MANUAL DEL
BAAISTA.
Itinerario razonado; descripción del Real Sitio j bafios termales de La Isabela llamados Yulgarmente de Sacedon; noticia á los bafiistas sobre cuanto existe j pasa en aquella población que les paella interesar en la temporada, descripción de sos pintorescas cercanías y antigüedades, y razón de las mejoras que deberían plantearse. ESCRITO Y DEDICADO
actual Hédico-Director de las Termas, POR,
JOon WletéiMio Sebaaiiat*
Catletlanog,
aiitnr de varias obras cientilicas y literarias, Anticuario de la Biblioteca Xacional, etc. etc.
^«Jiria: 1816. IMPIIENTA DE SANCHIZ, CALLE DE JARDINES N. 3 6 .
MisMisuíSüa üi mmm^
El deseo de hallar alivio en los baños de sus termas, nos condujo al Beal Sitio de ¡a Isabela por primera vez en julio de 4842; y debemos confesar que nos sorprendió su bella y pintoresca situación, el hallar en él mayor comodidad que en cuantos establecimientos nacionales y estrangeros hablamos visto, y sobre todo la bondad de sus aguas minerales, que ademas de la salud que conseguimos en ellas, nos ofrecieron tanta satisfacción y placer, que le he-
—4— mos visitado después en plena salad por el gusto de disfrutar de sua beneficios y hermosura. El entendido mineralogista y docto médico, el doctor D. Marcelino Sanz, se hallaba en la espresada temporada de médico-director de las termas hacía mas de 30 años, y por lo tanto habiendo obtenido la amistad y confianza del rey Femando VII que le nombró de su cámara al crear el Sitio, nos refirió minuciosamente la historia de este y de sus baños, y á él debemos la noticia de cuantos autores podíamos consultar para conocer á fondo este terreno. La avanzada edad de este venerable hijo de Esculapio, y mas que todo sus graves achaques, para los que se ha hecho ya insuficiente el arte, le tienen postrado en su casa de Sacedon, desde que le jubiló el gobierno en 1844, época en que lé concedióla gracia de caballero de la orden amerina de Isabel la Católica en reconocimiento de sus servicios Invitados por tan sabio facultativo, amantés déla humanidad dolieiite, y deseosos del bien público, al que creemos hacer un servicio, concebimos la idea de escribir este ligero manual para los bañistas, á fin de que sepan
—5 — nacionales y estvangeros, lo mucho que vale la nueva población de la Isabela , y los beneficios de sus milagrosas termas, y de que al hallarse en este sitio los que le visiten , sepan cuanto necesitan para no hallarse como nosotros la primera vez que fuimos, ignorantes de todo hasta de lo mas indispensable. Combinando nuestro amor i la humanidad con el debido decoro é intereses de S. M,, duefia de aquel sitio , nos atrevemos á hacer algunas indicaciones, siempre respetuosas, acerca de las importantes mejoras que en nuestro concepto podrían hacerse para embellecer mas aquella bonita población, mejorar sus reales termas algo descuidadas, y proporcionar mayores comodidades á los bañistas, y de consiguiente mas ingresos al real patrimonio. Suplicamos ¡i este no vea en ellas mas que un buen deseo , no una censura , de la que estamos lejos , ni menos critica de los celosísimos administrador é interventor actuales, cuyos funcionarios llenan cumplidamente sus. deberes, en nuestra opinian, siendo muy queridos por su afabilidad y carácter amable de los baüislas que les conocen. ; rí,
— 6Anticuario de oficio y por afición, hubiéramos debido describir arqueológicamente las ruinas cercanas de las poblaciones de que hacemos mención, particularmente de Conirevia, Santaver, ñecópolis, y las vias militares romanas de las provincias limítrofes; pero no habiendo estado en nuestra mente el hacer una obra científica, sino el escribir un ligero folleto para guiar al bañista é indicarle lo que puede observar, hemos sacrificado nuestro gusto á la brevedad, con la esperanza de describir científicamente, en otra obra que hace años trabajamos, los espresados interesantes sitios, y por ahora nos hemos contentado con insertar las opiniones de los autores que les han citado con mas ó menos latitud, y las noticias tradicionales que corren sobre ellos en la provincia. Hemos procurado que nada falte al bañista y al curioso de lo que desee saber sobre el Sitio, sus cercanías y camino desde Madrid, asi como de las reglas gubernativas que el Real Patrimonio tiene establecidas para la temporada de baños, habiendo tenido presente las instrucciones originales de la Real Administración
-7 — y de la Dirección de las termas, y si algo nos ha faltado, no habrii sido la causa nuestra voluntad , sino la ignorancia ó el olvido de lo que encuentre de menos el bañista, al que suplica*mos que siendo indulgente con nosotros en gracia del servicio que hemos querido prestarle, se digne manifestarnos nuestras faltas para corregirlas en otra ocasión. Hechas eslas aclaraciones que hemos tenido por necesarias, fáltanos decir, que honrados con la buena amistad de D. Manuel Pérez Manso (digno sucesor de nuestro amigo D. Marcelino Sauz), el cual tan acertadamente dirije hoy los baños de la Isabela, á nadie mejor que á él podíamos dedicar esle corlo opúsculo, que le suplicamos tenga por una prueba del afecto, amor y amistad que le profesamos, y como un debido homenage que rendimos á su reconocido mérito, tálenlo médico y profundo conocimiento de las aguas minerales. La luminosa obra que sobre estas reales termas ha escrito este señor, y que nos ha dispensado el honor de dejarnos leer, hará conocer que no nos ciega la pasión de la amistad en su elogio, sino que rendimos la justicia debida á la suficiencia del que,
—8— para bien de la humanidad doliente, se halla hoy de director de los llamados baños de Sacedon. Qatera el cielo que atendiendo el gobierno y S. M., por lo que respeta al real patrimonio , á las acertadas observaciones del espresado director, y á las mejoi:as que respetuosamente proponemos, llegue el real sitio á la elevación y grandeza que debe por la milagrosa escelenciet de sus aguas.
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LA ISABELA.
laatrneelones prellmlnarea A loa bañlataa <|ne aalBán de Madrid al real altlo.
Los reales baños de la Isabela ó de Sacedon, como los llaman generalmente, se abren por lo regular todos los auas el día 13 de junio, día so-i lemne en aquel sitio por celebrarse la festividad de San Antonio su patrón tutelar, al cual se venera en la pa.rroqnia, y mas principalmente en una pequeha hermita construida 4 espensas del Serenísimo infante D. Antonio, tio de Fernando VII. Si bien las aguas de las termas de la Isabela pueden usarse en cualquier tiempo del año, en algunas de las dolencias para que se recomiendan por los facultativos, la temporada es desde dicho día t 3 , en que la abre el médico encargado, hasta
— 10 — fin de setiembre en que se cierra por el mismo, siendo la época mejor y de mayor concurrencia del 13 de julio al 15 de agosto. El médico solo tiene obligación de residir en el sitio en la espresada temporada que empiezan los de Sacedon, Cañaveruelas y otros pueblos que tienen el [>rivilegio de bañarse gratis al principio y fin de temporada, y que cierran los manchegos que, después de su recolección , acuden en setiembre á recibir los beneficios de estas aguas. Las únicas diligencias fijas para la Isabela, son las que hace anos tiene establecidas D. José Harpa con el título de góndolas á Sacedon, y á su despacho , calle de Alcalá , núm. 26, debe acudir el que desee comodidad y equidad en su viage á los baños espresados (i). Algunos descontentadizos sin hacerse cargo de que este bellísimo Sitio se halla en el riñon de la agreste pero pintoresca Alcarria , en donde no es posible hallar los artículos de lujo de una corte, pretenden liacer ver que en la Isabela hay pocos artículos de boca; pero nosotros que llevamos algimos años de pasar el verano en tan delicioso punto, mas por comodidad y diversión que por dolencia, les aseguramos sin temor de vernos desmentidos , que nada falla en él de lo necesario á la vida, siendo sus carnes y caza de todas clases,
(t) Al lin áfí este libro sentamos las claacs de «arruagcs que salen para el real sitio, sus precios, las paradas que hacen en el camino , y los precios de las. comidas y camas en los paradores establecidos.
— 10 — fin de setiembre en que se cierra por el mismo, siendo la época mejor y de mayor concurrencia del 15 de julio al 15 de agosto. El médico solo tiene obligación de residir en el sitio en la espresada temporada que empiezan los de Sacedon, Cañaveruelas y otros pueblos que tienen el {>rivilegio de bañarse gratis al principio y fin de temporada, y que cierran los manchegos que, después de su recolección , acuden en setiembre á recibir los beneficios de estas aguas. Las únicas diligencias fijas para la Isabela, son las que hace años tiene establecidas D. José Harpa con el título de góndolas á Sacedon, y á su despacho , calle de Alcalá , núm. 26, debe acudir el que desee comodidad y equidad en su viage á los baños espresados (1), Algunos descontentadizos sin hacerse cargo de que este bellíííimo Sitio se halla en el riñon de la agreste pero pintoresca Alcarria , en donde no es posible hallar los artículos de lujo de una corte, pretenden hacer ver que en la Isabela hay pocos artículos de boca; pero nosotros que llevamos algimos años de pasar el verano en tan delicioso punto, mas por comodidad y diversión que por dolencia, les aseguramos sin temor de vernos desmentidos , que nada falta en él de lo necesario á la vida, siendo sus carnes y cara de todas clases,
(1) Al ün d« este libro sentamos las claacs d« carruajes que saleu para el real sitio, sus presios, las paradas que hacen en el camino , y los precios de las. comidas y camas en los paradores establecidos.
— laque l?s lleve el bañista, porque no todos carecen de apreasion, pero el que esté libre de ella , debe saber, que hallará estos articules cuando los necesite , particularmente el primero, á real y medio diario de alquiler cada colchón pequeño , dos por cada grande y 4- reales diarios por cama entera. Aconsejamos á los que hayan de bañarse, no se vayan desprovistos de capa y ropas de abrigo, tanto por ser necesario arroparse á la salida dei baño aun cuando sea un dia sumamente caloroso, cuanto por que algunas noches se levanta un viento bastante fresco que suele perjudicar al que vá ligero d(! ropa. Si bien se gasta entre los bañistas para ciertos casos como de visitas, paseos en los jardines y bailes, el lujo de la corte, lo general es vestir sencillamente haciendo uní vida franca y en familia; y en particular los hombres son pocas veces las que •visten á lo cortesano , sustituyendo al frac y a la levita, la chaiuela ó levitin de verano, y al cortesano sombrero el chambergo franciscano, el gacho y las cómodas gorretas de la estación. Por esta razón aconsejamos á los bañistas, y en particular á las señoras, no lleven un eqnipage como si fueran á una gran capital de provincia ó del estrangero, pnes que pueden considerarse la temporada que allí estén, como en una continnada festividad campestre en la que si bien cada uno ocujia el lugar que le corresponde , todos hacen igual papel en la diversión. El gorro ó capota , chai y vestidos claros y sencillos, es el trage de paseo y visitas mas comnn en las señoras, pues golo se hace uso de \*' mantilla para ir á la Iglesia. El trage de casa «las'
— 13 — general es la bata, de la que también se hace ii«o para bajar al baño, en cuyo caso debe llevarse á la salida un sobre todo ó mantón grande de abrigo. La sencillez repetimos es la moda que por lo cómoda impera mas en la temporada , y el elegante gorro alterna con el pañuelo á la cabeza con la mayor frecuencia, asi como la franqueza campesina sustituye á la ciif/fdosa etiqueta cortesana. El bañista ó familia que no necesite precisamente las criadas para ansiliar sus enfermas personas durante elviage, y no quieren llevarlas por economía ó por otras causas , entre las que no es la menor el librarse de algunos disgustos de amorios etc., debe saber, que al bajar del carruagd en la Isabela, hallará porción de jóvenes del Sitio y cercanías , criadas fieles que le ofrecerán sus servicios , dando por fiadores de sii honradez , á personas respetables de la población. No debemos pasar en silencio , que por lo general hay ene! sido, durante la temporada de baños , una tienda de quincalla bien provista, en la qne las señoras pueden satisfacer algunos de sus deseos ó caprichos, y reponer hs faltas de abanicos , orquillas, cubiertos de pfhre, frasqnitos de esencias, aflornos y otras cosas, y que también se encuentra una confitería bollería bastante provista de buenos dulces y una piqueña iioliller(a. El correo que esijuela de la caja de Sacedon, se halla establecido en la real administración , cuyos empleados ponen la lista de las cartas en cuanto ¡legan, dándolas á las horas de oficina, los tres dias de correo, y recibiendo las que se remiten á Madrid otros lies dias en cada semana.
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CIPITILÍ) If. Itinerario de Madrltl & la loaliela por ol eamia* rcMl y por Tar«ncolt> MADBID. Se sale por la puerta de Alcalá. Casa blanca : á la derecha. Venta del Eupirilu Santo y Portazgo. Puente del arrofo Abroñigal. Piedra miliaria desde Madrid. . . . CANILLEIAS (1). Dista de Madrid legua y media. Piedra miliaria Puente de Viveros, rio Jarania (2). Piedra miliaria señalada con leguas. . TOBBEJON DE ARDOZ ( 3 ) .
(1) A la izquierda se deja , antes de entrar, la quinta del marqués de Villafranra , y á la misma mano á la salida, la entrada de la bellíüima posesión del duque de Osuna llamada la Alameda, por una larga y frondosa calle de árboles. Entre este pueblo y el si^fuiente se alcanzan á ver á la derecha los pueblos de Rejas y Barajáis de Madrid. (2j A los lados del Puente hay caseríos ; paradores á la entrada , y un portazgo interventor del anterior. (3) Hasta este pueblo, camino real de Alcalá, la que se ve á la izquierda á la salida, y después se toma á la derecha el camino de Sacedon por medio de las heras, terreno bueno.
— 15 — Piedra miliaria desde Madrid. . . . Puente del Marquesito, rio Henares (1). Piedra miliaria á la vista del soto del Arzobispo Los HUEKOS. Piedra miliaria á la vista de Villalvilla. ANCHUELO
4 5 6
(2).
Piedra miliaria
7
SAN-TORCAZ fS).
Piedra miliaria enfrente del pueblo. Pozo de Guadalajara (4). Piedra miliaria Arroyo del Pozo. Arroyo de Valdaracha (5).
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(i) El puente es de madera, atraviesa el soto del Arzobispo y bosque del real sitio de S. Fernando que queda a la derecha, y se camina un corto trecho por una alameda, camino que se hace intransitable cuando llueve. Antes de llegar al pueblo siguiente, se ven á la derecha las villas de Torres y Loeches sobre eminencias. Cuando llueve se vá de los Hueros á Alcalá generalmente á la venida y vice versa. (2) A la derecha de este pueblo, se ve sobre una eminencia un molino de viento. (3) Hasta las inmediaciones de este pueblo el camino es bastante quebrado , pero se hace casi inaccesible para carruage antes de entrar en él, teniéndose que subir una alta eminencia donde está situado. Se vé á la derecha Pioz , y á la izquierda los Santos de la limosa. (4) Desde San-Torcaz al Pozo, es camino llano y bueno. (5) Se deja á la izc(uierda el pueblo de Valdaracha.
— 16 — Piedra miliaria. , . j 4 . ARANZt'EOL'E (1). Piedra miliaria. . . i . ; Puente, rio Tajuña (2).
.
.
ÍO
.
.
11
Piedra inillariai . . . . ; i , arroyo y pontón á la salida. Piedra miliaria á la entrada de Tendí11a
12
ARMUMA
(3).
13
TENDILLA (4).
Arroyo y pontón á la salida. Convento de la Salceda á Ja derecha. Piedra miliaria pasado la Salceda. . . Jd. en la subida del Berral. , . . Arroyo y fuente de siete caños á la entrada de
14 15
(i) Desde el arroyo del P'ozo' se caiúton plor bnen terreno , hasta entrar en el monte qne es terreno muy quebrado hacia su bajada que termina en eJ arroyo de Valdaracha. Desde aqui se ramina por una cañada estrecha hasta el poste de las 10 leguas, en cuyo caso sigue mas ancha y llana la cañada hasta el pueblo, (2l Kste puente se halla en tas hera« á la entrada del pueblo, en el que se ven muchos huertos y arboledas de frutales. (3) A la derecha se ve el pueblo titulado Fuente el viejo. Tiene arboledas frutales, y desde él i Tendilla es camino llano y bueno. (i) La subida desde este pueblo al ya ruinoso convento de la Salceda, es muy pendiente y de muchas vueltas; después sigue camino escabroso pero regular hasta el siguiente pueblo.
— 17ALHONOIGA (1).
Arroyo y pontoncillo á la salida. Piedra miliaria en medio de la cuesta.
.
16
Piedra miliaria en el camino de Alocen á Sacedon Puente de piedra, rio Tajo (3).
17
ADÑOW (2).
(i) La fuente es abundantísima. Desde la ulida de este pueblo empieza una penositima cuesta de muchas retueltas, y luego que se llega á la cima , sicae ana difícil baiodá en rl mismo sentido, que concliiye enUs heras del siguiente pueblo ; todo este tránsito esti cu-^ bierto de olivas de muy buena isalldad. (2) £1 camino pasa á la úqaierda del pueblo que está colocado sobre una eminencia yftla derecha de un arroyuelo, producto de una abundante fuente que está t la entrada > el que producé alameda en su orilla derecha y buenas huertas. Desde aqui al puente, camino llano T bueno. (3) Pasado el puente, empieza el camino en ana cañada ondísima i la derecha di^l Tajo, que corta dos eleTadisimas montañas, coyas grandes masas de piedra se adelantan tanto sobre el camino, que por muchos pnn tos no se ve el cielo, j por otros pasa la diligencia como por arcos partidos, ¿a vista de esta cañada pintoresca es magestuOsa é imponente , pues por la izquierda se ve el Tajo á los pies, formando en él cascadas entre las grandes piedras que se han desprendido en el transcarso de los siglos, y por la derecha mr sé deanza á ver en varios pontos elfiná los altisimos muros de piedra que parecen cortados i pico, que forma la sierra llamada del medio, por estarlo entre la de Buendía y la de AuBon. Enapero la vista mas sorprendente, es la salida de esta cañada formada por dos gralides peñones de una y otra parte, que casi forman un W o , i la que lUman los na-
a
— 18 — S.VCEDON ( 1 ) .
Piedra miilavia en los k caminos debajo de Sacedon. . .18 1(1. en el pago qne llaman el rubial. . 19 KEAL SITIO DE LA ISABELA. Casa de baños, á la izquierda, á orillas del Giiadiela. Piedra miliaria frente á la casa. . . » 19—'/« RAZpfi qHtCHNSTAACIADA DE LOS PUEBLOS QUE SE ATBAYIESAN.
CAXILLEJAS. Tilla pequeña de corta población, partido de Madrid del que dista 1 '/i- leguas;, situada en una llanura baja distante poco mas de una legua del rio Jaraiíia, produce granos y vinos. Las gentes, que van á visitar el bellísimo sitio del duqne de Osuna, llamado la Alameda, que embelle-, ció la duquesa de Benaveute de quien la heredó el
turailes la .boca d«1 inGerno.y.la entrepeúa. Enfrente de. fste gunto e:iiá «1 molino de Sacedon, y cerca del referido puente el de^Auñon. Sobre, las crestas.de estas sierras ^ se ven-frondosos.pinos y carrascas, y el cantueso, tomillo y dem«^ yerbas, olorosas, de. que están .sembra*. das, bacsn agradable al olfato tan imponente como bellisimo paso, ... (1.) La entrada es tin poco pendiente,. y desde este pueblo al real sitio , es en lo general camino llano, peto de niuchQ polvo, y de consiguiente may barroso en algunos puntos cuando Hueve.
— 19 — duque actual, hacen parada en este pueblo del que dista un paseo dicho sitio de recreo. ToRBEiON DK ARDOZ. Villa de partido de Alcalá de Henares, de cuya ciudad dista legua y media, y de la provincia de Madrid de cuya capital está 3 leguas al este. Tiene 353 vecinos y 1500 habitantes , una parroquia, dos hospitales, y casa de postas con ocho caballos. Se halla situada en una cstensa llanura en el camino que conduce desde las montañas de Atienza hasta Madrid, entre Rejas y Alcalá de Henares, en cuyo intermedio hay los arroyosTorote y Camarilla. Produce granos, vinos y algunas legumbres , y tiene ganado lanar y fábrica de jabón. Los HUEROS. Villa de la provincia de Madrid en el partido de Alcalá, distando 5'/, leguas de la corte y una de la segunda ciudad. Tiene 22 vecinos y 97 habitantes. Está situada en una llanura rodeada de sierrecillas y por sus inmediaciones pasan el Henares y el Tajuña. Confina al E. con el Villar , y al N. con Alcalá. Produce granos, \ino y aceite. ANCHCEIO. Villa de la Alcarria provincia de Madrid, partido de Alcalá. Tiene 107 vecinos, 3i2 habitantes , una parroquia y un pósito. Está situada en un valle entre dos altos cerros. A distancia de una legua al N. pasa el Henares , y á la 1 '/, al S. el Tajuña. Produce granos , vino y aceite. Dista legua y media de Alcalá y unas 6 leguas de Madrid. SANTORCAZ. Villa del partido de Alcalá de cuya ciudad dista dos leguas. Tiene 686 háhitantcs. Está situada en un \alle parte quebrado y eu alto.
— 20 — y parte llano. Produce granos, \ino, aceite y cria caza mayor su término, haciéndose paños ordinarios pardos, y negros en ella. Es patria del célebre pintor Jvan de Arellano, cuyos floreros son muy apreciados por su singular gracia en el trabajo: murió en Madrid en 1766. En esta villa se ven restos de un castillo y plaza de armas muy fuerte construida á fines del siglo l'ii', y la parroquia está rodeada de una antigua y fuerte muralla. Dentro de U plaza de armas hay un bonitísimo patio formado por dus galerías de columnas semigóticas en cuyos chapiteles se ven escudos de armas. Este patio que tenemos por resto de un palacio, que fué después convento , tiene una puerta sobre la que se lee: Magna Aliena Parba, Parba Propia Magna. EL POZO DE GDADALAJARA. Villa señorial del partido de Guadalajara de cuya ciudad dista tres leguas. Tiene hl vecinos , 210 habitantes y una parroquia. Se halla situada en una llanura á distancia una legua del Henares y del Tajuña. ARANZCEQUE. Villa señorial de la Alcarria, provincia y partido de Guadalajara de cuya capital »'8tá tres leguas. Tiene 126 vecinos, 442 habitantes, un pósito, nna parroquia que tiene por anexa la del pueblo de Valdarachas. Su nombre es de origen árabe y está situada parle en llanura, y parte ladera cerca del rio Tajuña. Tiene monte propio para el carboneo, muchos granos, aceite, ^ ino y frutas. Inmediata al rio tiene una abundante fuente, y confína con los pueblos de Valdarachas, Escariche, Escapóte , y Hontolla. ARWCNIA. Vdla señorial de la Alcarria, provin-
— 21-. cia y partido de Guadalajara á 3 leguas de su capital. Tiene 1^0 vecinos, 112 habitantes, y una parroquia. El rio Tajufia pasa muy cerca al E. lo que la hace muy fértil. Produce granos, poco aceite y vino, y confina coa Valdaracha, Fuente el viejo y Tendilla.. TEMDILLA. Villa de señorío de la provincia y partido de Guadalajara de la que dista cuatro leguas. Tiene 252 vecinos, 1135 habitantes, 150 casas de morada todas pequeñas á escepcion de dos, una parroquia y un pósito. Su cosecha es regular, abunda en aguas pero gruesas, y escasea en leña. Está situada en una frondosa vega poblada de olivos y viñas. Es patria de Bartolomé López Enciso, autor de una obra titulada: Desengaños de celos, y celebra feria el 24 de febrero. La miel que se coge en su término es de la mas blanca y rica de la Alcarria, y los viageros se suelen proveer de ella al paso. En lo mas alto de la población, se vé el castillo de ios antiguos condes de Tendilla que está destruido y de él bajan restos de murallas hasta un gran arco ; poterna de fortificación que aun se conserva , por el cual se entra ala villa que debió ser una plaza muy fiicrt.- hasta el siglo 16 al menos. Se halla tan mal situada esta villa , que en las grandes avenidas sa inunda lo principal de ella, arrastrando de los montes que la acercan grandes masas de piedra que dejan el camino que la atraviesa intransitable por algunos días. A fin de evitar las inundaciones, las casas de la parte baja tienen dos altos, y en la iglesia que es de una bellísima arquitectura 8emi~ gótica, pero sin concluir, se halla todo prevenido para los casos espresados. I^s casas de la call«
— 22' real j)orqiie pasa el camino, tiene soportales á uno y otro lado, y en ella se ven muchas parras delante de las puertas. Se sabe por la historia, que esta fuerte villa fué quitada á los Árabes que la poseían, por el famoso Rodrigo de Vivar el Cid y su sobrino el capitán Alvar-Fañez, á cuya época corresponden alguna parte de las ruinosas fortificaciones espresadas. " LA SALCEDA. A la distancia de poco mas de un cuarto de legua de subida de Tendilla por el camino de Sacedon, se halla casi destruido, sobre lo mas elevado del monte, el convento de la Salceda cercado de robles y encinas , que h^ista su eslinciou en 1835 ocuparon los religiosos de S. Francisco de cuya orden fué casa de recolecion de la provincia de Castilla. En este convento se veneraba con mucha devoción una pequeña Imagen de N. S. con el nombre de la Salceda , imagen muy celebrada en todo el pais, y que se halla hoy en la parroquia de TendiHa. Frente á la portería del convento y á la izquierda del camino, se halla entre unos árboles y una casilla que fué de guardas , una fuentecilla de muy buen agua, en la que llenan los viageros y mayorales sus cacharros para la jornada. Se sabe por los autores, que el famoso cardenal Giménez de Cisneros , iba muchas veces á hacer oración y penitencia á una cueva que hay en este convento. ALHONDIGA. Villa antigua de señorío en la provincia y partido de Guadalajara , de cuya capital dista 5 leguas, y tres horas de camino de Tendilla. Tiene 180 vecinos , 600 habitantes , una parroquia , un pósito y un hospital para pobres y transeúntes. Su nombre es de origen árabe , y
—23signiñca depósito de granos. Está situada parte en cuesta y parte en una vega. Produce granos, alazor, •vino, judias y garbanzos, patatas, cáñamo y mucHos olivos y nogueras. Es abUndantisimaen agua. • AuÑON. Villa señorial de la provincia y partido de Guadalajara, de cuya capital dista 6^ leguas, y dos horas y media del ptfente de sti nombre sobre el Tajo. Tiene 26S vecinos' y 1010 habitantes , una parroquia construida en el siglo 16 y de Ires naves, eti que se ven altares y objetos góticos, de cuyo estilo tiene mucha parte; un pósito, uri hospital, una hermita y antes ün convento dé Franciscos descalzos. Está situada en una végay á la distancia de un cuarto de legua del Tffjoeíi campo alegre y tiene cosecha dé granos, vino ; zumaque, alazor y mucho aceite. SACKDÓÍT. Villa cabeza de partido de la provincia de Gusdálajara , que dista 6 leguas deHuete. Es juzgado, estafeta de correos; tieue.SiS veéinos, 2689 habitantes, una bellísima parroquia de fábrica de piedra hasta las bóvedas, sostenidas por gran^ des colamiias del orden toseano, cuyos altares quemó la facción al mando del cabecilla Cacíi el año de 1839: se compone de 369 casas regulares, casi todas de dos altos. Tiene pósito, una bella capilla en que se venera la cara de Dios, y en la cual está hoy situada la parroquia, y se halla situada ea un alto á m<;dia legua del Tajo.'Su'cosecha de granos es corta, pero considerable la de vino y aceite; sus aguas son medianas pero escasean eu verano, y tiene mercado semanal, y una feria el 18 de abril. Antiguamente se llamó Therrtiida.
-24 — Lá-lsÁattÁj Sitio re»I. Se entra ea él por una hrga calle 4^ árjtoles á la izquierda del rio Guadiela, el cual pasa hasta la población entre los bosques que están delante de las termas y la huerta y jardines del real patrimonio que se hallan á ¡a izquierda del camino^ CAMINO POR TARANCON. £1 camino que acabamoa de describir que es «1 real, abierto de orden de Fernando YII en 1817, es como hemos notado bastante malo, tanto por el terreno quebradoqus^traviesa, cuanto por los miaerables pueblos 0DC donde pasa , cuyas salidas y entradas son iofames. Todos los años se recorre ligerisimamente por orden de la dirección de caminos, pero esto no basta sino para hi^cerle menos malo en algunos puntos. £ D la imposibilidad de poder mejorar este camino sin hacer cuaatiosoii desembolsos, que no creemos sea justo verificar en un camino de travesía particular, siendo asi e hace todo falta en el dia, para que ios arreci-; i generales sean cual correspondan, en esta imposibilidad repetimos , nos parece que seria muy acertada el que se abandonase el actual camino y •e hiciese por el gobierno otro mas fácil y tóenos costoso que vamos á indicar. £1 camino real de las Cabrilla» para Valencia es el que está indicado para el real sitio de la Isabela, en cuyo caso podria hacerse en un dia el viage con suma comodidad y no gastarse dos como hoy para 19,^ leguas. Este camino para el que (e tale por la puerta de Atocha, pasa por
S
— 25-. Vallecas, Vacia Madrid, el puente de hierro colga»te sobre el Jarama, Arganda del rey , Perales de Tajuña en que se pasa este río por puente, Villarejo de Salvanés, Fontidueña de Tajo, cuyo rio s» pasa por un buen puente, Beiinchon,Tarancoa j Saelices y Paredes, Hasta este pueblo es camino real, que se puede andar en iaa diligencias de Cuenca y de Tarancon, y desde él á la Isabela hay siete leguas de camino de travesía, que es la única parte que tenia que hacerse de arrecife, y á poca costa, puesto que los manchegos que van á los baños le atraviesan todos los años en sus grandes galerones sin peligro alguno. £1 gobierno podria en poco tiempo reembolsar los adelantos que hiciera para habilitar el espresado camino en las siete leguas que faltan, con solo estableier, durante la temporada de baños , un pequeño portazgo que pagarían con gusto los bañistas aunque fuese algo subido, con tal de que se hiciese tan importante mejora, puesto que se ahorraban mucho dinero en las paradas menos que tendrían que hacer por ^sta via. La mayor parle de ios pueblos que hemos citado, son villas de primer orden y de muchos mas recursos que ios pueblos de la Alcarria que se atraviesan hoy, y de consiguiente mas cómodos para cuanto pueda ocurrir al viagero. Ojalá que pl gobierno de S. M. tome en consideración estas indicaciones , en obsequio de la humanidatl doliente y de los bienes positivos del pais. Apesar de que hay siete leguas de vereda desr de Paredes al sitio como hemos dicho, ó 9 desde Tarancon, hay algunos viageros con carruage propio , que prefieren este camino aV indicado desde
— 26 — Madrid y sus alrededores , habiendo quien so dirige á Tarancoii en la díligencid de Cuenca , y toma desde allí una caballería alquilada para las 9 leguas, prefiriendo esVo á ir por el camino ánViguo; pero esto sólo pueden hacerlo los hombres solos, no teniendo carruage propio para la familia, corriendo el riesgo de detenerse mas, por no hallar á tiempo en t'aredes ó en Tarancon quien les quiera conducir. Apesar de cuanto sobre el camino antiguo llevamos dicho, es justo confesar en obsequio de las diligencias del Sr. Harpa, que sus mayorales saben perfectamente salvar todos los obstáculos del camino, que ni una sola vez han boleado, y qah se trata á los viajeros en las paradas con esmero y en el camino con delicadeza y amabilidad, conducta que distingue á todos los dependientes de tan esperto y enter.dido empresario de diligencias, que nada perdona para agradar al público á quien sirve. Por esta razón merecen muy bien los mayorales y zagales la gratificación que todo viagero les dá generalmente ol fin de la jornada , conforme á su voluntad, pues que ellos nada piden »egm\ les está mandado.
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CAPlIlilO III. DlitpoaleloneM que debe tomar el b a ñ i s t a al Ile-> gar al « i t l n , e l a s e de l a s b a b l t a c l o n e s , y efea.t o s que s e dan en cada una.
Las diligencias llegan, por lo general, al sitio de «na á tres de la tarde, horas en que las aguardan los iirimeros días de la temporada las familias de IdS colonos y naturales, y después, las que ya se hallan allí de Madrid ó de otros puntos, pues se acostumbra, por el mayornúmero , á acudir al sitio en que paran, para ver que personas vienen en ellas, de suerte que los viageros son siempre esperados y recibidos con curiosidad. Las diligencias paran á la puerta de la posada de la población, que se halla en la primera casa de la entrada á mano izquierda, y en aquel sitio las recibe el administrador de la empresa de estos carruages con el suficiente número de mozos, para iescargar y conducir los efectos á los puntos que If 8 designen y también el aposentador y guardamuebles del real patrimonio, para darles razón de los cuartos que hay desocupados , de sus precios y dar posesión al viagero del que guste tomar. La conducción de los efectos á las habitaciones, se paga por los viageroá dando por ella á los mozos lo que sea su voluntad. Biea encargándoselo al aposentador si se pres-
—28tase á ello, bien por si mismo ó persona de su confianza , se habilitará en la administración del real patrimonio donde entregará el pasaporte, situada en la plaza de la Glorieta cerca del punto en que se apeó, de un documento en el que firmará la responsabilidad de pagar el alquiler de la habita-' cion que elija, y responder de los efectos que se le entreguen por el gwtrdamuehleg , ó del valor que les está señalado en la tarifa, en el caso de desaparecer ó de sus desperfectos. Para la mayor inteligencia en esta parte, hay en la cocina de cada cuarto una lista impresa de los efectos que ae entregan ai viagero, de suerte que esta operación es obra de pocos minutos. Una de las primpras cosas que debe hacer el viagero, es presentarse al médico director para que le siente en el turno de baños á fin de ganar antigüedad , pues no se permiten tomar sino en rigoroso turno, por ecsigirlo asi la justicia á la que están sujet<iá las ordenanzas. Luego que el bañista se halle ya alojado, provisto del documento anterior , hecha la visita de llegada al médico, con el equipage en casa y con criada del sitio sino la llevó suya (1) solo debe cuidar de su manutención en el resto da aquel dia, la que podrá encargar á su sirvienta que le proporcionHrá lo necesario, si bien no lo que guste y tan pronto como quisiera, por carecer el sitio de
(1) fas jóvenes del Sitio se encsrgan durante la temporada de servir al que las necesita por un corto talirio.
una fonda provista para estos casos, razón por U que los que han estado ya una vez en este sitio, escriben con antelación á su llegada para que le» tengan comida prevenida y cuanto puedan necesitar al a|iearse. Es de lamentar que no satisfaga el real patrimonio áesta necesidad cumo ha satisfecho otras no menos importantes. Como le sea indispensable el agua, debe saber que le costará medio real cada cííxtaro la de beber, si la quiere de la fuente de Poyos que es la mas esquisita, á no ser que le gnsle la de los baños que fiia es muy rica, en cuyo caso debe mandar por ella á la criada, que si es del Sitio ya sabe también de donde ba de llevar el agua para los demás usos. Al dia siguiente, se presentará el viagero que haya de bañarse en casa del médico director á la hora de consulta, á la que se entra individualmente , á fin de esponerle sus padecimientos , y si estuviese imposibilitado de hacerlo por sí, le hará avisar de ello, en cuyo caso le visitará el director, el cual en todos casos escribe la historia del mal y le impone el régimen á que ha de sugetarse durante su estancia en el sitio, diciéndole si ha de tomar ó no los baños, cómo y cuándo , pues en cuanto á esto, es la autoridad superior á que están sujetos todos los bañistas y sin su permiso escrito en que se marque las horas , no pueden disfrutar del agua de las Termas. En estas, cada papeleta de baño que dá la real administración, cuesta ^rs., 7 si ha de ser baño caliente el que se tome, y 2 cuando se pide para U s baños del rio. Si por la mucha alluencia de bañis-
— sotas estuviesen á la llegada del viagero ocupadas todas las habitaciones del real patrimonio, lo que suele suceder en algunos días al medio de la temporada, puede el viagero tomar cuarto en la posada y sino le hubiese tampoco en ella, acomodarse interinamente en casa de algún colono, pues estos pueden recibir huéspedes encases tales, y aun tenerlos por temporada contal de que no dejen de pagar habitación al real patrimoiMo. La obligación que se impone á los bañistas de pagar una habitación al patrimonio mientras estén en el sitio, aunque no la ocupen por haberse acomodado en casa de un colono, ya por ser amigo ú otras causas, la tenemos por cláusula que desdice de la generosidad real, y aun nos parece irritante se obliguetá pagar la habitación los dias en que no puede proporcionársele al bañista. Nosotros encontraríamos digno del real decoro á la par que equitativo , que pagase habitación del patrimonio el que vive en casa de un colono, solo los dias en que tomase baños y no los demás, y estamos persuadidos de que si asi se propusiese á S. M., no podria menos, con su natural generosidad, de mandarlo de este modo, en obsequio al público y en beneficio desús colonos , mácsime atendiéndose á que creemos que estos debian ser ya dueños de sus colonias puesto que pagan ya contribuciones de todas clases al estado y que llevan muchos años mas en esta condición que las que regularmente se han exigido á los de su clase por las leyes , como con una salvedad decimos en otro lugar. Si bien en cualquiera casa de colono hallará el bañista amabilidad y buen servicio, no podemos •
— s í menos de citar como una notabilidad en su género , por el despejo natural, habilidad para condimentar las comidas y demás prendas personales que la hacen recomendable, á la proveedora de agua de Poyos, Maria Yilapreñor apellidada la catalana por ser de este pais, miiger del guardabosque Nicasio Sánchez , á la cual se dirigen muchos de los antiguos bañistas para que les tenga preparado cuanto les haga falta á su llegada. Tampoco debemos dejar por citar como buena servidora de sus huéspedes , á nuestra amable patrona la anciana seuora Antonia Gaspar, viuda del guarda almacén y colono Timoteo Rueda en cuya habitación hemos tenido la buena asistencia y comodidades que podíamos disfrutar en nuestra propia casa. También admite huéspedes el portero de la administración D. Anastasio Megia, cuya muger es aseada y sumamente esmerada ; asi como la coloiia Caya Mercado que sirve perfectamente. HABITACIONES Y SUS CLASES. Las habitaciones dispuestas para los bailistas en el sitio, son de cuatro erpepies, á saber: superiores, de primera, de segunda y de tercera clase, habiéndose habilitado, desde el año pasado , una manzana con cuartos de primera y segunda clase á precios distintos de los de las manzanas antiguas. Las manzanas destinadas á los bañistas, son hoy nueve, de lasque las antiguas tienen ocho cuartos cada lUia, los cuatro de primera clase y
— 32los otros cuatro de segunda. La manzana ntwra tiene ík, los k de priintra y 10 de segunda; en la casa de oficios hay 3 de primera y 10 de segunda; en la del cuartel de guardias, hay 16de primera y 2 de segunda y en la casa de baños en la que ecsisten 31 cuartorü, ios 9 son de primera clase y los 32 de segunda. El buen tono hace se prefiera vivir en las manzanas del Sitio y no en las habitaciones de los baños que son menos buenas y caras comparadas con las de la población, y asi es que generalmente las ocupan los muchos manchegos y labriegos que acuden á los baños particuisamente al principio y fin de la temporada. También son ocupadas por los que están impedidos, si bien para llevar á los que se hallan en este estado del Sitio á las Termas, tiene la administración una bien dispuesta silla de manos. y no estarla dema» tuviese también una camilla para ciertos casos. Cuartos sup*riore>. Las habitaciones de esta clase son cinco, una en la manzana segunda con vistas á la plaza Mayor ó de la glorieta que es el mejor, y üt en la manzana 10, plaza de la Constitución. La habitación de la manzana 2.* qne se llama vulgarmente el cuarto pintado, es la de superior oíase; tiene tres piezas mas, dobles efectos y de mr)or calidad que las de las demás, y se paga por él 16 reales diarios. I..0S cuatro enartos soperiores de la manzana 10 que cuestan á 10 reales diarios cada uno, y sns efectos son de buena calidad, tienen maa indepen-
— 33 — dencia qne los de las demás manzanfs, y mejor distribución en sus localidades, pues que se compenen de una sala con dos alcobas á un lado, sala al opuesto, independiente, cocina, despensa y corral para dos cuartos con sus comunes, y portal. En esta manzana hay dos cuartos de 2.'' clase por los que se paga 7 reales y medio diarios por cada uno, y tienen los mismos efectos que los de sü género en las demás manzanas antiguas, constando de sala, alcoba , cocina, despensa y común cun salida al corral. Manzixná nueva. tiOS cuatro cuarto^ de 1.* clase de esta manzana que es la última al Oriente de la población y la fnas grande, cuestan 9 reales diarios cada uho, y constan de las piezas siguientes: sala á la entrada ó recibimiento, alcoba de criada, despensa, cocina, comüu, sala principal con dos alcobas, y gabinete con una alcoba. Estos cuatro cuartos, ocupan Ips 4 ángulos de la manzana. Los efectos que se alquilan con cada una de estas habitaciones son Irts siguientes: 16 Sillas. 3 Mesas. 3 Tablados. 2 Perchas. 15 Ojas de cortina de percal pintado. 8 Varillas de hierro para ellas. 5 Vidrieras para las ventanas. 3 Llaves. 1 Velón grande. 1 Chico. 1 Candil para la cocina. 1 Aguamanil. 1 Jofaina fina. 1 Sopera. 2 Fuentes. 2 Medias fuentes. 12 Platos. 3Tazas. 4 Jicaras. 1 Jarra fina. 3 Orinales. 1 Sillico. 2Boléllas. 4 Vasos. 1 Chocolatera. 1 Sartén grande. 1 Otra chica. 1 Paleta, 2 Cazos. 1 Almirez. 1 Aceitera. 1 Parrl3
— Sillas y eartenilla. 1 Tabla para carne. 2 Taburetes. 1 Mesa de cocina. 1 Fuelles. 1 Tenaja. 2Cántaros de barro. 1 Espuerta. 2£8coba8.1 Trévedes. 1 cogedor de ñerro. Cuartos de segunda clase. Los diez que tiene esta manzana se alquilan á 8 reales diarios cada uno; se componen de las piezas siguientes: recibimiento, cocina, cuarto de criada enfrente , sala , dos gabinetes uno á cada lado, y en cada uno una alcoba, y una dispensa en la cocina. En estas habitaciones se dan solo 12 sillas y casi el mismo número de efectos que en los de primera. Unas y otras tienen común cerrado en las cocinas, y estas se hallan á la entrada en el pasillo que conduce á las habitaciones principales. Ademas de los l i cuartos que se alquilan, hay k habitaciones pequeñas é independientes que son para los jornaleros del real patrimonio. üfatízanos antiguas. Los cuartos de primera clase de estas manzanas, cuestan ocho reales y medio diarios, y se componen de sala , dos alcobas , dispensa ó alcoba de criado, cocina y común. Tienen dos puertas al portal, una para la cocina y otra para la sala. En estas habitaciones se hallan los efectos siguientes, ademas del fregadero de piedra con vertedero que vá á los comunes, de cuyo modo se halla en todos los
-35-^ enHltos d»pfim«ra y segunda dé lamanzana uue<va y wiijJerWréB.; i 13 Sillas. iMesas desala. »Tablados, 1 Percha. 6 Ojas de cortina de percal piulado. 3 Varillas. 3 Yidrieritas^a los putitigos. 3 Llaves. 1 Velón grande. 1 Id. chico. 1 Candil. 1 Espaviladeras. 1 AgutamanU. ii Jofaíoa Tina.! Sopera. S.Fuentes. Sí Medias fuentes. 12 í^atus, 3 Tazas, i Jicaras. IJariia (ina. ^.Orinalesfuios. .1 Id. OEdiaarioj i Sillico, 2 Botellas, k Vasos. 1 Chocolatera. 1 Sartea grande. 1 Id. cljica. 1 Paleta. 1 Gaío. 1 Alraitez. 1 Aceitera. 1 Parrilla y Sartenilla. 1 Tabla, para carne. 2 Taburetes. 1 Fuelles.i TeBa¿as. 2Cánr taros de barro. 1 Espuerta. 2 ^scobas..l M.esa de cocina. 1 Cacillo de fierro, i Tréyedes, 1 Cogedor de fierro. i j, • Los cuartos de segunda clase, se eoinpQnen'df jiaa saia^ una alcoba, una despen^a;^,<^ina.,y ce-^ mun, y tienen al portal las mismas pnertaiv.que los c^ primera. Se paga por cada uno sisete reales y medio diarios, y tiene los efeclqs ^igyifiitf s. , 9 Sillas.i 1 Mesa de sala. 2 Tablados, k Ojas de icprlina d«¡ parcial. 2 Varillas. 2 Vidriera». 1 Velou prandé solo. 1 Jofaina ordinaria. 9 Plato¥i.>2 Tazas. 3 Jicaras. 2 Orinales uno fino y otro ordinario. 1 Botella. 2 Vasos. 1 Escoba, Rn lo demás es iaiial á los de primera, pero sin ninguna fuente grande, ni velón chico. Los comunes en estas miinzanas se hallan en l,as cocinas, y nos parece estarían mtjor coa la puerta á los palios, loi^ue podría hacerse co» soló abrirles la entrada por tilos y muda les el tabloncillo, también snria útil que por las llamadas dispensas , se abrie-
— 36 — se á las alcobas una puerta para no tener siempre que pasar los servicios y demás por la sala, cosa incónioda en tiempos de enfermedad. Cata de oficios. Las dos habitaciones de primera thse se commen de sala y dos alcobas^ se paga por cada una reales diarios, y en ellas se hallan los siguientes efectos. losillas. 2 Mesas de sala. 2 Tablados. 8 Ojas de cortina de percal. 4 Varillas. 2 Vidrieras. 1 Llave. 1 Tenazas. 1 Aguamanil. 1 Jofaina ordinaria. 1 Plato. 1 Jarra ordinaria. 2 Orinales ordinario». 1 Sillico. 1 Vaso. 1 Cántaro. 1 Escoba. Los cuartos de segunda clase que se alquilan por 5 realef diarios son diez, tienen dos sillas, un tablado y cuatro ojas de cortina menos, y se com' pone de sala y alcoba. Los que habitan en estos cuartos tienen á su disposición un comnn y una cocina general con todos los utensilios necesarios, la cukl está servida por cocineras á la orden de los bañistas que las quieran emplear. '
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Cuartel de Guardias. Las 16 habitaciones de primera clase de la manzana llamada asi, cuestan 6 rs. diarios, tie^ nen sala y alcoba solamente y se hallan en cada una de ellas los efectos siguientes: 7 Sillas. 1 Mesa. 2 Tablados. 2 Vidrieras. 1
—37 — Llave. 1 Velón. 1 Tenacillas. 1 Aguatnanil. 1 l o faína ordinaria. 1 Plato. 1 Jarra ordinaria. 1 Orinal ordinario. 1 Sillico. 1 Vaso. 1 Cántaro. 1 Escoba. Los dos cuartos de segunda clase que hay en la manzana, tienen cuatro sillas y un tablado menos que los de primera, constan de una sola pieza y se paga por cada uno k rs. diarios. Esta manzana tiene uua cocina general como la anterior, y tanto en esta como en aquella pueden pagando el carbón hacer la comida los bañisbien por si 6 por medio desús sirvientes, hien encargándosela á las cocineras quu alli tiene el patrimonio , á las que se paga uu real diario. Casa de servidumbre ó de lai cocinas reales. En esta manzana que es en la que se habilita un salón para reuniones, hay un cuarto de primera clase por el que se pagan 6 diarios y consta de sala, y dos alcobas en las cuales se dá igual servicio que á los de su clase en las demás manzanas. En la misma hay 5 cuartos de segunda clase que constan de solo sala y alcoba con común y cocina general, los que se alquilaban á 5 rs. cada uno con los utensilios dotados á los de su clase, pero hoy se han cedido á vecinos del sitio. Ca«a de Baños. Las 9 habitaciones de primera clase de las Termas, cuestan 7 rs. y medio diarios cada una,
— 38 — lieoen una sala y dos alcobas y los efectos siguWntes: ., «Sillas. 1 Mesa., 2 Tablados, á Vidrieras. 1 Llave. 1 Velón. 1 Tenacilla. 1 Aguamanil. 1 Jofaina ordinaria. I Plato. 1 Jarra ordinaria. 2 Orinales ordinarios. 1 Sillico. 1 Vaso. 1 Cántaro. 1 Escoba. Las 22 habitaciones de segunda clase que tienen liUBs sulo una pieza y otras dus, cuestan cinco rs. y medio diarios, y constan de los espresadus efeQtos pero con dos sillas y un tablado me^os. En esta casa hay dos cocinas generales, igualmente acondicionadas que las de la casa de oficios y cuartel de Guardias y para lus propios usos. Valor de los efectos. Como hemos ya dicho en otro lugar, el bañista qtí« alquile un cuarto del real patrimonio, recibe l>or inventario los efectos que le entrega el guarda muebles obligándose á pagar los que se estraviep ó inutilicen. Al dejar el cuarto, el espresado oficial se vuelve á hacer cargo de los efectos insinuados , ecsigiendo al inquilino el valor de lo que le falte ó haya desperfeccionado según la lista qfne ecsíste en cada cuarto, y cuando esto se ha verificado, le devuelve el documento de responsabilidad que dio al entrar en la habitación. A fin de que sepa el bañista lo que debe pagar por cada efecto , se halla en la lista de enseres designada el valor de cada uno y es como-se pone á continuaciom
— aseada silla vale Ifc rs. Una mesa de pino '^0 Cada tabla ó banquillo. . . . . . 8 Cada percha 8 Una hoja de cortina. . . . . . . 18 Una varilla. . 10 Cada vidrio 3 Una llave 7 Un velón grande . 40 Uno chico 26 El candil 4 Las despaviladeras 4 Una aguamanil 8 Una, jofaina fina 10 Una jofaina ordinaria S Una sopera. . . • 15 Una fuente grande 1^ Una media fuente 9 Uu plato fino ^ Una taza 1—^^ Una jicara. 1—12 Una jarra fina 10 Un vaso 3 Una boteila 2 Chocolatera 1 Molinillo 1 Sillico 10 Orinal 3 Sartén grande 12 Id. pequeña 6 Paleta de guisar 2 Cazo de azófar *K Otrodeñetro ^
-40Cogedor id Almirez Aceitera . Parrillas con sartén Tabla de picar. . Uii taburete Fuelles Trévedes. Tenazas. . Cántaro. Fspuerta. Escoba
. .
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5 r 24 / — 5 10 2 5 4 5 4 2—17 1—17 1
Parador. Los que no quieran valerse de criados de ninguna especie, ni de habitación del patrimonio, en particular hombres solos, pueden alojarse para conseguirlo en la posada, si hay habitación, en cuyo caso no pagan cuarto del patrimonio, y ajustarse en un tanto diario por toda la asís» tencia. Hospital. Para que se recojan los militares y los pobres de solemnidad que van á tomar los baños minerales, ya conducidos á costa de la santa hermandad del Refugio de Madrid que destina una parte de sus caudales todos los años á tan piadoso servicio, ya al Je otras corporaciones filantrópicas 6 ya por si mismos pidiendo limosna, tiene el real patrimonio al occidente de laa Termas, un pequeño alber-
— il_ gue cuadrilátero con nueve ó diez cuartos d« uui! sola pieza, denominado el hospital. Si S. M. supiese que en aquel gitio no tienen ni uu mal ger-' gon estos infelices donde descansar con alguna cOf • modidad, es de creer, en atención á su buen corazón, que niaodaria á su administrador del real Sitio, amui-blase el hospital como cumple á su regio decoro, á su grandeza y á su natural magnidcenuia. Empero en el dia solo casa proporciona á los pobres el real patrimonio en este albergue. Este pequeño pabellón fué cuartel aales de destinarse á este uso. Por cuaato se ha espuesto en este capitulo, se puede conocer la proporción que hay en este real Sitio, de vivir en Sociedad ó aislados según acomode á los bañistas , y la facilidad de que puedan concurrir á estos baños todas las clases para estar en ellos con arreglo á sus fortunas ó á lo quo pretendan gastar en el tiempo que tengan ó quieran permanecef en ellos. Al concluir este capítulo, no podemos menos de recomendar al real patrimonio el establecimiento de una bien provista y cómoda fonda café que podría situar á poca costa en la casa de oficios, casa de servidumbre detrás de palacio, ó en el cuartel de guardias. Esta fonda que debería alquilar por temporada en un buen canon, serviría de apeadero donde descansase el viagero á su llegada encontrando en ti acto cama si la pedia y el alimento ó refrescos que necesitase y no tenerse como hoy que empezar á fatigar de nuevo, buscando al guardamuebles que le dé habitación si la hay ó andar meadigando, eu caso contrario, el favor de
— 42 — los colonos para que le reciban interinamente, como uos ha sucedido á nosotros en compañía de una sefiora título de Castilla., en el año 1842 , en qae tuvimos que albergarnos en las cocinas de paJauio por cuatro dias seguidos , por no encontrar quien nos pudiese admitir. La fonda por otro lado, teniendo arreglados los precios, podria establecer mt'fas redondas por horas para comer y cenar, con lo que los bañistas que no llevan criados ó no los quisieran, hallarían este beneficio mas en tan bonito sitio , librándose de tener que lidiar con las cocineras de las cocinas comunes que, por buenas que sean, siempre dan algún motivo de incomodidad , y la real administración podria cargar al fondista la responsabilidad que hoy pesa sobre ella en este punto. Medite bien esta mejora el real patrimonio y estamos persuadidos de que la adoptará luego que se convenza , como no puede menos, de su utilidad y de que aumentará la afluencia de bañis' tas y de consiguiente los reales intereses. A íin de que este establecimiento solo sirviese de apeadero y punto de espera de habitaciones cuando no las hubiese, la administración prohibiría alojarse eii él á los bañistas mas de una noche, habí'udo habitaciones vacantes , concediendo solo este privilecio al fin de la temporada en que quedan pocas familias y que para estar en sociedad suelen irse reuniendo ea una ó dos manzanas para no estar aislada'. En esta fonda cafe debería colocar la 'real administración , la mesa de villar que se estableció en 1835 que está en el dia sin uso alguno por no
—w— haberla sabido beneficiar; unas cuantas mesas de juegos permitidos y un pequeño cuarto provisto de los periódicos principales, lo que estamos seguros produciría muy buenos resultados para los bañistas y para ios intereses deS. M. En estos últimos años ha permitido la real administración que los jóvenes, á su óoáta, se reuniesen para dar algunos bailes en una sala de la casa real servidumbre,, y en esta sociedad se ha disfrutado diversión y placer en lo que cabe en tan corto lucal con una simple orquesta de guitarras y una mesita para jugar á los tres sietes los aficionados. El, buen écsito de estas pequeñas reuniones, debe haber hecho conocer á la administración ^ la necesidad de un punto de reunión en el que se, proporcione alguna diversión , en que emplear alegremente las primeras horas de la noche durante la temporada. El Sitio tuvo en un tiempo un pequeño pero bonito teatro que se hizo en 1835 con habitación para la compañía, cuyos restos aiin se conservan en el palacio, el cual nos dicen fué estropeado por los facciosos en la última guerra, si bien achacamos su deterioro á la desidia, y nos parece que si la real administración, le restableciese, lo que le costaría poco, aprovechando lo que aun ecsiste, podriarendirla algunos productos alquilándole á alguna de las muchas compañías dramáticas ó de otra clase de segundo orden, que salen á veranear, y al propio tiempo tener los bañistas una diversión digna de un real Sitio y de la culta sociedad que en él se reúne en la época de baños.
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CíPITdLO IV. noHcHi^eloii aeJl A c a l s i t i o , y BU o r l s e n é h l s toHa.
La planicie artificial qiie ocupa el real Sitio de la Isabela y su casa de baños, está á la rivera hqiiiera del rio Guadiela entrando desde Sacedon t{t|e la circunda, formando una especie de península de N. á S. y rudfaiia por todos lado» de elevados montes. Los cerros situados al S. E. son los confiiies de la provincia de Guadalajara de cuya capital dista nueve leguas, y los demás al setenlrion los de la provincia de Cuenca cuya ciudad está á diez leguas de distancia. Rodean á la Isabela, á cosa de una legua de distancia, fas vill?s de ( oreóles, Pby'os, Aleohwiate, Cahabtrudas y Villalva con cuyos términos linda él suyo , distando dos leguas de la villa de Alcacer y dos de la de Sacedon que es la cabeza de STi partido; está á cinco leguas de la ciudad de Muete. Su situación en medio de elevados montes , y su terreno calizo y lleno de plantas odoríferas que embalsaman el aire que se respira, hace que el clima sea siiniamoiite sano , sus aires muy puros y qire generalmente esté la atmósfera apacible y serena, y si es cierto que algunos días suele levantarse un viento fuerte, no es tan molesto como el de
— 43.-^ otras partes y dura pocas horas. Las tormentas no son mv\y frecuentes, y la misRia altura de los montes cercanos, pouen al Sitio, al abrigo de las ecsa^ liciones. . El terreno de la Isabela produce granos, legumbres y hortalizas , pero todo manifiesta que es mejor para el plantío de viñas y olivos á loque indudablemente le di'dicarán los habitantes, cnando dejen de ser colonos y puedan legar á sns hijos eu herencia, como . bienes propios, el fruto de sns trabajos. El tértnino consta de mil doscientas ochenta fanegas diez celemines y tres cuartiílos de tierra, distribuidas en esta forma : SO fanegas . 6 celemines, y un cuartillo de primera suerte; 1^9 fanegas y 6 celemines de segunda, y 401 fanega*, 10 celemines y 2 cuartillos de tercera. De este terreno.las S20 fanegas están de monte y las demás, á escepcion dé unas 3 fanegas que están de viñedo, se siembran generalmente de trigo, cebada, avena, almortas , y alazor, pero sus cereales soa flojos y d« muy mediana calidad. Dice un naturalista , que on las inmediaciones de este Sitio se han hallado diversas clases de cuacr 2os, pondingas, petrosílice, dÍ3Si>ero, calcedonias impuras , tierfa silícea , pií-dra asperón ó de amolar , ócsioQ de hierro , areua silícea, líjargas y piedras cristalizadas como la de lus lluinudo;^ dianiaiir les de S. Isidro. , Como decimos en el cajiitulo siguiente , al deseo de la virtuosísima reinadohnlsabíl Je. Braganr za se debió el que Fernando Vil mandase hac?i cs*t,i bonita población , que no tuvo el gusto aiinella malograda señora de ver concluida. Un arquitecto
~46~ fíe cámara fué el encargado por S. M, de hacer IHS obras de este nueru real sitio, ciiyáá'doacalltís, ffjrfnadas por 26 manzanas cuadradas pintadas de Wanco y las puertas y ventanas de verde todas de igual tamaño, son anchas, espaciosals J tiradas á eordef. El real palacio se halla a? oriente defa pob/acion al fin de la calle de Fernando Vil que es la que sigue al camino real desde la entrada del Sitio : es la única manzana qtre tiene dos altos y coge el terreno de dos manzai^as unidas y la calle espresada qüc las atravíVsa, tiene 89 paso» de longitud, y 57 de latitud. La entrada priricipa'l freíite á la eminekóa calle, se halla al occidente, en cuya fachada tiene 13 balcones y 12 ventianás , siendo el balcoín de enmedio dé todo el anchó.d^e la pijerta sobre que estriba. Al norte tiene nueve b8.\&i(\e& y nueve tentanas, los mismos liireuos' al medio dja y s) oriente lo? propios que ai ponrieníe, con ana pnerta en el centro que se comunica eti línea recta con la principal. Sobre los íii;;ulo9 defa fachada principal, hay dos torrooncillys rebajados con un hueco á'Cada fachada del ángulo este^ior. Este real .Mcázarde buenos sillares en la paite inferior y de perfecta fábrica de ladrillo en todió lo demás, 68 rie sencilla pero elegante construcción. Se halla desalojado enteramente no habiendo sido todavía morada de los reyps ni de persona alguna de distinción, y sirve solo al patrimonio para guanlar los frutos que recoge en la* posesiones realeís del pais. En \rsta de que solo sirve hoy de adorno, y atendiendo á la escasez de habilacioursquestteíe babt?r en lo recio de la temporada de baños, nos parecería
—w— muy acertado se aconsejaiie á S. M. se trasladase á este palacio la administración , la intervención y demás oficinas del real patrimonio; la dirección £acultativa , la botica y aun la iglesia. En cualquiera de las bandas de este edificio, podría á poca costa , hacerse un,templo raas decoroso que la mezquina y miserable parroquia que hoy tiene el Sitio en ia manzana k , ó sea casa de oficios, en donde $e colocó interinamente, mientras se construia la iglesia que mandó hacer el rey, y que no llegó á empezarse, en el terreno denominado hoy plaza de la Constitución. Habitando el digno párroo y los empleados del real patrimonio con sus oficinas el palacio, se lograrían dos cosas importantes, la unaque las manzanas que estas ocupan quedarían para bañistas y no habría tantos apuros para las habitaciones en la temporada, y la otra que de este modo se cuidarla mejor del edificio, apesar que no está descuidado, y no serviría como hoy , solo de albergue á los pájaros del bosque y á los insectos. Esta disposición no obstaba para que S. M. en cuso Je ir alguna vez al Sitio , la hallase desocupada si era preciso , porque esto se hace en poco tiem|io , si bien con al~ gunas entradas mas que se practicasen en lo estelior á la planta baja, podia qutdur independiente de iglesia y oficinas la parte del piso principal para la regia morada. Ademas de las 18 manzanas cuadradas de cien pies castellanos de línea por cada lado, que se construyeron para los colonos y bañistas, y cuya distribución de haliitaciunes dejamos diciía en el capitulo anterior, con respeto á las de los últimos,
-.48 — se constriíyó nrt cuartel deguardias de corpa, otr(js ík» de caballería é infantería , una casa de oficios y otra para la real servidumbre que son las manzanas mas proxim.19 ai palacio, y mayores que las demás. También se construyó una posada, que es )a primera manzana á la izquierda , entrando en el sitio , la cual no pertenece al real patrimoDÍo por haberla costeado un particular, siendo el único vecino que puede alojar viajeros sin pagar al patrinionio estancia ni habitación. Once de las manzanas, cuya mayor parte están al norte de la población, son las-ocupadas por los colonos , las cuales tienen una habitación compuesta de portal, sala con su alcoba, otra alcoba ó sala al lado opuesto, gran cocina, cuarto enfrente, un patio 6 corral con su.cobertizo á la mitad, cuadra, pajar, cámaras para lo» granos, y sus cuevas ó bodegas algunas. , Las manzanas de lo* bañistas divididas en 8 habitaciones cada una, 4 de primera ciase y 4 de segunda, cuya descripción leñemos hecha , tienen 4 portilles que so cruzan y reúnen en im patio genera!, es paiioso y bien eini)eili'odo, al que din las venlanas de las cocinas. Estus portales que por la -buena posición de las manzanas, abiertas todas las pneifas de una linea, parece una larga y no interrumpida galería, es regularmente el punto de reunión tie los vecinos, parlicularniente de los dos que tienen sus habitaciones en el mismo portal que son una de primera y otrar de segunda clasa. Cada niiinzana tiene á ciula una de sus 4 fachadas, 7 huecos de IdS que el uno es la puerta del portal, situada en medio de las O ventanas que son bajas, y ?iii rejas.
Frente de la manzana segunda á la ¡irquierd», en la calle de Fernando VII, entre esta y la llantada de la Fuente, en la que se halla la casa de la Administración del real patrimonio , y en terreno igual al que ocupa una manzana, está la plaza Mayor, y en ella hay una bonita glorieta de árboles y arbustos , con cómodos asientos de piedra, al rededor de una sencilla pero esbelta fuente, sobre la que descuella la estatua de la Victoria hc> cha de mediano arte en mármol de Carrara. En este ameno sitio se pasea por algunos al anochecer en los dias calorosos, y muy parlicularment? por los que habitan las manzanas cercanas. É) agya de la fuente es bastante gruesa á la par que a|i|ndante, y se usa solo para fregar y otros usos Ojs^ésticos. Á la parte norte de la manzana de la adminisitr^jcion , entre las calles de la Cárcel y de la Iglesiaí, ¡IQ halla la plaza de la Constitución , que es iiin espacio cuadrado de terreno como el de la gloTlíba ó' (daza Mayor, el cual está plantado de Át~ boiék loyjliando calles, y entre ellos hay bancos hécl¿o8 d4 las piedras sacadas de un templete romano hallado á poca distancia á orillas del rio, del que h|iblMÍ^os en el capítulo Vil. AI Oqitnie de la población, se construyeron unas heiTerll|« que en ISk^i se han derribado, porque ademas de ser inútiles, estaban á la malicia, hallándose boy situadas aquellas á la salida d<e la calle de (a Heina frente á las heras, en un pabellón construido ál efecto. Al occidente hay dos pabellones, en los qut están , en el mayor cerca del parador ó posada, U
— 50t'rnrla de fsppíciía, la taberna y la carnecer/a, y íil \¡ (lo vn el otro, el horno de cocer el pan de que .'(> sirven indus Ins colonos. El matadero se halla ciTta del rio casi frente al hospital, y la cárcel en la ralle de su noinlire, manzana, niím. 7. La iglesia, simada en la casa de oficios, calle rfe es(e nombre, es un salón de todo el largo de la manzana, anf^osto á proporción y sumamente bajo de techo, y en ella se adora en un pequeño altar á S. Antonio i airón del sitio- El campo Santo está á la deret ha del camino de Coreóles, es decir, al nnrlc del bitio , y á la entrada de este por el camino de Sacedon , se encuentra el tejar y alfar de que se proveen los colonos. Al sur de la población , y cortado por nn ancho paseo de elevados álanioí que baj.i á las leriri.ts, se halla un boi^que arlíficial con multitud de calles combinadas con gracia y simeln'a, cuyos ruárteles forman |)intorestos jardines, viéndose á la derecha de ellos, con la entrada por una espaciosa pl3zol( ta circuliir, otras dos plazas espacia^;^s, en la.i que hay en la primera una sencilla'pero ehfraiile fuente de piedra que teiraina en una lonitala/a, y en la segunda que es mas baja, í trs i'e piedra berroqueña, pero el agua que pruili cíu, si bien muy abundante, es tan go.rda contó la del Sitio. 1.a |)rimera ^fuente llamada de l.>-Ai)Ki, I I , se construyó en 1834 en su obsequio; y la segunda , denominada de FER!IÍAI<IDO VII, se liizo en 1819. como lo indica su inscripción. Asientos de piedra de trecho en trecho, convidan al descanso á los que pasean por estas frondosas álarntdas, qie por su altura impiJen al sul el
— 51 — abrasar con sas rajos al que se dirige i disfrutar de su frescura. Hállase á la tzqnierda de la entrada del sitiA, otra abundante fuente de agua gorda para las ca-* balleriais, y á pocos pasos la entrada de nn Loiiit» paseo con cómodos asientos , al que se llama 5a> Ion det Prado 6 paseo de Isabel U. En este paseo , (tiie está al occidente de la población , cogiéndola toda por este lado, se ve al medio la entrada de los jardines reales y de la hnerta del patrimonio , la cual en toda su estension , que es bastante, se halla cercada de empalizada ó verja de madera pintada de verde por la part»: del canino de Sacedon y del Salun del Prado , y «le tapias por los otros dos lados. Como nna tercera parte de esta huerta, abundantísima de aguas , y que tiene por lo tanto cuatro grandes estanques y varias fnenlecillas, está deslhiada á jardines; e.4o« son sencillos , pero variados y bien ordenados, y terminan con un intrincado y cnrioso laberinto en el que se ven aparadores y cenadores para descansar. Toda la posesión es sumamente pintoresca « particularmente i su fmal que se escalona por los cerros, y está llena de vides, parras y árboles frutales. La parte ttorte de esta huerta en casi tuda su longitud , esli setnbrada de almendros dulces, de suerte qne forma un copioso airnendral que ptodnce muy rico y sazonado fruto. El salón y los jardines y huerta espresada, que está abierta bástala anochecer, es el paseo de tono por la tarde. Las calles de la Isabela que son 1^ y todas tiradas á cordel, se denominau por su orden : de Jardint*, de Fernando Vil, de la Ftitnt* , de la
— 52 — Cárcel, de la Jgletia , de Labradortí, del Horno, \a Mayor, de \i Reina, calle Beal, de los Cuartete* y de las Herrería* , si bien de esta solo queda la cera izquierda , pQr haberse demolido aquellas como llevamos dicho. Delante de la primera manzana, al occidente, hay una pequeSa plazoleta formada de arbustos y arboles con asientos de piedra , la cual dá entrada ala calle de los Jardines. Las heras de jos colonos se hallan á la handá norte del Sitio , y es uno de los paseos más divertidos á la par que sano, en particular al anochecer , que pueden darse durante la recolección. También tiene el sitio un pozo para nieve; pero se halla en desuso , y esto es sensible , porque es^sea mocho la nieve para la botillería que hay en la temporada, en que la tiene que conducir con mucha merma desde Brihuega que dista ocho legua;, y esto es causa de que se carezca de he-, lados en la estación. Con solo el coste de unos 500 reales podría llenarse en tiempo de nieves este pozo, de que podría sacar en el verano la administración un buen producto , y hacer que fuesen mas baratas las bebidas. Apesar de lo que algunos dicen sobre la utilidad ó perjuicio de los árboles en las poblaciones, nosotros que estamos por lo printero, desearíamos se embelleriesen las rectas y espaciosas calles de k, Isabela con dos hileras de árboles uita ¿ cada lado, á fin de que pudiesen a;.ravesarla8 los bañistas á la sombra, en los dias de gran calor con mas comodidad que hoy, pues como las manzarias aoa sumamenta bajas , solo hacen sombra á las
- 5 3 horas en que los rayos del sol no se hacen sentit en toda su fuerza. Esta importante mejora costaría muy poco al real patrimonio, teniendo plantaciones preparadas para los bosques y las que podría aumentar con este motivo. Tampoco estaría de liías algún que otro farol de reverbero en el centro de la población y la bajada i la casa de baños, para que en las noches oscuras se fuese por estos sitios con mas desembarazo y sin el peligro de una caída perjudicial á pesar de su llanura y aseo. La baratura del aceite en la Alcarria, no perjudicaría los intereses de S. M. y mucho menos cuando para esta y otras importantes mejeras que proponemos , podria subirse un poco el arrendamiento de las habitaciones superiores y de primera clase que son sumamente baratas á proporción dé las comodidades que proporcionan. Si el boticario del Real Sitio estuviese mejor dotado , particularmente durante la temporada, podria mejorar su surtidísima botica, haciendo en su habitación una oficina mas decorosa que la que tiene hoy , y como la que en otros anos había, y en esto debía pensar seriamente la administración, pues no sirveen estos establecimientos la bondad y abundancia del género, y la suficiencia reconocida del que boy le sirve, sino que es preciso que á todo esto corresponda la oficina, pues el enfermo que , como todo humano, se para por desgracia cu las apariencias mas que debiera, no concibe cómo sea bueno un género «n un establecimiento tan mezquino, y sin forma de botica , co» mo el que hoy tiene el Sitio. Juzgamos de ^uma utilidad y aun iieeesariOj
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el que por el real patrimonio se cediese al boticaleZ \nT^ ' '^"•"'^'"'í.' "" donde, ,m¡liánd«w LTn I ""5«««"°..pudiese ir haciendo unp». plantas medicuiales de primera necesidad. v esta «ÍITn'r'^ "!.'J*J'*, "° P*"'"» ""«""s de redundar en benéfico de la humanidad doliente , de losToftn..s por la rebaja de los precios de la medicina quL sena su consecuencia, y hasta de los demás v^sl^fÜfif"/ recreo que les proporcíonaria la visia (le este nuevo jardm. Notando el nuevo médico-director en los do* Z'T^'r^ t ^""''««' «I-'" ademas do esta? ma a hajad.i d hospital destinado á los los pobres de solemnidad y á los militares hasta la c L e do sargentos, se les escaseaba los baños calientes cuando os necesitaban , se puso de acuerdo coa u aclual admmistrador . y hoy se les dá este socorro siempre que se les receta por el facultativo, cuya providencia es digna de elogio por parte dí a administración , que inferprefando justamenta M k y '"'*'" corazón de la rein.i, ha preferido hacer este importante servicio público, al valor que podrían tener unas cuantas arrobas de lefia, que pudieran ahorrarse. No contento con esto el espresado seilor director, y viendo que los pobres que acudían á los baños |eniaii que pedir limosna publicamente para vivir «os días que permanecían en el Sitio, nos reunió el «no pajado un día en su casa , y logró formar una junla de beneficenciu presidida por el digno y virtuoso párroco del Sitio, la cual demandando liraosna para los. pobres á todos los bañistas acomo-
-55— dados que habia y que llegaban , logró sac^r una cantidad capaz para dar á cada pobre iioa buona ración diaria dislributda por el espresado páiroco. Las señoras bañistas que, »] propii) tiempo que el director, tuvieron este feliz pensamientK , se reunieron en junta presidida por la g (Mtiasii y filantrópica marquesa de Yalgornera, á 11 que se reunieron las dt-nias señoras de elevidas clases que habia, y pidiendo en la iglesia y capilla á las horas de misa y en los paseus m is freciieiitados , logra-'ron acrecentar estraordinai¡amenté los fondos de beneficencia para el indicado objeto , auint-nláiidose ra33 , con 11 rifa de un bonito bdsillo , beclio j>or la espresada marquesa, que habiendo tenido la suerte de que nos tocase, le ^plvimos áhacer riUr, y con olro-i objetos que so rifüron, cosa que al paso qup reportó un bien positivo á los pobres, nos divirtió muchos ratos. Si bien el respetable pirroco y nuestro amiio' el director harán, como nos promelie:on, que esto se siga practicando todos los años, y que el real patrimonio cíia'lyuve en nombre de S, M. á tan libntrópiKa costumbre, suplicamos á los bañi:tas y demás personas que vayan al Sitio , hagnn por su jiarte cuamo puedm para mantener y completar nuestra eiii|>e/,ída obra. En la pla/a Mayor sobre la casa de la administración, hay un buen cuadrante silar que señ-ila las horas con esactitud ; y uu lelox en la casa de baños que se halla descompui'-lo y que debería situarse en la poUlaci.in, pues la atmósfera en qiie está eoiocailo le perjudica , y es la causa de que nunca ha va atidadu bien.
-56. Ei real patrimonio tiene para el gobierno y cuidado del real Sitio , un administrador, un contador interventor, un cura párroco , un médico por separado del director de los baños, un cirujano, un boticario, un portero de la administración , un sacristán y maestro de escuela, una maestra de ni^ ñas, un guarda muebles, un guarda capataz de la casa de baños , dos guarda busques y un jardinero ' y hortelano. Ademas en la temporada de baños tiei De dos bañeros y una baiiera. Sí bien creemos que los espresados empleados son los necesarios para la administración y cuida-: do de los intereses de 9. M., nos parece que las dotaciones del administrador y del interventor, que son los gefes superiores, son mny cortas en atención á la importancia de su encargo, y á que sien-r do cometidos generalmente á personas de algún saber y categoría en las oficinas del patrimonio, tienen que vivir siempre en aquel despoblado desierto , puesto que tal puede considerarse la Isabcr ia los ocho meses del año fuera de la temporada de baños. Creemos que si se enterase á S. M. de esto, no permitirla que la representasen on su real Sitio empleados con tan miserable dotación en tan elevadas categoi fas, y mandaría pagarles cual corresponde á su real grandeza. Una de las cosas que, en nuestro concepto, hacen que haya en el real Sitio algimos defectos y faltas que no debían ecsistir, y que no se hagan progresigamente las mejoras que reclama la marcha civilizadora del presente siglo , es la continua variación de administradores é interventores que ha habido hasta el día, tal vez porque I4 corta Iota-
—57cion les lia obligado á mejorar de fortuna y vivir en un mundo mas animado, pues estamos persuadidos de que por muy desidiosos que fueran estos empleados, si se perpetuasen en sus bien dotados destinos, ellos buscarían arbitrios que, sin gravar Ips intereses de S. M. antes aumentándolos, les produgesen para ir mejorando algunas cosas que dependen de ellos por estar en sus atribuciones, y que les ceban en cara todos los años los bañistas. El término de la Isabela tan pequeño como es, ofrece grandes recursos para el que sepa espío» tartos, y el destino de administrador en buena ar-r monia con el director de los baños , es capaz por si solo, con un poco de chispa natural, de aumentar los caudales del real patrimonio á gusto de los colonos que tiene á sus órdenes y aun al de lus bañistas. La historia de la Isabela data desde 1817 en que la inmortal y virtuosa reina doña Jtabel d» Braganza aconsejó al rey su esposo le fundase como se espresa en el capitulo sesto. Solo diremos aquí, que la obra se empezó por las seis manzanas de que se compone la plaza, embelleciéndola con la fuente y una calle de árboles al rededor. Este fué el primitivo sitio de la Isabela, pues paralizada la obra, quedó asi hasta el año de iSik en el mes de octubre, año en que se volvió á seguir egecu^ tándose el puente de piedra sobre el Guadiela, diez y ocho manzanas de casas, cuatro cuarteles . casa de servidumbre y el real palacio. Terminadas las obras, se dio en 23 de enero de 1826 una real orden por la que se dio á la Isabela el título de real Sitio, concediéndole iguales prerrogativas que 4 Ips demás.
— 38En 11 de junio de 1831 se colocó sobre la (\iéntede la plaza Mayor, la bellfsima estatua de la Vkloria que estaba en el Museo del Prado de Madrid, la cual es de un limpio marmol blanco. En este mismo año se abovedaron los baños y el mineral, se construyó la estufa y baño caliente para dar los baños á los grados que necesiten los enfermos , se rediíicó, dividió y aseó el hospital, y se plantearon los jardines reales y la huerta que liemos descrito, que es la que surte de verduras al Sitio, y la cunl se dedicó á la reina madre doña Maña CrUtinade Borbon, plantándose mas de mil árboles de varias frutas, que riegan sus cuatro estaques. Como acertadamente dijo don Santiago Vela, docto maestro de primeras letras de la Isabela, en un artículo y plano litografiado del real Sitio que publicó en 1838 , siendo el primer autor que le describe, estos baños se han denominado falsamente de Sac^rfo», siendo asi que jamás le han pertenecido , porque la jurisdicción eclesiásticajr término de ejloi fué siempre de la parroo^tf^ Cañaveruelas á la que pertenecía, p ^ s B ^ ^ r si( anejo, razón perla que de tiempo-imWniorial , los curas del espresado pueljfc» han cobrado y percitiido los diezmos , según c )iista del archivo de la mesa episcopal deja ciiidíid de Cüencíi. La jurisfitóion y el suelo que hoy ocupa el Sitio, que fué la a?!¿w baja llamada de lis Pozas con relarion á los baños, fué do lacindad <le Huele. En seli'-mbre de lo^á. dio el rey Feli|>e II,esta dehesa , á la vi|la <le Cañaveruelas porque esta le sirvió en ocho mil ducados, mandándola amojonar don Siniou Castaño en cumplimiento de-la»
— 59 — órdenes de S. M. Alegando mejor derecho Hítete, por no haber sido citada en tiempo, puso demanda ante el consejo de Castilla en 1G13, mas en virtud de los gastos que se causaban á las dos partes, hicieron ambas poblaciones en enero de 1615 un* concordia en la que siguieron hasta que dicha ciudad la cedió á S . M. en 1817 en que se empezó á hacer la nueva población. £1 rey, luego que se halló la población en disposición, hizo dividir el término de la antigua dehesa en 30 colonias que dio i otros tantos labradores, para que bajo la inspección de su administrador, las cultivasen en su propio provecho. (1)
(1) El que desee conocer el terreno y disposición del ceil Sitio, puede consultar el perfecto plano que formó j publicó en litografía don Santiago Vela, profesor de la real escuela de priiueras letras, que fué de la Isabela, el cual se vende rn esta población j en Madrid en la litografía do nuestro buen amigo el artista don José Aragón.
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CAPITIIO ? .
DcaeripelvB de laa Terinaa 4e • • iMikela.
La real casa de baños, se halla al sur de la población á unos trescientos pasos del Sitio, del que se baja por un suavísimo descenso en cuyo camino apenas penetra el sol por lo copudo y alto de sus élamos , siendo este camino la calle principal que atraviesa el bosque y alamedas del Sitio. La casa, que dista treinta pasos al nordeste á lo mas del rio, está en una espaciosa plazuela formada por los árboles del bosque que terminan en ella sus calles, y para comodidad de los bañistas , tiene al rededor cómodos asientos de piedra. Delante de la casa, á la salida del camino del Sitio, hay una capiílita cuadrilátera de fábrica sencilla, dedicada á S- Antonio de Padiia patrón de la población y de los baños cuya efigie es de bastante buena escultura. En esta capíllila fabricada á espens9s del infante don Antonio én 1803, se dice mjsa todos los domingos por up capellán encargado de este servicio. A la izquierda de los baños bajando , hay una espaciosa calle de árboles que termina en una plazoleta en que se halla el puente de piedra de dos ojos, el cual está cortado y concluido de madera
—61 — por el ojo cortado (1). En este paseo i la derecha hay un gran corral con buena cuadra. La casa de los baños que es de dos pisos, es de piedra áspera en sus cimientos y de ladrillo lo demás y forma un cuadrilátero en su línea esterior, teniendo á la es|)alda un palio de casi todo su largo 7 estrecho, en cuyo centro se hallan, en otro cuadrilátero menor, dos grandes cocinas generales para las habitaciones de la casa, y también los comunes Las entradas son dos por la fachada principal y dos por la espalda. El manantial que en una hora mana 1088 pies cúbicos de agua, que son 2012 arrobas , se halla ocupando el centro de la casa y forma un estanque cuadrilátero de piedra de asperón de 17 píes de largo, 12 de ancho y 5 de profundidad con un ándito al rededor con su barandilla de hierro; en este estanque ó depósito que se cubrió en 1827, se hallan los conductos, álos lados, que proveen de agua á ios baños y se vé claramente salir el agua del manantial por él pavimento, formando globulillos que salen i la superficie como si fuera una ol'a puesta al fuego , cuya agua hierve. Al oriente y occidente del depósito ó manantial, hay dos patios al que dan las puertas y venlanas de las hubitaciones, con pilastras de piedra asperón formando claustro ó su|>ortAÍes que sostienen iguales galerías altas. En «¡jtos [lalios en el
(1) Este puente «e construyó ctn lis piedras de la •ntigua iglesia de Sautaver en 1821.
c«ntro se hallan los registros por lus qae »e<rnfta el agua de los baños y en el de oriente está la sala de espera á la entrada del baño üamado del rey, que es mayor y mas claro que los demás y en el cual hay una salita runa alcoba. Alrededor del manantiaMiay 13 baños (contando con el del rey y los dos de los pobres) los cuales consisten en una pieza abovedada cada uno coa cortísima luz, y en los que solo hay una especie de banco de fábrica para sentarse y desnudarse, una larimilla , un ruedo y unas perchas para rolgar la ropa, enseres muy mezquinos y que se debiera aumentar por decoro el patrimonio, poniendo estos cuartos, sino con lujo, al menos con los muebles necesarios como son an espejito, una mesa y algunas sillas. El baño está en estos cuarto» á bastante profundidad, y se baja á él por ana gra^ da de seis á siete escalunes, quedando, el que se baña, romo metido en un sepulcio pues el o^cnfo color de las piedras y la poca luz qoe dá una ventanilla de malisinios vidrios colocada sobre la tos(ia puerta de entrada, dá al baño un aspecto tan tris' te y sombrío que hace entren en éi con algunif repugnancia y hasta disgusto, los que lo hacen por primera vez, si bien después, al ver la bondad io las aguas, lo egenutan con deseo y placer. El bañista se dáá sí mismo la cantidad de agua que gusta por medio de ana llave de bronce que htry af efecto, pero no está á su arbitrio vt desaguarle sí quiere, porque esto se hace por el registro, aun < uando él no lo desee, pasando la hora que se le dá , para lo cual »c le avisa por el bañero nn coarto de hora antes. A fin de podorsu manejar con
— camas facilidad el bañista, tiene cada bauo una cuerda pendlrnle de una tosca viga que atraviesa la bóveda del baSo, y para llamar á los bañeros, una cuerda de campanilla que suena en la sala de recibo. Loá baños son de tal magnitud, que pueden bañarse 4 ó 5 personas con comodidad. Al hablar de la sala de recibo, no podemos menos de decir que está alajada solo por un relóx de péndola y unas malas sillas con una mesilla de no mejor calidad, y que lodo desdice de loque debiera ser en unos baños tan conocidos, mácsime perteneciendo al real patrimonio, en que lodo debe corresponder al esplendor, dignidad y magnificencia de su augusto dueño. Al sur de la casa, con entrada por el corral en que están las cocinas, se bailan hs Pitcinas 6 sean los dos baños destinados á los militares y pobres enfermos, los cuales, si bien mayores que los demás, parecen dos oscuros y lóbregos calabozos por la falta de luz y suciedad de hus muros, lo que consiste cu la clase do piedra deque isláu construidos y en su antigüedad. Al lado del baño núm. 3 , que es el destinado para lomar los baños calientes, hay una pieza con í>u caldera y rslufa nara calentar el agua á los grados que mande el director, y en esta clase de baños, como en todas , tieiten los bañeros el deber de prestar á los enfermos los aosiiios que tes mnnden peculiares al baño y á su perdona dentro de él. A la izquierda de la puerta principal del patio de la derecha y á su entrada, se halla una pieica casi oscura dil lodo , en la que está la fuente que
— Bísale del lAanantiat para que se beban sns agua-i, teniendo qae bajarse cuatro ó cinco escalones para co^ ger el agua que sale por medio de una llave, y como no haya allí, como debiera, tm comisionado coii buenos vasos para servir á los qtie van á beber, el que debia estar al menos á las horas de mayor ailuencia , tienen los bañistas que llevar consigo vasija al efecto, ó pedir un vaso á los bañeros^ Aconsejamos á los bañistas, que si pueden, beban el agua dentro del mismo manantial, pues ademas de que el agua está allí á mas grados y sin evaporarse, tiene de consiguiente mayor virtud; pero si hace viento , les encargamos se hagan dar el agua á su puerta y no entren en él, porque á pocos miníjtos que se esté dentro, ó á una sola vuelta que se dé á su ándito, se rompe á sudar eslraordinariamente; tan alta y sofocante es la teniperalura del depósito. Habiendo ya hablado en el capítulo 3 de la cla-> se y número de habitaciones que hay en estas reales termas , solo diremos que convendría que el real patrimonio dispusiese algunas de las baja'*, de modo que pudiesen servir de una buena enferjriería para casos que pueden ocurrir al salir del baño, pues si bien es cierto que hay una silla de mai:09 j-ara subir al Sitio á ios que se imposibilitan de hacerlo por s(, no hay una camilla cómoda para acudir á una postración repentina , ni en muchos casos convier»e é la existencia del. enfermo el llevarle tan li>jus á suministrar aquellos prontos remedios que exige el arte, para arrebatarle instantáneamente á la muerte. Muchos años hace que se trata de mejorar es-
— e s tas termas, construyendo una casa capaz de con-, tener el número de baños que puede sustentar este copiosísinio manantial, que corresponda en sus comodidades á lo que exige la ilusiracion del siglo y la doliente humanidad, y á la magestad de una Reina Constitucional, pero apegar de haberse hecho' planos al efecto , y de haber el año pasado amontonado el patríOionío al lado del actual esta-; bleJcimiento nna porción de madera de Cuenca, aun vemos lejana la temporada, si es que ba de llegar, «n que se halle realizado un pensamiento que aumentará los intereses de S. M. estraordina-. riameute. Ojalá que nos engañemos, fqimel nuevo arquitecto de los renles Sitios, nuestro amigo el inteligentísimo don Juan Pedro Ay«gui le Meve
acabo.'' '
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También nos parece debiera el patrimonio te-ner ün fontanero que dirigiera bien Isa aguas, du-, rante la temporada , y que embe(aitára,l9s,quebrar, duras de las piedras de los baños, á fin í e evitar de.que por falta de arte é biteügimcia de los bañeros , se vaya el mineral, f^t muchsa partes como hoj' sucede, y creemos <|^e nt>^taria demás, si llega un dia ^ ^ l e se haga la r n ^ l a casa, el que se dotase Con ttna plaza de font«)iié|ro. Los baños se ^ v e n por dos b^Q^rfis y una bañera, los cuales disfrutan seis remé, ^diarios durante la temporada , yestos esttftríífes órdenes de un alcaide ó capaz qiie tiene sie^táales diarios de sueldo. 'C'"^' Cada baño le cuesta al bañistá^átro reales, y no puede recibirle sin presentar^ al capataz espresado una papileia impri&SA'dé-habef ^ttgsfdb di5
— 66 — cha cantidad en la administración, en cuyo caso aquel funcionario apunta en la papeleta impresa en que el director dice los baños para que le autoriza , los que se vá dando conforme á las papeletas presentadas. Para los que no necesitan los baños termales, y se hallan en el Sitio, ya acompa» ñando, ja por diversión, y deseen tomar baños fríos, hay en la orilla del Guadiela, á poca distancía del desagüe de las termas y per el lado opuesto, dos buenos baños, tino para hombres y otro para mugeres, hechos de madera sobre el rio, en los que se paga dos reales por persona. Gomo muchas veces sean insuficientes los dos baños para los que desean bañarse de este modo , nos parece que la administración debiera aumentar su número , haciéndolos al propio tiempo mas seguros y decorosos para llamar la atención de los bañistas, y moverlos á recrearse con mas frecuencia en las templadas aguas del Guadiela.
»LAMO P B UNA. VANZAKA DE BAÑISTAS.
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CATlItCO Tr. OviCaii é Ma«atrto de Ú M ternHM | ««Allal» dto M I « •gama., T ctfflM>iite4«d«« yant 4«« «« apUcMi*
£1 «irigein d« eAto9 baflos , á los qüí dá el val^ gei, hace muchos affios, «! nombre de Baños' de Scf ' «fáe¡»-, es tan oscwro, tjutí solo hieierüft de él< cottjsturas los autores , y como^ do tengaiMs irotieias inasi ciertas que ks ^ue estos nos dejaron, citaremes le qoe con referenci» i los mas antiguos, dteert los modernos que han escrito sobre esté paf" ticular. Por lo qiíe respeta aí aníígno edificio , dicen Infante y Barcarcel en su Teatro'dé la Saiud impreso en 16'Í6; *L«i# artUgiios' c»P(farbn estas ago^s en un castfflejí» d caja euddfáda. S<i obra, al par«eer rtítnana, es una fortificíicion sillar en los ciBÍíieiItos y en la» esquinas de la* paredes que subea de Aaínpostería t eú k« ángulos y por denIroy ^|*rii«nieoen cuatro pilastras cstadradas medio embebidas que hacen labor ochiavada, y de STIS' movimientos se viene á reooníócér la cúpula baja con que fueron cubiertas. Andfese por encima; dle la sillería «oh anchura de cnalro pies'; las pafédes son de tres ,• y asi es de siete el grueso de la caja. En eí viento norte y mcriiodiá se cuentan 28 , y; ni en el oíreiital 2a , y t-odo esfera bajando liaíta
- 6 8 el suelo con cinco gradas sillares de un pie en euadro. Estuvo losado alrededor, cómelo notan las piedras que aun están fíjas, y lo demás está arruinado , y el Sitio necesita habitaciones para el abrigo de los que van á los baños. Se deja de conocer que hubo por todas las bandas , escepto la meridional, una csja que divertía los manantiales fríos, ahora en la esquina norte percibidos, que se juzga ser recalos de la dehesa. Tenia al mediodía tres grandes desaguaderos barrenados en la sillería: el primí ro junto al suelo; el segundo sobre el paseadero, y otro en medio para vaciarlo, en cuyo caso se vuelve á llenar admirablemente en un momento.» £n el prólogo de la espresada obra se indica: «Que en la íábrica antigua espresada que se der-. ribo para hacer la de 167^, se yeian figuras de muy costosa hermosura, y que la falta de hoape-. derivas y albergues , fue la causa de que se perdiesen , y que á pesar, de que el cronista Ambrosio de Morales suplicó ál gpbierito su redücacion, ea su tiempo no tuvo efecto.» En fin , eu el capítulo !).° manifiesta que i. estas, aguas llamaron los árabes HA.veKcÉuN, que ^Míere decir, P w o r f í w íudeí, y quejiacian en upa pequeña y muy amena dehesa .las cuales, ca tgclqtien^po del aoA tienen igual temperatura, mucha clarida«l;, resplandor y limpieza, ¥ , q ^ no,se,turbáa p«>f, mucbasi personas que se ban.eiijuntas. , 1 ;i ; En el tomo 1.° del Cronicón del i^oage l^t^edic» tino Hauverto Hispalense, hallamos referencia de la antigüedad, que se daba en su tiempo á estes baños , puesto que se lee lo siguiente- «Lacus
^69-salütabilis in earpentaaa cirea Contribiám , qnem maioriHavereeliin vocant, á tempore Tagonis regís expertüs est, it^ eo hoc anno sanatus de morbis pluribus eriticis. Vivins Seretius Romanorum Dux sanatus fuit. Lacus iste á groecis et romanis.masime frecuentátusest. A gotis vero frequentior.» El año que se contaba , era el cuatro mil de la creación del mundo 15 antes de Cristo. De este capitán Yivio Sereno procónsul de Espalla que curó de herpes el año 738 de Roma, hace mención Mariana en su historia de-España par. 1.' lib. k.° cap. 1." y Hauverto manifiesta que curó de gota á Valerio el año 395i de la creación líí'9 años antes de Cristo diciendo «Yalerius et laco saliitís á podagua sanavit, lacus iste est Caírpentaná.» Otra inscripción dice el médico atabe que se halló quedecia: «Julio C r ^ , noble romano padeció cinco añoB continuados dOT)Te8 artríticos, y logró curarse con estas aguas el año 322 de Roma, esto es 182 años antes de Cristo.» Otras citas romanas pudiéramos insertar de las que traen los autores, pero solo añadiremos, que en la antigua fábrica, asegura un autor, había una inscripción latina en una piedra que 86;condujo,á Sauedon en cuyas casas consistoriales,la, vio Mpraleíj, por la que se espresaba la escelepcia médica de las aguas de estas termas en tiempp d^ los romanos. Lástima es que se haya perdida está lápida, 6 que sirva hoy de fábrica eit algnnade las casas de la espresada villa , en cuyo ca^o ,\3\ vez aparecerá algún día para se.r mejor cuidada y servir detestigo vivo délos baños antiguos üe la laabela.
No faHan «utures i|ue atribi^ftn «I deftcubcir miento de estos ibaHOsá lfi« «sirm, «ftjBdiHvde que loe romanos, yaIiéiMiMe de eete deseuliffinieiir t e ; iñeieeoa las MIK ketmts que >Cí^«fl Jos «urteres. Debieron perderse e»(o« baños al (ieaipo de Ja «rrapelon de los bárJbtaros d^l norte ea España, puesto que hasta los i(«be$ que los reedificaron, •nada se encaentra escrito de ellos relativo á dicha época. Se deduce esto de una lápida que se halKS cniat termas por la que constaba que AlirrBm Adelragman ti Jahttchary se libró, en ellas de una idropesía el año ^ 0 d« nuestra era. En el manuscrito del médico árabe Achmet Ben Abdalase dice; que eJ gobernador de Cuenca, el califa Abu-Amen-Ben el Farach el Usiartein. cuto el año 1053 de nuestra era ó sea el 445 de la Xatekra, de una afec<^n gotosa que padecía hacia 7 aSos, razón por ni que hizo levantai una pirámide en la parte oriental de los baños , con una inscripción alegórica á su curación. El mismo, mandó el espresado médico, escribiese sobre las virtuosas propiedades de estas aguas. El célebre tnédico Morejon en su historia de la medicina española , dice que el trabajo original de este escritor árabe'egecutado el aiio 1054 en su lengua, le posee la biblioteca del señor principe de Anglona, y que fué traducido por el medico doctor valenciano Z>. Mariano Pizziy Frangetchiennñl. Por el espresado manuscrito se asegura que en 1035 se construyó un edificio cómodo en los bañoá, y que «sistian á curarse á ellos, los que padecían de males célicos, hablándose curado el mismo autor,
-71 — de una etníplegia producida por uo cólico (1). El tiempo consumió la mayor parte de las obras antiguas, pero se reedificaron el año 971 do Cristo , por ser grande el número de enfermos que acudían de todas partes. Siguieron prosperando estos baños, hasta la época fatal en que, crejendo los consejeros del rey Alonso el Vi, que el uso de los baños debilitaba el valor de los soldados, le aconsejaron los mandase destruir para evitar este mal. Cogiendo tan sacrilega ley álog de Sacedou que eran los que tenian mas nombre en el reino de Castilla, cayeron en el olvido. Anudan ios autores la historia en este punto diciendo, que el año 1312, los volvió i descubrir un pastor de la Alcarria llamado Felipe Véngala ó Vngala el cual viendo la bondad de las aguas, puso á su natural nacimiento , el nombre de la fuente de MABU, Dice Holhro al que sigue don Juan Gayan Santoyo en su Antorcha médica, que cuando el gran capitán se hallaba desterrado en el c^istillo de Santaver, ó de Gañaber, en 1312, según digimos al hablar de esta antigua población, se divertía en cazar por aquellos montes, y que como el referido pastor Véngala supiese qtie padecía mucho de dolores de reuma, se determinó á aconsejarle bebiese las aguas de la fuente de María. Que haciéndolo asi el valiente Gonzalo de Córdova, lo(1) Los moradorfs de lus pueblos inincdialos dice el referido autor árabe, siguiendo el ejemplo de los romanos , sacaban de trci á cuatro mil dergein de oro cada año, que \ienen á ser unos S0i9 pesos espaiioles.
gr¿ sanar dé sus dolencias, lo que sabido por los señores y magnates de la éorte, sus amigos, empezaron á mirar con interés estas aguasi Se acreditaron estas «le tal muerte , que acudieron á ellas, en lo sucesivo, multitud de enfermos, á disfrutar de sus beneficios. És de suponer que Córdoba en gratitud mejorase las termas. En el reinado de Felipe II, se hicieron tan célebres las termas de Sacedon, que mandó el rey á su cronista Ambrosio de Morales, las visitase y ié informase sobre ellas; pero apesar de lo mucho que este sabio las alabó, y de lo que pugnó para que se reconstruyese su derruido edificio, como consta de sus obras publicadas é inéditas, nada se hizo por entonces ni en el reinado de los dos siguientes monarcas, apesar de haberse hecho instancias al efecto á Felipe IV por algunos señores que encontraron su salud en estos baños (1). Habiendo enfermado gravemente la reina gobernadora madre de Carlos II, doña Marta de Austria, fué á Sacedon , por consejo do sus facultativos de cámara el año de 1666 y como hallase la salud en las termas, mandó hacer el edificio primitivo moderno, cuya obra se paralizó á poco de empezada. Mandando los médicos los baños para curarle de un inveterada mal de orina, que padecía, á
(1) El año 1600, sanó con estas aguas don Fernando de Rojas y Sandoval, arzobispo de Toledo que las denominó aguas santas.
—73 — don Pedro Niño de Guzman, marqués de Montealegre , presidente del conseio de Castilla y de U junta universal de gobierno de España, fué este personage á ellos en 1676 y hallando la salud que apetecía, dice el referido Ollero su médico, que comenzó á seguir la obra empezada diez años antes, separando los raudales de los baños diferentes que \enian confundidos y mejorando la obra^ sin que se sepa si la hacia de su cuenta o de la de( gobierno. Gomo el marques falleciese antes de qué se concluyese el edificio de los baños, el médico Infante pidió al rey y á la grandeza, la mandasen continuar, pero desatendidas sus súplicas, ?e que^ dó en tal estado, arruinándose de nuevo á los SO años, á cujo tiempo volvieron estos baños á caer en desuso. Al primer tercio del siglo pasado ^ se hizo^e«énte al supremo consejo de Castilla el mal estado en que se hallaban tan saludables termas, y atendiendo á las justas demandas de los celosos solicitantes, mandó é hizo ediücar un edificio capaz para alojar á los pocos bañistas que acüdiaa entontonces, los cuales se guarecían en cabanas y cho^zas hechas de ramas, ó debajo de sus entoldados carros, y con los productos que rendían los baños se fué mejorando. Empero como si la desgracia ó el mal genio persiguiese á tan beneficioso establecimiento, se quemó casi del todo á los pocos años, reedificándose después á espensas de la provincia y rendimientos de los mismos baños. El infante don Antonio tio de Fernando Vil, se vio precisado el año 1800 á ir á sanar sus do~ lencias á los baños de Sacedon , y á este incidente
— 74ñe debe, por decirlo asi, la fortuna de estas termas y su estado actual; pues declarándose su protector , no solo reparó el mananlial casi perdido, sino que recompuso la antigua casa y edificó la actual capillita de S. Antonio. Influyeron mucho las noticias y alabanzas del espresado infante , para que el rey, su sobrino , se acordase en sus dolencias de unos baños que le habiaii de dar alivio, ios «oales le deben hoy su mayor confluencia de gentes y tal vez una mas larga vida. En efecto habiéndose mandado á Fernando VII, padre de nuestra augusta reina, tomar los bafios de Sacedon, y acompañándole en esta espe^ «lición su esposa, la virtuosa y poco tiempo lograda reina, doña Isabel de Braganza, fué tanto lo que gustó á esta princesa, tan querida de los españoles, la situación dé las termas, que manifestó deseos veiiemenles de que, para mejor cuidarlas en lo sucesivo , se formase una colonia en aquel punto. El rey, que amaba á su esposa, accedió á 8u deseo, y acogiendo la idea de formar la colonia indicada, hizo desmontar y allanar la dehesa de las Pozas de que hablamos en el artículo anterior, y echar los cimientos á la actual población , que concluida recibió el título de la Isabela honrando con este nombre el de tan querida reina. Luego que estuvo t-l Sitio en disposiiion, se trageron á él de Aragón y délos pueblos cercanos, colonos para que se enipií'asen en el cultivo de los campos , antes áridos y desiertos , y cuyo término se describe en su calidad de tierras y producios en el capítulo cuarto. Cada colono labra unas cuarenta y seis y media fanegas de tierra en la ac-
-.75 — tualidad, contándose con estas los huertecillos de las orillas del rio y arroyadas, sin que en un principio estuviesen sugetos á contribución alguna, si bien si al capricho de ios administradores que los quitaban y daban las colonias á su antojo, disponiendo de sus fortunas por un simple informe. Empero desde 1836 se les hace pagar la contribución de sangre y desde 1840 la territorial por la provincia, sin que se les haya dado'lá propiedad de las colonjas, lo que no sabemos si estará coniforme á lo qqe sobre el particular dicte la ley de colonias , creyendo debieran estar esceptuados 6 ser dueños de las posesiones á cierto ni^mero de años. Como la colonia es perteneciente al partido y térmipo de Sacedon y no tiene el suficiente número de vecinos para tener ayuntamiento, aquella villa nombra alcalde á uno de sus regidores, que sea colono, el cual les sugeta en lo civilá la jurisdicciou ordinaria, estando en lo gubernativo afectos al patrinjonio. Es de esperar que, enterada S. M, de que los colonos, en su mayor parte, llevan el tiempo necesario trabajando como tales, les dé la libertad haciéndoles propietarios de las posesiones que se les encomendaron, aunque sea bajo un módico canon, y en tan acertada disposición creemos ganará el real Sitio mucho, y mas los intereses del patrimonio; pues, como propietarios, harán estos habitantes , lo que no hacen como colonos por el justo temor de que otros se aprovechen de sus fatigas y trabajos (1). (1) Sí para que sigan como están boy los colonos,
— 76 — ANÁLISIS DE LAS AGUAS. En el Teatro de la Salud de los médicos Infante y Barcarcel, se dice en el párrafo 21 del capítulo 3.°, con relación á las aguas de las termas, lo siguiente: «Son estas aguas mantecosas , y se vé.sdbre ellas, antes de salir el sol, una vara de distancia , una sütilisirna niebla con la que se humedece el cuerpo antes de entrar en el baño , y una sencillisima recupersion y refrigeración qoe se pierde al acabar de entrar en el baño, sintiendo de suerte el cuerpo con la templanza grande de las aguas, de cuyo deleite no aciertan á salir los que s« bañan , porque se suelen estar hasta tres horas sin inmutarse, á diferencia de los demás haiios, que en el mayor no pueden estar arriba de óriihdra, por lo que resuelve el calot inmódico los éspíi'itus del viviente, y en los de Sacedon no sucede, por ser los mas tem|jlados que se han esperimenlado en todo el mundo; de suerte que se sale de estas aguas con sentimiento , y son buenii hasta para las enfermedades que están fuera del conocimiento del medito.» El infante D. Antoiu'o, de quien ya hemos hablado, mandó hacer el análisis de estas aguas, como consla de uu cuaderno que mandó imprimir á su coita en Mailrid en 1801 en la imprt'nta de Villalpandü. De este escrito resulta : que al pie del hubiera razones de justicia (juc nos convenían , procurarcmus retilicar en otra edición nuestra opinión.
—n— manantial el agua es clara, transparente, sin olor ni sabor sensible, y que mana en una hora 1088 pies cúbicos. Que sn constante temperatura es de 23 grados del termómetro de Reaumur i la presión de 25 pulsadas y siete medias líneas; que no contiene gas hidrógeno, ni ácido carbónico como se suponía antes, ni hierro libre ni combinado , ni mucho menos mercurio ni metal alguno, como digeron los árabes y otros. Que solo consta de aire atmosférico, muriato de cal, de yeso y de magnesia en las proporciones siguientes ea cada libra de agua: de aire atmosférico 26 pulgadas, de muriato de cal 0,7 de grano, de yeso 0,3, y de muriato de magnesia k,0. Hecho nuevo y detenido análisis en 1844 por el actual médico-director , nuestro amigo el doctor Pérez Manso, ha dado el siguiente resultado en 5 libras de agua mineral ; Jndicto de gas sulfidohid rico. Acido carbónico 2 pulgadas y 1 linea. Sulfato calcico. 17—^9 magnésico 9—6 Carbonato calcico. . 2—3 Cloruro magnésico. . . . . . . 1—9 sódico. . . . . . . . 4—1 calcico. 1 Indicios de sílice. de materia orgánica. de materia resinosa. Pérdida 27 Resultado
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— 78 — enfermedades para que están indicadas. Pretenden algunos autores que las aguas da estas termas son la panacea universa! que cura todos los males físicos; pero no creyendo nosotros que haya otro específico universal que el poder divino , reduciremos su virtud á curar ciettas enfermedades , según lo que ha acreditado la esperiencia á los profesores del arte de curar que han dirigido estas termas. Estas aguas se usan en baño y en bebida , y son útilísimas en las enfermedades cutáneas , infartos serosos , hemipleglas, estupores , perlesías , caquexias, debilidades de miembros , supresión menstrual, convulsiones nerviosas, flujos blancos é hidropesías incipieotes. También sirven para entonar las fibras relajadas, aprovechan en los dolores nefríticos, en los uterinos y en los de la vejiga de la orina, principalmente si son producidos por la presencia de cálculos, en la incontinencia de la orina, en la gonorrea . ictericia, bistérico, reumatismo, dolores actríticos, ceática , hemicránea; en los tumores edematosos, escrófulas, y en las heridas y llegas envejecidas. Para otras enfermedades sirven también estas aguas , y tierten la virtud de que pueden usarse sin temor de que dañen, aunque se tomen los baños ó beba el agua sin necesidad (1).
(1) Como sfumos pstrañns al arte médico, dthttans manifestar al público , que en las (inct'las de 6 , 7 y 8 de
—79 —
Oracnansas del Pcal- Sitio y de la dirección de las termaa eou relación á los bafiUtas* Los bañistas están sujetos en la Isabela á las leyes civiles como en los demás puntos del reino, y por lo tanto al juez de primera instancia de Sacedon. También lo están á las ordenanzas de sitios reales. Siendo el Sitio propiedad de S. M., el administrador es la primera autoridad patrimonial, y como tal decide en las cuestiones relativas á su destino. El gobierno interior de los baños , dirección de ellos, y cuanto corresponda á la salud pública , pertenece al médico-director nombrado y autorizado por la Junta Suprema de Sanidad del reino. Ambas autoridades caminan siempre de acuerdo para el mejor gobierno y orden del Sitio y de las termas. Todos los años al empezar la temporada, se junio del año pasado 1848, consignó nuestro amigo el actual médico-director, los casos y enfermedades en que pueden usarse estos baños con mas utilidad y ventsjag , trabajo que debe consnliar el bañista , en tanto el espresado s«ñor director puklic« la luminosa obra de que biblamos co otro lugar.
— 80 — fijan las leyes que han rio oK^crvar los bañistas durante sil estancia en el Sitio, las cuales son siempre las mismas , escepto algima que ofra variación que haya aconsejado la esperiencia eu el año anterior, ya por observación , ya por petición «le los bañistas y á los que se atiende con el debido decoro y consideración, haciendo uso de las Dueniís ideas qué presenten, siempre que no se opongan á los intereses y prcrogalivas de S. M., ó k las ordenanzas de aguas uiiueraies y buenas leyes de salubridad y coniodidad general. Los bandos que se publican y lijan en la casa administración , en la dirección y en las termas, son los siguientes , los cuales deben mrar como leyes los bañistas, y arreglar por ellos su conducta en cuanto pueda corresponderles. ADMINISTIIACION. La administración de este real Sitio, entre otras med das de buen orden y seguridad en la recaudación de los productos délos bíiños y sus habitaciones, ha creído conveniente adoptar táá que á continuación se espresan: 1. Los señores bañistas, luego de su llegada, se presentarán por sí ó por sus dependientes estando imposibilitados, en esta administración, para recibir un documento de responsabilidad del alquiler y efectos de la habitación que elijan. 2. Con el documento de que trata el artículo anterior , les entregará el guarda-amuebles la llave. y utensilios feftun ú relación que estará de maní-' tiesto en cada cuarto , v conforme el interesado.
— 81 — la firmará y dejará en poder del guarda muebles, á quien en su dia responderá de los desperfectos que ocasione durante su estancia según tarifa. 3. Los alquileres se liquidarán y satisfará su importe el último dia en la administración. 4. En seguida podrán presentarse al médicodirector , y con su autorización, gratificándole y remunerándole por ella según el reglamento de aguas minerales del reino , les facilitará la administración la entrada en los baños que será personal y diaria , quedando aquella abierta al efecto de 5 á 7 de la tarde del dia anterior al en que hayan de tomarse los baños. 5. Marcadas las horas de estos por el director, el baño queda desde luego á disposición del bañista únicamente en la hora que se le señaló , aunque se presente mas tarde: por esto , una vez entregada la papeleta por la adininistracion y satisfecho su importe , uo será motivo para devolverla el que no se haya usado de las aguas. 6. Si el bañista quisiera tomar mas número de baños que los contenidos en la pa¡)eleta es|iedida por el director , necesitará nueva autorización de este , y sin ella no se le facilitará la entrada. 7. Los bañistas autorizados pn'a tomar dos baños en un dia, obtciidrjn dos iiilletes de etitrnda. 8. Podrán bañarse juntas dos, tres ó mas personas, y para ello recibirán un billete cada una, advirlieiulo que esta circunstancia no perjudicará en nada ni cstablecimienlo ea cuanto al precio sef.ii'i^ilo.
í!, Sin la ¡lapclela del mi^Jíco-director, y el (i
— 82 — híllete (le la administración á la vez, no permitirá el guarda-hahos la entrada en estos á persona alguna. El propio guarda se quedará con el billete de la administración , y devolverá al bañista la papeleta del director, anotando á su respaldo el número de baños. 10. En el uso de los baños calientes y del rio, se seguirá el mismo orden y método que en los minerales. Las papeletas para estos serán manuscritas. /11. Los baños estarán abiertos desde Ja salida del Sül hasta las dos de la tarde, y desde las cuatro de esta al anochecer, reservándose determinar otra cosa según la concurrencia y de acuerdo con la dirección. 12. Los pobres con justificación y los soldados hasta la clase de sargentos inclusive, se bañarán gratis, y asi estos como loS acometidos de enfer. meddJes cutáneas, lo verificarán en los baños que les están destinados, entregándose unas y otras papeletas al encargado de recogerlas y con una hora de anticipación lasque sean para baño caliente. i 3 . Podrán los bañistas, si les acomoda, llevarse una carga de agua gratis, y los que no lo sean, satisfarán un real de vellón por cada cántaro ó vasija, y se les proveerá de la oportuna certificación de procedencia. \k. La administración espera de las familias que ocupen los cuartos del establecimiento de baños , y las habitaciones du la población , que las criadas tengan en ellas el debido y conveniente aseo. 15. La administración cree conveniente adver-
— 83 — tir, que el bañista que llene el baño mas arriba de cuatro deJos por bajo del caño, satisfará un importe duplicado en benellcio de los pobres, para 16 que el bañero tiene orden de reconocerlo al salir la persona que le ocupó. 16. S. M. tiene dotada cual corresponde la plaza de guardábanos. Los bañeros y bañera están pagados por esta real administración puntual y equitativamente , pot esto está prohibido á todos ecsigir propina ó arteala bajo ningún concepto. 17. I.as cocineras de los baños y casa de oficios, están obligadas á guisar para los bañistas, suministrándoles platos, pucheros, y demás que se acostumbra, poniendo de su cuenta carbón y leña, cofl solo el estipendio de un real diario. 18. Se recuerda á los señores bañistas el artículo 22 del reglamento vigente de baños y aguas minerales del reino , según el cual los médicos directores ^ son gefes privativos del establecimiento, á ellos deben fentera obediencia en el ejercicio de sus funciones, 19. La administración ha tomado la disposiciones oportiliías, á fin de que los señores bañistas pueilan proveerse de toda clase de fiéneros hasta las diez de la mañana, pues no permitirá que hasta esta hora sean estos monopolizados. En suma, redactadas las anteriores disposiciones con el rftayor deseo del acierto, el adniinistrador para conseguirlo , se jjromete la noble y franca cooperación de los señores bañistas, y admitirá las prudentes observaciones que la esperiencia luiede haberlps sugerido , ó les sugiera en beneficio de la liUiranidad, y en (ibsi>qi.io á los intereses
- S i rte S. M., como á las miras que se propone en todo la actual administración de su patrimonio. Isabela etc.—El administrador. BIUECCION. Para evitar en la presente temporada cuanto directa é indirectamente puede perjudicar á los enfermos, ó impedir el buen servicio, y con el fin de asegurar el orden y compostura tan necesarios en el establecimiento, ademas de las disposiciones adoptadas de acuerdo con la administración, he creido oportuno fijar las regias siguientes: 1." Para la distribución de las horas en que deben bañarse los enfermos , no se tendrán presentes mas que las indicaciones que ofrezcan sus males, y cuando estos no reclanien con preferencia tiempo determinado , se atenderá «sclusivamente al orden de antigüedad en que se ha^aii presentado al director; debiendo advertirse, que determinada la hora en que deben recibir el baño, no se variará esta sin justa causa. 2. Por exigirlo asi el mejor servicio y los intereses de los concurrentes , ninguno podrá entrar en el baño antes de la hora señalada, ni permanecer dentro mas tiempo que el marcado en la papeleta. 3. Siendo la limpieza tan indispensable rn el cuarto de los baños, á nadie se permitirá hacpr en ellos aguas mayores, y cuando por elic-
— 85 — to de sus males ó la acción del remedio min<> ral , se vean con frecuencia obligados á satisfacer esta necesidad, avisarán antes de entrar en el bauo a\ capataz para conci\iar la comodidad de los enfermos con el aseo del establecimiento. h. Si después de haberse empezado á bañar hubiera necesidad de suspender algún baño, deberá el enfermo ponerlo en con<wiraienlo de la dirección , sin cuya circunstancia perderá el dtfrecbo de tomar en otro dia el que dejó de recibir. 5. Se prohibe dar voces , ni tIterar, bajo ningún concepto, la tranquilidad que debe reinar eu el local de los baños , y desde las 11 de la noche no se permitirán bailes ni juegos, ni nada que pueda estorbar el desuanso. 6.. Habiendo enseñada la esperiencia que la visita diaria á todos los concurrenles, no permite que las consultas sean tan detenidas como su importancia demanda, y que pur la misma causa, lus que se hallmi verdaderamente enfermos se v(.'an privados alguna vez de la previa asistencia iKl médico, se advierte, que confurnie á los artículos 26 y 48 del reglamento vigente de las aguas minerales , el director reserva sus servicios facultativos esclusivamente para los enf<?tmos, negándolos á todos las demás consideraciones. 7, Y últimamente, cualquiera dmla que se ofrezca á los concurrentes sobre el servicio dentro del establecimiento, lo manifestarán al rapatai de los baños que las resolverá inmediatamente eonfurnie á las instrucciones quv tenüa de la
— 86 — dirección, siempre ocupada del mejor servicio j mayor conveniencia del público.=El Director.
CAPITULO VIII. Beaerlpelom 4e las eeresnlAB y término del 8Ulo« ectado actual de Contrevla y Santaver, 7 ñafíela de eata» poblaelonea.
Al S. E. del real Sitio de la Isabela , se vé un elevado cerro á cuya falda pasa, por un lado, el camino de Sacedon á la derecha , á la ida y por el otro le lame el Guadiela. Denominan los naturales á este cerro, de las Grujas, y se ven claramente en él, vestigios de una población bastante regular, en la que se conoce había un inespugnabje castilla con bocas-minas al rio , que vá por Rebajo sumamente profundo. Desde la parte del castillo, se domina la vega de la Isabela, todo el Sitio , parte de la vega de Alcohujate al oriente, y al occidente otra vega perteneciente á la Isabela y á Poyos formada por la gran sierra denominada de AltO' mira. Atendiendo á lo que dice Mollero, de que el gran capitán don Gonzalo Fernandez de Córdova fué desterrado por el rey don Fernando el Católico al castillo de Santaver, situado en un punto cercano al manantial, creemos que este castillo
~8Tseria el del cerro de que tratamos, porque a) pau de que la situación del que hoy llaman Santaver, en una llanura, no era apropósito para castillo, no hemos descubierto en los montes cercanos al manantial, vestigio alguno de castillo , mas que en este cerro. Atendiendo á la procsimidad de aquella población ó de Contrevia á un cuarto de legua ó poco mas enfrente, bien pudo ser un puesto abanzado de ella y aun haberle rodeado una pequeña población á no ser que fuese un castillo de primer OTden con estensos pabellones y plaza de armas. Nuestia opinión es que Santaver estuvo sobre es-r te cerro y que la llanura que hoy lleva este nombre y Contrevia fué toda esta población romana. La parte del Sitio que dá al norte, es una vega espaciosa por cuyo lado vá el Guadiela bastante ancho. La ribera perteneciente al Sitio, está llena de hortalizas cultivadas á pequeños ranchos por los colonos, y la opuesta perteneciente á la provincia de Cuenca término de Caüaveruelas, ofrece viñedo y sembrados. Sumamente amena y pintoresca es esta parle del Sitio denominada la Retuerta, pues sus ct'rros y apriscos estái; llenos de fuentecillas , minerales en nuestro concepto, y nos parece hubiera estado mejor en ella el bosque y alamedas colocadas á la parte opuesta no tan bella y bastante enfermiza en ciertas épcM^as del año. En este caso, la tasa de baños hubiera quedado despejada y libre que es como ñas parece debiera estar y asi se hubiera evitado el que digan algunas ))ersonas perjudican á la virtud de las agui^s , el hallarse rodeadas de tan esjiesas arboledas , que
siempre fprmaa pantanos sombríos y húmedos. También se denomina á esta parte del rio la Prega de PELAVO, nombre de un administrador del real Sitio , que deseando hacer un gran caz de riego, hizo egecutar los trabajos con tan mala dirección , que fué enteramente destruido por una avenida, quedando solo la presa que lleva su nombre , la cual se ha aprovechado para dar agua á un molino que se ha construido en aquel sitio el ano pasado de 184íi. Algunos de los'trabajos hechos para el espresado caz, pudieran aun aprove-> charse si se tratase de hermosear los alrededores del Sitio por el lado de oriente. Siguiendo la orilla del vio á la izquierda, se atraviesan los bañillos de Coreóles de que ya hablaremos y sube al cerro del sepulcro del Moro, en cuya cima ei'sisten restos de una pequeña y antigua población, viéndose aun en pié parle de la pared de una iglesia , al parecer. Es de notar en estas ruinas, ini sepulcro bien conservado, abierto en una piedra viva bastante grande, en la que está perfectamente indicado el sitio destinado para colocar la cabera del cadáver y un rebajo, siguiendo la figura , para poner encima la losa que le ha cubierto. Los naturales dicen que se halló enterrado »llí unmoro y que por eso se dio su nombre al monte; pero si bien la forma del sepulcro es oriental, no corresponde su colocación á la costumbre musulmana^ Caminando á la derecha y enfrente de una cañada que dé subida por aquel lado^ al cerro sobre que estuvo la antigua Contrevia, se ve, á este lado del rio, una escavacioa que se hizo para
— 89 — los referidos trabajos del caz , en la que se descubren restos de una fábrica romana en escalinata hacia el rio á cuya orilla se halla. £1 señor don Diego Antonio Moreno (niiest.ro amií;o) , cura de la Isabela dice, que al egecutarse esta escavacion y al aparecer este ruinoso edificio todo de piedra asperón, se tlescubrieron grandes mosaicos ordinarios en el jjavimento y cenizas de restos humanos. Unida esta noticia á las iladas de piedra que en julio de 18I|.2, vimos en pié loda\ia formando machones , la misma figura del tcrrapkm , y los grandes trozos de mosaico que aun ecsistian for-r mados de piedrecitas blancas y azules encontradas y del tamaño de una pulíiada las mayores, iudícsbsn haber ecsistido allí alaun templete perteneciente á la cercana Contrevia , dedicado tal vez á su divinidad gentílica tutelar, ú al dios de las aguas, ó de los campos según la costumbre romana (1). EÍ terreno que rodeaba el espresado monumento, está cubiertos de cai'>to:j rodados de variados colores incrustados en arena suelta, lo que indica haber sido cubierto por las inundaciones del Guadiela> que arroja hacia aquel lado sus arenas. Para visitar el sitio tín donde estuvo la roma«á ciudad de Conlrevia 6 Tiberio.. como quieren los naturales, se pasa el Gnadii-la por el puente de piedra que está en la alameda al oriente de la • (i) El año pasado de 1845, han desaparecido casi del todo esto» restos, por haberse llevado las piedras á la plaza del Sitió para las obras del real patrimonio.
real casa de baños; y siguiendo la ribera del rí«, que pertenece ya á ta provincia de Cuenca, á la izquierda , se entra en una cañada denominada vi Ocino, forntada por altos cerros cubiertos ds tomillo, roncero , espliego y otras muchas plantas orométicas. Siguiendo por el Ocino, se sube por el camino llamado el Castro á lo aitode los cerros desde donde se dá vista á un espacioso valle , eu Li^ya entrada se encuentra un pozo de piedra de cons^rucion árabe , que contiene el nitcin^iento de un agua riquísima y fresca. L.os naturales llaman i este pozo de los Moros , y nos parece que no He engañan en atribuirles su primitiva construcción, Desde el espresada pozo, tomandoá la izquierda y dejando á la dtrecha el camino de Alcocer, se sube á un cerro en cuya espaciosa y plana cima estuvo la ciudad de Conlrevia, y apesar de estar labrado pl terreno, se vé toilo sembrado de escombros, pedazos di; mosaicos de todas clases, de ánforas, lámparas y de otros objetos fiétiles de barro fino , que saea niievafriente y entierra á su vez, la reja del arado del labriego de Cañaveruelas, Se mantienen todavía en pié alguno^ trozos de muralla fabricada de una argamasa durísima hecha de cal y piedra molida, y los cimientos de algunos ediflcios notables de pilastras de piedra labrada (1) asi como algunos pavimentos de mosaico (1) ni año pasado fatlfiban y» mncba* pilactrts de piedra y otras estaban ya arrancadas par^'llevarlas al Siliu i.egHn nos digiroii.
— 91 — de ladrillitos sestangulares y cuadriláteros, de i<>< que hemos colocado algunos eo el Museo á% la Biblioteca Nacional. La situación de esta antigua ciudad , sobre ser respetable militanuente ea los tiempoíen que no se conocía el arma de fuego , es muy pintoresca por (lajlarse en medio de dcts valles y cercada en iqedia luna de norte á oriente por elGuadiela. A poniente se vé la Isabela, al oriente las ruinas d« Sanlaver, al sur los pueblecitos de Alcobnj^te y Cañaveriielas á cuyo término pertenece hoy. y hacia el N. O. los pueblos de Alcocer y Vald» Olivas. Kl médico de cámara don Fernando Infante, en su pbra titulada Teatro de la Salud Baños d» Sacedon , añadida por el médico don Juan de la Torre y Valcarce! y publicada en 4.° el aíio 1676 según hemos yaiiidicado, dá en su capítulo 6.° la siguiente noticia de esta ciudad. «Cerca de estas aguas (las de la Isabela) hay un sitio que llaman TiBERU, que muestra haber sido gran población, donde se han encontrado medallas, estatuas etc. y minas que bajan hasta el rio, cuyas entradas y salidas permanecen (1) y también trozos de aposentos de hermosa Y costosa labor, unos descubiertos en lo alto y otros en hondo cvihiertos de tierra. Por la parte de medio día, tiene llana entrada qut
(1) A1» orilla del rio se vé una entrad» Trente i )i Isabela.
— 92 — llaman los pueblos vecinos el Castro, y por todos los otros tres lados es inaccesible con el rio al norte batiendo soberbias peñas tajadas, un inmenso barranco al oriente que desemboce al norte y viene del metJiod.ia ; un asperismo Ocino al poniente que sube al medio dia y todo tendrá mas de una legua de circunvalación. Esta que los vecinos llaman Tiberia es Contrema , que según tradición fué muy célebre en las jornadas , mansiones y conquistas de los pretores Fuhio Flaco y Tiberio Graco desde Talavera hasta Agreda por este fundada ó restaurada. Tiberio fué el que muy acepto á los numantinos , trajo en amistad con los romanos, razón por laque puedi» creerse tomara el nombre de Tiberia , de este Tiberio que la confederó. Sábese tandiien por los autores, que Sertario ocupó esta ciudad el año 677 de la era de Roma, después de 4.4 dias de sitio. y aun hay quien quiere sea la Cartago Velus fundada por los cartagineses el año 512 de la espresada era, no faltando quien diga que se reedificó por el emperador Tiberio del que tomó el nombre cambiándole por el suyo antiguo, y Tiberia denomir.a á esta población don Antonio de Guzman y Zapata , conocido y sabio anticuario, en su obra ined'ta sobre la población de España, El erudito A-mbrosiu de Morales en su libro 7 , capílulo 20, asegura que Contrevia fué asolada por los moros en 7(53 de la era cristiana , lo que debió ser á resultas de su obstinación en no sujetarse á los defensores del Coran'. Hemos puesto las varias opiniones escritas sobre la historia de esta cii,dad con ifoticias mas probables, y el lector podrá atenerse á la que mejor
- 9 3 le parezca, consuUando al efecto la España Sagrada del padre Flores y Fuero , en su noticia de la virgen de los Hoyos, y disertación sobre la situación de la antigua Ergavica, en la que cita los autores romanos y anteriores á él, que hablan de Gontrevia. A muy corta distancia del sitio de Tiberia, en el mismo camino de Alcocer , se ven por entre los sembrados , escombros y cimientos formando challes simétricas , y alguno que otro pedazo de muro de argamasa. Estos restos son los de la población denominüda Sanlaver de la que habla Ambrosio de Morales, como de ciudad romana famosa, teniéndola con Tiberia por una sola ciudad, de cuya opinión somos, porque no creemos pudieran ecsistir á un mismo tiempo dos poblaciones diferentes y considerables en tan corto trecho. El referido módico/«/ante en su Teatro de la Salud, se espresa del siguiente modo en cuanto á esta población. «Cerca hubo un pueblecito llamado Santaver; nombre que le dá á las aguas; al presente solo queda la iglesia (año 1676) eiiterauíeiite y de competente fábrica (dicen era gótica) con su mayordomo anejo á la de Gañaveruelas villa corla y cercana, á donde pasó la vecindad el ano lo93 , y en el do l(i'i2 aun había morador. Tso tiene ya mas que algunas paredes y desusadas cuevas, desde (l<inde á los baños habrá medio cuarto de leuua bajando por el Ocino á la ribera del Gnadiela á pssar por su puente de piedra á la dehesa de las Po/as (hoy ti real sitio) donde hay una lierinita, sierra de agua, molino, batanes y casilla de molinero, sin otro albergue fuera de los lugares circinivecinos quC'
dista mas de uaa legua siendo el principal Sareííon (1).» A curta distancia de esta villa , estuvo en Id antiguo una pohlaciim romana denominada Plegwezuelos, la cual debió ser la Complega que cita Apiano, pero ja nó eosisten en pié ni aUn la:* ruinas (iel ciistillo del que habla Infante en sü Teatro de la Salud con nlacion al año 1763. Refiriéndose al de 1763 , asegura Fuero, qilé el püzo de agua dulce de Cañaveruelas, se fabricó (1) El médico árabe Agmer~ben Abdalá nataral Ao Toledo, llama en su obra Salam bir [qae significa pozo de salud) en árabe a Santaver; dice que en sü iiénipo se llaníaba Tibería por los natarales del pais. 0 . Fran' cisco Antonio Fuero, cura de Azaúon en su disertación sobre Ergavica dice, citando á Morales, qiíe Santaver era un lugar pequeño, )• A la visia de esta opinión enteramente contraria á la dt í Jurfor I'izzi, es de opinión don Sarili»j?o Vela en su artículo sobre el real Sitio , del que fué maestro de escuela, «que Siilamblr dí-bió estar en la colina mas inniedinla » los baños coreo lo indica-* ban vatios huesos hunimios qi¡c se descubrieron en \&i escavaciüiies que si> liicieron para la nueva población. Este último atllor dice qiu\ Coiitrevia fué conquísíada por los romanos, lo que si; prueba porque Valerio Máximo lib. 7, cap. 4, de Strati-ff. y en el lib. 2, cap. 7 nú mero 10 dice que <Q. Metillo hizo guerra á los celtíberos y que puso sitio a la ciudad de Contrcvia, la que solo pudo rendir pur medio de un ardid.» La mismo dice Aurelio Víctor, y Titu Livio maui&fsta , qoc si la venció Fiilvi» Flaco sin resistencia , fué porque no lle^ó á tiempo el socorro de los celtiberus , y por último dice Mariana en el tib. l.»cap. 4.0 que Metello ¡tanri grande honra por sugetar de todo punto á los celtiberos apoderándose »le Cvnirevia etc.
— 95 — con la piedra de las ruinas de Santaver, y que en k de est«is piedras se lela en caracteres grandes SINO—MEKI—BAOO—Nis, y que en un sitio llamado Pozuelo muy cerca de los baños, se halló en 1761 Blas de la Casa, arando * un trozo de columna miüai'ia que se le dio á dicho Fuero, eu que se leia: G. MESSIO. QUINTO TBAIANO DECIO PÍO INVICTO AUG. FELICI PONT TRIU. POT. COS. II
P. P. habiéndose puesto esta piedra el aBo 250 de Cristo, que es el que corresponde al en que fué segunda vez cónsul este emperador según los fastos de Idacioi
CAPlTlilO IX. Cabalgata* á loa pneblOH y itltloii eereanoa á la tsabelai bañlllon de Coreóles, Poyoa , Alcoeer, •tacedon.
Luego que los baúistüs hun concluido ó suspendido por algunoá días los baños que les ordenara el niéílico-diiector^ ó bi.-n pura ocupar mejor los que teufjau que e>peiar para empezarse á bañar por la mucha allueui'ia de genles, visitan muchos de elUis los puebleri'los cirítuneciiuis , y los amenos y jiinlorescos sitios que rodean a la Isabela , ya sdliis , ya reuiiiéiidost^ i-n grotescas y divertidas cabalgatas. Conin lo (¡ucbrado del (crrcuo lio permita carruaje de ninguna es|iecie por la mayor parte de los caminos , estos viageciilos sé
— fifihacen en caballos i muías y borricos, siendo el sufrido jumento la cabalgadura mas se$;ura para aquestas agrestes espediciones. Las seiioras los pícUeren generalmentü, y para mayor comotiirlad de estas, tienen los colonos vetustas pero Se!<iiras jamúas, en lasque montan patriaroalmente las bellas madrileñas y las de lo'* demás puntos del reino que acuden á los baño-!. Cada caballería que se alquila para estas espeditioncs , cuesta por lo general seis reales por dia , y niiiuteiter al mozo que la eoíiduzca, de suerte que por muy poco , se halla servido el curioso cabalgante. Si los carpinteros del Sitio hicieran unas carloiní^ como las que se usan en las provincias vascongadas , á lin de que pudiesen ir sentadas cómodamente dos personas en cada caballería mayor , nos parece que no perderían su trabajo, porque todos los bañistas las prpferirian á las jamMas ptir la mayor comodidad y diversión que propurcioitan. BAMLI.OS.
La primefa cHlialíí.iía puede decirse es á I;M •poza» de Coreóle¡i, llamadas por los nattuaK'S los bañilloH, situado^; al norte del Sitio y ámenos de una media le::ua de distancia. Para ir á ellos, se atraviesan las heras á la i/.qiiierda del Campo santo, y bnji'mdo-ie á la (loqueña , pero amena ve^a del Guadiela , de que humos hablado en el capítulo anterior, se pasa á la izquierda cerca de la presa deiioininada de Pel.ayo por un camino sendero que conduce por esta parte á la villa de Alcocer. Los espre-ados bañillus son un.ii»
pohtniqíineraleS'á csnipo ina^i, tífUf del' monté UáBíÉtAoídetjSe^crod«tMt^'Vdé^dkenMs h«^ blátfa:,< eufW^gtlBS ^(Xi'óelSfiknkM*(etAiáeáWé laadté; 1» Isabdav «i bte^'1)^Mi¡}8 ábiindttiM)».'' Btil masidel ipaU'ii'de la MM^ir^' f ¡«Itral fWO«incM sino muchas personas ricas que tienen mas fé eu ellas por sus embarrog'^tfc^ en los de la Isabela, tosa que creemos una superstición. Hombres y i ^ e r e d teibabaii jitntid ewi^S&s pti«akrvj éubier* to8(j:eÉíS^«estid»»'dé'b8fio^<y comoi na>ba;« cá^ 88 alguttAni! odbertiz»0ni'éu«'poderse «uateeieiK «é^eogen ipalwldesnu^enera^'tieMirée, éI4M<«tNÍA pmMiika «lA^unos peiwW)3'jquéf^é«('h«i}|atk^á''tli áal(kl> det'áioilté á uuyoii0«'t están'fos^fii^P'VI McB algnno»M'deiüit aA<(^->die«tiliMPtÜ'«<' s» gu)M<í-> «iÉihién>.«Íi nieUnoifru0i:s6<|ta'iico»8tttiídd^«<<bV»IÍ {HiesaáB!I%layn;JEli Hoo4iiWdiel« ánqiM^lfJét^M «atas agoas i'>ei6tá A mtí^ ^pti&iti.'isfíW ¡éé-iMti 4^eiai'' "lí vnun . irio/oi(j 'if. tup KÍ 'AI .-.'L'J'JI ,(ts>iEl «écmincideloislMiaaiMí pék«é«tf»: álla -«4^ Ha de Coreóles de ia iqu^iflistait m«d)«i1flfjia, {M)*'tili^ñen'idfrwNJs i»82ditoil!«oteb ,"li «liiál'> si» liailt ^tifadh<eln»oq^lad«raiis{i«ras|!l ped^|OMV rod^lM* daode iloi üosl>Tajb i r (<(Qé»dte)a V' '7^|i«**lce g»«^ í í ^ j «ÍÍ104 aoaife y feilwdili v«cun<K*v^ s'' ' '^ '^ 'iohrX«ija>»8ta'pueblo o«l ittbnailtérid'^e Béfüifiides<x|áe)se>h9 ckatruidd disd« <83l}i«(A''^^y ¿Mtá «nMnanídadupMenecia it4 > tá-mino -déx^hJS 'ba#in% Es lástima que por el gobittFK» nOlsfif trfiti4'#é^ *§idogbrlaitiaftxjakde ««stiM^'un estatyiiMfitéto i pt'opósileij yiqlie'iírvSe^aV'*n*B (fne iMlyi 'A- Nt'^édL dMBikaUutDdaidn«l j en i « z « ^ déja4l«9|íl«rd«t>M|ia» 7
riquezaf, siempre, que: respetando los adquiridos derecbois,<te.lQ8 pueblos vecinos, les diesen el bañó gratis optBO ea (a Isabela á los de Sacedoa y Gáñftvecu9)(t8,i¡y de que hallasen también los pobres iguni. be^eSeí» que «l^ae hoy diaftutan en aqoe* IkM, «8 d^iri que nplos-ünstase máá el baño. c,- . .• .i d ->:• .
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Sja epitorgo de que «I agua de los bauostde la Uabela t( luego qu^s^tínfriai es esquisita para bebet.i p que no esi-tanipoco mdla la del río ya elarifif^tot .-ílo.geiiewliesi^ue aé t^bdjpor loa £0^ )an08 ^i Iftsiibañistásél agua denominada d€> Poyos^ por tráevfie.de una ftiet^te que , á la tema dé tt* c«rro ( s4 h^lla á la derecha del camino que vii^^ ^iUo á éste pueblo frieAteal Guddielar Una deJas fsatialg/at«s.cocta8 qu«!.acoetumbEanv¿ hacer lo^ baftistas ^oft bastante írecueocia a es ¿esta fuén* tecilla , de la que se proveen , como llevamos d^ úbo ^ p^igom^ «los yemUío reales por cada carg^, jfigqn U»,!c4Ptaros 4» que oonstOi , f.:;, Vaeft, Ja,Alante;, suttlen los-bañistas segriiipor la rj^rt di8ifec}iad«l rioal espiwsado Poyos-, que es ij(Bi%(Üuirit$ri4 4»iB larden deS. Juan con el títíilo de Pe^ttlmi, l*c*í*i gobierna en la espijUaal y->l€mpor8l de, IR 6rden> un gobernador (PClfSiástico caballero db la misma qile reside .íífc .«lia de párroco, que Jo. es hoy nuestro amigo DON .FEMAJWO.-SACBISTAW. ;
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. Está Poyos á una <liegua corta de camino de I» Isabela, y por su proumídad á las termas, sefllO' jaban an^^s de hacerse «1 Sitio, miicbo* bañistas
.— 99 — eaM99tejJud)lú , qne hoy perleneceái h provincia ^e OáeúDBÜ cercano de Sacedoq, y está una hora «k: cámicto de cstd villa. Tieiie anos 156 vecinos, 606 habitantes |«una parrocha •!> y produce graiiosif frutas, hoMaUzas, vinast;^ alguR ganado, fixtáisitüida la población al[>ie deuná sierra y sobre iniá eqiineQda-, entre kw ríos Tajo y GuaéMa ala parte deloooidente^ y confína por el E. cabiHiilete , poreiiSj «on Baeódia v'porel.O. con Sayátony y por^elN. con Sácédon. Su posición topográtkaiQS píotorescá sobreplrio, ^ueáe^asa par un ptretitei, y.eo el caaino qlie guía ii la faermpte^de ic^ Detaraparado^.Como el patrón de «ste pubbio >$eá é(\gIorio8o 6. ÍRoqué, se celét^a JSUfiestaél 16 deiagosto , y tanto en este did confóéi} el sígoiehte!.en que !8¿r;,editen Tacase ae !pued« if ipn romería á Poyos^^á donde acudemtos pUieMOT)Ciroijnvecteo6. • ' >• !-vi v.-ji.ú y.
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' . >.Siib)eQ<>pueden Incerse cabalgatas todpsios Atiéreolesá la anti^isima villa de Al«ooer«:por isercstos'dias dg ntercado, y en los que vá'ipueKa <gerTtei()eilos pueblasieircunvéciiuis.^ debe ii«ep«r -los bañistas amigos de la diveniún ¡y del tmllido, .el día 16 de agosta^ que es «tu «l<que celebr^sla festividad k su patrón S. TL9qii»y-o al siguienlte eit que suele haibetnoviiladaiirbailes pfiMiéOS y partibulares; ' .'i;r.' . • ••'-> •••• • •<•; Ú; BÍ JMsta esta villr dos leguas cortas del Sitio ^' y pertenece á la provincia de Guádalejara.' Para ir
— 100 — ie.Ud'pof el Iñisst-csÉtinio;, ^e'Btra7Íes»idp»)ree(» el (iliMTíiáüla^ upa, fH^iei puente de ,1» Isabelá^i^ -f
oltñpoT tí puente Ae.f'ieáik'áBiánto «jósiáxié «uartftiie legu» 4«'Aipocer^ ten > el que déivd üné pititaresca pi'esaNpsBraiQar aguáiásioa mélittoslsituad do8Ü Ift bquidvcl8;(|dl' mismdipqefite; Elicaiáné atraviesa:Jas «liinad de la antigua,poblMíanide $9atav»f á lá.darecl^a de:lás> ds!>laantigóá; Gíaáh írtüviai,!y sif\en!ájpóca.distiintei8i> á. laiéei-feohat A»» i0e«[uefias pobbuádties de.KaHeveruelasy'IAloorhiijafee.. de las íqueobabiiiFenieliidespiiesli.Tí'áj lt> Jejos t^akletOlivBítry, laS'serranfas*dc rCuencai^q .4'^ rAloocéG es iuiiO.de b s pueblds qi«e boci^iotteii .el;t<3rrjt«rio llatDdÜoHa Hoyádéi Infa»iáda(\ht\iiyoidübado forrespoilde, lieDe-uiiui 429i5íeeihoB^ •y; ^xrS'de 166(h>'lia})itanteSy'ual'ÍH)»pkal!,i pósitoi, ,c4j» de correos;^ ¡un convento'¡de inonJM yhimii parroquia en forma de catedMÍpor:b iú-ieraíév y de bellísima arquitectura gótica ; es todo de piedra inclusa la torre (en la que hay un buen reloj), que es de un gusto" ésqiiiáití). Los facciosos quemaron el sño 1840 el convento de frailes fraiicísvcts qtaeler»Ide'cÓBstniccioal motlwna ti^périHbas•.taptp-ibuewa'. ée ,wh aoa ¿e^tcisí de una-loasá ée ,J'tntplario4 ji ¡¡otan puertas > de piedra ,cflil-'«reos i»quj>t«idoá,' rjEstosdo forlÍ9Ímrf;:'muraHá^ertu'rp .«fttiedtiiíttSüa 'población , la 6ual fue priiB«raí!atftf laQ>ft!eo!itra joi innrasftres 4i'&bcs, y dei^llies' luia séAiUAip'^sss fuentesfiasta^tpoco, antes .datlaiCuitti«ii$ttkide Guboda jwr toB orísUMOoS espaiotesj Toda la población está sobre grandes masabrdé-pie-d^ajbrénisjaf minada ¿picobon'italitiaettpfáí, que eg (tfi laberinto) debóvedtüRvipoc las qüeifnictle re-
étifrnfeaé (ubterráiiéáinente 'lapdblacion , tenien» do salida por todaa'les qasas ,'^^i 16» dueíios de estas no hubiesen cortada el tránsito para hacer sus grandes y espaciosas ibodegalv Xstas minas salen á la parte baja de la población, y antes de cortarfeAiSi eomudícaciones , pudo muf i biení it«n|ersa enderttída en ellas una divi9()t)n„i»il4tac rsiniq^ iq •ü piése. la p^biftcioii.' Estasininas ^on atrav^adas deíoiitoiiá sur )J)ormi> abmitíaníe arroyo dp buenísitima agUa que íiegaloshuetteeillos qi^^e sn-^ «nentran á la subida de lafVJUgiutostraiiíOBi'd^tafterladescubiertos, y losi.tttiHihps testos d^ edinQsiosnotableSiiqotí rodean! é:Alcocer..nhwencoiM^er su antigua) grtandez«,i y'stt orig«n.|a(;fhso »ikAeriorá los ,gfldp»'ó dq sus pniípUivos .kieimpos, . •:'•: Mait» /pmTA^imVtginl qilenau« ae..(:^serya, VnmudmAifeo de Banja , tffir, «fttar eo/^íipamino que sale á esta villa, se ve aM^^ piia Í9scr,ipcioa latina deteriorada en la parte interior del arco. En un libro que ejiete en ..yaKleiiioro , provincia de Cuenca y pueblo de su serranía , dice que la «itpNsiMla iu^or^oion estiben tr^s l^ngi^a» st^gun SM8£*í>r»ol«rps^ y^que lo <j»|e se entiende , dice; .-«I iifíVfS: in nariKín^liio. Etímobra fue XfnrifazadQ iOni&i ¿Va ier.ctfU'iá: los oiito^enta y $,eU año$.» -EQ,jttiestadí«(i<^ irnonutiitintal de es(a prpvincla. •queif/9)t»a la Academia üspañola de Aj-qpepjogía, Sfr-, IftlU ya ia.v^rdaliera interpretación d" esta «¿in^Qcipcion^j.iyi.lweo conocid» U antigua villa d« Alcocer. . , La vilía está situada en una llanura despejada , á escepcion de l,i entrada clesite d puente que ti algo pendiente ; su altura bartxiiétrica so-
— !(»-. bre el fiivel del itatrc,íes de 850 tAras, y éisttrlO leguas de la capital de su pro«iacia< :hh;p-
En el camino de Alcocer, como hemos dicho-; se feeY primero á la derecha ei de la THIa real de Cañávéruelat per^neciente á lá provincia de Cuenca , la cual 'se halla á una legua de la Isabela entere E, y S . y T solo tiene ^.40 vecinos, unos 1»68 habilántesVp'^s^ito y parroquia matriz del pueblo de que hiablaremo» después, siendo de su téfinino las ruinas déla romana Coníf^iá y las de la npmbrada Santaver. Granos , cáñáftw, vino y atseíte, sdn sus productos agrícolas , y sú poca CotisideráciOn la hace ser poco visitada de los bai^ístas que e& cooitentan éotí verla desde ic/s teltós de (CotttreDÍa. ALCOHCJATE.
Aun menos visitada por so menor ponsiderar ción es esta villa realenga, quesol^cqenta82"vecihos ó sean unos SQO habitantefSi Sa parroqui» es siifragánea, de la' de Gañaveroejas, de que dista media legua. Se halla situada no lejos del Goadíela eii un clima sano y templado , y confina «on Cañaveruelas , Tenajas, Alcocer y ValdelosaJ Sas productos son los mismos de Gañaveruelas', y ademas cria algún ganado lanar. ''
—103-« VltLAtVA BEL RET.
De poca mayor estension es esta villa de la provincia de Cuenca, situada á orillas del rio Gua(íatneynot cerca de su confluencia c&a ft\Muf1f% Está 8ituado.á una legua de lá Jsabel^^l S», twpe 277 vecinos, 1148 habítenles, un pjJsí,to y upa parroquia, y produce granos, legumbres, pastos y ganados, siendo de este pueblo las carnes y las leches que se consumen ea la Isabela , que son de esquisita calidad. SACEDÓN.
Descrita ya esta villa á nuestro paso por li bffbela, réstanos decir que los ba&istas buelen ir en romería el ^ de agosto, dia en que' celebra la Tilla la festividad áeh Santa0ara deÚibsea U suntuosa hermita que dentro de la población tiene dedicada al rostro del Cruelfica4o. En este dia se hace Una buena procesión i yíiene faegos artificiales , y alganos años se corren el siguiente dia toros de muerte, á los que aeude multrtuA 4e gentes de la Aiciarfía. Esta Villa tiene mercado todo* Ice tiernes'i y celebra feria anual.
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CAPITULO X.
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calkal kafióii ¿liliiFMlea y aterra.
L i ALAM:6DA.
A medía legua de^Sitio de la Isabela, pasando e] puente sobre el rio (Jiuadiela, se halla la liernto»9 (tctaesioit titulada úe la Alameda, vulgd las eas9t,de£etáreo. propiade don PedroPere? Juáni vecino,d& Buendia, <eii .cuya hetiedad ise encuenti^a una fraodpsa arboleda, cou quinientos almudes de tierüit de pan ll^jiar, una viña nm catorce mil videa^ y luna espacií>sa casa de labor muy apropótsito vfiTU qut» ha bjiwstas tengan uadia de,oa(npd en aquel.pi»((ifiesc»sitio, y beberán la deüsada «gu«,<nW destiU un» peña conofida W la comarca pflrctai/vente 49 lias PeAa^ v^^)if(í y por s e r d granito de que se- «impone dd^^iiel ^olor.jpoeó mas abajo, se encuentra un sitio' en que dicen se cria minera!, y que reconocido hace tiempo por inteligentes, encontraron algunas partículas du oro. Ésta heredad , ocupa una bonita posición , la bañan los rios Guadiela y Mayor, criándose en este último, una pesca muy esquisita entre las que •obrewleu las anguilas por su grandor y delica-
--10» ~ deM.<>'At)fre<!i>dor!deresta posesión, «e hafftifeíl mmiíeáe \tiServai'ülAvrri de Ceclin v eide Met» «aijMktdOBmiiyab^ndaiites en caza. A corta di8-> tancia se encuentra' situado ed psiente de Saornil sobrtfelriá Mayor ^ ü e h o ofrece «wsa (^a^liclilar y dá pásu M £>i»iao d« Buendiü que ¡«e halli á uua' íegüa.'' •-• "•''' '
' BtETÍDlA.
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Esta Villa antigua á dos leguas de la Isabela se encuentra á la falda de la sit-rra de su nombre, presentando su campo tina bella .vitjta por el ptaivtio de viña v de olives que se descubre. Oonfína al E. con Viilalvai, al S. con Javalera, aüO.con AlmonacM de Zurita y al N. roo Poyos; y pasan por su término lois ríos Javalera, Rio Mayor, Guadielay^ajo. liln la antiguertad líámaron á esta \i\\tifuenle del Saúco, pero habiéndose ganado una famosa batalla alus moros el día del Corptis,la usierori Buendia;se halla rodeada de una soerbia muralla, pero tan destruida, que solóse conócelo que fué. Se conservan aun en pié varia» pijertas que dan entraila á la población ««n los nombres de Ttrmales, porque dá salida alus baños minerales, la puerta Nueva, la Calzada y la del Sol. Fuera áe esta puerta ecsisten una infinidad de sepulcros , y en este, sitio dicen que.fué en donde se dio la gran acción el día del Señor y si fué asi, por los huesos humanos que se estraen, se infiere la gran raoctandadique hubo. - •. iHnloaltode lasiecra, está «Itsitio que llaman
E
~106 — d«l<rampattam, en cuyo lugar tavieron< los árabes una atalaya y desde allí dicen se comunicabaa con los de la ciudad de RecópoUt situada en la otrasíerra que llaman del Medio. La poblacjoB de Buendia tiene tresciento9,cÍBoue^ita veciitos, £stá dividida, en cuaitr»barrios con los nombres de Yaditlo, Calzada, Termales y la Torre: tiene una magnífica parroquia cuyp templo es suntuosísimo: se ignora cuando fué construido y solo se dice que sirvió de mezquita á los moros; buenas casas consistoriales, pero destruidas; un famoso pósito y un convento estramuros que perteneció á los gilito» que hoy se conserva solo una hermita con el título de nuestra Señora del Rosal. l^csisten cuatro fuentes en ta pobUcien y dos ftjier» 4e ella, las primeras se denominan fuente de 46*^9 j fie Arriba, del Saúco y de los Tres caños, y las últimas de Santiago, y de la Saíud. Tiene tres plazas» la Mayor , la del Coso y la de Aíw^o en la qup está sitaa(Jo el mezquino palacio del señor duque de Medinaeeli: mantiene dos escuetaa para niños y una de niñas. La mayor parte de la población que e» bastante pobre, se dedic? á la elaboración del esparto y cáñamo. Se coge vino, trigo, aceite, frutas y hortaliza y se cria ganado lanar. La villa de Buendia se halla á veinte y dos leguas de Madrid par el ramino de rueda , pertenece á la provincia de Cuenca , y su partido judicial á floete. Este pueblo celebra su feria los dias 1 2 y 3 de noviembre; es poco concuiri*!», pero «in efmbargb »o idej» de ser un recurso para los pueblos vecino»
— lOT — qne «e «uften (fe-cáñama, J á r e a s , paños y! otra» mil 6osa4. '
A tnedia legua: de ia pobi^ci^m, se halla situado ét moíiho harineyo propio del «eñor Per ex Juana, nuestro bueik amigo, con <:uatro piedras de uba8olidezestr<aprdinaria, cuyes útiles y máquinas están perfectamente construidos; esta finca está taSBiia en medié millón de reales, siendo una de las mejores dé Id provincia; tiene una hermosa huerta con cuatrocientos árboles frutales. En sejtiembre del año 1830, vino una fuerte riada por la que llegó el agua á los aleros del tejado sin haberle desmoronado ni una sola piedra de esté sólido edificio; la cuadra que había contigua, fué arrancada en su totalidad por el impulso de las aguas llevándose once galeras que esperaban la molienda. BASOS.
A pocos pasos del molino^ se hallan los baños minerales cuyas aguas han hecho y están haciendo prodigios en las enfermedades de suspensión de orina. Estas aguas espelen las piedras, curan los dolores cólicos, los reumáticos, herpes , perlesía y otras mil enfermedades. El agua es termal tibia de 18 grados y consta de azufre, sal de marte, nitro y tierra cimmallia. Los romanos fueron los primeros que usaron estas aguas desde cuyo tiempo han sido frecuentadas por multitud d^ lenfer-
— loemos. En el año de 1 7 ^ se hicíeroo algunas eseavaciones á cincuenta pasos del baño principal, j se encontraron varios sepulcros , de los cuales so estrajeron una porción de huesos y dos monedas la una de Cesar Augusto y la otra de Tiberio Cesar; también se: deseübrierbn por aquel tiempo, algunas inscripoioiies roaians»^ Estos baños; fueron aplaudidos en la antigüedad supuesto que á una de las puertas áe la villanía' pusieron puerta de Termales, puerta queda paso á los bañostcr* males. Se construyeron tres bañM,. peco se han destpuidh^y solo está útil uiro dé ellos al qne<aou> dea muchos enfermos á recobrar su salud. Es lastiniosó que s» heiieri' tan deiSBtendidos yquADO li.iya lina mana beoéfroa y prottietora que lus ponga i Id-altura que deben estar por su virtud para el alivio de la humanidad doliente. '
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• ••' SlEUnA, A corta distancia de estos baños , se encuentra la sierra que dá paso al pintoresco sitio de la hermita drt los Desamparados de la que hablaremos ••n t'< Kístiienté tapiUilo. En medio de sus formidubles peñasco!', se hallan una porción de fuentes siendo.nombradas la del Burracal, la Ogo, la de Cárnico y Santa Cruz por sus delicadísimas aguas. Los sHios mas fiHTioso- de esta sitria son : el barranco del Cuchillo, el fiel Lobé, el pico dii Agitiín, Cuya cús|)ide se vé rtesdeia plaza de la Isabela, la Cuei^a negra, !a de las Sardas y la de las Pulomis , en cuyos sitios pastaban antes los famosqs ttfr6» d** Caraba Do que hacjan furor «ftlaplaaia
—109— 4lé"'Iibdrid. Hay ademas otrois pantos taAi variados y pintorescos, que admiran á>cuantos curiosos vit< sitan estas es<]arpadas montaflls, en las':que se criali una porción de plantas medicinales'«entrí ellas una que«nni los vcknitoside sangrecoi^ayerba íM^se encuMlra en ¿lnies>de julio yi agosten Nó d<ebemos: pasan en silencioiel famoso {menté sbbfe el On^itta |térteáedient0 á Buendia no iejol d'él ^Htiov'ehcíisl e s d e piedray consta !de tres x^bs' soberbiameHte constnwdés bajo la> diTeccion úé\ arquitecto ideda acadébiiai de san Fernando deni Antonio Jofidán, el^ctJdl se liiz> á costoide los caudales públicos'<^ los puisblds^de veinte y cinoo iogiías en pdniiinio, en «l'r^itkado del gran Car'los'tercero.'
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La mas idivartida cabalgata que .pueden thacer lesfbañista& desde la kabeiasi>es diriginiealipiuto!Besco santuario, día. iV. &^,M\\ot Detamparado$, üitnsdp á< tre» leguas eórtasdel'Sii^io, á orilla ^dvl (luadiela'í cerca de su coniluenoia^ovn lel Taje, • pero les aconsejamos noise v«yan sinllewar pro. visión de. víveije» para eomer en aquel desierta si>
—«110-tío , «veJr-<|ue a«lo\^r¡aa contar Con la po/bte áespetni-án uníietmlftao, y q«e cuanto» ,(ijas ^aysmiireuáidog , taiato mas déijectkla será U>cq< balgat?»';!",;- r:,
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8aüendo de- la:Isabela < sá taim la izquie^cia del esmino real d»'>Maiirtd ,^á,Ma.iel caoijHm) ¿I Poyos!, .ysiadejanuuilcfi la) rivera izquier^S diíi Guadieia; Se pa^ pofiíla fuente :jéei!B»y«á,4()í ja que hablamo» en' el eapítulo 9.t'.{KH^el pa'eiHe;de esteqméi queda á la defeoba ^.'y ideando ¿ lai2r quierda ál puente áe:fiáeHdía ly^^J molino de Pérez Xnaika, deqvieliablainos e&t,«l.capituloi9iiÍ0ir rior t 96 entra , atfuttiite.'del eapceeadftimolinOiieii 4inapraft^dá .cañada 1.1 llevandwéiUíizqiiierdaihjtstta el mismo santuario el Guadiela, cuyo fip. SP hace paso por entre mil peñascos , en los que forma multitud de cascadas naturales , estrechándose tanto algunas >1^egj aue á pesar de su gran caudal de agua puede saltarse [wr cima de las enormes peñas que le cortan. Esta pintoresca cañada , está formada por las elevadisimas sierras de BÓerráta á lariüqHttPéa y camWieíalláu, ytaU[a•^iada;^^e>'£AIned<t)',>•4»s''«uale9-^v< componaa-i de piedras areniscas ó asperón y pÍMtrtose&T- »<ea{)as •verticales hasta la mitad del camino. y orrzoiitales en la otra parte de él. Están dispuestas las •masas'de'pledra détát modo én algunas partes, -qlie (iJ%laMtánd6seKUei-!Ó d«ce Taras' ia cabezia^B^bre su base, y sostehióikiose afligunasiTeces eiriNi íolo ptuntio, parédeise hJiiían en-el'acto de preeljntarse nioiiWs'isiitefoiisttbre'et rio. «Es tal ía etevaeion de lásfocs» ©ft'ltKlo el «amipode la eápresada cañada ,''«|ite hay que levanta^dd todo la tista.
— 411 — ecliáBdóse bicia atrampara vec el cielo , y ssircs que hayjmvchos puo4os oscuros jr con sol alterna-^ tivamente; < ' A'labora y iwediade cairtino por está ^ » gant»^ '%B hatla la portería del término derla faermitB", en Un sitio anteiüsimo Heno de altds pW nos;-yipor una calle de estos, uniendo los pe'* ñascosaun tnas agrestes y cortados, se llega ál santuario , situado «nos doscientos pasos de la¡8s* presada partería. El espresado santoario está debajo de una lenormeipeñía de asperón bastante du> ro , de color blanquizco, y Uepo.de salilFeUaiK (Iiiisimd y casi purificado: estepeñon salé'desu base-i'foPOiando bóveda', mas'de 15 varas!^ ¡de suerte que la plazoleta de la henrata , estaiyJá casa del hérmitañoqtieiSehalla.enfrente, esfcá va* biertapoeia espresada piedra. |*!litre eV santuario y casa-^1 hermitAñoy qu!e costa de uha ¿ooina Itaja á la que se sube por cuatro escalones foi'ina» dos en Ifi misma piedra^ y un pisa principa!.eii que están, los dornhitopios v hay «R': una distancia d e l ? ifc 18 varias ^ ttetlios á picn.'en la mismaiipeíña, seis escalones:>bi»i labrado^ Iqkie rorin»»>uiip grande y espaciosa: grada , en k que se stérik^ia gente: áiofT'el serraoa el día de la pomerfa ó i^stividad.do N. ü.^en aiquel sitio , pues como la .eápüila tendiüunas 16 :var«s de longitndtpor & de lati^ tud , no es bastante paéra conteiier las tres mil sÜ «ñas que aproximadamente dicea.aouden á estard'^ meria> razón por lo'que di sermomáe predicai^tb diá i laVpuerta do la capilla. n. Mntblxiéatnade la espresada plaaoleta eobin^> ta, quaUcibina.en uiiíbalctín largo ú balausitn^
— 112 — hecho en la ints<na;|>iedra<citada, (Id <!IMÍ<safen á derecha é izqaiepda dos ramaicS: de escalera pnr^ bajar á la estreclia esplanada que conduee <al Ti«t sebalk un p a n plátano; cti^'a frondosa'copaf, tocando en ta bóveda 4 la entfapiía cott sus fxnas; aij^idado ik un graude higuexa quetieae pori^con»* pa^a>a. Dos íiiente£illas deEiqnisimaagiip-^ saJen ile la ]>iedra.,^alegrando y' ;reirescando asta risue* «oalbeiíguffw. ,'(>.,, I • r.-ipi Ü. - , O •: 1 - >' La heintitaiestá muy f i n a d a con fjjaiaseis y>icorhio6piasrilor«rlas del' gusto otiuivigu^esco; lasittesi aUareii. que son ^deliipúmo 'gónerói, tie^ neniieoluninasi'Baloitiónicas^'ijtitodairJajnarteí d«la iglesia debajo! del coro«, está «ufajxtia udetéx-votos híeijheí^ por los dewbtos quehanvlograda ntfjocía en sm iniales'pon mediación dcilft'Vifrgen.rEl camarín d e N . 8. sirve: al propio Ijenípo de sacristía., y sé sube á ella pdr his cuatro escaldnes (pjé <lan acce>eo<jai altar tnayofv á aiya^ereeha está \á entrai da. La portada cjei santuario e s senciHa¡]í de pie* dirá berroqueña, y'su laobadita teriáináJen un pequeño carhpanario de lábrílca de ladritio que qaedai debajo) dpi pdion; tncailde en su bÓY«da,' y eiiiél hay dos'SonÁras ca(A>papitas. :^'> v > En la: plazoleta se ve un eaadro muy ro»> pin* (sdo, colgado «n la fachadaíi^ela casilla del ber->«nittino, x{ue; representa el signieúte milaglpo; Oa-iitil^ában imesí eaballerosv. cncnplir óna promesa al'sminnrio,;:y,n^ pasar iportei puente viejo de fiacndía ^ se biradió aqúehcayendo loa caballemst pero como implorasen, cóti'lervor á N-J'^Í. de lo* Bitttmpaíradot, salieron dtl rio sin sufns dañb alSUBo á pesar de^ l i elevacftanj de jque hsUan paido»
— lisio que publicado en toda la Alcarria por milagro, liizo se perpetuase el hecho en aquella mala pintura. Dicen los naturales, que el origeu de la herrnita se ha perdido en la noche de los tiempos, y que \o único que se sabe es, que antes estuvo dedicada al Santísimo Cristo del Amparo, cuya imagen dema! arte, se venera aun en el segundo altar delaizquierda, á los pies de la iglesia que es eltercero de los colaterales al mayor, añadiendo que desde el año ICOO , se dedicó á N. S.' de los Desamparados , representada en una imagen de marfil como de media vara de alta y de muy regular escultura. La liistoria de esta imagen, y la dedicación moderna del santuario, la cuentan los de Biiendia ilel modo siguiente: «En el año 1600, Martin tierrero , vecino de Buendia , viendo el culto y veneración que tributaban en Valenciaá N. S.* de los Desamparados, mandó delinear aquella divina imagen, y colocándola en la mochila , trató de hacer aquel precioso regalo á sus paisanos. Sabiendo su venida con tal tesoro , le salieron á recibir porción de gentes á la puerta Calzada, y entre ellos un ciego pariente suyo. Sacando el virtuoso Herrero la imagen para enseñársela á sus amigos , obró N. S." el prodigioso milagro de dar vista á aquel ciego , el que, lleno de amor y gratitud , se abalanzó á la sania imagen que reverenció consternado. Estendiéndose el prodigio por el pueblo , las campanas celebraron el milagro, y por orden del ayuntamiento , se colocó la imagen en la iglesia parroquial, en la que se cantaron 8
— 114 — miiclias alabanzas á N. S." en la solemne procesión con que se la alojó en el templo , en el que fue visilada por todos los pueblos comarcanos. Llegada la noticia de tan milagrosa imagen al obispo do Cuenca, don Pedro Portomrrero , no solo la veneró, sino que dio su licencia para levantar una hermitaá N. S." de los Desamparados en el sitio mas pintoresco del término de Buendia (|ue es el que hoy ocupa. Se dotó para su culto á u:i capellán de la misma villa, y ocupa hoy esta capellanía el joven don Felipe Rueda , cuya devoción y celo no podemos menos de aplaudir, porque á él se debe, en mucha parte, el buen estado en que se halla el sitio y la hermita , que se mantiene á costa de unas cortísimas memorias, y por la caridad de los devotos. El espresado capellán vá de Buendia al santuario todos los días de misa á decirla en él; tiene cuidado de ordenar las festividades, y asiste con sus buenos y religiosos consejos á la multitud de devotos que en todas las estaciones del año, y de tudas las ¡irovincias de España, acuden en pereSrinacion á dar gracias á N. S.» por algún favor recibido, ó á pedirla alguna gracia. Se anima verdaderamente este pintoresco desierto el dia 13 de setiembre , dia del dulce nomhre de Maria, en que se celebra la festividad principal en el santuario de los Desamparados, al que van en .ilegre romería, no solo los de Buendia, de que es patrona, sino también infinidad de habitantes de los pueblos vecinos. Vense llenos de gentes todos los caminos que se dirigen á la cañada de los Desamparados que resuena con alegres
— 115 — cantares , repitiéndolos los mil ecos que forniííti sus rocas. Las caballerías van adornadas cf>ii cobertores encarnados, conduciendo las bellas alcarreñas ataviadas con su saya encarnada , raofn) de llamador , y su pañuelo de seda en la cabeza , á quienes festejan, vestidos do gala, sirs eiiaini'rados donceles. El santuario rodeado de casitas formadas en las cavidades de las pi'ñas, y todas MIS cercanías, se inundan di.» ¡íGates alef;rc^ y bu liciosas y el agudo sonido de las campanas, las imisicas , los cánticos sagrados del templo, y los ¡irof.'.nos que repite la sierra , manifiestan que anuel es el dia do vida del desierto ; y en fin , la cluUona gaita , el bronco alambor, la festlvA castañuela , la alegre guitarra , las grotesras danzas, el estruendo de los cohetes y fuegos artificiales , y la undlilud de hogueras de los rancUos, lodo anima el desierto de tú suerte , que parece alegrarse á la vista del placer de los mortales devotos de su ptregrina y riquísima joya Marta Sanlisiwa (le loa Desamparados. Los bañistas que se hallen en selientbrc en la Isabela , no deben perder esta romería , en la que por tétricos y descoulenladizüs que sean , han de hallar placer y diversión. Al anochecer termina la festividad religiosa en el santuario, y al loque de oración, ya levantados los ranchos y cargadas las cihalgaduras , se despiüe la multitud de la Virgen del De-,ÍL'rto, y la alegre romería deslizándose pur ti toitu'iso cn.niuo de la cañada , se vá cantando alegremente á la villa de Kuendia que dista dos leguas , separándose, al llegar al puente, de los romeros di,' los deo'.as pueblos que asistieron ásn fiesta. Kl desierto vnel-
— lleve áquedar en el mas profundo silencio, iiiterrum|)ido solo por el car.abó nocturno que cstcndiendo sus alas de crespón negro sobre el gallardete de la hermita, arrulla el sueño del sencillo santero con su triste y melancólico canto, asustando á cuantos viageros pasan por aquellas espesuras. I ^ poca parte llana que tiene á su pié el santuario, que es muy frondosa y llena de fuentecillas naturales, termina al occidente en una gran peña de asperón que se avanza al rio quitando el ])aso, y á este sitio se denomina por los naturales el fin del mw^do. Desde este sitio, se divierte la vista en un salto de aguas ó cascada natural por entre peñas caldas de las sierras laterales, en el que tienen que trabajar infínito los que guian las maderas de la sierra de Cuenca que por este rio se conducen al Tajo cuyas aguas las llevan á Aranjuez para la construcción de las casas de Madrid. Frente de la hermita en la sierra de Buendia, anuncia la santidad del sitio una alta cruz de hierro , sobre cl pico de la roca mas elevada de este término. En ambas sierras se encuentran vigorosas y aromáticas vegetaciones; selvas vírgenes ordenadas naturalmente sobre gradas de rocas de diversos colores: torrentes espumosos que se precipitan desde la cresta de las montañas, cuyas cascadas forman jardines sin cultivo; caminos fantásticos que parecen escalas para dar paso á las nubes, y cuyas cúspides son frecuentadas por la astuta zorra, el ligero pero tímido ciervo, la ligera liebre, Ja tímida perdiz , y el sagaz lobo. Solo el cultivo natural viste estas sierras, campeando principal-
— 117 — mente en ellas, los boxes, tochas, pinos , romero, espliego, tomillo, cantueso y otras mil plantas aromáticas que embalsaman el aire con suaves y gratos perfumes.
CAPITULO XII. Viaje pcdeatre ó la vista del salto de Bolariquc y á las ruinas de nceópells y noticia blstórlca de esta ciudad.
Los bañistas que prefieran á su comodidad por unas cuanta» horas, el placer de ver sitios naturales sorprendentes , y de diifrutar de \istas pintorescas que no es fácil se les presenten «n parte alguna por mucho que viagen, y en fin los que sean bastante atrevidos y cuenten con buenas piernas para subir por rocas y atravesar por fragosides y peñascales, salvando precipicios, por la satisfacción de ver, sentados sobre las ruinas de la gótica ciudad de Recópolis, los campos de la corte de Madrid á muchas leguas de distancia y los nevados picos del puerto de Guadarrama, deben hacer el penoso paseo á la vista del llamado salto de Bolarque, paseo que el año pasado no nos pesó hacer, apesar de lo fatigados que quedamos, y al que nos acompañaron seis señoras que, apesar de las pérdidas que sufrieron sus trages, sombreros y sombrillas por aquellos jarales , y do dejarjsc los pedazos de tela de sus vestidos y zapa-
— lisios filtre las roías, quedaron muy satisferlias y alegres de tan atrevida jornada , porque admiraron cuadros naturales que no puede «opiar el mejor |)¡ncel y que no ea fácil vuelvan á ver. Este viagtí no puede hacerse sin llevar un guia práctico eií i'l terreno. Se ('iii¡irende el camino por una senda de difícil 6!ihidü á la espalda de la hermita , pasándose agarrados de lus manos uno á uno por una piedra orlada que se salta con algún trabajo particularmente por las señoras. Siguiéndose dando vuelta p<>r cima de la hermita, internándose por lo mas áspero dü la sierra á la vista de precipicios que caen al rio, se sube á un punto elevado y pintoresco que denominan Jos naturales la vuelta del Tornero por las vueltas que dá el rio al rededor de la sierra, y después de infinidad de bajadas y subidas, se llega, en la cresta de la sierra, á un pico triangular en que hay un antepecho de piedra, pero iialurjíl, al que llaman el fiaícondíe, situado <'urno á una hora de camino del santuario. Acpii íleseaiisaii los fatigados viageros para tomar aliento, y l;is ojcis sesoiprenden agradablemente á la vista del alegre panorama que se les presenta. En primer término de este preciosísimo cuadro natural , se ofrece al pié del pico sobre que descansa el viageio como á un cuarto de legua de bajada por wi precipicio , la unión sosegada del caudaloso 'J'ajo que viene mansamente á su derecha, con el bullicioso Guadiela que desemboca por su izquierda, formando ambos un ángulo agudísinno con sus aguas de diverso color , hasta que se confunden en uno solo á bastante distancia. Ea segundo tér-
— n o mino, tiene enfrente, á la derecha , el famoso desierto carmelitano de Bolarque con sus herniitas de que tiablaremos en el siguiente capítulo , y su portería al lado del río entre copudos pinos y corpulentas encinas y fresnos; como á un cuarto de hora de la unión de los rios, se vé el sorprendente salto ú olla de Bolarque, llamado asi por ser uu peñón hueco en medio del rio por el que introduciéndose y saltando el agua forma á su alrededor tal espuma y hervidero , que su espantoso ruido se oyei)erfectamente desde elBalconete ; poco mas allá de la olla, se ven dos buenos molinos harineros perfectamente situados con sus cascadas, y á estos sigue el altísimo y fuerte puente depiüdra de Bolarque ó de Almonacid de Zurita en cuyo término está , y el cual, cortado por los franceses en la guerra lie la independencia por la jiartc del Desierto, ha estado intransitable hasta el nno ¡lasado en que le habilitó con madera, el dueño de los molinos, cu\a obra vimos desde el espresado T!alconi'te. A lo lejos se descubre ima dilatada vega, el |)UfMo do Sinjaton, el castillo de Angui, las (;ÍTcanias de Pa>ítana , y elevados montes en último término. Desde el Dalconetc bajan, los mas atrevidos, y nosotros fuimos de este número con las citadas seiíoras , al rio por un descenso difícil do revueltas de cerca de una hora de camino , atravesando la llamada aya de lox Lobos que es un sitio pantanoso sombrío y muy frondoso en donde s;ielcn escmiderse estos animales. Gomo esta viajata fs penosa y mas en el tiempo caloroso en que se hace, al llegar al rio Tajo , casi frente al convento del Do-
— 120 — sierto, es lo natural sentarse á la sombra de los copudos fresnos, robles y otros árboles que guarnecen aquella frondosa orilla , y beber con abundancia agua del Tajo apesar de lo zarca que es, á fin de reponer los jugos del cuerpo perdidos por el copioso sudor que en todo el camino le baña, y darle material para lo mucho que ha de traspirar en la vuelta. Aconsejamos á los viageros no se estén mucho á la sombra para gozar de su deliciosa frescura y que no beban hasta haber descansado un rato, si bien pueden, y aun deben hacerlo después con abundancia, tanto por las razones dichas, cuanto por la bondad del agua. Si escabrosa y difícil hemos presentado la bajada al rio , la subida al sitio que ocupó la antigua ciudad de Recópolis, es en estremo mas penosa, bastando decir que por muchos puntos, tuvimos que formar un cordón todos los que Íbamos y tirar unos de otros para subir, particularmente las señoras , que dejaban reliquias de sus tragos en los picos de las rocas y entre los matorralrs á cada paso. La pendiente es terrible y peligrosísima , y se tarda en subirla mas de una hora haciendo infinidail de rodeos. Al tránsito, dilatando un poco mas el viage, se encuentran los pintorescos pasos denominados la fuente de Burrucal y la calleja de las Higueras, sitios, particularmente este, de los que sin guia es imposible salir, pues uniéndose las ramas conforme se baja, se encuentra el viagero encerrado en un sombrío término, cüya entrada pierde el instante y cuya salida no puede concebir por los obstáculos invencibles que se le presentan.
— 121 — Luego qufl se llega á lo mas alto de la sierra, se sienta el viagero fatigado ya, sobre las ruinas de la muralla de la gótica ciu<l;ul, desde donde su vista se dilata hasta los altos de Vicálvaro pueblo á una legua de ^ladrid , y aun hasta los puertos de Guadarrama. La situación elevadísima de U E coPOLis llaqn('a:la por los riosTajoy (¡uadiela que se juntan como hemos dicho á la falda de su sierra, hace concebir que fué en su tiempo un puesto militar de suma importancia y seguro , que baria abandonar la misma aspereza del terreno, cuando restablecida una paz mas duradera , no fuese tan necesario para acantonar las tro])as. Los autores dicen que en esle sitio estableció CLODOVEO una colonia de godos, y otros, con mas visos de verdad , aseguran que venciendo LEOVIGiLDO rey godo de España, en 577 de nuestra era á Myro ó Arriamiro rey de los suevos , fundó en aquel sitio una ciudad á la cual denominó lUpol ó Jlecópoli, laque sirviendo de un interesante puesto militar durante la guerra de la dominación goda, debió abandonarse por la razón que hemos dicho cuando pacífica la monarquía goda se estableció enteramente en el territorio español , ó luego que conquistada España por li's fira/jcs. establecieron los reyes de Toledo o los mandarines de Cuenca , á cuyo término pertenece esta sierra, las fortificaciones y lineas nnisnlnianas cuyas ruinas se ven aun en toda esta i)roviiicia y demás que dependieron del reino musulmán de Toledo. Las grandes piedras labradas, entre las que hay algunos pedazos de mármoles, que se ven aun sobre la superficie, hacen conocer que fué ciudad de
— 122 — aíguna consideración, acreditándolo también ademas una medalla de oro de fíecaredo que hemos Tísto eu cuyo anverso se lee ]<ECAR. REX alrededor de un mal busto y en el reverso en que se \é una cruz Recopol. Pius: tal vez si se hiciesen escavaciones en este sitio, se hallaría monedas podas y restos incripcionales que aclarasen á la historia y geografía l¡is tinieblas en que se halla envuelta la de esta gótica poblac ion (1). Lufgo que v\ viagero lia descansado y reilecsionado, á la vista de estas ruinas> la inestabiliéad de las cosas humanas, emprende su viage da nuevo por un descenso tan rápido que se necesita sumo cuidado para no resbalar y rodar por squellos precipicios, y después de haber atia\esado multitud de ellos con mas ó menos riescto , se encuentra por fin la senda que coiiduce al santuario á la que dá entrada la ¡lefíii cortada de que hablamos al princijiio, cuyij pjso es ahora mas dificil que antes, llegando por fin bañado de sudor á la (1) Dice Mariana en eltom. 1,» lib. 3.» de su hislotia de Espaüft «cerra de esVa tiudi-á: «Del nombre de Mecaredo se fundóla ciudad llamada ItecápolU n\ Bqun).la parte en que el G»a(!icla so junta con et Tajo, nu le}üs de la villa de Taslrana como atestigua el moro Hasis, Esla fundación fué el año 377.)) Oíros autores dicen que ísta ciudad se fundó dundo, está hoy Abnanacúi ti' Zurita á una legua de distancia de esias ruinas. El moro Hasis en su descripción de España, por la (jucconsta ecsistia ísU ciudad t'B \m ()c Crisln dice: «la ciudad de Recapel es muy fermusa í inny buena é muy viciosa de todas las posas que loshomes se lian de mantener.» «Zorita es fni'ite cida é muy alta c licicronla de las piedras de íiocnpel que las hay muy buenas en un rio llamado Uuadicla.)>
— 123 — tiermíta cuya apacible y fresca sombra le invita al ¿escanso, pero le acoBsejamos que por muy fatigado que esté, no se entregie, sin dejar de su?dar, á este placer ni menos entre en la fresquísima hermita, porque podrá costaría caro. Una buena limonada y mejor si es eon cerveza , es lo que mejor le sentará al fín de tas penosa jornada; y lo decimos por esperiencia. Baste decir para que se conciba este viage , que nosotros le emprendimos á las diez de la mañana desde la hermita , y que sin haber descansado mas que media hora entre el Balconete, rio, y Recópolis, volvimos a! eantuario á las tres en punto. Pur esta razón si quisieren los bañistas ver los Desamparados y hacer este último viage en un día, deben salir de la I'iabela á las 1} ó las (t de la mañana, para que descansando bien antes y después en el santuario, y comer lo que Heven á él con descanso, puedaa regresar al real Sitio, sin precipitación, á las ocho de la larde. Concluiremos este capítulo diciendo, que la vegetación está enteramente descuidada á la naturaleza en estas sierras, y que á la vista de la frondosidad del sitio de los Desamparados, debida á un poco de cuidado y á la que tiene el Desierto de Bolarque cuyas arboledas consuelan, se conoce que el terreno á poco que se cultivase, podría ser muy productivo á favor de Biiendia, y no ser hoy su descuido, como acertadamente dijo á su vista nuestro amigo don SebastianEuf;enio Vela, que con su esposa, la mia y demás señoras nos acompañó en esta espedicion, el padrón de estas sierras que manifiesta la incuria de sus dueños.
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CiHiilno al d e s i e r t o de Dolarqiic jp<M- Sayutont dcacripcion de su termino , monte y convento^ é hlHtorlu de CNtc desde «u oría;cn üastit e l d i o .
Sabiendo Fr. Ambrosio Morales, italiano Je nación y religioso del Carmen, que los carmelitas de Alcalá de Henares querían establecerse en im <les¡erto á imitación del de Monte Carmelo , manifestó que en las riveras del Tajo, caminando desde la Paagia hacia su nacimiento, se hallarían desiertos á propósito para la fundación. Con estas noticias salieron de Alcalá con el referido padre, el virtuoso y R. P. Fr. Alonso de Jesús María, de edad de 28 años, nombrado para fundar en el yermo, y dos caballeros genoveses. Caminando por las sierras por que vá el Tajo , se pararon en un sitio llamado de BoLAnQUB , término de Sayaton en la provincia de Cuenca, á dos leguas de distanciado Buendia y de Pastrana, y á una de Albalate y Almonacid de Zorita, que tiene íu puente do ¡liedra al mediodia del mismo siüo , sobre el famoso T;ijo que dista alli de su origen 23 leguas. Divide el Tajo en este sitio dos elevad/simas montañas , la una la del desierto de Bolar(|ue , y la otra la llamada sierra de Enniedio y de Buendia , cuya tierra , perteneciente á la proviu-
—.125 — cía de Cuenca, está entre los ños Tajo y Giiadicla , juntándose anibos á su falda esquinal, frente al ángulo meridional del desierto , como dijimos en el capítulo anterior. Todo el término de líularque es asperísimo y con altas sierras quebradas , particularmente hacia el norte y poniente; al oriente se hallan los bosques que llaman de Angui (1), cuyo fuerte y ruinoso castillo se ve sobre una elevada sierra hacia el norte como á una legua de distancia. Todo el desierto está lleno de pinos , robles y algunas encinas; muchas sabinas, enebros, madroños y cornicabras; en las ramblas y quebrados, crecen sauces , espinos , bojes y quejigos; en las lomas, lentisco, bruco, chaparro, yedra, gayubas, é infinito romero ; y en la parte mas próxima al rio se crian álamos , olmos , fresnos y defiiste menudo, madreselva, mejorana, espliego ó alhucema y salvia, no faltando el tomillo y Jas demás plantas olorosas de que abuuda toda la Alcarria , el beneficioso esparto , y la medicinal cincovena de gran virtud aplicada á las heridas. Ademas de estos seres del reino vegetarse hallan en este sitio las yerbas medicinales siguientes, á saber: la yerba ibia li el pericón , la doradilla , yerba brenca ó culantrillo , la escorzonera , la escabiosa , la peni])inela, yerba contra los venenos , la potentila, esceleiite remedio para el mal de lujada, el isopillo,
(1) KslP tírmino pcrlenocc al marquís do Mondojar, y estuvo muy poblado de caza mayor, en parlirular de javülii's.
— 126 — y la bnrsapástaris , milagrosa para retener los flujos de sangre. Cuando los carmelitas fundaron su casa eit este desierto , si hemos de creer á su prior Fr. Diego de Jesús Maria en la historia de este convento publicada en 1651, habitaban en este sitio águilas reales ; pero hoy las a\es que mas frecnentan el desierto, son: los buitres, del tamaíio de un pavo, de color negro y el pecho blanco , los quebranta^ huesos, perdices, palomas, chuchas que anidan en los pirtos , palomas torcaces , urracas , buhos cenicientos del tamaño del gallo, cárabos pardos verdes, autillos, mochuelos, ruiseñores; en la rivera del rio, mirlos , jilgueros , solitarios , doradas oropéndolas , caldelcrillos llamados dominicos por su plumaje blanco y negro, pinchones, golondrinas, rendajos y sietcarreldes (1). En la misma obra se dice haber animales montaraces, como jabalíes que pasan de la sierra de Buendia , venados, corzos, li>))os, zorras en gran número , gatos monteses listados de negro, garduñas , ardillas , culebras , lagartos , alacranes, algunas víboras y pocos conejos. La estremada altura de las sierras de Buendia,
(i) Es un pajnrillo pequeño que forma su nido en los gajos de las ramas de los pinos, en forma de bo!» de pequeño tamaño , trabado porta parte esterior con puljJlos y hebras de yerba, y dentro ton algodonciltos de cardo , haciéndole una cubierta con prdacillos de corteza de árbol trabados con moho, en un costado le hace un agujero en el que entra y pone sus huevos.
—127 — qne libran al Desierto por el oriente del sol, haoc ser fría su parte baja bañada por el Tajo; pero esto lio impide que su clima sea bondadoso y benigno en lo general por su grande abundancia de aguas dulces , y la diversidad de yerbas saludables qi:e SR acaban de mencionar. Hecha la descripción del terreno del desierto de Bolarque , daremos una sucinta historia de 1« fundación carmelitana , en la que complelar«mos la descripción de este admirable sitio, con las mejoras que hizo en él esta orden religiosa, mejoras que aun pueden verse por conservarse muchas de ellas, á pesar de la esiincion de la orden, y de haberse vendido por el Estado á un particular tan ameno sitio. Ya dejamos dicho que el P. Alonso y sas aconipañantes, se fijaron en el sitio de Bolarque para fundar su yermo carmelitano. Tan luego como el padre Alonso comunicó haber hallado el terreno necesario, se promovió en la orden una dis* cusion acerca de la conveniencia de fundar en desierto, y no hubo que hacer poco para vencer á los opositores. Otra tempestad aun mas temible se levantó en el pais; pues á pesar de qjie habia en Buetidia la tradición de que llegaría Un dia en que babitarian aquel desierto religiosos siervos de Dios , esta villa en iniidu de los catorce pueblos que foTuiaban la llamada Comunidad de Zurita (1), (1) Los pueblos que mas «c cnsauaron , fueron: lilaila , Yebra, Oniova , FncHlelpiicina , Almonacid . Pastiana , Albalate , Fuenlenuvilla, EseariíAc, V'aldccon«'ha , Sajaton y liuendia.
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--^ •, • /os nn.ifes disfrutaban de los pastos y (cíías dcf rfo8Ícrt6 de Rolarqiie , se confederaron para impedir á los earmi'litas estahlccerse en 61, siendo el lugar de Sayaíon , y la prineesa de Melito duquesa (te Pastrana , los mas poderosos enomigos de los padres fundadores. Cnando los referidos pueblos se preparaban á impedir la fiuidacion, compró el P. Alonso, en mil reales que le dio uno de los caballeros geno\eses que le acompaban , una casa de campo con unas pocas tierras á la banda Je Augui á \in labrador de Fuentelencina, que es la parte de la que después fue viña del convento , de la cual se conserva aun algo, por cuya razón no pudo Fuentelencina impedir ya á los padres que como propietarios entrasen en su término, si bien no les concedieron mas terreno que el comprado. La conumidad de Alcalá dio los poderes para fundar af P. Alonso , al que nínnbió su vicario , y escogiendo este á los nobles rebgiosos Fr. José de JesúsM.iria, hijo deD. Gaspnr de Sandoval, señor de Pineda, su primo , y al P. Fr. Lorenzo de la Crnz , partió con 14 mrs. ))or todo caudal á fundar el Hionasterio en el referido yermo. Llegados á un tiro de honda del rio , frente á la sierra de l$iiendia , en una quebrada de la montaña que remataba en esconce sobre unas peñas , hiceron los religiosos con sus propias manos , con ramas de árboles y arbustos , una cabana para albergarse, y después levantando con piedras y barro una casita de 13 pies de longitud con la anchura proporcionada , cubierta de ramas y una poca teja , hicieron tn cuatro días una capillita con su altar
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— 129correspondiente. Verificado esto , y ponierií ta hennita el título de S. Juan Bautista , celebraron misa en ella el domingo 16 de agosto de 1592, dia en que quedó hecha la fundación con el título de N. S. del Monte Carmelo. Poco después se situó en tan modesto albergue el Smo. Sacramento, las tablillas de la meditación carmelitana, y en seguida se fabricaron los raonges sus celditas de la misma materia que la choza , teniendo por camas dos pieles de cabra sobre dos tablas, y un tronco de pino á la cabecera , y comiendo en su mayor parte yerbas cocidas de las que producía el desierto. Como en tan modesto albergue fuese imposible permanecer mucho tiempo, escogió el P. Alonso uua ladera del monte mas arriba de la hermita para construir el convento que proyectó , conñado en la asistencia de Dios, é inmediatamente empezó á trabajar con sus subordinados en aquel sitio, ayudado de los peones que podia mantener con las limosnas que al efecto empezó á recoger. Al año siguiente de 1593 , ofreció la religión graciosamente el patronato de la casa al rey Felipe II que le admitió , prometiendo te.ier en ella perpetuamente capellanes que pidiesen á Dios por él, razón por la que en la capilla mayor de la iglesia del Desierto , se ostentaban las armas reales. ^ Persistiendo en la obra del nuevo convento con el auxilio de las limosnas, pudo ocuparle K comunidad el año 1595 aunque no estaba concluido del todo, y lo hizo llevando al Smo. Sacramento en procesión desde la primitiva hermita de 9
— 130 — S. Juan Bautista , cantando himnos, entre cuyos motetes queda este por tradición en aquel pais; Un pastor en el Carmelo mejora de asiento y casa, y con él se muda y pasa toda la corte del cielo. Como las limosnas no fueran tantas en un principio, que bastaran á emplear todos los materiales y brazos necesarios á una buena y duradera obra, sucedió que á los 16 años tuvieron que redificar la casa, pues la carcoma se habia apoderado de los pinos mal labrados que del mismo sitio se emplearon en la construcción, teniendo que sustituir á estas malas maderas las de la sierra de Cuenca, que labradas con mas aseo, y cortadas en tiempo oportuno, se transportan por el rio Tajo. No quiso el cielo que fuese duradera la primera redificacion del convento, puesto que en 27 de agosto de 1619 se quemó casi del todo, salvándose solo los efectos del culto. Los vecinos de Almonactd capitaneados por su alcalde Cristoval Polo, r los de Sayaton por su cura, acudieron en auxi! io de los carmelitas en esta aflicción, y si bien no pudieron evitar la ruina del convento, impidieron que el fuego se estendiese al monte y á las hermitas (1). £1 Santísimo se colocó, en aquel caso, en ' {1) Se cuenta por ios naturales fanáticos, qne el fuego le prendió el diablo envidioso de la virtud de los religiosos ; que conjurando al demonio en el cuerpo de
— 131 — la hermita de Sta. Teresa, donde estuvo los 14 dias que después de concluido eL fuego se tardó en limpiar la casa , y establecerle en la única pieza sana que dejó el incendio. Como á los pocos dias de la catástrofe , pasase una gran maderada por el rio , comprando los PP. la necesaria, se hizo la obra que aun se conserva con las limosnas que al efecto sacó de los fieles la religión. Desde que los PP. carmelitas ocuparon el Desierto, fué su ánimo vivir á lo eremita en vida solitaria y contemplativa en el -mismo yermo y asi es que, en un principio, edificaron tres hermitas separadas del convento. La primera que se labró fué la de san Elias en una punta del cerro que está á mano izquierda y enfrente del convento, la cual sé hizo por cuenta de doña Juana Dormer duquesa de Feria su patrona. La segunda fué la de tanta Catalina, situada á la parte opuesta del convento á la mitad de la pendiente de la montaña y la tercera la de san Francisco y santa Marta Egipciaca cercana del convento sobre una eminencia. Estas tres hermitas fueron las primeras que se construyeron ; pero como creciese el buen nombre del desierto de Bolarque , se interesaron en su prosperidad muchos títulos y señores del reino.
una mugcr de Buendia, el Lie. Porreñn , cura propio de Sacrdon , dijo que hacia mucho tiempo trataba de quemar el ronvetito , lo que habia impedido el brazo poderoso del Señor, pero que obtenida la licencia . lojjró la idea juntándose al efecto muehns legiones de diablos.
— 132 — y pidiendo tener en aquel sitio hermitas en que se rogase por sus almas , estas se aumentaron hasta trece, de las que aun ecsisten en regular uso la mayor parte. La primera que se encuentra al entrar en la posesión de Bolarque, es la de la portería que se halla al mediodía á la orilla del rio, dedicada á nuestra señora del Carmen , la cual se edificó á costa de doña Ana Feliz de Guzman marquesa de Camarasa (1). Siguiendo la ladera arriba, siempre á la izquierda, se encuentra, entre unos altos pinos , la segunda hermita dedicada á los apóstoles san Pedro y san Pablo, erigida por el caballero sevillano don Diego Daza. A poco trecho , subiendo al convento, se encuentra la tercera titulada san Hilarión, h cual fué fundada por don Fernando de Espejo criado de Felipe III. En el mismo paralelo tiene asiento la hermita de santa Teresa, mayor que las demás y fundada por Fr. Martin Martinez, de la orden militar de san Juan y volviendo después á media ladera sobre la senda que sube al convento, está la de san Elias de que ya hemos hecho mención. La hermita de san Francisco y santa Maria Egipciaca ya mencionada, fundación dedo» Francisco de Contreras presidente que fué de Castilla y de su muger doña Maria Gasea de la Vega , es la
(1) Como los PP. no podían hablar , al sentir llamar á la campana de la portería, salía el hermitaño y si venia con documento en regla , le abría y con la mano le indicaba d camino del convento.
— 133 — sesta, y la sétima la espresada de santa Catalina en la que dejó su memoria don Jorge Manrique. La octava hermita dedicada al patriarca san José por Pablo González mercader de Madrid , se halla no distante de la anterior en un sitio eminente , y la del evangelista san Juan, ocupa un sitio retirado, teniéndose que pasar antes por un profundo vallado en que se albergan los animales montaraces que cria la sierra. Esta hermita fué fundación de los duques del Infantado don Juan de Mendoza y doña Ana de Mendoza. Estas herraitas, desde la portería, van formando un arco ó media luna por la ladera del cerro, apartándose siempre del convento á lo mas alto en que está la de san Juan , y desde esta cae el segundo brazo de arco hacia el rio por el lado que mira á Anguis ó sea la parte opuesta á la portería. La primera hermita que se halla en el descenso, es la de san Ildefonso, rodeada de árboles, la cual edificó el fundador del Desierto padre Alonso de Jesús María, dando en ella parte á la devoción de la condesa de Gifuentes, conde de Puñoenrostro y doña Mayor Méndez. Vecina á esta hermita, se halla la de la Magdalena, que es un subterráneo con parte de edificio muy humilde, de la que fueron patronos el duque de Medinaceli don Juan de la Cueva y su muger doña Ana. Bajando al rio, se encuentra , antes de llegar, como á dos tiros de piedra, la hermita del Nacimiento, fundada por doña Maria de Granada hija de uno de los infantes de Granada. La hermita trece ó última , es también de san. Juan, fundada en memoria de la toma de posesión del primer terreno
— 134 — comprado por los PP. de que ya hemos hablado, fué la que le sirvió de primitivo templo, y aunque redifícada por el mismo couvento , fueron sus patronos el almirante de Castilla, la condesa de Lemos y doña María Fajardo (1). Las espresadas hermitas fueron ocupadas por aquellos religiosos que querían mortificarse viviendo en completa soledad , lo que haciau con licencia del prelado ya poruña temporada, yapara siempre. El hermitaño de una hermita , se hallaba hermanado con el de la inmediata para ayudarse diaria y mutuamente á misa único caso en que podía reunirse. Como cada hermita tenia su campanita, era deber del hermitañu tocarla cuantas vetes sonase la mayor del convento y asi es que como sabia por la campana cuantos actos hacia la comunidad , hacia él lo mismo, incluso los maitines que se rezaban alas doce de la noche á cuya hora toc.aba la campana mayor y cada hermitaño la suya, siendo severamente castigado, si por estar dormido, no lo hacia. A las cinco de la mañana en todo tiempo, tocaba el hermitaño á la oración al oiría tocar en el convento ; á las seis á prima, y á las siete la misa para la que el hermitaño qne venia de fuera se vestía primero y la decía sin que en
(1) Las hermitas son un pequeño edificio en cuadro de 15 á 16 pies por cada lado; consta de un recibimiento , oratorio para decir misa , celdilla para dormir y hogar para guisar ú cocer las yerbas. Hay algunas que tienen piso bajo y alto , pero las mas son de piso bajo.
— 135 — todo esto se hablasen una palabra sino por peñas convenidas. Los hermilaños no podian comer mas que frutas y legumbres de las que, asi como de aceite, vino y pan, les proveía la comunidad cada tres días por medio de un religioso lego, al que denominaban el cuervo. Guando el hermitaño por enfermo ú otras causas necesitaba de socorro, tocaba la campana de cierto modo y á su aviso acudían del convento en su ausilio. Los hermitaíios no asistían á los actos de la comunidad, á escepcion de los capítulos que se celebraban los domingos á las cinco de la mañana y de las conferencias espirituales que denominaban colaciones (1) que se verificaban cada quincedias, los domingos por la tarde, las pascuas y festividades de primera clase. Los hermitauos no recibían mas visitas que las <iol prelado dos veces á la semana y á este solo decían cuanto necesitaban. Como el modo de vivir de los carmelitas en este desierto, requiriese una completa clausura , y les fuese imposible tenerla sin cercar todo su término, impi'traron esta gracia del rey al que presentaron im dibujo ajustado del sitio, con rio, montes, convento y hermitas. Concediéndoles el
(1) Las colaciones eran una especie de academias en las que se discuiian puntns espirituales que se escribían (le una sesión á otra en una tablilla , y solo en esias sesiones podia hablarse, á no ser que en otras ocasiones se les levantase el silencio por el prelado; pero nunca podian citarse lugares del mundo á no ser Roma cabeza de la i¡;lesia y Sayaton lugar de donde se surtían.
— 136 — rey esta gracia por cédula firmada por Felipe III, siendo príncipe, en nombre del rey su padre, eii Madrid 16 de marzo de 1598 , mandó á don Francisco Conlreras oidor del consejo de las órdenes, que lo llevase á cabo avistándose para ello con los pueblos de la comunidad de Zurita de quienes era el sitio, pagando de suis reales arcas lo que los dichos pueblos no quisiesen ceder graciosamente. Reunidos en junta en Almonacid los representantes de los referidos pueblos presididos por el oidor Contreras, y sabiendo los deseos del rey, cedieron en limosna al convento del Desierto cuantos derechos á el les pertenecían y amojonado el sitio cedido de mas de media legua de largo de oriente á poniente, quedó poseedora de él la comunidad que empezó inmediatamente á cercarle, y no tardó en estar el desierto completamente cerrado (1). Admirado el oidor Contreras de este sitio, construyó en su iglesia, capilla para enterramiento de él y su muger , y cuando se retiró de presidente de Castilla á cuyo puesto se elevó, quiso vivir en Bolarque á cuyo convento dejó después por su heredero. No podia entrarse en este desierto sin licencia escrita del general ó provincial de la orden , aunque fuesen religiosos de la misma. Los religiosos
(1) Mientras se hizo la cerca de fábrica, sacó el convento censaras del Nuncio Apostólico, para que quedasen descomulgadas las mugeres que se acercasen al Desierto.
— 137 — no salian del Desierto jamás á peticiones de frutos, ni aun á predicar ni confesar incluso el prelado que no podía salir del sitio, por motivo alguno , sin licencia del general de la orden. En esta casa se guardaba, como hemos dicho, silencio perpetuo y ninguno se dispensaba escepto en las colaciones mencionadas : solo el prelado y el procurador podia hablar con las personas que visitaban el convento. Ningún padre estaba autorizado para recibir ni escribir cartas sin licencia y por el conducto de su prelado , á no ser que fueran de prelados superiores. Habiendo hecho la descripción y dado noticia del Desierto , concluiremos con dar á conocer el camino que conduce á él desde Sayaton, y el mismo convento. El lugar de Sayaton ocupa una pequeña altura al lado izquierdo del Tajo. Desde este lugar, se toma el camino para Bolarque por una vega como de un cuarto de legua terminada en unos pinares y un alto cerro. Entrando en este, se vá subiendo á lo mas alto por una sendilla que después se precipita á lo hondo de una rambla de penosa bajada. Llegando al llano de la otra banda del cerro, se camina, como por un jardin de espinos y madreselvas , hasta desembocar el rio á vista del puente antiguo y de piedra de Almonacid, frente al salto de aguas llamado la olla de Bolarque de que hemos hnblado en el capítulo anterior. A poca distancia de la olla y siguiendo siempre la ribera izquierda del Tajo, se halla una cruz verde en el pedestal de un guijarro que indica la procsimidad del desierto carmelitano, al que se entra después de un corto camino , por una porte-
— 138 — ria que dá principio á la cerca de cantería que corre á cordel con el rio como quinientos pasos, dejando una angosta pero frondosa calle de álamos , robles y encinas , que van á dar á la portería baja casi en la junta de Gutdiela y Tajo, en que se halla una hermita. Desde esta hermita se camina á media ladera al convento por una senda , hacia arriba, bastante angosta que se vá esconzando á trechos, y que estaba llenas de cruces á uno y otro lado. La entrada del convento á lo que aun se vé, fuó un modesto zaguán en cuyo friso se leia aquella sentencia de Isaias. «Pondrá el Señor el desierto como delicias suyas, y a ía soledad como jardín de su recreación y gusto.» Por este zaguán se entraba á la portería en la que habia un santo crucifijo pintado en la pared, y por una estrecha puerta se pasa á un humilde claustro en cuyos cuatro ángulos estuvieron otros tantos altares dedicados á santa Teresa. En este claustro se hallan las piezas de capítulo , la sacristía y la entrada á la iglesia que es de bóveda y tiene cincuenta pies de longitud con presbiterio y coro: tenia tres altares principales con el mayor , y por ella se pasaba á las celdillas de los religiosos de ocho á nueve pies cada una. Sobre los dormitorios, se hallan las piezas que sirvieron de biblioteca q»ie fué bastante rica en libros y manuscritos, y la galería en que los días malos para salir al campo, se verificaban las conferencias. La cocina, despensa y refectorio, se hallan en la parte baja, teniendo el último ventanas al rio, y en la parte mas inmediata á la ribera, se encuentra la huerta que bien cuidada es bastan-
— 139 — te productiva, asi como la famosa viña que se halla á la banda de Anguis. Este pobre convento , en el que se adoraban porción de santas reliquias, (1) fue abandonado el año 1835 á la supresión de las órdones religiosas. Apoderado el gobierno de las alojas de plata que eran solo cáliz y custodia, y de algunos pocos efectos , quedó al cuidado de ua solo guarda, hasta que posesionados de él las partidas de facciosos capitaneadas por el llamado Feo deBueudia y otros defensores del pretendiente Carlos V, le destrozaron lastimosamente quemando nmcbas de sus maderas y libros de su biblioteca, con los que se d¡-
(l) En el desierto de Bolarque sufrieron particular adoración laá siguientes. Los cuerpos de los mártires san Sabino y Certesio mandados por el cardenal Albornoz: en la capilla de las religiosas (¡uc fabricó Contreras presidente de Castilla, un pedazo de la toco de la Virgen, una cabeza y tres canillas de los mártires lan Mauricio y sus compañeros; tres cabezas y varios huesos de las once mil vírgenes, sacadas de Colunia; una canilla de san Pedro mártir; una canilla de san Aurelio; otra de santa Anastasia; un poco de pedernal con que se hizo la circuncisión de Jesús , una costilla de santa Teresa de Jesús ; una reliquia de so» Esteban pro(o-»inrltr,- otra de san Vicente levita y mártir; otra uc san Juan Crisóstomo; otra de san Xenón manir; un pedazo de hábito de san Francisco de ASÍS; y otras muchas de santos mártires. También tenia gran veneración uii crucifijo como de una cuarta, y una imagen de á teicia, de nuestra s e ñora do Monte Agudo, á la que atribuían el milagro de parar los incendios que acaeciwon en dos ocasiones cu «1 monte del Desierto.
— 140 — virtieron en cegar el pozo del convento (pie aun se halla lleno de ellos. En bastante mal estado el convento, vendió el gobierno todo el desierto de Bolarqiie por medio de la comisión de enagenacion de bienes de las comunidades religiosas, al señor Peralta, rico abogado de Madrid que le posee, el cual sostiene con cuidado las hermitas y el convento en la parte no arruinada, manteniendo este recuerdo histórico de la religión carmelitana. Habiendo esta dejado deecsistir y de consiguiente de poseer un terreno del que casi á la fuerza se apoderó, nos parece no hubiera sido fuera de justicia se hubiese devuelto á los pueblos partícipes de la comunidad de Zurita , la parte que fué suya ó de sus propios. Los bañistas que desde la Isabela deseen visitar el desierto, tienen que dirigirse á Sacedon, bajar por la boca del infierno á pasar el Tajo por el puente de Auñon, y ó costear el lado derecho del rio, ó mejor dirigirse al término de Sayaton tomando á la izquierda de este pueblo á volver á encontrar el Tajo por el camino indicado al empezar este capítulo.
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CAPITULO ULTIMO. Dr las maderadas qne desde los pinares de Cuen> ea bojaa por los ríos Tajo y C-uadlela al real «Itlo de Aranjues.
A fin de concluir este manual con lo que pueda divertir é interesar al bañista, vamos á dar á nuestros lectores una sucinta idea del modo de conducir las maderas de la serranía y pinares de Cuenca, al real sitio de Aranjuez desde donde se llevan á Madrid; valiéndonos para ello, en parte, del interesante artículo que sobre este particular publicó nuestro amigo don Pedro Pérez Juana en el Semanario Pintoresco Español. Los tratantes en maderas de construcción, compran pinares en las sierras de Cuenca , que mandan cortar y labrar durante el invierno, y á principios de abril hacen dirigir las maderas á los rios Tajo y Guadiela á costa de brazos y con carros por parages intransitables, entregándosela á los madereros, luego que está en el rio, para que la conduzcan. Desde que entra la madera eri el rio , hasta que llega al desembarcadero de Aranjuez , tarda una raadeirada de cuatro á cinco meses , según la mas ó menos agua que lleva el rio, por los malos pasos y contratiempos que suelen acontecer eu el \iage.
— 142 — Valencianos naturales de Chelea, á los que denominan gancheros por el instrumento que usan, son los encargados de la conducción, bajo las órdenes de un gefe práctico al que están enteramente subordinados los 300 hombres que se emplean en este servicio. Su trage uniforme consta de zaragüelles , faja encarnada , polainas blancas , pañuelo encarnado á la cabeza, y por arma una vara larga con un gancho á la punta que es el instrumento con que dirigen las maderas. Cada cuadrilla se compone de ocho hombres con su gefe , que es un cuadrillero, su ranchero y una acémila. Al frente de todas las cuadrillas vá un mayoral al mando del gefe principal de los gancheros , y detrás de todas las ciiadrillas lo que llaman la tienda , que viene á ser la administración que procura las raciones de los gancheros, tomándolas y pagándolas en los jiueblos por donde pasan. La viga mayor denominada la capuana de la maderada , vá ía última adornada con ramas verdes en señal de su grandeza y magostad, siguiendo á veces á cincuenta mil palos y vigas menores, que van empujando los gancheros, franqueando la corriente y los escollos del acuático camino. Cada uno de los gancheros gana tres reales diarios , los cuadrilleros cuatro, los mayorales diez, los rancheros uno y medio , teniendo todos ración de pan, vino y aceite. Los sitios mas difíciles para el paso de las maderas , y de consiguiente los mas pintorescos en que puede ver la maderada el bañista, son: cerca de la Isabela , el de los Choros , media legua del molino de Buendia , y el dé
— 143 — la olla de Bolarqne. Por el primer punto , en distancia de media legua, tarda en pasar \a maderada seis días á causa de los muchos y grandes pénaseos que hay en el rio , puntos en que parece imposible puedan pasar las vigas. Solo la práctica de los gancheros, y la suficiencia del TÍO JOAOÜIÍÍ de CHELVA , que asi se llama el actual capataz, pueden salvar pasos tan difíciles, que asustarían á ios mas sabios ingenieros del mundo. Durante este dificil tránsito, sitúan los madereros su cuartel general en el sitio de N. S. de los Desamparados, de que ya hemos hablado. Al pasar la maderada por este delicioso sitio, le animan los gancheros con sus ranchos y luminarias, y luego que cenan, manda e) gefe tocar las campanas del santuario , cuyo sonido repiten los ecos de las sierras, y todos los valencianos se dirijen á la hermita, en la que óirijen á la virgen cánticos de alabanza por haberles librado hasta allí de los peligros del rio, pidiéndola les proteja ea los malos pasos que lea falta que recorrer (1). Desde el espresado santuario sigue la espedicion á la olla de Bolarque , en la que tienen que trabajar también bastante , si bien allí les ayuda ya el agua del Tajo, que unido con el Guadiela, forma un caudal muy respetable. Salvado este paso , el resto de camino, ea el que aun tardan unos
(1) Ningún dia defiestase quedan los madereros sin misa, yendo á buscarla aunque sea á cuatro leguas de distancia.
— 144cuarenfa dias por lo menos, les ofrece ya monos fatigas y dincultades. No llevan los madereros mas eqnipage que la ropa puesta , pero cada 15 dias les llega á lodos, desde Ghelva , el Ropera , con la muda de cada uno , la cual les remite la famiüa en un talegito con su señal, y en él nueces , castauas , manzanas ú otra chuchería, recuerdo de una esposa, de una madre ó de una querida. La llegada del Ropero, se comunica por estraordiiiario á todas los cuadrillas , y por toda la margen dtl rio resuenan los gritos de alegría con que reciben al nuncio de sus familias. En caso de alguna desgracia 6 averia, se entienden las cuadrillas haciendo señales con los ganchos que les sirven de telégrafos, y son tan diestros nadadores y tan ligeros, que voltean las vigas en el agua , sosteniéndole en las esquinas, guardando un admirable equilibrio. Al correr por el rio por cima de una viga y con su garfio en la mano , parece cada uno de ellos un Dios Neptuno, según nuestro amigo. Sin embargo de su destreza , algunas veces suelen suceder desgracias de consideración á estas pobres gentes , ya por una venida imprevista , en cuyo caso es incomparable su trabajo é inapreciable su mérito , ya de algún descuido en los pasos peligrosos. Las maderadas llegan generalmente á Aranjuez en agosto y en setiembre, y su desembarque es tan curioso y tan vistoso, que bien merece se haga un viage desde Madrid para verle, y para saber las fatigas que cuesta á los gancheros el conducir cada madero de construcción que se gasta en la corte, en la que habrá pocos que lo co-
— 145 — nozcan. El tio Joaquín de Chelm, cuyo talento y práctica alaba con justicia nuestro amigo, es hoy dia la notabilidad principal do España en este ejer* cicio , y es de sentir qne los años le tengan tan ceroano del sepulcro; pero siempre se le recordará por los suyos con admiración y respeto, y por nosotros en estas páginas. Durante la temporada de baños suelen pasar pocas maderadas por la Isabela, pero el bañista alcanzará á ver aun algunas cuadrillas á su paso por el Tajo hacia Sacedon, 6 en alguno de los parages citados.
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— 14.6 —
Ailvertencla ¿ lo* b«aut»s sobre los ntcillos de traaaporte, |^»r*«laB en cl vlage, comida» r otraa eoaaa Interesantes.
Cumpliendo can la oferta hecha en el capítulo primero acerca de.los carruage» que salen de Madrid para el real Sitio de la Isabela, debemos decir : que la góndola ó diligencia de Sacedon, de don Joié Arpa, sale de esta corte un día si y otro no á las 3 de la tarde, entrando á las 2 poco mas ó menos del dia siguiente en el real Sitio. De este punto vuelve á salir igualmente á las 2 de la madrugada, y entra en Madrid en la mañana del siguiente día. Los viageros que salen de Madrid, van á dormir á Santorcaz, á almorzar á la mañana siguiente á Alondiga, y á comer al real Sitio; y los que regresan comen en Alondiga, duermen etiSantorcaz, y llegan á Madrid por la mañana temprano. Las góndolas, que están construidas con toda seguridad, tienen 15 cómodos asientos cada una, cuyos precios son los siguientes: Berlina & 00 reales cada uno; coche ó interior, á 80 rs., y los de rotonda á 70 rs. A cada viagero se le pasa una arroba de peso en el precio de su asiento, y por cada arroba de esceso se le ecsige diez rs. vellón abonándole en caso de estravío por cada bulto, las cantidades que espresa el billete que se le en-
-147trega en la administración al hacer el pago adelantado de su asiento. No perdonando el señor Arpa sacrificio alguno en obsequio del público que se sirve de sus carruages, establece todos los años otra góndola mas en la época de mayor anuencia, álos mismos precios espresados. Las comidas en las paradas se hacen en mesa redonds, pagándose diez rs. por cada cubierto, y debemos decir que estas mesas están servidas con mucha decencia y esmero, y que los manjares son variados y bien condimentados, distinguiéndose las sirvientas por su amabilidad y curiosidad. Las camas son decentes y aseadas, y por cada una se pagan í rs. no obligándose á ello al que por economía ó necesidad de ahorrar, no quiere usarlas, asi como tampoco se hace pagar el cubierto al que no quiera comer de la posada. 1 este caso solóse ecsigen ü^rs. por la estancia, ^ | u e se denomina pagar el ruido en términos lero. ordinario de Sacedon Remigio Viñas que paft en esia corte en el Mesón del Peine, establece I año ademas de las caballerías de costumbre, fearrpt en el que, á precios sumamente arreglao<^imce pasageros y efectos, saliendo para el "^Ipo una ó dos veces á la semana j según el ó menor número de personas que se quievaler de su humilde carruage. Otros varios carruages suelen'hacer el viage de Madrid á la Isabela, pero por lo general no tienen período fijo, y cuando han de salir lo anuncian algunos cu el Diario de Avisos de esta corte.
— 148 — Parécenos del caso advertir á losbauistas, que 6í confiando en la bondad salutífera de las aguas de las Termas, quisieran traerlas á Madrid ó llevarlas á los puntos de su residencia para bebería ó bañarse de vuelta de los baños, ó en cualquiera estación del año, pueden lograr su deseo fácilmente, puesto que en el Sitio hay proporción de vasHas cómodas y hechas al efecto en ios alfares de Priego, las cuales se lacran, después de llenas del agua mineral, y se sellan por la real administración para que pueda probarse su autenticidad. Por cada valija de agua chica ó grande que se quiera sacar con la auténtica, se paga al Real Patrimonio un real. También me parece muy á propósito advertir, que por orden de la Dirección de Caminos, se ha mejorado mucho el de la Isabela, en este ano, quitando los malos pasos que se advirtieron el año pasado y recomponiéndole de un modo que ofrezca mayor facilidad para los carruages, y de guíente mas comodidad á los viageros.
I [H]!l£] ![H]^[°]Í[2] |[l]¡l£li@l[E]![°]@[sli[£liE^<Es}
ÍNDICE DE t o s GÁPITCLOS DE QUE CONSTA ESTE MANUAL.
PAG.
Advertencia al lector Capítulo 1.0—Instrucciones preliminares á los bañistas. . . . . . . . Capítulo 2.»—Itinerario de Madrid á la Isabela por su camino real y por el de Tarancon 3."—Disposiciones que debe to^U '9^§liBAr el bañista al llegar al Sitio: habitaciones, y efectos dan en cada una. . . . — -Descripción del real Sitio, su TÍjfcrígen é historia |í|»lá'5.»--Descripcion de las termas de .J<M^' la Isabela. pipiulo 6.°—Origen é historia de las termas, análisis de sus aguas, y enfermedades á que se aplican. . Capítulo 7."—-Ordenanzas del real Sitio , y de la dirección de las termas- con relación á los bañistas. . . .
4 9 14
27 44 60 67 79
—150-. Capítulo S."—Descripción de las cercanías y término del Sitio: estado actual de Gontrevia y Santaver , y noticia de estas poblaciones. . . . 86 Capitulo 9.0—Cabalgatas i los pueblos y sitios cercanos á la Isabela: bañillos de Coreóles , Poyos , Alcocer y Sacedon 95 Capítulo 10.—Cabalgatas á la posesión titulada de la Alameda, á la villa de Buendía , á su molino y á sus baños minerales y sierra. . . . 104' Capítulo 11.—Cabalgata á la hermita de los Desamparados: descripción de sus sierras; y origen del santuario su romería. 109 2.—Noticia de la antigua ciudad de Recópolis, y viage pedestre á la vista del salto de Bolarque. . 117 Capitulo 13.—Camino del desierto de Ba-,jt,,^ larque por Sayaton: descripoi»* de su término , monte y conjÉi» .• -.f. to, é historia de este desdf ta origen hasta el día. . . -'• . ¡IÍ% Capítulo 14'.—De las maderadas que desde los pinares de Cuenca bajan POL. p í' los rios Tajo y Guadiela al real 4 ^ tio de Aranjuez. . . . . . n^H Advertencia á los bañistas sobre los medios de transporte, paradas en el yiage, comidas y otras cosas interesantes,. . . , . . . . . . iW5
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