discurso sobre el tëatro antiguo Español, en qe jermanizando estrañamente paradojiza doctrinas qe los Alemanes han bebido en nuestros libros; forjando-se allá una idëa fantástica de ese negro jénero Romántico qe, ¡noramala para ellos!, tan mal entienden los qe no saben. (El qe no sabe, no entiende.) He dejado para postre como por saborete el hablar de ese curioso e ilustrado colector de peregrinas antiguallas, de qien V. me habla con elojio, sin dezir-me su nombre; pero el elojio eqivale al nonbre. No puede ser ôtro sino el mismo de qien ya V. otra vez me habló con igual encarezimiento; i qe el trajizante La-torre me ha zelebrado. Agradezco a V. la fineza de poner-me en contacto con un sujeto tan benemérito de nuestras Buenas-letras, i para andar yo desde luego la parte de camino qe me toca para qe nos azerquemos a dar-nos la mano, me tomo la llaneza de suplicar-le (sin mas introito ni zircunloqio) qe me favorezca con una Nota espresiva de las piezas antiguas de teätro qe posee. 17
Ya V. sabe qe lo mas sensible de mis pérdidas ha sido en este ramo y en el de Canzioneros i Romanzeros: en efecto perdí en Sevilla el mas hermoso ejemplar qe han visto mis ojos del Lope de Rueda (ed. de Valenzia) – un Torres-Naharro de la ed. prínzipe de Nápoles (1517); – farsas, autos, coloqios, hasta trajedias sueltas; tôdas antiguas, antiqísimas, ya inpresas, ya Ms. (y aun orijinales) o copiadas de mi puño con la prolijidad qe sabe V. estilo en cosas tales. Entre las trajedias antiqísimas qe tengo vistas, me acuerdo con dolor de una de Lucrezia en cuyo fróntis habia puesto un curioso a prinzipios XVI el siguiente epitafio: “Aqí yaze Lucrezia Que fue puta i nezia.”
Y “Aquí dió fin a su cantar Salizio”: Basta de Cartapazio. Ese Desengaño pienso qe se inprima cual está (o cual salga de la zensura de los amigos) tan luego como recoja la rejia qe el año pasado por ahora obtuvo en Sevilla. Para la nueva lizenzia le mandarémos a Granada; i la inpresion podrá hazer-se en esa. Entre tanto salud y afecto. B. José. N. B.: Cuando V. guste favorezer-me con alguna remesa qe esceda del bulto de una carta regular (como v. g. ese Catálogo qe le pido de los libros i Ms. curiosos de Farsas…, Romanzeros, Canzioneros, & de &) puede mandar-me-la a la mano por harrieros de aqí qe nunca faltan ahí. XIII 28 febrero, 30. Amigo: De lo lindo: Mereze V. las mejores albrizias con un título de oro y azul de engarzador de voluntades literatescas. Pero dejando-nos de tíqis-míqis, vamos a lo qe mas urje. – Ayer puede qe se haya decretado la traslazion; mas por si nó, bueno será qe de ahí Vds. atizen el fuego, para qe ande vivito. Ya sabrá V. qe estoy en contacto con P. 1 – Amigo, grazias: es un diamante. Lo qe Vds. me dezian, él por él. “Puesto ya el pie en el estribo.”
(¡y el diablo sea sordo!) ya V. ve qe cualqiera remesa, qe no sea epistóli1
Peña.
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ca, está demas por ahora. Tendré gusto en rever esa edizion de Lope de Rueda qe posee el amigo, de qe ya en Madrid vi años pasados dos ejemplares: uno qe poseïa el injenioso Doctor Casal, y ôtro de la rica i selecta Biblioteca del Duque de Osuna, el cuâl paraba en poder del principe de Anglona. – Ya qerrá Dios qe le vea mas a plazer. Gustaré tanbien de ver las obras del Marqesito de la Rosa, señaladamente su Poética; si bien no espero ver en ella nâda nuevo para mí. Su retrato cual yo me le trazo en la fantasïa, ha de venir a ser pintiparado al qe Moreto (creo) haze de zierta Dama: “Una hermosura modesta con ziertas señas de tibia, mas sin defecto comun, ni perfeczion peregrina.”
Vamos ahora a nuestro Desengaño: Me lisonjea mûcho el qe no hallen Vds. qe emendar en él; pero cuenta no se les haya a Vds. al juzgar-le subido el corazon a la cabeza; i barajados los papeles, haga la voluntad el qe tocaba al entendimiento. Sea de esto lo qe fuere, lo qe urje es qe luego-luego se le mande V. a nuestro Lizenciado Peña, con encargo de qe al punto se presente a zensura, para al punto echar-le a volar. Ese debe ser el órden: adelantar la crítica qe hubo de ser para el Público profética, i tras ella la qe arroja de sí la inspeczion de la obra. Sobre-ella i su crítica por la de Bayona, el Diálogo entre él i yo (qe está aquí a la órden de V.) && se ha levantado una brava pelotera. – Tanto oro mas para qe ahora en caliente salga el Desengaño. (Por supuesto, debe V. allá prevenir qe para pedir la lizenzia busqen qien la prohije; sin qe los zensores sepan ni por semejas qe sea qien es su verdadero autor.) Conqe nuestro buen Zentellas en los Madriles. “A la corte vas. Fernando…”
Qe Salga como desea; para despues desear otra cosa mejor. Esa es la vida. – Salud. B. José. XIV 13 marzo [1830]. Amigos qeridos: En este momento rezibo la sabrosísima suya del 10; i encontrando al paso unos harrieros qe van para esa, he venido volando a tomar el adjunto papelote qe cochite-hervite, como acaba de 19
salir de primera mano de las de su autor, mando allá en cuerpo i alma. Si mereziese su aprobazion, luego-luego emvïen-se-le a Zentellas para qe le prohije, i presente a zensura, i… “I despues de acostados P. Fr. Diego I despues de acostados: ¿qé harémos luego?”
Segun él diga, harémos. Salud. B. José. XV 14 marzo, 30. Amigo: Mi gozo en el pozo: la decantada romerïa a Granada, según voi viendo se qedará en el eco. El honbre de muchas caras 1 me habla en ese son; i lo mîsmo con corta diferenzia nuestro insigne Ñape (“Trasposizion se llama esta figura”):
el cuál me dize no sé qe de sobreseer-se. Esto no es malo: el pariente lo qe qiere es descansar i por eso qisiera hasta morir-se, porqe estos malandrines le dejasen de una vez descansar en paz. Pero ¿no sería mejor qe por el pronto aczediendo a su petizion, le dejasen salir de este Arjel, i una vez allí cortasen o desanudasen, como mas les viniese en talente? El escrúpulo qe les tiene a esos señores para decretar la traslazion pareze ser qe es la confinazion del pariente por la Polizía en este punto. – Pero ahora ya nuestro honbre está relajado por la dicha Policía al brazo secular de la Justicia; i en verdad en verdad qe si fuera cosa de echar-le a Galeras, los señores Golillas no habian de escrupulizar para sacar-le de donde está para poner-le donde esté peor. ¿Por qé, pues, escrupulizar el llevar-le donde esté mejor? Traslazion ¿no es una, si traslazion es otra? Con estos antezedentes Vds. ahí echen sus conpases: en intelijenzia de qe si no hai Granada me desdigo de todo cuanto tengo dicho en mis anteriores en órden a qe no me manden Vds. de ahí nada. Vengan, pues, los librotes a cargas; pero venga ántes Nota de todo, para hazer de aqí mis pedidos a tiro hecho: si bien en siendo ello gótico puede venir aunqe sea la Bula de la Cruzada (qe nunca vendrá mal, pues si no viene al llueve, como dijo el ôtro, vendrá al mucho). La edizion gótica de Mena de qe Vds. me hablan es la última (creo) qe se hizo en ese carácter i de las mas incorrectas. Ese es libro de estudio 1
[El procurador don Tomas Miguel Sanz.] Nota del amanuense.
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i de los qe ni se usan ni se escusan. “Fortuna te dé Dios, hijo”: J. de la Enzina tiene inconparablemente mas mérito, i casi nadie le mienta en boca sinó para verbigrazia de disparates, por aqellos qe conpuso de “Anoche de madrugada, ya despues de medio-dia, vi venir en romerïa una nube mui cargada.”
Yo tengo aqí de Mena las ediziones siguientes: Coronazion (sin espresion de lugar ni inprenta), folio, letra gótica, 1499. # Obras, id. Sevilla, por Jacobo Cronberger, 1512. # Id. Valladolid, por J. de Villaqiran, 1540. ¿Qé edición es esa de la Zelestina? El qe dijo de éste, qe es “Libro en su opinion divino si ocultara mas lo humano”
dijo en son de donaire una sentenzia de oro. ¡Libro de profundo saber! Tanbien me han qedado algunos ejenplares: conviene a saber (por si el saber-lo les es a Vds. conveniente): Zelestina, 8º, letra gótica con estanpas, Zaragoza, 1535. # Id. 12º. Emvers, 1568. # Trad. en italiano, 8º Venézia, 1525. # 8º, marqª. Madrid, 1822 (creo: es la edizion de la Gabachina). He dejado para postre el punto del Desengaño. – Prudentísimas son las consideraziones qe V. haze sobre las dificultades e inconvenientes de su inpresion; pero tódos i todas se las doi yo a V. allanadas hasta la consecuzion de al lizenzia, puesto qe ya haze un año qe la tengo conseguida, con la satisfaczion de qe al testo mio no se le tocó ni en un tilde. I en verdad qe no fué porqe ignorasen el Autor; pues aunqe latebat nomen sub umbra, uno de los Zensores dijo al amigo qe prestó el suyo qe en cada línea estaba él leyendo el tázito. En órden a los escrúpulos de Sánchez, Sánchez era un clérigo a qien se le había asentado mucho la sotana. Por él no se hubiera inpreso lo mas picante i curioso del chusco Arzipreste J. Ruiz. Vea V. a ese propósito lo qe dize el gran Jovellanos en su aprobazion. Comoquiera a pesar i todo de sus escrúpulos el Bibliotecario Sánchez habia presentado a zensura todo el Rimado de Palazio entero i verdadero, segun qe yo lo he visto por estos ojos pecadores en poder de mi amigo don Gabriel de Sancha qe le tenia con las lizenzias corrientes para inpremir-le, i no le habia inpreso porqe (como él dezia) seria libro de venta muerta. Sin enbargo de todo esto zediendo a las insinuaziones de V., y no yendo mui léjos de ellas el amigo don José Ñape 1, suspendo por ahora la presentazion de la obra a nueva zensura. Ñape es de opinion qe êsta se 1
[Peña, abogado de Granada.] Nota del amanuense.
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solizite en la corte, donde efectivamente será mas fázil de obtener i de inprimir; pero yo qiero ántes qe probemos fortuna en esos Cuatro palmetazos del Dómine Lúcas qe ayer mandé a V. con un harriero qe no conozco: (las señas son mortales). Siento qe ese papel haya salido en crudo de mis manos; pero a bien qe de las de V. saldrá, qe se podrá presentar en las de un Rei qe sea. Prevengo a Vds. una cosa: como no tengo aqí mis mamotretos a la mano, aunqe tengo ejenplos a escojer de la locuzion uno qe otro, no ha sido poco qe, sabiendo ser mui dezidera en Toledo, Valladolid i otros pueblos donde se habla puro i castizo el castellano, se me haya deparado un BenEgas, donde he encontrado una autoridad qe ni de molde. Si ahí se les ocurren a Vds. otras más, se pondrán por via de P. S. Otro-sí. – Si algun afizionado a la Literatura Inglesa tuviese ahí la obra de Horne-Toock qe se recomienda en la zita (9), o se rejistrase en algun catálogo, qisiera individualizar más el título, lugar i año de la inpresion de su obra. I con esto zeso, i no de rogar a Dios me mantenga con V. en su digna i santa guarda, conzediendo-nos el gusto de andar juntos las santas estaziones i cantar luego en su dia la aleluya. Entre tanto salve i ave. B. José. P. D.: En lo de la contienda de qe me ha hecho V. Palémon: ecce Palemon: (carta canta). XVI 25 marzo, 30. Amigo: Nada de la Polizía. A bien qe el remedio no está en Roma: tôdo está en Granada. Miéntras allí no se deshaga el lio qe me han hecho aqí, no es seguro ni airoso nâda qe se intente por la Polizía. – Pero qe mi pleito se acabe pronto, qe se acabe tarde, el vïaje a Granada sienpre pende respectivamente de los señores Golas. – Qe no me lo despachan luego (ya ha mas de un año qe me tienen aqí enredado en este enbeleco grosero!!) entre-tanto esos señores lo son absolutamente de tener-me o llevar-me donde mas le venga en talante, puesto qe la Polizía me ha entregado a su disposizion. Ergo pende de ellos el tirar de mí a Granada, como han tirado del prozeso. ¿Porqé no tirar? Qe tiren, i se dejen de escrúpulos de Mizifuf. Qe me despachen luego el pleito; entónzes yo sé qe la Polizía tiene prometido el dejar-me a mi voluntad salir de aqí para donde mas me cuadre, i no me cuadra sinó del primer volëo ir a dar a Vds. un abrazo. 22
Conclusion neta de todo lo dicho: qe aprieten Vds. el ergo con la jente de Granada. – De mis juezes Casaux es amigo antiguo. Con él conviene concertar-lo todo, amen de nuestro Ñape i mi pro-hombre. Estoi curioso por saber si los Palmetazos gustan a Vds. tanto como pueden escozer a Mess. de la Pepenière. Estoi fatalísimo de la cabeza, a resultas de una fuerte insolazion. Por eso no soi mas largo de pluma; pero nunca corto en el afecto. XVII 31 marzo [1830]. Amigo: Como el burro de Turégano (salva la conparanza) qe dize el Proverbio, qe por un eqilibrio de indiferenzia, puesto a igual distanzia de ânbos, se murió de hanbre entre dos piensos; así ni mas ni ménos (i repito el parántesis) ha habido de suzederme a mí con el contenido del inesperado paqete, con qe me han favorezido Vds. Curiosidad grande era la mia por ver obra de molde de nuestro amigo: picante curiosidad tanbien la de ver las no vistas del Marqesito: – a ¿cuál me arrojaré primero? – a lo mas nuevo para mí: las refundiziones de qe ya en Cádiz tuve algunos pronunzios por aqel Malagueño qe V. sabe, i luego en Sevilla por el trajediante qe no ignora. Enfrascado en su lectura, han venido a aguar-me el gusto dos fatales cartas de Ñape i mi Pró, en qe me anunzian en víspera de devolver-se a êsta mis negros autos, para qe este Badulaqe falle la causa. Esto me tiene desazonadísimo. Los señores Golas me entregan así a Discrezion de mis enemigos, qe irritados con la resistenzia sajarán i cortarán desapiadadamente. Ñape sin enbargo dize qe él lo amañará todo, i senbrará azuzenas donde yo no veo sinó abrojos. “Tódos dijeron amén, sino Don Sancho qe calla.”
Pero dejemos esto, porqe es cosa de enloqezer de rabia i desesperazion. Volvamos al paqete i su remesa. – Yo no he mandado al portador con designio determinado a nada. Cuando mandé a V. por él los Palmetazos, le encargué qe en otro cualquiera vïaje a êsa, sienpre qe buenamente se le hiziese camino, se pasase por casa de V., i aqí por mi posada, por si ocurria algo qe llevar o traer a la mano. Êste es todo el misterio. A Guerra escribí el correo pasado sobre nuestras gramatiqerïas. Memorias. – De V. afectísimo, 23
B. José. P.D.: Ese Caballerito de Manuel de la “Dama Duende” ¿es acaso hijo del famoso don Miguel de Manuel, ilustre e ilustrado Colector de nuestros Fueros antiguos, &? XVIII Abril 4 [1830]. Amigo mio qerido: Ante todas cosas pongo en notizia de V. como los Palmetazos están ya corrientes de lizencia para imprimir-se. Cuando dirijí a Vds. la copia qe äun ignoran si ha llegado a su destino, mandé un duplicado a otra parte con el mismo objeto, a tan buena hora, qe êsta (¡Dios loado!) es en la qe ya está despachado para ir al molde. Como es mas qe probable qe el amigo Zentéllas no tenga tan adelantadas sus diligenzias, le escribo hoi; para qe en tal caso, lo suspenda todo. Mucho zelebro qe ese otro Papelon haya encontrado grazia ante los ojos de V. El estilo varïa un tanto del qe V. qizá creeria qe me es jenial esclusivamente; pero no hai tal jenialidad. Si mis veras gustan como mis burlas, la razon es bien natural; burlas i veras manan de una misma fuente, qe es el manantial vivo de todo agrado: la verdad. La qe hai en los afectos qe me dominan. procuro yo qe traspire en mis escritos; i he ahí todo el misterio del arte de cautivar las almas con la pluma. “Lo bello e lo vero una cosa son”
dize un Prínzipe trovador del siglo XV. He pasado un par de dias mui entretenidos i sabrosos con la ropavieja del amigo Guerra i las obras del Marqesito. Ya hablarémos de tôdo mas de espazio i mas a sabor qe pudiera hoi hazer-lo, qe no me sobra el vagar ni el ozio de espíritu. Al sobredicho nuestro D. PP. qe haga favor, como le tengo dicho, de ir-me adelantando nota de sus libros, enpezando por lo qe él crea mas peregrino: por si tuviese algunos artículos (como es mui factible qe tenga) qe yo no haya visto, aprovechar la chiripa de nuestra procsimidad para leer-los: i aun releer algúnos, qe no me sea tan fázil volver a la mano, condenado como estoi a no poder ir ni estar, sinó donde qieren dejar-me. Et meminisse juvabit. Mis asuntos en Granada han tomado un runbo qe a dicho de nuestro Ñapé puede sacar-me pronto de penas: los autos han pasado al Fiscal, a dicha (cree aqel) para qe el negozio muera en sus manos mandando sobreseer. La causa estaba aqí ya casi rematada; no faltaba sino alegar el reo de bien probado. Sirva-les a Vds. esto de luz i norte para acudir a donde convenga. Al Fiscal. – Ñapé debe llegar a êsta de un dia a otro. 24
Si mis negozios terminan tan bien i pronto como se lisonjea mi Defensor (de anillo, hasta la presente), espero qe no tardarémos mucho en ver-nos; porqe mi ánimo al levantar de aqí los penates, si la mia vale, es ir a dar un vistazo a la antigua corte del Rei Chico, pasar a Málaga, i de allí zarpar al gran Charpo para el enporio Gaditano. ¡Dios me oiga, i el diablo sea sordo! Entre tanto lo qe inporta es apretar el ergo en Granada, para salir con bien de la virga-ferrea del inpitoyable Fiscal. Salud P. D.: ¿Mandé a V. unos ziertos Confites de Cupido, fábrica de casa? XIX Abril 18 [1830]. Amigo: Feliz pensamiento es el qe V. me sujiere, de inprimir la Cuestion Logosófica a continuazion de los Cuatro Palmetazos. Allí estará mas en su lugar: en el qe la cupo estaba negando la conpañïa. El enpeño era inprimir-la; porqe el Zensor del Diario de Cádiz le hizo (por puros respetos humanos) de qe no se inprimiese. Inpresa qe sea, i puesta ya a la pública zensura, cada cúal es dueño de aprobar o reprobar conforme a su leal saber i entender, nec voto vivitur uno. Yo tengo el mio, i no me ofenderé del de los demas: soi mui tolerante (aunqe gusto de defender bien mi gaban). “Digo-lo porque lo digo; i no lo digo por mal.”
Zentellas me escribe a mí tanbien; i en verdad qe por su carta veo qe es Pöeta por mar i por tierra, Pöeta de anbas sillas i de dicho i hecho: segun veo qe ha puesto mis bártulos i los suyos de una mano a otra, tiene una travesura verdaderamente poética, qe en la Corte es el verdadero moyen de parvenir. – Para lo del memorial no es tienpo; pero cuando me haya desenredado de esta Lïorna, vendrá de perlas. Yo espero qe no se tarde mucho, segun me ha dicho aqí de labio a oido el amigo Ñapé (qe es una perla: he qedado encantado de él.) – Estamos pues en vísperas del abrazo. De la ropa vieja pues dije lo qe dije, para un buen entendedor era mas de lo qe se nezesitaba para saber mi gusto en ese particular: a mayor abundamiento digo-le a V. qe es bocado muy al tenple de mi paladar, y qe sabe qe rabia. – Vea V. lo qe digo mas al amigo Guerra. De la Historia de las Comunidades de Castilla, del Marqesito de la Rosa, no he visto mas qe la 1ª inpresion: i visto lo visto, no me pica 25
mûcho la curiosidad de ver la 2ª. Yo no espero de él gran cosa en ese punto, ni en ninguno del mismo tenple: nervi deficiunt animique. – De sus obras me ha mandado V. cabalmente lo qe yo más deseaba ver, qe es la Poética, por las ilustraziones: qeria ver si habia dado alcanze a algun libro u mamotreto peregrino qe a mí se me hubiese escapado por pies; qe pudiera mui bien, porqe la caza, aunqe más fatigue uno montes i selvas, suele saltar cuândo i donde mênos se piensa: pero toda su caza, de pelo i pluma, es caza casera: – (bien aliñadita, es menester confesarlo). – Estos dos tomos irán a la primera ocasion; i grazias. No nezesito ver los otros. “I aquí entro yo.”
Allá van los Comfites de Cupido, i perdone V. la cortedad: ello es envïar agua al mar; pero al cabo es otra cosa, i Dª Otra sienpre entretiene mas qe Dª Mia, segun aqello de Quevedo: “Por mas hermosa qe mi Tronga sea, Otra en ser otra Tronga es mas hermosa: el mayor apetito es otra cosa, aunqe lo mas hermoso se posea.”
Salud i amistad. B. José. XX Mayo, 13 [1830]. Amigo qerido: Nada de mâl por ningun respecto, sino tôdo para bien. Estos dias se me ha deparado una carretada de libros i papeles viejos, qe me han tenido sin levantar cabeza, ni escribir cartas sino para cumplir con quien es preziso el cumplimiento. A V. le he tratado como de casa. En este medio tiempo hemos mejorado de fortuna. Mi pleito se ha declarado caso de corte: de consiguiente pleito por ménos. Ya no pendo de estos caribes. Puesto el pandero en manos qe le saben tan bien tañer, V. figúrese el repiqe qe andará; sobre todo guiando la danza nuestro Ñapé, á quien se le bullen i bailan hasta las niñas de los ojos. En toda esta zambra me cuentan qe ha hecho primores para qe la fiesta salga luzida, F. Ragué. – De tôdo a V. las grazias; porqe sin V. tamquam si non essem. – Conqe tendremos abrazo, i apretado.
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En las atildaduras qe V. pone á la ropa vieja, hai tales i tales toqes, de pluma en qe V. escribe con fósforo para mis ojos desalumbrados en esta mazmorra: “Do non sé cuando es de dia Nin menos cuando es de noche”,
como canta allá el Romanze viejo. Yo no tenia notizia de ese nuevo Roszio Aguilar. Zelebro qe los Confites hayan sabido á V. ni amargos, ni empalagosos, sino midly-midly como dizen las inglesas. – De la Cantinela a las Niñas Vérges apénas me acuerdo sino de la 1ª i tal cual copla mas. – La 1ª es: “Donde el furibundo Alzides Su férrea clava rompió, Moran dos Bellas hermanas, De las almas soberanas; Y entre las dós, Cual hoja del olmo al viento, Se me bulle el corazón.”
I la última dize (creo): “Por el Dios, pulidas ninfas, Qe tan lindas os crió, Dole-os de este cuidado, En vuestro amor abrasado; Y entre las dós Como tan buenas hermanas, Repartid mi corazon.”
Volverá Dª María del Alba tocada i retocada conforme a la edizion prínzipe. – Venga esa oda, i vengan esos otros enamorados lloramicos, fruta de qe soi golosísimo. Capítulo de otra cosa; mas apésar de todo esto –, tengo un sobrino, qe (si lo fuera de otro) diria qe es una perla. En medio del rigor conqe la fortuna persigue a su padre i a su tio, hemos procurado dar-le una carrera digna de mejores tiempos. Mi empeño fué ponerle desde luego en Londres a qe siguiese sus estudios en un Colegio: donde en efecto entrado apénas, se llevó entre todos la palma por sus singulares talentos. Cuando pasó a Inglaterra, era muchacho de unos 17 años i habia estudiado ya Gramática Lat., Matemáticas i algunas otras cosas de utilidad y luzimiento. Allí aprendió el inglés: se soltó en el francés é italiano, i no dejó olvidar el portugués qe habia cursado en Portugal. Le fundamenté en otros estudios de honra i provecho: i toda esta baterïa de conozimientos he querido yo qe le sirvan para la Carrera del Comercio, 27
cuya zienzia ha estudíado teorica i practicamente por prinzipios al lado de mis antiguos amigos los señores Sardeman Goodem i Cª (Goodem es todo un literato i versadisimo en nuestra Literatura). El anhelo de adquirir conozimientos mercantiles é instruirse en la lengua Morisca le hizo admitir por via de ensayo una comision qe le ha entretenido en la costa de Africa un año. Alli continua, pero ya trapicheando de su cuenta i riesgo. Y, ahora, él quiere i yo quisiera qe los principios de una educazión verdaderamente mercantil qe posee tan á fondo se empleasen en su madre tierra lo mas en pro i honra suya qe ser pudiese. ¿Habria por ahí dezente cabida? Corra la palabra; i avise-me V. pronto; porqe él sinó remonta el vuelo. Salud. P. D.: La Rosa está empaqetada tiempo ha, esperando un buen mensajero. ¿Que dize a V. Zentellas, porque en todo este mes no he visto letra suya? Ya contaria á V. la diablura qe hizo con el Domine Lucas. Este ya andaria rompiendo esquinas, a no ser por el retraso qe ha causado V. con su feliz atisbo al Apendize, “Cosi volete? cosi faró.” Pero se habia traspapelado la lizenzia para la impresión. Todos son tropiezos… XXI Mayo 23 [1830]. Amigo qerido: Va de cuentos. – Ya V. sabe qe a nuestro Lizenciado Efegé le hube yo por chuscada de escribir uno en prosa. En buena hora hubo de ser, porqe ese mi cuento de prosa trotona me ha ganado un bonito cuento en verso de la galanterïa del señor Lizenciado ( = el de Los tubios). – Pues, favorezido así, no era cosa de yo dejar de corresponder como la jente: hiriendo pues, por los mismos filos, cuento por cuento le he pagado en la misma flor con el de El Estornudo. Adjunto van ánbos, para qe V. se ria a costa nuestra: i cuenta qe si V. no se rie, nos vamos a enfadar, (yo alménos). – I basta de cuentos. Ahora entra la historia. – No puedo bien a V. ponderar cuânto debo a la fineza de nuestro Lizenciado en lo qe toca a mi pleito; qe va a dezir, en lo qe más me toca al alma, Ñapé, Sanz… todos, tôdos se hazen lenguas de su eficazia entrañable en promover cuanto pueda conduzir a mi mayor desagravio i luzimiento. – I como todas estas satisfacziones me han venido por V., a V. las grazias. Lo qe más labra en mi corazon, es no ya prezisamente lo qe Fernández Guerra haze en obsequio mio por sí mismo, sino lo qe alcanza por interpuestas personas. Una de ellas con espezialidad se haze mui 28
señalada en mi aprezio: la señora de Qelú, a qien no tengo el honor de conozer sino por el mucho bien qe me cuentan de ella, y el qe me haze a mí mismo interponiendo con tôdos en mi grazia la bella suya. – ¿Qiere V. darme alguna luz azerca de esta amable persona? ¿Qé edad, qé carácter, qé estanpa? En fin todo cuanto pueda pintar-me su vera efigies. A nuestro Lizenciado, no sé por qé, le habia tenido sienpre por solterito (o solteron, como yo): pero salimos con qe es un señor casadazo. – Hablo de estas menudenzias, porque las atenziones qe a esta fecha ya debo a Guerra nos van relazionando en más qe amistad puramente literaria. I del Serafin de los Lizenciados ¿qé me dize V.? – yo de mí sé dezir qe estoi con cuidado por su silenzio. Haze un mes qe me escribió mandandome unos Juguetillos Moriscos mui lindos: yo le respondí al golpe, i desde entónzes alto silenzio. ¿Qé puede causar-le? I ¿qé causa el de V., mácsime importando-me tanto la contestación al encargo qe le hize el 13 azerca de mi sobrino? Y ¿esos sonetos llorones? Y ¿esa oda a la Pereza? No la tenga V. en contestarme a estos particulares; i Salud. XXII Junio 3 [1830]. Amigo qerido: Tan vivos estan los retratos qe V. me manda, qe no pareze sinó qe están los dos hablando, y aun hablando-se. – No se me traspintarán: yo fiador. Vamos ahora a mi cuento. – Dize-me V. qe “conozia el de los Tubios, pero nó el del Estornudo”. ¿Cômo habia V. de conozer este, si no ecsistia? Cuando se le mandé a V., acababa de salir del horno. Cosa de dicho i hecho. Ir a contestar al amigo Guerra; venir-me la humorada leyendo su carta, de contar-le un cuento al son del suyo, i contarse-le en verso por no gastar prosa; i… cata-te mi cuento acabado. Zelebro qe el tal cuento le haya hecho a V. reir, aunqe le haya hecho criticar. Así nos reirémos a coros. – Como los versos de ese cuento han salido como chorreados (qe digamos) de mi pluma, no será mucho qe algunos lleven nó la mejor corriente. Dello con dello: Aliter non fit, Avite, liber dezia nuestro salado epigramista. Pero donde las dan las toman: – vaya de crítica, crítica de crítica i cuento de cuentos. V. me arguye con mi propia doctrina sobre los casos oblicuos le la ló del pronombre Él, porqe hablando de la Beäta he dicho “Le hazïa cala y cata:” 29
Y arguye V. mui bien. – Pero qiero qe V. sepa qe ese le por la y ôtro qe hay ântes, los he puesto para V. i Guerra por puro lamedor; porqe desde luego no me asqueasen la droga del cuento por resistir-se-les al paladar. En suma eso fue confitar la píldora, para qe pasase. Qe encuentre V. durillo el verso: “De sentir-se tanguear el badulaqe,”
me dize V.; i yo le contesto qe esa dureza cae hazia el lado de aqello del Refran: “Lo qe me suena me suena” qe dijo allá el Dómine Lucas. Ese verso no peca contra ninguna de las reglas del Arte, ni el mas melindroso oido le puede encontrar tacha en un tilde siquiera. I si nó, diga-me V. donde está la dureza: “Por el lado contrario Al qe la acometia el dromedario:”
es una locuzion elíptica, cuyo complemento no deja qe sude mûcho la más corta conprehensión. Si pelo en pecho le suena a V. mejor qe vello en pecho; a mí, usuales como son anbas ecspresiones, me gusta más la segunda por mas propia. Dura no la encuentro tânto, qe sea cosa de hazer escupir sangre. Vamos a lo de los asonantes. – Zierto es qe en la alta poesïa se encarga huyamos en las estrofas de consonantes fijos, como octavas & el uso del asonante; pero en un cuento de rima libre, siendo-lo este jénero de conposizion como la qe mâs, son permitidas esa i cualesquiera otras libertades; qe aun en conposiziones mas graves nunca pasan de peccata minuta. Emfin concluyamos con “la de Rengo”. – Para abonar el uso propio en qe yo he enpleado esa locuzion, qiere merezer a V. no más qe llene la elipse, i con el suplemento se tapa la boca a cuantos qieran argüir de inpropio el uso qe haze en el cuento de esa ecspresion proverbial. Mas claro: ese lâ ¿con qé conzierta? – Pues con lo qe conzierta (tir-te a fuera!) daba el Fraile a la Beäta – Y acabosito. ¿Hai más… Beätas qe confesar? Pasemos ahora del cuento a mi peregrina historia. – Mi pleito va qe vuela; i va tan bien, qe se me reverdezen las esperanzas de ver-nos allí y ahí i todo. Los Cuatro Palmetazos van a salir. La polvareda qe se levantará verdaderamente temo yo tanbien qe va a llegar al Zielo. Se ha tardado tânto en la publicazion por el retraso qe ha causado la lizencia de la Cuestion Logosófica qe ha sido preziso pedir de nuevo. Fué ecszelente atisbo el de V. de qe se inprimiese con el Dómine Lucas con qien arma mejor. Me alegraré de qe el amigo Guerra saqe a reluzir contra mi doctrina los mamotretos i acotaziones qe me dijo V. tiene hechas; i qe 30
me inpugne tanbien cualquiera otro, Moro u Paladin. Yo no me ofendo nunca de la criticas, aunqe como tengo este jenio sacudido i pronto, salte luego como un gallo inglés. En hora buena qe me critiquen: hanc veniam petimusque visissim. De V. sienpre afmo., B. José. P. D.: Viendo qe en tanto tienpo no se presenta qien pase a esa, estoi resuelto a mandar a V. los 2 tomos de La-Rosa por Gr. XXIII Junio 5. Amigo qerido: Aprovechando la chiripa de portador seguro, qe lo es Antonio Muñoz, devuelvo a V. (i grazias) los 2 tomos de La-Rosa con qe me favorezido. Uno de estos corrëos rezibirá V. el Dómine-Lucas, si ya no es qe llega enbarcado. Continüo con el mismo cuidado por el silenzio de nuestro Lizenciado Zentellas. Nuestro Lizenciado Guerra tanbien calla. Salud. B. José. XXIV Junio 27, 1830. Amigo qerido: V. me dize en su última favorezida cuánto razionalmente puede dezirse en favor del Lê por Lâ contra la doctrina qe yo qiero inculcar a merzed de las razones y ejenplos qe alego en mi Dómine Lucas. V. piensa así; yo pienso asá: ejenplos i razones militan por anbas partes. El tienpo dirá por cuâles se dezide el uso. A esta fecha supongo ya en poder de V. el tal papelón qe por via mas ecspedita le disparado por caranbola, de aqí ahí han dado en escasear los conductores: para Granada se me deparó uno seguro, qe fué para poner el paqete en otra estafeta, de donde sé ya qe ha llegado felizmente a Granada. La inpresion no ha salido ni tan correcta ni tan linpia como yo qisiera; pero sí lo qe basta para qe se lea mas cómodamente qe en mi letra revesada. Ahora mas de espazio puede V. ahí i los amigos (y enemigos) hazer menuda anatomïa de ese escrito; i dezir-me luego 31
abiertamente cuânto hayan observado en una y otra línea. Diego esto, porqe es mui factible qe tenga qe hazer 2ª inpresion; i para en ese caso me conviene distinguir en mi librete el bien y el mal; êste para enmendar-le, y aqel para si se me disputare, saberle mejor defender. No sé si dije a V. qe mi negozio en Granada ha terminado cuan felizmente basta para declarar-me “absuelto de la culpa i pena qe corresponderia, si hubiera proferido las palabras denunziadas en los términos qe se denunziaron.” &. Los amigos han hecho maravillas para sacar la inozenzia en palmas. De V. siempre afmo. invariable. B. José. P. D.: Habrá V. visto en el inpreso cômo se adoptó el feliz pensamiento de V. de inprimir por via de Apéndize el papel de márras. XXV Julio 1º [1830] Amigo qerido: Los zelos en amor y en amistad suelen jeneralmente ser testimonios de afecto, i mui satisfactorios sienpre para el objeto de êste, cuando son infundados. Dos son los artículos de qeja con qe V. me prueba su aprezio: qe no le he dicho cômo se ha terminado la causa, i qe he mandado a otro amigo unos versos mios qe V. no ha visto. Contestando al artículo 1º digo qe para notiziar a V. el fenezimiento espero a saber-lo de ofizio. Lo qe ofiziosamente me han dicho los amigos, ellos orijinal se lo podian a V. anunziar; y así suponia lo hubiese hecho Guerra. Mas pues no ha hecho tal, qiero qe V. sepa qe el fallo del Tribunal viene a reduzir-se a esta substanzia: declarar al reo absuelto de la culpa i pena qe corresponderia si hubiese proferido las palabras denunziadas en los términos qe las denunziaron. Y en cuanto al Juez (palabras terminantes): “Se aperzibe al Alcalde Mayor qe en lo suczesivo guarde en los prozesos el órden de sustanziazion demarcado por las Leyes; sin dar motivo a qe se sospeche de parzialidad.” Vamos a los versos. – Esos versos, hechos entre hierros, i dirijidos a Florinda (llame-la V. ache) no son versos para V., sino versos de mujeres, i para ûna, Dama Duende para mí, fué para qien los mandé. Son versos de los qe llamaba una discreta amiga mia “poesïa casera:” jénero de conposizion cuyo artifizio i misterio consiste en la llana, injenua i linpia ecspresion de los afectos sin mas florëo qe tal cual imájen senzilla i natural. En suma, Amigo mio, versos al aire de los adjuntos, qe son los mismos mismísimos de qe ha hablado a V. Guerra en términos sin duda de persuadir a V. qe son otra cosa: pero no son mas que eso. 32
“Perdonad sus muchas faltas.”
En hora buena haya llegado felizmente nuestro Dómine. Ya dije a V. en mi anterior deseaba saber qe tál era rezibido de los bien entendidos, y aun de los qe son presumidos de tales, puesto qe tal Público son los unos como los otros. – Y en cuanto a los curiosos qe por dozenas, me significa V. desëan hazer-se con ejenplares, qe acudan a Cádiz, librerïa de Hortal; i qe acudan pronto, porqe la inpresion va qe vuela. Al amigo Zentellas le tengo mandado ejenplar por caranbola, i nó en derechura, porqe ese honbre se me ha hundido en términos de no saber de él una palabra dos meses ha. En el mismo correo qe le mandé el papelon por otra estafeta, le escribí por esta derechamente avisando-le la remesa. Escriba-le V. repitiendo-le el aviso, por si acaso fuere menester; i qe me conteste a mi nonbre en derechura. – Nada mas, i no es poco. De V. afmo. invariable, B. PP. XXVI Agosto 15, 1830. ¿Elojio dijiste i del gran Pérez Bayer? – Venga luego ese Elojio, de que nunca mis ojos alcanzaron a ver semejas, ni notizia mi mente. Si impreso, diga-se-me donde; qe yo me cazaré un ejenplar, aunqe los ejenplares sean tan raros, como andan en el mundo los santos de Dios. I si Ms. traslado al autor para qe me haga luêgo de un fiel trasunto. Bayer fue el mas profundo Filólogo qe tuvo España i de los mayores qe tuvo Europa el siglo pasado. Un honbre qe vivió para la inmortalidad qe granjëa la sabidurïa y él se habia alcanzado con su pluma, murió todo junto en un dia (¡negra noche para las Letras!) por incuria de sus conpatrizios. El dia 7 de enero de 1812 fue reduzida a pavesas la Biblioteca de la Universidad de Valenzia por las bonbas franzesas: el bárbaro Omar de ese atentado fué Suchet. ¡Qé no perezieron allí de libros preziosos! Obra de 20 mil cuerpos eran los regalados por Bayer mismo, escojidos con aqel fino diszernimiento propio de su esqisito gusto i de su erudizion inmensa. Zerca de 20 volúmenes de obras inéditas suyas, escritas de su propio puño, perezieron devoradas por las llamas en un momento. Las qe yo mas lamento son un tomo de Etimolojïa de la lengua Castellana, ôtro sobre los nonbres antiguos de Pueblos, Rios, Montes de España, uno particular sobre el orijen del de la ziudad de Granada, vârios de sus Viajes, de Italia, Portugal y aun España (espezialmente Andaluzïa) qe 33
tengo entendido ser curiosísimo espezialmente en lo qe respecta a Varones ilustres de España i Literatura Española. Dije arriba qe todos esos tesoros literarios perezieron por culpa de sus mismos paisanos; i voy a ecsplicar a v. el como. – Yo tenia notizia por el sabio Obispo de Salamanca Tavira de la ecsistenzia de esas preziosidades; i considerando-las ecspuestas al fin lastimoso qe han tenido, hube de ocurrir en tienpo a ese peligro, tratando de qe dichos Ms. se trasladasen por via de depósito a la Librerïa qe estaba a mi cargo. Pero fué tal la oposizion qe encontré en algunos Ds. Valenzianos; qe aunqe mas de 6 meses ántes de la desgracia, enpezé mis instanzias, no pude recabar nada. – ¡Qé fatal estrella, Amigo mio, persigue a las Letras en estos tristes tienpos nuestros! Memorias al Literato Finanzier; i salud. B. José. XXVII Agosto 26 [1830]. Amigo: Mucho zelebro la resoluzion de inprimir el Elojio del benemérito Valentino Perez-Bayer: pero ¿cûando i dônde? – Lo mejor serïa lo mas pronto, y al ojo del Autor. Mas brillante pudiera hazer-se en otros qe esos moldes; pero fuera de qe ahí se inprime mui dezentemente, lo prinzipal debe privar sobre lo aczesorio; i lo mas ortotípicamente hermoso no debe anteponer-se a lo ortograficamente. La hermosura del alma es preferible a la del cuerpo. ¡Correczion, correczion! En este punto no puedo ponderar a V. cuânto ha sido el martirio de nuestro Dómine Lúcas. Pero desaliñado i todo, cual está, a nuestro Dómine le podemos mandar retratar palmeta en mano amenazando a la malandrina Gazetil canalla, como pintan a Santiago con la espada en el aire, i los moros a los pies de su caballo. Duran, mandando-me dias pasados sus trobas 2as me dezia: “¡Buenos palmetazos, i bien dados! ¡Voto a Críbas qe las palmas traspirenaicas han llevado buena tunda! Como les escueze, se soplan; i miéntras soplan, no pueden fablar” – En efecto, ellos no han contestado, i tienen allá ejenplar desde la velada de Sn. Juan. (En buenos dias buenas obras). Otro-sí. – A la Real Academia Española mandó nuestro D. Lúcas un ejenplar para su biblioteca con un atento billete por mano de un zierto Lizenciado amigo antiguo; a qien la Academia por medio de su Secretario contesta entre otras cosas carameleras estas formales palabras: 34
“Acordada su lectura” (del Papelon consabido), “no pudo ménos de oir-se êsta con sumo plazer por la delicadeza con qe en dicha obra están desenpeñados puntos tan propios i peculiares del instituto qe rije a este ilustre Cuerpo: qien agradezió, como era justo, tan fina ecspresion, mandando qe por esta Secretarïa de mi cargo, i por conducto de V., se tributen al Autor las mas ecspresivas grazias, como lo efectuo de su órden.” Grande honra ziertamente. – Pero volvamos a la del insigne Bayer. Por si su panejirista qisiese hazer a esos borrones la de estanparlos por Nota, segun qe V. me insinüa, he de merezer a V. qe me mande copia de esa carta; por si en ella, como escrita sin pretensiones de obra para molde, se leyere alguna ecspresion ménos correcta, retocar-la para qe sea mas digna del Publico desdiziendo ménos de la eleganzia de la obra prinzipal, a qe haya de hazer apéndize. En lo de las Galias yo me encomiendo a Dios, rezando la orazion de Sta. Bárbara con aquello de “qe no llueva en mi tejado, ni en el otro ni el otro, sinó es en el de los Moros.” Salud. B. José. XXVIII Octubre 8 [1830].
Amigo: Es el caso, como digo de mi cuento, qe cuando yo esperaba qe lisa i llanamente me darian pasaporte para retirar-me con buen conpas de pies a mis hogares; se me ha hecho un trocatinte (de pura buena fe, creo de un amigo) de obtener del nuevo Súper qe se me mande dar el susodicho salvo-conducto para Talavera, por estar in via para la coronada villa, a donde qieren tirar de mi algunas personas qe me qieren bien. Pero la órden qe debió llegar, no ha llegado: a buena dicha mia, si ha sido porqe no se haya espedido por la Superioridad, pues entónzes podrá (si Dios qiere) parar-se ese golpe fatal para la tranqilidad de mis huesos. – Verémos manaña si llega o no llega. ¡Ojalá no! Entre tanto, salud. XXIX Noviembre 11, 1830. Mi qerido Amigo: A punto de contestar largamente a su última mimosa carta, otros cuidados me roban el tienpo, la atenzion i el gusto en 35
aparatos de un viaje a donde me arrastra mi perra estrella. Esta qe hubo de ser una grazia de parte de la Superioridad, me la van aqí convirtiendo en desgracia tal, qe es mui de temer sea la última de mi vida. – El runbo es a Talavera de la Reina. Si V. oyere dezir de mí qe soi muerto, no se canse en rogar a Dios por mi alma: qe serán sufrajios perdidos, porqe moriré rabiendo. Entre tanto i sienpre de V. afmo. B. PP. P. D.: Al amigo Guerra qe por términos regulares no puede alcanzarme aqí carta suya: qe desëo el alivio de su buen Patron. – Salud. XXX [14 abril 1831]. Amigo qerido: Sé con duelo de mi corazon el qebranto de salud qe me le trae a V. dias ha maganto i cariacontezido; i por la relazion qe V. propio me haze de su dolenzia, causas predisponentes i zircunstanzias agravantes me doy a entender qe la raiz del mal está en el alma. Si así fuere, mûcho tenemos adelantado para su curazion. Sabido el humor pecante, el método curativo no es difízil de averiguar. Pero el soberano espezífico de sus males es mas factible qe le encuentre V. en Séneca, qe en Zelso; la Medizina a secas no cura el mal del corazon; ántes da por desahuziados a los dolientes de espíritu; mas, a bien qe contra los fallos de Galeno y Aberróes tiene la Filosofía su sala de incurables donde con májico elícsir saca de muerte a vida a los qe la Medizina daba por muertos. V. Amigo mio, según mis barruntos, i a lo qe en tan larga ausenzia puedo conzeptuar, lo qe padeze es una melancolïa erótica con conplicazion de otras algunas causas de estas qe no matan el alma, pero la enferman. Por supuesto la Medizina, como dejo apuntado, para casos tales es zero: y aun para otros males está aforísticamente declarada por ineficaz su virtud. Un proverbio franzes dize qe “touts les malades en ique font aux médicins la nique” 1. 1
Nique : jesto, mueca. Faire la nique : hacer jestos, momos a alguno para burlase (la mamola). “Las Dueñas de vuestra casa Me preguntan si es amor, O si en alguna batalla Arrastraron mi pendon.” [Nota del amanuense.]
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Pero mil higas para todos matantes del mundo, si V. siguiendo mis consejos no se ve pronto sano i bueno. Al efecto lo primero qe V. me ha de hazer, es dar de mano a todo gatuperio de botica. Buen réjimen, pero sin aprehension ni poquedades de espíritu: y en lo demás el consejo de aqel Rei filósofo, hijo de un Rei poëta, qe traduzido en latin de botica dize: “Et vidi quod non esse nisi letari in opere suo &ª: “I vivirás, si lo hizieres”
qe dize nuestro Góngora. – Pruebe V. a ver, i veamos; i segun viéremos, así obrarémos. – Capítulo de otra cosa. Me es mui lisonjero cuanto V. me dize de mi sobrino, i no ménos lo de mi amigo Garzïa, a quien amo como a mi sangre propia, puesto qe le he metido en las entrañas pedazos de las mias. Ahí el amigo Guerra qe a fines del pasado le escribí de aqí por el corrëo, y el 7 del corriente le mandé a la mano con otra misiva un ecstracto (de mi manufactura) de los Oríjenes del Teätro Español, de Moratin. No mas por hoy: otro dia será otra cosa. – Salud. Dor. Bártolo. Castro del Rio, 14 abril 1831. XXXI Mayo 26, 1831. Amigo: “¡Malagueño seas!” me acuerdo de haber muchas vezes oido dezir en tono de ecsecrazion; pero hasta ayer no he sabido el preziso valor de esa plegaria, en qe “malagueño” es lo mismo qe maldito. Es el caso qe para desdoro de todos los desterrados hijos de Eva nos habian mandado acá desterrado de ahí a un niño de Málaga, llamado don Miguel Morales (por esto qe anda). Este tal don Miguel, qe haze bueno al diablo qe su santo tiene a los pies, en unos 3 meses qe ha errado en este valle de lágrimas, he desplegado una tan picaña travesura, qe mal año para Lazarillo, Guzman, Jil-Blas i todos los mas pintados heroes de la picaresca, incluso el famoso Cordobes P. de Urdemalas. De sus travesuras se podia sacar historia, i de sus trapazeos i enbelecos un libro tamaño como el Flos-sanctorum. En ese poco tienpo se ha dado maña para enparentar aqí con casi todo el lugar, i sienpre con rasgos a la heroica: con las grandezas qe tiene aqí prometidas se pudiera cubrir media España. Al Barbero v. g. por la primera barba le plantó en la mano jentil medio duro: esto al contado, y afeitando-se todos los dias, ninguno mas le ha pagado maravedí sino de fïanbre. De hazañas 37
menudas como ésta se pudieran contar a porrillo. Pero no qiero contar a V. sino ûna qe a mí me tañe a toca teja. Uno de los incautos a qienes ha prometido oros i moros es un don Antonio del Rio, del comercio de esta plaza, el cuâl sin mas qe algun conozimiento de oidas de un hermano de tâl, llamado don Antonio (qe vive ahí en la calle del Marqes) le ha adelantado en vezes sobre unos mil reales. Hubo de apuntar el don Miguel a pagar-le la buena obra con una letra de tres-mil contra dicho hermano, para qe el tocayo de êste se reintegrase de los mrs. qe le tenia adelantados, i retuviese el resto para irse-le subministrando. En efecto se jira la letra, i para servir a V. la protestan ahí. Viendo-se así chasqeado Rio, i teniendo en su poder un rezibo de lo qe tenia suplido, trata de demandar-le en Justizia. Atravieso-me yo i consigo parar-le el golpe: me aboco al punto con el Morales, me da su palabra de honor de pagar sin dar lugar al escándalo qe amenazaba, i por fin a dia adiado qedamos en qe ayer mañana de su mano a la mia me entregaria los dichos reales, yo le entregaria su rezibo, i pelitos a la mar. Mas para servir a V. la noche ântes las afufó como el Baron de Illéscas. La Pol. Le busca, i no será mucho qe le encuentre porqe a él no es difízil encontrar-le las guaridas: pero (¡la Magdalena le guie!) yo lo qe qisiera es qe Rio encontrase sus tântos del pico, aunqe al don Miguel de feliz recordazion no le encuentre en dias de Dios la Po. ni la Pu… (¡tenga-me Dios de su mano!) Ayudenos V. álgo a esto: i hablemos de otra cosa. Rezibí su favorezida contestazion, i veo-le a V. con gusto mio fuera ya de todo cuidado. Qe siga el alivio. Mucho hubiera zelebrado saber a tienpo qe se hallaba V. en Cádiz; pero no lo supe sino cuando ya estaba V. como qien dize, fuera ¿Cuando fue V.? El amigo don Tomas Garcïa me ha dicho no sé qé tonterïa convenida entre Vds. sobre copia de cartas mias. ¡Disparate! Haze mucho tienpo qe yo no escribo sino santas sinplezas: no hagamos copiando-las de ûna ziento. Yo le he dicho qe nequaquam. Eso fuera poner-me en berlina. Salud. P. D.: Rio escribe hoi a don Pablo Solana sobre lo de Morales. Haga V. algo en esto. XXXII Junio 9, 1831.
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Amigo: Mucho zelebraré qe lo haga V. como dize: qiero dezir qe salga de ahí como nuevo. Hágalo V., i créame; qe el estar malo no es bueno para nada. ¿Conqe el don Antonio (qe digamos) es tan linda caña de pescar, como el tal don Miguel? ¡Pues dígole a V. qe estamos frescos! A bien qe a la vuelta lo venden tinto: cuando V. regrese revuelva todos sus Bártulos para qe este mi buen amigo se reembolse de sus m̅ r̅s̅. (N. B.: Al Abate Rotundi tengo escrito sobre lo mismo.) En lo qe V. me dize de cartularios, déjeme V. dezirle qe no sabe lo qe se pide. Esos mis negros borrones iban a dar a V. mui amargos ratos: porqe casi todos ellos zifran misterios de obstrusa ideolojïa, estudio qe enjendra muchas destilaziones, i aun (si V. me apura) cria piojos, como el rezar: o emvuelven opiniones tan lacsas en puntos de teolojïa Píndica: (“El ánima apicarada Me ha dado esta libertad”)
qe va V. a escandalizarse. Conqe dejémonos de eso; qe peor es meneallo, como dezia Sancho. ¡Cuânto zelebraré qe conteste V. largo i tendido a la resoluzion dada por el Palemon qe Vds. se buscaron sobre la dichosa Cuestion Dramatúrjica! V. se divertirá, i yo i todo. Entre tanto buena salud, i bravos azeros. B. José. P. D.: Memorias al amigo Guerra. Vaya una preguntita suelta: ¿Qé es del orijinal del Capuz a Ca…pazos, qe mi buen patron Torroba se me ha qejado de qe aun despues de mas de una navidad qe a V. se le prestó para leerle, no ha podido recabarle? Otro-sí. – Los consabidos epigramas del Hazendista Zaragüelles ¿se qedaron amagados? N. B.: Para mayor seguridad dirijo la presente por el amigo Guerra a qien me encomiendo. XXXIII Madrid, 8 enero 1833. Estimado amigo: mi largo silenzio ha sido obra violenta de los tienpos: desde la alharaca qe hubo el insigne señor Lizenciado Baqero de levantar sobre una inozentísima carta mia al amigo Fernández Guerra, temeroso de ocasionar disgustos a mis amigos. “Santo silenzio profeso.” 39
Agradezco a V. la fineza de haberme sacado la palabra del cuerpo, con tanto mas gusto, cuanto eso me anunzia qe tiene V. su alma en sus carnes; i aun qiero creer qe a estas calendas estará V. ya en esto de salud, en qe andaba algo aliqebrado (merzed a los tienpos) mejorado en terzio i qinto. Agradezco la notizia qe me da V. de esa obra de Filolojïa, o llamésmola [sic] (si V. me admite esta voz de mi manufactura) Logosofïa: i en cuanto a la oferta galante qe V. se sirve hazerme de ella, ya puede V. creer de la libropesïa qe me devora qe no la dejaré tomar de polvo. Críticamente me haze V. el brindis, cuando acabo de pedir en la casa de Sancha un ejenplar qe habia visto anunziado en su catálogo grande; i el tal ejenplar se ha vendido ya. Sepa V. qe es libro qe no he visto. Sírvase V. entregársele al amigo Guerra, para qe me le mande a la primera remesa con otros qe tiene qe devolverme de una remesilla qe le hize últimamente de mi pobre pejugar, en justo aunqe desigual recanbio de muchas i mui curiosas con qe él me habia favorezido para matar las horas perdurables de mi negro destierro. Al Marqes no he visto; i no es estraño, porqe yo veo poco, i ando hecho un huron literario por estos baratillos, lugares qe no suelen ser frecuentados sino por entes tan estraños, como su afmo. invariable, B. José. P. D.: Zentellas me pareze lo qe sienpre he creido de su injenio. – A Guerra envïo este corrëo un cartapelon de ropa-vieja. XXXIV Madrid, 12 abril 1833. Mi estimado amigo: La sin señas i la qe las trae, ánbas han llegado; pero el siervo de Dios portador de los libros, ni viene ni asoma. Esperando su visita, por tener eso mas qe contar, no he contestado a V., ni a Guerra tanpoco qe me escribió últimamente desde Vélez. Si el Luengo de qien V. me habla es el mayor, es sujeto a qien no qiero mal, aunqe me ha hecho mui poco bien. Si él dize otra cosa, dize lo qe qiere; a no ser qe él pretenda pasarme en cuenta por bien todo el mal qe ha dejado de hacerme. Por él estoi seguro de qe nunca me hubiera hecho daño ninguno; porqe él de suyo no es nada dañino: es honbre de mui buen corazon, i por eso no puedo yo amañarme a aborrecerle: pero es una pobre chola, i por su pobreza de espíritu i la cobardïa qe le daban sus flaqezas humanas se ha prestado a ser instrumento ziego del furor de mis enemigos (i suyos). Qe lo eran de él lo ha conozido él tarde; i 40
entónzes ha qerido por su propia defensa amistarse conmigo: pero ya es tarde. Este es Luengo mayor, El menor (el Currito) es una alhaja: i yo le estoi tan agradezido, como qe el mas liviano favor qe le debo, es haber sido testigo falso contra mí en la causa qe amañaron en Cº contra… (Echaré mil contras, porque no puedo acordarme de la chirimïa de chismes qe esos infames armaron calumniosamente en ofensa mia, sin qe se me abrase en ira el alma. Concluyo pues qe si de honbre a honbre al PP. yo puedo servirle en algo qe no sea ponerle en disposizion de hazer el daño qe no puede ménos de hazer donde qiera qe mande, lo haré de mil amores. Pero al Frasco, qe tiene un alma de Caïn, si no le aborrezco tanto como mereze su alma ruin, le tengo tal asco, qe no qisiera acordarme ni de su nombre. I basta i sobra de tan repugnante materia. Yo, amigo, aqí haziendo mi pacotilla literaria para volver a tender velas para el Emporio Gaditano, i allí de asiento ver si puede hazer alguna cosa qe viva mas qe mi calabera. En el ínterin i sienpre de V. afmo. invariable, B. José.
ANTONIO RODRIGUEZ-MOÑINO.
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